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14 de noviembre de 2022

Almedinilla prepara su Carta Arqueológica

El municipio cordobés prepara su carta arqueológica, que incluirá sitios históricos importantes como la villa romana de El Ruedo junto a otros más modestos que constituyen la "arqueología de lo invisible". En el término municipal hay documentados 70 yacimientos arqueológicos.
Los puntos de interés, señalados con chinchetas. / EL DÍA

En Almedinilla ya se han acostumbrado a que, cada vez que se rasga la piel de la tierra, aparecen restos de su pasado lejano. Aunque no por ello deja de sorprender cada nuevo descubrimiento que se produce: enterramientos romanos donde nadie los esperaba, restos de cerámica íbera en mitad de un olivar, huellas de la Prehistoria en un mirador... El municipio, de apenas 2.500 habitantes, tiene ya documentados cerca de 70 yacimientos, lo que probablemente supone la densidad más elevada por población y territorio de toda la provincia. Y, para que ninguno de ellos se extravíe, el Ayuntamiento está inmerso en la elaboración de su primera carta arqueológica, un documento habitual en municipios de mayor tamaño pero que no es tan usual en los de su tamaño.

"Cuando se elaboró el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en 2007, el Museo Histórico recibió la solicitud de los técnicos que elaboraban el documento para que se contrastaran los datos que recibieron de la Consejería de Cultura en relación a los yacimientos documentados y poder considerarlos en sus trabajos, y se constataron errores importantes", describe el arqueólogo municipal, Ignacio Muñiz. Había nombres mal recogidos, no se incluían todos los restos conocidos y, lo que puede resultar más chocante, incluía yacimientos "inexistente".

A raíz de esto, el Museo Histórico remitió a los técnicos del PGOU las coordenadas reales y en el listado, que también envió a la Junta, se añadió igualmente el patrimonio arquitectónico y etnológico. ¿Qué ha ocurrido desde entonces? "Hemos recogiendo datos de nuevos sitios a partir de hallazgos casuales e información de vecinos, nunca fruto de prospecciones sistemáticas o excavaciones necesitadas de autorización", de ahí la necesidad de contar con una carta arqueológica totalmente precisa, razona Muñiz. Ya son 70 los sitios inventariados y el arqueólogo calcula que al final del proceso serán un centenar.

En un trabajo preliminar, sobre el plano de Google Earth, aparecen una multitud de chinchetas virtuales con los nombres de los sitios históricos, algunos totalmente desconocidos hasta para los propios almedinillenses. Están La Rubia, El Montecillo, Los Corralones, Cerro Alcalá, Las Lomas, La Hoya, Las Escarihuelas...

El último hallazgo, del pasado octubre, denominado Museo o Kmt. 0, son unas tumbas romanas de cremación, posiblemente pertenecientes a esclavos y población muy pobre. Como ocurría en otras ocasiones anteriores, se trataba de un descubrimiento "casual", cuando una máquina realizaba una pequeña intervención municipal en el kilómetro 0 de la carretera que lleva a la aldea de Brácana. En la misma linde de la vía, cuando los operarios ejecutaban un muro de hormigón para contener el terreno, quedaron al descubierto los nuevos restos. La zona no estaba catalogada.

De acuerdo a estas primeras observaciones, se trataría de una decena de tumbas romanas de cremación, "aunque es posible que algunas no lo sean" por encontrarse en un estado de conservación "muy alterado". A esto se suma, como explica Muñiz, que presentan características "muy humildes y sin apenas elaboración".

De la posible decena documentada, una de ellas, la más accesible y mejor observada, presentaba fragmentos de tegulae, ladrillos y piedras para cubrir las cenizas y los huesos mal creamos, sin urna cineraria y muy probablemente sin vajilla. Son, según el arqueólogo, similares a las recientemente halladas junto a la villa romana de El Ruedo y de las mismas características a las ya documentadas en Las Esperillas y Fuenteribera, que llevan al experto a hablar de "una población muy humilde que apenas tiene urnas cinerarias ni ofrendas, con cremaciones defectuosas y cubriciones con restos de material constructivo".

