18 de enero de 2024
Denuncian la destrucción de un yacimiento arqueológico en Almedinilla (Córdoba)
15 de enero de 2024
El Ayuntamiento de Lucena cierra la compra de la ciudad ibero-romana de Morana por 253.000 euros
La edil de Patrimonio, Charo Valverde, señala que «el acuerdo cerrado por la anterior corporación con el propietario estuvo prácticamente roto el pasado verano», debido a la pasividad del Consistorio para concretar la compra. En última instancia, y tras varias reuniones, se logró establecer un nuevo calendario de pagos, que aparece reflejado en los presupuestos municipales de 2024. En los mismos se fija una primera entrega de 105.000 euros –que se efectuará en torno al mes de marzo, tan pronto estén operativas las nuevas cuentas municipales– y otros 74.000 en cada una de las anualidades siguientes, 2025 y 2026.
Además, Valverde adelantó que el acuerdo señala que el Ayuntamiento procederá a escriturar a su nombre los terrenos tras el primer pago y acometerá de forma inmediata el vallado perimetral de la zona arqueológica. Así, los presupuestos también contemplan una partida adicional de 50.000 euros, que también permitirá mejorar la valla del centro de interpretación de Los Tejares.
Charo Valverde señalaba que una vez perfeccionada la compra, el primer paso será la elaboración de un estudio para determinar la situación en la que se encuentra el yacimiento, muy dañado por expolios salvajes durante años. El informe deberá establecer una priorización de las actuaciones a desarrollar en Morana de cara los próximos años, tanto desde el punto de vista de la realización de nuevas prospecciones, como de su conservación y puesta en valor como parque arqueológico.
La positiva experiencia que ha supuesto la puesta en valor de otros yacimientos similares en el sur de la provincia como Torreparedones en Baena, Cerro de la Cruz y El ruedo, en Almedinilla, o la villa romana de Fuente Álamo en Puente Genil, debe servir a la nueva corporación municipal como acicate para abordar este proyecto.
Orígenes del yacimiento
El paraje de Morana, situado cerca del río Anzur, cuenta con 1,2 hectáreas correspondientes a la necrópolis, ocho de la ciudad íbera y cuatro del cerro Acebuchoso, así como un bosque mediterráneo anexo. El consejo de gobierno de la Junta de Andalucía lo declaró el 6 de marzo de 2000 como Bien de Interés Cultural, con el rango de Zona Arqueológica.
El yacimiento responde a un modelo de fortificación en lugar elevado, muy característico de la población protohistórica del valle del Genil. Aunque no se han encontrado huellas arquitectónicas anteriores a la presencia íbera, los restos cerámicos recogidos permiten datar la primera ocupación del enclave en la época tartésica. Del período ibérico han quedado vestigios de una doble línea de muralla y de un baluarte defensivo, a los que se suman otros hallazgos procedentes de la ocupación romana como cisternas, tumbas hipogeas, un almacén y otros elementos constructivos.
El Ayuntamiento llevó a cabo en 2006 el deslinde de los terrenos, la planimetría de la zona y la valoración económica de los cuatro sectores en los que se divide, e inició un expediente de segregación que autorizó la Comisión Provincial de Cultura y Patrimonio en enero de 2022 y que ya se ha elevado a público.
14 de noviembre de 2022
Almedinilla prepara su Carta Arqueológica
En Almedinilla ya se han acostumbrado a que, cada vez que se rasga la piel de la tierra, aparecen restos de su pasado lejano. Aunque no por ello deja de sorprender cada nuevo descubrimiento que se produce: enterramientos romanos donde nadie los esperaba, restos de cerámica íbera en mitad de un olivar, huellas de la Prehistoria en un mirador... El municipio, de apenas 2.500 habitantes, tiene ya documentados cerca de 70 yacimientos, lo que probablemente supone la densidad más elevada por población y territorio de toda la provincia. Y, para que ninguno de ellos se extravíe, el Ayuntamiento está inmerso en la elaboración de su primera carta arqueológica, un documento habitual en municipios de mayor tamaño pero que no es tan usual en los de su tamaño.
