La sentencia, que ya es firme, confirma que Victorino Alonso cometió un delito contra el patrimonio histórico cuando ordenó ejecutar las obras que destruyeron en octubre de 2007 el yacimiento Neolítico de la Cueva de Chaves -el más importante de España-, ubicado en el municipio oscense de Bastarás. La sentencia mantiene la multa de 25.490.805 euros.
La destruída Cueva de Chaves.
La Audiencia de Huesca ha reducido de dos años y medio de prisión a dos años la pena impuesta al empresario leonés Victorino Alonso por dilaciones judiciales indebidas, pero mantiene la multa de 25.490.805 euros por la destrucción de la Cueva de Chaves, un yacimiento arqueológico situado en la Sierra de Guara declarado Bien de interés Cultural (BIC) y reconocido por la Unesco como patrimonio mundial.
La sentencia, que ya es firme, confirma que Alonso cometió un delito contra el patrimonio histórico cuando ordenó ejecutar las obras que destruyeron en octubre de 2007 el yacimiento Neolítico de la Cueva de Chaves -el más importante del Estado español-, ubicado en el municipio oscense de Casbas, dentro de una finca que la empresa Fimbas, SA -controlada por el empresario minero- explotaba como coto de caza.
El Juzgado de lo Penal número 1 de Huesca ya impuso en noviembre de 2016 la pena de dos años y seis meses de cárcel a Alonso, al considerarlo autor de un delito contra el patrimonio. De esta forma, la Audiencia notificaba este pasado lunes su sentencia ante el recurso de apelación presentado por la defensa del empresario leonés, que si bien reduce la pena de privación de libertad, confirma la indemnización de 25.490.805 euros en favor del Gobierno de Aragón por los daños.
La Audiencia aprecia “varios intervalos de tiempo” en la instrucción del caso, que no pueden ser atribuidos a la complejidad de la investigación ni a la actitud del encausado. En concreto, el tribunal aprecia cuatro periodos de paralización y computa en siete años el tiempo transcurrido entre el comienzo de la instrucción y la celebración del juicio, motivos por los que estima la atenuante de dilaciones indebidas, que rebaja la pena impuesta a dos años, “habida cuenta de la especial gravedad de los daños, su trascendencia e irreversibilidad, así como la futilidad del motivo para intervenir en la cueva”.
Asimismo, la sala rechaza el resto de los argumentos que esgrime la defensa en su recurso, entre estos “la prescripción del delito, la vulneración de la presunción de inocencia del acusado, la falta de protección del yacimiento arqueológico y el cálculo de la indemnización”.
La Audiencia oscense razona que la investigación judicial de los hechos supuso “una inequívoca voluntad de no renunciar a la persecución del delito y su castigo”, acto que interrumpió la prescripción. Además, recuerda a los representantes legales de Alonso que si éste fue absuelto en el mismo proceso de un delito contra el medio ambiente que se le imputaba por las actuaciones en la cueva fue porque no quedó acreditada su comisión, pero no por haber prescrito, como señalaba el recurso.
Por otra parte, destaca que los testimonios que señalan al empresario como administrador de hecho de la sociedad que explotaba el coto de caza constituyen “prueba de cargo suficiente con la que destruir la presunción de inocencia” del reo.
El abogado defensor, aunque la sentencia es firme y no admite recurso, ya ha anunciado su intención de presentar un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.
ANTECEDENTES El proceso se inició en junio de 2009 por una denuncia interpuesta por la Fiscalía al tener conocimiento de que en el yacimiento arqueológico de la finca denominada “Bastarás”, en el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara y uno de los más importantes asentamientos neolíticos de la Península Ibérica por sus hallazgos y sus pinturas rupestres, el empresario Victorino Alonso García ordenó la realización de obras en el interior de la Cueva de Chaves consistentes en el vaciado de sus losas y sedimentos, con el fin de nivelar el suelo de la cueva y colocar comederos y abrevaderos para la cría de cabras, así como de utilizar el material extraído para la construcción de un dique de contención de aguas cercano a la cueva.
Las losas y sedimentos arqueológicos fueron retirados con una retroexcavadora de gran tonelaje y sin la presencia de ningún arqueólogo. El magistrado consideró entonces acreditados los daños consistentes en el arrasamiento y destrucción de la práctica totalidad de los niveles arqueológicos de cronología neolítica que se encontraban en la Cueva de Chaves.
