google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri

16 de diciembre de 2024

El infierno de una misión de arqueólogos españoles investigada por Egipto

Pagos en mano, "trabajo esclavo" e insultos: el infierno de una misión de arqueólogos españoles investigada por Egipto. Más de una decena de testimonios reunidos por el  diario "El Independiente" reconstruyen las condiciones que sufren los estudiantes participantes en el proyecto denunciado. 
Martín Valentín y Teresa Bedman, los directores de la misión Visir Amenhotep Huy.

Durante 24 años de excavación tejieron una red de sombras y silencios que comienza a quebrarse ahora, tras la denuncia de tres becarias y la investigación abierta por las autoridades egipcias. La misión de Francisco Martín Valentín y Teresa Bedman, dos presuntos arqueólogos españoles, aprovechó durante años el cotizado reclamo de horadar en Luxor, la milla de oro de la egiptología, para atraer en cada campaña de excavación a jóvenes españoles y latinoamericanos fascinados por la tierra de los faraones.

El Independiente, que ha publicado durante la última semana las denuncias previas así como el irregular sistema de justificación de gastos a partir de facturas personales, reúne ahora el testimonio de decenas de estudiantes y becarios que se enrolaron en la expedición y sufrieron lo que denuncian como una larga retahíla de abusos, mala praxis y condiciones dantescas, que habían permanecido sepultados por el miedo de sus protagonistas a las represalias de la pareja.

El proyecto en el centro de la polémica es la misión española Visir Amenhotep Huy que dirigen desde 2009 Francisco Martín Valentín y Teresa Bedman. La expedición excava desde entonces en un enterramiento situado en la necrópolis de Asasif, cerca del templo de Hatshepsut, en Luxor, la antigua Tebas faraónica.

Requisito de confidencialidad
Los participantes debían firmar una serie de cláusulas de confidencialidad. El documento, al que ha tenido acceso este diario, incluye cláusulas en las que se establece el “carácter no laboral y no retribuible” de la labor y se obliga al firmante a una estricta política de silencio sobre los entresijos de la misión. “Igualmente asume que, sobre toda cuanta información reciba relacionada con el Proyecto Amen-Hotep, Huy, incluso si dicha información procediera directamente del desarrollo de sus labores en el mismo, rige un expreso compromiso de confidencialidad, de modo que no podrá utilizar la misma sin conocimiento y expresa autorización de los directores del Proyecto, por cuanto la reserva de divulgación o comunicación de dicha información está expresamente controlada por las autoridades del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto”.

Extracto de la carta de confidencialidad que deben firmar los becarios
.

El documento ha sido usado por la dirección del proyecto para amenazar con acciones legales a quienes, una vez fuera de la expedición, amagaron con hacer públicas las condiciones de trabajo. Los participantes entrevistados para este reportaje han optado por el anonimato citando precisamente ese documento.

Pagar para excavar y grandes sumas de dinero en efectivo
El proyecto de los conocidos como “Valentines de Luxor” tenía la apariencia de una “escuela de campo” para estudiantes de arqueología y disciplinas relacionadas. Una supuesta beca en la que, sin embargo, los agraciados no recibían una ayuda sino la obligación de desembolsar sumas de dinero que rondan los 2.000 euros, una cantidad que varía según la campaña en la que se participara. El destinatario de ese dinero es la Fundación del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto, una institución privada que dirigen ambos.

“A mí se me solicitaron más de 1.600 euros para poder participar en la campaña. Una parte la hice por transferencia y la otra se la tuve que dar en mano cuando llegamos allí a Egipto”, relata una de las participantes. Su testimonio es corroborado por el resto de entrevistados. “Llegamos a calcular que entre todos habíamos entregado unos 36.000 euros en efectivo por campaña. Es dinero que no pasa por Hacienda y que se entrega ya en Egipto”, agrega otra ex miembro del equipo. En el proceso de selección, algunos detectaron las primeras peculiaridades de la pareja. “Fui preseleccionada y posteriormente me hicieron una entrevista online. Durante esta, una de las preguntas fue: ¿tienes novio? ¿Qué opina de que participes en el proyecto? Esto me bloqueó, porque estaba fuera de contexto. Aún así, lo obvié y me centré en las otras preguntas”, narra una de las becarias. “Juegan mucho con la ilusión de la gente; con el sueño de ir a Egipto, de excavar en tierra egipcia y se saben vender de maravilla”, añade.