"Cuando se elaboró el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en 2007, el Museo Histórico recibió la solicitud de los técnicos que elaboraban el documento para que se contrastaran los datos que recibieron de la Consejería de Cultura en relación a los yacimientos documentados y poder considerarlos en sus trabajos, y se constataron errores importantes", describe el arqueólogo municipal, Ignacio Muñiz. Había nombres mal recogidos, no se incluían todos los restos conocidos y, lo que puede resultar más chocante, incluía yacimientos "inexistente".
A raíz de esto, el Museo Histórico remitió a los técnicos del PGOU las coordenadas reales y en el listado, que también envió a la Junta, se añadió igualmente el patrimonio arquitectónico y etnológico. ¿Qué ha ocurrido desde entonces? "Hemos recogiendo datos de nuevos sitios a partir de hallazgos casuales e información de vecinos, nunca fruto de prospecciones sistemáticas o excavaciones necesitadas de autorización", de ahí la necesidad de contar con una carta arqueológica totalmente precisa, razona Muñiz. Ya son 70 los sitios inventariados y el arqueólogo calcula que al final del proceso serán un centenar.
En un trabajo preliminar, sobre el plano de Google Earth, aparecen una multitud de chinchetas virtuales con los nombres de los sitios históricos, algunos totalmente desconocidos hasta para los propios almedinillenses. Están La Rubia, El Montecillo, Los Corralones, Cerro Alcalá, Las Lomas, La Hoya, Las Escarihuelas...
El último hallazgo, del pasado octubre, denominado Museo o Kmt. 0, son unas tumbas romanas de cremación, posiblemente pertenecientes a esclavos y población muy pobre. Como ocurría en otras ocasiones anteriores, se trataba de un descubrimiento "casual", cuando una máquina realizaba una pequeña intervención municipal en el kilómetro 0 de la carretera que lleva a la aldea de Brácana. En la misma linde de la vía, cuando los operarios ejecutaban un muro de hormigón para contener el terreno, quedaron al descubierto los nuevos restos. La zona no estaba catalogada.
De acuerdo a estas primeras observaciones, se trataría de una decena de tumbas romanas de cremación, "aunque es posible que algunas no lo sean" por encontrarse en un estado de conservación "muy alterado". A esto se suma, como explica Muñiz, que presentan características "muy humildes y sin apenas elaboración".
De la posible decena documentada, una de ellas, la más accesible y mejor observada, presentaba fragmentos de tegulae, ladrillos y piedras para cubrir las cenizas y los huesos mal creamos, sin urna cineraria y muy probablemente sin vajilla. Son, según el arqueólogo, similares a las recientemente halladas junto a la villa romana de El Ruedo y de las mismas características a las ya documentadas en Las Esperillas y Fuenteribera, que llevan al experto a hablar de "una población muy humilde que apenas tiene urnas cinerarias ni ofrendas, con cremaciones defectuosas y cubriciones con restos de material constructivo".
A falta de una investigación más profunda, las tumbas podrían fecharse entre los siglos I y III después de Cristo, pertenecientes a población esclava y trabajadora, que en aquella época "utilizaba los caminos para enterrarse en sus márgenes", según profundiza Muñiz, que propone hablar de la "arqueología de lo pequeño". Es decir, "son restos que normalmente no encuentran los arqueólogos aunque los vayas buscando, cosas casi invisibles que sirven para documentar cómo era la vida de la gente normal en el pasado", dice el experto.
Y en Almedinilla, cosa extraña, este tipo de yacimientos abundan, gracias en parte a la suerte o la casualidad pero, sobre todo, a la insistencia del servicio municipal de arqueología. "Hemos encontrado tumbas de gente muy pobre y huellas de chozas prehistóricas que realmente eran cuatro palos clavados en el suelo. Este tipo de vestigios no suelen estar documentados porque es muy difícil hallarlos, aunque también son de gran valor para reconstruir la historia. Es la arqueología de lo invisible", define Muñiz.
Estos últimos enterramientos se encuentran a los pies del camino ganadero que, partiendo de la localidad, llega hasta Las Esperillas atravesando la fuente del Piojo. En realidad, como atestigua el trabajo de décadas, todo el desfiladero del río Caicena es una zona muy rica arqueológicamente, algo que los historiadores vinculan a la concurrencia del río, el manantial de Fuente Ribera y una serie de caminos ganaderos que fosilizan vías antiguas ya desde época prehistórica.
