google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri

20 de enero de 2023

Hallados restos de la última residencia en Barcelona del rey Martín "el Humano"

Corresponden a vestigios de la almazara para la prensa de aceite que el rey tendría en un anexo junto a su última residencia oficial como monarca.
Han sido hallados en el campus de la Universidad Abat Oliba CEUGoogle Maps

Restos arqueológicos de principios del siglo XV pertenecientes a la última residencia de Martín el Humano (1356 –1410), rey de Aragón, Valencia, Mallorca, Cerdeña y Sicilia y conde de Barcelona, han sido hallados en el campus de la Universidad Abat Oliba CEU mientras se realizaban trabajos de ampliación del complejo estudiantil.

Se trata de vestigios de la almazara para la prensa de aceite que el rey tendría en un anexo junto a su última residencia oficial como monarca, han explicado a un grupo de periodistas los responsables del estudio arqueológico.

Más allá de confirmar que los terrenos de la universidad en la calle Bellesguard fueron hace seis siglos marco de la última residencia oficial del rey Martín, esto es, que allí vivió y también firmó y ejecutó sus últimas decisiones, el hallazgo alumbra nuevas teorías sobre dónde vivió realmente el monarca.

Hasta ahora, existía la creencia según la cual Antoni Gaudí habría construido la vecina Torre de Bellesguard sobre los restos del palacio del rey Martín, pero en realidad estos vestigios arrojan luz sobre que la residencia se encontraba realmente en el lugar donde ahora se levanta el edificio principal la universidad, ha explicado el arqueólogo Iván Salvadó, perteneciente a la empresa Abans Serveis Culturals.

La zona del Campus de la UAO CEU, en la zona norte de Barcelona, en la que se han localizado estas estructuras es parte de lo que antaño fue la finca de Bellesguard, lugar en el que el rey Martín I el Humano fijó su residencia entre los años 1408 y 1410.

De hecho, en Bellesguard fue donde contrajo segundo matrimonio con Margarita de Prades (1409), en concreto en el lugar aproximado en el que ahora está sita la aula magna.

Entre los restos encontrados en los trabajos arqueológicos sobre el terreno, dirigidos por la arqueóloga Mireia Crespo, destaca la base de una prensa, tres depósitos, un horno y restos aceitunas, lo que indica que aquel lugar estaba relacionado con actividades de explotación agrícola.

Otro aspecto que ha quedado contrastado en las últimas semanas de trabajos es que las almenas de la linde existente entre el Campus de la UAO CEU y la Torre de Bellesguard son de la Edad Moderna, por lo que no es una obra original de Gaudí, sino que éste se limitó a replicarlas en la muralla de la Torre.

Martín I el Humano fue rey de Aragón, Valencia, Mallorca, Cerdeña, conde de Barcelona desde 1396 y de Sicilia los dos últimos años de vida (1409-1410).

Y es que su reinado estuvo condicionado por dos circunstancias fundamentales: la herencia siciliana, que le llegaba por vía materna y le llevó a la toma de Sicilia en favor de los intereses de su hijo, Martín el Joven, y la muerte de éste, en Cagliari (1409).

Fue esa muerte la que le llevó a la residencia de Bellesguard, en la que buscaría descendencia tras enviudar de María Luna y contraer matrimonio con Prades un año antes de fallecer cansado y enfermo por una indigestión y sin sucesor designado.

Esa situación dio lugar a un bienio de transición de dos años que concluyó en 1412, con el denominado "Compromiso de Caspe", que suponía la entronización de su sobrino Fernando de Antequera, perteneciente a la dinastía Trastámara.

Así, recuerdan los historiadores, Martín I el Humano fue el último soberano de la corona de Aragón emparentado en línea directa con la casa de Barcelona.

Su apodo de "el humano" responde a su cualidad humanista pues, según añade Alabrús, el rey "tenía pasión por las humanidades y fue un hombre típicamente renacentista" gran orador y lector de los clásicos.

