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29 de julio de 2016

Arqueólogos identifican asentamientos altomedievales en La Genestosa (Salamanca)

La campaña que la Universidad de Salamanca realiza en el yacimiento de ‘El Pueblito’, en la comarca salmantina de La Genestosa, ha descubierto estructuras en superficie de una comunidad campesina del S. VIII que podrían ser las primeras encontradas en la Meseta del Duero
Rubén Rubio Díez e Iñaki Martín Viso, investigadores principales del proyecto. FOTO: USAL.
“La historia escribe en las piedras, la piedra escribe la historia”, bien podría ser un lema de alguna de las casas de la exitosa serie televisiva ‘Juego de Tronos’. Pero no, se trata de lo que uno percibe en medio de la quietud de la dehesa de La Genestosa, localizada en la comarca de El Rebollar, al suroeste de la provincia de Salamanca y próxima a la localidad de Casillas de Flores. En este singular paraje de rebollos y suelo granítico Iñaki Martín Viso, investigador de Historia Medieval de la Universidad de Salamanca, trabaja desde 2012 identificando las huellas dejadas por núcleos poblacionales desde el inicio de nuestra Era Común, en el siglo I.

La novedad de esta cuarta campaña, desarrollada en el yacimiento de ‘El Pueblito’, es que las características de las estructuras halladas en las nuevas prospecciones sugieren que tal vez pudiéramos estar frente a los primeros vestigios encontrados en la Meseta del Duero de una comunidad campesina altomedieval del s. VIII, “período del que nunca hasta ahora se habían documentado ni encontrado restos en esta zona de la Península Ibérica”, explica Martín Viso a Comunicación Universidad de Salamanca. De ser así estaríamos ante todo un hito ya que se trata de un “fragmento profundamente desconocido y oscuro de la historia”, tanto que incluso “de esa falta de datos historiográficos y arqueológicos surgió una corriente que aboga por pensar en un despoblamiento generalizado de esta área tras el fin del período romano que se prolongaría hasta el momento de la repoblación en el s. XII”, subraya el profesor.


Con la prudencia que caracteriza a los hombres de Ciencia, Iñaki Martín muestra todas sus reservas y recuerda que hay que esperar hasta dentro de unos meses cuando los resultados de los análisis de radiocarbono de los sedimentos y cerámicas encontrados, junto con los paleomagnéticos (que ofrecen la historia geológica de un lugar determinado) y los palinológicos (que aportarán información sobre la vegetación y polen de la época) permitan una acotación cronológica exacta de los restos. “Es cierto que lo que hemos encontrado en esta campaña es diferente a las anteriores, pero hasta entonces no estaremos en disposición de poder afirmar nada”, ataja.

ESTRUCTURAS DE HÁBITAT ASOCIADAS A TUMBAS EXCAVADAS EN ROCA
Las prospecciones de años anteriores en el amplia área de la dehesa permitieron a los investigadores documentar restos de épocas romana (finales del s. I y s. II) y altomedieval (de finales del s. V a mediados del s. VII). Rubén Rubio Díez, arqueólogo de la USAL y codirector de la investigación, detalla que en los dos últimos sondeos abiertos en ‘El Pueblito’ se descubren estructuras de hábitat altomedieval claramente perceptibles en superficie y asociadas a “dos tumbas excavadas en roca localizadas a escasos metros de distancia que habíamos catalogado anteriormente y que hicieron que fijáramos nuestra atención en este lugar concreto. Queríamos saber más acerca de la relación entre los dos puntos”, explica.

Debemos viajar en nuestra mente, entonces, a un poblado rural campesino, articulado en torno al cauce del arroyo del Mazo de Prado Álvaro muy próximo a la frontera con Portugal. Para las gentes de esta zona marginal y aislada de las rutas de comercio las condiciones de vida se suponen en extremo duras. Con una actividad dedicada fundamentalmente a la agricultura y la ganadería y con altísimos porcentajes de mortalidad de mujeres en edad fértil e infantil.

