google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Resultados de la búsqueda de Rafael Blanco
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30 de abril de 2013

Un "Arqueódromo" en la Universidad de Córdoba permite ser arqueólogos por un día

Se ha cogido como motivo principal una vivienda islámica, con una calle, letrina, zaguán, un patio y una alcoba a escala real. Para insertar "temporalidad", incluyendo una etapa histórica anterior, se han incluido dos enterramientos romanos que estarían debajo de la casa islámica.
Un momento de la inauguración del Arqueódromo.
Foto: Universidad de Córdoba.
La Universidad de Córdoba (UCO) ha puesto en marcha un arqueódromo en un patio de la Facultad de Filosofía y Letras que permite a ciudadanos -universitarios y no universitarios- experimentar por un día la labor que realizan los arqueólogos en una excavación.

Rafael Blanco y Ana Ruiz son los dos coordinadores de este proyecto, incluido dentro del programa "Arqueología somos todos", y han permitido a Efe acceder a una de las clases prácticas en las que los alumnos se reparten tareas típicas que se desarrollan en un yacimiento arqueológico.

Ruiz explica que se ha cogido como motivo principal una vivienda islámica, con una calle, letrina, zaguán, un patio y una alcoba a escala real.

No obstante, los coordinadores han querido insertar "temporalidad", incluyendo una etapa histórica anterior, como es la romana, representada por dos enterramientos que estarían debajo de la casa islámica.

Asimismo, el espacio acoge una parte de excavación de la edad contemporánea, representada por un pozo de ladrillo con cemento en el que incluso no faltan detalles como latas de refresco.

Mientras unos sacan fotos, otros miden el terreno y un grupo se dedica a desenterrar vasijas, ánforas o incluso un esqueleto, Ruiz y Blanco están atentos a la evolución de los aprendices de arqueólogos.

"Arqueología somos todos" pretende, en palabras de Ana Ruiz, "transferir a la sociedad el conocimiento que desde la universidad se ha ido generando estos años, sobre todo en el estudio de la ciudad de Córdoba".

Así, "se conciencia de la importancia del patrimonio y su valor como fuente de riqueza y yacimiento de empleo".

Aunque está abierto al público general, la coordinadora de la iniciativa remarca que principalmente se destina a alumnos universitarios para que puedan sustituir las prácticas en un yacimiento real -últimamente menos frecuentes- por éstas en un recinto simulado.
(Fuente. EFE / Ideal)

18 de febrero de 2025

Hallada en un solar de Córdoba una figura almohade del siglo XII

Se trata de un surtidor zoomorfo de cerámica, un león y su cría, hallado en el transcurso de una intervención arqueológica preventiva en el casco histórico de la capital. La pieza se ha incorporado a la colección del Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba.
La pieza de reducidas dimensiones (12,5 cm de altura y 9 cm de ancho) representa a un felino
-posiblemente un león-.

El Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba, dependiente de la Consejería de Cultura y Deporte, ha incorporado a sus fondos un surtidor zoomorfo de cerámica de la segunda mitad del siglo XII. La pieza, que fue hallada en el transcurso de una intervención arqueológica preventiva en el casco histórico de Córdoba, se exhibirá en el espacio museístico para que los ciudadanos puedan conocer este hallazgo.

La consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo, ha destacado la importancia de esta nueva incorporación al Arqueológico de Córdoba, donde ya existen otros dos surtidores de agua con figura zoomorfa, lo que permite dibujar con mayor precisión el paisaje de algunas de las viviendas de la Qurtuba del siglo XII. Y al mismo tiempo enriquece la oferta de la colección que los ciudadanos puedan encontrar en el museo.

Esta nueva obra, de reducidas dimensiones (12,5 cm de altura y 9 cm de ancho), representa a un felino -posiblemente un león-, sobre una pequeña plataforma cuadrada o rectangular que no se conserva completa. Un orificio circular en la base de la plataforma comunica directamente con el cuerpo del animal, que está sentado sobre sus cuartos traseros y apoyado sobre sus patas delanteras. En la cabeza del animal destacan los grandes ojos resaltados por el penacho central y la boca se representa abierta.

Entre las patas delanteras del felino se cobija una cría de león, cuya postura sería igual que la figura del mayor. Sin embargo, en esta ocasión, no se aprecian los ojos y llama la atención el tratamiento esquemático de todo el cuerpo, reducido a un mero rectángulo. El cuerpo del cachorro es liso, destacando la boca abierta y las orejas, que se conservan completas, grandes y apuntadas, así como parte de las pezuñas delanteras en las que se han vuelto a remarcar los dedos.

La pieza, que se suma al repertorio de elementos de esta tipología localizados en la colección del Arqueológico de Córdoba, está cubierta por una capa de vidrio verde oscuro brillante y homogéneo, perdido en las zonas más expuestas al uso, pero que le aportan un distintivo singular a este elemento. Este vidriado verde oscuro, así como los paralelismos con otras piezas similares, la sitúan cronológicamente en la segunda mitad del siglo XII -aunque no existe un contexto estratigráfico claro de ninguno de estos ejemplares-.

Sobre la utilidad que esta pieza podría haber tenido, existen varios indicios -está hueca por dentro, la boca de la figura abierta con un orificio inferior en la base que podrían estar conectado a la conducción de agua- que apuntan que podría tratarse de un surtidor de agua. Esta tesis viene avalada por el hecho de encontrarse en el Arqueológico dos piezas de características similares: una de ellas procedentes de una intervención arqueológica en el solar de la Diputación Provincial y otra localizada en una céntrica calle de la capital cordobesa.

Estas piezas, según las investigaciones realizadas por el doctor de la Universidad de Córdoba, Rafael Blanco Guzmán, eran utilizadas en época almohade como surtidores de fuentes en piletas de mediado tamaño, situadas en los patios ajardinados de viviendas de la zona de la axerquía cordobesa.

La figura del león, que se puede apreciar en este surtidor, ha sido muy representada desde la antigüedad, aunque no se prodiga mucho en la etapa andalusí. Su imagen suele identificarse con sentimientos como el valor, la fuerza y el poder, tema ya estudiado por la doctora Camino Fuertes Santos, coordinadora en Córdoba de la Red de Espacios Culturales de Andalucía (RECA).

18 de junio de 2024

Descubren en Sevilla el vino más antiguo del mundo: un blanco con más de 2.000 años de ‘maduración’

Los análisis químicos confirman que el líquido hallado en el interior de una urna funeraria en Carmona es un vino de época romana, la muestra más antigua identificada hasta la fecha
La urna funeraria con el líquido en su interior, que ha resultado ser un vino de 2.000 años. FOTO: Juan Manuel Román, Ayuntamiento de Carmona

Un equipo de investigadores de la Universidad de Córdoba (UCO) ha identificado el vino más antiguo encontrado hasta la fecha en el interior de una urna funeraria de 2.000 años de antigüedad. El recipiente se encontraba en el mismo mausoleo romano descubierto en 2019 en la localidad sevillana de Carmona en el que ya se había localizado un frasco de perfume perfectamente sellado. Otra de las urnas cerradas herméticamente contenía cuatro litros de un líquido rojizo que, tras el análisis químico, ha sido identificado como vino y supera en antigüedad a la famosa botella de Espira, un recipiente desenterrado de una tumba romana en Alemania del siglo IV d.C.