19 de enero de 2023

El Tolmo de Minateda recupera su esplendor en 3D

La Junta de Castilla La Mancha presenta un sistema de realidad virtual que permite vivir el como era el yacimiento cuando estaba habitado
Ramón García, Pedro Antonio Ruiz y Diego Pérez inician el recorrido virtual. - Foto: JCCM

El Gobierno de Castilla-La Mancha ha presentado el Proyecto de Virtualización, Realidad Aumentada y Digitalización del Parque Arqueológico "El Tolmo de Minateda", un compromiso adquirido por el presidente del Ejecutivo autonómico, Emiliano García-Page y la consejera de Educación, Cultura y Deportes, Rosana Rodríguez para implantar novedades tecnológicas y museológicas al patrimonio cultural de la Comunidad Autónoma y "acercar nuestro patrimonio arqueológico a la ciudadanía".

El delegado de la Junta en Albacete, Pedro Antonio Ruiz Santos junto al delegado provincial de Educación, Cultura y Deportes, Diego Pérez; el alcalde de Hellín, Ramón García; la diputada provincial y edil de este Consistorio, Fabiola Jiménez y el director del Parque, Pablo Cánovas, han conocido esta aplicación de nuevas tecnologías que incorpora "El Tolmo de Minateda" para sus visitantes, siendo un reclamo más para el turismo cultural en toda Castilla-La Mancha y especialmente en la comarca albaceteña de Los Campos de Hellín.

Esta nueva técnica de recreación de cómo era El Tolmo de Minateda en su máximo esplendor, se logra con la utilización de unas gafas para realidad virtual y a través de la utilización de una aplicación en los dispositivos móviles o smartphone de realidad aumentada, durante la propia visita física en el Parque Arqueológico, gracias al escaneo de los tótems implantados en este espacio que permiten conocer en 3D, los inmuebles y edificios que existían en la antigüedad en cada yacimiento.

Este proyecto XR está proyectado para que esté activo a partir del mes de febrero, en toda la Red de Parques Arqueológicos de Castilla-La Mancha, entre los que se encuentran, "El Tolmo de Minateda" en Hellín y "Libisosa" en Lezuza, y ha sido presentado en Recópolis (Guadalajara), Carranque (Toledo) y Alarcos (Ciudad Real).

Un desprendimiento en la muralla aflora restos judíos de la Edad Media en Burgos

Tras el desprendimiento de un talud de tierra, se localizaron más de 3.400 fragmentos de cerámica, entre los que se encuentran ollas, cazuelas y jarrones; cuarenta piezas de metal, en su mayoría monedas; y más de 900 restos óseos de animales.
El estudio de los restos ha permitido apuntar a que, al menos, parte de ellos son de origen judío, sobre todo por la identificación de dos pequeñas lámparas que se utilizaban en sus ceremonias y porque no se han encontrado restos de cerdos entre las numerosas piezas de hueso.

Un desprendimiento de tierras junto a la muralla de Burgos, en la parte alta del centro histórico, que tuvo lugar el pasado mes de agosto, ha propiciado el hallazgo de restos de la comunidad judía de la Edad Media de los siglos XIV y XV, entre los miles de fragmentos que se recogieron.

La arqueóloga Fabiola Monzón ha explicado en rueda de prensa que se trata de una zona en la que confluyeron la ciudad medieval, la judería y un recinto napoleónico en la Guerra de la Independencia.

Tras el desprendimiento de un talud de tierra, se localizaron más de 3.400 fragmentos de cerámica, entre los que se encuentran ollas, cazuelas y jarrones; cuarenta piezas de metal, en su mayoría monedas; y más de 900 restos óseos de animales. Además de tres pequeños dados de juego elaborados en hueso y balas de mosquetón de la época de la Guerra de la Independencia, aunque no se puede concretar a qué bando pertenecían.

El estudio de los restos ha permitido apuntar a que, al menos, parte de ellos son de origen judío, sobre todo por la identificación de dos pequeñas lámparas que se utilizaban en sus ceremonias y porque no se han encontrado restos de cerdos entre las numerosas piezas de hueso. No obstante, la arqueóloga ha matizado que la mayor parte de los elementos encontrados eran de uso común en la época, por lo que no se puede asegurar que pertenecieran a habitantes de la antigua judería.