Para esta comunidad, en la que un individuo de 30 o 40 años se encontraba ya en el ocaso de su vida, los espacios funerarios tendrían un valor añadido ayudándoles, tal vez, en la creación de la identidad del grupo residente, sirviendo de memoria de ancestros sobresalientes del grupo o, como una especie de marcador de derechos sobre el uso de espacios y los recursos de una zona determinada. Es significativo que las tumbas se sitúen próximas a los asentamientos y estén perfectamente señalizadas, “están diseñadas para que se vean”, aseveran los investigadores.

El reto ahora consiste en averiguar “si estos nuevos restos y estructuras halladas corresponden a los mismos momentos de ocupación datados en los yacimientos colindantes. Es decir, si son coetáneos o, por el contrario, pertenecen a diferente cronología” y, en ese caso, tratar de determinar “el tipo y función de los espacios y su modo de ocupación, así como su distinta cultura material que nos informará sobre el modo de vida de los que allí vivían”, añade Rubio Díez.

CERÁMICAS, TESTIGOS DEL TIEMPO
El contexto del suelo granítico en el que se cimientan los yacimientos constituye el principal obstáculo al que se enfrentan para recabar datos cronológicos que sitúen el asentamiento en una franja precisa de espacio y tiempo. La acidez propia de esta roca ha eliminado cualquier tipo de resto óseo, tanto humano como animal, que pudiera servir de patrón para la datación temporal.

Por ello, Martín Viso y Rubio Díez, junto con su equipo de investigación compuesto principalmente por doctorandos del grado de Historia de la USAL, así como por estudiantes procedentes de universidades mexicanas y portuguesas, se afanan en identificar los materiales y modos de construcción de las edificaciones, así como en recuperar fragmentos de metales y cerámicas domésticas. Serán precisamente estas cerámicas los ‘testigos del tiempo’, los elementos principales que situarán al equipo sobre la pista de la edad del asentamiento desenterrado.

En este sentido, Inés Centeno Cea, arqueóloga especializada en estudios cerámicos de la Universidad de Valladolid colabora desde el año pasado en las prospecciones de la USAL ayudando en la identificación de las cerámicas encontradas. La especialista señala que el modo de producción pseudoindustrializado, un poco ‘en serie’ por así describirlo, que se realizaba en época romana se verá interrumpido a partir del s. V con el colapso del Imperio. A partir de entonces, comienzan a facturarse piezas cerámicas mucho más manuales, en tornos más rudimentarios y con sistemas de producción más reducidos que presentan menor grado de belleza y perfeccionamiento técnico. Se tratará de producciones locales que tendrán escasos km. de recorrido e identificar fragmentos de este tipo en el sondeo permitiría acotar el tiempo.

“Los modos de facturación y de producción empleados en las cerámicas dejan evidencias en las piezas. Son perceptibles en sus paredes una serie de huellas de los instrumentos usados que nos ayuda a ajustar la cronología de las producciones, cotejando datos de acuerdo a la historia de la evolución de la cerámica”, argumenta la experta. A simple vista las piezas del yacimiento parecen indicar que son posteriores al s. V. ¿Podría tratarse del s. VIII? Nuevamente una llamada a la calma, “nos movemos en un espacio de tiempo muy impreciso y en una zona en la que no disponemos de guías fósiles que puedan situarnos. Tenemos que esperar a los análisis”, concluye Centeno.

‘EL REBOLLAR’ COMO MODELO SOCIAL POSTROMANO
En su conjunto, el trabajo de los investigadores de la Universidad de Salamanca en toda el área de la dehesa de la Genestosa, aportará información contrastada de un amplio período que permitirá ver los cambios y las transformaciones sufridas en varios siglos por aquellos “sectores sociales que no aparecen en los grandes relatos históricos, de los que nadie habla. De ese 99% de la población que no forma parte de la nobleza ni de las élites del poder de los comienzos de la época medieval”, matiza Iñaki Martín, responsable principal del proyecto.

Todas estas evidencias arqueológicas permitirán ver cómo se organizaban este tipo de comunidades en esos primeros siglos medievales en los que no había un Estado, un poder cercano, analizando un caso concreto a escala local. De momento, las actividades del ‘Grupo de Investigación Antigüedad Tardía y Alta Edad Media en Hispania de la Universidad de Salamanca’ ya han demostrado que la despoblación en esta zona de la Meseta del Duero no era tal. Que sí ha habido asentamientos continuados en el tiempo y en diferentes épocas. Comunidades rurales de las que tratan de esclarecer el tipo de aprovechamiento que hacían de su entorno natural y sus modos de vida.

