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12 de septiembre de 2024

Descubren una estela de 2.800 años en Alhaurín de la Torre (Málaga)

El hallazgo realizado en la excavación de Taralpe confirma los vínculos de este enclave con el yacimiento del Cerro del Villar. Se trata de una estela de forma alargada y sección irregular que conservaba una serie de relieves que parecen representar una figura humana femenina

La excavación arqueológica que ha encargado el Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre en la zona oeste del municipio, entre la urbanización Taralpe y la carretera A-404, ha dado como resultado nuevos e interesantes hallazgos que vendrían a confirmar la relación de este antiguo poblado indígena con la ciudad fenicia de Cerro del Villar, cuyo yacimiento se encuentra en la desembocadura del Guadalhorce (Málaga), a unos 12 kilómetros.

Este proyecto se enmarca dentro de la línea de trabajo impulsada por el alcalde, Joaquín Villanova, para profundizar en el pasado de Alhaurín de la Torre y poner en valor la historia y el patrimonio local. La propia Concejalía de Patrimonio Histórico-Artístico que dirige Manuel López ordenó esta excavación, cuyos resultados se han presentado en rueda de prensa junto con algunas de las numerosas piezas arqueológicas que se han encontrado. El proyecto ha sido financiado por esta Concejalía, y ha contado también con la colaboración de las áreas de Servicios Operativos, Parques y Jardines y Urbanismo.

El arqueólogo encargado del mismo, José Antonio Santamaría, ha resaltado la relevancia de este yacimiento, uno de los más importantes del término municipal, y sus vínculos con la civilización fenicia, con hallazgos que datarían de entre los siglos VIII y VII a. de C. Uno de ellos ha sido un muro que se correspondería con parte de la estructura de una de las viviendas que conformaban este núcleo en la época.

La particularidad es que se trata de un muro rectilíneo asentado por encima de uno curvilíneo, lo que vendría a demostrar la influencia de la arquitectura fenicia en esta población. A ello se suman los abundantes restos de cerámica encontrados, un 80% de los cuales aproximadamente son de cerámica hecha a mano (anterior a la fenicia) y otro 20% de torno, parte de los cuales se han mostrado en el salón de plenos.

“Esto demostraría que seguramente aquí se comerciaba con los fenicios de Cerro del Villar”, destaca Santamaría, que subraya que también se han hallado numerosos restos de origen marino, concretamente conchas finas cuyo uso, a modo de alfombra o pavimento, tendría más bien un carácter “simbólico o ritual”. Además, se ha encontrado hierro y otros restos de minerales, probablemente pertenecientes al cercano yacimiento minero de los Llanos de la Plata, que también se usaban para comerciar.

Estela con figura femenina
En la fase de prospección superficial se encontró una piedra que Santamaría ha calificado como “el hallazgo más importante de los realizados durante las tres campañas realizadas en el yacimiento”. Se trata de una estela de forma alargada y sección irregular que conservaba una serie de relieves que parecen representar una figura humana femenina. Esta pieza en el momento de su hallazgo se encontraba tumbada y con grandes evidencias de haber sido arrastrada por maquinaria agrícola o de obra.

Representa en concreto una figura femenina con un manto o toga con una decoración en relieve en la zona pectoral a base de varios collares, y debe de representar una deidad de la época, “quizás la diosa fenicia Astarté (Diosa del amor, el sexo, la guerra y la caza) o una figura humana de especial importancia para la comunidad donde se ubicaba”, señala el informe. No se ha podido localizar el lugar donde originalmente estuvo ubicada, pero según señala el arqueólogo Santamaría, quizás pudo formar parte de algún tipo de edificio de carácter cultural o religioso, o ser utilizado a modo de marcador de una sepultura. La figura se encuentra almacenada y custodiada en las dependencias municipales del Ayuntamiento.

Dicha estela ha sido examinada por los doctores Primitiva Bueno Ramírez (catedrática de Prehistoria de la Universidad de Alcalá de Henares) y Rodrigo de Balbín Behrmann (catedrático emérito de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid, ambos especialistas en megalitismo y en las manifestaciones gráficas pintadas, grabadas y esculpidas de la prehistoria.

Desde el año pasado se viene trabajando en esta zona con la colaboración de reputados expertos en la materia, entre ellos José Suárez Padilla (profesor de Prehistoria y Protohistoria de la Universidad de Málaga) y José Luis Caro Herrero (doctor en Prehistoria, especialista en Carbono-14 y experto en dataciones y calibración de fechas, también profesor de Turismo), así como estudiantes y doctorandos del grado de Historia de la propia UMA.

En 2010, tras una primera excavación en dicho sector, se descubrieron numerosos restos y objetos que determinaron la existencia de una comunidad indígena en la Protohistoria, concretamente de la primera Edad del Hierro, según la datación de carbono 14 realizada. Ahora, y tras un largo trabajo llevado a cabo en la zona del Cerro del Villar de la capital malagueña, se estudia la influencia que este terreno de origen fenicio pudo tener con todo el delta del Guadalhorce y la población que habitaba esta zona.

Los estratos arqueológicos superpuestos y los materiales encontrados confirman que el lugar no quedó desierto tras estas primeras ocupaciones, sino que tiene una amplia pervivencia espacio-temporal.

2 de noviembre de 2022

Descubren un yacimiento con fósiles de hace 200 millones de años en Algeciras

La investigadora del departamento de Ecología y Geología de la Universidad de Málaga (UMA), Maria del Carmen Lozano, junto al arqueólogo de la empresa 'Astarté-Estudio de Arqueología' David Gestoso, ha identificado en Algeciras (Cádiz) un yacimiento de edad triásica con restos fósiles "exclusivos" de hace más de 200 millones de años.
Restos arqueológicos de hace más de 200 millones de años hallados en Algeciras. (Foto/UNIVERSIDAD DE MÁLAGA).

La investigadora del departamento de Ecología y Geología de la Universidad de Málaga (UMA), Maria del Carmen Lozano, junto al arqueólogo de la empresa 'Astarté-Estudio de Arqueología' David Gestoso, ha identificado en Algeciras (Cádiz) un yacimiento de edad triásica con restos fósiles "exclusivos" de hace más de 200 millones de años.