Arqueólogos de Jaén descubren diez momias de cocodrilo en Egipto

Los restos de cinco cráneos y cinco esqueletos parciales de cocodrilos, que midieron entre 1,8 y 3,5 metros, se hallaron por arqueólogos de la Universidad de Jaén en una pequeña tumba de la necrópolis de Qubbet El Hawa.
Una investigadora con el cráneo de uno de los cocodrilos hallados. ATRICIA MORA/QUBBET EL HAWA

Situada frente a la ciudad egipcia de Asuán, la necrópolis de Qubbet el-Hawa oculta unas cien tumbas talladas en la roca de la colina. Una de ellas con diez momias de cocodrilo, una "sorpresa arqueológica" porque en esta zona de la orilla occidental del Nilo sus habitantes no veneraban a Sobek, el "dios cocodrilo". Los restos de cinco cráneos y cinco esqueletos parciales de cocodrilos, que midieron entre 1,8 y 3,5 metros, se hallaron en 2019 en una pequeña tumba de la necrópolis. La revista Plos One publica hoy su descripción, en un artículo que firman investigadores del Real Instituto Belga de Ciencias Naturales y de la Universidad de Jaén.

Qubbet el-Hawa se encuentra a unos mil kilómetros al sur de El Cairo y es una necrópolis donde se enterraron a los gobernadores de la frontera sur de Egipto, entre el año 2200 y 1800 antes de la era común. La necrópolis ha sido excavada por distintos equipos de arqueólogos desde hace 150 años. Desde 2008, el proyecto de la Universidad de Jaén, con el profesor de Egiptología Alejandro Jiménez-Serrano al frente, ha descubierto y excavado 25 sepulturas, desde grandes complejos funerarios hasta pequeñas tumbas, como la hallada esta vez con restos exclusivamente de diez cocodrilos.

"Es la primera vez en toda la necrópolis que se han encontrado estos animales momificados", asegura a EFE Jiménez-Serrano, quien apunta que el descubrimiento "es toda una sorpresa", pues en Asuán, según lo sabido hasta ahora, no se rendía culto al dios Sobek, dios del agua y la fertilidad, a menudo representado con una cabeza de cocodrilo. En las antiguas tumbas egipcias es habitual encontrar animales, bien como ofrendas a los difuntos -por ejemplo, aves o alguna parte de un bóvido- o bien como ofrendas a las divinidades. En el primer milenio antes de la era común comenzó la práctica de entregar animales momificados a ciertos dioses para acercarse a ellos y ganarse su favor.

Esto es lo que los investigadores creen que hay detrás de este nuevo hallazgo. Las personas que hicieron esta ofrenda buscaban el favor de la divinidad y los cocodrilos son "los intermediarios" entre el ser humano y el dios, explica el director del proyecto. Los restos se hallaron en 2019 y se examinaron en un laboratorio de campo en 2022. El estilo de conservación de las momias es diferente del encontrado en otros yacimientos, sobre todo porque carecen de indicios de resina o de evisceración -extracción de vísceras abdominales- del cadáver como parte del proceso de momificación.

El estilo de conservación sugiere una antigüedad anterior a la época ptolemaica, lo que concuerda con la fase final del uso funerario de Qubbet el-Hawa durante el siglo V antes de la era común. Ninguno de los especímenes se hallaba envuelto en vendas, material que fue devorado por las termitas, aunque quedaban algunos restos que indican que alguna vez lo estuvieron, o cubiertos por esterillas vegetales.

Sobre una capa de arena
Los animales se encontraron en la parte superior de una tumba, sobre una capa de arena que cubría cuatro enterramientos -dos hombres y dos mujeres- depositados 1.700 años antes. Los habitantes de Asuán eligieron Qubbet el-Hawa para enterrar a los cocodrilos porque la necrópolis ya tenía una consideración sagrada y estaba más cerca de la esfera divina.

Basándose en su morfología, los investigadores identificaron dos especies; cocodrilos de África occidental y cocodrilos del Nilo. Una de las cosas más importantes del descubrimiento, resume Jiménez-Serrano, es que posiblemente "los mataron de hambre".