“Fue muy sorprendente, porque cuando encontramos las urnas durante una excavación dábamos por hecho que contenían huesos y ajuar; nunca nos imaginamos que dentro pudiera haber líquido”, asegura Juan Manuel Román, arqueólogo municipal del Ayuntamiento de Carmona que descubrió la tumba y lideró la excavación. Fue al abrir la urna en el laboratorio cuando se quedaron atónitos. “El líquido tenía un color rojizo y estaba como burbujeando, quizá por el movimiento del traslado”, recuerda. Sumergidos en el interior de la urna estaban los huesos incinerados de un hombre de alrededor de 45 años, junto a otros elementos como un anillo de oro y varias piezas de hueso trabajado.

Tras asegurarse de que el líquido no podía proceder de la condensación y que no se habían producido filtraciones en la urna, los científicos procedieron a su análisis químico. En un trabajo publicado en la revista Journal of Archaeological Science: Reports, el equipo del Departamento de Química Orgánica de la UCO, liderado por el catedrático José Rafael Ruiz Arrebola, detalla los resultados de una serie de pruebas para estudiar su composición, diferenciar los compuestos que podían estar relacionados con el vidrio de la urna o con los huesos del difunto y compararlo con vinos actuales de Montilla-Moriles, Jerez o Sanlúcar.

“Lo que nos dio la certeza de que se trataba de un vino fueron los polifenoles”, comenta Ruiz Arrebola a elDiario.es. “Lo que vemos son las moléculas características del vino, sin lugar a dudas, de hecho los hemos comparado con vinos de la zona y están presentes los mismos compuestos”. Por otro lado, la ausencia de antocianinas, los polifenoles que se encuentran en la piel de la uva cuando se dejan en maceración al producir vino tinto, les lleva a pensar que se trataba de un vino blanco.

“Certeza absoluta no la podremos tener jamás, pero tengo cierta confianza en que era un vino blanco, porque en el análisis químico no aparece el ácido siríngico que viene de la descomposición de la antocianina más abundante y aparece en los tintos”, subraya el especialista.

Una práctica desconocida
Uno de los aspectos que desconcierta a los científicos es el hecho de que los restos funerarios aparezcan sumergidos de vino, algo de lo que no hay constancia en otros lugares ni en los documentos escritos de la época. Recientemente se encontró una urna del mismo tipo en Pompeya rellena de líquido, pero aún no se ha analizado su contenido ni se conoce si es un caso similar. “Este es un aspecto del ritual funerario del que no había constancia”, explica Juan Manuel Román. “Será difícil encontrar algo parecido, porque tiene que tener unas condiciones muy particulares para que un líquido se conserve 2.000 años, hay que recordar que del frasco de perfume que encontramos en la urna que estaba junto a esta solo nos habían quedado los posos”.

Este mausoleo circular acogió a una familia de alto poder adquisitivo, estaba situada junto a la importante vía que comunicaba Carmo (la actual Carmona) con Hispalis (Sevilla), y señalizada con una torre de la que ya no quedan restos. Los arqueólogos subrayan que esto hace más improbable que pasara desapercibida por los saqueadores, pero por algún motivo permaneció sin abrir hasta 2019. El mausoleo acogía seis urnas funerarias con los restos de tres hombres y tres mujeres que vivieron en el siglo I d.C., además de vasijas, platos de vidrio y cerámica de gran valor que formaban parte de un ajuar. Conocemos el nombre de dos de ellos, Hispana y Senicio, pero no el de los ocupantes de las dos urnas más lujosas, situadas en el lado derecho de la tumba, la que contenía el perfume (de una mujer) y la del recién descubierto vino (de un hombre).

Los investigadores, que no saben si ambos fueron familia porque la incineración no ha dejado muestras de ADN, creen que esta diferencia de tratamiento puede deberse a una cuestión de género. Las mujeres en la antigua Roma tuvieron durante mucho tiempo prohibido probar el vino, que estaba reservado para los hombres. Los restos de la mujer tenían tres joyas de ámbar, un frasco de perfume con aroma a pachulí y fragmentos de telas cuyos primeros análisis parecen indicar que se trataría de seda. Como curiosidad, además del vino, los restos del hombre estaban acompañados por un anillo de oro que se añadió tras la cremación con la figura de Jano bifronte —una divinidad asociada al tránsito de la muerte—, y restos de huesos trabajados que han resultado ser las patas de una cama, seguramente junto con la que se quemó su cuerpo.

Una bebida para la liturgia
María José Motilva, investigadora del Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino (ICVV-CSIC), que no ha participado en el artículo, cree que se trata de un “hallazgo excepcional” y que los resultados del análisis de polifenoles sugieren que el líquido rojizo contenido en el ánfora podría tratarse de un vino con una lógica degradación por el paso del tiempo. “La composición en sales minerales del líquido es bastante similar a la de los vinos finos que se producen actualmente en la antigua región bética”, destaca. En cuanto al pH de 7,5, muy superior al de los vinos finos que se elaboran hoy día, cree que se debe a “una degradación lógica que se relaciona con el bajo contenido de materia orgánica del vino que fue en su día”.

José Miguel Martínez Zapater, director del ICVV-CSIC, también cree que se trata de un trabajo muy relevante que aporta mucha información sobre cómo vivieron sociedades anteriores a las nuestras y cómo valoraban el vino. “El vino era una bebida casi para comunicarse con los dioses, estaba muy relacionado con la religión”, asegura. “Estaba destinada a determinados grupos sociales y lo que le daba valor es que solo se producía una vez al año, a diferencia de otras bebidas como la cerveza, que estaban más disponibles”.

Zapater y su equipo trabajan en la identificación de restos arqueológicos de la vid, a partir de semillas en yacimientos con los que tratan de identificar qué variedades se cultivaban, por lo que si apareciera alguna semilla en el fondo de esta urna, señala, sería especialmente interesante para ellos. “Me atrevería a afirmar que las variedades de uva no han cambiado tanto, pero no hay mucha información en el trabajo”, asegura. Lo que tiene claro es que el vino que se bebía hace 2.000 años era muy diferente del actual. “Sospecho que era un vino que se oxidaba rápidamente y tenía problemas de conservación; eso se sabe de muchos vinos de la antigüedad, es algo que ahora evitamos con la tecnología”.

¿A qué sabrá este vino después de 2.000 años? Ruiz Arrebola confiesa que él y su equipo han fantaseado alguna vez con la posibilidad de tomarse un chupito para celebrar el descubrimiento. “No creo que sea peligroso, pero me da un poco de asco, en particular porque estaba en contacto con los restos de un romano muerto”, bromea.

