google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri

4 de octubre de 2024

Descubren restos en las Cíes que probarían la ocupación romana de las islas hace 2.000 años

Un equipo de la Universidad de Vigo localiza estructuras constructivos y abundante cerámica cerca de la playa de Rodas. Los investigadores prefieren mantener la prudencia ya que la campaña arqueológica actual todavía tiene cuatro semanas por delante



Si puede ser, puede ser ahora», señala el arqueólogo Adolfo Fernández. Se refiere a que hasta el momento, los restos arqueológicos romanos hallados en las Cíes, localizados en el castro de As Hortas, no certificaban la ocupación de hecho del territorio. Esa posibilidad se presenta ahora con la aparición de estructuras y restos cerámicos en la parte cercana al antiguo monasterio, en una zona próxima a la playa de Rodas. No obstante, Adolfo Fernández prefiere mantener la prudencia ya que la campaña arqueológica actual todavía tiene cuatro semanas por delante.

Desde el pasado lunes, un equipo del Grupo de Estudos de Arqueoloxía, Antigüidade e Territorio (Geaat) de la Universidad de Vigo trabaja en la finca conocida como Viladomar, para conocer la entidad de unos restos surgidos el pasado mes de marzo durante unas obras de acometimiento de saneamiento para unas casas del Parque Nacional das Illas Atlánticas. Es un trabajo encomendado y pagado por la Consellería de Medio Ambiente e Cambio Climático.

En apenas tres días de excavación, el equipo ya ha localizado restos constructivos y abundante material cerámico. «Han aparecido estructuras y son todas muy antiguas; no es una cosa que digas son del siglo IV o del V, porque ha aparecido mucho material indígena, castrexo, y con ánforas romanas, lo que podría hacernos pensar que nos lleva al cambio de era, al siglo I a. C. o al I d. C», señala Adolfo Fernández, aunque insiste en mantener la prudencia. «Es complicado todavía saber lo qué es, pero sí tienen estos restos cierta envergadura y están bien conservados», afirma.

Un castro prerromano
Lo más importante de este hallazgo es que puede fijar los primeros momentos de la ocupación romana de las islas Cíes, un territorio con grandes posibilidades arqueológicas todavía por investigar. Si bien es cierto que en el castro de As Hortas, situado en la ladera del pico donde está el faro, aparecieron restos de ánforas en unas campañas de limpieza realizadas por la Xunta a comienzos del presente siglo, señala Adolfo Fernández que eso no indica que haya una presencia romana de facto. «Puede ser un poblado indígena al que llegaron ánforas porque había contacto con el mundo romano; sí que se sabía que el castro había llegado a la época romana, pero, a lo mejor, eso no es ocupación romana», explica el arqueólogo. «Una ocupación romana de facto, como ocurre en Ons, donde hay fábricas, etc, si puede ser, puede ser en este yacimiento que estamos ahora excavando», afirma. Añade que en las antiguas intervenciones en el castro de As Hortas, la cerámica y las dataciones aportadas, sobre todo por el «cuncheiro», hablaban de un castro prerromano, de la Edad de Hierro.

El equipo de Adolfo Fernández realizará entre seis y ocho sondeos, aunque no descarta reducirlos para excavar en área en las zonas con más restos arqueológicos para apreciar mejor el potencial y poder determinar, de cada a posteriores campañas, qué es lo que están investigando.

La Xunta garantiza la continuidad del estudio
La conselleira de Medio Ambiente e Cambio Climático, Ángeles Vázquez, presentó ayer en la sede viguesa del Parque Nacional das Illas Atlánticas, la campaña de excavación que se está realizando actualmente en las islas Cíes. Estuvo acompañada por el director del equipo, Adolfo Fernández; la delegada territorial de la Xunta en Vigo, Ana Ortiz; y el director-conservador del parque, José Antonio Fernández.

Durante su intervención, la conselleira garantizó la continuidad de las prospecciones arqueológicas en los archipiélagos del parque, tanto este año como el próximo. Para ello, explicó que la Consellería de Medio Ambiente ha destinará 123.000 euros, financiados en parte con fondos europeos.

