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28 de septiembre de 2016

La campaña de El Castillón halla restos humanos y documenta una prolongada ocupación

La campaña de excavaciones de 2016 ha desvelado la existencia de enterramientos infantiles, los primeros restos humanos encontrados en el yacimiento y que podrían datarse en el siglo V o VI; así como materiales que evidencian una ocupación en los siglos XIII o XIV, varias centurias más tarde de lo documentado hasta ahora.
Momento del hallazgo de restos humanos en El Castillón.  FOTO: ZAMORA PROTOHISTÓRICA
Los trabajos de excavación arqueológica en el poblado de El Castillón, en Santa Eulalia de Tábara (Zamora) efectuados en el verano de 2016, han permitido dar continuidad a las investigaciones iniciadas en años precedentes y ofrecen dos importantes novedades halladas en un edificio de grandes dimensiones: enterramientos infantiles que son los primeros restos humanos encontrados en el yacimiento y que podrían datarse en el siglo V o VI; y materiales que evidencian una ocupación en los siglos XIII o XIV, varias centurias más tarde de lo documentado hasta ahora.

SECTOR METALÚRGICO
Los arqueólogos Jose Carlos Sastre y Patricia de Inés, de la asociación científico cultural Zamora Protohistórica, han explicado hoy en rueda de prensa estos hallazgos, pertenecientes a la novena campaña de excavaciones de este poblado, que se han producido en las excavaciones que este año se han centrado en el sector metalúrgico y la vivienda oriental del castro situado junto en una posición elevada al río Esla.

Las investigaciones que se han llevado a cabo en el sector metalúrgico han permitido a los arqueólogos identificar una gran zona donde se acumulaban deshechos de la producción metalúrgica llevada a cabo en estos hornos, con la presencia de una gran cantidad de escorias de hierro procedentes de la reducción del mineral de hierro. En esta zona se registra una ocupación posterior, una vez que los hornos metalúrgicos no se encontrarían en funcionamiento, lo cual muestra la evolución del poblado entre los siglos V al VI d.C.

VIVIENDA Y ENTERRAMIENTOS INFANTILES
En lo que refiere a la vivienda oriental, se ha documentado un edificio de grandes dimensiones, del cual se ha podido intervenir en la zona externa, vinculada con una calle, y en dos de las habitaciones. Una de ellas presenta unas grandes dimensiones, constando de diversos bancos que se adosarían a los muros de la vivienda, así como un pavimento de tierra apisonada. En esta zona destaca la presencia de un gran número de elementos vinculados con la pesca, como anzuelos de hierro y bronce, pesas de red y almejas de río.

Uno de los elementos más singulares es la aparición de dos enterramientos infantiles, situados bajo el suelo de la vivienda, lo que indica su antigüedad con respecto al último momento de uso de este edificio. “Gracias a los primeros datos que tenemos nos inclinamos a pensar que pudieran situarse entre los siglos V – VI d.C., en relación con el momento de máximo apogeo de la vivienda”, señalan los expertos. Una de las tumbas presentaba la presencia de dos individuos, que habían sido enterrados en momentos diferentes. Todos estos restos humanos tendrían una edad aproximada entre los 2 y 3 años. Las investigaciones en los próximos meses se centrarán en realizar dataciones de Carbono 14 (C14), isótopos y estroncio, que permitirán conocer su datación precisa, la dieta que pudieron haber tenido a lo largo de su vida, así como cuestiones relacionadas con el parentesco de estos individuos.

NUEVA FASE DE OCUPACIÓN ENTRE LOS S: XIII y XIV
Además, otro de los hallazgos relevantes de esta campaña de excavaciones es la presencia de materiales y elementos que se situaran entre los siglo XIII y XIV d.C., lo que muestra una ocupación mucho más prolongada en este este poblado de lo que se conocía hasta la fecha. “Teníamos una primera ocupación en la Edad del Hierro, entre los siglos I a.C. al I d.C., con su periodo de máximo apogeo entre los siglos V y VI d.C., y ahora aparecde esta nueva fase”, explican.

A partir de esta nueva información, las investigaciones se centrarán en conocer con mayor precisión las características de este último momento en que está ocupado el poblado, y en saber si la ocupación del yacimiento es continuada o si existen periodos en que es abandonado para recuperarse posteriormente.