Gentes a las que se les presuponen creencias profundas con la construcción de esas tumbas excavadas en piedra, una ardua labor que necesitaba de una planificación previa en el tiempo, una dedicación. Tumbas de las que todavía quedan interrogantes por resolver: ¿Estuvieron tapadas en algún momento? ¿Se compartían entre diferentes individuos de un mismo grupo? ¿Tendrían una finalidad temporal hasta que el cuerpo era trasladado a una necrópolis? No hay ni un sólo resto óseo encontrado que pueda confirmar o desmentir las teorías.

La dehesa de La Genestosa es en sí es todo un tesoro arqueológico que pone en valor el patrimonio histórico y cultural de la provincia de Salamanca. Un tesoro del que el granito se encarga de salvaguardar todo su misterio.

PARTICIPANTES DEL PROYECTO
La campaña de excavación se enmarca en el desarrollo del proyecto titulado “Colapso y regeneración en la Antigüedad Tardía y la Alta Edad Media: el caso del Noroeste peninsular”, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación. Iñaki Martín Viso y Rubén Rubio Díez son los directores del estudio en el que colaboran el CSIC y la Universidad Complutense de Madrid en los análisis palinológico y los estudios de paleomagnetismo, respectivamente, así como las investigadoras Inés Centeno Cea (Universidad de Valladolid) y Marina Vieira (Centro de Estudos Arqueologicos das Univesidades de Coimbra e Porto –CEAUCP-).

(Fuente: Noticias CyL)

28 de julio de 2016

Nuevos hallazgos en el yacimiento de el Turuñuelo desvelan la vida de los tartesos en Extremadura

Su buen estado de conservación ha permitido recuperar vigas de madera, restos de estucados de colores, piezas de cerámica, hierro y bronce, además de elementos más curiosos como bisagras de puertas, esteras de esparto y cereales de hace más de 2.500 años.
La secretaria de Cultura de la JUnta visitó el yacimiento del Turuñuelo. FOTO: JUNTA EXTREMADURA
Este yacimiento pacense es un ejemplo más del poblamiento tartésico en Extremadura, y más concretamente en las vegas altas del Guadiana, que se suma a otros ya conocidos como Cancho Roano, en Zalamea de la Serena y destaca por su buena conservación.

El yacimiento de "Turuñuelo", en Guareña (Badajoz), tiene unos 2.500 años de antigüedad y allí desarrollan trabajos arqueológicos el Instituto de Arqueología de Mérida (IAM), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Junta.

El buen estado de conservación de "El Turuñuelo" ha permitido recuperar vigas de madera, restos de estucados de colores, piezas de cerámica, hierro y bronce, además de elementos más curiosos como bisagras de puertas, esteras de esparto y cereales.

Aunque es pronto para saber cuál era la función de este edificio tartésico aislado, el director del IAM considera que probablemente fuera "una residencia de prestigio, con un carácter simultáneo de palacio y santuario, ya que en la habitación excavada ha aparecido un altar en forma de piel de toro extendida".

NUEVO PUNTO DE INTERÉS ARQUEOLÓGICO
La secretaria general de Cultura, Miriam García, ha destacado en su visita que cuando el yacimiento arqueológico tartésico de "El Turuñuelo" sea conocido "atraerá sin duda a los investigadores, que colocarán un punto más en el mapa científico de Extremadura".

Los trabajos, coordinados por los expertos Sebastián Celestino y Esther Rodríguez, se enmarcan dentro de la segunda campaña de excavaciones arqueológicas en "El Turuñuelo", insertas en el Proyecto de Investigación I+D+i "Construyendo Tarteso: Análisis constructivo, espacial y territorial de un modelo arquitectónico en el valle medio del Guadiana".


La secretaria general de Cultura ha estado acompañada en su recorrido por el director general de Bibliotecas, Museos y Patrimonio Cultural, Francisco Pérez Urbán; el alcalde de Guareña, Abel González; y el director del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM) y responsable de la excavación, Sebastián Celestino, entre otras personalidades.

