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10 de septiembre de 2022

Campaña arqueológica para recuperar la ciudad romana de Mellaria, en Fuente Obejuna (Córdoba)

Restos de la antigua Mellaria, en el término de Fuente Obejuna. / EL DÍA

La localidad de Fuente Obejuna iniciará el próximo 19 de septiembre una excavación arqueológica llamada a ser el antes y el después definitivo para el conocimiento y la recuperación de la antigua ciudad romana de Mellaria. La alcaldesa, Silvia Mellado (PSOE), quien ha presentado este viernes estos trabajos junto al arqueólogo director, Antonio Monterroso, ha destacado que el municipio se encuentra "totalmente ilusionado" ante esta oportunidad, que llega al fin tras un complicado proceso burocrático y después de que el Ayuntamiento adquiriera el terreno en marzo de 2021 tras una inversión de 340.000 euros financiera con remanente municipal.

El equipo liderado por el profesor del Departamento de Historia del Arte, Arqueología y Música de la Universidad de Córdoba Antonio Monterroso trabajará sobre el terreno durante un plazo aproximado de dos meses, para lo que contará con operarios y personal auxiliar del Ayuntamiento mellariense. La alcaldesa ha subrayado que al fin se han superado "todas las dificultades" para recuperar la antigua ciudad romana, para lo que cuentan con el pertinente permiso de explotación concedido por la Junta de Andalucía, a la que ha solicitado que "se comprometa con más financiación".

El proyecto lleva años gestándose. En 2014, la Universidad de Córdoba, con el apoyo del Grupo de Desarrollo Rural, empezó una labor de reconocimiento que ha durado seis años. “Lo normal, en casi todos los sitios, es comprar el yacimiento y luego ver qué hay. En Fuente Obejuna se ha hecho, de modo casi pionero en la provincia de Córdoba, viendo primero qué hay, qué potencial tiene y luego comprando. No se ha querido exponer a la eventualidad, o la dichosa fortuna, ni un solo euro de los melarienses. Y mucho menos nada de la memoria de su gentilicio”, ha explicado Silvia Mellado.

La parcela, denominada finca Masatrigo, cuenta con 23 hectáreas de terreno. ¿Qué se conoce por ahora? La existencia de la ciudad romana de Mellaria, germen de Fuente Obejuna, está testimoniada desde antes del año 75 después de Cristo. Plinio el Viejo, el gran enciclopedista romano que murió en la erupción del Vesubio en Pompeya, dejó escrito en su Historia Natural la existencia de esta ciudad de “no menor nobleza”. No es, por tanto, algo nuevo, ni reciente, ni sujeto a interpretación. Más de 2.000 años soportan ya ese nombre, tan fecundo para los mellarienses. Un periodo de abandono y olvido cubrió la memoria de la ciudad desde el final de época romana hasta los estudios de los eruditos posteriores al Renacimiento.

Fue después la tradición literaria del siglo XIX e inicios del XX la que empezó a retomar y rebuscar el nombre Mellaria, pero no su sitio, confundiéndose con el de Fuente Obejuna. Solo desde la segunda mitad del siglo XX algunos arqueólogos españoles y extranjeros de primer nivel empezaron a relacionar Mellaria con el cerro del Masatrigo. Hallazgos casuales, sobre todo fruto de labores de labranza, apoyaron esta identificación en forma de inscripciones, esculturas y tramos de acueducto recuperados en la Loma del Tinto, Masatrigo o el Chozo Regado.

El estudio definitivo ha incluido tres vuelos fotogramétricos con avioneta en sucesivos años (2014, 2015 y 2016) cubriendo más de 1.500 hectáreas, desde el Masatrigo hasta el pie del cerro del Castaño, cuyo coste asciende a más de 20.000 euros. También se ha hecho una prospección satélite, con satélite espía italo-estadounidense, de 49 kilómetros cuadrados, con un coste de 6.000 euros, desde Mellaria al límite administrativo con Pueblonuevo. Y tres vuelos con dron y sensor espectral infrarrojo de 300 hectáreas en la zona del entorno del Masatrigo con un coste de unos 14.000 euros. Por último, una prospección geofísica con sensores geomagnéticos y geoeléctricos de dos hectáreas en el entorno del cerro con un coste de 5000 euros.