CAMPAÑA INTERNACIONAL
La XI Campaña de excavaciones en el poblado de El Castillón ha permitido acoger a un grupo de 40 arqueólogos procedentes de diversas zonas de España (Castilla y León, Asturias, Comunidad Valenciana, Madrid, Andalucía, Extremadura, etc), así como de Francia, Croacia, Serbia, Reino Unido, EEUU, México, Rusia y Suiza. Este equipo de voluntarios procedían de las Universidades de Salamanca, Oviedo, Burgos, Complutense de Madrid, Extremadura, Jaén, Granada, Pablo de Olavide, Alicante, Autónoma de Barcelona, London (Reino Unido), Belgrado (Serbia), Zurich (Suiza), Lyon (Francia), Cardiff (Reino Unido), Thessalonika (Grecia), Sorbona (Francia), Nottingham (Reino Unido).

Los trabajos de excavación arqueológica se han visto acompañados de diversas actividades culturales y divulgativas, entre las que se encuentran visitas a diversos lugares de la provincia de Zamora, como el monasterio de La Granja de Moreruela, el Castillo de Castrotorafe, el Lago de Sanabria, Benavente, Zamora y Puebla de Sanabria, entre otros. Además, se llevó a cabo la II Ruta Cicloturista, que reunió a un amplio grupo de asistentes que pudieron disfrutar de una visita en bicicleta al yacimiento de El Castillón. De igual forma se organizó una jornada de puertas abiertas para visitar los trabajos de excavación. Asimismo, se celebraron los VI Talleres de Arqueología para niños efectuados en la localidad de Santa Eulalia de Tábara.

21 de septiembre de 2015

El Castillón aporta nuevos datos sobre la alimentación en el Siglo V d.C.

La campaña de la excavaciones arqueológicas en el yacimiento de Santa Eulalia de Tábara (Zamora) descubre una gran cantidad de semillas en buen estado
El análisis de los restos ofrecerá claves sobre el paisaje de la época. FOTO: ZAMORA PROTOHISTÓRICA
La VIII Campaña de Excavaciones Arqueológicas en el castro tardoantiguo de El Castillón, que tuvo lugar durante el pasado mes de agosto en Santa Eulalia de Tábara (Zamora), ha revelado nuevos datos sobre la alimentación de los pobladores de las orillas del río Esla en el siglo V d. C. Gracias al extraordinario descubrimiento de semillas de cereales depositadas en el interior de diferentes estructuras de almacenamiento elaboradas con pizarras, así como en piezas de cerámica, los arqueólogos saben un poco más sobre el modo de vida y el sustento de los habitantes de este poblado hace más de 1.500 años.

El hallazgo de una gran cantidad de semillas en buen estado es “casi único en este periodo” comenta Jose Carlos Sastre, codirector de la excavación y arqueólogo de la asociación Zamora Protohistórica, que lleva a cabo los trabajos. Las excavaciones de esta campaña se han centrado en una vivienda situada en la zona oeste del poblado. Esta amplia estructura está compuesta por cinco habitaciones, data de finales del siglo V d. C. y sufrió un incendio que la destruyó, aunque el lugar volvió a ser ocupado nuevamente a lo largo del siglo VI.

Precisamente, el incendio explica que se hayan podido conservar las semillas de avena, cebada y trigo carbonizadas. Algunas de ellas estaban en el interior de vasijas de cerámica que han podido rescatarse de una sola pieza, un hecho también extraordinario en las excavaciones de este periodo que también se explica por el incendio.


“Hasta ahora ya conocíamos parte de la alimentación de los habitantes de El Castillón por los restos de fauna que hemos ido encontrando, pero ahora completamos esta información con los cereales, que utilizarían para elaborar pan y quizá otros productos como la cerveza”, señala Jose Carlos Sastre.

Entre los animales, se encuentran ovicápridos, ganado vacuno, équidos, roedores, gallinas, ciervos y pescados procedentes del río Esla. Todo ello ofrece una idea más completa de la dieta de los pobladores de la zona tras el periodo romano. Además, en esta campaña de 2015 han aparecido dos garras de oso, otro hecho singular que puede indicar dos cosas. “Es posible que se cazaran estos animales, pero es más probable que se comerciase con este tipo de elementos de prestigio”.