En su sentencia, el juez consideró también acreditado que Fimbas SA era conocedora de la existencia del yacimiento arqueológico, de su protección y de la necesidad de solicitar autorización a la DGA para realizar cualquier tipo de intervención en la cueva y que Victorino Alonso, “no sólo era conocedor de la existencia del yacimiento dentro de la Cueva de Chaves, sino también de su valor arqueológico y por consiguiente también de su protección”.
Pese a ser conocedor del valor arqueológico del yacimiento, el empresario leonés “tomó la decisión de vaciar la Cueva de Chaves con el fin de utilizarla para el interés de la empresa y la explotación del coto de caza”. Entendió entonces el juzgado que la extracción de sedimentos y la nivelación del suelo “obedeció a un plan preconcebido y no como consecuencia de una acción involuntaria de arrastrar la tierra al sacar las losas”, tal y como argumentaba en aquel momento la defensa.
Una investigación etnoarqueológica revela la ubicación y los restos de la antigua estructura de madera sobre el río Segura anterior a la actual del siglo XVIII. El paso elevado se localiza sobre el azud de sillería en pleno centro urbano y tendría una longitud de 40 metros por 10 de ancho.
En primer término, las rocas sin tratar que son la base de una de las pilastras del puente. FOTO: EL MUNDO
Durante siglos, los vecinos de la localidad alicantina de Rojales han venido observando que para la construcción de la presa o azud del río Segura fueron utilizados diferentes materiales y de calidades distintas. Sin saber el porqué, los trabajados sillares entrelazados magistralmente para resistir las grandes avenidas del río contrastaban con zonas rellenas de piedras casi sin tratar, ubicadas en la presa y curiosamente en puntos equidistantes entre sí.
Popularmente se viene manteniendo que las diferencias observadas se debían a la degradación sufrida en puntos concretos del azud por el paso de los siglos. Ahora el enigma ha sido resuelto gracias a los trabajos de investigación y redacción de informes para la protección y restauración del conjunto hidráulico de Rojales.
De forma inesperada ha tenido lugar este descubrimiento etnoarqueológico, uno de los más importantes de las últimas décadas en el sur de la provincia: la localización de los restos de un antiguo puente sobre el río Segura, anterior al actual, y que se ubicaba sobre la presa o azud de sillares.
Con el hallazgo, la importancia del conjunto histórico formado por el puente de sillería de Carlos III, la noria, la toma de la acequia de la Comuna y el azud, aumentan su valor al constituir uno de los más grandes y ambiciosas obras de arquitectura hidraúlica y vial de la Comunidad Valenciana de los siglos XVI-XVIII.
El hallazgo ha sido constatado por el director del Servicio de Patrimonio Cultural de Rojales, Manuel de Gea y por el arquitecto técnico Antonio M. González. La investigación-técnico arqueológica determina que «de forma inesperada», y en el transcurso de los estudios realizados en el conjunto hidráulico se han descubierto las bases de las pilastras de sillarejo (sillares pequeños) de un antiguo puente situadas en el azud. La bases, hasta cinco, siguen una trayectoria semicircular, que lo convierten «en una construcción inédita para la época de su construcción, en el siglo XVI» se añade.
VALOR AÑADIDO Pese el actual puente de sillería fue construido en el siglo XVIII, sustituyendo al ahora localizado cuya base peatonal era de madera y sus pilares de piedra incrustados en la presa. «Se trataba de un puente mucho menos sólido que el actual y más propenso a sufrir el efecto de las grandes avenidas de agua. De ahí su sustitución en el siglo XVIII por el actual» indica de Gea.
Según las investigaciones el puente de madera estaba apoyado sobre dos grandes plataformas en ambas orillas del Segura, una de las cuáles se conserva en la margen derecha del río. Las cinco pilastras sobre las que se apoyaba el puente estaban colocadas siguiendo la corona circular del azud de sillería de una longitud de 40 metros por 10 de ancho.
En estos puntos no existen sillares ya que para sujetar las pilastras se utilizó piedra suelta y sillarejos sujetos con argamasa. La utilización de un dron durante los trabajos ha sido determinante para el hallazgo.
La concejala de Patrimonio Histórico de Rojales, Inmaculada Chazarra, destaca el enorme valor histórico del conjunto hidráulico que además, conserva como el primer día de su construcción sus usos, lo que le da todavía más importancia y realza su singularidad. «Ahora todavía tiene más valor al haber sido localizado los restos del antiguo puente» subraya.