Compras obligadas en el duty free y asumir todos los costes
“Cuando llegué al aeropuerto me obligaron a comprar licores que ellos querían tener y que al parecer se tenía como una tradición dentro de la campaña. Todo el mundo compraba ese tipo de artículos en el duty free y por no enemistarme con ellos, lo hice. Una vez llegados a Luxor, tenemos que llevárselas”, apunta una de las becarias. En una de las campañas, las maletas se extraviaron en la escala en El Cairo. “Teníamos un seguro pagado para que, en caso de pérdida de las maletas, se nos devolviera una parte y asumir el coste que supone estar varios días sin equipaje. Ellos cobraron el seguro. Se lo estuve solicitando y no vi ni un solo duro de la indemnización. Doy por hecho que se lo quedaron”, agrega.

Aparte de costear el transporte y alojamiento, los becarios debían hacer frente a todos los gastos derivados de su estancia en la excavación. “Nos cobraban el agua para beber. Me parecía raro porque normalmente en los trabajos de campo, quien te contrata tiene que garantizar mínimo el agua. Hasta el agua nos la vendía Teresa”, desliza una participante en una de las últimas campañas.

Los estudiantes pagaban, pero -según sus testimonios- Francisco y Teresa facturaban. “En Egipto nosotros nos pagamos los gastos de viaje, alojamiento y manutención, algo por adelantado, pero la mayoría era allí, en el mismo supermercado o restaurante. En ese momento, Paco y Teresa nos pedían las facturas que habíamos pagado nosotros porque tenían que tener un control de gastos y demás. Ahora sabemos que era una excusa. En ese momento no sospechamos nada, y lo cierto es que tampoco nos interesaba en exceso guardar las facturas. Cuando comíamos en un restaurante, Paco ponía la excusa de que unificaba él la cuenta, así que teníamos que darle el dinero a él, ya que era más fácil que pagara uno a que pagáramos las casi 20 personas por separado, y claro, esa factura se las guardaba él. Ese fue el modus operandi de ambos durante tres meses. Fueron pidiéndonos y acumulando las facturas de cada comida, compra, transporte, visita guiada, lo que fuera. Todo lo pagamos nosotros -cada uno lo suyo-, pero los tickets los pedían ellos con la excusa de centralizarlo todo, de tener control o simplemente se hacían los tontos”, relata. Muchas de aquellas facturas acabaron siendo usadas para justificar ayudas de mecenas, alegan los entrevistados.

Aislamiento forzoso y vigilancia extrema
El día a día en Luxor no era menos gratificante, a juzgar por el relato de los que se consideran sus víctimas. “Experimenté que pusieran a alguien que me 'vigilaba', e incluso me dijo uno de los trabajadores: 'cuidado que Teresa ha pedido a los que somos de aquí que le digamos si te vemos y con quién vas'”, narra uno de los becarios entrevistados para este reportaje. “Al poco de empezar mi primer año de trabajo con ellos, empezaron a poner normas cada vez más estúpidas: empezaron diciendo que no podíamos ver a ningún trabajador egipcio fuera de la excavación. Ellos nos decían que esto era porque una antigua miembro se había liado con un trabajador, y como el inspector estaba prendado por ella les había traído problemas”, detalla.

“Poco después nos pusieron una segunda norma: no podíamos quedar con gente de otras excavaciones si no era a través de ellos. Si queríamos contactar con alguien de otra misión arqueológica teníamos que pedir a ellos que contactaran al director de la otra misión. Si no podíamos relacionarnos con egipcios, y tampoco con otras misiones, estábamos efectivamente aislados. Yo les decía que no lo entendía”, comenta un ex becario. “Había una tercera norma: tampoco nos dejaban ver a egipcios que no fueran de la excavación ‘porque es un país muy peligroso y no sabéis moveros’”, nos decían.

Esas prácticas de aislamiento y vigilancia se han reproducido durante décadas, haciéndose más extremas si cabe. “Éramos tres chicas en uno de los pisos y nos apetecía salir juntas a hacer las compras diarias para cocinar, comprar el pan y otras cosillas, o simplemente darnos una vuelta por la aldea del West Bank, porque en realidad es un lugar pequeño y tranquilo, donde todo el mundo se conoce… cuando les pregunté a Francisco y Teresa sobre este tema, su respuesta fue que existía riesgo de ser atacadas o incluso violadas si íbamos solas, así que teníamos que estar preguntando a los pocos chicos que integraban el grupo si querían acompañarnos y la verdad es que fueron contadas las ocasiones en las que nos acompañó un compañero. Llevo visitando el país 20 años, tengo amigos allí a los que me gusta ir a visitar a sus casas a saludar o tomar un té. Bueno, esto también estaba prohibido, no nos dejaban ni entablar conversaciones con egipcios ni aceptar invitaciones a asistir a bodas (algo bastante corriente allí), ni siquiera tener contacto con otras misiones ya fueran españolas o extranjeras. La sensación de claustrofobia iba en aumento y yo en algunas ocasiones salía a comprar cosas sola, lo que me ocasionó problemas, ya que el doctorando, mano derecha de Paco y Teresa, vivía en la planta baja del edificio y dejaba la llave del portal puesta por dentro, de manera que cuando volvía al piso, estaba obligada a llamar al timbre y salía él a abrirme y me decía ‘Te recuerdo que está prohibido salir sola del edificio’…Era un guardián”, cuenta una de las afectadas.