Para Juan Manuel Román, el arqueólogo que descubrió esta tumba romana llena de tesoros, el vino es una muestra más del poder de aquella familia, capaz de adquirir productos que viajaban desde las más lejanas partes del mundo. “Hasta Carmona llegaba el ámbar del Báltico, el pachulí de Pakistán, el vidrio de Alejandría y ahora sabemos que quizá hasta seda desde el lejano oriente”, resume. “El vino es un añadido más a este espectacular hallazgo que nos brinda información de primera sobre cómo se vivía (y se moría) en el mundo romano”.

24 de diciembre de 2010

España y los sefarditas: Aportes mutuos de palabras hebreas en la lengua española

Las aportaciones de los judíos a la cultura española son muchas y muy variadas, en diversos campos (poesía, filosofía, astronomía, matemática, cartografía, etc.). Sólo me referiré, sucintamente, a los hebraísmos incorporados en la Edad Media y que aún perduran en nuestro lenguaje cotidiano. Cabe señalar que existen más hebraísmos en el idioma de lo que la gente supone.

No es nuestro tema el de las palabras fenicias y hebreas que pasaron a través del griego y más tarde al latín desde épocas remotas. A modo de ejemplo Pedro González Blanco en “Contribución de los judíos españoles a la Cultura Universal”  nos informa de los siguientes términos: hisopo, bálsamo, ébano, ciprés, Líbano, mina, acacia, aloe, bedelio, caña, azucena, jaspe, zafiro, esmeralda, esmalte, camello, tórtola, cuervo, escorpión, saco, piña, serpiente, júbilo, calamidad, etc.
El Museo Sefardí de Toledo se creó en 1964.


Como señalamos, la intención de nuestro trabajo es hacer énfasis en los hebraísmos y voces afines que se incorporaron durante la Edad Media española.
El esquema semanal con el que nos manejamos rutinariamente tiene mucha más importancia en nuestras vidas que el calendario mensual. Si bien el esquema de la semana de siete días parece ser mesopotámico, ingresó a Europa por la vía de los hebreos. Uno de los días de la semana hasta mantiene su nombre hebreo. Se trata del sábado, incorporado del latín y éste de la palabra shabat (descanso). El esquema de un día de descanso semanal, hoy, es aceptado universalmente y proviene de la Biblia hebrea.
Con relación a esto, cito a David Gonzalo Maeso: “Respecto a la característica de los hebraísmos en la lengua española, podemos afirmar que los valores, sugerencias y evocaciones de la mayoría de los vocablos pertenecen al mundo espiritual, religioso y teológico o bien al literario, histórico e institucional a diferencia del vocabulario hispanoarábigo, de preponderante significación material, hasta el extremo que se ha dicho que no hay un solo término de este grupo, que pertenezca a la esfera del sentimiento”. De los muchos hebraísmos que han entrado en la lengua española, podríamos clasificarlos en cuatro grupos.

1) Palabras directas del hebreo incorporadas al lenguaje común y especialmente a la vida religiosa (aleluya, amén, cábala, caraíta, jebuseo, ladino, marrano, moabita, Edén, fariseo, maná, Pascuas, rabí, sábado, saduceo, sanedrín, taled, etc.)

2) Los antroponímicos hebreos bíblicos (nombres bíblicos para las personas) son numerosísimos. Además de los personajes bíblicos centrales por todos conocidos y los terminados en la partícula el -que significa Dios- como Samuel, Ismael, Gabriel, Rafael, Daniel, por nombrar algunos, indicaremos otros menos difundidos: Ana, Bartolomé, Benjamin, Bernabé, Manuel, María, Miguel, Susana, Tadeo, Tomás. A todos éstos hay que agregarles sus respectivos femeninos.

3) Existen muchas formas hebraicas incorporadas al español (al estilo de: “Rey de Reyes”, “Cantar de los Cantares”, etc.), donde el artículo antepuesto al adjetivo es una forma hebrea de construcción de frase: por ejemplo, decimos “la pequeña” al referirnos a varias hermanas. También es común hablar de un fallo “salomónico”, para dar idea de una sentencia justa, o el benjamín, al hablar del menor de los hermanos.

4) Existen palabras no hebraicas pero cuyas acepciones semánticas son tomadas del hebreo o de la Biblia. Entre ellas, destacamos ejemplos como pecado, bendecir, santo, justo, bienaventurado, bautismo, impío, hermano, terrenal, celestial, multiplicarse, Señor. Señalaos el “pan” en el sentido genérico de alimentos, etc. 
Al decir de David Gonzalo Maeso, estos vocablos que están en la esfera ideológica y del sentimiento, implican una penetración más honda en el alma de los pueblos, más que los nombres de los objetos materiales.

5) Señala González Blanco, en la obra citada que en “on” terminan los aumentativos hebreos, en “on” también los castellanos.
Baste con estos ejemplos para indicar la inmensa variedad del riquísimo aporte judío a la lengua española.

Nombres geográficos

Aunque no son muchos los nombres geográficos judíos asignados a calles, zonas, ciudades, debe tenerse en cuenta el tiempo transcurrido.
Montjuich en Barcelona y Gerona; cementerios llamados “jurismendi” en Victoria, etc. Los barrios aún llamados judéría como en Córdoba, etc. La ciudad de Villajuiga, decenas de nombres como Calle de la Sinagoga, Calle de la Judería o Carrer del Call, etc. 
Además de innumerables frases que recuerdan el paso de los judíos por el lugar: en “Baños judíos y tacaño-s”, en “Beja judío hasta las tejas”, en “Hervás judíos los más”.
Además existen casas cuya tradición se señala como la casa donde vivió Maimónides en Córdoba, Najmánides en Girona y Abraham Senior en Segovia.

30 de septiembre de 2016

Interesantes hallazgos en la torre del castillo de Priego (Córdoba)

Fragmentos de una armadura de placas bajomedieval y una punta de flecha incrustada en el mortero de la torre nos trasladan al contexto histórico del asedio y conquista de la ciudad por el rey Alfonso XI en 1341.
El pasado año también aparecieron numerosos objetos medievales y cerámica en los trabajos del castillo de Priego.
El control arqueológico que se realiza en las obras de restauración de la Torre del Homenaje del Castillo de Priego (Córdoba) sigue sorprendiendo a los arqueólogos con inesperados hallazgos como una treintena de piezas de hierro procedentes de una armadura de placas bajomedieval y una punta de flecha de los siglos XIII-XIV que se hallaba incrustada en la fachada noroeste de la torre y que podría estar relacionada con el asedio al que Alfonso XI sometió a la ciudad antes de conquistarla.

Según informa Rafael Carmona en la página de Facebook de Arqueopriego los trabajos de restauración de la torre "no sólo están permitiendo registrar una documentación valiosísima sobre diversas cuestiones relativas a esta magnífica obra medieval, sino que además está aportando hallazgos de cultura material medieval inesperados, bien por lo poco frecuente de la tipología del material hallado o bien por lo insólito del contexto en el que se han producido".