Sebastián Celestino ha asegurado que, aunque solo lleva dos años excavándose es el edificio de la cultura tartésica "mejor conservado de los que conocemos tanto en Andalucía, como en Extremadura", además de ser el más grande ya que ocupa una superficie de dos hectáreas. De ahí que, en opinión del director del IAM, "se tardará todavía mucho tiempo en acabar el trabajo arqueológico" en este lugar.

Lo prioritario para próximas campañas, ya que de momento solo se ha excavado completa la habitación principal, es conocer la planta del edificio ya que se trata de una estructura arquitectónicamente compleja que, para Celestino, refuerza la idea de que la cuenca media del río Guadiana tenía una importancia muy superior en la cultura tartésica de lo que se creía hasta ahora.

(Fuente: El Diario)

27 de julio de 2016

Documentan pinturas rupestres de gran valor en Villafranca del Cid (Castellón)

Dos arqueólogos que realizaban prospecciones en Villafranca del Cid (Castellón) han encontrado en un abrigo pinturas rupestres de hace 7.000 años de gran contenido científico e histórico. La cueva se encuentra en un lugar que no ha sido desvelado por motivos de seguridad.
Las pinturas pueden considerarse únicas al representar a jabalíes y no ciervos. 
Las pinturas rupestres (en la imagen) encontradas en Villafranca del Cid, en Castellón, representan una batida de caza en la que varios arqueros acechan a una manada completa desde diversos ángulos. El abrigo conserva 13 animales (10 adultos y 3 crías) y supera en número a los ejemplares de la Cova dels Cavalls de Tirig 1 macho, 7 hembras y 2 crías). Además, puede calificarse de único y excepcional, por tratarse de jabalíes y no de ciervos, como en Cavalls. Técnicos de la Conselleria de Cultura estudiarán la protección física para dotar a las pinturas de la adecuada preservación.

Las pinturas han sido encontradas por los arqueólogos Dídac Roman e Inés Domingo, que realizaban unas prospecciones en el término municipal de Villafranca del Cid (Castellón). Las pinturas de este abrigo rupestre datan de hace 7.000 años y tienen un gran contenido científico e histórico.

Las escenas de caza de jabalíes son comunes en el Maestrazgo de Castellón y de Aragón, pero normalmente se trata de escenas de caza individual o en pareja, que intervienen sobre uno o dos ejemplares adultos. Solo dos yacimientos, de los más de 1.000 que hay en la fachada mediterránea, incluyen escenas con un mayor número de ejemplares, como los 5 ejemplares del abrigo A del 'cingle' de Palanques o los 5 ejemplares de la cavidad V de la Cova Remígia (Ares).

EL ARTE RUPESTRE LEVANTINO
Los arqueólogos han valorado el hallazgo como un "regalo", porque el próximo año se cumplirán 100 años del descubrimiento de la Cova del Cavalls de la Valltorta, que es una referencia mundial en el arte levantino. Los investigadores Inés Domingo y Dídac Román trabajaban en un proyecto de una aplicación 4D del abrigo con arte rupestre levantino de la Covatina del Tossalet del Mas de la Rambla, de Villafranca del Cid, cuando encontraron las nuevas pinturas.

APLICACIÓN 4-D
La aplicación 4D ha sido presentada en Valencia y consiste en navegar por el modelo 3D del abrigo, y visualizar los motivos pintados en 4D (es decir, ver los cambios que se han producido en los motivos a lo largo del tiempo desde que fueron fotografiados por primera vez en los años 70, hasta las mejoras que han mostrado algunos de ellos gracias a la limpieza que se llevó a cabo en 2015).

Es una aplicación novedosa porque permite el acceso virtual a un conjunto de arte levantino en toda la fachada mediterránea, por lo que supondrá un gran avance en la puesta en valor y difusión mundial de este Patrimonio de la Humanidad, que podrá ser visitado en cuatro dimensiones desde cualquier lugar del mundo con acceso a Internet.

El arte rupestre levantino está reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 1998. La Comunitat Valenciana tiene registrados en estos momentos 643 lugares con pinturas rupestres en las tres provincias. Se extienden por las sierras litorales e interiores mediterráneas, a lo largo de 1.000 kilómetros de zona próxima a la costa, desde Cataluña hasta el extremo oriental de Andalucía.