El hallazgo fue descubierto en la carretera N-350, mientras controlaban los movimientos de tierras en las obras del Acceso Sur al puerto de la Bahía de Algeciras, realizadas por la UTE OHLA-SATO, que desde el primer momento "mostró su colaboración para su protección y estudio", según han señalado desde la UMA a través de un comunicado.

"Estamos ante un afloramiento triásico único en Andalucía, con un grado de conservación excepcional en comparación con los aparecidos en la península ibérica correspondientes a este periodo, que se sitúa antes de la época de los grandes dinosaurios", ha explicado la investigadora, que forma parte del grupo 'Ecofisiología de Sistemas Acuáticos'.

Ahora, los expertos están aún recuperando los restos hallados, "de gran valor científico y patrimonial", y ya se cuenta con los primeros resultados preliminares, realizados a partir de análisis taxonómicos de la fauna, que han permitido datar el yacimiento entre 230 y 200 millones de años de antigüedad.

El estrato con contenido faunístico descubierto se encuentra a una altura de aproximadamente 1,5 metros y a un nivel carbonatado de escasa potencia, de 5 a 30 centímetros de espesor. Es de litología margosocalcárea y de color amarillento, con registro de bivalvos y relativamente amplio. "Cabe destacar la identificación de un ejemplar de Myalinella, que podría ser la primera cita de este género para la península ibérica", ha señalado Lozano.

Así, el siguiente paso de este equipo científico será evaluar la reconstrucción paleoecológica y ambiental del yacimiento, y según han apuntado, podría tratarse de un mar interior.

"La información que obtengamos de estos restos será una excelente herramienta para entender y predecir futuros escenarios fundamentalmente asociados a la desertización y a los efectos del calentamiento global", ha asegurado la investigadora.

8 de agosto de 2016

Un estudio cerámico refuerza la tesis de que Tartessos fue cultura fenicia

Las similitudes de la decoración de la cerámica tartésica hallada en el yacimiento del Carambolo (Sevilla) con la de otros elementos materiales fenicios refuerza la tesis de que, en realidad, Tartessos no fue sino parte de la colonización fenicia del suroeste peninsular, según el arqueólogo Manuel Casado.
Parte del Tesoro del Carambolo, hallado hace 60 años . FOTO: EFE
Casado, cuyo estudio "La cerámica de decoración geométrica del Carambolo" ha sido publicado por la Universidad de Sevilla, ha dicho que los cientos de piezas de restos cerámicos que han sido halladas en ese yacimiento sevillano "refuerzan la idea de que el componente fenicio en el fenómeno tartésico es preeminente".

Según Casado, el estudio comparado de la cerámica denominada "de tipo Carambolo" con la de otros yacimientos fenicios del sur de la Península de hasta 2.900 años de antigüedad pone de manifiesto la semejanza simbólica de los motivos geométricos y zoomorfos, y de la representación de estrellas y motivos botánicos, entre otros elementos decorativos.

SANTUARIOS A DEIDADES FENICIAS
El arqueólogo ha explicado que la cuestión simbólica y religiosa -el yacimiento del Carambolo fue un santuario dedicado al dios Baal y la diosa Astarté, una de las principales deidades fenicias- es crucial para determinar si Tartessos existió de manera independiente a los asentamientos fenicios.

"Las cuestiones materiales y tecnológicas, como es la cerámica, se traspasan con facilidad de una etnia a otra; por ejemplo, si un arqueólogo del futuro tratara de adivinar quién vive en mi casa, concluiría que en mi casa vive un sueco porque todos los muebles son de Ikea; pero hay dos elementos que son menos permeables, la religión y la lengua", ha explicado.

Las similitudes entre la cerámica del Carambolo y la de otros yacimientos fenicios es importante porque, según Casado, "El Carambolo, además de un santuario, es un yacimiento crucial en la historiografía de Tartessos, y ha aportado la base para interpretar ese fenómeno" desde que se halló el tesoro que lleva el nombre de ese lugar en 1958 y seguidamente fue excavado por Juan de Mata Carriazo.

DESDIBUJANDO EL MITO DE "TARTESSOS"
Según Casado, ante el hallazgo de aquel fabuloso tesoro labrado en oro nadie dudó de la existencia de Tartessos, pero investigaciones posteriores desdibujan el "mito de Tartessos" y aproximan el yacimiento del Carambolo al mundo fenicio, como las últimas excavaciones efectuadas allí entre 2002 y 2005 por Álvaro Fernández y Araceli Rodríguez.

Esas excavaciones confirmaban las tesis de los arqueólogos José Luis Escacena y María Belén, expresadas a finales de los años noventa y que supusieron una relectura de los materiales extraídos por Carriazo para concluir con "un cambio de paradigma" interpretativo del fenómeno tartésico, al considerarlo como una parte más de la gran colonización fenicia del sur de la Península.

Entre esos materiales, el arqueólogo ha mencionado la estatuilla de la diosa Astarté -deidad fenicia- que se conserva en el Museo Arqueológico de Sevilla y que lleva una inscripción fenicia en la peana que permite interpretarla como una ofrenda religiosa.

Casado ha mencionado que, de hecho, entre el siglo IX y VI antes de Cristo, los asentamientos en la costa del sur de España se consideran fenicios sin duda y los del interior "se han reservado a Tartessos".


MITO LITERAR
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"Tartessos es un término literario y nace como un mito, por las alusiones de la literatura griega que lo sitúa en el fin del mundo, donde se colocan los mitos; y en su búsqueda ha habido un elemento sentimental y los arqueólogos hemos ido identificando una serie de materiales con esa idea", según Casado.

Para el arqueólogo, que ahora existan "dos posicionamientos" sobre la existencia de Tartessos como tal reino independiente permite que "se esté viviendo un momento maravilloso por el repunte del debate", si bien ha considerado que la posición que no acepta al mítico reino como tal, sino como un episodio más del gran asentamiento fenicio, es aún minoritaria entre los arqueólogos.

(Fuente: EFE)

27 de abril de 2016

Declaran Zona Arqueológica el yacimiento de El Carambolo en Camas (Sevilla)

La declaración se produce casi 60 años después del hallazgo de su tesoro tartésico. La zona protegida tiene una superficie de 29.450 metros cuadrados y comprende la totalidad del yacimiento y de los vestigios materiales de sus cinco fases de ocupación.
El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha acordado inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Zona Arqueológica, el yacimiento de El Carambolo, situado en el término municipal de Camas (Sevilla) y donde en 1958 se produjo el hallazgo del tesoro tartésico del mismo nombre, uno de los lugares fundamentales para el conocimiento de las primeras culturas asentadas en el Bajo Guadalquivir y en el suroeste de la Península Ibérica.