La función del azud, de origen medieval, era y es elevar el nivel de la corriente del río para desviar el agua por el canal de captura de varias acequias mayores y de la noria de Rojales. «Ahora se demuestra que tenía (el azud) también la función de soportar el antiguo puente» apostilla Antonio M. González. (Fuente: El Mundo / Eduardo de Gea)
Podrán acceder universidades españolas que actúen en patrimonio histórico, artístico y cultural
También están destinadas a organismos públicos de investigación o ayuntamientos y entidades de ámbito local menor
El Gobierno de Castilla-La Mancha destina 450.000 euros a investigación arqueológica y paleontológica. FOTO CLM24
La Consejería de Educación, Cultura y Deportes ha publicado la convocatoria de subvenciones para la realización de proyectos de investigación del patrimonio arqueológico y paleontológico de Castilla-La Mancha para el año 2018. El Diario Oficial de Castilla-La Mancha ha informado de dicha convocatoria, a la que podrán acceder las universidades españolas, fundaciones de universidades españolas que desarrollen investigación en materia de patrimonio histórico, artístico y cultural; así como organismos públicos de investigación o ayuntamientos entidades de ámbito local menor.
Estas ayudas tienen por objeto la financiación de proyectos de investigación del patrimonio arqueológico y paleontológico en Castilla-La Mancha. Podrán ser intervenciones arqueológicas o paleontológicas en bienes pertenecientes al patrimonio cultural de la región o bien estudios de materiales referidos a yacimientos arqueológicos o paleontológicos.
El importe total de la convocatoria es de 450.000 euros, mientras que el importe máximo individual por proyecto para el año 2018 será de hasta un noventa por ciento del total del proyecto presentado.
El plazo para la presentación de solicitudes será del 8 de enero de 2018 hasta el 8 de febrero de 2018. La solicitud deberá ir acompañada de la memoria del proyecto, según el modelo que consta como Anexo I de la resolución de convocatoria, firmada por el investigador principal.
El Ayuntamiento de Cabra y los propietarios de la parcela de terreno donde se encuentra el yacimiento arqueológico de la villa romana del Mitra, han llegado a un acuerdo por el que ésta ha sido adquirida por el consistorio y para lo que en los próximos días se procederá en el salón de plenos a la firma documental de la compra y en la que se darán más detalles de la misma
El yacimiento fue declarado Bien de Interés Cultural en e año 2015.
Una compra por parte del Ayuntamiento que pone fin al deseo que desde hace décadas tenía el municipio de hacerse con la propiedad de este importante yacimiento que en marzo del 2015 fue declarado por la Junta de Andalucía como Bien de Interés Cultural tras la incoación del expediente tramitado por el consistorio.
De esta forma el Ayuntamiento de Cabra podrá ahora avanzar en en sus trabajos para su conservación, restauración y conservación para su conocimiento y difusión entre los ciudadanos.
La villa de Mitra, es uno de los magníficos ejemplos de villa romana de peristilo que se conservan en la Bética. De este yacimiento se conocen fundamentalmente las esculturas de mármol que decoraban el patio principal, de una gran calidad artística, sobre todo el grupo escultórico de Mithras Tauroktonos. Se trata de la única pieza completa del dios Mitra en la Península Ibérica, aunque han aparecido en general muy pocas piezas en el ámbito romano. Junto a esta figura destacan las esculturas de Dioniso, Eros dormido y el surtidor de Niño con liebre.
Las intervenciones arqueológicas sacaron a la luz el núcleo central de la zona residencial de esta villa, cuyo origen se remonta a los siglos I-II, En torno a un patio con estanque, que cuenta con varias remodelaciones para ampliarlo y ornamentarlo, se distribuyen una serie de estancias, la mayoría con pavimentos de mosaicos de una calidad excepcional. Estos mosaicos son fundamentalmente geométricos con un repertorio muy amplio de formas, aunque también están presentes los motivos vegetales y figurativos, como el emblema central de uno de ellos, un Triunfo de Baco. Estos pavimentos se atribuyen a los siglos III y IV y se corresponden con una de las reformas de la villa.