A falta de una investigación más profunda, las tumbas podrían fecharse entre los siglos I y III después de Cristo, pertenecientes a población esclava y trabajadora, que en aquella época "utilizaba los caminos para enterrarse en sus márgenes", según profundiza Muñiz, que propone hablar de la "arqueología de lo pequeño". Es decir, "son restos que normalmente no encuentran los arqueólogos aunque los vayas buscando, cosas casi invisibles que sirven para documentar cómo era la vida de la gente normal en el pasado", dice el experto.

Y en Almedinilla, cosa extraña, este tipo de yacimientos abundan, gracias en parte a la suerte o la casualidad pero, sobre todo, a la insistencia del servicio municipal de arqueología. "Hemos encontrado tumbas de gente muy pobre y huellas de chozas prehistóricas que realmente eran cuatro palos clavados en el suelo. Este tipo de vestigios no suelen estar documentados porque es muy difícil hallarlos, aunque también son de gran valor para reconstruir la historia. Es la arqueología de lo invisible", define Muñiz.

Estos últimos enterramientos se encuentran a los pies del camino ganadero que, partiendo de la localidad, llega hasta Las Esperillas atravesando la fuente del Piojo. En realidad, como atestigua el trabajo de décadas, todo el desfiladero del río Caicena es una zona muy rica arqueológicamente, algo que los historiadores vinculan a la concurrencia del río, el manantial de Fuente Ribera y una serie de caminos ganaderos que fosilizan vías antiguas ya desde época prehistórica.

Así, en escasos kilómetros cuadrados se encuentran la villa romana de El Ruedo con su necrópolis de cremación; la cantera romana de Las Llanás; el yacimiento iberorromano de La Hoya; Los Castillejos, de la época tardorromana-emiral e ibérico; el poblado íbero del Cerro de la Cruz o el yacimiento prehistórico de El Pingorote, cuyo descubrimiento en un soberbio mirador sobre el municipio, también fue fruto de la casualidad.


La villa romana de El Ruedo y el poblado íbero del Cerro de la Cruz, joyas de la corona

La villa romana de El Ruedo y el poblado íbero del Cerro de la Cruz son las joyas de la corona de la arqueología del municipio y, por el momento, los únicos dos enclaves visitables. El poblado data del siglo III antes de Cristo y, con una extensión de unos 50.000 metros cuadrados, es uno de los pocos pertenecientes a la Baja Época Ibérica excavados en Andalucía. Muestra el urbanismo de la época, donde se distinguen las estancias según el uso que tuvieran, como almacenes o talleres de artesanos, molinos de harina, aljibes, almacenes de ánforas o un telar. En cuanto a la villa romana de El Ruedo, data de los siglos I al VII después de Cristo y cuenta con una gran monumentalidad, pues conserva fragmentos de mosaicos, pinturas y pavimentos. En ella se distinguen claramente dos zonas: la pars urbana, que corresponde con la residencia de los propietarios, y la zona productiva pars rustica, destinada a las dependencias agrícolas. Las reservas pueden hacerse a través de la Oficina de Turismo de Almedinilla.

15 de enero de 2024

El Ayuntamiento de Lucena cierra la compra de la ciudad ibero-romana de Morana por 253.000 euros

El calendario de pagos fija una primera entrega de 105.000 euros en torno al mes de marzo, y otros 74.000 en cada una de las anualidades siguientes: 2025 y 2026
Una de las siete cisternas romanas ubicadas en el yacimiento. WIKIPEDIA

La adquisición y puesta en valor de la fortificación íbero-romana de Morana será una realidad en los próximos meses. La iniciativa ha sido objetivo de trabajo de las últimas corporaciones municipales lucentinas, pero el nuevo equipo de gobierno asegura que será este año cuando finalmente se materialice la compra de estos restos, situados junto a la carretera de Jauja, y catalogados como Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía desde hace más de veinte años.