ANÁLISIS QUE EXPLICARÁN CÓMO ERA EL PAISAJE
El incendio que acabó con el asentamiento del siglo V también carbonizó vigas de la techumbre de la vivienda. El análisis de sus restos ofrecerá información clave sobre el paisaje de la época, puesto que revelará el tipo de árboles que existían en la zona hace 15 siglos. Es lo que se conoce como antracología y no será el único trabajo de laboratorio derivado de los hallazgos de esta campaña de excavaciones de El Castillón, puesto que también se analizarán las semillas (carpología) para certificar qué tipo de cereales cultivaban los habitantes del castro, así como otros elementos relacionados con la metalurgia.

En esta campaña de excavaciones participaron un total de 42 voluntarios procedentes de las Universidades de Salamanca, León, Valladolid, Burgos, Santiago de Compostela, Asturias, Granada, Jaén, Extremadura, Complutense de Madrid, Autónoma de Madrid, Sevilla, La Sorbona de Paris (Francia), Texas (Estados Unidos), Coimbra (Portugal) y Atenas (Grecia).

Además de los trabajos de excavación, durante la campaña Zamora Protohistórica llevó a cabo diferentes actividades de difusión y divulgación de los trabajos arqueológicos, como una ruta cicloturista desde Santa Eulalia de Tábara hasta El Castillón, los V Talleres de Arqueología Infantil, una semana de puertas abiertas al yacimiento y una visita guiada.

19 de mayo de 2014

Los investigadores aportan en Zamora nuevos datos sobre los pueblos prerromanos de España

El Congreso de Fortificaciones del Hierro se ha clausurado "con éxito" pese al "olvido" de las instituciones públicas. Ha reunido en Zamora a más de 170 investigadores de diferentes puntos de España que coinciden en desmontar algunos mitos sobre la Edad de Hierro.
Ponentes en la jornada de clausura del Congreso "Fortificaciones en la Edad del Hierro: Control de los recursos y el territorio". Foto: LA OPINIÓN DE ZAMORA.
El Congreso Internacional ‘Fortificaciones en la Edad del Hierro: Control de los recursos y el territorio’, organizado por la Asociación Científico-Cultural Zamora Protohistórica ha concluido con la presentación de varias investigaciones sobre yacimientos prerromanos de diversos puntos de España. En general, los investigadores coinciden en que los estudios hacen caer algunos mitos sobre la Edad del Hierro al mostrar, por ejemplo, que los pueblos peninsulares tenían bastante movilidad y contactos entre sí.

“El concepto de frontera es más laxo que el que tenemos en la actualidad, probablemente entre un poblado íbero de montaña y un celtíbero no había demasiadas diferencias”, afirma Tomás Pedraz, investigador de la Universidad de Alicante.

Este especialista ha hablado de los sistemas defensivos de la Edad del Hierro en las zonas más orientales de la Meseta Sur, un amplio territorio que abarcaría parte de las actuales provincias de Cuenca, Valencia y Albacete. Sitios arqueológicos como El Molón o Castellar de Meca destacan sobre el resto por sus grandes fortificaciones, lo que revela “un papel económico y un prestigio” importantes. Además, los estudios muestran que estos pueblos prerromanos “se movían más de lo que aparentaban” y tenían muchos contactos con los pobladores de lugares relativamente distantes para la época, como Andalucía o Aragón.


“Probablemente, sus formas de vida basadas en la agricultura y la ganadería no era muy diferentes a las que tenían los modernos habitantes de estas zonas hace tan sólo 100 años”, comenta el experto. En su opinión, existen rasgos etnográficos presentes en manifestaciones como el folclore que provienen de esa época, que aún conservan “un sustrato indígena”, a pesar de que la historia se habría de escribir con el paso de otros pueblos, empezando por la conquista romana.

LA CONQUISTA ROMANA
Precisamente, otra de las ponencias del día ha mostrado un claro ejemplo de romanización, el caso de Segeda, una ciudad celtíbera ubicada en Belmonte de Gracián (Zaragoza) que presenta en la actualidad dos yacimientos diferentes: Segeda I, correspondiente a la original, y Segeda II, que apenas a 100 metros se identifica con la ciudad fundada por los conquistadores. “Los romanos la destruyen y fundan una ciudad nueva aunque mantienen la nomenclatura indígena”, explica el arqueólogo Diego Franganillo. En este caso, los elementos defensivos son muy característicos, con sillares de yeso que forman muros que aún hoy en día conservan entre tres y cuatro metros de altura.