El objetivo, según afirmó Ángeles Vázquez, es reconstruir la historia de este espacio natural y de sus primeros moradores, convirtiéndolo, a la vez, en un atractivo más para visitar el Parque Nacional y colocar a Galicia en el mapa del turismo de naturaleza y cultural a un nivel internacional.

Proyecto Sentinela
Ángeles Vázquez recordó que la actual intervención arqueológica se enmarca dentro del proyecto Sentinela, promovido por la Universidad de Vigo con la colaboración y apoyo logístico y económico de la Consellería de Medio Ambiente e Cambio Climático. El objetivo de esta iniciativa de investigación arqueológica es catalogar, identificar y registrar el patrimonio cultural del parque nacional.

La conselleira manifestó que la intervención en las islas Cíes se suma y completa las dos acometidas desde el año 2021 en el arenal de Bois, en la isla de Sálvora, y las que se llevaron a cabo en la fábrica de salazón de Canexol y en la zona conocida como A Cova do Lobo, ambas en Ons, una isla que, tal y como recordó la conselleira, tiene desde el pasado mes de marzo un espacio museístico propio en su Centro de Interpretación dedicado a dar a conocer los restos patrimoniales, arqueológicos y etnográficos descubiertos en los últimos años.

Además de la actual intervención en las inmediaciones de la playa de Rodas, este mismo año está previsto que el mismo equipo de arqueología que dirige Adolfo Fernández realice labores de limpieza en el castro de As Hortas para, en posteriores campañas, acometer una excavación en condiciones que determine las características del poblado, así como su cronología. En la actualidad se le considera un castro prerromano, algo que habrá que confirmar o desmentir desde el punto de vista científico.
(Fuente: La Voz de Galicia // Jorge Lamas)

Finalizan las excavaciones en el Castell del Piló de Albalat dels Tarongers (Valencia)

Durante las excavaciones se han encontrado fragmentos cerámicos y otras piezas arqueológicas de interés, que ahora serán analizadas y clasificadas.
Zona en la que se ha actuado en el Castell del Piló.

El Ayuntamiento de Albalat dels Tarongers ha dado por finalizadas las excavaciones arqueológicas en el Castell del Piló, una fortificación medieval ubicada en el término municipal declarada Bien de Interés Cultural (BIC). La intervención ha supuesto la primera fase de un ambicioso proyecto de puesta en valor del castillo, impulsado por el Ayuntamiento de la localidad con el objetivo de preservar su patrimonio histórico y arqueológico y, al mismo tiempo, hacerlo accesible para vecinos y visitantes.

Las excavaciones, dirigidas por los arqueólogos José Rafael Martínez y Sonia López, se han centrado en la limpieza y desbroce de la vegetación que cubría las estructuras del castillo, especialmente en la Torre del Homenaje, uno de los elementos más representativos de la fortificación. Durante los trabajos, se han documentado diversos restos arquitectónicos, como lienzos de muralla, posibles torres defensivas y cimentaciones de antiguas construcciones, muchas de las cuales estaban cubiertas por la densa vegetación del monte bajo y los pinares que rodean la zona.

El Castell del Piló, cuya cronología se remonta a la época medieval, se sitúa en la Muntanyeta de les Forques, una elevación cercana al municipio de Gilet. Este enclave estratégico fue utilizado como punto defensivo, aunque parte de sus estructuras han sido dañadas por la construcción de la Autovía Mudéjar, que atraviesa el área oeste del castillo. A pesar de estos daños, los arqueólogos han logrado identificar importantes vestigios que contribuirán a una mejor comprensión de la evolución histórica de la fortificación.

Según informan los responsables del proyecto, durante las excavaciones se han encontrado fragmentos cerámicos y otras piezas arqueológicas de interés, que ahora serán analizadas y clasificadas. Todo el material recuperado será depositado en los almacenes arqueológicos, conforme a la normativa vigente, y posteriormente podría ser exhibido en futuras exposiciones locales para dar a conocer la historia del castillo y su entorno.

