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15 de febrero de 2023

Hallazgos en la isla de Sálvora demuestran su ocupación en el siglo I

El hallazgo de restos de la factoría obliga a adelantar la fecha que se barajaba para situar el origen de la industria conservera en las Rías Baixas. En el área estudiada, los arqueólogos hallaron material de construcción, trozos de mortero de canto rodado y abundantes fragmentos de cerámica. El informe destaca que estas piezas pertenecían a ánforas y elementos de cocina, también se recuperó una fíbula de bronce y un cuchillo de hierro de unos 20 centímetros de longitud que presenta en el mango una argolla.

Las conclusiones sobre la primera excavación arqueológica realizada en la isla de Sálvora (A Coruña) revelan que ya estaba ocupada en el siglo I después de Cristo, mucho antes de lo que se creía, y que incluso contaba con una fábrica de salazón. Además de la importancia que tiene el hallazgo para reescribir la historia de la isla, obliga a replantear las fechas relativas a la implantación de la industria destinada a la conservación de los recursos marinos en la zona, adelantándola varios siglos.

De hecho, la intervención en Sálvora se efectuó en el marco del proyecto Galtfish, encaminado a buscar los orígenes de la industria conservera gallega. Fue realizada por investigadores del Grupo de Estudos de Arqueoloxía de la Universidade de Vigo, bajo la dirección de Adolfo Fernández, y afectó a una zona situada en el extremo sur del arenal de Os Bois. Ahora, tras el análisis de los restos encontrados, acaba de ver la luz un informe con las conclusiones.

En el área estudiada, de unos seis metros de longitud por 1,5 de ancho, los arqueólogos hallaron material de construcción, trozos de mortero de canto rodado y abundantes fragmentos de cerámica. El informe destaca que estas piezas pertenecían a ánforas y elementos de cocina, al tiempo que hace referencia a la recuperación de una fíbula de bronce y de un cuchillo de hierro de unos 20 centímetros de longitud que presenta en el mango una argolla, con la que suponen que era suspendido mediante un cordel.

Los investigadores explican que en la zona intervenida hallaron un murete de contención que separaba una vaguada, por la que todavía hoy discurre un curso de agua que desciende desde las inmediaciones de la vieja aldea, de lo que podría ser un edificio. Asocian dicha construcción a la gran cantidad de fragmentos de mortero de cal fabricado con cantos rodados, un material que suele encontrarse en las fábricas de salazón de pescado de la época romana en las Rías Baixas, usado en el revestimiento interno de las piletas. También el cuchillo con una argolla «sugiere su utilización en un contexto industrial, quizás ligado a la limpieza de pescado», se apunta en el estudio.

Nueva hipótesis
Por la cerámica recuperada, «casi en exclusiva de contenedores anfóricos del tipo Haltern 70 del valle del Guadalquivir, los arqueólogos tienen claro que Sálvora estaba ocupada en el siglo I después de Cristo. Y, por lo tanto, que ya entonces existía en la ría de Arousa una fábrica de salazón, algo que se desconocía hasta hace poco, puesto que este tipo de industria se ligaba al siglo IV e incluso a inicios del V. Aunque las fechas definitivas deberán ser acotadas en futuras intervenciones, los investigadores sostienen que «abren una nueva hipótesis que sitúa el comienzo de la producción de salazones en esta zona mucho antes de lo que inicialmente se pensaba».

Añaden que la fábrica localizada en Sálvora «completaría un mapa extenso de unidades fabriles por toda la costa gallega, que muestra una pujante industria enfocada claramente hacia la exportación». Aluden a otras factorías romanas encontradas en O Naso (A Illa), O Canexol (Ons) y Adro Vello (O Grove).

Ya hay prevista una segunda intervención
Durante la actuación llevada a cabo en Sálvora, el equipo de la Universidade de Vigo contó con la colaboración del Parque Nacional Illas Atlánticas. Desde este organismo señalaron que ya hay prevista una segunda intervención en la isla y que esta se llevará a cabo en este 2023. Aludieron a la importancia que tiene el yacimiento y a su relación con el descubierto en el monte ribeirense de A Cidade: «Había máis comunicación da que se pensaba entre ámbalas dúas poboacións».