(Fuente: AlicantePress)

26 de julio de 2016

Descubren elementos arquitectónicos del siglo XV en una iglesia de Talavera de la Reina

Durante la rehabilitación han salido a la luz puertas y vanos del Siglo XV
Interior de la iglesia de San Prudencio. FOTO: ABC
Los trabajos arqueológicos de rehabilitación llevados a cabo en la iglesia del convento Jerónimo de Santa Catalina (San Prudencio) de Talavera de la Reina han desvelado elementos arquitectónicos del siglo XV y enterramientos efectuados dentro del templo.

Manuel Urtiaga, el arquitectos al frente de la dirección facultativa, ha asegurado que los estudios arqueológicos, geotécnicos y de patologías estrucutrales del templo se encuentran muy avanzados. De hecho, las catas que se han llevado a cabo en distintos niveles a cargo del arqueólogo Marcos Muñoz Sánchez-Miguel, están deparando «sorpresas patrimoniales importantes», en referencia a los elementos estructurales ocultos durante siglos. Muñoz ha señalado que las puertas y vanos pertenecientes al siglo XV descubiertos, ponen en conexión los claustros del complejo monástico de la orden de los Jerónimos con la estructura de una antigua iglesia «incluso anterior a la actual». El periodo de desamortización de 1835 podría ser la causa por la que se ocultaron estos accesos, ya que se dieron otros usos al complejo, utilizándolo, por ejemplo, como fábrica de pan.

Tanto la propiedad como el equipo de arqueólogos analizarán ahora la puesta en valor de los hallazgos dentro de la obra de restauración, que se llevará a cabo en distintos procesos debido al importante deterioro de la estructura.

SONDEOS
Por otro lado, Marcos Muñoz ha explicado que se han llevado a cabo dos sondeos para estudiar e investigar las dimensiones de la cimentación. De hecho en uno de ellos, el de la parte exterior del ábside, se ha encontrado «la cimentación original de cal del siglo XVI». En lo referente al interior, concretamente al presbiterio, ha aparecido un muro importante «con mucha potencia arqueológica», de sillería y revoco de cal que podría asociarse a una estructura anterior a la iglesia del siglo XVI. Además, se ha descubierto otro muro en la nave lateral «con una cimentación de un metro de ancho».

Según el arquitecto, la iglesia «ha sufrido mucho» desde que se cerrase en 1976 , a lo que se suman las patologías estructurales y «grietas enormes y originales» que lastraba desde su construcción.

FINANCIACIÓN
La Fundación Aguirre, propietaria del edificio de la iglesia, está inmersa en la búsqueda de financiación para poder completar la rehabilitación y devolver a la ciudad un edificio emblemático que lleva años cerrado. La inversión asciende a 1.283.634,72 euros, empleados en la consolidación de la estructura y las cubiertas y la rehabilitación de materiales, así como las antiguas campanas.

«Es una pena grandísima para el patrimonio talaverano que esta iglesia de Santa Catalina no cuente todavía con la financiación de las administraciones», ha indicado Muñoz.

(Fuente: ABC)

25 de julio de 2016

Una película de los 60 arroja luz sobre yacimientos y piezas arqueológicas de Canarias

La Filmoteca Canaria presenta una película particular en 8 mms sobre excavaciones en una cueva de La Palma que ofrece imágenes de una necrópolis prehispánica de la que se tienen restos pero se ignoraba la procedencia. Un nieto del autor entregó la cinta a la filmoteca para su restauración.
La grabación, que dura en torno a los 7 minutos, gira alrededor de la cueva y la fuente de La Gotera, en Mazo (La Palma).
Un grupo de palmeros salía al campo en la década de los sesenta en busca del pasado aborigen de la Isla. No eran profesionales de la arqueología, pero sí tenían una vocación científica. Entre ellos se encontraban el médico Amílcar Morera, Gabriel Duque o Paco Bravo, además del entonces comisario de excavaciones arqueológicas de La Palma, Ramón Rodríguez Martín. De estas incursiones en el pasado prehispánico de la Isla dejó fiel testimonio Anelio Rodríguez, aficionado al cine, que participaba también en estas salidas con su cámara de 8 milímetros y rodaba estas excursiones, que ahora cobran una trascendencia patrimonial indudable para la investigación arqueológica.

