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7 de noviembre de 2021

La muerte del ‘Hombre de Loizu’ abre una línea de investigación sobre el uso de arcos hace 11.700 años

Los primeros resultados del estudio, presentados en el Planetario de Pamplona,  indican que el cuerpo fue amortajado con los brazos cruzados sobre el pecho

De izquierda a derecha: Pablo Arias Cabal, catedrático de la Universidad de Cantabria; la consejera Rebeca Esnaola y Jesús García Gazolaz, arqueólogo de la Dirección General de Cultura - Institución Príncipe de Viana, durante la presentación.

La Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana ha presentado los primeros resultados de la investigación de los restos del conocido como “Hombre de Loizu”, cuyo hallazgo en la cueva de Errotalde se hizo público el pasado mes de marzo.

En el acto, que se ha llevado a cabo en el Planetario de Pamplona / Iruña coincidiendo con la Semana de la Ciencia 2021, se ha destacado el “excelente estado” del cuerpo depositado en la caverna hace 11.700 años, algo que permite “una amplia batería de estudios”, algunos ya finalizados y otros todavía en proceso, según han desvelado Pablo Arias Cabal, catedrático de la Universidad de Cantabria e investigador principal del proyecto y Jesús García Gazólaz, arqueólogo de la Dirección General de Cultura - Institución Príncipe de Viana. Los primeros avances de caracterización antropológica permiten definir datos sobre la identidad de los restos óseos, así como de la causa de su muerte.

En primer lugar, se trata de un varón con una edad estimada entre 21 y 23 años, una estatura de entre 1,60 y 1,65 metros, y un peso estimado de 50 a 55 kilos. Además, se ha podido deducir que fue una persona con una intensa actividad física en vida, tal y como denotan algunos marcadores como entesis y osteocondritis disencante en huesos largos y claras facetas de largos periodos de acuclillamiento. También hay altas probabilidades de que fuera diestro.

Por otro lado, la muerte del individuo pudo haber sido violenta, a causa de un traumatismo perimortem producido en hueso fresco en el parietal izquierdo. La hipótesis más razonable es que se deba a una herida penetrante por impacto de un proyectil a alta velocidad, propulsada con un arco con el individuo dando la espalda y que debió haber traspasado el cráneo. “Esta circunstancia abre sugestivos debates para el conocimiento que tenemos en la Prehistoria tanto de hechos violentos como, sobre todo, del uso del arco en fechas tan antiguas”, señalan desde la investigación.

Por lo que se refiere a los comportamientos funerarios, se ha comprobado que la descomposición del cadáver se produjo in situ en un espacio vacío, ya que con toda seguridad el cuerpo iba amortajado. En este sentido el TAC ha permitido descubrir un metatarsiano en la extremidad de uno de los humeros que estaba oculto por la costra calcárea, por lo que posiblemente llevaba los brazos cruzados sobre el pecho.

Destaca también la gran cantidad de colorante de ocre aparecida en la zona de la cabeza, mediante un preparado a base de hematite, arcilla y materia orgánica. “En estos momentos sabemos que esa amalgama se preparó fuera de la cavidad, pero está por determinar si era algo que portaba el cadáver a modo de adorno personal, formó parte del ritual funerario o incluso pudo tener carácter antiséptico”, explican.

Por lo que respecta a su dieta, los análisis de micro desgaste dental, que acaban de comenzar, permiten detectar una dieta rica en carnes y la presencia de indicios relacionados con la higiene dental y el uso de la dentición como “tercera mano”, que es necesario todavía contrastar.

Otros datos

Continúan las exploraciones espeleológicas del sistema kárstico de la cueva, sin nuevas evidencias de presencia humana en el pasado. Los análisis geomorfológicos han permitido comprobar que debió existir otra entrada, hoy bloqueada y diferente de la actual, al interior de la cavidad, por donde probablemente se introdujo el cadáver del Hombre de Loizu. Sería, en todo caso, un depósito en un punto muy profundo y alejado de la boca.