Insultos a españoles y egipcios: “Podemita”, “hijos de puta”...
Los testimonios, que cubren varias etapas, coinciden en una misma queja: los insultos a los que fueron sometidos tanto los estudiantes españoles y latinoamericanos como los obreros egipcios a manos de los directores de la excavación. “El trato era terrible: A una chica la llamaban 'roja' y 'podemita'. A otra 'la ninfómana del equipo'. A uno de los chicos gay le dijeron que no se podía tener esa pluma en la excavación, 'que dejara de perder aceite, que si que es que se quería acostar con los obreros'. A los obreros les llamaban 'hijos de puta' y 'perros'. Era todo un trato inhumano y racista”, recuerda una de las otrora miembros de la excavación. Otro de los testimonios ratifica el relato: “Era habitual ver a Teresa pasar insultando en castellano gritando cosas como “panda de vagos, que jodisteis a mi pueblo y os vais a enterar, hijos de puta…” y cosas similares. "Con lo del pueblo se refería a que ella es judía", apunta.

“Teresa ha llegado a formar tanto follón que los obreros le hicieron una huelga. A uno de ellos le llamó en su cara 'hijo de puta'. El obrero se enteró y llegó a Francisco: 'Por favor, Mudir, dile a tu mujer que me pida disculpas'. Lo que hizo él es despedirle”. Episodios que se completan, según los consultados, con campañas de difamación contra quienes dejan el proyecto o acusaciones en público de “manipulación” contra quienes comienzan a cuestionar las órdenes.

Estudiantes a cargo de las tareas más duras sin protección
Entre las irregularidades de las que levantan acta los testimonios reunidos, figuran las tareas que les eran asignadas a los becarios. A diferencia del resto de las misiones extranjeras en Egipto, incluidas las españolas dependientes de organismos y universidades públicas, los estudiantes eran obligados a cargar con piedras y asumir las tareas más duras.

“Como no había ningún tipo de rigor científico, la velocidad de la excavación era tal que se generaba una gran cantidad de escombro, por lo que gran parte de las jornadas se pasaban en cadenas de 20-30 personas entre trabajadores locales y alumnos desescombrado”, asevera uno de los damnificados por aquella tarea. Entre los pasajes más graves, marcados por las reticencias de ofrecer asistencia sanitaria a las víctimas, se cuentan “un ataque de ansiedad por los gritos de Teresa”. “Le dio como una especie de ataque epiléptico y llamamos a Teresa, pero al final, no se quiso que se llamara un médico. Lo conseguimos relajar en casa a base de medicinas”, cuenta una de las testigos. “Otra chica tuvo fiebre tifoidea y no la querían llevar al médico. La acompañamos al hospital a las 10 de la mañana y Teresa apareció a las 7 de la tarde liándola en el hospital”.

“Los obreros han tenido pequeños accidentes de caídas porque no se tiene la seguridad suficiente en la excavación. A uno de ellos no se le quiso pagar la radiografía, que eso está dentro de las competencias normales. Por supuesto, no se trabaja con casco. A una de las becarias le cayó una piedra grande desde arriba”, comenta otro.

“Contratan cada año a unos 30 peones de arqueología, trabajadores de la zona a los que les pagan el salario más bajo de Egipto: unos 2 o 3 euros al día siendo generosos y sin respetar sus derechos laborales. Los discriminan, tratan con desprecio, superioridad y malas palabras. En la excavación eran comunes los insultos en español hacia ellos, todos de tinte racista. Parece una excavación del siglo XIX con personas explotadas y maltratadas”.

Sin prácticas científicas: “Van a la búsqueda del tesoro”
A pesar de jactarse de “dirigir una de las misiones más conocidas y trabajadoras de Luxor”, la de “Los Valentines” es una misión “sui generis” entre las que pueblan la antigua Tebas. Sus métodos, reconocen quienes trabajaron en ella, la diferencian de todas y abonan su descrédito. “Haber pasado por allí supone una merma para cualquier currículum”, murmura uno de los entrevistados. 