Según ha informado la Junta en un comunicado, la zona protegida, con una superficie de 29.450 metros cuadrados en la parte alta del Cerro del Carambolo, comprende la totalidad del yacimiento y de los vestigios materiales de sus cinco fases de ocupación, correspondientes a los periodos Calcolítico (2500-1700 a.C.) y del Bronce Final (1400-1100 a.C.); la Protohistoria tartésica y fenicia (siglos IX al VII a.C.), y la época contemporánea. De esta última se incluyen un emplazamiento artillero de principios del siglo XIX y el edificio de Tiro de Pichón (segunda mitad del siglo XX).

El decreto de inscripción "delimita también un área adicional de protección de 495.080 metros cuadrados que abarca todo el perímetro del cerro, incluyendo las laderas que se han mantenido libres de edificaciones", ha añadido la Junta, que ha explicado que "se salvaguarda así uno de los hitos paisajísticos más sobresalientes del entorno metropolitano de Sevilla, un territorio donde los puntos elevados son muy escasos". Su visibilidad sin alteraciones es fundamental para entender la posición estratégica que motivó la temprana ocupación del enclave.

Asimismo, la norma aprobada inscribe como Bienes de Interés Cultural el tesoro tartésico y cinco piezas encontradas en las excavaciones, todas conservadas en el Museo Arqueológico de Sevilla. Entre ellas destaca el exvoto de la diosa Astarté, cuya inscripción frontal constituye uno de los testimonios más antiguos y extensos de lengua fenicia en la Península Ibérica.

Todos estos bienes muebles corresponden a la Protohistoria, la tercera y más importante de las cinco fases de ocupación del yacimiento, y las sucesivas excavaciones realizadas a partir de 1958 subrayan, como elemento fundamental de este periodo, la existencia de un santuario erigido por los fenicios hacia mediados del siglo VIII a.C., sobre el que se habrían construido edificaciones que mantuvieron el carácter sagrado del lugar durante algo más de 200 años.


Este centro ceremonial, posiblemente el de mayor entidad de la comunidad fenicia que ocupaba la antigua Ría Bética, alcanzó una amplia proyección territorial como lugar de referencia en las rutas de navegación que unían el Guadalquivir con el Atlántico y el Mediterráneo.

Los principales vestigios de este periodo, conocido como orientalizante o tartésico, corresponden a varios edificios superpuestos en la corona del cerro. El denominado 'Complejo A', orientado hacia el Este y construido con muros de ladrillo de adobe, ofrece restos de pavimentos realizados con conchas marinas perfectamente alineadas y de gradas decoradas en damero rojo y negro o fajas alternas rojas y blancas.

Algunos fragmentos fueron extraídos como muestras para su depósito en el Museo Arqueológico de Sevilla y destacan también un altar circular y otro en forma de piel de toro.

A mediados del siglo VI a.C., las edificaciones del conjunto se destruyeron parcialmente y fueron reutilizadas para usos metalúrgicos y artesanales, como atestigua la localización de 14 hornos en el lateral suroeste del cerro.

BIENES MUEBLES
Respecto a los bienes muebles vinculados al yacimiento, el más destacado es el del Tesoro del Carambolo, "un conjunto único y original, sin paralelos próximos, que parece ser obra de un taller local con un desarrollo propio, orientalizante tartésico, diferente del puramente oriental de carácter colonial". Integrado por 21 piezas huecas de oro con un peso de casi tres kilos, consta de dos brazaletes, dos colgantes en forma de piel de toro, ocho plaquetas con decoración de rosetas, otras ocho con decoración de semiesferas de polo rehundido y un collar de pseudosellos.

Otros objetos singulares procedentes del área excavada en 1958 por el profesor Juan de Mata Carriazo son, además del citado exvoto de la diosa Astarté, una pieza cerámica en forma de barca con un caballo en la proa, una cadena con apliques de oro, un escarbeo pétreo de color azul y otro de pasta blanca en cuya base aparecen motivos jeroglíficos egiptizantes.

Respecto a las otras cuatro fases de ocupación, de la primera (Calcolítico) se conservan 14 fosas-silos, así como hogueras y un enterramiento infantil, mientras que del Bronce Final se han identificado varias fosas rellenas por detritos que podrían tener un carácter ritual. Una vez abandonado a partir del siglo VI a.C., y después de casi veinticinco siglos, el cerro tuvo un breve uso militar como emplazamiento artillero, posiblemente vinculado a la Guerra de la Independencia (1808-1814).

La última fase corresponde a la edificación de las instalaciones de la Real Sociedad de Tiro de Pichón en la primera mitad del siglo XX. Las obras para su ampliación y mejora motivaron el hallazgo casual del Tesoro del Carambolo en 1958 pero también ocasionaron la pérdida de la parte superior de estratigrafía arqueológica y del propio yacimiento en tres laderas del cerro.

24 de junio de 2014

Descubren un importante yacimiento de la Edad del Hierro en Garcinarro (Cuenca)

El yacimiento, conocido como"La Cava", está ubicado en lo alto de un cerro, en una zona crucial para el control visual. Se trata de un edificio monumental que sirvió de santuario de ofrendas y acumulación de alimentos durante diferentes épocas, desde el 500 a.C. hasta la época visigoda.
El yacimiento estaba completamente cubierto de tierra, por lo que la excavación ha sido integral.
(Foto: LA TRIBUNA DE CUENCA)
Diferentes expertos han participado en el descubrimiento de este nuevo yacimiento en lo alto de un cerro en Garcinarro (en la Sierra de Altomira) que pone de nuevo a Cuenca en el primer plano de las excavaciones arqueológicas. El carbono 14 ha revelado que el yacimiento tiene sus orígenes en los alrededores del año 500 antes de Cristo. 

Miguel Ángel Valero, arqueólogo responsable de la excavación, confirmó que el hallazgo «es tremendamente relevante por el estado de conservación de las estructuras y por el propio retallado de la roca. No tenemos nada parecido en zonas anejas». El paralelo más cercano está en la localidad soriana de Tiermes, indicó Valero. 

