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5 de diciembre de 2023

Documentan una gran alberca en la almunia de recreo del Rey Lobo en Monteagudo (Murcia)

El estanque se localiza anexo al salón protocolario del complejo palaciego, y aunque su función era ornamental también sirvió para abastecer a la finca de recreo
Investigadores del CSIC y del Instituto Arqueológico Alemán inspeccionan la arquería excavada en el llano de Monteagudo. Guillermo Carrión / AGM

Otra sorpresa en la zona del llano del Castillejo, en Monteagudo. La nueva campaña de estudio que se lleva a cabo hasta este martes en la almunia de Ibn Mardanis, conocido por las fuentes cristianas como el Rey Lobo, ha sacado a la luz vestigios de una gran alberca en uno de los patios del palacio del siglo XII.

Los trabajos que dirige el arqueólogo murciano Julio Navarro, adscrito a la Escuela de Estudios Árabes del CSIC, han permitido descubrir mediante un sondeo restos de pavimentos y de pinturas murales de dicho depósito, que tendría una capacidad de 800 metros cúbicos. El estanque se localiza anexo al salón protocolario del complejo palaciego, y aunque su función era ornamental también sirvió para abastecer a la finca de recreo.

La campaña, en la que participa el arquitecto Felix Arnold, director científico del Instituto Arqueológico Alemán en Madrid, está siendo «especialmente fructífera», indica Navarro, ya que también se ha podido documentar la arquería del pórtico del pabellón, entre la gran alberca y una segunda más pequeña.

No obstante, solo ha sido posible excavar sus cimientos, «pues las estructuras exhumadas no conservan nada de su alzado», indica el experto del CSIC. Navarro explica que este tipo de distribución está presente en otros complejos áulicos de la arquitectura islámica.

Los nuevos descubrimientos apuntalan la importancia del yacimiento de Monteagudo, donde ya se han localizado restos de dos palacios: el de Ibn Mardanis (siglo XII) y otro posterior que mandó erigir Ibn Hud, entre los años 1228 y 1238, para alojar su corte durante las terceras taifas.

24 de octubre de 2023

Localizan un nuevo palacio del siglo XIII junto al Castillejo de Monteagudo (Murcia)

Los arqueólogos han averiguado que sobre los niveles de destrucción del palacio del siglo XII de Ibn Mardanis, más conocido como el Rey Lobo, de los que ya se tenía constancia, hay vestigios de un palacio que levantó un rey posterior, Ibn Hud, en ese mismo lugar.


Los arqueólogos continúan desentrañando los entresijos de la historia que yace bajo las huertas de Murcia. Recientemente, el grupo de expertos que trabaja en las excavaciones de la ladera occidental del Castillejo de Monteagudo han hecho un hallazgo que amplía, más si cabe, el rico patrimonio que poblaba la zona.

Ha sido durante la etapa de estudio que comenzó este verano cuando los arqueólogos han averiguado que sobre los niveles de destrucción del palacio del siglo XII de Ibn Mardanis, más conocido como el Rey Lobo, de los que ya se tenía constancia, hay vestigios de un palacio que levantó un rey posterior, Ibn Hud, en ese mismo lugar.

Así lo constata el investigador científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y director de las excavaciones, Julio Navarro Palazón, quien explica que de momento se ha desenterrado e identificado la puerta de acceso al palacio, así como algunos muros del área que lo rodeaba.

Las excavaciones de este yacimiento se van a llevar a cabo en dos fincas privadas situadas junto a los restos que se sacaron a la luz en 2018 y 2019. Los trabajos comenzarán en 2024, «previsiblemente en épocas en las que el calor no sea tan sofocante, como Semana Santa o finales de septiembre», explica Navarro. El proyecto, para el que ya se ha conseguido financiación y que estará liderado nuevamente por la Escuela de Estudios Árabes del CSIC, todavía debe elaborarse y recibir la autorización de la Comunidad Autónoma y del Ayuntamiento. También hay excavaciones planeadas y financiadas para 2025 y 2026.