Otros interrogantes relacionados con la investigación tienen que ver con los análisis biomoleculares y de ADN, que sólo acaban de comenzar, por lo que aún no se dispone de resultados. “Estos nos tienen que aportar información detallada sobre la dieta a lo largo de todos sus años de vida, así como la movilidad geográfica que pudo tener y, por supuesto, todo lo relacionado con su filiación genética”, aseguran.

Cuando finalice la investigación, la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana tiene previsto que se pueda disponer de una amplia y detallada publicación científica de los resultados, así como de un documental que nos relate “toda esta apasionante historia que enlaza pasado y presente”.

Son más de veinticinco los y las especialistas implicadas en el proyecto, pertenecientes a diferentes disciplinas y que desarrollan su labor en centros de investigación como el Instituto de Investigaciones Prehistóricas de la Universidad de Cantabria; la Universidad de Burgos; la Universidad del País Vasco; el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana; la Universidad de Valencia; el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla; la Universidad de Uppsala; y la Universidad de Cambridge.

9 de agosto de 2024

Sacan a la luz un asentamiento de la Edad de Bronce en Tafalla (Navarra)

Entre los hallazgos destacan restos de dos inhumaciones, un conjunto de vasos cerámicos y 6 kilos de lingotes de cobre que permiten documentar actividades rituales y económicas de la época.
Conjunto de lingotes de cobre con un peso cercano a los 6 kilos

La explotación de una gravera en el término de Ceda –La Celada en Tafalla para dar servicio a la construcción de la línea de Tren de Altas Prestaciones entre Zaragoza y Pamplona ha sacado a la luz un asentamiento temporal de la Edad de Bronce que ha permitido documentar actividades rituales y económicas de la población prehistórica navarra.

Los trabajos de excavación, que se realizan en colaboración con la Dirección General de Cultura – Institución Príncipe de Viana, se han llevado a cabo entre 2020 y 2023 por Adif en una zona de préstamos de gravas y han permitido descubrir en una superficie de 2 hectáreas un conjunto de 130 estructuras. Éstas consisten en sencillos rebajes en el terreno de morfología diversa, donde se han encontrado distintos elementos: agujeros de poste de dos cabañas, silos, hogares, fuegos, etc. El yacimiento, que se fecha en la Edad del Bronce a mediados del IIº milenio a.C., fue un pequeño hábitat temporal de corta existencia, un tipo muy habitual durante la Prehistoria reciente en la Comunidad Foral.

Esta clase de yacimientos, conocidos como “campos de hoyos”, se erigieron con estructuras perecederas, por lo que no se han llegado a conservar sus restos constructivos (viviendas, suelos, cercados, etc.) debido a su fragilidad y al efecto de la roturación. Sin embargo, han permitido documentar los restos de los enseres y datos significativos sobre los modos de subsistencia, condiciones ambientales, tecnología, etc. de sus habitantes. Sin embargo, la excavación en extensión permite que afloren numerosa información y en ocasiones descubrimientos inesperados.

Finalizados los trabajos arqueológicos en el yacimiento, los restos descubiertos han pasado a conservarse en los Fondos de Arqueología del Gobierno de Navarra, donde están siendo objeto de restauración. Al mismo tiempo, se está llevando a cabo un estudio científico a través de la colaboración entre la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana y Adif. En el mismo, están participando técnicos del Servicio de Patrimonio Histórico, de Olcairum, S.L. y de diversos centros de investigación (Universidades de Valladolid y Autónoma de Madrid, CSIC, etc.). Los trabajos incluyen la datación radiocarbónica, análisis de metales y de su procedencia, tecnología de elaboración de cerámica, residuos orgánicos, arqueofauna, antropología, etc.

Hallazgos
Entre los hallazgos efectuados, destacan los restos de dos inhumaciones de la Edad del Bronce, las más antiguas conocidas de la localidad.

Además, se ha encontrado el grupo de vasos cerámicos más completo de Navarra de la Edad del Bronce. Gran parte de estas cerámicas se han hallado íntegras, fueron depositadas simultáneamente y finalmente selladas, lo que probablemente represente un acto de carácter ritual del que aún se desconoce su significado ya que no existen paralelos. Los estudios sobre tecnología y residuos permitirán aportar luz para su comprensión.

