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7 de agosto de 2024

Investigadores de la UCA descubren 57 nuevos yacimientos romanos en el valle del río Guadalete

Investigadores de la Universidad de Cádiz, coordinados por la profesora del área de Arqueología, Macarena Lara, están llevado a cabo nuevas investigaciones en la zona del valle medio del río Guadalete con la finalidad de conocer el poblamiento romano de este entorno e identificar la organización y estructura de nuevos yacimientos, así como la topografía de su entorno.
Las excavaciones, coordinadas por la profesora Macarena Lara, se han centrado en la villa romana de El Cañuelo en Bornos. Es la primera vez que se estudia de manera integral el poblamiento romano en este entorno

Estos trabajos, que se iniciaron en el año 2023 con financiación del Campus de Excelencia Internacional del Mar (CEI·Mar), pretenden conocer estos asentamientos romanos, así como la organización territorial en los entornos de Arcos de la Frontera, Bornos, Villamartín y Puerto Serrano, profundizando en las vías de comunicación terrestres y fluviales, rutas comerciales y sus recursos económicos. De este modo, el objetivo es conocer la interacción de la bahía gaditana con el poblamiento de la depresión fluvial del Guadalete durante el período romano, aspecto prácticamente desconocido hasta el momento.

La primera fase de los trabajos ejecutada por el equipo de investigadores, que consistió en una intensa prospección arqueológica en los cuatro términos mencionados, ha permitido localizar 57 yacimientos de época romana de carácter inédito y se ha podido delimitar y definir tanto espacial como cronológicamente algunos restos arqueológicos ya citados en los años 80 y 90, que no estaban catalogados.

Fotografía del yacimiento de El Cañuelo e imagen con cámara multiespectral en la banda de infrarrojo cercano.

Asimismo, en el mes de mayo dio comienzo la segunda fase de este proyecto, consistente en la excavación arqueológica en la villa romana de El Cañuelo (Bornos). En esta ocasión, los trabajos realizados en la zona aportaron datos inéditos sobre las áreas funcionales de la villa, tanto residencial como área productiva. Esta excavación marca un paradigma en los estudios de arqueología romana en la Sierra de Cádiz, ya que es la primera vez que se analiza de manera integral el poblado romano de este entorno. Se han realizado excavaciones arqueológicas en el marco de un proyecto de investigación con el objeto de recuperar el patrimonio arqueológico del valle medio del río Guadalete. Esta segunda campaña ha sido posible gracias a la financiación del Ayuntamiento de Bornos, que está colaborando intensamente con la Universidad de Cádiz, creando sinergias entre ambas instituciones con el objetivo de continuar estrechando lazos en los próximos meses.

Además de ello, en este yacimiento se ha explorado parcialmente con georradar para poder definir mejor la distribución de las estructuras murarias no visibles en superficie. 

Nuevas tecnologías para conocer mejor los yacimientos
Por otra parte, se ha recurrido al uso de nuevas tecnologías, como son las aeronaves no tripuladas (UAV, por sus siglas en inglés) equipadas con distintos sensores, del Servicio Periférico de Drones del Instituto de Investigaciones Marinas (INMAR) – UCA. En concreto, la campaña ha consistido en la adquisición de imágenes para la documentación aérea mediante dron con cámara multiespectral y LiDAR sobre cuatro yacimientos arqueológicos de los municipios de Villamartín, Arcos de la Frontera y Bornos, consistiendo en tres villas romanas (una de ellas la de El Cañuelo) y un oppidum ibérico. El uso de este tipo de sensores es cada vez más frecuente para la investigación de yacimientos porque, por un lado, permiten tomar y procesar mucha información en relativamente poco tiempo y, por otro, no son invasivos, por lo que se obtiene una gran cantidad de datos sin afectar a los lugares de interés, como indican los responsables del proyecto.

Para seleccionar los lugares en los que se realizaron estos trabajos se valoraron diferentes aspectos como, por ejemplo, si estos estaban cultivados o no, la topografía o incluso si afloraban o no muros o estructuras en superficie. Con todo esto, los sensores equipados han permitido, hasta la fecha, conocer la topografía a través del MDE y MDT, y especialmente, el análisis de las imágenes de las distintas bandas espectrales, lo que se ha traducido en la obtención de más información sobre la distribución urbana (que en algunos de estos yacimientos no se conoce) y otras particularidades.

Asimismo, se está realizando un intenso estudio con la identificación y catalogación de todos los materiales arqueológicos encontrados, comprendiendo un enfoque interdisciplinar, donde confluyen profesionales de distintos campos, como el de la arqueología, la numismática, la arqueometría, etc., que ayudará a comprender mejor los aspectos fundamentales de estos yacimientos ubicados en la comarca serrana y las relaciones a distintos niveles con otros yacimientos.

Con todo, “los datos que tenemos nos han permitido generar una base sólida de información y documentación arqueológica para continuar con las investigaciones en las próximas anualidades en este entorno. Nuestro objetivo principal es continuar realizando excavaciones y prospecciones con técnicas y herramientas no tradicionales que se completarán con el estudio de los contextos hallados, así como técnicas de análisis en los materiales documentados que nos permitirán obtener una visión holística del poblamiento romano y del territorio en el entorno de los embalses de Bornos y Arcos de la Frontera”, como explica Macarena Lara.