ARMADURA DE PLACAS DE HIERRO
El primero de los hallazgos, es lo que queda de una armadura de placas bajomedieval (siglos XIV-XV), de la que se han recuperado una treintena de piezas forjadas en hierro, y que originalmente iban fijadas con remaches a una pieza de cuero, además de articuladas entre ellas. Como explica Carmona, "este tipo de defensa corporal pasiva representa el tránsito entre la famosa cota de mallas (con anillas entrelazadas) y el arnés blanco típico del siglo XV, con placas metálicas de mayor tamaño." 
PUNTA DE FLECHA
El segundo descubrimiento del que nos da cuenta el arqueólogo cordobés en facebook es una punta de flecha que se hallaba incrustada en el mortero de la fachada NW de la torre, a una altura actual de unos diez metros (mayor en el medievo). Según Carmona "la tipología de la punta de flecha nos permite aproximarnos a su cronología, que podemos fechar en los siglos XIII y XIV, por lo que su presencia podría estar relacionada con el asedio y conquista cristiana de Priego de 1341 por Alfonso XI".

Según informa Carmona, los dos descubrimientos "son auténticas rarezas en el registro arqueológico medieval peninsular". "El primer caso -cuenta- porque lo frecuente es hallar alguna placa suelta, pero no tal cantidad ellas, lo que permitirá hacer una propuesta de reconstrucción". Respecto a la punta de flecha, el arqueólogo dice que "podemos estar ante el registro arqueológico de un gesto militar tan singular como el disparo de un arquero en un contexto plenamente medieval, quizás de batalla". 

El estudio pormenorizado de ambos hallazgos y de sus inferencias contextuales serán una significativa contribución a la arqueología de la guerra durante la Edad Media, concluye Rafael Carmona..

1 de octubre de 2024

Un equipo de la UPO descubre un triclinio acuático en Villa Adriana

Investigadores de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla han revela nuevos detalles sobre la villa imperial del emperador Adriano en Roma, entre ellos una sala de banquetes rodeada de agua.

Equipo de la UPO que ha participado en la campaña de excavación en Villa Adriana.

El equipo científico del Seminario de Arqueología de la Universidad Pablo de Olavide ha realizado un importante hallazgo en el marco de su última y reciente campaña de excavación en Villa Adriana, una de las construcciones más emblemáticas del emperador Adriano, ubicada a 28 km de Roma. El descubrimiento ha revelado la existencia de un triclinio acuático, una sala de banquetes rodeada de agua, en la que se aplicó una solución arquitectónica muy singular para su época.

Durante la campaña de excavación, llevada a cabo del 8 al 29 de septiembre, el equipo centró su trabajo en el pórtico central del Palazzo de Villa Adriana, área que fue la primera zona residencial del emperador. El triclinio está compuesto por una plataforma central que, en tres de sus lados, está bordeada por un estanque.

Las excavaciones han revelado que tanto el interior del estanque como el zócalo de las paredes estaban revestidos con mármol blanco, destacando el mármol de Carrara y otros procedentes de diferentes partes del Imperio. Este tipo de sala era habitual en la arquitectura romana, pero el diseño descubierto es especialmente singular y único en su época, que más tarde se reproduciría en otras construidas en distintos lugares del Impero Romano. Ejemplos similares de estos comedores rodeados de agua se pueden encontrar en la península ibérica, como en la Villa romana de Salar (Granada) y en la Casa dos Repuxos en Conimbriga (Coimbra, Portugal).

En campañas anteriores, los arqueólogos y arqueólogas de la UPO descubrieron otro triclinio acuático de distinto diseño en la misma zona del Palazzo, lo que convierte este lugar en un auténtico laboratorio arquitectónico donde se experimentó con el uso del agua en espacios de banquetes. Las dimensiones reducidas de las plataformas donde se celebraba el banquete sugieren que estos comedores eran íntimos, reservados para el emperador y dos comensales más, creando un espacio de reunión privada.

Rafael Hidalgo, profesor de la UPO y director del proyecto, destaca la importancia de este hallazgo: “La localización de dos triclinios acuáticos nos permite entender mejor las innovaciones arquitectónicas llevadas a cabo en Villa Adriana y el papel simbólico del agua en las estancias dedicadas al banquete”.

El proyecto arqueológico en Villa Adriana, desarrollado de forma ininterrumpida por la UPO desde 2003, es el primer proyecto de excavación español en esta villa. Solo otros dos equipos internacionales, de las universidades de Oxford y Columbia, están actualmente autorizados para excavar en este sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El proyecto de la UPO en Villa Adriana junto al proyecto institucional del CSIC en la ciudad romana de Tusculum, son los dos únicos proyectos de excavaciones arqueológicas españoles que actualmente se desarrollan en Italia.

La reciente campaña ha contado con la colaboración del Instituto Autónomo de Villa Adriana y Villa d’Este, dirigido por Andrea Bruciati, y ha sido financiada íntegramente por la Universidad Pablo de Olavide, con el apoyo de su Consejo Social, la Facultad de Humanidades y el Departamento de Geografía, Historia y Filosofía. En esta ocasión, el equipo de excavación está constituido por profesorado e investigadores e investigadoras de la UPO y estudiantes de la Facultad de Humanidades, así como por alumnos y alumnas de la Università degli Studi Roma Tre.

10 de junio de 2011

Los tesoros de la Marina española duermen tierra adentro

El Archivo Histórico de la Armada reside en el palacio del almirante Álvaro de Bazán, un bajel renacentista varado en el Viso del Marqués (Ciudad Real).


Los infinitos páramos de La Mancha albergan, aún hoy, tesoros por descubrir. En pleno corazón de España, en un paraje equidistante de los principales puertos y a medio camino entre el litoral y Madrid del que le separan 230 kilómetros, guarda la Marina española parte sustancial de su enjundiosa historia. Sobre una de las atalayas que forma el paisaje al pie de Sierra Morena, encima del caserío de Viso del Marqués, hoy con tres mil moradores, se yergue un soberbio edificio de vigorosos muros cuya noble hechura permite evocar el pasado grandioso de su dueño. Se trata del palacio de Álvaro de Bazán, primer marqués de Santa Cruz, Almirante de la Mar Océana. Sus victorias navales en la Berbería frente a los corsarios, en las Azores ante portugueses y franceses, contra ingleses en Gibraltar y en Lepanto sobre el turco, llenaron de gloria las armas y los buques de España bajo el reinado de Felipe II.
Don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz.