El también comisario del yacimiento romano de la villa de Noheda asegura que desde el punto de vista científico se podría equiparar «al mosaico de Astarté en Iniesta, de cronología ibérica y un unicum, como Noheda».

Los trabajos se han realizado entre diciembre de 2013 y mayo de 2014, gracias a la financiación del Grupo de Acción Local Ceder La Alcarria y el Ayuntamiento de Valle de Altomira. La Dirección General de Cultura de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte ha supervisado el proyecto de investigación arqueológica y la puesta en valor del yacimiento tradicionalmente conocido como ‘La Cava’. El yacimiento estaba completamente cubierto de tierra por lo que la excavación ha sido totalmente integral.

YACIMIENTO MULTIFÁSICO MONUMENTAL
Se trata de un yacimiento multifásico que está ubicado en una zona crucial para el control visual y de vías de comunicación. Está localizado en lo alto de un cerro cuyo frente occidental resulta casi inaccesible. En un primer momento se documentó una ocupación de la Edad de Hierro, momento en el que se inició una excavación en la roca natural que descubrió tres estancias de morfología cuadrangular y amplias dimensiones, e intercomunicadas entre sí mediante un pasillo retallado en el farallón rocoso.

«Lo novedoso y espectacular es la monumentalidad del yacimiento», dice Valero, quien explica que hace 2.400 años las gente excavó este edificio singular. «Un santuario con varios elementos de ofrenda y acumulación de alimentos», dice el arqueólogo. La estancia está conservada en óptimas condiciones, gracias a la techumbre del edificio, probablemente de madera, que se cayó sobre el 350 a.C.

ÉPOCA VISIGODA 
Valero revela que un siglo más tarde, cerca del año 600 de nuestra Era y en época visigoda, fue utilizado «como eremitorio. Un lugar de recogimiento de los eremitas, vinculados al monasterio servitano de Cañaveruelas que está muy cerca».

El equipo de excavación ha encontrado numerosos objetos de diversas épocas. Valero explica que hay objetos que no están enteros, «se han abandonado y lo que quedan son fragmentos. Hay fíbulas, elementos de adorno de época ibérica, muchísima cerámica y elementos de época visigoda», asegura el arqueólogo, que apunta que se continuará con un proyecto de investigación». 

El arqueólogo afirma que el nuevo yacimiento encontrado en la provincia puede ser otro importante reclamo turístico. De hecho se está elaborando la panelería y desarrollando un itinerario interior para que se pueda visitar. «Aquella zona tiene un entorno bastante sorprendente», dice, y explica que se prepara una recreación en 3D y un vídeo interactivo. El descubrimiento tiene tal relevancia que la Junta de Comunidades incluirá el próximo año, dentro de los programas de investigación, una partida para seguir investigando el enclave.

(Fuente: La Tribuna de Cuenca / Jonatan López)

11 de noviembre de 2013

Confirman la existencia de un santuario fenicio en el castillo de San Sebastián (Cádiz)

Los hallazgos de abundante vajilla asociada a lugares de culto y restos de dos edificios de la época confirman la existencia del santuario de Krónion que mencionaba Estrabón
El trazado urbano de Gadir sigue componiéndose bajo el suelo que pisamos. Bajo los estratos de tierra que moldean nuestra historia, la de una ciudad que ocuparon los fenicios para vivir, trabajar y también para contactar con el más allá. Porque los fenicios rezaban y lo hacían en el Castillo de San Sebastián, donde el autor clásico Estrabón situaba "el Krónion de Gadir en la parte occidental de la isla, en la extremidad que avanza hacia el islote", decía el geógrafo.

En este punto que flanquea la playa de la Caleta se ha constatado por fin la existencia de este templo fenicio que completaría la tríada formada con el de Melkart -en el Castillo de Sancti Petri- o el santuario de Astarté, que sitúan en la vecina isla de Erytheia.

Así lo confirman las últimas -que no recientes- excavaciones realizadas al hilo de las obras de rehabilitación del Castillo de San Sebastián para la celebración del Bicentenario, donde el santuario Krónion resurge en decenas de retazos arqueológicos y restos de estructuras pertenecientes a dos edificios de fundación fenicia púnica, "probablemente vinculados al templo" que levantaron nuestros fundadores en esta parte de la isla.

Los relevantes hallazgos se produjeron en los sondeos previos y en el seguimiento arqueológico que se hizo de la obra de dotación de nuevos suministros para el castillo. Así, mientras el Ministerio de Medio Ambiente adjudicaba esta labor a Tragsa, la empresa Arqueologística S.L., con Rafael Maya al frente como director, realizaría el trabajo de control arqueológico, con más de un obstáculo en el camino.

"No se hizo una excavación en extensión, como bien hubiera merecido, sino a lo largo de una zanja de 54 metros lineales, paralela al ala sur de San Sebastián, en la zona de acceso donde se ubica la plaza del castillo. Además, en la avanzada del castillo se realizaron los sondeos con diferentes resultados", explica Gemma Jurado, una de las arqueólogas que afrontó este trabajo tan dilatado en el tiempo, junto a Esther López y Mariano Torres. Juntos destaparon otro pedazo de ese Cádiz fenicio vinculado al más allá, donde a pesar "del poco margen de actuación que hemos tenido, se han obtenido muy buenos resultados", comenta Gemma Jurado, de la empresa Arqueologística.

DOS EDIFICIOS APROVECHADOS HASTA ÉPOCA ROMANA
Durante los meses de 2010 a 2012 en que se realizaron los trabajos a trompicones, dado los grandes parones, encontraron en la plaza del castillo estas estructuras y numeroso material asociado que "por fin documentaba la ocupación fenicia de la isla". Concretamente se trata de dos edificios que han sido reaprovechados hasta época romana, de la que también se ha documentado el arranque de los muros "de la que tuvo que ser una construcción potente", añade Jurado.

"No podemos decir que sean los restos del mismo santuario, pero sí que son estructuras vinculadas al mismo", deduce Gemma Jurado, a juzgar por los abundantes restos aparecidos como trozos de huevos de avestruz, numerosos fragmentos cerámicos de adscripción cronológica fenicia y bastante vajilla de engobe rojo. En este apartado despunta un plato típico con borde ranurado sobre el que se dibuja un grafito que menciona al dios Eshmún, "lo que demuestra que desde muy temprano se venera en Cádiz a las deidades protectoras de la salud y que perdura durante toda la antigüedad, como bien se pone de manifiesto en la Casa del Obispo", puntualiza la arqueóloga gaditana.