En los trabajos participarán, como hasta ahora, la Universidad de Murcia (UMU), la UCAM, instituciones extranjeras, como el Instituto Arqueológico Alemán y otras universidades españolas e italianas. En todo caso, estas excavaciones no serán suficientes para desenterrar la extensa área palatina que se encuentra junto al Castillejo. «De momento se ha excavado tan solo un 20% del terreno. Es por ello que, en un futuro, seguiremos solicitando ayudas económicas para poder continuar», subraya el investigador. «Esta es una labor que durará varias generaciones», apunta al respecto.

Una gran finca de recreo
Las excavaciones en la falda occidental del Castillejo comenzaron en los años 2018 y 2019, pero no fue hasta finales de julio cuando pudieron retomar las labores, gracias a la subvención de 121.000 euros obtenida a través del Ministerio de Ciencia y Tecnología dentro del Plan Nacional 2022 para un proyecto liderado por el CSIC bajo el título ‘Arquitecturas de prestigio en las almunias medievales: transmisión de modelos desde la antigüedad al renacimiento (Arqmunia)’. Una decena de arqueólogos, arquitectos y otros profesionales llevan estudiando y preservando la zona desde entonces, unos trabajos que están a punto de concluir.

La almunia del Castillejo de Monteagudo que se está desenterrando fue una gran finca de recreo propiedad del estado musulmán, con algo más de 1.000 tahúllas (111 hectáreas) excluyendo las tierras yermas. En su interior hubo huertas y áreas de secano junto a zonas de bosque y almarjal e incluso viñas, según informa la documentación del siglo XIII. Contaba con un palacio fortificado situado en un altozano, a cuyos pies se encuentra una gran alberca (161 x 136 m), que debió de ser utilizada para el riego y para actividades lúdicas, rodeada de acequias (que a día de hoy se encuentra a plena vista), acueductos, torres, edificios residenciales y pabellones. Como era habitual, esta almunia tuvo una triple función: económica, como explotación agropecuaria; residencial, por ser palacio de recreo en determinadas épocas o días del año y, finalmente, protocolaria, como lugar donde se celebraban audiencias y encuentros con embajadores y dignatarios.

La finca fue devastada dos veces por los almohades, según relata la crónica de lbn Sabib al-Sala. La arqueología ha demostrado que sobre los niveles de destrucción de los edificios del siglo XII se alzaron otros de nueva planta que se pueden fechar a finales de ese mismo siglo o principios del XIII.

Las labores de preservación, esenciales para que los hallazgos no se degraden
Junto al estudio de los restos arqueológicos hallados en la falda occidental del Castillejo de Monteagudo, pertenecientes a dos palacios, uno levantado en el siglo XII y otro en el siglo XIII, se han llevado a cabo importantes labores de preservación para evitar su degradación.

El encargado de supervisar al equipo encargado de estas labores es el profesor de Arquitectura en la UCAM Francisco Javier López Martínez, quien imparte asignaturas centradas en los materiales y su restauración y que también participa como investigador.

Para proteger los restos, explica López, se hace uso del geotextil para cubrirlos, se echa tierra sobre algunos elementos y se colocan estructuras similares a las que había antaño (algunas de tierra estabilizada), que los investigadores pueden pisar mientras trabajan sobre la zona, de modo que no dañen los hallazgos, y que en un futuro «se podrán retirar sin problema alguno», asegura.

«Cuando hay, por ejemplo, estructuras de ladrillo que están un poco descolgadas y medio deshechas, a veces la solución que adoptamos, señalando siempre el elemento añadido, es la colocación de nuevos ladrillos que sujeten los otros, de manera que no haya ningún engaño de interpretación, pero que haya una verdadera sujeción», explica el profesor de la UCAM.