Tal vez por todo ello, su palacio, testimonio vivo de aquellas proezas, fue considerado como lugar idóneo para guardar, tierra adentro, el Archivo Histórico de la Marina española. Decenas de miles de documentos, cartas naúticas, portulanos, libros de bitácoras, hojas de servicios, despachos de buques y jugosas correspondencias, dan fe de tantas otras gestas y relatan la historia del poderío naval de España y de su imperio. El archivo se ve ampliado al universo de las ciencias experimentales, Matemáticas, Física, Astronomía, Trigonometría, Zoología y Botánica, entre otras disciplinas, de las que marinos ilustrados españoles, gracias a la práctica obtenida en sus singladuras y expediciones, fueron en los siglos XVIII y XIX avanzados pioneros.
El palacio permanece desde 1949 cedido a la Armada durante 90 años por sus propietarios, los marqueses de Santa Cruz, al precio simbólico de una peseta de entonces, eso sí, en papel moneda y más precisamente, la que lleva en su faz la efigie barbada y con gola del primer marqués, Señor de El Viso, nacido en Granada en 1526 y muerto en Lisboa en 1588.
No obstante, la Marina se propone evacuar el Archivo en fechas venideras, para alojarlo en un gran edificio de la localidad madrileña de Villanueva de la Cañada. El proyecto fue aprobado mediante un convenio suscrito el pasado mes de diciembre entre la alcaldía local y la Marina. Contará con una capacidad de 45 kilómetros, así se miden los archivos, frente a los 15 kilómetros de legajos que atesora el archivo manchego; permitirá alojar el contenido de otros seis archivos de la Armada dispersos por distintos emplazamientos de la península. El proyecto ha sido presupuestado en 18 millones de euros, según fuentes navales. Por su parte, fuentes cercanas a los titulares del palacio, muestran sorpresa ante tal iniciativa, de la que dicen no haber recibido detalles. Su perplejidad, aseguran, se acentúa habida cuenta del alcance de la cesión de tan magno recinto, que tan significativo escenario histórico brinda desde hace más de 60 años al Archivo Histórico de la Armada.
Monumento a Don Álvaro de Bazán en la Plaza de la Villa (Madrid).

Armas y letras
Don Álvaro, hijo de Ana de Guzmán, primogénita del Conde de Teba y de Álvaro de Bazán El Viejo, quien había mandado las galeras españolas que vigilaban el Estrecho de Gibraltar por orden del Emperador Carlos V, creció en la mar junto a su padre. Desde su mocedad aprendió las artes náuticas, complementadas por sus conocimientos del quehacer de la infantería, que aplicó con magistral desenvoltura ante poderosos adversarios y por la cual es considerado por los principales tratadistas el padre de la Infantería de Marina, arma de la que España fue pionera en un encarnizado desembarco norteafricano. Educado por el humanista Pedro González de Simancas, el joven marino recibió una esmerada cultura renacentista que, unida a su talento como estratego, así como a la bravura de su audacia táctica en los mares y en tierra firme o sus estancias en la Italia esplendente del siglo XVI, le convirtieron en una de las principales personalidades de la Europa de su tiempo y en el militar de más nombradía continental.
Su fama, sancionada por Felipe II con el título de marqués de Santa Cruz, se vio culminada por la victoria de España, asistida por Génova, Venecia y el Papa Pío V, en Lepanto, sobre aguas griegas -"la más grande ocasión que vieran los siglos", según Miguel de Cervantes Saavedra, egregio subordinado de Álvaro de Bazán como lo fueran asimismo Lope de Vega y Juan de Ercilla, entre otros grandes de las letras que blandieron asimismo las armas bajo su mando y que glosaron sus hazañas.
A las órdenes de Juan de Austria, hermano bastardo de Felipe II, gobernó Bazán en Lepanto la Escuadra de Reserva que resolvió el combate contra el otomano Mehmet I, el fanal de cuya nave capitana se traería el marqués a España como trofeo -junto con otros farolones semejantes- para situarlo, precisamente, sobre el dintel de la capilla de su futuro palacio. Otros de estos enormes candiles lucen en la escalera de la mansión madrileña de los marqueses de Santa Cruz, en la calle de san Bernardino.
Al lado de Álvaro de Bazán peleó también el insigne marino genovés Andrea Doria, con quien mantendría una estrecha amistad, tanta, que al declinar su vida, el primer marqués de Santa Cruz decidió erigir en el corazón de La Mancha un palacio semejante al de los Doria en Génova, pero no un palacio cualquiera sino sólo aquel que llegara a ser inolvidable testimonio en piedra, concepto y colorido del Renacimiento, en clave genovesa y sobre una mansión de anterior factura. Santa Cruz consiguió satisfacer su anhelo: la traza del palacio fue ideada en 1562, como consta en las contratas para edificar fachada y escaleras cuyas actas guarda el Archivo de Protocolos de Madrid, en la calle de Alberto Bosch. En 1564 comenzó la construcción que duraría hasta después de la muerte de Santa Cruz en 1588.
Palacio renacentista del Marqués de Santa Cruz en El Viso (Ciudad Real).
Cárcel, hospital y escuela
De planta cuadrada con 55 metros de lado, el edificio presenta un aspecto semejante al de una fortificación, como el enrejado de ancho nudo de las grandes ventanas de su planta baja anuncia. Según explica el conservador del recinto, subteniente condestable de la Armada Francisco Moreno, el hoy nuevamente palacio, fue con posterioridad hospital, cuartel bajo la ocupación francesa -etapa en la que sufrió expolio- más adelante prisión, escuela, granero, cuadra y sede de un destacamento de Regulares que, en la posguerra civil, combatió desde allí al maquis comunista que luchaba con las armas en la mano contra Franco, en las estribaciones de la cercana Sierra Morena. Al poco de concluir aquel penúltimo destino, sus dueños lo recobraron y lo cedieron a la Armada, que mantuvo permanentemente en el palacio a una veintena de marineros de reemplazo y una unidad de mando a cargo del archivo.
Hoy son cuatro las personas que laboran en el Archivo, dos facultativas, una auxiliar y una persona de mantenimiento. A su cargo se encuentran los 15 kilómetros de legajos, distribuidos en alargados estantes o en cámaras metalizadas sobre nueve salas en dos plantas, baja y principal, y una más grande bajo el suelo en sótano, que albergan documentos de extraordinaria valía histórica: así, el informe encargado por la Armada española sobre la explosión registrada el 15 de febrero de 1898 en el acorazado estadounidense Maine frente al apostadero de La Habana, desencadenante de la guerra hispano-norteamericana que puso fin al imperio hispano en América. Las fichas y hojas de servicios de toda la oficialidad y marinería desde 1784 en adelante permanecen almacenadas en seis salas de la planta baja del palacio, así como un ala entera del amplio sótano que subyace al generoso patio columnado y central del palacio.
Llama la atención otro de los documentos atesorados, con fecha de 1884, que incluye un asunto aún hoy de especial actualidad: Apuntes sobre el ozono e importancia de su estudio... lleva por título, que indica la posición avanzada de la Ciencia española de entonces gracias a los estudios realizados desde el mar por marinos con vocación científica. Conmueven igualmente las relaciones e inventarios de inmigrantes acopiadas por el Archivo y que aún hoy, según explica la archivera Silvia López Wehrli, "son consultadas por familiares y descendientes suyos, señaladamente hispanoamericanos, para obtener pruebas de acreditación de acceso a la doble nacionalidad". Abundan los despachos de buques y singladuras de las Comandancias de Vigo y A Coruña, así como las hojas de servicios, que dejaron de archivarse entre fechas posteriores al 18 de julio de 1936 y abril de 1939. La del entonces capitán de fragata Luis Carrero Blanco, mano derecha del dictador Francisco Franco, que sería presidente del Gobierno hasta su asesinato por ETA en 1973, da cuenta de una petición suya realizada en 1929 para gozar del título de profesor, mientras estaba destinado en el submarino B-2 con base en Cartagena. Posee el archivo una sala de investigadores con 6 puestos de consulta que el pasado año 2010 acogieron hasta 248 sesiones de trabajo. La dirección informática del archivo es archivoalvarodebazan@fn.mde.es
Escudo de Armas en el palacio de El Viso.

