La empresa Castellum será la encargada de llevar a cabo unos trabajos en los que se invertirán 12.000 euros y con los que se pretende datar el enclave, de 15 hectáreas de extensión y ubicado a seis kilómetros de El Barraco
La Diputación excavará el despoblado de Santo Domingo.La Diputación de Ávila invertirá 12.000 euros en los trabajos de excavación del conocido como Despoblado de Santo Domingo o de La Torrecilla, perteneciente el término municipal de El Barraco y en el que, como apuntaba este viernes el diputado responsable del área de Cultura, Eduardo Duque, no se han llevado a cabo hasta la fecha trabajos de este tipo.
Será la empresa Castellum, a cuyo frente se sitúa el arqueólogo Blas Cabrera, la encargada de llevar a cabo los trabajos, probablemente entre los próximos meses de agosto y septiembre. Unos trabajos que, además de «proteger y poner en valor dicho enclave, contribuir a su conocimiento y actuar para que sea un elemento que contribuya al desarrollo de las potencialidades turísticas y culturales del municipio», como aseguraba Duque, pretenden poder «periodizar el enclave y ver la relación que existe entre el despoblado y los diferentes núcleos de tumbas», palabras éstas de Cabrera.
«Se trata de llevar a cabo una primera fase de intervención arqueológica», comenzaba a explicar la que será su tarea el arqueólogo, que apuntaba que si bien el despoblado de Santo Domingo lleva tiempo catalogado en el inventario de la Junta de Castilla y León «no ha sido objeto de intervenciones arqueológicas más allá de prospecciones superficiales».
Así pues, la intervención arqueológica prevista servirá para dar luz a este periodo de la historia abulense. Para ello, se realizarán sondeos arqueológicos en estructuras domésticas, en la parte del presbiterio de la posible ermita y en una amplia zona de los núcleos de necrópolis para poder caracterizarlo y periodizarlo en referencia al despoblado de Santo Domingo.
«En el pasado reciente esta tierra», reflexionaba Cabrera sobre una zona de pasto, encina y afloramientos graníticos, «fue objeto de cultivo». Un factor éste que, decía, ha hecho que algunos enterramientos hayan sido ya alterados en mayor o menor medida.
La parte más visible de este despoblado, el «testigo», proseguía hablando el arqueólogo, sería la ermita o iglesia de Santo Domingo de Guzmán. «Tiene unas dimensiones destacables, es de parte rectangular, está orientada oeste-este, por lo que creemos que se puede tratar de la desaparecida ermita de Santo Domingo», exponía Cabrera, que informaba también de que en la actualidad sus paramentos se encuentran «recrecidos» y que ha sido utilizado como encerradero de ganado.
Para Cabrera resulta muy interesante el hecho de que en la zona de la cabecera se aprecia una «zona reservada» que podría corresponder al presbiterio y en su entorno «dibujado a través de los derrumbes, lo que bien podría ser el atrio de la iglesia o ermita».
A eso se suman «numerosas estructuras domésticas, habitacionales», que ahora tienen forma de túmulos por las ruinas de los edificios. «Se observan los paramentos y dibujan estructuras rectangulares con una, dos e incluso tres subdivisiones al interior», proseguía Cabrera, que respecto a los enterramientos mencionaba que se observan hasta ocho núcleos. «Con ese tipo de tumbas que llamamos del tipo visigodo. Son tumbas de lajas de granito, de planta rectangular, con orientación cristiana, oeste en la cabecera», describía, y recalcaba, eso sí, que en la actualidad no se puede certificar que sean visigodas. «Al menos son altomedievales», se aventuraba a anunciar el arqueólogo que confía en que los descubrimientos que se lleven a cabo en el despoblado de La Torrecilla sirvan para poder trasladar en un futuro la documentación que se obtenga en el Valle del Alberche a otros lugares donde se han llevado a cabo investigaciones como en Las Henrenes, en Cillán, o se están llevando ahora, como en La Coba, en San Juan del Olmo. «Y poder avanzar en el conocimiento de la Alta Edad Media en la provincia», concluía Cabrera.
Junto a él y Duque, por cierto, también asistió a la presentación de las excavaciones el alcalde de El Barraco, José María Manso, muy «agradecido» a la Diputación por la inversión que va a realizar en su término municipal.
DOS LLAMAMIENTOS
El diputado responsable el área de Cultura de la Diputación Provincial, Eduardo Duque, aprovechaba la presentación de la excavación para hacer un doble llamamiento, si bien uno no resultaba tan positivo como el otro.
Y es que según explicó el diputado, el despoblado de Santo Domingo de Guzmán es uno de los que ha sufrido un mayor «expolio en superficie». Por ese motivo, Duque recordaba con énfasis que acudir a un yacimiento con un detector de metales y con ánimo de llevarse a casa lo encontrado está considerado delito, por lo que pedía encarecidamente a la gente no realizar ese tipo de prácticas delictivas.
El segundo llamamiento, en cambio, tenía connotaciones más positivas, afortunadamente, y tenía que ver con las jornadas de puertas abiertas que la Diputación Provincial tiene pensado poner en marcha durante las excavaciones, con el fin de que tanto los vecinos de El Barraco y pueblos cercanos, como todo aquel que lo desee, pueda acercarse a conocer el trabajo de los arqueólogos. 'Arqueología en comunidad', lleva por nombre una iniciativa que ya se ha podido desarrollar en otro tipo de yacimientos y con la que, insistía Duque, se pretende implicar a la sociedad en el conocimiento del pasado del lugar en el que vive. «Queremos que la gente sea consciente del patrimonio cultural de sus municipios», subrayaba el diputado provincial.