Las universidades de Sevilla y Málaga se desvincularon de la misión española investigada por Egipto: "Pediremos que dejen de usar el logo"

“A nivel metodológico dejan mucho que desear: no usan metodología arqueológica y pude ver con mis propios ojos cómo se destruyen numerosos objetos y nada queda registrado. Así mismo, nunca llevan a profesionales cualificados porque esto supondría tener que pagarles un sueldo, de hecho solo tienes que revisar en su web al equipo que ninguno tiene doctorados o formación acabada, contando con quienes adornan sus currículum. Esto dista mucho de lo que son las demás excavaciones arqueológicas en Egipto y en cualquier lugar”, responde uno de los testimonios. “En lo personal, tuve numerosos problemas con ellos, fue una experiencia en la que me sentí estafada, todo envuelto en un halo mafioso y de secretismo”.

Otros ex participantes denuncian que la metodología es inexistente: “No se excava por unidades estratigráficas; van a la búsqueda del tesoro. Se excava por unas cuadrículas que ellos se han inventado. Hemos tenido cortes tan altos que ni el propio director de la excavación podía bajar. Hacían unos bancales que son de principios de 1900”. Durante más de dos décadas, la misión no ha producido investigaciones publicadas en revistas científicas de prestigio. “No se relacionan con el resto de misiones y en los contados congresos donde aparecen, dan la ponencia y se largan sin querer discutir”, desliza un investigador.

"En la excavación no se sigue ningún tipo de metodología rigurosa y la mayor parte del tiempo a los alumnos se nos ponía a desescombrar junto a los trabajadores locales"

Entre los testimonios recopilados, figuran denuncias de robo y apropiación de material realizado por los becarios y que ha sido utilizado sin darles crédito en conferencias y publicaciones; desprecio a las conclusiones y sugerencias aportadas por los estudiantes y licenciados; y faltas flagrantes de seguridad en el trabajo de campo. “Repetían continuamente que eran la única excavación que trabaja en un sitio inédito en Egipto, que es obviamente mentira. Y que eran el mejor equipo de Egipto. Que estábamos haciendo historia. Constantemente hacían referencia a que ellos son de los pocos egiptólogos 'profesionales' que quedan porque la mayoría son académicos. Una distinción curiosa cuanto menos”, concluye uno de los ex participantes.

El testimonio coincidente es que la excavación carece del mínimo rigor científico. “Cuando llegué ellos no hacían ningún tipo de documentación gráfica de lo que salía de la excavación. Solo fotografías. No había dibujos, ni perfiles arqueológicos ni nada”, comenta uno de ellos. “En la excavación no se sigue ningún tipo de metodología rigurosa y la mayor parte del tiempo a los alumnos se nos ponía a desescombrar junto a los trabajadores locales. El contexto es más similar al de una excavación propia del siglo XIX”, añade otro. Una atmósfera dominada por las prisas por excavar a la que se unía una suerte de creencias esotéricas. “Una cosa también llamativa es su superstición. No estaba permitido mencionar a Ajenatón en el yacimiento, porque tenían una paranoia mental con que Ajenatón había matado al visir. Tenían una foto donde decían que una sombra del yacimiento era el perfil de Ajenatón y que se había aparecido”, concluye.

Se subasta una villa romana en Córdoba para saldar una deuda empresarial

La venta de la villa romana de Santa Rosa, gestionada por el Juzgado de Primera Instancia 1 de Córdoba, marca el final de una historia que comenzó con entusiasmo arqueológico pero terminó en conflictos financieros.
Villa Romana de Santa Rosa.

La villa romana de Santa Rosa, una lujosa mansión patricia del siglo II y el yacimiento mejor conservado descubierto en Córdoba capital, será puesta a subasta pública para saldar una deuda hipotecaria de más de 878.000 euros. La venta, gestionada por el Juzgado de Primera Instancia 1 de Córdoba, marca el final de una historia que comenzó con entusiasmo arqueológico pero terminó en conflictos financieros.

Descubrimiento arqueológico sin precedentes
En 2003, durante la construcción de un edificio de viviendas por parte de Construcciones Tirado, se descubrieron bajo el suelo los restos de esta imponente villa. Entre sus elementos más destacados estaban los mosaicos de una calidad excepcional, con iconografía vegetal, geométrica y mitológica, incluido uno de Cronos, el dios griego del tiempo. También se hallaron un ninfeo (fuente monumental), un estanque y un patio octogonal rodeado por un peristilo.

El hallazgo generó gran interés cultural y llevó a la Junta y al Ayuntamiento a subvencionar campañas de excavación y restauración, invirtiendo más de 240.000 euros. El proyecto prometía transformar el sitio en un centro de interpretación patrimonial, pero la crisis económica de 2008 frenó las iniciativas, dejando la villa en un limbo.