Esta circunstancia se acaba de poner de manifiesto con la presentación de una de estas películas en el Museo Arqueológico Benahoarita, que un nieto del doctor Amílcar Morera, Miguel Ángel Morera, encontró en su casa de Mazo y tuvo la sabia decisión de entregarla a la Filmoteca Canaria para su restauración. La cinta estaba en muy mal estado, porque tenía mucho polvo y hongos, como explicó la responsable de este centro, María Calimano. Tras someterla a un proceso técnico de mejora y pese a que no ha logrado recuperarse del todo, ha arrojado luz sobre determinados yacimientos y piezas prehistóricas de La Palma cuyo origen era hasta ahora desconocido.

VALOR EXTRAORDINARIO
Así lo puso de manifiesto el arqueólogo y jefe de servicio de Patrimonio del Cabildo, Jorge Pais, quien señaló que “este documento, a pesar del mal estado en que se encuentra, es de un valor extraordinario, porque nos ha permitido resolver el origen de algunos materiales que en el Museo estaban expuestos como de procedencia desconocida y otros restos que se encuentran en estas instalaciones y ahora sabemos dónde se encontraron”.

Pais señaló que toda la grabación, que dura en torno a los 7 minutos, gira alrededor de la cueva y la fuente de La Gotera, en Mazo, que es de “una gran riqueza arqueológica, donde se encuentran cuevas de habitación, necrópolis, piletas -cazoletas marinas-, conjuntos de cazoletas, etc”. En esta línea, subrayó que la presencia de la fuente “es lo que explica el poblamiento intensivo que tenía esta zona”.

Pais subrayó que la película “nos ofrece una primera imagen de una necrópolis de la que teníamos restos y no sabíamos de dónde procedía”. Asimismo, subrayó que de la cueva funeraria de Los Pasitos, que se sabía que había aparecido en los 60, “este documento permite centrar el hallazgo”, cuyos restos estuvieron durante décadas depositados en el Ayuntamiento de Mazo hasta que fueron trasladados al Museo Arqueológico Benahoarita hace cuatro o cinco años.

A la presentación de la cinta, además de la familia de Amílcar Morera, acudió el director general de Patrimonio del Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Clavijo, y el consejero de Cultura del Cabildo, Primitivo Jerónimo.

(Fuente: Diario de Avisos / David Sanz)

22 de julio de 2016

Un equipo internacional investiga en los castillos de Molina de Aragón y Atienza (Guadalajara)

Intentan obtener un mapeado de las posibles estructuras subterráneas en ambas fortificaciones, a fin de planificar futuras excavaciones arqueológicas que se llevarían a cabo el próximo año
Miembros del equipo junto a las murallas del castillo de Molina de Aragón. 
El equipo, formado por investigadores de las Universidades de Reading (Reino Unido) y de Granada (España), ha sido dirigido científicamente por Aleks Pluskowski, encargándose de la dirección de los trabajos de campo Guillermo García-Contreras Ruiz. Junto a ellos, Rowena Banerjea, David Thornley, Rob Fray, Cristina Martínez y Antonia Pérsico, junto con la colaboración puntual de Álvaro Piña, Marcos Ruiz (ambos de la Universidad de Alcalá de Henares) han estado trabajando a primeros de mes en la provincia con investigaciones arqueológicas que se han simultaneado en Atienza y Molina de Aragón.

MAPEADO PARA FUTURAS EXCAVACIONES
En primer lugar, en el complejo fortificado de Molina de Aragón, donde ya el año pasado llevaron a cabo la toma de muestras para análisis paleoambientales precisamente bajo la dirección de Guillermo García-Contreras Ruiz, a partir de los sondeos realizados hace algunos años por el arqueólogo Jesús A. Arenas Esteban y de nuevas catas que se abrieron ex profeso entonces. Continuando con las investigaciones, este año han realizado un estudio de la arquitectura, las transformaciones y restauraciones operadas en todo el castillo, para lo cual han tomado más de 6.000 fotografías y trabajado con una "Estación Total" con el objetivo de crear un modelo tridimensional a partir del cual poder ir analizando sus distintas unidades construidas. A la vez han realizado una prospección geofísica, con magnetómetro, en la totalidad de los dos recintos superiores (alcazaba y segundo recinto amurallado) con el objetivo de detectar todas las anomalías subterráneas que puedan indicar la existencia de estructuras, espacios vacíos, pozos, silos, canales, etc.… Exactamente la misma metodología se ha aplicado en Atienza, investigando tanto la parte superior del castillo como sus dos laderas y el área alrededor de la iglesia de Santa María del Rey.