Emporio renacentista
Los muros del palacio de los Bazán son robustos, de piedra, ladrillo y un mampuesto rojizo cuya cálida tonalidad recuerda a la piedra dorada salmantina de Montemayor. Al alzar la vista hacia sus cubiertas de tejas anaranjadas, un piso y dos entreplantas más arriba, la mirada permite intuir que fueron en su día rematadas por cuatro torreones. Existieron y hoy han desaparecido, tras los devastadores efectos que sobre el palacio y su excelsa ornamentación causó el terremoto de Lisboa, acaecido al sur de Portugal, con epicentro en el cabo de San Vicente y que en 1755 hizo venirse abajo una parte importante del palacio, consecutivamente reconstruido. Una pilastra de panza combada muestra en el patio los efectos del seísmo sobre su tronco.
Columnado con dos fustes de estilo toscano en basas de caliza apeadas junto a dos cañones, un portalón con casetones de madera y llamadores de hierro se abre a la entrada del visitante, bajo un arco de medio punto tallado en piedra. La altura de la bóveda del zaguán sorprende al recién llegado, cuya mirada se posa sobre los frescos que profusamente decoran su cóncava oquedad. Fue Giovanni Battista Castello, más conocido como El Bergamasco, su principal tracista, que se recreó en la escalera y en el patio claustrado con un exquisito dominio de las proporciones. El concepto mismo de la villa romana, su mejor canon, se percibe en todas ellas. No en vano, Castello fue discípulo en Roma de Miguel Angel Buonarroti. Con El Bergamasco trabajaron el arquitecto y escultor Giovanni Battista Olamosquin, asistido por los maestros de obras Domenico y Alberto, ambos genoveses. Pintores fueron los hermanos Gian Battista y Francesco Péroli, así como el sobrino de ambos, Esteban, además del espléndido fresquista César Arbasia junto con Fabrizio Castello y Nicola Granello, hijo e hijastro del tracista, también de nación genovesa. Entre todos cubrieron con sus vivaces pinturas hasta 8.000 metros cuadrados de bóvedas, el conjunto pictórico hecho con esta técnica y sobre motivos mitológicos más amplio de España y uno de los más importantes de Europa.
Ellos tachonaron también las cúpulas palaciegas con innúmeros grutescos, adornos de estilizados diseños y vivo colorido, que juegan trenzadas simetrías repletas de caprichos, así como escenas sacras, de linajes y combates, con mapas y vistas aéreas, también pintadas al fresco sobre los paramentos bajo las arcadas, de las principales ciudades y enclaves donde las armas de Bazán triunfaron sobre sus adversarios o fueron testigos de su predominio: Navarino, Argel, Ceuta, Nápoles y Génova, en la planta baja, se completan con Túnez, Mesina, Tetuán, Venecia y Milán, en la planta superior, como se muestra sobre los espléndidos dinteles de las puertas que dan al patio central, jalonado por columnas y pilastras dóricas de asientos áticos. Se yerguen en la planta inferior sobre un suelo de mosaico, con linternas de aljibes, que imita los de las grandes villas romanas. Su aroma clasicista impregna todas las estancias y genera en el visitante emoción y respeto.
Excelsa simetría
Las cuatro tríadas dobles de arcos apuntados del patio, en cuyos vanos se sitúan puertas de dinteles barrocos -el palacio fue incesantemente modernizado a partir de 1610- muestran la serena oquedad de una escalera de tempo maestoso donde dos estatuas se enseñorean del espacio ascendente bajo solemnes crujías mientras las esculturas representan al marqués y a su padre, efigiados a la romana al modo de Marte y Neptuno, respectivamente. La segunda planta alberga la Sala de Honor, ésta con dos espléndidas chimeneas en mármol negro y pizarra con mensulones de titanes, más una balandra y un bergantín; le siguen salas de David, Argos, Dédalo y Faetón; un salón de Linajes; las saletas del Olimpo, Diana, Apolo, Tobías y Danae, así como la cámara de don Álvaro, en la esquina del edificio, donde se dice que pernoctaba Franco en sus cacerías por el coto de la Sierra de Mudela; las habitaciones privadas de los marqueses se sitúan en el ala opuesta.
Todas las bóvedas de las estancias de la planta superior planta se ven decoradas profusamente con motivos mitológicos. Tras un tapiz del muro de la capilla, oratorio donde reposan los restos del primer marqués y su cercana parentela, se aprecia un grafito escrito por un soldado francés durante la devastadora ocupación de 1808 y en otra cercana estancia, una historiada letra capitular B, de retorcidos rabos, atribuye su autoría a lord Byron. Lope de Vega elogió al dueño y su palacio que, siglos después, provocaría la admiración, también por escrito, de Gregorio Marañón y otros ilustres visitantes.
El alineamiento de los salones a través de las puertas permite calibrar su excelente simetría y genera un devaneo óptico dimensional, tan caro a los arquitectos del Renacimiento. Un sinfín de alegorías a la Navegación, la Fama, el Poder, la Paz y la Victoria pueblan los nobles techados cuyo turbión y riqueza de relatos allí pintados, por su profusión, parece escapar a la posibilidad de interpretarlos cabalmente: Júpiter, Proserpina, Hércules, Sabinas, Orfeos y Apolos, en colosal cortejo, rinden testimonio en cada rincón del palacio a la celebridad de Álvaro de Bazán, de quien los historiadores aseguran que jamás conoció derrota militar alguna ni en los mares ni en tierra firme. Más de medio centenar de batallas ganadas, decenas de ataques, ofensivas, levantamientos de cercos y asedios sin cuento, además de dos mil cristianos rescatados al turco y 26.000 adversarios prisioneros, atestiguan su fama de almirante invicto. Empero, cuando en 1588 ultimaba el marqués en Lisboa los preparativos de la flota lista para combatir a Inglaterra, fue relevado del mando y al poco murió, quizá de pena, como ha sugerido alguno de sus biógrafos.
Un jardín con setos de aligustre, decorado hace treinta años con cerámica historicista, muestra emparedadas las estatuas orantes de don Alonso de Bazán, hermano de don Álvaro, y de su esposa María de Guzmán, en mármol gris veteado. A lo largo de toda la ubérrima mansión prolifera el escudo ajerezado de los Bazán, oriundos del valle navarro de semejante nombre. La leyenda cuenta que Sancho Abarca III de Navarra, preso de un rey francés, fue rescatado por el fundador del linaje tras vencer en el tablero jaquelado a su regio captor. La escena figura en la bóveda del salón de Linaje, cuyas esquinas superiores muestran la orgullosa heráldica blanquinegra. Cinco siglos después de su construcción, el palacio de Viso del Marqués, tan alhajado y soberbio bajel, contempla en silencio desde la entraña de La Mancha la dulce singladura del discurrir de los días.