2 de octubre de 2024

Denuncian el expolio de sepulturas en el yacimiento de Almallutx (Mallorca)

Los investigadores han constatado la desaparición de una gran cantidad de huesos en las tumbas que tenían localizadas para documentar los hallazgos

Imagen de archivo de un importante hallazgo del grupo que realiza la excavación de Almallutx. Foto: J. Deyà

Los arqueólogos que investigan el yacimiento arqueológico mallorquín de Almallutx, situado en el embalse del Gorg Blau, han denunciado el expolio de restos humanos en varias tumbas que los investigadores tenían bajo supervisión para poder documentar los hallazgos y protegidas con piedras para evitar su degradación.

El historiador Jaume Deyà, quien lleva investigando el yacimiento de Almallutx junto con Pablo Galera y un grupo de arqueólogos desde su descubrimiento en 2011, lamenta que «se han llevado numerosos huesos, prácticamente dos esqueletos enteros, y no ha sido casual pues teníamos estas sepulturas tapadas y cubiertas con piedras para evitar su degradación por el efecto de las sequías que estamos viviendo en los últimos años; el jueves fui a verlas y habían desaparecido», lamenta apesadumbrado porque con el saqueo se pierden años de trabajo de investigación.

Este expolio se suma al ya ocurrido en 2015, cuando ya desaparecieron los huesos de otra tumba, "algo incomprensible porque estos entierros no se hacen con objetos de valor, solo estaban los huesos", añade. Deyá explica que el yacimiento de Almallutx, de época islámica, alberga dos cementerios: uno datado entre 1230 y 1232, tras la conquista catalana de Mallorca, y otro que sería anterior, correspondiente de la colonia islámica que se instaló allí durante los años de resistencia.

«Los cementerios son la parte más vulnerable del yacimiento, en 4 o 5 años habrán desaparecido debido a las sequías que padecemos con tanta frecuencia, que dejan los restos expuestos al aire libro, por ello documentamos los hallazgos y los usábamos en visitas guiadas para explicar los descubrimientos que vamos haciendo desde hace tantos años de manera altruista», explica.

Una piscina con 2.000 años de antigüedad en el yacimiento de Huerta Varona (Palencia)

La base, «extraordinariamente bien conservada», se construyó en hormigón impermeable. Tenía en su perímetro una zona de paseo con corrientes de agua que evocaban sonidos de la naturaleza.
Se trata de una estructura de los inicios del Alto Imperio.

Aguilar de Campoo se erige como una pequeña Pompeya en la Montaña Palentina, gracias a los restos arqueológicos que verano tras verano afloran en el yacimiento romano de Huerta Varona de la mano del equipo del Instituto Monte Bernorio de Estudios de la Antigüedad del Cantábrico (Imbeac) que lidera el doctor Francisco Torres.

Dicho equipo centró este año gran parte de sus esfuerzos en la zona de la piscina, que deparó varias «sorpresas» al grupo de investigadores. Se trata de una estructura de los inicios del Alto Imperio (en torno al siglo I después de Cristo), es decir, 300 años más antigua que la Villa Romana La Olmeda de Pedrosa de la Vega (siglo IV).

Así, gracias a sus investigaciones sobre el terreno, pudieron esclarecer una serie de incógnitas relacionadas con esta infraestructura como, por ejemplo, sus destinatarios. Estos serían, a tenor de los estudios, romanos pertenecientes a la élite -«cargos importantes con un elevado nivel de vida», señala el doctor- que emplearían la instalación con fines lúdicos y sociales que van más allá de la propia cultura del baño y de las termas.

Esta teoría viene demostrada por la aparición de un completo sistema de paseos de canto apisonado en el entorno del vaso, que los usuarios destinarían a departir, llegar a acuerdos comerciales o sellar alianzas. Estos estaban provistos de un sistema de canalización gracias a los cuales se emulaban sonidos de la naturaleza en un concepto romántico de esta zona de ocio.

Estanques de este tipo, con una disposición central en un espacio arquitectónico en el que se combinan con canales, se denominan viridaria. «Estos no son otra cosa mas que jardines ornamentales para el disfrute de los sentidos en los que se recrea de forma arquitectónica un espacio con lagunas y arroyos», explica Torres, quien pone como cita otros ejemplos en España en Mérida, Tarragona y Zaragoza.