Estas labores aéreas y terrestres de prospección certifican la existencia de una ciudad romana de más de 23 hectáreas de extensión entre su interior y extrarradio. De mayor altura a menor altura, en primer lugar, las imágenes encargadas por satélites ayudaron a delimitar la extensión de la ciudad y su entorno natural. En segundo lugar, los sensores montados en avioneta confirmaron los límites aproximados de la ciudad y sirvieron para conocer sus vías de comunicación.

Posteriormente, los sensores montados en dron sirvieron para saber la orientación de, al menos, cuatro calles y conocer la existencia de los edificios que se sitúan entre ellas. Por último, la prospección geofísica sirvió para asegurar la existencia de todo lo anterior bajo tierra y calibrar la profundidad a la que los restos están enterrados. No hay duda, por tanto, de la existencia de una ciudad romana completa en el entorno del Cerro del Masatrigo.

Mellaria tuvo un foro, compuesto de una plaza, un templo, una basílica judicial y una curia o ayuntamiento además de otros posibles edificios públicos administrativos, como la cárcel, el archivo o el erario, contó con edificios de espectáculo, al menos teatro y anfiteatro, calles, plazas, colegios, tiendas, empresas y vecinos. Todo ese tejido urbano se ha documentado en los llanos que rodean el cerro del Masatrigo. También muralla, que igualmente hemos podido documentar al menos en el litoral tocante con el embalse de San Pedro. Dos torres de la muralla se han documentado, igualmente, en el terreno objeto de compra.ç

En un momento determinado de su vida, hacia el año 74 después de Cristo, Mellaria pasó a llamarse Municipium Flavium Mellariensium lo que comporta en realidad un estatuto jurídico concreto. Quiere decir que fue una suerte de capital comarcal. Sede de la administración y de los tributos. Al igual que hoy, una capital de provincia o de partido judicial tiene edificios administrativos de la ciudad y de la comarca, el estatuto jurídico de Mellaria confirma que también los tuvo.

30 de noviembre de 2022

Las excavaciones de Mellaria sacan a la luz la fuente romana mejor conservada de Andalucía

Los trabajos, llevados a cabo por la UCO y el Ayuntamiento de Fuente Obejuna en el yacimiento de Mellaria recuperan el trazado urbano de la vía Corduba-Emerita, así como una fuente monumental en excelente estado de conservación
Restos de la antigua Mellaria, en el término de Fuente Obejuna. / EL DÍA

Las excavaciones de Mellaria en Fuente Obejuna sacan a la luz la fuente romana mejor conservada de Andalucía. Este jueves han sido presentados en el Cerro Masatrigo los resultados de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo durante los dos últimos meses en la ciudad romana de Mellaria por la Universidad de Córdoba y el Ayuntamiento de Fuente Obejuna. En ellas se ha recuperado el trazado urbano de la vía Corduba-Emerita, así como una fuente monumental en excelente estado de conservación.

Los resultados han sido expuestos al rector de la UCO, Manuel Torralbo Rodríguez, y a la alcaldesa de Fuente Obejuna, Silvia Mellado Ruiz, por el investigador principal, Antonio Monterroso Checa.

La fuente, lacus en latín, cuyos mejores paralelos para comprender su disposición y función pueden rastrearse en Pompeya, es el ejemplar mejor conservado de toda la Andalucía romana y uno de los más monumentales de toda España donde, prácticamente, no se conservan fuentes de este tipo. Hay un caso singular en Valencia y restos de fuentes en otras ciudades que, sin embargo, o bien han aparecido por piezas, o bien no han conservado toda su estructura.

El director de las excavaciones, el profesor Antonio Monterroso Checa, ha explicado que el lacus de Mellaria mide 1,40 metros de altura. Está formado por cuatro grandes pretiles de unos dos metros de longitud y 30 centímetros de anchura que pesarían unos 1.500 kilos aproximadamente cada uno.