Así, en escasos kilómetros cuadrados se encuentran la villa romana de El Ruedo con su necrópolis de cremación; la cantera romana de Las Llanás; el yacimiento iberorromano de La Hoya; Los Castillejos, de la época tardorromana-emiral e ibérico; el poblado íbero del Cerro de la Cruz o el yacimiento prehistórico de El Pingorote, cuyo descubrimiento en un soberbio mirador sobre el municipio, también fue fruto de la casualidad.
La villa romana de El Ruedo y el poblado íbero del Cerro de la Cruz, joyas de la corona
La villa romana de El Ruedo y el poblado íbero del Cerro de la Cruz son las joyas de la corona de la arqueología del municipio y, por el momento, los únicos dos enclaves visitables. El poblado data del siglo III antes de Cristo y, con una extensión de unos 50.000 metros cuadrados, es uno de los pocos pertenecientes a la Baja Época Ibérica excavados en Andalucía. Muestra el urbanismo de la época, donde se distinguen las estancias según el uso que tuvieran, como almacenes o talleres de artesanos, molinos de harina, aljibes, almacenes de ánforas o un telar. En cuanto a la villa romana de El Ruedo, data de los siglos I al VII después de Cristo y cuenta con una gran monumentalidad, pues conserva fragmentos de mosaicos, pinturas y pavimentos. En ella se distinguen claramente dos zonas: la pars urbana, que corresponde con la residencia de los propietarios, y la zona productiva pars rustica, destinada a las dependencias agrícolas. Las reservas pueden hacerse a través de la Oficina de Turismo de Almedinilla.
6 de mayo de 2016
Salen a la luz dieciséis enterramientos emirales en Ronda (Málaga)
Los enterramientos están datados entre los siglos IX y X. FOTO: DIARIO SUR. |
Los trabajos arqueológicos que se están realizando han encontrado en algunas de las tumbas cuerpos prácticamente completos, además de existir enterramientos de diferentes tamaños, algunos de ellos claramente destinados para niños. Además, también cuenta con la peculiaridad de que existen cuerpos que están orientados al este y otros al sureste, lo que llevan a pensar a los expertos a que esta necrópolis podría situarse en la época emiral-califal de Ronda. Un momento de la historia en el que el rito de enterramiento maliki todavía no estaba totalmente generalizado. No obstante, todo deberá ser corroborado por un estudio posterior y de las cerámicas que fueron encontradas en el solar, que tiene unas dimensiones de unos 90 metros cuadrados.
DOS TIPOS DE TUMBAS
En los enterramientos se localizaron hasta el momento dos tipos de tumbas diferentes: una de ellas con lajas de piedras en vertical y cubierta de ladrillo y otras que tienen cubierta de mampostería de piedra sin trabajar. Además, en cuanto a los muros localizados, se cree que pueden formar parte de la delimitación de mausoleos familiares, contando con una "especie de empedrado" que podría haber sido utilizado para realizar las visitas de las tumbas de los familiares.
De momento, los trabajos arqueológicos continúan en la zona y se espera que se prolonguen durante unas dos semanas, teniendo que proceder a la retirada de los cuerpos localizados. Unos restos que serán depositados provisionalmente en el museo municipal y que posteriormente serán trasladados hasta el museo provincial, como se establece por resolución de Cultura. Una vez completado este proceso, deberá ser la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía la que decida sobre el futuro de los restos localizados y si deben recibir algún tipo de protección o conservación.
EXCAVACIÓN PRECEPTIVA
El descubrimiento de esta necrópolis ha sido posible gracias a las obras que el propietario del inmueble inició para la construcción de un restaurante, aunque al tratarse de una zona del casco histórico es preceptiva la realización de una excavación arqueológica. Raúl Hoyos, arqueólogo encargado de los trabajos, explicó que ya se pensaba que pudiesen aparecer este tipo de restos, aunque quedaba la duda del estado en el que pudiesen encontrarse, tanto por el paso del tiempo como por las acciones constructivas que se habían realizado anteriormente, al ser una zona que no dejó se estar habitada.