La edil de Patrimonio, Charo Valverde, señala que «el acuerdo cerrado por la anterior corporación con el propietario estuvo prácticamente roto el pasado verano», debido a la pasividad del Consistorio para concretar la compra. En última instancia, y tras varias reuniones, se logró establecer un nuevo calendario de pagos, que aparece reflejado en los presupuestos municipales de 2024. En los mismos se fija una primera entrega de 105.000 euros –que se efectuará en torno al mes de marzo, tan pronto estén operativas las nuevas cuentas municipales– y otros 74.000 en cada una de las anualidades siguientes, 2025 y 2026.

Además, Valverde adelantó que el acuerdo señala que el Ayuntamiento procederá a escriturar a su nombre los terrenos tras el primer pago y acometerá de forma inmediata el vallado perimetral de la zona arqueológica. Así, los presupuestos también contemplan una partida adicional de 50.000 euros, que también permitirá mejorar la valla del centro de interpretación de Los Tejares.

Charo Valverde señalaba que una vez perfeccionada la compra, el primer paso será la elaboración de un estudio para determinar la situación en la que se encuentra el yacimiento, muy dañado por expolios salvajes durante años. El informe deberá establecer una priorización de las actuaciones a desarrollar en Morana de cara los próximos años, tanto desde el punto de vista de la realización de nuevas prospecciones, como de su conservación y puesta en valor como parque arqueológico.

La positiva experiencia que ha supuesto la puesta en valor de otros yacimientos similares en el sur de la provincia como Torreparedones en Baena, Cerro de la Cruz y El ruedo, en Almedinilla, o la villa romana de Fuente Álamo en Puente Genil, debe servir a la nueva corporación municipal como acicate para abordar este proyecto.

Orígenes del yacimiento
El paraje de Morana, situado cerca del río Anzur, cuenta con 1,2 hectáreas correspondientes a la necrópolis, ocho de la ciudad íbera y cuatro del cerro Acebuchoso, así como un bosque mediterráneo anexo. El consejo de gobierno de la Junta de Andalucía lo declaró el 6 de marzo de 2000 como Bien de Interés Cultural, con el rango de Zona Arqueológica.

El yacimiento responde a un modelo de fortificación en lugar elevado, muy característico de la población protohistórica del valle del Genil. Aunque no se han encontrado huellas arquitectónicas anteriores a la presencia íbera, los restos cerámicos recogidos permiten datar la primera ocupación del enclave en la época tartésica. Del período ibérico han quedado vestigios de una doble línea de muralla y de un baluarte defensivo, a los que se suman otros hallazgos procedentes de la ocupación romana como cisternas, tumbas hipogeas, un almacén y otros elementos constructivos.

El Ayuntamiento llevó a cabo en 2006 el deslinde de los terrenos, la planimetría de la zona y la valoración económica de los cuatro sectores en los que se divide, e inició un expediente de segregación que autorizó la Comisión Provincial de Cultura y Patrimonio en enero de 2022 y que ya se ha elevado a público.

18 de enero de 2024

Denuncian la destrucción de un yacimiento arqueológico en Almedinilla (Córdoba)

El arqueólogo municipal y director del Museo Histórico de Almedinilla, Ignacio Muñiz, comunicó el pasado martes al SEPRONA de la Guardia Civil y a la Delegación de la Consejería de Cultura en Córdoba la destrucción parcial del yacimiento arqueológico conocido como “Casilla de Fito” en el término municipal de Almedinilla, destrucción acontecida el 14 de enero de 2024.
Sillares, fragmentos cerámicos y tejas romanas extraídos del yacimiento.

Según  informa la página en Facebook de Amigos del Ecomuseo del Río Caicena el 14 de enero de 2024 por la tarde-noche un vecino de la localidad se puso en contacto con el Museo Histórico de Almedinilla para informar sobre unos trabajos agrícolas (consistentes en retirar una plantación de olivos antiguos para plantar nuevos, con un fondeo de la tierra) que estaba afectando posiblemente a un yacimiento arqueológico por advertir el vecino que sacaban sillares, fragmentos cerámicos y tejas romanas.