La piedra no es del lugar, lo que dota de más empaque al monumento. Se trata de caliza micrítica violácea de las estribaciones de la sierra en plena Córdoba. “Hay que pensar, por tanto, en el esfuerzo del traslado de tales lajas, por los montes, desde Córdoba a Fuente Obejuna. Todo ello indica un patrocinio de un alto personaje mellariense que está por dilucidar”, ha detallado Monterroso. La fuente conserva la pila, la columna trasera albergando la tubería de plomo del agua y una de las lajas verticales de salida del agua. En esta campaña no se ha localizado el mascarón o inscripción que estarían justo en el caño de salida.

En las excavaciones se ha detectado, tal y como se buscaba, el recorrido urbano de la vía Corduba-Emerita, que organiza la forma de la ciudad. Se han localizado las losas del pavimento original, así como sucesivas remodelaciones entre los siglo III y V realizadas conforme a capas de tierra sobre base de guijarros hasta conformar una sedimentación de casi dos metros. Igualmente se han recuperado las alineaciones de las fachadas que colindaban con la vía.

La finalidad de estas excavaciones ha sido mostrar el potencial del yacimiento como agente del territorio y de dinamización cultural de Fuente Obejuna y comarca. Ahora las excavaciones se interrumpen en espera de estudiar los resultados de esta primera campaña. Será en primavera cuando se espera que puedan volver a retomarse.

Esta actividad ha contado con la financiación del proyecto La explotación y el poblamiento del sector central de la tierra de Corduba que no cesaba de ser de oro financiado por la Agencia Estatal de Investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación.

13 de enero de 2017

Un proyecto permitirá la difusión virtual de la ciudad romana de Mellaria, en Córdoba

Un equipo internacional y multidisciplinar sacará a la luz el paisaje, la fauna, los cultivos y el urbanismo de esta ciudad romana cordobesa en un proyecto que servirá de base a diferentes propuestas divulgativas, entre las que destacan las restituciones virtuales.
El control de la ciudad de Mellaria se extendía sobre una superficie de 2.200 kilómetros cuadrados.
Hace más de 2.000 años, en el camino entre dos de las ciudades más destacadas del Imperio Romano, Corduba Colonia Patricia y Emérita Augusta, existió una ciudad “de no menor nobleza”, según transmite Plinio el Viejo, y de la que fue oriundo Cayo Sempronio Sperato, máximo responsable del Templo de la actual calle Claudio Marcelo en Córdoba capital. Era Mellaria, ubicada según los expertos en el entorno del Cerro del Masatrigo, en el término municipal de Fuente Obejuna, ocupando todo el límite territorial entre las provincias de Córdoba y Badajoz. De aquella antigua ciudad quedan algunos vestigios arqueológicos que están siendo estudiados gracias a un proyecto de la Universidad y la Diputación de Córdoba y el Grupo de Desarrollo Rural Alto Guadiato y muchos datos por conocer.

EQUIPO MULTIDISCIPLINAR
La localización de restos arquitectónicos, pero sobre todo, la recuperación del patrimonio ambiental y paisajístico de aquel territorio es la prioridad de un nuevo equipo internacional de investigadores procedentes de ámbitos tan diversos como la ingeniería rural, la biología y la arqueología, unidos en el proyecto Ager Mellariensis –así era como se designaba al espacio que gestionaba la ciudad de Mellaria y que alcanzaba los 2.200 kilómetros cuadrados- financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO) a través de su convocatoria “Retos para la sociedad 2016”.

Durante 4 años, el equipo liderado por los profesores de la Universidad de Córdoba Antonio Monterroso Checa, investigador del Programa Ramón y Cajal del MINECO en el Área de Arqueología, Alberto Redondo, profesor titular de Zoología y divulgador científico, y Francisco Montes y Rafael Hidalgo, del Área de Ingeniería Gráfica y Geomática, tratará de sacar a la luz cómo era el paisaje que rodeaba a la antigua Mellaria, qué animales era usual ver, qué cultivos eran los más populares o cómo eran las casas o los edificios comerciales de la época, ofreciendo una foto fija que servirá de base a diferentes propuestas divulgativas, entre las que destacan las restituciones virtuales, que servirán al Grupo de Desarrollo Rural Alto Guadiato como yacimiento para nuevas iniciativas empresariales que contribuyan al desarrollo económico de la zona.