Además, el equipo trata de mantener a raya la vegetación, ya que esta «puede causar graves destrozos», argumenta, pues «pueden levantar y quebrar las estructuras con sus raíces».
(Fuente: News Europa)

2 de septiembre de 2022

Documentan un granero del siglo XII en la fortaleza de Isso, en Hellín (Albacete)

Los trabajos de investigación que lleva a cabo un equipo de la Escuela de Estudios Árabes del CSIC, cuentan con la financiación del Ayuntamiento de Hellín y de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
Imagen del exterior de la fortaleza de Isso - Foto: G. González

Concluida la tercera campaña de excavación y estudio de la Fortaleza de Isso, por parte de arqueólogos y técnicos de la Escuela de Estudios Árabes (EEA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), encabezados por Julio Navarro, se ha documentado la existencia de «un granero estatal construido sobre una llanura, un tipo de edificación único en la época árabe de la que data su origen, la primera mitad del siglo XII». 

En las conclusiones de la campaña de actuación, llevada a cabo con el patrocinio de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de Hellín y la propia EEA, también se ha identificado «parte de una de las torres, que es hexagonal, lo que demuestra el poder de quienes la construyeron».

Dos fases constructivas
La fortaleza andalusí «tiene al menos dos grandes fases constructivas, y fue reestructurada tras la conquista cristiana, descartando por completo que la fortaleza fundacional sea de época cristiana, por lo que no es un castillo feudal edificado por algún señor castellano o por alguna orden militar, ya que la estratigrafía que se le vincula es andalusí». Según Julio Navarro, «todo parece indicar que es un edificio de la primera mitad del siglo XII, y que no lo funda una comunidad campesina sino el propio estado para crear una imagen de poder en el paisaje. Todos los datos apuntan a un gran descubrimiento: se trata de un granero en llano, en un territorio durante la época almorávide o inicio de las segundas taifas con Ibn Mardanis (El rey Lobo) con la capital en Murcia. Así que nos hemos centrado en investigar la batería de silos anexa a la muralla y una segunda línea dejando un espacio central abierto». 

La adscripción cronológica revelada este año «no excluye que, tras la conquista cristiana de mediados del siglo XIII no se hicieran importantes reformas, como la puerta mudéjar descubierta en la campaña de 2021. La regularidad de la planta de la fortaleza, la presencia en sus esquinas de torres hexagonales y la buena calidad del edificio, permiten afirmar que se trata de una fortaleza estatal y, por consiguiente, que no fue diseñada por las comunidades campesinas para su autodefensa». 

Y es que, según el arqueólogo de la Escuela de Estudios Árabes, «su anómala ubicación en el llano podría explicarse por su función como depósito de productos agrícolas como el grano, lo que no excluye que tuviera otros usos de carácter defensivo y estratégico. La coyuntura política del periodo al que, de manera general, podemos atribuir la fortaleza, favorece las interpretaciones a las que hemos llegado esta campaña». 

El equipo de Julio Navarro cree «que la fortaleza se fundó en época almorávide, aunque no se puede excluir que se edificara por orden de Ibn Mardanis, por lo que será preciso reunir más datos y continuar procesando la información para determinar con mayor exactitud su adscripción histórica».

29 de agosto de 2011

Miedo y vértigo en el edén del "Rey Lobo" en Monteagudo (Murcia)