En esta zona de la península la invasión romana parece seguir este patrón: la destrucción de las ciudades ubicadas en cerros para fundar otras en llano de acuerdo con la organización latina. Tras analizar en los últimos años los sistemas defensivos, el objetivo de los investigadores es realizar excavaciones en el interior de la ciudad para obtener más datos.

Esta última jornada del congreso ha contado también con ponencias sobre otros enclaves de Aragón, Castilla-La Mancha, Cataluña y País Vasco para concluir una cita que ha congregado en Zamora a lo largo de los tres últimos días a más de 150 especialistas en la Edad del Hierro gracias a la organización de Asociación Científico-Cultural Zamora Protohistórica.

PUBLICACIÓN
Por otra parte, en el marco del congreso, ha tenido lugar la presentación de las actas de las “II Jornadas de Jóvenes Investigadores del valle del Duero. Del Neolítico a la Antigüedad Tardía”, que recogen las comunicaciones que se presentaron en este evento, organizado por la Asociación Científico-Cultural Zamora Protohistórica y Tras las Huellas del Tiempo y celebrado en el Museo de León, que contó con la colaboración del Instituto Leonés de Cultura, la Universidad de León, la Diputación de León y la Junta de Castilla y León. Este evento reunió a 120 especialistas sobre el valle del Duero y tuvo lugar los días 25, 26 y 27 de octubre de 2012, con la presentación de 49 comunicaciones.

Equipo de Zamora Protohistórica.
Asimismo, la experiencia ha servido para presentar una nueva publicación editada por la casa especializada Glyphos, que contiene los 35 trabajos presentados en la segunda edición de esas mismas jornadas que tuvieron lugar en León con aportaciones sobre la arqueología y las nuevas tecnologías. Tanto este volumen (Del Neolítico a la Antigüedad Tardía) como el resto de trabajos editoriales se pueden adquirir en la página web del colectivo como en la librería Semuret.

CAMPAÑA EN EL CASTILLÓN
El éxito y la repercusión de las diferentes jornadas llevadas a cabo "ayudan" a la asociación a cumplir "nuevos objetivos". El más inminente se centra en una nueva campaña de excavaciones en el yacimiento de El Castillón (Santa Eulalia de Tábara), para el que intentan recabar distintos recursos que hagan posible el trabajo.

Precisamente, aquí radica una de las asignaturas pendientes de estas iniciativas, el apoyo institucional. "En estas jornadas, el apoyo de las instituciones públicas ha sido inexistente, por lo que resulta especialmente satisfactorio que la iniciativa haya salido adelante", explica José Carlos Sastre. El responsable de Zamora Protohistórica llama a las administraciones a "reflexionar" sobre encuentros como el de esta semana, "en el que han participado hasta 170 personas de diferentes países". Pese a ese "olvido", estas iniciativas colocan a Zamora en el mapa de la arqueología.

25 de julio de 2013

La magnetometría revela estructuras ocultas en el yacimiento de El Castillón (Zamora)

El yacimiento de El Castillón, situado en Santa Eulalia de Tábara (Zamora), guarda estructuras aún no descubiertas por los arqueólogos que han trabajado en la zona durante cinco campañas según los estudios de magnetometría realizados en los últimos días. La Asociación Zamora Protohistórica reanudará las excavaciones en el castro zamorano de época tardoantigua con 45 participantes de seis países
Trabajos de magnetometría en el yacimiento de El Castillón. FOTO: Zamora Protohistórica
La información del subsuelo obtenida mediante esta tecnología podrá ser contrastada gracias a los nuevos trabajos de excavación que la Asociación Zamora Protohistórica desarrollará entre el 5 y el 30 de agosto de 2013. 

“La magnetometría ha permitido descubrir algunas estructuras que no eran perceptibles en superficie, como muros localizados a gran profundidad, derrumbes de las viviendas e indicios de niveles de incendio”, explica a DiCYT Jose Carlos Sastre Blanco, que junto a Patricia Fuentes Melgar y Óscar Rodríguez Monterrubio, dirige el Proyecto de Investigación y Difusión del Patrimonio Arqueológico Protohistórico de la Provincia de Zamora (P.I.D.P.A.D.Z.).