En paralelo, la piscina mantiene toda su estructura constructiva, con una cimentación de hormigón hidrófugo (impermeable), al igual que las paredes de la terma y el sistema de calefacción. En otras partes de la construcción se emplea hormigón común. «El hormigón hidrófugo era un material costoso y era elaborado y aplicado por especialistas, por lo que no estaba al alcance de cualquiera», destaca Torres. Dada su excepcionalidad, en la presente campaña arqueológica se realizó «una cuidadosa excavación que permitió recuperar casi intacta toda la mayor parte de la cimentación», sostiene.

Paralelamente, se recuperó un complejo sistema de evacuación de aguas residuales aún en uso. Se confirma así que Huerta Varona es un núcleo que tuvo una «gran importancia» y que gozó de una «planificación urbanística y arquitectónica muy importantes y con una gran inversión de medios».

El técnico arqueólogo al cargo de la excavación de este sector fue el doctor Javier Atienza, quien elaboró una reconstrucción de la instalación. Gracias a la misma se pude observar cómo estaba recubierta de mosaicos de llamativos colores y muy probablemente con motivos marinos y acuáticos.

Campaña arqueológica
Ocho personas integraron el equipo de este año, entre los que se encontraba una voluntaria de Estados Unidos y una becaria española. Un grupo reducido que se encargó de la microexcavación gracias a la cual se limpió toda la tierra que cubría la piscina. Esta, además, estaría cubierta y asociada al complejo de las termas.

«Más que avanzar rápido, este año lo hicimos con extremo cuidado para consolidar los restos y dejarlos listos para su posterior visita», señala Torres, quien insiste en la necesidad de conservar los restos para prevenirlos de las lluvias. «Estamos muy ilusionados con los descubrimientos. Queda claro que Huerta Varona es un referente en la arqueología del Imperio Romano en el norte de España. Era mucho más que una terma de pueblo, había voluntad de que la gente disfrutara en las mejores condiciones de vida posibles», remata el director de las excavaciones.

Hallan un edificio ibérico de 2.300 años en el yacimiento de la Illeta dels Banyets (Alicante)

Los arqueólogos del MARQ consideran que el descubrimiento puede ser clave para conocer las construcciones de la época
En primer término, el edificio ibérico hallado en el yacimiento de la Illeta del Banyets, en El Campello. Marq

La campaña estival de excavaciones que organiza cada año el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) ha ofrecido este año un resultado especialmente llamativo en el yacimiento de La Illeta dels Banyets de El Campello.

Los arqueólogos del museo alicantino han sacado a la luz un edificio ibérico, cuyos restos son, a juicio de los expertos, “clave para conocer las construcciones de la época”.

Se trata de una casa cuadrangular con un espacio interno dividido en cuatro departamentos, uno de los cuales sufrió un incendio que, en este caso, eleva las expectativas de recuperar en su interior un momento fosilizado de la vida hace 2.300 años. A la vista de los resultados, el próximo año se continuará con la excavación para tratar de esclarecer la funcionalidad de la planta baja de este edificio y así poder ofrecer a los visitantes del yacimiento nuevos espacios musealizados que amplíen la información sobre la ocupación protohistórica de la Illeta.

El diputado de Cultura, Juan de Dios Navarro, visitó ayer el enclave arqueológico para conocer de primera mano los resultados de esta campaña que ha tenido una duración de cuatro semanas. Acompañado por alcalde de El Campello, Juanjo Berenguer, la concejala Lourdes Llopis y por el director del MARQ y coordinador de la Campaña, Manuel Olcina, el responsable provincial recorrió el enclave en el que, durante cuatro semanas, ha trabajado un equipo de profesionales bajo la dirección de Adoración Martínez y del propio Olcina.

El director del MARQ explicó que “es un enclave extraordinario, un lugar de referencia en la arqueología española y europea donde se sintetizan las culturas del Mediterráneo desde la Prehistoria hasta la época romana con vestigios importantísimos como los espacios productivos del establecimiento ibérico-púnico o las termas y viveros de la fase romana”.

A tenor de los resultados de la excavación se ha determinado que la altura de este edificio podría ser superior a los 3,8 metros. Los muros conservan todavía parte de los alzados de adobes y sus revestimientos y en el interior de las estancias se conservan equipamientos y estructuras construidas con adobes, como bancos y plataformas, lo que permite profundizar en los conocimientos de la “arquitectura en tierra cruda” que primaba durante la protohistoria.