MÁS HALLAZGOS
Entre otros restos destacan monedas de las guerras púnicas, cerámica de barniz negro campaniense y fragmentos de vajilla griega -entre ellos una copa ática de barniz negro y una banda roja en el borde- que nos traslada al ambiente de las importaciones griegas de los siglos IV y V a.C. Más cuantitativa es la vajilla de mesa como vasos y cuencos que reafirman el tránsito comercial mantenido en el círculo del Estrecho. Ese talante negociante que presumiblemente atesoraban nuestros antepasados.

En el registro material de la fase romana imperial tiene mucha presencia la tierra sigillata, material del que se compone una copa africana hallada, y es muy significativa la aparición de vidrio.

TEMPLO DE KRONIÓN
La abundancia de este tipo de elementos y el descarte de un asentamiento doméstico y portuario en San Sebastián conducen definitivamente al templo de Kronión, "avalando el patrón de asentamiento fenicio que situaría en este enclave la zona de templos", justo donde los fenicios depositarían numerosos elementos asociados a lugares de culto y que entregarían a modo de ofrendas. Una teoría que también se sustenta en el foso con cenizas halladas en la excavación.

La historiografía local ya había situado el templo de Krónion en la zona, "aunque sin una base arqueológica fiable", pues hasta el momento sólo había aparecido en la zona de la Caleta un capitel proto-eólico del siglo VIII-VII a.C. Del mismo modo, las fuentes documentales del XIX también hablaban de unos basamentos monumentales vistos en la avanzadilla del castillo, "detalles que encajan con lo documentado en la zona", asevera Gemma Jurado.

Como curiosidad destacar que todas las capas cronológicas se han excavado en apenas una profundidad máxima de 1.20m., de modo que los restos de época romano imperial "casi han aparecido a nivel del suelo que hoy pisamos". Tanto es así que a escasos veinte centímetros de media respecto a la cota de suelo actual, ya aparecieron las estructuras reutilizadas de origen fenicio. Y es que "la cercanía del firme ostionero ha provocado que, construcción sobre construcción, se alcance las fases anteriores, con una clara amortización de estructuras", explica la gerente de Arqueologística.

FALTA DE RESPETO AL ENTORNO BIC
Cuando el equipo de arqueólogos realizó los sondeos previos de las obras para dotar de nuevos suministros a la fortaleza detectaron "una gran afección previa sobre los restos arqueológicos", señala Gemma Jurado. Concretamente se localizaron zanjas de suministros y saneamientos de los años 50 y, lo que es peor, del año 2002, recorriendo longitudinalmente el área sur de la plaza de armas de la fortaleza, desde la puerta de acceso al cuarto del transformador eléctrico situado junto al antiguo polvorín.

"Justo en el año 2002 se realizaba en el castillo una escuela taller del Instituto de Fomento, Empleo y Formación del Ayuntamiento de Cádiz", puntualiza Jurado en cuanto a la falta de responsabilidad en la protección del patrimonio, pues cuando hablamos del Castillo de San Sebastián, lo hacemos de un entorno BIC.

Fue precisamente esta situación la que llevó a la solución de realizar los nuevos suministros "aprovechando estas zanjas y siempre bajo vigilancia arqueológica".

ISLA DE KOTINOUSSA
Una zona en la que se procedió con máxima precaución, y que ha sido muy alterada desde la antigüedad hasta la época moderna, cuando se construyó la fortaleza, tanto por la mano del hombre como por la propia naturaleza, pues lo que después quedaría convertido en un islote, originariamente era la continuación topográfica de la propia isla de Kotinoussa.

En el informe que el equipo de arqueólogos ha realizado de la interesante excavación en San Sebastián concluyen que "no se debe descartar que la fundación de Krónion haya sido en un momento más tardío, quizá en época bárquida (de dominio de Amílcar Barca)". El documento hace referencia a la colina dedicada a Krónos tras la fundación de Carthago Nova, por lo que "hace muy verosímil la existencia en ella de un templo dedicado a dicha divinidad, y que por lo tanto el santuario gaditano hubiese sido fundado, como la propia Cartagena, por un miembro de los Barca, sobre una ocupación anterior que podría haberse iniciado en el siglo VII a.C". Sólo los trabajos arqueológicos en extensión en este terreno pueden terminar de escribir esta página de la historia. La de un pueblo que fijó su núcleo urbano en la parte alta de Erytheia (yacimiento Cómico), haciendo de San Sebastián ese espacio místico donde rezar y rendir culto a sus deidades.

28 de agosto de 2013

Los arqueólogos buscan un santuario fenicio-púnico en Mijas (Málaga)

Los arqueólogos han encontrado en el entorno de La Muralla de Mijas un exvoto compuesto de dos piezas de metal con la representación de los Ojos de Astarté. De confirmarse las conjeturas, se trataría del primer santuario fenicio-púnico de la Costa del Sol y se daría la circunstancia de que se encontraría a unos 400 metros sobre el nivel del mar. 
Excavaciones arqueológicas en  el entorno de La Muralla de Mijas pueblo.
Las excavaciones arqueológicas que desde hace semanas se desarrollan en el entorno de La Muralla, en Mijas pueblo, no dejan de arrojar resultados. Primero se encontraron algunos restos correspondientes a la Edad de Bronce, en concreto estructuras cerámicas y un hacha. Hallazgos a los que hay que sumar ahora un exvoto de bronce, es decir, un elemento de ofrendas. 

Los Ojos de Astarté
Éste último hallazgo parece indicar que en el pueblo podría existir un templo fenicio-púnico. Se trata de dos piezas de metal con la representación de los Ojos de Astarté, unos elementos que normalmente se localizan en santuarios púnicos o de su influencia. Desde el Consistorio se informó de que este tipo de exvoto está relacionado con los cultos de carácter curativo o con la divinidad Astarté o Tánit, pues se han encontrado piezas similares en un santuario portugués del siglo III a.C. y en otro de Alhonoz, en Sevilla, del siglo II a.C.