También se ha descubierto un conjunto de lingotes de cobre con un peso cercano a los 6 kilos, que constituía una pequeña fortuna para la época. Este hallazgo, que supone un caso único en la Comunidad Foral y en el noroeste de España, se comparará con otros descubrimientos realizados al norte de los Pirineos para conocer las circunstancias del abandono de esta fortuna.

La excavación y estudio de Ceda-La Celada constituye un caso único para conocer cómo vivía una comunidad del IIº milenio a.C. en Navarra ya que se han documentado actividades rituales y económicas hasta la fecha insospechadas.
(Fuente: Cultura Navarra)

28 de abril de 2021

Los arqueólogos documentan un asentamiento rural romano en el término de Peralta (Navarra)

La excavación de centra en un área de en torno a 400 metros cuadrados, fruto de la cual se han descubierto parcialmente los restos de un asentamiento rural de época romana de los siglos III-IV d.C., cuyas características y extensión se desconocían. En el yacimiento destaca un edificio de notables dimensiones en el que se ha centrado la actuación.
La Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana, a través del servicio de Patrimonio Histórico, ha anunciado la aparición de los restos de un asentamiento rural de época romana que han salido en un control arqueológico de las obras de instalación de riesgo por aspersión en un paraje del término municipal de Peralta.

Lo que se inició como un control rutinario, han informado, ha acabado siendo una excavación arqueológica en un área de en torno a 400 metros cuadrados, fruto de la cual se han descubierto parcialmente los restos de un asentamiento rural de época romana de los siglos III-IV d.C., cuyas características y extensión se desconocían. En el yacimiento destaca un edificio de notables dimensiones en el que se ha centrado la actuación.

Aunque las estructuras se encuentran muy alteradas por la roturación, insisten, han aparecido en este edificio tres pavimentos con mosaico; uno de ellos, de 30 por 9 metros, ha resultado ser el de mayores dimensiones reconocido en Navarra. Los otros dos anexos tienen menor tamaño y, eso sí, todos ellos se encuentran decorados con motivos geométricos y vegetales.

La colaboración entre las instituciones y el propietario de los terrenos ha permitido salvar de su destrucción este singular hallazgo que se adivina como un importante núcleo durante los siglos finales del Imperio Romano, cuya función está todavía por descubrir.

Para el alcalde peraltés, Juan Carlos Castillo, "esta es una pieza más de la historia de Peralta y, por lo que se baraja, una pieza bastante antigua". De hecho, insistía, "es un hallazgo importante y nuestra idea es ponerlo en valor, preservarlo y darlo a conocer porque nos parece algo muy interesante".

Los trabajos de excavación se iniciaron el 8 de marzo y finalizaron la pasada semana y, paralelamente a esta obra, han llevado a cabo una actuación de conservación preventiva de los mosaicos. De hecho, han decidido cubrirlos y vallar la zona para protegerlos y continuar con los estudios geofísicos.

Además, apuntaba Castillo, al tiempo que informaba de que el propietario de la parcela se mostró colaborativo desde el primer momento, la idea es escrutar con un georradar toda la zona para ver hasta dónde llega este hallazgo y delimitarlo.

Al tanto de todo junto a Dirección General de Cultura - Institución Príncipe de Viana ha estado el Ayuntamiento de Peralta, que ha colaborado de forma estrecha para salvaguardar el lugar y diseñar una estrategia de actuación a futuro. Y es que el objetivo es definir la extensión del yacimiento y analizar y estudiar adecuadamente los restos.

3 de noviembre de 2016

Encuentran una tumba de entre los siglos IV y VII en Ujué (Navarra)

El esqueleto mide entre 1,50 y 1,60 metros y se desconoce si el enterramiento se realizó junto a un templo o extramuros. El sarcófago se compone de piedras reutilizadas de construcciones anteriores.
La datación dependerá de una hebilla de cinturón que se ha encontrado en el sepulcro.
Fruto de los trabajos de renovación de redes y pavimentación que se están llevando a cabo en Ujué desde el pasado mes de julio, afloró hace unos días una tumba de entre los siglos IV y VII después de Cristo en la plaza Mayor de la localidad, ubicada en pleno casco histórico.