Además, se ha podido estudiar el patrón de medidas empleado en la construcción del edificio. Señalan los expertos que “cada pueblo en la antigüedad empleaba un patrón de medidas y proporciones diferentes y este proyecto de investigación pretende, además, establecer si la modulación arquitectónica de los edificios responde a un patrón púnico clásico o si, por el contrario, emplea el pie ibérico o el codo púnico documentado en la parte central del yacimiento y en la zona de Menorca”. Por su parte, los materiales cerámicos encontrados revelan la primacía de los productos importados, siendo frecuente la presencia de materiales áticos, de Ibiza, del norte de África especialmente de Cartago, y de la zona del estrecho.

La Illeta dels Banyets es uno de los yacimientos arqueológicos alicantinos conocidos y excavados desde hace más tiempo. Se encuentra situada en el término municipal de Campello y apenas a nueve kilómetros de la ciudad de Alicante. Se trata de una antigua península que quedó separada de la costa a causa de un terremoto, en una fecha incierta, en el que se destruiría y erosionaría la parte que la unía a la tierra. En 1943 se volvió a unir a tierra para formar un espigón natural, empleando dinamita y destruyendo gran parte de la necrópolis prehistórica.

A pesar de su reducida extensión, este yacimiento es de una gran importancia
A pesar de su reducida extensión, este yacimiento es de una gran importancia, ya que en él se han identificado restos de la Edad del Bronce, previos a los que conforman un asentamiento ibérico y los que quedan de una villa romana, además de la presencia de materiales islámicos que nos hablan de una ocupación, de carácter esporádico, en la Época Medieval.

En 1967, el ayuntamiento de El Campello concedió licencia para un proyecto de urbanización que pretendía edificar diez rascacielos, cinco en la Illeta y cinco en el litoral cercano. Por fortuna, el proyecto se detuvo cuando ya se alzaba una mole de quince plantas junto a la torre renacentista que es símbolo de la localidad marinera. Aquel rascacielos fue derribado con Goma-2, la torre restaurada y, con el tiempo, la Diputación de Alicante terminaría por comprar el terreno y salvar el valioso yacimiento.

1 de octubre de 2024

Descubren en Valladolid un mausoleo paleocristiano del siglo IV

Los trabajos en el yacimiento de 'Las Calaveras', en Renedo de Esgueva, muestran los restos de un edificio monumental único en la meseta norte
Planta del edificio encontrado en el yacimiento de 'Las Calaveras', en Renedo de Esgueva, Valladolid.

Siglo IV d.C., es la centuria de los emperadores Constantino I o Teodosio I el Grande. Roma se encuentra acosada en su frontera por los bárbaros y la que otrora fuera una civilización urbana, ahora el mundo rural y el cristianismo está tomando el protagonismo. En Hispania, en la meseta, en el valle del río Esgueva, entre las tierras de labranza, se encuentra una estructura cuadrangular y cuatro ábsides, un tipo de construcción del posiblemente vinculado al “mundo paleocristiano ” y con carácter monumental. Los primeros indicios parecen que se trata de un mausoleo, anejo de una basílica, que estaría cerca de una gran villa. Así lo asegura Santiago Sánchez de la Parra Pérez, que junto a la investigadora Sonia Díaz Navarro dirigen la campaña de excavación en el yacimiento romano de 'Las Calaveras', en Renedo de Esgueva.

La primera parte, a falta del trabajo de laboratorio que permita arrojar más certezas sobre los hallazgos. En el entorno del mausoleo se han encontrado “siete inhumaciones completas”, como ha indicado Sánchez de la Parra. Además, de otros restos óseos dispersos que el trabajo agrícola durante generaciones ha removido. “Esto sugiere que hay más enterramientos, pero los huesos están mezclados y fragmentados”, precisa.

Un vuelo aéreo en 1997 localizó el yacimiento

Llama la atención que el yacimiento estuviera a tan solo 15 centímetros de la superficie, por lo que el paso de herramientas como el arado ha castigado unos restos que llevan desde el año 1999 incoados como Bien de Interés Cultural. El hallazgo inicial lo realizó el arqueólogo Julio del Olmo, —actualmente presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid— con un vuelo aéreo en 1997. En resumen, como explica Sánchez de la Parra, las fotografías tomadas con esa técnica permiten diferenciar estructura gracias al “crecimiento diferencial de la vegetación” ya que, en este caso, se puede ver por el color y la forma de la planta.