El objetivo de esta parte del trabajo es obtener un mapeado de las posibles estructuras subterráneas en ambas fortificaciones, a fin de planificar las futuras excavaciones arqueológicas estratigráficas que se pretenden llevar a cabo a partir del año que viene.
El interés del equipo va más allá de las fortificaciones: con la intención de reconstruir los paisajes medievales están trabajando en distintas zonas de cultivo, tanto de secano como en las huertas irrigadas, donde a partir de distintos sondeos que se han realizado se tomarán muestras que luego analizarán en el laboratorio. Las muestras de palinología, carpología, micromorfología de suelos y geoquímica permiten obtener una idea aproximada del tipo de vegetación que existía en la Edad Media, los cambios de uso del suelo, los cambios hidrogeológicos o las evidencias de otras actividades, como pudiera ser la minería o la metalurgia, que también dejan su impronta en el terreno.

INVESTIGAR CAMBIOS EN LA EDAD MEDIA
El origen de todas estas investigaciones fue la tesis doctoral de Guillermo García-Contreras Ruiz sobre el poblamiento andalusí en la zona del Alto Henares y el valle del río Salado. Con posterioridad, a partir de su etapa postdoctoral, se han ampliado los intereses de investigación y con el equipo de trabajo internacional formado por ingleses, españoles, italianos, franceses y estonios, se pretende investigar un periodo de tiempo más amplio que cubriría todos los siglos centrales de la Edad Media, desde la época de Al-Ándalus a la conquista feudal, con el fin de determinar los cambios medioambientales y socio-ecológicos que hubo en el periodo. 


La intención de todos estos trabajos es preparar un proyecto de ámbito europeo de mayor envergadura que se desarrollará en los próximos años; de momento, estos proyectos previos o pilotos están contribuyendo al conocimiento histórico y arqueológico del Norte y Este de Guadalajara.
(Fuente: Guadaqué)

21 de julio de 2016

La Cueva Román y la ciudad celtibérica centrarán los trabajos en el yacimiento de Clunia (Burgos)

Los investigadores tratan de documentar el terreno que rodea a la urbe, que cuenta con vestigios de actividad humana, y que debería protegerse. Este verano no se realizarán excavaciones pero se tratará también de delimitar la ciudad celtibérica, una auténtica “desconocida”. Cueva Román sigue siendo un objetivo prioritario en documentación de restos arqueológicos ante su proceso de “destrucción”
Vusta aérea de la ciudad romana de Clunia con su teatro.
Investigar es mucho más que excavar. Y la campaña estival en el yacimiento Romano de Clunia se a priorizar el conocimiento y la comprensión de la riqueza patrimonial frente a las excavaciones arqueológicas. Por ese motivo, los trabajos del equipo de investigación se van a centrar en reconocer el entorno de la Ciudad Romana y delimitar la ciudad celtibérica, pero también continuar documentando la Cueva Román, una pieza de valor “excepcional” dentro del complejo arqueológico.

La Ciudad Romana hace tiempo que se delimitó, es propiedad de la Diputación y se encuentra vallado. Sin embargo, su entorno no ha sido tratado con la consideración que se merece, ha apuntado Francesc Tuset, uno de los directores del equipo de investigación. Y es que la zona que rodea a la propia urbe ofrece información de interés sobre la misma, un “contexto”, por no hablar de los restos arqueológicos que escondería y la presencia de la ciudad celtibérica, una auténtica “desconocida”.

De ahí que los investigadores apuesten por desarrollar un proyecto de delimitación de esos entornos, a fin de protegerlos. Se ha reconocido el área que circunscribe la Ciudad Romana con drones, pero también se está trabajando con sistemas de georeferencia y cartografía, todos ellos “poco invasivos”. El resultado final será un conocimiento más exhaustivo de lo que rodea la urbe, de cara a conseguir en un futuro iniciar una intervención que pudiese incluir nuevas excavaciones, aunque será “complicado”, dada la propiedad privada de los terrenos.