Tras detectar su presencia, la empresa adjudicataria de las obras dio la voz de alarma, tal y como prevén los protocolos de actuación en estos casos, avisando del hallazgo a la Institución Príncipe de Viana (dependiente del departamento de Cultura del Gobierno de Navarra) y al gabinete de arqueología y difusión del patrimonio histórico Trama SL, que se desplazó hasta el lugar de los hechos para estudiar el enterramiento.

En total, la intervención llevada a cabo por el arqueólogo Carlos Zuza se prolongó durante dos días, periodo de tiempo en el que “se protegió la zona, se limpió el área para dimensionar la tumba y se encontró el esqueleto de una persona que mediría entre 1,50 y 1,60 metros”, detalla Zuza. En este sentido comenta que el esqueleto correspondería a la Antigüedad tardía, periodo de transición entre la Edad Antigua y la Edad Media, o directamente al Medievo. La datación dependerá de una hebilla de cinturón que se ha encontrado en el sepulcro, cuya decoración ayudará a establecer una fecha más concreta de la muerte del individuo, y en última instancia de la prueba del carbono 14, utilizada para determinar la edad de materiales orgánicos de hasta 50.000 años de antigüedad.

El sarcófago, por su parte, se compone de “piedras reutilizadas de construcciones anteriores”, indica Zuza, las cuales permanecen custodiadas en el almacén municipal a la espera de ser exhibidas. Esa es, al menos, la intención del Ayuntamiento de Ujué. No así el esqueleto, que está siendo objeto de estudio por parte de expertos en la materia.

INTERROGANTES

 Las dudas que se plantean a raíz de este descubrimiento son numerosas dado que al parecer la tumba está “en un terreno que no se considera sagrado, es decir en un terreno en que no hay una iglesia o una ermita ya que en el Medievo lo normal era que se enterrase junto a los templos e incluso dentro de ellos. Otra cosa era en tiempo de Roma, en que estaba estipulado que los cementerios estuvieran fuera de las poblaciones”, subraya el historiador local Mikel Burgui.

De ser así, cabría la posibilidad de que el cuerpo estuviera enterrado en las inmediaciones de la ermita de Jaun Done Maria (San Martín), de la que se tiene constancia gracias a la tesis doctoral de Patxi Salaberri Zaratiegi, quien la localizó junto a la plaza Pilarraña, situada a varios metros de la plaza Mayor, aunque en el pasado puede que ambas estuvieran conectadas (si se elimina el bloque de viviendas que las separa) por la ermita en cuestión. “Patxi Salaberri encontró que en 1780 se daba escuela en esta ermita y que en 1810 el ayuntamiento decidió venderla”, recoge Burgui en su blog Uxue, Ujué atalaya de Navarra, quien apuesta por que se lleve a cabo una investigación arqueológica “más completa” para valorar estos supuestos.

El alcalde de este municipio de apenas 200 habitantes, Rubén Sánchez, subraya la importancia de datar la tumba con exactitud “porque ese dato nos daría pistas de lo que fue Ujué. Si el cadáver es medieval tendría que estar al lado de un templo, pero si es anterior lo enterrarían extramuros, lo que revelaría que por allí pasaba una muralla”. Esta es la razón por la que se muestra expectante ante la próxima apertura de la plaza municipal (situada a escasos metros de la plaza Mayor) por si pudieran aparecer nuevos restos que contribuyesen a recuperar la historia local.

30 de marzo de 2015

Comienza la última fase de la restauración del claustro del Monasterio de Fitero (Navarra)

Después de ocho años de trabajo y 5,2 millones de euros invertidos, el claustro del Monasterio de Santa María la Real de Fitero será sometido próximamente a la última fase de su rehabilitación, que tendrá por objeto la restauración de los muros, el suelo y los acabados del claustro bajo y de la sala capitular. El claustro es una de las joyas de este recinto cisterciense que fue declarado monumento histórico-artístico en el año 1931.
Fundado en 1140 en el lugar de Niencebas, el Monasterio de Fitero puede presumir de ser el primer cenobio cisterciense que se construyó en toda la Península Ibérica.
La Institución Príncipe de Viana sacó ayer a concurso las obras de la séptima fase por un montante global de casi 725.000 euros por lo que el global de los trabajos del claustro, cuando terminen las obras, habrá superado los 5,2 millones de euros, tal y como se contemplaba en el Plan Navarra 2012. La financiación ha corrido a cargo del Gobierno de Navarra y de la Unión Europea a través de los fondos Feder de desarrollo regional, al 50% cada uno.