Uno de los cocodrilos, detalla, tiene una muesca en una de las patas traseras, lo que indica que estuvo atado. Los investigadores creen que una vez muertos los enterraron en arena para desecarlos y después fueron empaquetados en tela, vendas o estera y trasladados a la tumba de Qubbet el-Hawa. Se trata de una momificación más simple y accesible, pero lo importante es que sirvieran como transmisores de los deseos humanos frente a la divinidad, recalca el investigador de la Universidad de Jaén. "Se conocen más de 20 lugares de enterramiento con momias de cocodrilos en Egipto, pero encontrar 10 momias bien conservadas juntas en una tumba intacta es extraordinario", resume la investigadora belga Bea De Cupere en una nota de la universidad.

18 de enero de 2023

El Museo Ibero de Jaén acogerá la II Bienal de Arqueología

El Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén coordina junto a la Cátedra Arqueólogo Manuel de Góngora – Empresa Familiar Calderón y la Universidad Autónoma de Madrid la II BIENAL DE ARQUEOLOGÍA. Arqueología del Conflicto que tendrá como sede el Museo Ibero de Jaén, entre los días 2 a 4 de febrero de 2023.

El Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén coordina junto a la Cátedra Arqueólogo Manuel de Góngora – Empresa Familiar Calderón y la Universidad Autónoma de Madrid la II BIENAL DE ARQUEOLOGÍA. Arqueología del Conflicto que tendrá como sede el Museo Ibero de Jaén, entre los días 2 a 4 de febrero de 2023.

Se plantea una programación fundamentada en expertos y expertas a nivel internacional, una temática transversal que además de la investigación también aborda otros aspectos, como los metodológicos, la transferencia social, la protección y gestión de este tipo de patrimonio. De este modo, la II Bienal contará con ponencias sobre la proyección social en la literatura de esta temática, como la del investigador británico Adrian Goldsworthy, la presencia del Director General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Cultura; la perspectiva de la antropología forense con el Prof. Francisco Etxeberría o la presentación de novedades de investigación para la provincia de Jaén como la puesta en marcha del Proyecto Navas de Tolosa. Además, se realizarán visitas al Centro de Interpretación de Iliturgi o actividades de investigación sobre recreación histórica en Mengíbar, gracias a la colaboración de éste ayuntamiento.

Arqueología del Conflicto o Arqueología de Campos de Batalla, son ámbitos de la investigación que se centran en el análisis histórico y arqueológico de la historia militar, los ejércitos, la logística, las armas y sus transformaciones técnicas, tácticas y estrategias, pero también en la interacción de los conflictos con las transformaciones sociales derivadas de los mismos: los procesos de conquista. Nos interesa abordar esta temática desde perspectivas amplias, interdisciplinares, diacrónicas, pero también transversales, buscar una presentación de distintas realidades epistemológicas, metodológicas y, por supuesto, arqueológicas, vinculadas a estos ámbitos de la investigación. En esta ocasión, el enfoque prioritario será la articulación del análisis de los eventos (batallas, asedios, asaltos, escaramuzas) respecto de dinámicas temporales más amplias y abiertas que nos sitúan ante la amplitud de perspectivas que pueden correlacionarse con esta temática.

La guerra es un factor de transformación social que, desde la Prehistoria hasta la actualidad, ha estado presente en nuestra realidad cultural. Precisamente por su peso específico debemos abordar su investigación con objetividad y responsabilidad social. La Arqueología cobra aquí un papel esencial puesto que el registro arqueológico nos permite también aislarnos de las visiones parcializadas de las fuentes o, quizás más importante, aproximarnos a realidades que no fueron recogidas por las mismas.

Mirar a la guerra desde múltiples enfoques, territorios, metodologías, técnicas, etapas,… es reconocernos a nosotros y nosotras mismos como parte de la sociedad que las ha discutido, heredado; es otra forma de aproximación a la complejidad política, social y cultural en la que ésta se ha generado. También es importante discutir sobre cómo investigarla, cómo acercarnos a la práctica consensuada y legitimada de la violencia, y cómo transmitir nuestras investigaciones a la sociedad, en definitiva, cómo difundir, públicamente algo que socialmente despierta repulsa, rechazo o admiración y curiosidad. Guerra y memoria son dos elementos sustantivos de nuestra historia y nuestras sociedades.