En todo el yacimiento de 'Las Calaveras' han trabajado en una parcela de 13x13 metros al sur de todo el conjunto. Los primeros indicios muestran una estructura tetraconque con cuatro ábsides paralelos que podrían haber tenido función funeraria, señala el director del proyecto. El edificio, de unos muros de espesor de metro y medio, dataría de los siglos IV o VI d.C. aunque los “estudios preliminares de la cerámica” permiten retrotraerse “más al siglo cuarto que al siglo sexto”.

Para el director de excavación el hallazgo “más significativo” es esta estructura debido a “la monumentalidad que tiene”. “Tenemos que pensar que es una estructura con unos muros muy gruesos, que tendría varias cúpulas, con teselas de vidrio y muchísimos colores en la cubierta, que las estamos encontrando dadas la vuelta ya derruidas, y varios trozos de mármol que vienen de diferentes zonas de la península y del mundo —en concreto del Peloponeso, en Grecia—”, indica.

“Tendríamos que imaginarnos un edificio majestuoso, bastante grande y todo lleno de color y decorado. La importancia de todo el conjunto es la singularidad arquitectónica ya que no tenemos un conjunto así en toda la meseta norte”, relata Sánchez de la Parra.

Otra característica singular es su modelo arquitectónico, que también seguirá la basílica cercana aún por excavar, ya que sería “puramente norteafricano” extendido principalmente en la mitad sur “desde Badajoz hacia el sur”, comenta el investigador. Este conjunto y los de Marialba en León,, la basílica de la Villa de Fortunatus, en Huesca y la basílica paleocristiana de Ampurias, en Sant Martí d’Empúries, en Gerona son los vestigios más antiguos de basílicas paleocristianas la Península.Eso sí, matiza que “ninguna” sigue el modelo arquitectónico de ‘Las Calaveras’.

Lo que se sabe de la biografía del yacimiento, como detalla Sánchez de la Parra, es que se encontraba en un entorno completamente rural en el que comienzan a proliferar las grandes villas a partir del siglo IV. En la meseta es el modelo extendido “por las propias características geográficas y de la riqueza del suelo”. Hay grandes ejemplos como las villas de Almenara-Puras, en la provincia de Valladolid, o la de la Olmeda, en Palencia.

Las hipótesis sobre 'Las Calaveras' pasan porque la villa tenía su origen en una edificación de peristilo en la que nunca se ha intervenido y que está visible desde la zona de excavación. Esta teoría no está confirmada ya que las fotografías aéreas no reflejan una continuidad entre ambas estructuras.
Origen

El origen del mausoleo estaría en torno a lugar de enterramiento de una persona o familia importante de la zona. De momento, han localizado un cementerio con unas siete inhumaciones completas además de los restos casi un centenar de personas. De forma más superficial a los muros y las sepulturas se han hallado “un nivel” previo con muchos “huesos inconexos”. “Por la cantidad de huesos que estamos localizando creemos que podría llegar a centenar, pero bueno, evidentemente eso es una impresión desde el campo”, apunta Sánchez de la Parra.

Sobre el método de enterrar los cuerpos, Sánchez de la Parra indica que es muy similar en todos los casos: ladrillo, teja, piedra y mortero de cal. Una fórmula simple con materiales comunes y sin grandes ajuares salvo los hallazgos de teselas de mosaico que vendrían del edificio.

A falta de las pruebas con Carbono 14, estos enterramientos serían posteriores a la construcción del edificio. Por el momento, los hallazgos en los restos muestran signos de “estrés estrés físico bastante fuerte del tipo artrosis”. “A menos que sean personas de edad muy avanzada, que eso lo tenemos que ver luego en laboratorio cuando limpiemos bien los huesos, probablemente tuvieran unas condiciones de vida muy duras debido a que tenían un trabajo físico”, explica Sánchez de la Parra.

Entre los restos óseos de cuatro de las inhumaciones también han encontrado metal a modo de “una especie de pulseras”, como afirma el investigador. Tampoco han encontrado nada de cerámica u objetos preciosos algo que hacen que el director del yacimiento piense “más en el cristianismo que en otra que en otra en otro tipo de cultura”.