Actualmente se conoce solo un sector de la pars urbana de la villa, junto con unas termas y también una necrópolis asociada. Además se ha detectado una fase posterior de ocupación, ya en época tardorromana y visigoda, que permite la continuidad del espacio funerario. Por lo tanto, todavía no se ha podido completar la investigación de la villa en toda su extensión, faltando por descubrir otras áreas características de este tipo de asentamientos, por lo que se convierte este yacimiento en un importante recurso para la investigación arqueológica. (Fuente: Cabra Información / José Moreno)
El anteproyecto de la villa romana de La Malena, en Azuara (Zaragoza) propone un cerramiento del recinto con cierres laterales, además de cubierta. A la propuesta de cubrimiento se suma la inclusión de recorridos para la visita del yacimiento, salvaguardando los espacios donde se ubica suelo de mosaico y creando plataformas de aproximación.
La actuación permitirá la visita a la villa romana. FOTO: GOBIERNO DE ARAGÓN
El Gobierno de Aragón comenzará en 2018 la reconstrucción volumétrica del yacimiento de la Malena en Azuara (Zaragoza), una solución para conservar y proteger este bien patrimonial que permitirá su apertura al público para facilitar la comprensión cultural del fenómeno de las villas romanas en el territorio. El anteproyecto de actuaciones para la protección de la villa ha sido aprobado en Comisión de Patrimonio de Zaragoza.
Durante el 2017, se ha realizado el proyecto de recuperación de una de las estancias de la Villa Romana, que se ha apoyado con labores de mantenimiento y limpieza en el yacimiento en colaboración con el Ayuntamiento de Azuara y con los vecinos y vecinas de la localidad.
Ahora, con este proyecto global, que contempla la ejecución temporal por fases, se quiere conseguir la conservación de un bien patrimonial básico y de los numerosos e importantes mosaicos, pavimentos y restos de pintura mural que lleva asociados.
Se trata de notables elementos que, junto a los restos arqueológicos murarios y de antiguas infraestructuras de la villa, se desarrollaron en un contexto arquitectónico, en gran parte desaparecido, y que se pretende recuperar volumétricamente.
Esta tarea de conservación debe completarse con delicadas labores de restauración de los mosaicos de las distintas dependencias y con la instalación de un recorrido para su observación y entendimiento, con las medidas de seguridad precisas para su protección.
El programa de necesidades se ha centrado en plantear un sistema de cubierta y cerramiento lateral que garantice la protección del yacimiento excavado, permitiendo la restauración de los restos arqueológicos “in situ”.
Se trata de un planteamiento innovador, una solución singular que pocas veces se ha llevado a cabo, ya que en los ejemplos realizados la protección se suele limitar a la cubierta del yacimiento sin cerramientos laterales, confiando con ello la seguridad del yacimiento al recinto externo.
El desarrollo de las excavaciones a lo largo del periodo transcurrido desde el descubrimiento de la villa ha ido arrojando informaciones complementarias sobre sus características arquitectónicas, sobre todo del núcleo central. Con lo recopilado, se ha conseguido información básica sobre los restos murarios que ha permitido realizar un planteamiento global que podrá adaptarse a las novedades que se produzcan en los futuros trabajos.
A través de la información extraída, se ha establecido la propuesta de cubrimiento y protección de la villa, que incluye recorridos para su futura visita, salvaguardando los espacios donde se ubica suelo de mosaico y creando plataformas de aproximación desde las estancias que carecen del mismo, una instalación que permite la observación de prácticamente toda la villa.
El Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón pretende con este proyecto facilitar la comprensión cultural del fenómeno que las villas romanas supusieron en la colonización del territorio durante varios siglos de la historia de Aragón. Para ello, adecuará un espacio de servicios para acoger a los y las visitantes y que dará acceso al yacimiento, así como un aparcamiento de vehículos en la zona sureste de la villa.
Además, se prevé que la zona más próxima al río Cámaras pueda ser utilizada como área de recreo externa al recinto arqueológico para los y las visitantes de la villa, debido al atractivo natural, pudiendo dotarse de áreas de picnic, etcétera.
BIEN DE INTERÉS CULTURAL El yacimiento de La Malena, declarado Bien de Interés Cultural bajo la categoría de Zona de Interés Arqueológico, fue descubierto en 1988 y hasta el momento han sido varios los trabajos de carácter científico, técnico y administrativo que se han desarrollado en él. Los resultados arqueológicos determinaron la existencia de una Villa Romana del siglo IV que presentaba en la mayoría de sus estancias mosaicos y mosaicos parietales, pavimentos de tierra y pavimentos de mortero.
Desde el inicio se determinó la importancia del yacimiento por sus mosaicos de teselas y, en concreto, por el mosaico de Las Bodas de Cadmio y Harmonía, considerado una obra cumbre de la musivaria romana en Hispania.