Añadieron que las piezas halladas en Sálvora están siendo restauradas, con el fin de que regresen para ser expuestas en Ribeira o incluso en la propia isla.

La isla de Sálvora es una isla del océano Atlántico, que se encuentra en la bocana de la ría de Arosa (A Coruña).


1 de febrero de 2023

Localizan un castillo medieval bajo la vegetación de un monte en Galicia

La fortaleza podría datar de principios de la Alta Edad Media y su recinto fortificado es uno de los 20 más grandes del noroeste peninsular. La nuevas tecnologías han conseguido recrear la muralla de Castro Valente
Fotografía láser del yacimiento de Castro Valente. CEDIDA

Un grupo de arqueólogos de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) han localizado un castillo muy singular, posiblemente, de la época altomedieval, que permanece oculto bajo una densa vegetación.

Mario Fernández, uno de los arqueólogos encargados de la investigación, explica que han incorporado “las nuevas tecnologías que disponemos en arqueología como vuelos dron, combinadas con la metodología clásica de excavación y prospección arqueológica” para descubrir los secretos de la fortaleza, de unas 10 hectáreas, situada entre Padrón (A Coruña) y A Estrada (Pontevedra).

Los descubrimientos hallados hasta el momento todavía no permiten establecer una cronología precisa de este sistema defensivo, pero los investigadores piensan que podría encuadrarse en fechas cercanas al final del Imperio Romano y principios de la Alta Edad Media (V-VII).

Mario Fernández asegura que “este recinto fortificado se encuentra dentro de los 20 más grandes del noroeste peninsular y está muy bien conservado”. Su importancia radica en la defensa que ofrecía y añade que “los galaicos se defendían de los suevos en sitios fortificados y este puede ser uno de ellos”.

La estructura poco común de Castro Valente
Después de cuatro años de investigación, los expertos ya han localizado algunas de las peculiaridades de Castro Valente. “Estamos hablando de una superficie poco excavada pero los resultados preliminares son muy interesantes”, comenta Mario Fernández.

Se han hallado, contiguos a la muralla de unos 1,2 kilómetros de largo, y de la que todavía quedan restos, unos 30 cubos o torres que son poco comunes de encontrar en las fortificaciones del noroeste peninsular.

Según las primeras investigaciones, los fragmentos de ladrillo encontrados en estas torres podrían indicar que estos cubos estaban envueltos por techos similares a los de la muralla romana de Lugo, declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. Aunque es necesario recoger más muestras para establecer una conclusión.

Además, han logrado identificar diversas estructuras pétreas dentro de la muralla, pero aún no se conoce la funcionalidad que tenían en aquella época, así que todavía faltan muchos entresijos por descubrir de esta fortaleza.
Una fortaleza en peligro

El problema que tiene ahora Castro Valente es que se está viendo amenazado por una instalación de cuatro aerogeneradores, una subestación eléctrica y está en trámites el trazado de una línea de alta tensión en la ladera del monte.

Pero esto no es lo único, durante la construcción del recinto y en las últimas décadas, se ha reforestado la zona con especies como pinos y se han construido pistas cortafuegos que alteran y destruyen el castro. Además, otro factor a tener en cuenta es la erosión natural y la falta de cuidados del recinto por parte de las administraciones y de la comunidad local.
(Fuente: NiusDiario)

6 de marzo de 2013

Inician la búsqueda del mayor navío de la Armada Invencible en aguas de El Ferrol

La "Ragazzona", nave capitana de la Escuadra de Levante, capitaneada por Don Martín de Bertendona, se hundió en el viaje de regreso de la maltrecha flota el 8 de diciembre de 1588, la noche antes de entrar en el Puerto de La Coruña
"La Armada Invencible" de Aert van Autum, Rijksmuseum, Amsterdam.
La costa gallega es una especie de museo sin catalogar. En sus fondos marinos descansan cientos de navíos que a lo largo de los siglos fueron quedando varados, escribiendo su relato alternativo de la historia. En la costa de Ferrol, en concreto, uno de ellos ha llamado la atención de un grupo de arqueólogos: La Ragazzona. De propiedad veneciana, esta nave del siglo XVI fue una de las muchas que alquiló el rey español Felipe II para engrosar las filas de la que se dio en llamar como Armada Invencible, en 1588. Fue el navío de mayor envergadura de la expedición y la nave que capitaneó la Escuadra de Levante, a las órdenes de don Martín de Bertendona.