Nada, excepto una mezcla de despreocupación y falta de conciencia, podría justificar el desinterés de las administraciones y de la ciudadanía murciana por el cerro de Monteagudo, cuyo claro abandono provoca tanta indiferencia como vergüenza. ¿Alguien podría concebir Almería sin su Alcazaba, Zaragoza sin su Aljafería, Córdoba sin Medina Azahara o Granada sin su Alhambra? Probablemente no. Murcia tampoco puede entenderse sin el complejo arqueológico de Monteagudo, donde confluyen todas las culturas que han ocupado la vega del río Segura desde la remota Prehistoria.
El "Rey Lobo" estableció la capital de su taifa en Monteagudo (Murcia).
Asentamientos argáricos, necrópolis ibéricas, calzadas romanas, atalayas árabes... Estas escarpadas laderas, a solo 5 kilómetros de Murcia, no dejan de aportar información sobre los orígenes, la evolución y los modos de vida de antiguos pobladores, algo que asombra tanto a la comunidad científica como la inacción para iniciar su recuperación y puesta en valor. ¿Qué ocurre en Murcia?, ¿por qué se consiente esa insensibilidad?
Los estudiosos del arte islámico dedican capítulos en sus manuales a las fortalezas de Monteagudo, declaradas Monumento Nacional en 1931 y construidas a lo largo del siglo XII por Ibn Mardanis, apodado el Rey Lobo, el personaje que permitió que Murcia entrase por la puerta grande en la historia, estableciendo la capital de Al-Andalus en su pequeño reino de taifas. Ibn Mardanis gobernó Murcia entre 1147 y 1172 y convirtió el entorno de Monteagudo en un paraíso seguro con tres poderosas edificaciones abrazadas por sotos donde, según los cronistas de la época, solo se podía caminar bajo la sombra de los árboles, por huertos donde nada más disturbaba el trinar de pájaros y acequias por donde corrían las aguas hasta las puertas de la medina de Mursiya. El castillo de Monteagudo, en lo alto de la montaña, coronada en el siglo XX con la imagen del Sagrado Corazón, formaba parte de la línea de fortines que protegía el próspero feudo y cumplía estrictamente funciones militares, como la cercana almunia de Larache. El Castillejo o Qasr ibn Sa'd, palacio de planta rectangular protegido por fuertes torreones y organizado en torno a un patio interior con dos albercas, era la quinta de recreo del rey, un oasis donde la vegetación y el agua evocaban ese puro lugar de reposo que en el Corán se asocia al jardín del Edén.
Ibn Mardanish, el "Rey Lobo" gobernó su taifa
 entre 1147 y 1172.


Desgraciadamente, el misticismo del lugar es hoy un espejismo. De nada ha servido que los monumentos sean estudiados en los libros y en los museos, ni tampoco que fueran protegidos en papel. Las noticias de depredaciones arqueológicas en estos cabezos son antiguas, como denunció Ana María Muñoz Amilibia, impulsora de la arqueología en la Región, cuando descubrió un lote de esculturas ibéricas en bancales cercanos. Ciertamente, aquel entorno idílico concebido por Ibn Mardanis, brillante promotor de Murcia como región independiente, es, como tantas otras cosas en esta ciudad que quiere vivir del turismo, un referente popular, pero poco más. Visitar hoy el castillo de Monteagudo es una peligrosa decisión, pues los accesos llevan más de un lustro abandonados a su suerte, la misma que ha de tener el turista que se aventure por escaleras sin barandillas y pasarelas sin apenas sujeción a las piedras. Ni un solo cartel orienta o previene al visitante, que ha de ascender pendiente de no precipitarse a cada paso y sin posibilidad de disfrutar del panorama.
La reciente polémica por la retirada del Cristo ha desviado la atención sobre la conservación de un entorno que ejerce por sí solo, sin ninguna publicidad institucional, un poder de atracción sobre el turismo. A diario suben decenas de personas al castillo, aunque muchos vecinos desaconsejan la ruta tras el accidente de un francés que se despeñó en 2007 cuando se disponía a hacer una fotografía.
Castillo de Ibn Mardanish en Monteagudo (Murcia).
Aunque es voluntad del consorcio turístico 'Murcia, cruce de caminos' recuperar el entorno, lo cierto es que, hasta la fecha, ninguna de las tres administraciones -el Estado es propietario del castillo de Monteagudo, Larache es de la Comunidad y el Ayuntamiento aún no ha expropiado El Castillejo, que es de un particular- ha sido capaz de aunar esfuerzos para potenciar este espacio, ni siquiera como un potencial yacimiento de empleo, una alternativa más que posible en tiempos de crisis con la que se matarían, de golpe, dos pájaros de un tiro.
(Fuente: La Verdad/Manuel Madrid)