Otros objetos de bronce
Por todo ello, la edil de Patrimonio Histórico, Carmen Márquez, advirtió de que el equipo arqueológico sospecha que en el entorno se podría haber asentado algún templo de esta época. Estos indicios se basan en que en los alrededores donde se ha encontrado el exvoto hay evidencias de que se ha manipulado la roca y hay otros objetos de bronce que aún están pendientes de ser analizados para determinar su importancia. 
Imagen de la Astarté de Galera (Granada).

Primer santuario fenicio-púnico de la Costa del Sol
El responsable técnico de la Concejalía de Patrimonio Histórico, Juan José de la Rubia, informó de que si se confirman las conjeturas, se trataría del primer santuario fenicio-púnico de la Costa del Sol y se daría la circunstancia de que se encontraría a unos 400 metros sobre el nivel del mar. El experto calificó este hecho de "bastante excepcional". Márquez recordó que en la Península Ibérica sólo hay ocho templos de esta clase y en el caso del de Mijas, si se llega a verificar su existencia, podría datar entre los siglo VI y II a.C.

Ampliación de la cata arqueológica
Por ello, el Consistorio ha solicitado a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía la ampliación de esta cata arqueológica, con el fin de triplicar el volumen de la zona a estudiar. Inicialmente, el Ayuntamiento quería realizar diez catas en distintos puntos de La Muralla, por lo que se iban a analizar unos 200 metros cuadrados, una superficie pequeña si se tiene en cuenta que este sector del pueblo abarca un total de 20.000 metros cuadrados. Son los primeros trabajos de este tipo que se desarrollan en esta parte del municipio y comenzaron a principios de julio.
(Fuente: Málaga Hoy)

21 de mayo de 2013

Astrofísicos y arqueólogos confirman que seis santuarios fenicios del sur peninsular rindieron culto a la diosa Astarté

Astrónomos del Instituto de Astrofísica de Canarias y arqueólogos de la Universidad de Sevilla han constatado que seis santuarios protohistóricos del sur de la Península presentan una misma orientación -hacia un acimut de 55 grados- lo que parece coincidir con la puesta de Venus y supone un posible indicio del culto a la diosa fenicia Astarté. 
Representación de la diosa fenicia Astarté
encontrada en el yacimiento de El Carambolo (Sevilla).
El estudio "Arqueología del cielo. Orientaciones astronómicas en edificios protohistóricos del sur de la Península Ibérica" ha sido realizado por el astrónomo César Esteban y el catedrático de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla José Luis Escacena, que han analizado seis santuarios.

  • El estudio se refiere en concreto a los yacimientos sevillanos de Coria del Río, El Carambolo, Satillo, Mesa de Setefilla , Tejada la Vieja (Huelva) y El Oral (Alicante). Es la primera investigación de este tipo que se realiza sobre edificios de la edad del Hierro Antiguo en este área geográfica.
El estudio se basa en la medida precisa de las orientaciones definidas por los edificios y el análisis del horizonte que les rodea, y que revela claros vínculos astronómicos, pues tampoco puede descartarse su posible relación con la salida y puesta del sol en los solsticios, lo que sugeriría además el culto al dios fenicio Baal, pareja masculina de Astarté.

César Esteban explica en una entrevista que los santuarios estudiados proceden de la época tartésica, que se extiende aproximadamente desde el mil hasta el 500 antes de Cristo, cuando se extendió en la mitad sur de la Península una cultura basada en los contactos entre la población autóctona de la zona y colonizadores fenicios.

Enclaves tartésicos de origen fenicio

Los fenicios fundaron Cádiz, la ciudad más antigua de Europa occidental, y otras colonias en el litoral atlántico y mediterráneo peninsular, aunque José Luis Escacena y otros arqueólogos piensan que también llegaron a establecerse en el interior y que incluso Sevilla y otros enclaves tartésicos pudieron realmente tener un origen fenicio.

Algunos yacimientos son muy conocidos, como el del Carambolo, situado en un cerro cerca del Guadalquivir, además del de Coria del Río y el Saltillo en Carmona, edificados entre el siglo IX y el VI antes de Cristo.

Para sorpresa de los investigadores, al estudiar los santuarios se encontraron con que estos tres compartían exactamente la misma orientación: hacia un acimut de 55 grados, y teniendo también en común dos de ellos altares con forma de piel de toro.

Para el arqueólogo José Luis Escacena, este altar podría estar relacionado con el culto al dios fenicio Baal, al que a veces se representa como un toro.

Posteriormente César Esteban midió la orientación de otro santuario al sur de Alicante, El Oral, que es de época ibérica -siglo V antes de Cristo- y que además de contar con un altar similar, también presenta la misma orientación de 55 grados.

Coincidencias

Estas coincidencias despertaron el interés de los investigadores por averiguar si había algún fenómeno astronómico relacionado con esta orientación, pues el que estos cuatro santuarios coincidan en esta cuestión sugiere que este hecho pudo ser un elemento esencial en el diseño y construcción de los templos.

Posteriormente los investigadores se percataron que el acimut de 55 grados podría coincidir, hacia el oeste, con la puesta de Venus en su posición más al sur, en coincidencia con los puntos extremos que alcanza este planeta en su ciclo de ocho años.

El astrónomo recuerda que los dioses principales del panteón fenicio son Baal y Astarté, y que mientras el primero es un dios masculino eminentemente solar, esta última es una deidad femenina identificada con Venus.

De hecho, según relatan los historiadores griegos y romanos de la antigüedad, en la costa sur de España había templos dedicados a una diosa relacionable con Astarté y con el citado planeta.

"En este contexto, merece recordarse que en el cerro de El Carambolo se encontró precisamente una estatua sedente dedicada a esta divinidad", explica César Esteban.

Los investigadores quieren proseguir el estudio de las orientaciones en otros yacimientos similares porque, precisa el astrónomo, la orientación astronómica, cuando presenta regularidades estadísticamente significativas, deja de ser algo subjetivo y es un hecho constatable que ayudan a conocer cómo las antiguas sociedades organizaban sus espacios sagrados, su calendario y festividades.

(Fuente: El DÍa / EFE / Ana Santana)

20 de diciembre de 2012

El yacimiento íbero de Tútugi (Granada) estrena su centro de visitantes

La Diputación de Granada ha firmado ayer el acta de recepción de las obras del centro de interpretación y atención al visitante de la necrópolis ibérica del yacimiento de Tútugi, en Galera, que está destinado a ser el culmen de la ruta íbera por los yacimientos arqueológicos del norte de la provincia.
El alcalde de Galera y el diputado de Asistencia a Municipios firman
la recepción del Centro de Visitantes del yacimiento.