El período para llevar a cabo la última fase de la restauración es de nueve meses, por lo que se espera que esté concluido en los primeros meses de 2016.
 

TRABAJOS POR FASES
Los trabajos para restaurar el claustro del Monasterio de Fitero se iniciaron en el año 2008 y desde entonces se ha venido realizando una fase por año.

La primera recuperó las cubiertas del dormitorio viejo, su muro occidental y de la zona aneja del dormitorio nuevo, así como la cubierta del ala oriental. La segunda fase consolidó el ala Este del claustro, mientras que la tercera aseguró la estructura de la crujía Norte y sustituyó su cubierta. La cuarta consolidó las bóvedas de las naves Oeste y Sur y la quinta reconstruyó la esquina que se había hundido hace 120 años, al tiempo que reparó las bóvedas que se habían consolidado en la fase anterior.

Por último, en la sexta fase, que concluyó el pasado mes de febrero, se recuperaron, siguiendo el estilo original, las tres bóvedas del claustro bajo que se vieron afectadas cuando se hundió parte del claustro hacia 1890.

La reposición de las molduras de los pilares en las fases en que se trabajó con la parte del claustro más afectada se limitó a las piezas que habían perdido alguna sección, pero no se extendió a aquellas que simplemente habían visto desdibujado su perfil por la arenización o pequeñas descamaciones por el paso del tiempo y las incidencias climatológicas. El tipo de labra de la piedra repuesta se realizó con cincel, de forma similar al original. La piedra utilizada en las reposiciones es arenisca local, de la zona media de Navarra, de características análogas a la empleada en la construcción inicial del claustro.
 

DESAMORTIZACIÓN
El monasterio es un complejo monástico en el que habitó la comunidad cisterciense hasta su exclaustración en 1836. A partir del siglo XV, el conjunto aglutinaba a su alrededor una importante población que tras la desamortización convirtió la iglesia abacial en parroquia de la localidad. Este hecho, que hace que las dependencias monásticas llegadas a nuestros días se encuentren adecuadas y transformadas en función de las necesidades de los nuevos propietarios desde el siglo XIX, también ha posibilitado la conservación de la mayor parte del ajuar litúrgico.

ORIGEN

El Monasterio de Fitero es una joya arquitectónica de la Edad Media, ampliado durante los siglos XVI y XVII con otras construcciones nuevas. Fundado en 1140 en el lugar de Niencebas, el Monasterio de Fitero puede presumir de ser el primer cenobio cisterciense que se construyó en toda la Península Ibérica. 
(Fuente: Noticias de Navarra / Fermín Pérez-Nievas)

25 de marzo de 2015

Descubren un importante yacimiento Calcolítico en Sarriguren (Navarra)

Las obras viarias de la ecociudad han dejado al descubierto restos de estructuras de combustión de hace aproximadamente unos 4.500 años. También han encontrado varios depósitos de almacenaje circulares y pequeños objetos como restos de molinos de mano, evidencias de cerámica y pequeños trozos de herramienta de sílex.
Las excavadoras trabajan cerca de la zona donde aparecieron los restos. FOTO: PATXI CASCANTE
De paseo, los mayores nos recuerdan que el paisaje urbano que nos rodea “antes, era todo campo”. Una condición rural que en Sarriguren ya se explotaba, por lo menos, entre los años 2.500 y 2.000 a.C. Así está quedando patente tras el hallazgo de ruinas prehistóricas durante las obras viarias de la ecociudad, que alargarán la avenida Unión Europea hasta la Ronda Este; restos del Calcolítico (justo antes de la Edad del Bronce) que cuentan que, frente al polideportivo de esta urbanización del Valle de Egüés, ya vivía gente hace unos 4.500 años.