Comparaciones con otras villas
En la provincia, yacimientos como la Villa del Mitra en Cabra o Fuente Álamo en Puente Genil han sido preservados como espacios visitables. Sin embargo, la villa de Santa Rosa no pudo seguir el mismo camino debido a su carácter privado y la falta de inversión pública sostenida.

De las excavaciones al conflicto financiero
La situación se complicó en 2015, cuando la constructora demandó al Ayuntamiento reclamando 60.000 euros, aunque el problema más grave llegó en 2020. Voyager Investing, un fondo internacional respaldado por el Fondo de Pensiones de Canadá, exigió a Construcciones Tirado el pago de una deuda hipotecaria de 878.436 euros. Ante la imposibilidad de liquidarla, la empresa ofreció la villa como garantía.

La subasta: oportunidad y polémica
Ahora, el yacimiento será subastado con un valor inicial de 243.000 euros y sin puja mínima. La parcela, de 728,85 metros cuadrados, está lejos de alcanzar la protección y aprovechamiento cultural que prometía en sus inicios. Este proceso pone en evidencia las dificultades para equilibrar el valor patrimonial y las dinámicas económicas en la gestión del patrimonio arqueológico.

El destino de la villa romana de Santa Rosa queda en manos de quienes vean en ella una inversión o una oportunidad de rescatar su legado histórico.
(Fuente: Córdoba BN)

Muere el historiador Luis Suárez, gran defensor de la Iglesia y España contra la Leyenda Negra

Este domingo ha fallecido a los 100 años de edad el historiador y académico Luis Suárez Fernández (1924-2024), asturiano de Gijón, uno de los más ilustres investigadores de la Historia de España, en particular en la Baja Edad Media y el reinado de los Reyes Católicos.

Este domingo ha fallecido a los 100 años de edad el historiador y académico Luis Suárez Fernández (1924-2024), asturiano de Gijón, uno de los más ilustres investigadores de la Historia de España, en particular en la Baja Edad Media y el reinado de los Reyes Católicos.

Doctorado en Historia en 1947 por la Universidad de Madrid, fue catedrático en la Universidad de Valladolid, donde fue rector durante varios años (1965-1972) y de la Universidad Autónoma de Madrid hasta su jubilación, siempre en el ámbito de la Historia Medieval.

Doctor Honoris causa por la Universidad de Lisboa, el 23 de enero de 1994 ingresó en la Real Academia de la Historia con un discurso titulado Monarquía hispana y revolución Trastámara. También era miembro de la Academia de Buenas Letras de Barcelona. Dirigió la Escuela de Historia y Arqueología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Roma. Entre 1972 y 1974 fue director general de Universidades e Investigación.

En 2001 recibió el Premio Nacional de Historia por su trabajo Isabel I, Reina. Era uno de los grandes conocedores de la vida y el reinado de Isabel la Católica. Lejos de limitarse a la investigación académica, utilizó su amplio saber para ilustrar la verdad histórica de la Iglesia y de España frente a la Leyenda Negra, la identidad católica de España y el alcance de su misión evangelizadora.

También es autor de la obra Franco. Crónica de un tiempo (Actas), la obra más extensa y completa publicada sobre ese periodo.

"La leyenda [negra]", escribió Luis Suárez, "se gestó de una manera especial en el siglo XVII como vehículo de propaganda en un momento en que Europa se debatía en medio de un conflicto cuyas raíces se hallaban en lo más hondo del pensamiento, ya que se trataba de demostrar que España, parte de la Casa de Habsburgo, no tenía razón. Y las cosas fueron tan lejos que en la Enciclopedia, en el artículo referido a España, parecía llegarse a la conclusión de que Europa hubiera sido más feliz en el caso de que España no hubiera existido. Ésta es la causa, y no otra, de que el Gobierno español tuviera que poner el veto sobre esta magna obra".

Frente a la leyenda negra u otras falsedades o mitologías históricas, sostenía el historiador y académico, "no se trata únicamente de deshacer calumnias ni de reiterar errores; la tarea de un historiador consiste en exponer las cosas exactamente como fueron. Pero uno de los defectos de las últimas generaciones consiste sobre todo en reincidir en esas tendencias suplantando la verdad por el error en la manera que a las ideologías políticas conviene".