El trabajo de laboratorio va permitir conocer la cronología. Es posible, como matiza Sánchez de la Parra, que los restos inhumados de los niveles inferiores serían los del siglo IV, vinculados al mausoleo. Los más superficiales estarían en el uso de la basílica y la concepción de enterramiento cristiano cercano a la iglesia actual.

De la misma forma que conocer la vida de los edificios, la muerte del mausoleo y la basílica vendría a partir “del siglo sexto, siglo séptimo o siglo octavo” a mano de los visigodos que reaprovechan muchas de las estructuras. Al menos, ha sobrevivido al expolio “moderno” a pesar del daño sufrido por el arado.

Los trabajos de excavación, financiados por el Instituto de Promoción Cultural Arcadia de la Fundación Universidad de Valladolid y apoyados por el Ayuntamiento de Renedo y la Comandancia Militar de Valladolid y Palencia, se han realizado en este mes de septiembre. Los siguientes pasos a dar son elaborar un informe para remitirlo a la Junta de Castilla y León y buscar una financiación que permita estudiar la historia del yacimiento de 'Las Calaveras' de Renedo de Esgueva.

Un equipo de la UPO descubre un triclinio acuático en Villa Adriana

Investigadores de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla han revela nuevos detalles sobre la villa imperial del emperador Adriano en Roma, entre ellos una sala de banquetes rodeada de agua.

Equipo de la UPO que ha participado en la campaña de excavación en Villa Adriana.

El equipo científico del Seminario de Arqueología de la Universidad Pablo de Olavide ha realizado un importante hallazgo en el marco de su última y reciente campaña de excavación en Villa Adriana, una de las construcciones más emblemáticas del emperador Adriano, ubicada a 28 km de Roma. El descubrimiento ha revelado la existencia de un triclinio acuático, una sala de banquetes rodeada de agua, en la que se aplicó una solución arquitectónica muy singular para su época.

Durante la campaña de excavación, llevada a cabo del 8 al 29 de septiembre, el equipo centró su trabajo en el pórtico central del Palazzo de Villa Adriana, área que fue la primera zona residencial del emperador. El triclinio está compuesto por una plataforma central que, en tres de sus lados, está bordeada por un estanque.

Las excavaciones han revelado que tanto el interior del estanque como el zócalo de las paredes estaban revestidos con mármol blanco, destacando el mármol de Carrara y otros procedentes de diferentes partes del Imperio. Este tipo de sala era habitual en la arquitectura romana, pero el diseño descubierto es especialmente singular y único en su época, que más tarde se reproduciría en otras construidas en distintos lugares del Impero Romano. Ejemplos similares de estos comedores rodeados de agua se pueden encontrar en la península ibérica, como en la Villa romana de Salar (Granada) y en la Casa dos Repuxos en Conimbriga (Coimbra, Portugal).

En campañas anteriores, los arqueólogos y arqueólogas de la UPO descubrieron otro triclinio acuático de distinto diseño en la misma zona del Palazzo, lo que convierte este lugar en un auténtico laboratorio arquitectónico donde se experimentó con el uso del agua en espacios de banquetes. Las dimensiones reducidas de las plataformas donde se celebraba el banquete sugieren que estos comedores eran íntimos, reservados para el emperador y dos comensales más, creando un espacio de reunión privada.

Rafael Hidalgo, profesor de la UPO y director del proyecto, destaca la importancia de este hallazgo: “La localización de dos triclinios acuáticos nos permite entender mejor las innovaciones arquitectónicas llevadas a cabo en Villa Adriana y el papel simbólico del agua en las estancias dedicadas al banquete”.

El proyecto arqueológico en Villa Adriana, desarrollado de forma ininterrumpida por la UPO desde 2003, es el primer proyecto de excavación español en esta villa. Solo otros dos equipos internacionales, de las universidades de Oxford y Columbia, están actualmente autorizados para excavar en este sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El proyecto de la UPO en Villa Adriana junto al proyecto institucional del CSIC en la ciudad romana de Tusculum, son los dos únicos proyectos de excavaciones arqueológicas españoles que actualmente se desarrollan en Italia.