Además de los miembros del grupo HUM-440, en estos trabajos participan expertos del grupo de investigación RNM-373: Geociencias, en colaboración con el Museo Histórico Municipal de Villamartín y el Ayuntamiento de Bornos. En cuanto a la financiación, como ya se ha señalado, esta ha sido posible al proyecto ‘Mare in rure. El paisaje cultural marítimo de la Bahía de Cádiz y su interacción con el poblamiento de la depresión fluvial del Guadalete en época romana’, respaldado por el Campus de Excelencia Internacional Global del Mar, concedido dentro de las ayudas del eje de mejora científica de su Plan Propio 2022.

13 de junio de 2011

El Badalac, el río perdido (I)

En el entorno de Jerez había en la antigüedad tres zonas con salida directa al mar. Dos de ellas aparecen perfectamente dibujadas en el mapa del trabajo del profesor Chic García, Gades y la desembocadura del Guadalquivir (1979). Son: el estero de Doña Blanca y el Canal de Guadabajaque. Hay una tercera zona que no aparece en ese mapa, la cual menciono en mi trabajo 'Los Canales de Jerez' (Revista Historia de Jerez; nº 14/15) y también en el artículo del Diario de Jerez, 'Guadalete y Guadalquivir en la geografía antigua' (25-11-08). Es una zona situada a escasos kilómetros al E. de la actual ciudad de Jerez, en los llanos de Caulina, que enlazaba la cuenca de Lacca (de la que luego hablaremos) con el paleoestuario del río Guadalete a través de un pequeño afluente (hoy casi desaparecido) que los antiguos historiadores (B. Gutiérrez, año 1755, Antonio de Guevara, año 1539) llamaron río Badalac o río Bedalac. 

La toponimia de este río deriva directamente de la palabra árabe Wadilacca, es el lugar de la mítica batalla en la que desapareció el reino Hispano-Visigodo, en el año 711 d. C. Y significa, el 'río de Lacca'. Precisamente, esta palabra que dio nombre a la celebre batalla, y los 'tituli picti' encontrados en catorce ánforas del Testaccio en Roma con la denominación Lacca, son las pruebas que tenemos de que existió una villa romana en esta zona que se dedicaba a la exportación de aceite. La otra noticia que nos ha llegado de esta misteriosa ciudad nos la da el cronista al-Himyari, que habla de una ciudad en ruinas, cerca de Sidona (Saduña), fundada por César Augusto (Octavio), cerca de una fuente termal, a orillas del río del mismo nombre donde se enfrentaron Tárik y Rodrigo, el Wadilacca. El historiador Chic García la ha situado en la población de la 'Junta de los Ríos' cerca de Arcos, pero su ubicación exacta continúa siendo un misterio. Esta zona era en la antigüedad un brazo de mar que se adentraba en el interior desde la desembocadura del Guadalete hasta las faldas del monte Gibalbín. La cuenca marítima mantuvo su actividad comercial hasta, al menos el siglo I-II d. C. Luego, se fue colmatando y rellenando de aportes aluviales. Esto, junto con la retirada de la antigua línea marítimo-costera, y la progresiva disminución de las precipitaciones condujeron a la desaparición de dicha cuenca. Convirtiéndola primero en un lago interior, y ya en época actual quedó reducida a un pequeño afluente del Guadalete, que atravesaba la llanura de Caulina. El Badalac dejó de existir cuando su nombre quedó asociado al del río Guadalete como lugar donde había tenido la batalla por tratarse del río principal, y el otro un mero afluente. Las antiguas crónicas cristianas siempre hablaron de la 'Batalla del Guadalete'. La primera vez que aparece en un mapa el río Badalac, como distinto del Guadalete, es en un mapa encontrado dentro del libro del historiador jerezano Bartolomé Gutiérrez 'Reflexión sobre la opinión admitida por el m.r.p. Mro. fr. Enrique Florez, que niega la identidad de Asta con Xerez de la Frontera. (Que dedica rendido al muy ilustre caballero d. Nicolas Carrillo de Mendoza, marqués de Alcocevar, y Corregidor de esta Ciudad)'. Año de 1754. Se encuentra en la Biblioteca Municipal de Jerez. La primera referencia escrita a dicho río como distinto del Guadalete la tenemos en 1539; Antonio de Guevara escribió en sus Epístolas Familiares lo siguiente: En la 'Letra para don Alonso de Fonseca, obispo de Burgos, presidente de las Indias, en la qual se declara por qué los reyes de Hespaña se llaman Reyes Cathólicos', aparece escrito "…junto al río Bedalac, acerca de Xerez de la Frontera…se dio la ultima y infelice batalla entre los godos que estaban en España y los árabes…en la cual el triste rey don Rodrigo fue muerto…".El escritor Joaquín Portillo recoge en sus 'Noches Jerezanas' (tomo I) pag. 52, lo siguiente:"el Testudo, después se llamó el Badalac, y hoy el Badalejo. En 1787, el Mariscal de Campo Francisco Zarzana elaboró para el conde de Floridablanca un 'Mapa de los Términos de Xerez dela Frontera', en el que lo denomina 'Badalejo'. En la actualidad lo que queda del cauce se llama 'Salado de Caulina".


Fuente: Diario de Jerez / Centro de Estudios Históricos Jerezanos:  Fco. Antonio García Romero / Eugenio J. Vega Geán