No es la primera vez que esta zona de la ciudad, situada muy cerca de las murallas rondeñas, aparecen restos de enterramientos. El propio Hoyos había dirigido otros trabajos en calles próximas en las que se encontraron también algunas tumbas, a los que se suman los encontrados por otros compañeros del arqueólogo.
Fuente: Málaga Hoy / Javier Flores)
10 de octubre de 2012
Encuentran una necrópolis romana en Cabra
Ariza y Moreno junto a algunas de las piezas donadas el pasado mes y que han dado pie al descubrimiento de la necrópolis. Foto: El Día de Córdoba. |
A mediados de septiembre, un ciudadano anónimo donó 44 piezas arqueológicas encontradas en esta misma zona, entre ellas dos estelas funerarias romanas - las actuales lápidas -, lo cual puso sobre aviso a los técnicos municipales. Para el arqueólogo municipal, Antonio Moreno, estamos ante un posible asentamiento rural "de primer orden" que presenta varias particularidades que lo hacen si cabe más atractivo.
La primera de ellas es la existencia de un enterramiento extenso en zonas eminentemente agrícolas, lo que sumado a la cantidad de restos que se van encontrando en la zona hace suponer a los investigadores que allí hubiera podido concentrarse un núcleo poblacional importante. Por otro lado la cisterna y la existencia de piezas domésticas como asas de vasijas, platos cerámicos o molinos, dan si cabe más peso a esta teoría.
El delegado de Cultura y Patrimonio, Javier Ariza, anunció que el hallazgo ya ha sido puesto en conocimiento de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Córdoba "para proteger la zona", anunciando que se facilitará a todos los expertos que lo deseen el acceso al yacimiento para su estudio más pormenorizado. "Este es un dato más de la importancia de la antigua Egabro en ese periodo, y especialmente en el ámbito agrícola", apuntó Ariza.
El personal del Museo Arqueológico estudiará las dos estelas funerarias con técnicas fotográficas que combinan los rayos infrarrojos y las luces ultravioleta para determinar si aún quedan restos de pigmentos en las lápidas, pues los romanos solían realizar inscripciones en colores vivos para determinar la identidad y la posición social del fallecido. Otra de las curiosidades que presenta una de estas piezas es la existencia de una cruz que, en su parte superior, aparece tímidamente tallada lo que la situaría en los inicios del cristianismo en nuestra región, en torno al siglo II d.C.
Estas y otras piezas formarán parte del catálogo que el Museo Arqueológico de Cabra mostrará a los visitantes después de haber permanecido cerrado desde el año 2010 a raíz de las obras de remodelación de la Casa de la Cultura. Según comentó Javier Ariza, las vitrinas ya están posicionadas permitiendo que las piezas puedan empezar a colocarse esta misma semana, tras la instalación de los pertinentes sistemas de alarma.
8 de marzo de 2012
Comienza la intervención arqueológica en la villa romana de El Ruedo (Córdoba)
Se proyectarán tres intervenciones que afectarán directamente a la conservación y restauración de los restos extraídos y almacenados en 1989 en el almacén del museo.
Con respecto a la restauración del mosaico iniciada se van a realizar una serie de pasos como:
- La limpieza de los restos de cama deleznables en el reverso del mosaico.
- Realización de una nueva cama de mortero de cal y arena con colocación de malla de fibra de vidrio.
- Montaje, in situ, de las piezas extraídas sobre una plancha de panel de celdillas de aluminio, que impedirá la transmisión de humedad.
- Retirada de gasas protectoras del anverso y limpieza de los restos de adhesivos.
- Cosido de las uniones de las piezas con mortero de cal y arena.
- Colocación de lagunas de mortero a bajo nivel en las pérdidas, entonadas con pigmentos naturales.
Se inicia, por tanto, un minucioso trabajo que durará meses y que hará recobrar su belleza de motivos decorativos geométricos entrelazados y de cuadrilóbulos de peltas.
La empresa de gestión de patrimonio arqueológico “Arqueobética” es la encargada de llevar a cabo la intervención planteada.