Las obras intramuros acometidas en el lienzo sur han dejado al descubierto hasta dos niveles sucesivos de pavimento, "a modo de opus signinum -mortero de cal, arena y pequeños fragmentos de roca-", que se encontraban en un avanzado estado de deterioro", lo que ha obligado a "protegerlos, cubriéndolos".
La actuación ha permitido trabajar en 30 metros del recinto amurallado.
La intervención arqueológica realizada desde el pasado verano ha permitido descubrir un nuevo tramo de la muralla de la pequeña localidad abulense de Bonilla de la Sierra (123 habitantes), así como datar su origen entre los siglos XIII-XIV, ya que hasta ahora se desconocía.
La intervención arqueológica ha sido desarrollada por parte de la institución provincial, a través de una línea de ayudas cuyo objetivo consiste en "recuperar y poner en valor recintos amurallados en la provincia".
Los trabajos, que se han prolongado entre agosto y noviembre, han permitido descubrir un nuevo tramo de la muralla de Bonilla de la Sierra, así como fechar su origen, en torno a los siglos XIII-XIV y "ponerla en valor".
La intervención se enmarca dentro de la línea de ayudas, dotada con 50.000 euros, que la Diputación de Ávila ha destinado en 2017 a la recuperación y puesta en valor de recintos amurallados en municipios de la provincia que cuentan con la declaración de conjunto histórico o están en trámites de obtenerla.
Junto a Bonilla de la Sierra, también se han beneficiado de este programa los beneficios de Arévalo, El Barco de Ávila, Madrigal de las Altas Torres y Piedrahíta.
En el caso de Bonilla de la Sierra, la actuación, que se ha prolongado durante los dos últimos ejercicios, ha permitido trabajar en 30 metros de un recinto amurallado que consta de 1,1 kilómetros de longitud.
Según informa la institución provincial, el proceso de desamortización del siglo XIX, provocó un "importante expolio, hasta el punto de dejar prácticamente sin piedras los lienzos de la muralla".
Las obras intramuros acometidas en el lienzo sur han dejado al descubierto hasta dos niveles sucesivos de pavimento, "a modo de opus signinum -mortero de cal, arena y pequeños fragmentos de roca-", que se encontraban en un avanzado estado de deterioro", lo que ha obligado a "protegerlos, cubriéndolos".
Pero estas excavaciones también han contribuido al hallazgo de restos de cerámicas y una fíbula de bronce de época vettona, que correspondería a algún abalorio conservado, según Jesús Caballero, de la empresa Castellum, que se ha encargado de realizar los trabajos arqueológicos.
El Ayuntamiento inicia una actuación arqueológica en su búsqueda en un céntrico parque. Según un grabado del historiador Domingo de Aguirre, fechado en 1769, en el que se dibujan y se apuntan sus dimensiones, el circo romano de Consabura contaba con unos 370 metros de largo por 80 metros de ancho.
Trabajos de excavación en el parque de Viriato. FOTO: J.G.ORTÍZ
Teniendo en cuenta que en la Hispania Romana, que comprende España y Portugal, los circos romanos documentados arqueológicamente apenas sobrepasan la decena, durante el mes de diciembre se viene investigando sobre el circo romano de la antigua Consabura.
Para ello, promovido por el Ayuntamiento de Consuegra, se está actuando en una excavación arqueológica situada en el parque de la calle Viriato. Se trata de una actividad a cargo de un equipo multidisciplinar arqueológico, dirigido por Jorge Morín de Pablos, Jesús Carrobles, Juan F. Palencia y María Isabel Sánchez, que pretende documentar una estructura arquitectónica perteneciente a un potente muro de opus caementicium (hormigón romano), que afloraba en un extremo del parque.
EN EL CASCO URBANO «A día de hoy, no se sabe si dicho paramento pertenecería o no a ese posible circo, pero lo que está claro es que Consabura contó con un edificio de este tipo ubicado en esta zona del casco urbano», dicen los arqueólogos.
Según un grabado del historiador Domingo de Aguirre, fechado en 1769, en el que se dibujan y se apuntan sus dimensiones, el circo contaba con unos 370 metros de largo por 80 metros de ancho.
Las excavaciones arqueológicas de 1964-67, realizadas por Giles Pacheco, proporcionaban las primeras estructuras y materiales asociados al mismo. La teledetección combinada con el callejero antiguo de la ciudad, es decir, el uso de la fotografía aérea (Vuelo Americano de 1956) y la planimetría, proporciona una ubicación clara del mismo, en el sector SE de Consuegra, cuyas dimensiones además coinciden con las dadas en su día por el ingeniero militar Domingo de Aguirre.