Las obras han supuesto una inversión de 239.719 euros con cargo a Fondos Feder en el marco del Programa de Fomento del Empleo Agrario.
Considerado uno de los más relevantes en el contexto andaluz y español, el yacimiento íbero de Tútugi está dividido en tres zonas de las que la primera ya ha sido excavada.
Con esta actuación se pretende dar continuidad a las labores de excavación y restauración arqueológica del yacimiento.

La ciudad ibero-romana de Tútugi
El conjunto arqueológico de Tútugi está compuesto por un asentamiento con varias fases de ocupación (Cerro del Real), una necrópolis ibérica (Tútugi) y zona de producción de cerámica (alfar ibérico) distribuidos por una amplia zona junto al actual casco urbano de Galera. Al ser la necrópolis el primer yacimiento que se excavó, toma el topónimo antiguo de lo que sería la ciudad ibérica, mientras que a ésta se le da el nombre de Cerro del Real, por ser el lugar de emplazamiento del campamento de Don Juan de Austria en el asedio de Galera en la Guerra de los Moriscos, en 1570.
La "dama de Galera", representación de la diosa
fenicia Astarté, encontrada en el yacimiento. 
En época ibérica el poblado, generalmente fortificado (llamado oppidum) era el centro político, administrativo, económico y, en ocasiones, incluso religioso de las comunidades. A partir del poblado principal se organizaba el poblamiento y la explotación de los recursos del entorno.

El asentamiento principal se situaba en un lugar elevado por razones de prestigio, control y defensa, próximo a las rutas comerciales y a las zonas de explotación económica. Las necrópolis de las familias dirigentes se situaban cerca del oppidum para mantener la memoria de los antepasados y el concepto de pertenencia al grupo de los difuntos. Igualmente, fuera del asentamiento se encontraban las explotaciones agropecuarias, generalmente situadas en las zonas llanas, donde podían haber granjas o pequeños núcleos rurales. Otros recursos económicos eran la ganadería, la alfarería, la explotación de canteras, etc

2 de octubre de 2012

Un estudio relaciona el tesoro del Carambolo con sacrificios rituales fenicios

Las placas y frontiles de oro de 24 kilates pertenecerían a un "ajuar litúrgico utilizado para la procesión presacrifical de un toro y una vaca" a los dioses fenicios Baal y Astarté.
Tesoro del Carambolo, descubierto en Camas (Sevilla) en 1958.
Un reciente estudio elaborador por los prestigiosos arqueólogos Fernando Amores y José Luis Escacena defiende la hipótesis de que el famoso tesoro del Carambolo, descubierto en 1958 en Camas y formado por 21 piezas de oro de 24 kilates, fue un ajuar que engalanaba a un sacerdote y a dos bóvidos destinados a ser inmolados en honor de los antiguos dioses fenicios Baal y Astarté.

El tesoro del Carambolo, como es sabido, fue descubierto en 1958 en el cerro homónimo de Camas, en el marco del hallazgo de los vestigios arquitectónicos de un antiguo santuario que los expertos atribuyen a una población de influencia fenicia. La localización de una figura atribuida a la diosa fenicia Astarté, en ese sentido, sostiene la tesis tradicional de que el santuario estaba dedicado expresamente a esta divinidad, toda vez que la antigüedad de las 21 piezas de oro labradas al estilo oriental que conforman el tesoro del Carambolo se remontaría a los siglos VII y VIII antes de Cristo.

EL MOTIVO DEL TESORO
Pues bien, los arqueólogos sevillanos Fernando Amores y José Luis Escacena han elaborado un nuevo estudio, titulado 'Revestidos como Dios manda. El tesoro del Carambolo como ajuar de consagración', al objeto de profundizar en el papel que este fabuloso ajuar jugaba en el mencionado santuario de influencia fenicia. El objeto del estudio no es otro que esclarecer "quienes y para qué" poseían y utilizaban este ajuar áureo, según expone los arqueólogos Amores y José Luis Escacena en este documento publicado en la revista de prehistoria y arqueología de la Universidad de Sevilla y recogido por Europa Press.

Este estudio rememora que Juan de Mata Carriazo, el primer arqueólogo en investigar el yacimiento del Carambolo y el propio tesoro, sostuvo en su momento que "las joyas pertenecerían al ajuar de un monarca tartésico", aunque Amores y Escacena avisan de que la asunción de esta hipótesis obliga a pensar en un "Argantonio gigantesco" en el que encajasen las diferentes piezas del ajuar, en referencia al mítico monarca tartésico citado en los antiguos textos históricos. En ese sentido, Amores y Escacena recuperan una idea ya defendida por ellos mismos unos diez años atrás y sostienen que el tesoro del Carambolo no es otra cosa que "un ajuar litúrgico destinado por la comunidad fenicia a los sacrificios llevados a cabo en honor de sus principales dioses". "El conjunto incluiría el atuendo sacerdotal, más los atalajes de sendos bóvidos ofrecidos a Baal y a su compañera Astarté", señala el informe.

"AJUAR LITÚRGICO"
De tal manera, estos dos arqueólogos exponen que "el lote de joyas supone el ajuar litúrgico utilizado para la procesión presacrifical de un toro y una vaca inmolados, respectivamente, para Baal y Astarté". Para defender esta idea, que recupera y "matiza" la propuesta ya esgrimida por ambos en 2003, Amores y Escacena argumentan toda una serie de textos históricos que prueban que "durante la Antigüedad, la dedicación de primicias a los dioses que consistían en sacrificios de animales iban normalmente precedidas de la correspondiente procesión", toda vez que "las costumbres religiosas (...) requerían la vestimenta adecuada para la ocasión. De ahí que los animales se engalanaran convenientemente antes de ser presentados a la divinidad".

Amores y Escacena abundan en esta tesis con el argumento de que "para la época tartésica, algunos toros representados sobre vasijas llevan esta prenda u otra parecida que cuelga de la espalda del animal", en referencia a una banda ancha o cincha posada sobre el lomo del animal y que cae por sus flancos. Como ejemplo, citan los arqueólogos "una escena de decoración vascular" procedente de un yacimiento de Marchena, porque esta escena muestra "un bóvido pintado al estilo de las cerámicas orientalizantes del ámbito tartésico" y el animal en cuestión "aparece recorrido verticalmente por una especie de paño de bordes festoneados".