El Museo de Almedinilla tiene catalogado un yacimiento muy cercano al lugar, denominado genéricamente “Casilla de Fito”, en principio con la adscripción cronológica romana (pero sin saber exactamente su extensión al no haber intervenido en él). De hecho ya en los márgenes del camino de acceso al lugar el Museo advirtió que de antiguo había algún sillar y restos de tejas y cerámicas de almacenamiento romanas dejados allí a manera de pequeños majanos o señalizaciones de fincas.

Después de una prospección visual del desmonte se comprobó que el mismo era aproximadamente de 1 hectárea de superficie, con la presencia de sillares, cerámica romana (dolia) y tejas romanas (tegulae e imbrices) que han dejado los trabajos agrícolas recientes junto al carril y en la linde de la finca.

Ya en el interior de la finca desmontada se encontraron más restos cerámicos, de construcción, así como ladrillos romanos para la elaboración de suelos (tal vez opus spicatum). También se documentaron manchas de cenizas asociadas a restos cerámicos romanos, y algún fragmento que parece de tradición ibérica, que consideramos urnas de cremación asociadas a una necrópolis.

Es posible, por tanto, que nos encontremos frente a los restos de una de esas primeras ocupaciones romanas consistentes en pequeñas villas romanas (tal vez fortificadas) o pequeños asentamientos rurales con alguna infraestructura industrial (tipo almazaras) con una pequeña necrópolis asociada de cremación que, junto a los fragmentos de cerámica de tradición indígena, nos lleva en principio a una adscripción cronológica en torno al siglo I. a. C o siglo I d. C.

El informe concluye que tras el fondeo de la tierra el yacimiento ha debido quedar muy afectado. Los materiales sin remover y con fracturas recientes nos advierten que el yacimiento estaba antes de los trabajos agrícolas relativamente bien conservado. La recogida de ladrillos romanos para hacer suelos nos señala que la afectación ha debido llegar a los niveles de base.

No obstante, los hoyos para plantar nuevos olivos aún no se han realizado y se hace preciso al menos un Seguimiento Arqueológico de ello.

Desde la página en Facebook informan que la sustitución de cultivos precisa comunicación al Ayuntamiento (que no pone pegas para ello, pero ha de estar informado), que una propiedad, por muy privada que sea, está sujeta a las normativas y a las leyes (uno no puede montar un negocio ilegal en una vivienda o echar venenos tóxicos en su finca, por ejemplo) y que en materia de yacimientos arqueológicos existe una Ley de Patrimonio Español y una Ley de Patrimonio Andaluz.

Señalan que aunque los yacimientos arqueológicos no estén protegidos como Bienes de Interés Cultural (como lo están el Cerro de la Cruz y El Ruedo) la destrucción de los mismos está penada (“y el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento”: sobre todo cuando los trabajos están claramente sacando muros y estructuras, haciendo responsables a propietario y maquinista). 

Desde el Ayuntamiento informan que todo trabajo agrícola se puede hacer en la inmensa mayoría de los casos sin problema alguno, pero que hay que comunicarlo al Ayuntamiento con tiempo. Una vez comunicado desde el servicio de arqueología municipal se lleva a cabo el seguimiento arqueológico “de oficio” y sin coste para los propietarios (como han hecho, sin problemas, muchos vecinos). De no hacerse así, intentando ocultar una destrucción, desde el Museo Histórico se comunica a las autoridades de la Guardia Civil y Junta de Andalucía para que ellas resuelvan…y ya no tan beneficiosamente como sí ocurre cuando se hace desde el Ayuntamiento.