Las ruinas halladas corresponden a estructuras de combustión: “Un rebaje en el terreno en el que colocaban leños, a los que prendían fuego y cubrían con piedras, sobre las que se ponían los conejos, jabalíes... lo que se quisiera cocinar”, explica Nicolás Zuazúa, director de los trabajos. 


Los arqueólogos del Gabinete Trama (empresa contratada por Príncipe de Viana para hacerse cargo de las excavaciones) también han encontrado varios depósitos “que deberían de ser silos para guardar el trigo u otros alimentos”. Según detalla Zuazúa, “son circulares, de un metro de diámetro más o menos, aunque hay uno rectangular de 6 metros de ancho por 2 de largo”. Además, se han descubierto pequeños objetos, como restos de molinos de mano, evidencias de cerámica y pequeños trozos de piedra sílex, con la que se creaban herramientas.

HALLAZGOS SIMILARES

En total, han aparecido seis núcleos, “ubicados de forma bastante dispersa. Es muy difícil llegar a saber si son contemporáneas o no”, apunta Zuazúa, quien señala que, en las cabañas donde se ubicaban estas estructuras, podían llegar a vivir varias familias. Estaban ocultos a unos 40-60 centímetros de profundidad, por lo que algunos habían sido arrastrados por máquinas agrarias.

Estos seis puntos podrían aumentar conforme avancen las obras del PSIS de Salesianos y de urbanización de la zona, donde además se construirá un restaurante de comida rápida y un supermercado.

Los restos encontrados son algunos de los más antiguos de la zona. “No son únicos en Navarra, pero tienen su importancia porque lo que podemos conocer de aquella gente es gracias a los restos que dejan; aún no existía la escritura”, detalla María García-Barberena, técnico arqueólogo de Trama. Similares a estos se encontraron en las obras de la nueva cárcel de Pamplona y en la construcción del colegio Izaga, en Cordovilla.

Estos nuevos hallazgos en Sarriguren se suman a las tres necrópolis (dos medievales y una de la Edad del Hierro) que ya aparecieron en la ecociudad desde que comenzaron las obras de edificación. Zuazúa señala que, “al principio, pensamos que lo que había aparecido aquí -en referencia a las estructuras de combustión- eran necrópolis similares, pero enseguida nos dimos cuenta que no”.

Como se ha procedido otras veces, las piedras se desecharán, pero los demás restos se catalogarán y terminarán en un almacén de arqueología.

(Fuente: Noticias de Navarra /  Nazareth Bernhardt)

28 de marzo de 2018

Intervención de urgencia en la villa romana de Cascante (Tudela)

Financiada por el gobierno de Navarra, esta actuación arqueológica está llevándose a cabo por el grupo de Arqueología de la localidad, profesionales y estudiantes de diversas universidades
Equipo de trabajo de Cascante en plena faena. 
El grupo de Arqueología de la Asociación Amigos de la Historia VICUS de Cascante vuelve a volcarse en la recuperación de su patrimonio local con una intervención de urgencia en una villa romana bajoimperial (siglos IV-V d.C.).

Esta intervención comenzó el pasado sábado 24 de marzo y se prolongará hasta el siguiente sábado 31 de marzo cuando además se abrirá al público general para explicarla “in situ”, según ha declarado Marta Gómara Miramón, arqueóloga local y una de las directoras de esta excavación.

La dirección corre también a cargo de los arqueólogos Óscar Bonilla Santander y Begoña Serrano Arnáez. Cuenta con otros profesionales que ya han estado en varias campañas de laboratorio arqueológicas en Cascante.

Como ya es habitual, Gómara trabaja además con el equipo de voluntarios del curso de Arqueología que excava con ella cada año. En esta ocasión se suman al grupo un grupo de seis estudiantes de grado, doctorado y master de las universidades de Zaragoza y Granada.

RÁPIDO DETERIORO
“En las prospecciones que llevamos a cabo en la zona de Reinuevo el año pasado identificamos que las singulares estructuras de esta villa estaban deteriorándose rápidamente. Tras ser informados, los técnicos de la institución Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra nos ha encargado su estudio y consolidación”, explica Gómara.