Parte de los restos arqueológicos, que se están encontrando en el lugar, los conocerán los alumnos del instituto IES Consaburum, ya que durante el próximo mes de enero se realizarán talleres didácticos de Arqueología Clásica en los laboratorios del centro educativo con alumnado de primero de Secundaria y de tercero y cuarto de ESO.
El Grupo de Patrimonio de la Policía Autonómica detiene a tres expoliadores y recupera 1.360 piezas, algunas de ellas de gran valor histórico como un bozal en bronce del caballo de un guerrero íbero
Dos de los detenidos removieron las tierras con una excavadora antes de proceder al expolio.
Una investigación del Grupo de Patrimonio Histórico de la Unidad de la Policía Nacional adscrita a la Comunitat Valenciana ha posibilitado la identificación de cuatro hombres que destruyeron un yacimiento arqueológico en Llíria, así como la detención de tres expoliadores y la recuperación de 1.360 piezas, algunas de ellas de gran valor histórico.
Dos de las personas investigadas por estos hechos delictivos son dos hermanos que allanaron y removieron las tierras de sus parcelas, sin la correspondiente licencia municipal, para plantar naranjos; y los otros dos imputados (según la denominación anterior a la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal) son hermanos también y conducían las máquinas excavadoras que transformaron los campos. Los cuatro hombres están acusados de un delito contra el patrimonio histórico tras comprobar la policía los graves daños que causaron en el yacimiento denominado La Cua II, que está incluido en la Carta Arqueológica de la Comunitat Valenciana, un registro de los espacios de interés arqueológico.
UNA VEINTENA DE PROSPECCIONES Tras descubrir la destrucción de este paraje protegido el pasado mes de noviembre, los agentes del Grupo de Patrimonio Histórico realizaron indagaciones para identificar a tres expoliadores que un testigo había visto en las parcelas allanadas. Estos individuos utilizaban detectores de metales para buscar las piezas arqueológicas, y según las investigaciones policiales, realizaron hasta una veintena de prospecciones en el yacimiento para saquearlo en pocos días.
La Policía Autonómica contó con la colaboración del Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Ribarroja para detener a los tres expoliadores, vecinos de Llíria, Moncada y Casinos, y registrar la casa de campo donde reside uno de ellos en la aldea de Bodegas del Campo. Allí confiscaron un total de 1.366 piezas entre monedas, campanas, medallas, anillos, dedales, cuchillos antiguos, bayonetas, cartuchos, balas y botones, entre otros objetos.
Los agentes del Grupo de Patrimonio Histórico también se incautaron de tres detectores de metales y cinco planos cartográficos de la comarca de Los Serranos, donde el detenido había señalado las ubicaciones de varios yacimientos arqueológicos. Los tres hombres arrestados reconocieron que peinaron el paraje protegido con detectores de metales y realizaron los agujeros con azadas para extraer las piezas. Su intención era venderlas luego a propietarios de tiendas de numismática, anticuarios y coleccionistas de monedas.
Según el informe emitido por el Museo de Prehistoria de Valencia, los detenidos expoliaron monedas de gran valor histórico de varias épocas: ibérica, romana, moderna y contemporánea. El examen de algunas de las piezas dañadas por los saqueadores revela que forman parte de un excepcional bozal de bronce del caballo de un guerrero íbero. Otros ejemplares similares se conservan en el Museo Británico y el Louvre.
Las monedas, una punta de lanza, el bozal y otras piezas incautadas por la Policía Autonómica «son una fuente de información invaluable», según fuentes de la Dirección General de Cultura y Patrimonio, que se daña de forma irreparable «cuando no se recuperan mediante los procedimientos establecidos legalmente con la metodología arqueológica». La Policía Autonómica inició las investigaciones el pasado mes de octubre con la colaboración de un arqueólogo de la Unidad de Inspección Patrimonial de la Generalitat.
Los expoliadores detenidos están acusados de un delito contra el patrimonio histórico. Las patrullas de la Policía Autonómica vigilan los yacimientos arqueológicos, con el apoyo del helicóptero de la Generalitat, para evitar saqueos como el de Llíria. Los policías que investigan estos delitos piden la colaboración ciudadana para proteger el patrimonio a través del correo policia_patrimonio@gva.es y el número de teléfono 96 317 54 44.