BASE TECNOLÓGICA
De hecho, el proyecto Ager Mellariensis tiene una clara vocación de transferencia. Por eso cuenta con la colaboración de empresas de base tecnológica líderes en sus sectores, como la italiana Telespazio Iberica (dependiente de la Agencia Espacial Italiana) y Znir Sensing Solutions, especializadas en la teledetección satélite y aérea de vestigios arqueológicos, o Urbeproorbe, firma con amplia experiencia en el análisis y gestión del patrimonio histórico edificado. A ellas se sumarán otros equipos científicos como el Laboratorio de Teledetección Quantalab-IAS-CSIC que dirige Pablo Zarco, o el Departamento de Ingeniería Civil de la Universitá Politecnica delle Marche (Italia) dirigido por el profesor Paolo Clini, la Escuela Politécnica de Belmez y los investigadores de la Universitá degli Studi di Urbino Oscar Mei y Daniele Sacco.

(Fuente: Cordópolis)

20 de marzo de 2023

Descubren la posible ubicación de Madinat Al Zahira, la ciudad perdida de Almanzor

Anomalías del terreno en detalle
 detectadas con tecnología Lidar
y donde se propone la ubicación de Al Zahira.
El profesor de la Universidad de Córdoba Antonio Monterroso Checa halla grandes estructuras en un paraje de piedemonte entre Alcolea y Villafranca de Córdoba con rasgos muy similares a los de Madinat Al Zahara

El profesor de Arqueología de la Universidad de Córdoba, Antonio Monterroso Checa, ha comunicado a título personal en fechas recientes a la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía el que puede ser uno de los grandes hallazgos arqueológicos de la Península Ibérica de los últimos años: la más que probable ubicación de Madinat Al Zahira, la ciudad perdida de Almanzor.

La búsqueda de esta antigua ciudad es uno de los grandes retos arqueológicos en Córdoba desde el siglo XVIII. Se sabe que existió pero hasta ahora no ha sido encontrado resto alguno de un lugar que se construyó para intentar competir con otra de las grandes joyas de la Córdoba omeya: la ciudad palatina de Madinat Al Zahara, que sí que está localizada, excavada y que hasta que se puede visitar.

Hasta ahora, si en algo coincidían todas las fuentes escritas de la época era que Madinat Al Zahira estaba en la zona este de la antigua Qurtuba, justo en el extremo opuesto a Madinat Al Zahara. Su construcción y su función fue la misma: una ciudad fortaleza y palacio para custodiar y ensalzar la figura de Almanzor. Por eso, su más que probable hallazgo guarda, en cuanto a su ubicación, bastantes similitudes con la Madinat Al Zahara ya conocida.

El arqueólogo cordobés Antonio Monterroso Checa es uno de los pioneros en España en el uso de las últimas tecnologías para buscar, encontrar e investigar importantes yacimientos arqueológicos sin la necesidad de excavar el terreno. Gracias al georradar, al uso de la tecnología Lidar-Pnoa y a la generación de modelos digitales del terreno, ha sido capaz de localizar un anfiteatro en Torreparedones o buena parte de la extensión de la antigua ciudad romana de Mellaria. Ahora, ha logrado identificar los restos de varias estructuras de gran tamaño que, según su conclusión, no puede ser otra cosa de Madinat Al Zahira.
Nuevas tecnologías

Monterroso, como responsable de los investigadores de la Unidad Patricia de la UCO, depositó igualmente en 2020 en la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía un atlas con más de 200 yacimientos situados en el norte de Córdoba, que este equipo de la UCO en su conjunto ha localizado gracias a estas tecnologías no invasivas en los últimos siete años. Ahora, “y en cumplimiento de la legislación vigente”, ha comunicado otro que se localiza en una zona de piedemonte de Sierra Morena entre los términos municipales de Córdoba (en las inmediaciones de Alcolea) y Villafranca de Córdoba. Por prudencia, este periódico va a obviar el lugar exacto.