24 de abril de 2017

El 80% de los yacimientos arqueológicos de Almería están en riesgo

La provincia suma 1.200 vestigios inventariados bajo suelo, un maná turístico que no se aprovecha y que queda a merced de los expoliadores
El antiguo poblado romano de Baria, en Villaricos, fue salvado in extremis de ser destruido, pero tras excavarse permanece sin ser puesto en valor. FOTO: LA VOZ
Almería -además del turismo de sol y playa y los invernaderos- tiene un cuarto negocio amortajado desde siglos sin optimizar: 1.200 yacimientos arqueológicos inventariados, la amplia mayoría sin aprovechamiento cultural o turístico y sin sacar de ellos rédito económico alguno.

Según la revista de la Sociedad Española de Historia de la Arqueología, Almería estaría en el Top Ten de provincias españolas en cuanto a vestigios enterrados, tras Valencia, Barcelona, Málaga Granada, Cádiz, Santander, Sevilla y Alicante.

MUSEO A CIELO ABIERTO
Nadie ha calculado todavía, por la dificultad técnica que entraña, lo que reportaría al PIB provincial poner en valor solo una cuarta parte de esas reliquias de nuestro pretérito, excavadas y sin excavar, que duermen de forma estéril en el subsuelo almeriense y así poder convertir esta provincia en un gran Parque Arqueológico comunicado, una aspiración entroncada con lo que el belga Siret acuñó hace ya un siglo como ‘Almería, un museo a cielo abierto´.

Una de las aproximaciones más ambiciosas en los últimos años del estudio de la rica prehistoria e historia almeriense enterrada o semienterrada fue el informe elaborado hace ahora veinte años por el arqueólogo veratense Domingo Ortiz por encargo del Instituto de Estudios Almerienses que dirigía entonces Rafael Lázaro.

RIESGO DE EXPOLIO
Ortiz daba a conocer en 1997 que el 80% de los yacimientos arqueológicos almerienses estaban en “lamentable estado de conservación”, lo que provocaba la existencia de redes clandestinas de expolio y un mercado negro de antigüedades. Hoy ese informe veinteañero sigue teniendo vigencia, agravado aún más por la explosión urbanística, la falta de medios de vigilancia y los interminables expediente de incoación de la figura de Bien de Interés Cultural (BIC).

Dos décadas después, Domingo Ortiz habla en los mismos términos, “nuestros yacimientos siguen en igual o peor estado que cuando hice el informe, con escasas medidas cautelares y con graves amenazas, algunos han sido expoliados y destruidos parcial o totalmente”.

Par hacer ese estudio, el autor analizó 40 yacimientos, de los que la amplia mayoría siguen sin estar puestos en valor. Solo se salvan en este tiempo algunos como los restos de pinturas rupestres de la Cueva de los Letreros de Vélez Blanco, Los Millares, entre Gádor y Santa Fe, o Fuente Alamo, en Cuevas del Almanzora.

De similar forma se manifiesta la Asociación de Amigos de la Alcazaba y la Asociación Athenáa, que han venido luchando por la conservación y puesta en valor de estos vestigios.

En este tiempo, han sido afectados en mayor o menor medida yacimientos como Cerro Montecristo (Adra), Huéchar (Alhama), Fuente Bermeja, La Pernera y La Gerundia (Antas), Almizaraque, Campos y El Oficio (Cuevas), El Cerrón (Dalías), Ciavieja (El Ejido), Turaniana (Roquetas), Bayyana (Pechina) o Cueva de los Murciélagos (Lubrín), entre muchos otros.

24 de julio de 2015

Aparecen numerosos objetos medievales durante la recuperación del aljibe del castillo de Priego (Córdoba)

El aljibe está construido en mamposteria y ladrillo con más de 60 m2 de planta y casi seis metros de altura. En los estratos inferiores de colmatación han aparecido monedas desde la época de Enrique IV a Felipe IV, restos de cerámica vidriada, restos humanos y ajuares funerarios y un escudo en mármol rojo de los Fernández de Córdoba (Marquesado de Priego), entre otros objetos. 
El aljibe una vez terminados los trabajos.
Los trabajos se han prolongado durante seis meses y se han financiado con fondos gestionados por la Junta de Andalucía a través del programa Emplea Joven. La intervención ha sido dirigida por el Servicio Municipal de Arqueología (Museo Histórico Municipal).

En 1997 el aljibe calatravo del castillo de Priego solo era conocido por una referencia realizada en un plano de 1870 conservado en el Archivo Ducal de Medinaceli, donde se coloca una equis en un punto aproximado donde se creía la existencia de un aljibe y un pozo, “pero no reconocido esto con exactitud”. Gracias a este documento, en la campaña arqueológica de 1998 pudo localizarse la estructura hidráulica, exhumando entonces una de las esquinas exteriores del aljibe, al que se consigue acceder gracias a una rotura en su bóveda. 

INTERIOR TOTALMENTE COLMATADO
El interior se mostraba totalmente colmatado de tierras, basura y escombros contemporáneos que llegaban a techo, es decir, que llenaban el interior hasta la bóveda. Aunque estos depósitos no tenían interés arqueológico, era presumible que en los estratos inferiores pudieran documentarse sedimentos más antiguos, aunque teniendo presente que durante la Edad Media habría funcionado siempre como aljibe y que todos los rellenos de su interior deberían haberse arrojado a partir de un momento postmedieval. 

DIMENSIONES ESPECTACULARES
El aljibe es espectacular por sus dimensiones y buen estado de conservación. Presenta una planta rectangular cubierta con bóveda de cañón. Las medidas interiores finales arrojan una longitud media de 10,69 m y un ancho de 5,82 m (62,21 m2), mientras que la profundidad o altura total interior alcanza los 5,70-5,80 m. La obra está construida con mampostería (vaso y arranque de la bóveda) y ladrillo (parte superior de la rosca de la bóveda) y las dos terceras partes de su alzado estaban soterradas. 

Se ha localizado, así mismo, uno de los puntos de entrada de agua, que recogía el aporte de lluvia de la plataforma superior exterior del aljibe y, quizás, de otros edificios próximos. También se ha identificado el lugar donde se ubicó el pozo medieval, no conservado, para la extracción de la aguada y dos sumideros para la evacuación del excedente.