La arqueología emeritense se presenta en Alemania

El proyecto se organizó para varias anualidades, con el fin de estrechar los lazos e intereses comunes. El encuentro en el Museo de Xantén (Alemania) se desarrollará entre los días 19 y 20 de enero.
Museo Nacional de Arte Romano de Mérida.

En 2021 el Museo Nacional de Arte Romano (MNAR) inició un proyecto de colaboración internacional con el Museo de Xanten. Comenzó entonces, por los directores de ambas instituciones, Dres. Eger y Nogales, un trabajo de intercambio científico. El proyecto se organizó para varias anualidades, con el fin de estrechar los lazos e intereses comunes.

A lo largo de 2021 y 2022 los equipos del MNAR y del Museo de Xanten han estado trabajando en este programa de colaboración internacional.

Como primera actividad del proyecto, en este 2023 se desarrollará el Coloquio Internacional sobre Augusta Emerita (Mérida) donde participarán los investigadores del MNAR y del Consorcio de la Ciudad Monumental, por parte emeritense, para presentar las novedades de nuestro yacimiento Patrimonio de la Humanidad. Del mismo modo, un nutrido equipo de investigadores alemanes, buenos conocedores de nuestra arqueología hispana, participarán en este encuentro hispano-alemán. Las conclusiones serán editadas por el Museo de Xanten.

En 2024 está prevista una magna exposición sobre Augusta Emerita en la nueva sede del Museo de Xanten, uno de los centros más avanzados de la arqueología alemana que recibe anualmente numerosos visitantes.
(Fuente: Onda Cero)

Dos ‘trineos’ permiten datar las pinturas rupestres de Sésamo

El hallazgo de nuevas pinturas en Peña Piñera (Sésamo), que representan ‘forcaos’ o ‘trineos’, permiten datar en la Edad del Hierro una parte importante de este yacimiento rupestre.

El arte rupestre preservado en Sésamo ha sufrido reiterados ataques vandálicos en los últimos años. Una visita, inicialmente turística y de comprobación del estado de estas pinturas prehistóricas en el municipio de Vega de Espinareda, permitió al investigador leonés David Gustavo López, ingeniero aeroespacial de formación, localizar algunas hasta ahora inéditas y reinterpretar otras.

El hallazgo de estas pinturas milenarias —no catalogadas hasta la fecha—despeja algunos misterios sobre uno de los enclaves prehistóricos más especiales de la Península. Dos trineos o ‘forcaos’ (instrumento de labranza consistente en un palo de madera y dos dientes de hierro), en el farallón donde se concentran más de medio millar de dibujos, algunos esquemáticos, permite datar las pinturas más recientes.

Tienen unos 3.000 años de antigüedad, fecha de aparición de estos primitivos aperos. En uno de estos conjuntos hay un ‘carro sin ruedas’ acompañado a ambos lados por dos antropomorfos (dibujos con forma humana). «Serían dos agricultores con técnicas de laboreo avanzadas», según Gustavo López.

Otra de las pinturas, inventariada en los años ochenta por los profesores José Avelino Gutiérrez y José Luis Avello como trece ‘idoliformes’ (ídolos antropomorfos), según la tesis de Gustavo López serían las armazones de carros o forcaos. Estos ‘trineos’ permiten datar una parte importante del yacimiento en la Edad del Hierro. No así algunos dibujos esquemáticos, que podrían oscilar entre los 3.000 y los 6.000 años, según la investigación que Gustavo López ha publicado en la Revista de Antropología y Tradiciones Populares. En España son contadísimas las pinturas rupestres de carros, la mayoría en Sierrapino (Badajoz). Gustavo López se pregunta si este enclave rupestre berciano era un lugar de culto o las pinturas expresan simplemente escenas de la vida cotidiana.

Personajes raros
Peña Piñera, en Sésamo, alberga 506 figuras, todas en color ocre y rojo vinoso, porque se usó como pigmento una beta ferruginosa del propio yacimiento. Hay 78 tipos distintos de antropomorfos de épocas diferentes, así como figuras de animales, escenas de pastoreo y trabajo en el campo, posibles ídolos, además de instrumentos de trabajo y caza.