El lugar, de difícil acceso, es una zona de sierra y dehesa donde “a simple vista” no se observan restos arqueológicos. Monterroso ha repasado toda la colección de ortofotografías y fotogrametrías disponibles tanto en el Instituto Geológico Nacional (IGN) como en el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) de los últimos 75 años. En ninguna se aprecia “nada a simple vista”.

Sin embargo, todo es distinto cuando la zona “se analiza desde las nubes de puntos LiDAR-PNOA”. En tres cerros conformados como cabezos sí que se aprecian “anomalías que muy difícilmente pueden dejar de tener un origen arqueológico”. La zona no ha sido urbanizada ni se ha usado para otra cosa en los últimos años que no tenga que ver con una actividad ganadera o cinegética.

El hallazgo al detalle permite observar “perfectamente” la disposición de estructuras de planta cuadrangular o rectangular. Es decir, edificaciones.

Según la interpretación del profesor Monterroso, “un yacimiento dividido en tres cabezos con 640 metros de longitud mínima y 932 metros de máxima, y con una anchura aproximada de 420 metros, solo puede identificarse como una ciudad”. De hecho, en las imágenes se llegan a identificar tramos como lienzos de murallas. Para apoyar su interpretación, Monterroso sostiene que “la disposición de las estructuras” que se ven a través del Lidar “se asemeja, claramente, a algunas zonas laterales en pendiente de Madinat Al Zahara” y de otro yacimiento más, situado cerca de Villarrubia, del que también se dio parte a Cultura hace dos años y que fue publicado por su descubridor, Christian Pérez, alumno de la UCO entonces, en la revista Antiquitas.

“En Madinat Al Zahara, el sensor Lidar del IGN permite conocer zonas que se asemejan urbanística y estructuralmente a la aquí propuesta con estructuras rectangulares salvando la ladera”, describe. Aunque su extensión es algo más pequeña que la zona descrita por Monterroso, el profesor afirma que “Al Zahira, la gran ciudad de Almanzor, debe ser una de las dos, o la de Villarrubia o la de Alcolea, preferentemente esta por ser mayor y estar donde tiene que estar”. Ambos, señala, imitan a Madinat Al Zahara “utilizando igualmente el río, su vega, su urbanística y la preeminencia visual de las estribaciones de la sierra”.

El consenso de los investigadores sitúa Al Zahira al este de Córdoba en función de las fuentes literarias. Antonio Arjona en su búsqueda, aludía a varias claves: estaba al este, se llegaba tras varios puentes y estaba en relación con el Guadalmellato y el camino a Toledo. Y allí precisamente está.

En el primer lugar descrito, Monterroso se inclina por ubicar Al Zahira, ya que en sus inmediaciones se ha documentado el hallazgo de un yamur de bronce. Para el segundo espacio se inclina por “pensar en almunias o palacios de otros personajes”, como “la otra ciudad mandada construir por Abd al Malik al-Muzaffar, llamada al-Hayibiyya, relacionada con al-Amiriyya por el poeta Ibn Suhayd”. “La identificación de esta segunda con la almunia de Al Rummanylla hace pensar que esta ciudad sea precisamente la del hijo de Almanzor”, concluye.

El mito de Al Zahira
Madinat Al Zahira significa “la ciudad resplandeciente” y fue construida en apenas ocho años, a finales del siglo X, por orden de Almanzor. Este dirigente, uno de los más poderosos de la historia de Al Andalus, abandonó Madinat Al Zahara para construirse su propia ciudad palatina, a imagen y semejanza de la primera. Todas las fuentes literarias han coincidido en que lo hizo al este de Qurtuba, en el otro extremo de la ciudad.

El esplendor de la “ciudad resplandeciente” apenas duró una generación más. Almanzor fue sucedido por sus hijos, bajo cuyo gobierno se desató una guerra civil que provocó la decadencia del Califato de Córdoba. Sobre el año 1009 la ciudad fue asaltada y saqueada por el pueblo de Córdoba. La destrucción fue de tal nivel que apenas quedó piedra sobre piedra. Tanto, que no ha sido hasta ahora cuando se han encontrado importantes evidencias estructurales en esta zona de la ciudad sobre lo que pudo ser y donde debió estar Al Zahira.