13 de diciembre de 2024

La última campaña en La Garma ofrece importantes hallazgos de la época visigoda y del Paleolítico

Se han recuperado los restos de unas quince personas depositadas en diversos lugares del piso inferior de la cueva. Los acompañaba un rico y variado ajuar funerario que incluía numerosos objetos de uso personal, armas y diversos tipos de herramientas, además de restos de madera, tejidos y cestería datados en torno al año 700 d.C. Todos estos elementos  indican que estamos ante uno de los yacimientos de esa época más importante del norte de la península.
La directora general de Cultura, Eva Guillermina Fernández, junto con los investigadores Roberto Ontañón y Pablo Arias, junto alguna de las pìezas halladas en la campaña de excavaciones de La Garma de este año.
Foto: Miguel de Arriba

La directora de Cultura y Patrimonio Histórico del Gobierno de Cantabria, Eva Guillermina Fernández, ha señalada el yacimiento de La Garma como uno de los "sitios de referencia" en la arqueología actual. Así lo ha comentado en la presentación de los hallazgos de la campaña de excavaciones arqueológicas desarrollada este año en el marco del proyecto Garma XXI, financiado por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, y que han sido realizadas por un equipo investigador dirigido por Roberto Ontañón y Pablo Arias.

Fernández ha afirmado que, a raíz de los descubrimientos realizados, la Garma es un "verdadero filón" no solo al conocimiento del Paleolítico, si no también, a una época poco conocida desde el punto de vista arqueológico, el período visigodo.

Por su parte, Pablo Arias ha explicado que se ha continuado con la documentación del contexto funerario de la Galería Basal, datado en torno al año 700 d.C. Hasta el presente se han recuperado restos de unas quince personas depositadas en diversos lugares del piso inferior de la cueva. Los acompañaba un rico y variado ajuar funerario que incluía numerosos objetos de uso personal (broches de cinturón, adornos), armas y diversos tipos de herramientas, además de restos de madera, tejidos y cestería, "algo poco frecuente en contextos arqueológicos. Todos estos elementos nos indican que estamos ante uno de los yacimientos de esa época más importante del norte de la península" según ha señalado.

Entre los hallazgos más relevantes, cabe mencionar el conjunto de broches de cinturón, entre los que destaca uno de excepcional calidad, con decoración damasquinada donde hay representaciones de animales y una inscripción en latín. "Una iconográfica, ha comentado Ontañón, de carácter religioso y con presencia de símbolos sobre el Apocalipsis que, a su juicio, lo conecta, por el tiempo en que se hicieron, con la temática de los beatos de Liébana"

En la actualidad, los restos recuperados de este conjunto funerario, están siendo objeto de un proceso de estabilización y restauración en los laboratorios del MUPAC y posteriormente se les aplicará distintas técnicas analíticas que contribuirán a aportar información de gran valor sobre esta etapa histórica no muy conocida.

El destino definitivo de este conjunto funerario, ha indicado Ontañon, será un espacio específicamente dedicado a la arqueología de época visigoda en Cantabria, que constituirá una de las principales novedades de la exposición permanente del nuevo MUPAC.

Cabaña magdaleniense
Por otro lado, durante esta campaña se ha finalizado, tras dos años de trabajo, la documentación de la cabaña magdaleniense de la Galería Inferior, "uno de los pocos ejemplos conocidos de vivienda paleolítica" han resaltado los investigadores.

Se trata de una construcción de unos 16800 años de antigüedad, en cuyo interior se han podido analizar cerca de cinco mil objetos arqueológicos, que incluyen huesos de ciervos, caballos y bisontes, instrumentos de sílex y también de hueso y asta como azagayas, agujas, una espátula decorada, un arpón y conchas de moluscos marinos, en algunos casos empleadas como colgantes. Para su estudio se ha empleado una novedosa metodología centrada en técnicas no invasivas.

La directora de Cultura ha informado que estos trabajos han sido nominados por la revista National Geographic "entre los cinco candidatos al premio al mejor descubrimiento o hallazgo histórico del año 2024, aún pendiente de resolución".

Estas actuaciones se enmarcan en el proyecto GARMA XXI, un programa de investigación financiado por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria que recibió en 2021 el Premio Nacional de Arqueología y Paleontología de la Fundación PALARQ. Las investigaciones en La Garma cuentan también con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

12 de diciembre de 2024

Descubren una necrópolis musulmana de entre los siglos X-XII en la Villa de El Toro (Castellón)

Aparecidos en una de las cunetas de la CV-240, la investigación reconoce que el enterramiento se podría haber realizado entre el siglo X y XII



Los ocho siglos de dominación árabe que forman parte de nuestra historia han vuelto a hacerse presentes en la Villa de El Toro con el hallazgo de una antigua necrópolis musulmana que podría estar datada en la Edad Media.

Lo que en principio parecían ser restos humanos de la guerra civil española, han acabado siendo inhumaciones mucho más antiguas, posiblemente fechadas entre los siglos X y XII.

El alcalde de la Villa de El Toro, José Arenes, ha puesto en valor el hallazgo, afirmando que es único por el excelente estado de conservación que presentan algunos esqueletos, que incluso poseen la totalidad de sus piezas dentales.