La reciente campaña ha contado con la colaboración del Instituto Autónomo de Villa Adriana y Villa d’Este, dirigido por Andrea Bruciati, y ha sido financiada íntegramente por la Universidad Pablo de Olavide, con el apoyo de su Consejo Social, la Facultad de Humanidades y el Departamento de Geografía, Historia y Filosofía. En esta ocasión, el equipo de excavación está constituido por profesorado e investigadores e investigadoras de la UPO y estudiantes de la Facultad de Humanidades, así como por alumnos y alumnas de la Università degli Studi Roma Tre.

30 de septiembre de 2024

Finalizan los sondeos arqueológicos en el yacimiento de Filleras

La intervención en el enclave, ubicado entre Sos del Rey Católico y Sangüesa, ha desentrañado un espacio de posible uso vitivinícola

Después de tres semanas, ha concluido la campaña de sondeos en el yacimiento de Campo Real-Fillera, un enclave de época romana ubicado entre Sos del Rey Católico y Sangüesa. Los trabajos, llevados a cabo por un equipo de arqueólogos en el que participan estudiantes de la Universidad de Navarra, sugieren el uso de este espacio como recinto de producción de vino.

El proyecto, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, comenzó en 2023 bajo la dirección de Javier Andreu, catedrático de Historia Antigua de la Universidad e investigador principal del proyecto, y en él han participado alumnos del Diploma en Arqueología de la Facultad de Filosofía y Letras. Los trabajos también han contado con la colaboración de la arqueóloga Luka García de la Barrera, graduada en Historia y Arqueología por la Universidad y becaria predoctoral del Gobierno de Navarra.

Durante las excavaciones, el equipo ha centrado sus esfuerzos en la investigación de una estructura perforada por una serie de orificios cuadrangulares, cuyo uso concreto aún se desconoce, aunque, como ha señalado el profesor Andreu, “podría apuntar a un gran recinto de instalación de vides, un marco de plantación”. Asimismo, se han hallado fragmentos de cerámica romana en los huecos cuadrados excavados en la grava del terreno, lo que podría arrojar luz sobre el uso agrícola del área. "Los descubrimientos sugieren que la estructura no es un simple almacén de alimentos, como se había supuesto en un principio a partir de los datos de la fotografía aérea, sino algo completamente diferente", explica el profesor Andreu.

A pesar de que todavía no ha podido determinarse con exactitud la función de este espacio, su posible uso como recinto de producción de vino abre nuevas líneas de investigación para futuras campañas. “Es muy satisfactorio haber realizado esta primera campaña en Fillera con nuestros estudiantes, cerrando así el ciclo que iniciaron Alejandro Marcos y Amparo Castiella en los años setenta”.

Yacimiento descubierto en 1974
Los profesores Marcos y Castiella, entonces docentes de la Universidad de Navarra, descubrieron este yacimiento en 1974 gracias a unas fotografías aéreas; un hallazgo que posteriormente documentaron en su obra “Prospecciones arqueológicas en Navarra”. En 2011, unas prospecciones geomagnéticas encargadas a la Universidad de Hamburgo identificaron esta estructura, que podría formar parte de un edificio de carácter productivo, vinculado a la economía de las pequeñas ciudades romanas del territorio vascón, como ha explicado el profesor Andreu.

El yacimiento de Fillera, que abarca unas 13 hectáreas, se encuentra en un punto estratégico de la red viaria romana que existía entre Caesar Augusta (actual Zaragoza) y Pompelo (actual Pamplona) y a escasos 20 kilómetros de importantes ciudades romanas del ámbito vascón, como Iluberis (Lumbier), Santa Criz de Eslava o El Forau de la Tuta, en Artieda de Aragón. “Aunque su estado de conservación es limitado, el lugar ofrece información valiosa sobre la planificación urbana y la vida económica en las ciudades romanas del norte de Hispania”.

Esta intervención arqueológica es la primera de carácter científico en el yacimiento y marca un hito importante en el estudio del patrimonio romano en la Comarca de las Cinco Villas. En 2024, el equipo pretende continuar con las investigaciones, con el objetivo de desentrañar más detalles sobre el modo de vida en esta ciudad romana.