El ICAC ha llevado a cabo una campaña arqueológica en el yacimiento tardorepublicano de Costa de la Sierra (La Secuita) con el objetivo de delimitar, excavar e interpretar una depresión de grandes dimensiones situada en el norte del asentamiento.
La intervención ha contado con la participación de investigadores y técnicos del ICAC y estudiantes del Máster interuniversitario en Arqueología Clásica Aplicada (URV-ICAC-UAB), y ha contado con el apoyo económico del Ayuntamiento de la Secuita (Tarragona) y el Departament de Cultura.
El yacimiento de Costa de la Sierra se excava desde 2015. Las diferentes campañas arqueológicas han permitido identificar un asentamiento fortificado que fecha de entre del último tercio del siglo II a.C. y el primer tercio del siglo I a.C. Fue con los trabajos de 2021 que se documentó por primera vez la gran depresión que este año se ha excavado: un gran agujero recortado en el terreno natural que, como primera hipótesis, se planteó que podría tratarse de una cisterna de grandes dimensiones.
Según las hipótesis de los investigadores, el fortín podría estar relacionado con la conquista y pacificación del nordeste peninsular, y después de cumplir su función, fue desmontado de forma deliberada. El yacimiento fue descubierto por el arqueólogo Marc Dalmau, vecino del Argilaga y antiguo alumno del anterior máster de Arqueología Clásica (URV-ICAC-UAB).
La reciente intervención del ICAC ha permitido concretar que la depresión hace unos 20 m de diámetro, con una potencia máxima de 3 m respecto a la cota de cultivo actual. Las tareas de delimitación de la depresión han permitido poner al descubierto la muralla norte del asentamiento, hecha con sillares y piedras trabajadas de dimensiones medias y con la misma orientación que la fachada meridional del asentamiento. El hallazgo de este límite del recinto será de vital importancia para conocer las dimensiones aproximadas del fortín (en torno a los 2000 m2) y proponer la restitución.
Por eso, el ICAC se plantea hacer nuevas intervenciones con el objetivo de comprobar el grado de conservación de este sector de la muralla e intentar excavar los posibles restos arqueológicos en el interior del recinto.
Teniendo en cuenta que el recorte es demasiado irregular para tratarse de una balsa y que han aparecido varias marcas documentadas a la roca natural (posiblemente resultado de la extracción de piedra), los investigadores descartan la hipótesis inicial de que se tratara de una cisterna y, con los nuevos resultados, interpretan que el uso del recorte estaría relacionado con el de pedrera, para construir los edificios de asentamiento en el momento de su construcción. Posteriormente, este punto se habría rellenado con el paso de tiempo, vertiendo principalmente tierra y objetos en desuso, como cerámicas rotas, y piedras.
En el mismo espacio se ha documentado también una zona de carácter industrial, con un mínimo de dos estructuras de combustión. Estos dos hornos excavados, de función todavía desconocida, son de características similares: planta circular, sección esférica y revestimiento con arcilla endurecida en las paredes.
(Fuente: Diarimes)