«Se trata de un hecho singular y único que nos va a permitir analizar con detalle y precisión el origen de estos antepasados que en su día fueron pobladores de nuestro municipio.»

El hallazgo tuvo lugar el pasado mes de noviembre, cuando en una de las cunetas de la CV-240, en el camino de la Olla Santa Domingo, aparecieron restos óseos humanos.

En un principio, se consideró que estos podrían pertenecer a la guerra civil española. Sin embargo, finalmente se descartó esta idea al encontrarse más inhumaciones y una postura lateral “propia de los enterramientos musulmanes.”

“El reconocimiento se ha podido hacer con los recursos técnicos que en estos momentos gozamos en nuestra localidad, puesto que un grupo de arqueólogos está trabajando en el castillo y ha sido el encargado de trasladarse hasta la necrópolis para situarla y reconocer el valor del hallazgo.”

“Vamos a seguir investigando,” ha manifestado Arenes.

La Universidad de Jaén desarrolla su 16ª campaña en la necrópolis Qubbet el-Hawa en Asuán (Egipto)

Los trabajos, que empezaron el pasado 16 de noviembre, se extenderán hasta el próximo día 19 de diciembre.
Trabajos arqueológicos que la UJA realiza este año en Asuán (Egipto).

La Universidad de Jaén está llevando a cabo su 16ª campaña arqueológica en la necrópolis de los nobles de Elefantina en Qubbet el-Hawa (Asuán, Egipto). Los trabajos, que empezaron el pasado 16 de noviembre, se extenderán hasta el próximo día 19 de diciembre.

En concreto, este año participan investigadores tanto de la Universidad de Jaén, así como de otras instituciones académicas nacionales (IPHES-CERCA, Universidad Autónoma de Madrid) e internacionales (Universidad de Praga, NMEC, Universidad de Copenhague, Universidad Católica de Lovaina, Universidad de California Los Ángeles, Universidad de Damanhour).

En total, son 18 los investigadores e investigadoras que colaboran con el Ministerio de Turismo y Antigüedades en diferentes objetivos científicos, como son: la excavación de los pozos funerarios del gobernador Sarenput I (1900 a. C.), la excavación de tumbas del Primer Periodo Intermedio (2000 a.C.), la extracción de dos sarcófagos del siglo VII a. C. y su consolidación, el estudio de los vendajes de las momias y su análisis físico y, finalmente, el estudio de la cerámica encontrada en campañas anteriores.

Asimismo, el director del Proyecto Qubbet el-Hawa y doctor de Historia Antigua de la UJA, Alejando Jiménez, explica que, como en las campañas anteriores, el equipo de la UJA será protagonista de una serie de documentales realizados por una productora internacional.

El Proyecto Qubbet el-Hawa de la Universidad de Jaén cuenta este año con la financiación aportada por la Fundación Gaselec y la Fundación Palarq, dos instituciones sin ánimo de lucro que apuestan por la presencia de la investigación española en el extranjero.
(Fuente: Universidad de Jaén)

Descifran la receta de una variante del 'garum' gracias al hallazgo de un ánfora en Cartagena

Los restos encontrados en un recipiente cerámico del siglo VI en el cerro del Molinete de Cartagena suponen el hallazgo más tardío de esta salsa de herencia romana
El lugar en el que fue recuperado el ánfora / UMU

Un proyecto de investigación coordinado por el catedrático de Arqueología de la Universidad de Murcia José Miguel Noguera ha recuperado un ánfora de salazón en una de las construcciones del barrio bizantino del cerro del Molinete de Cartagena. El ánfora todavía contenía restos de contenido en su interior, lo que ha permitido reconstruir la receta de una variante del garum, una salsa de herencia romana considerada una ‘delicatessen’ durante la antigüedad y que tuvo uno de sus centros de producción más importantes en la costa mediterránea de la península ibérica. Este hallazgo supone una novedad porque hasta la fecha todos los restos de garum encontrados eran anteriores al siglo VI d.C.

El ánfora (spatheion) encontrada data de entre finales del siglo VI o principios del siglo VII y conservaba todavía el tapón, un detalle que ha facilitado la conservación del producto en su interior. El equipo de restauración del Molinete, dirigido por Izaskun Martínez, extrajo de las muestras encontradas restos de sedimentos, esquirlas y minúsculos huesos de pescado que establecieron el punto de partida de la investigación.