Encallada en El Ferrol
Su últimos meses en activo fueron un cúmulo de despropósitos. Tras la sonrojante derrota en los mares de Inglaterra de la expedición española, La Ragazzona regresó de vuelta a la Península Ibérica refugiándose de los temporales en la ría de Muros. Ante los requerimientos de su dueño, la República de Venecia, la tripulación recibió órdenes de llevar a reparar el navío a A Coruña para ser devuelto en condiciones. La noche antes de entrar en el puerto, el buque fue sorprendido nuevamente por la tormenta, perdiendo el ancla y dañando gravemente las velas. A partir de ahí, la tripulación perdió el control de su destino y acabó encallando en la costa ferrolana.

Ahora, 425 años después de aquel episodio, este grupo de arqueólogos de la Universidade de Santiago (USC), ha decidido rescatar de las profundidades el recuerdo de aquel naufragio. David Fernández, es el director de la expedición y uno de los principales autores intelectuales de la aventura. Investigador de la USC, participó ayer en la primera de las inmersiones del proyecto, que se prolongarán hasta el domingo. El objetivo: encontrar algún resto de La Ragazzona en forma de munición, piezas de artillería, cerámicas o, incluso, concentraciones de maderas procedentes del casco.

Primer acercamiento
Por el momento, el equipo arqueológico solo cuenta con un perímetro acotado a partir de las referencias de crónicas y documentos históricos en los que se narra como el barco, sin ancla y con las velas destartaladas, acabó varando en la costa y partiendo en dos. Lo de ayer simplemente fue la primera toma de contacto. "Estuvimos viendo la zona y cerrando el área de búsqueda. Es el primer acercamiento y en los próximos días continuaremos en la procura de algún resto que nos permita verificar que ahí está el barco", arguye David Fernández.

La expedición, autofinanciada por los investigadores, cuenta también con el apoyo de la unidad de buceo de la Armada española, con base en A Graña, y de la empresa de arqueología Argos, de la que también forma parte Fernández. En el futuro, con todo, no se cierra la puerta a la financiación pública. "Si después de esta primera búsqueda hay alguna Administración interesada en apoyar el proyecto sería perfecto", comenta.

Entre ocho y doce metros de profundidad
Las estimaciones del grupo sitúan a La Ragazzona a unos ocho o doce metros de profundidad pero, pese a ser relativamente accesible, no prevén extraer ninguna pieza. Simplemente documentarán el hallazgo y darán parte a la Dirección Xeral de Patrimonio. "Conservar este tipo de descubrimientos en tierra tiene un coste enorme. Al sacarlos de su entorno natural, la velocidad a la que se degradan si no se tratan adecuadamente es muy grande", asegura.

Durante esta semana continuarán las labores de búsqueda. Confiados en que las condiciones meterológicas ayuden, el equipo que dirige David Fernández persistirá en su intento de cerciorar que La Ragazzona, el gigante de la armada española que intentó tomar Inglaterra, descansa en el fondo de los mares de Galicia.

(Fuente: La Opinión A Coruña / Miguel Rodríguez)

3 de octubre de 2011

Las obras de una carretera de la Xunta se llevan por delante un castro en Noia (A Coruña)