Esta tecnología se basa en la detección de variaciones locales en la intensidad del campo magnético terrestre, conocidas como anomalías magnéticas. Dichas variaciones pueden tener una explicación geológica, pero también un origen humano, por lo que la magnetometría resulta útil en investigaciones arqueológicas para hallar indicios de construcciones.

Qué detecta un magnetómetro

Cuando se investigan restos arqueológicos que están bajo la superficie, materiales como la piedra caliza o las arcillas que conforman los adobes poseen una susceptibilidad magnética baja, explican los expertos de la empresa Arbotante, por lo que ofrecerán un magnetismo inferior al que caracteriza los sedimentos que le rodean haciendo posible de este modo detectar muros y estructuras con esta técnica. Por el contrario, hoyos, zanjas y fosas estarán rellenos de tierra húmica, carbones, fragmentos cerámicos, elementos todos con un alto grado de susceptibilidad que, por tanto, arrojan unos niveles magnéticos superiores a los depósitos geológicos que los rodean y que quedarán reflejados en el magnetómetro como alteraciones magnéticas positivas.

Todo esto se conoce como magnetismo inducido, pero existe otro fenómeno magnético más conocido y aplicado desde hace más tiempo en la Arqueología, la termomagnetización remanente. Hornos, hogares y suelos de barro quemados están hechos generalmente con arcilla y ésta contiene, en menor o mayor medida, partículas de óxido de hierro que al calentarse se convierten en magnetita o megatita, materiales con un elevado grado de magnetización, por lo que ofrecen al magnetómetro un fuerte contraste respecto al campo magnético de su entorno.

El objetivo es tener la mayor información posible antes de excavar para seleccionar los lugares más adecuados de acuerdo con los objetivos científicos. En este caso, “los resultados obtenidos proporcionan un primer acercamiento de los estratos arqueológicos antes de comenzar la excavación”, señala Jose Carlos Sastre, que junto con el resto del equipo de investigación podrá comprobar en las próximas semanas si la prospección mediante magnetometría se corresponde con la realidad en cuanto a muros o estructuras de combustión. 


Hornos metalúrgicos,
viviendas, cerámicas,
pendientes y botones
de hueso
Gráfico del subsuelo resultado de un estudio de magnetometría.
Foto: Arbotante.
Gracias a los trabajos realizados durante cinco veranos consecutivos a orillas del río Esla, entre 2007 y 2011, en el yacimiento de El Castillón se ha descubierto una muralla muy bien conservada, dos hornos metalúrgicos y una vivienda con tres habitaciones, dedicada una de ellas al almacenamiento de productos. También se encontraron magníficos materiales como cerámicas de gran calidad, pendientes o botones de hueso pertenecientes a la Edad del Hierro y sobre todo a un asentamiento tardorromano del siglo V d.C. Todo ello aporta muchísima información acerca de una época histórica muy poco documentada, especialmente en esta zona, de manera que tiene un extraordinario valor científico.

Un proyecto que sobrevive gracias a la microfinanciación
Sin embargo, la falta de financiación paralizó el proyecto en 2012, que se retoma ahora gracias a una iniciativa de microfinanciación ocrowdfunding por la que decenas de personas han apoyado el proyecto, que ha conseguido recaudar más de 3.500 euros. Por eso, en esta próxima campaña participarán unas 45 personas, procedentes de seis países: España (Galicia, Asturias, Castilla y León, Madrid, Cataluña, Castilla La Mancha, Extremadura, Aragón y Andalucía), Francia, Italia, Tanzania, Brasil y Portugal. Se trata de voluntarios vinculados con la arqueología, en su mayoría jóvenes estudiantes, que no sólo contribuirán con su esfuerzo, sino que tendrán la oportunidad de conocer la provincia de Zamora y su riqueza natural y cultural.

Esta vez “los objetivos se centran en finalizar la excavación en las últimas habitaciones de la gran estructura habitacional, situada en la zona central del poblado; ampliar el área de excavación del sector metalúrgico; estudiar las estructuras relacionas con el procesado y fabricación de útiles de hierro; y realizar un pequeño sondeo en una de las estructuras habitacionales del Sector Sur que nos permita continuar con las excavaciones en el futuro”, señala Jose Carlos Sastre.