6 de mayo de 2016

Salen a la luz dieciséis enterramientos emirales en Ronda (Málaga)

Podrían ser los más antiguos que se han encontrado en la ciudad del Tajo, al realizarse en un momento de la historia en el que el rito de enterramiento maliki todavía no estaba totalmente generalizado.
Los enterramientos están datados entre los siglos IX y X. FOTO: DIARIO SUR.
Las obras que se están realizando en un solar situado junto a Ruedo Alameda, plaza situada en el Barrio de San Francisco de Ronda, han dejado a la luz una necrópolis medieval que los primeros indicios situarían entre los siglos IX y X, algo que parece confirmar la cerámica a torneta de esa época, aunque deberá ser confirmado por el correspondiente estudio final. Hasta el momento se han identificado un total de 16 enterramientos, cerámicas y muros, que podrían constituir el enterramiento más antiguo que hasta el momento se ha encontrado en la ciudad del Tajo, aunque ya se conocía que en la zona existían enterramientos de época árabe. Este hallazgo se cree que forma parte de la maqbara de la antigua Medinat Runda, que era el nombre con el que era conocida la ciudad en aquella época.

Los trabajos arqueológicos que se están realizando han encontrado en algunas de las tumbas cuerpos prácticamente completos, además de existir enterramientos de diferentes tamaños, algunos de ellos claramente destinados para niños. Además, también cuenta con la peculiaridad de que existen cuerpos que están orientados al este y otros al sureste, lo que llevan a pensar a los expertos a que esta necrópolis podría situarse en la época emiral-califal de Ronda. Un momento de la historia en el que el rito de enterramiento maliki todavía no estaba totalmente generalizado. No obstante, todo deberá ser corroborado por un estudio posterior y de las cerámicas que fueron encontradas en el solar, que tiene unas dimensiones de unos 90 metros cuadrados.

DOS TIPOS DE TUMBAS
En los enterramientos se localizaron hasta el momento dos tipos de tumbas diferentes: una de ellas con lajas de piedras en vertical y cubierta de ladrillo y otras que tienen cubierta de mampostería de piedra sin trabajar. Además, en cuanto a los muros localizados, se cree que pueden formar parte de la delimitación de mausoleos familiares, contando con una "especie de empedrado" que podría haber sido utilizado para realizar las visitas de las tumbas de los familiares.

De momento, los trabajos arqueológicos continúan en la zona y se espera que se prolonguen durante unas dos semanas, teniendo que proceder a la retirada de los cuerpos localizados. Unos restos que serán depositados provisionalmente en el museo municipal y que posteriormente serán trasladados hasta el museo provincial, como se establece por resolución de Cultura. Una vez completado este proceso, deberá ser la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía la que decida sobre el futuro de los restos localizados y si deben recibir algún tipo de protección o conservación.

EXCAVACIÓN PRECEPTIVA
El descubrimiento de esta necrópolis ha sido posible gracias a las obras que el propietario del inmueble inició para la construcción de un restaurante, aunque al tratarse de una zona del casco histórico es preceptiva la realización de una excavación arqueológica. Raúl Hoyos, arqueólogo encargado de los trabajos, explicó que ya se pensaba que pudiesen aparecer este tipo de restos, aunque quedaba la duda del estado en el que pudiesen encontrarse, tanto por el paso del tiempo como por las acciones constructivas que se habían realizado anteriormente, al ser una zona que no dejó se estar habitada.

No es la primera vez que esta zona de la ciudad, situada muy cerca de las murallas rondeñas, aparecen restos de enterramientos. El propio Hoyos había dirigido otros trabajos en calles próximas en las que se encontraron también algunas tumbas, a los que se suman los encontrados por otros compañeros del arqueólogo.

Fuente: Málaga Hoy / Javier Flores)

10 de octubre de 2012

Encuentran una necrópolis romana en Cabra

Las fuertes lluvias de la pasada semana dejan al descubierto varios enterramientos y una cisterna romana en Cabra (Córdoba) que según los expertos es similar a la de la cercana villa romana de El Ruedo, en Almedinilla.
Ariza y Moreno junto a algunas de las piezas donadas
el pasado mes y que han dado pie al descubrimiento de la necrópolis.
Foto: El Día de Córdoba. 
Técnicos de la Delegación de Cultura y Patrimonio del Ayuntamiento de Cabra han descubierto un nuevo yacimiento arqueológico en la zona norte de la ciudad, concretamente una necrópolis de época romana datada entre los siglos II y IV d.C. El hallazgo se produjo de manera casual puesto que las fuertes lluvias caídas la pasada semana provocaron un movimiento de tierras que dejó al descubierto, además de varios enterramientos, una cisterna de similares proporciones a la que se encuentra en la villa romana de El Ruedo, en Almedinilla.