La excavación tiene también historia puesto que ya fue “excavada” por un grupo de vecinos y el párroco de la localidad en los años 70 en lo que llamaron la “Operación Rescate”.

Gómara estudió recientemente materiales cascantinos que se guardaban en el almacén del Museo de Arqueología de Navarra. Fue entonces cuando comprobó que una caja no se correspondía con los hallazgos hechos en el antiguo colegio de Cascante por la arqueóloga Maria Ángelez Mezquiriz sino con dicha intervención aficionada.

“La caja contenía también una foto de aquella Operación Rescate en la que unos niños vecinos de Cascante, que hoy son adultos, posaban en una de las rocas de la villa. En la foto, además de la consiguiente historia de nuestra localidad, se ve que la roca estaba mucho mejor entonces, de ahí que se haya acometido esta actuación de urgencia”.

(Fuente: Plaza Nueva)

15 de mayo de 2011

Tudela recuperará el camino de ronda del castillo y el fortín carlista de 1872

La restauración del paseo de ronda, la potenciación del antiguo fortín carlista (en el interior del Corazón de Jesús) y la creación de un museo donde se expliquen las diversas civilizaciones que han pasado por el cerro de Santa Bárbara y la ubicación del antiguo castillo, son las principales novedades de la oferta ganadora del concurso para realizar un parque arqueológico en esta emblemática loma de Tudela (Navarra). 
Recreación del nuevo centro de interpretación de Tudela.
La memoria técnica se centra en siete zonas principales: área de acogida y entrada, centro de interpretación, fortín carlista y terraza del Corazón de Jesús, yacimiento del cerro, paseo de ronda, recorridos por el parque arqueológico y, por último, recreaciones virtuales del entorno y sus infraestructuras.
El área de acogida se ubicará en la parte baja donde actualmente aparcan los coches para subir andando y servirá para recoger información e iniciar la visita, además de contar con una maqueta que reconstruya cómo era el cerro. Desde ahí se podrán dirigir al centro de interpretación (de 550 metros cuadrados), ubicado en la ladera sobre la línea férrea, y que tratará de ser un edificio que no desentone con el entorno para que desde el exterior simule a la antigua muralla. El edificio estará dividido en tres áreas, una muestra permanente de objetos, una sala interactiva y multimedia y aulas, además de otros espacios.
Una de las innovaciones es la intención de rescatar el antiguo fortín carlista (usado por los liberales en la guerra de 1872-1876 y ubicado en el interior del Corazón de Jesús) y musealizarlo con textos explicativos. Como propuesta, esta UTE apuesta por tratar de integrarlo en la recién creada Ruta del Carlismo, potenciada por Príncipe de Viana. Además se apuesta por instalar un mirador en la terraza de este monumento.
El proyecto contempla la musealización del fortín carlista.
En lo que se refiere a los yacimientos, este proyecto apuesta por "no realizar ninguna excavación arqueológica por el momento" para añadirlas a las ya existentes. Su intención es mantener, conservar y mostrar las descubiertas durante casi 15 años de excavaciones del arqueólogo Juanjo Bienes. Precisamente la recreación del antiguo paseo de ronda, que tendrá una longitud de 1,7 kilómetros y una anchura de 3 metros, buscará no sólo realizar un trazado por los límites medievales del antiguo castillo sino también llevar al visitante por los lienzos de las murallas existentes y discurrirá colgada sobre las laderas. Además, en la parte superior del parque se apuesta por mantener las trazas de muralla del fuerte carlista y reurbanizar el entorno, manteniendo el arbolado y algunas zonas sin pavimentar.
Aunque todos estos detalles habrán de confirmarse con la opinión del Ayuntamiento, la intención es que la ascensión a pie a través del itinerario natural proporcione una lectura histórica y narrativa cronológica de Tudela y, al mismo tiempo, permita ver la ciudad actual, el Moncayo y el Ebro pensado tanto para el visitante ocasional y local como para el turista que desee visitar los yacimientos.