Entre las singularidades de Peña Piñera, en una veintena de antropomorfos de los 78 existentes su rostro es un círculo vacío de color. Una figuras muy raras en el arte rupestre de la Península. Entre los nuevos localizados por Gustavo López hay dos antropomorfos. «Uno parece ir andando y lleva un penacho en la cabeza. El otro tiene los brazos y piernas en uve. Sobre éste, hay dos arcos de circunferencia concéntricos. O bien se trata de un casco con cresta o es una diadema».

El investigador ha localizado además un antropomorfo cuya cabeza se cubre con un casco con dos largos cuernos que se entrecruzan. En el yacimiento, que de vez en cuando depara alguna sorpresa, como en 2012, cuando el arqueólogo Feliciano Cadierno descubrió 151 figuras que no constaban entre las 351 registradas por Gutiérrez y Avello, únicamente hay dos representaciones solares; y eso a pesar de que todos los dibujos están orientados hacia el astro. Y ninguna de las dos está inventariada. En la primera, hay un antropomorfo en actitud orante ante un sol con once rayos muy enmarañados. En la segunda, el sol está muy desdibujado y aparece próximo a un animal con cresta y larga cola que recuerda a un faisán.

Gustavo López aboga por una excavación en la zona que permita vincular las pinturas rupestres a un contexto arqueológico próximo. El cercano Castro de Peña Piñera, además de fortín de los astures en las guerras cántabras, es posible que se erigiera sobre restos de otro de la Edad del Hierro, de la misma época que las pinturas de antropomorfos de cabeza ‘vacía’ y los forcaos. Alerta de que «con poca gente que vaya con mala intención» las pinturas podrían perderse. «Es fundamental tenerlas vigiladas». Reclama la creación de un centro de interpretación donde se expliquen las singularidades de esta ‘estación rupestre’ de pinturas únicas.

Confirmado el origen andalusí del castillo de Consuegra (Toledo)

La fortaleza actual está cimentada sobre una estructura anterior originaria del siglo X o XI. La aparición de materiales de la época ha resultado decisiva.
 El castillo actual está cimentado sobre una estructura anterior de origen andalus.

El arqueólogo Rafael Caballero encabezó, junto con Gloria Galeano y María de la Cabeza Liébana, la rehabilitación del castillo de Consuegra, cuya primera fase finalizó el pasado verano. Ahora redacta la memoria de aquel trabajo; entre las conclusiones más importantes, figura que el castillo actual está cimentado sobre una estructura anterior de origen andalusí. Hasta ahora, existían solo indicios de aquel origen, pero el uso de determinados materiales ha orientado a atrasar el nacimiento de la fortaleza al siglo X o XI.

Así lo explicó ayer a este diario el arqueólogo y gerente de 'Novas Arqueología', quien señala que el castillo sufrió una reforma menor en el siglo XII, previa a la más profunda del XIII. «Se intuía algo islámico, pero no se sabía», apunta el experto.

«Una de las sorprendentes novedades que hemos podido comprobar durante los trabajos de rehabilitación del castillo de Consuegra, es la demolición y, por ende, conservación fosilizada, de parte de la estructura islámica de la fortaleza anterior a la fase cristiana», explicaba el lunes 'Novas Arqueología' en un mensaje difundido por el Ayuntamiento de Consuegra.

En este sentido, los hallazgos revelan la importancia de la población de Consuegra, localizada en la comunicación directa entre Córdoba y Toledo.

El Plan Director establece la restauración del castillo en cinco fases. Los trabajos arqueológicos previos han marcado el camino a seguir en las labores de consolidación de este edificio defensivo vinculado a la Orden de San Juan, tras la cesión por Alfonso VIII de la antigua fortificación califal y el alfoz de Consuegra a la Orden.

Las obras de la primera fase, adjudicadas a UMC Construcción, se centraron en la consolidación de los lienzos exteriores del tercer recinto amurallado, que presentaban zonas altamente deterioradas. Asimismo, intramuros se trabajó en la rehabilitación del torreón norte; de esta manera, finalizó la intervención incompleta realizada en su día por la escuela taller con la recuperación de dos salas interiores.

(Fuente: La Tribuna de Toledo)