A mediados de septiembre, un ciudadano anónimo donó 44 piezas arqueológicas encontradas en esta misma zona, entre ellas dos estelas funerarias romanas - las actuales lápidas -, lo cual puso sobre aviso a los técnicos municipales. Para el arqueólogo municipal, Antonio Moreno, estamos ante un posible asentamiento rural "de primer orden" que presenta varias particularidades que lo hacen si cabe más atractivo.

La primera de ellas es la existencia de un enterramiento extenso en zonas eminentemente agrícolas, lo que sumado a la cantidad de restos que se van encontrando en la zona hace suponer a los investigadores que allí hubiera podido concentrarse un núcleo poblacional importante. Por otro lado la cisterna y la existencia de piezas domésticas como asas de vasijas, platos cerámicos o molinos, dan si cabe más peso a esta teoría.

El delegado de Cultura y Patrimonio, Javier Ariza, anunció que el hallazgo ya ha sido puesto en conocimiento de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Córdoba "para proteger la zona", anunciando que se facilitará a todos los expertos que lo deseen el acceso al yacimiento para su estudio más pormenorizado. "Este es un dato más de la importancia de la antigua Egabro en ese periodo, y especialmente en el ámbito agrícola", apuntó Ariza.

El personal del Museo Arqueológico estudiará las dos estelas funerarias con técnicas fotográficas que combinan los rayos infrarrojos y las luces ultravioleta para determinar si aún quedan restos de pigmentos en las lápidas, pues los romanos solían realizar inscripciones en colores vivos para determinar la identidad y la posición social del fallecido. Otra de las curiosidades que presenta una de estas piezas es la existencia de una cruz que, en su parte superior, aparece tímidamente tallada lo que la situaría en los inicios del cristianismo en nuestra región, en torno al siglo II d.C.

Estas y otras piezas formarán parte del catálogo que el Museo Arqueológico de Cabra mostrará a los visitantes después de haber permanecido cerrado desde el año 2010 a raíz de las obras de remodelación de la Casa de la Cultura. Según comentó Javier Ariza, las vitrinas ya están posicionadas permitiendo que las piezas puedan empezar a colocarse esta misma semana, tras la instalación de los pertinentes sistemas de alarma.

8 de marzo de 2012

Comienza la intervención arqueológica en la villa romana de El Ruedo (Córdoba)

El objetivo es recuperación de la Sala XIX y la reconstrucción del Hypocaustum.

El pasado lunes se iniciaba la intervención arqueológica para recuperar la Sala XIX dentro del proyecto de restauración integral de la Villa de El Ruedo, en Almedinilla (Cordoba)  para dar una nueva visión al yacimiento. 


Se proyectarán tres intervenciones que afectarán directamente a la conservación y restauración de los restos extraídos y almacenados en 1989 en el almacén del museo.

Con respecto a la restauración del mosaico iniciada se van a realizar una serie de pasos como:

- La limpieza de los restos de cama deleznables en el reverso del mosaico.

- Realización de una nueva cama de mortero de cal y arena con colocación de malla de fibra de vidrio.

- Montaje, in situ, de las piezas extraídas sobre una plancha de panel de celdillas de aluminio, que impedirá la transmisión de humedad.

- Retirada de gasas protectoras del anverso y limpieza de los restos de adhesivos.

- Cosido de las uniones de las piezas con mortero de cal y arena.

- Colocación de lagunas de mortero a bajo nivel en las pérdidas, entonadas con pigmentos naturales.

Se inicia, por tanto, un minucioso trabajo que durará meses y que hará recobrar su belleza de motivos decorativos geométricos entrelazados y de cuadrilóbulos de peltas.

La empresa de gestión de patrimonio arqueológico “Arqueobética” es la encargada de llevar a cabo la intervención planteada.
(Fuente: Sur de Córdoba)