EL PAPEL DE LAS PLACAS
Además, citan un texto del poeta Prudencio que describe un toro engalanado para una ceremonia con "los flancos cubiertos entre guirnaldas entretejidas y los cuernos envainados", pues tal testimonio probaría "el posible papel de las placas rectangulares" del tesoro, que descansarían sobre "bandas" colocadas a su vez sobre la piel del animal. Las piezas que Juan de Mata Carriazo identificaba como 'pectorales' del ajuar de un jerarca o gran sacerdote, de otro lado, corresponderían a frontiles que adornarían la "testuz" de los bóvidos, con lo que la hipótesis de Amores y Escacena sostiene que "el sacerdote" del ritual "luce el collar y los brazaletes" del tesoro en sus bíceps "mientras que la vaca aparece engalanada con el juego de frontil y placas que dispone de rosetas y el toro con el que carece de ellas.

"El ajuar que engalanaba a la hembra sería el que muestra de forma insistente la roseta, representación gráfica de la hierofanía de la diosa madre e icono de Astarté (...) y, por exclusión, el otro lote revestiría al macho consagrado a Baal, lo que encajaría con este dios si las medias esferas constituyesen alusiones solares". "Rosetas y semiesferas están presentes, en fin, en los brazaletes, prenda reservada al clero encargado de llevar a cabo el sacrificio", resumen Amores y Escacena en este documento. Finalmente, los arqueólogos mencionan la oposición de la profesora de la Universidad de Sevilla María Luisa de la Bandera a la idea de que el tesoro fuese usado para adornar bóvidos bajo la premisa de que "el oro era un metal de uso exclusivo para los dioses".

Y es que, "al recibir el ajuar litúrgico sobre sus cuerpos, el dogma de la época sostendría que los animales experimentaban una transustanciación de su condición carnal, proceso por el que se convertían en la propia divinidad", defienden finalmente Fernando Amores y José Luis Escacena
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(Fuente: Europa Press / La Vanguardia)

3 de enero de 2011

Unos investigadores proyectan la reconstrucción virtual del Carambolo en Camas (Sevilla)

  • La intención es recrear el santuario en el que se adoraba a la diosa fenicia Asterté · El equipo de expertos digitalizará todos los datos arqueológicos del yacimiento
Un equipo de investigadores y expertos agrupados en torno al equipo Antinoo de arqueología virtual, promovido por el departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, proyecta la "reconstrucción virtual" en formato digital del santuario fenicio en honor a la diosa Astarté que habría albergado la cima del cerro del Carambolo, enclavado en Camas y donde en 1958 fue descubierto el famoso tesoro asociado con la mítica cultura tartésica. 
Excavación en el Carambolo en 2002.

Los avances de este equipo de investigación han sido publicados por la revista digital Virtual Archaeology Review, creada con la colaboración de la Sociedad Española de Arqueología Virtual (SEAV). En concreto, en su volumen número uno de 2010, esta revista publicaba un informe elaborado por Ángeles Hernández-Barahona y José Luis Escacena y titulado A propósito de la 'anastylosis infográfica' del Carambolo. Diálogo teórico y metodológico sobre la arqueología virtual. 

Este informe, recogido por Europa Press, rememora cómo en 1958 las teorías científicas sobre el mito de Tartessos fueron revolucionadas a cuenta del hallazgo de un ajuar de 21 piezas de oro de 24 quilates en el cerro de Camas donde se alzaba la Sociedad de Tiro de Pichón. Este descubrimiento "casual", investigado por el arqueólogo Juan de Mata Carriazo, estuvo acompañado del hallazgo de "una realidad tangible", dado que las excavaciones arqueológicas asociadas a dicho descubrimiento sacaron a la superficie los vestigios de construcciones de adobe datadas en el siglo IX antes de Cristo. 

Gracias a esta "realidad arqueológica material", el tesoro del Carambolo y las ruinas, las diferentes interpretaciones de la antigua cultura identificada con el mundo tartésico evolucionaron hasta un extremo en el que, según este informe, los vestigios conservados en el cerro del Carambolo serían los restos de "un santuario consagrado" a la divinidad fenicia Astarté. Las diversas investigaciones, como recogen Hernández-Barahona y Escacena, han revelado que el conjunto monumental de la cima de este cerro sufrió "cinco fases constructivas de importancia y multitud de reformas menores", ya que actualmente las antiguas construcciones de adobe de este santuario fenicio están cubiertas por una losa de hormigón para su mejor conservación. 

Desde hace 11 años este cerro pertenece al grupo promotor inmobiliario Gabriel Rojas, que había proyectado en estos suelos un hotel de 150 habitaciones que integraría las ruinas del santuario mediante un centro de interpretación. Las sucesivas restricciones impuestas por la Consejería de Cultura para la conservación del yacimiento han ido estrangulando las opciones de los promotores, que en 2009 ofertaron al Gobierno andaluz la adquisición de estos terrenos. 

En el citado informe se detalla la creación de un grupo de trabajo que tiene como objetivo "desarrollar una hipótesis virtual del yacimiento" gracias a las nuevas tecnologías y a las fuentes documentales. "La reconstrucción virtual de lo que en su día fuera el Carambolo se ofrece, efectivamente, como la mejor solución a corto plazo para una exposición didáctica del conjunto", destaca el estudio que, no obstante, reconoce los "problemas" de la tarea debido a las cimentaciones a las que ha quedado reducido el templo y a "la escasez de documentación histórica que permita levantamientos en alzado de los edificios". No obstante, este equipo de arqueología virtual aspira a elaborar "una hipótesis verosímil sobre lo que pudo ser el complejo". 

La hipótesis sobre la que se trabaja es la reproducción del santuario gracias a "paralelismos formales" o "estructuras semejantes" que han sobrevivido a través de ruinas o de imágenes como legado de las culturas semitas del próximo Oriente, pues el yacimiento en cuestión "obedece más a la tradición constructiva fenicia que a la tartésica de finales de la Edad del Bronce". 

Cuando la revista Virtual Archaeology Review publicaba este informe, dicho equipo había resuelto la "hipótesis de reconstrucción arqueológica" y afrontaba la digitalización de los datos para comenzar con "su posterior tratamiento y posproducción".