El descubrimiento, que forma parte del proyecto Vivere in urbe. Arquitectura residencial y espacio urbano en Carthago Noua, Lucentum y Valentia. Investigación y socialización, financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, propició el contacto de José Miguel Noguera, catedrático de la UMU y coordinador del proyecto, y Jaime Vizcaíno, profesor de la Universidad de Málaga, con Darío Bernal, catedrático de Arqueología en la Universidad de Cádiz y uno de los principales investigadores en la producción y comercialización del garum en la antigüedad. Esta adhesión derivó entonces en la unión de fuerzas y la realización de un estudio conjunto entre universidades e instituciones conformado por las universidades de Murcia, Cádiz y Málaga y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) francés.

Los resultados del estudio han dado con la receta de un tipo de garum elaborado en época bizantina; se trata de una salsa líquida elaborada con boquerones alevines y otros pescados, condimentada con hierbas aromáticas como apio, orégano o albahaca.

Además, los estudios también han revelado que el material del que está hecho el ánfora procede de Túnez, lo que arroja información también sobre intercambios comerciales con la zona del norte de África.
(Fuente: Universidad de Murcia)

28 de noviembre de 2024

Presentada en sociedad la villa tardo-romana de Almaraz (Cáceres)

El trabajo de nueve arqueólogos refleja la importancia de la villa tardo-romana del siglo IV d.C. y descubierta recientemente, en la que ya se ha constatado la existencia de varios yacimientos y dos necrópolis con más de 500 enterramientos y otros restos como herramientas, monedas o mosaicos.

La localidad cacereña de Almaraz acogió ayer la presentación de la denominada "Villa romana de las siete colinas", una de las villas tardo-romanas del siglo IV cuyos restos han aparecido en la finca Torrejón del municipio y que podría tratarse de una de las más extensas halladas hasta el momento. 

El salón de actos del Ayuntamiento de Almaraz ha acogido unas jornadas técnicas para dar a conocer los restos arqueológicos de la mencionada villa romana hallados en la finca Torrejón de la localidad, un encuentro que ha despertado gran curiosidad entre los vecinos, que han llenado las butacas y pasillos del citado espacio.

En declaraciones a los periodistas, el alcalde de Almaraz, Juan Antonio Díaz Agraz, ha explicado que el yacimiento se encuentra en una finca privada y que el mismo fue hallado tras unos movimientos de tierra ejecutados por una empresa de nacionalidad china -China Three Gorges (CTG)- como paso previo a la instalación de una planta fotovoltaica.

"Hasta ahora no sabemos todavía el alcance del hallazgo porque solamente se ha descubierto aproximadamente un 3 % de todo el yacimiento, unos trabajos en los que la empresa CTG ya ha invertido dos millones de euros, algo que obviamente tenemos que agradecer desde el Consistorio", ha apuntado el primer edil.

Díaz Agraz ha manifestado que la intención del Ayuntamiento es que en un futuro próximo el yacimiento se pueda visitar y se convierta en una atracción turística.

Por su parte, el coordinador de las jornadas técnicas Luis Fernando de la Macorra ha apuntado que "se podría imaginar la existencia de este tipo de restos porque hay una calzada que circulaba entre Mérida y Toledo y entonces era habitual, no justamente muy próximo a las calzadas, pero relativamente en las proximidades de las mismas, la existencia de varias villas romanas".

"Y esta tiene, según los nueve arqueólogos que trabajan en el yacimiento, mucha importancia" porque alberga una necrópolis, aparte de contar con una domus y la propia villa romana, "por lo que podría ser de las más extensas halladas hasta ahora", ha afirmado el también profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Extremadura.

De igual forma, la arqueóloga y coordinadora del equipo de investigación del yacimiento, Esperanza Mata, ha detallado que en la actualidad el trabajo se encuentra en la fase de excavación, "pero previamente había habido ya unos estudios desde el año 2021 donde se había realizado una inspección del terreno y ya se habían localizado los primeros restos".

"Yo creo que lo relevante de esta zona de aquí es que nos encontramos con una de las villas tardo-romanas del siglo IV, que en esos momentos lo que hay son grandes propiedades rurales donde existe un núcleo donde habitan los trabajadores y las personas que trabajan esa gran propiedad agrícola. Luego está por otro lado la zona donde vive el propietario de esa gran propiedad y luego por otra parte está la necrópolis", ha apuntado.

La arqueóloga ha explicado que los trabajos van a continuar por campañas, "ya que ahora nos tenemos que dedicar durante los siguientes meses a poner en orden todo el registro y la investigación de los materiales que han salido, que son muchísimos", ha añadido.

Los arqueólogos responsables del yacimiento hallado en Almaraz son Esperanza Mata, Luis Cobos, José Antonio Valiente, Jaime Márquez, Juan Luis Torreño, Juana Gómez, Daniel Armero, Raúl López y Eva Urquieta.

(Fuente: Infobae)