Medio Ambiente asegura que el enclave primitivo carece de interés
La Xunta ha decidido eliminar, previa "excavación, catalogación e inventario", el importante yacimiento arqueológico que salió a la luz en la costa de Noia con la construcción del puente sobre la ría. El trazado de esta infraestructura, considerada "de interés general" y prioritaria por la Consellería de Medio Ambiente, no será modificado para conservar in situ el asentamiento, al pie de la aldea de Taramancos, a unos 300 metros del mar. Cuenta con restos y estructuras de edificaciones de distintos periodos de la historia, que van desde la Edad de Bronce, pasando por las épocas romanas, castrexay otras más tardías, hasta el siglo IV después de Cristo.
Operarios trabajan en la construcción del vial con los restos
arqueológicos a la vista (a la izquierda de la imagen) Foto: Óscar Corral.
Mientras continúa a buen ritmo la construcción del viaducto sobre la ría, los vestigios históricos encontrados, "después de clasificarlos e inventariarlos para determinar su importancia y, en su caso, darle un destino museístico", se retiran del lugar por donde transcurrirá el futuro enlace viario y "se almacenan", reconoció ayer la consellería de Agustín Hernández, en respuesta a las protestas del Ayuntamiento de Noia. La coalición de PSOE y BNG acusó ayer a la Xunta de tener "un total desprecio de la conservación del patrimonio y del medio ambiente" y de provocar "una enorme pérdida" para la historia de esta localidad coruñesa, que no conserva ningún otro resto romano. También lamenta la pérdida de un atractivo turístico.

"No se buscaron en ningún momento alternativas que permitieran la conservación de estos yacimientos, que son muy importantes al tener edificaciones castrexas y romanas", protestó el alcalde, el socialista Rafael García Guerrero. Sospecha que la decisión de eliminar los restos "estaba tomada desde el primer momento en que aparecieron".Fue en mayo, cuando los movimientos de tierra para la construcción del enlace del futuro puente sobre la ría con la carretera que rodea la costa desde Noia hasta Ribeira, pusieron a descubierto este yacimiento, en la parte trasera de la playa de Testal. Los trabajos de excavación arqueológica, bajo la supervisión de la Dirección Xeral de Patrimonio y en un perímetro acotado que hubo que ampliar hasta 200 metros a medida que aparecían nuevos vestigios, corroboraron que se trata de un yacimiento histórico de interés.
"Revela diversos momentos históricos de ocupación del mismo espacio físico, que abarcan desde épocas de la Edad de Bronce", informó ayer la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, a la que corresponden los trabajos de excavación de la obra. Se trata de la llamada variante de Noia, que atraviesa por la mitad el asentamiento histórico. Conservar en el lugar el importante yacimiento con restos de distintas épocas hubiera obligado a cambiar el trazado de la futura vía con el consiguiente aumento de coste y retraso de la infraestructura. Medio Ambiente no contestó a la petición formal, en agosto, del Ayuntamiento noiés para que se mantuvieran los restos en su lugar original.
Ante las quejas del gobierno local por "la falta de información, transparencia y colaboración", además de su denuncia sobre la eliminación de algunas edificaciones históricas, la consellería reveló, en una nota difundida ayer, que se había decidido "desestimar el interés de conservación in situ" del yacimiento. La Dirección de Patrimonio, dependiente de Cultura, dejó en manos del departamento de Hernández informar de esta decisión adoptada bajo su supervisión, asegura.
Medio Ambiente argumenta que las excavaciones en curso confirman que el lugar fue objeto a lo largo de los siglos de "una superposición de épocas de ocupación y actividad humana que ineludiblemente lleva a la destrucción total o parcial de los restos". Su "estado de conservación está seccionado e incompleto", arguye Medio Ambiente. Y defiende "el rigor científico" con el que se está haciendo "por primera vez un análisis sistemático, la catalogación y custodia de los restos recogidos". "No se está destrozando un castro. Que se hayan retirado los restos no significa que se destruya, sino que todo lo que se retira se cataloga y almacena convenientemente", afirma la consellería. De Taramancos ya fue eliminada estos días una edificación de forma redonda, típica de los castros, protestó el alcalde. Y tampoco se extienden las excavaciones a todo el yacimiento. La Xunta, por el contrario, asegura que ya está encargada a los arqueólogos su "investigación completa y la recogida de todo el registro histórico". Pero "para analizar las épocas más antiguas resulta necesario ir retirando las más recientes", insiste Medio Ambiente. El futuro viaducto sobre la ría será el que provoque el fin de este asentamiento histórico.
(Fuente: El País)