CUEVA ROMÁN
La otra prioridad de la campaña estival es la Cueva Román, un yacimiento “excepcional” pero en el que es necesario trabajar de manera continuada para documentar su riqueza arqueológica. Y es que Tuset ha recordado que, ya no es solo que las visitas a Cueva Román nunca se vayan a poder organizar, sino que la propia cueva está en proceso de “destrucción”, así que muchos de sus restos acabarán desapareciendo, y por tanto “es urgente” documentar las figuras e inscripciones que aloja en su interior.


Igualmente, con un robot traído especialmente de Zaragoza se está realizando la cartografiando y escaneando la cueva, ha explicado Miguel Ángel Iglesias, otro de los investigadores. El trabajo es “lento y costoso”, tanto en lo referente a la documentación como a la interpretación de la información conseguida. Además, el equipo de investigación plantea realizar una señalización georeferenciada en la superficie de la cueva para que el visitante pueda conocer que es lo que hay bajo sus pies.

Tanto la delimitación de los entornos de la Ciudad Romana como el trabajo de documentación de Cueva Román son dos líneas estratégicas del II Plan Director aprobado recientemente. El documento incluye, en intervenciones directas, finalizar la reconstrucción del Teatro Romano con la creación de un anticuario, en el que se expondrán las piezas recuperadas en la excavación. Igualmente, en camino está el nuevo centro de recepción de visitantes. La redacción del proyecto ya ha sido adjudicada, y para 2017 la Diputación reservará 2,8 millones para las obras.

20 de julio de 2016

Los íberos ya construían viviendas de dos alturas

Las excavaciones realizadas por la Diputación de Castellón en el yacimiento del Puig, en Vinaróz, revelan nuevos datos acerca de la arquitectura del siglo VI a.C.
Tras dos campañas el yacimiento ya tiene una fisonomía visible. FOTO: JAVIER FLORES
Las excavaciones realizadas por la Diputación de Castellón en el poblado ibero del Puig, situado en Vinaròs, han sacado a la luz restos que por primera vez pertenecen al poblado original, que data del siglo VI a.C. Entre otros avances, se ha descubierto que en esa época los pobladores ya construían edificios con dos alturas.

Así lo explicó el arqueólogo que coordina los trabajos, Ferran Falomir, para quien los hallazgos “están siendo muy positivos”, porque los restos constructivos y toda la trama urbana que ven les da mucha información “del sistema de construcción y de la arquitectura de la época”. De esta forma, la hipótesis con la que trabajan los investigadores es que las construcciones originales sean más robustas que las posteriores, descubiertas en la anterior campaña, porque la actividad bélica era mayor en los orígenes del enclave. En cambio, en el siglo II a.C., las guerras habrían pasado y los edificios estarían pensados para la explotación agraria del entorno.

Esta nueva campaña de excavación se inició el pasado 4 de julio con el objetivo de poner en valor el poblado del Puig, y concluirá el próximo sábado 23. Gracias a este proyecto se han alcanzado por primera vez los niveles del siglo VI a.C., cuando el poblado fue construido. Además, Falomir destacó que los últimos datos indican que este yacimiento “es mucho más extenso de lo que se pensaba inicialmente”, por lo que se trata de un trabajo de largo plazo y recorrido en el que los expertos esperan obtener todavía mucha más información.

CERÁMICA

Según el arqueólogo de la Diputación, las tareas de estos días también han permitido sacar a la luz “mucho material metálico y cerámico de la época, que aportan mucha información del momento cronológico” que están excavando, “que es el siglo VI a.C.”, concreta.

Los estudiantes que realizan las excavaciones proceden de la Universitat de València, de Murcia, de la UNED, entre otros centros universitarios.

Estos no son los primeros trabajos que se realizan en el Puig este año, puesto que en febrero se limpiaron las arenas y gravas del poblado para dejarlo listo para el verano.

El verano pasado el hallazgo más importante fue el de un bastión, el de mayor tamaño encontrado hasta ahora en el yacimiento, y el 2014 se descubrió un campo frisio en su perímetro, un sistema defensivo avanzado para la época.

(Fuente: Mediterráneo / Javier Flores)