DEPÓSITO DE AGUA EN LA EDAD MEDIA
El aljibe fue construido en un momento indeterminado entre 1246, año en que Fernando III otorga Priego a la Orden de Calatrava como señorío, y 1327, cuando la plaza se pierde para el lado cristiano y pasa a integrarse en el reino nazarí de Granada. Su uso como depósito de agua se mantuvo durante toda la Edad Media restante, o al menos no hay constancia documental o arqueológica de que fuera de otro modo. 
Escudo de los Fernández de Córdoba (Marquesado
 de Priego) recuperado del interior del aljibe.

Sin embargo, tras la caída de Granada en 1492 y la creación del Marquesado de Priego en 1501, la puesta en explotación agrícola de un territorio definitivamente pacificado y sin cultivar desde hacía más de un siglo, obligaba a la búsqueda de espacios que solucionaran la necesidad de almacenamiento de excedentes y rentas, entre las que el cereal tenía un valor predominante. Por ello el aljibe cambió de función y se adaptó para ser usado como granero, misión que cumplió durante los siglos XVI y XVII. Por último, entre finales del siglo XVII y principios del siguiente, el aljibe se convierte en una escombrera, uso que mantendrá, con alguna intermitencia, hasta el siglo XX, al que se le sumará el de pozo de aguas residuales.

INTERESANTES HALLAZGOS MEDIEVALES
Entre los fragmentos de cerámica recuperados destacan por su representatividad aquellos vidriados en azul y blanco destinados al servicio de mesa y que fueron manufacturados en talleres de Talavera de la Reina (Toledo), Granada o Sevilla. También se han localizado numerosos restos óseos humanos fragmentados y sin conexión anatómica acompañados por una miscelánea de objetos que podemos entender como propios de un ajuar o contexto funerarios: alfileres para cerrar las mortajas, fragmentos de tela, botones, talismanes (mano de azabache, colgante de nácar, campanillas de bronce…), pequeños clavos con cabeza plana de aleación de cobre para decorar ataúdes, restos de joyas, apliques de hilos fitomorfos metálicos, cuentas de collar, cuentas de rosario o fragmentos de lápidas funerarias en piedra y en cerámica vidriada.

Durante el desescombro también se han recuperado monedas de entre finales del siglo XV y mediados del siglo XVII o, concretando por reinados, con acuñaciones de Enrique IV, Reyes Católicos, Felipe II y Felipe III/IV. 


Asímismo se han recuperado 20 bolaños de catapulta medieval de contrapeso (trabuco) y uno de artillería de pólvora. También varios fragmentos de armadura de placas y dos cércoles o anillos de cañón de hierro.  Uno de los hallazgos individualizados más destacados del Periodo I es un monolito (47 cm x 31 cm conservados) con un triple escudo heráldico barroco tallado en “mármol” rojo con las armas de los apellidos Fernández de Córdoba.
(Fuente: Priego Digital / Rafael Carmona Ávila -Arqueólogo Municipal-)

18 de octubre de 2017

Las catas del anfiteatro romano de Porcuna desbordan todas las expectativas

El Ayuntamiento de Porcuna (Jaén) impulsará la restauración y puesta en valor del anfiteatro de la antigua ciudad de Obulco una vez que las catas arqueológicas para determinar su estado "han desbordado todas las expectativas". Para ello, dada la envergadura del proyecto, pedirá implicación a las diferentes administraciones. Se ha descubierto un tramo de fachada de más de 50 metros con seis metros de alzado de muros en algunos puntos.
Los resultados del trabajo suscitan la ilusión de los vecinos. FOTO: EUROPA PRESS / AYUNTAMIENTO DE PORCUNA
El Ayuntamiento de Porcuna (Jaén) impulsará la restauración y puesta en valor del anfiteatro de la antigua ciudad de Obulco una vez que las catas arqueológicas para determinar su estado "han desbordado todas las expectativas". Para ello, dada la envergadura del proyecto, pedirá implicación a las diferentes administraciones.

"Sabemos que es un proyecto a largo plazo, pero no podemos dejar de luchar para sacar a la luz esta maravilla", ha explicado este martes a Europa Press el alcalde de la localidad, Miguel Moreno, quien ha expresado la satisfacción del Consistorio y la ilusión suscitada entre la población ante estos "magníficos resultados".

Y es que, a pocos días del final de la excavación municipal que comenzó a principios de verano, se ha podido constatar la relevancia de este anfiteatro del siglo primero antes de Cristo, que los expertos sitúan entre "los más importantes de España" con una capacidad para más de 10.000 espectadores, y, sobre todo, su "buen estado de conservación" que abre "amplias expectativas" para el municipio y su patrimonio.

  • El regidor porcunense ha destacado que las estructuras exhumadas en estas catas arqueológicas dirigidas por Rafael Saco "son portentosas" y se ha descubierto un tramo de fachada de más de 50 metros y con seis metros de alzado de los muros en algunos puntos.
En este sentido, los miembros de Arqvipo (Grupo de Arqueólogos e Investigadores de la Historia de Porcuna), que llevan dedicados dos décadas al estudio del patrimonio de la campiña y que acometen técnicamente estos trabajos y otros junto al Ayuntamiento y al renovado programa del Museo Arqueológico Municipal de Obulco, han aseverado que "los resultados han asombrado a propios y extraños, confirmando su máxima de que la arqueología de Porcuna nunca defrauda".

"Ya estamos trabajando en el inmediato proyecto de consolidación y conservación de las enormes estructuras excavadas. Se están planificando las siguientes intervenciones arqueológicas y de restauración en el edificio para los próximos años", ha apuntado Moreno, quien ha anunciado que el Consistorio va a solicitar de las distintas administraciones "apoyo económico para continuar con tan gran empresa".

Al respecto, ha recordado que el Ayuntamiento está haciendo "un esfuerzo ímprobo", afrontando hasta ahora los costes de estos proyectos con sus propios recursos. Ello "supone una importante inversión en tiempos de crisis" para un municipio como Porcuna para impulsar unos trabajos en los que, además, se refleja la "preocupación laboral priorizando el empleo de mano de obra social".

GIGANTE DORMIDO
"Porcuna no escatimará esfuerzos para recuperar y devolver a su esplendor monumental al gigante dormido del anfiteatro de la antigua Obulco. Sin duda, será ejemplo singular de su grandeza, como una de las capitales históricas de Occidente", ha asegurado no sin señalar que otra muestra de ese esplendor son también las esculturas túrdulas del Cerrillo Blanco, "reclamadas también por nuestro municipio, herencia y derecho irrenunciable" de sus gentes.

Según ha precisado, por las lógicas razones del desarrollo de los trabajos y sus medidas de seguridad, la excavación en el anfiteatro no ha estado abierta al público, aunque el Consistorio ha organizado más de una decena de visitas en la que los miembros del equipo de excavación han informado sobre los restos del monumento y su repercusión patrimonial.

"La han visitado más de 800 personas en poco más de tres meses. Ante la gran demanda de personas interesadas estamos preparando un amplio programa de visitas, de tal manera que nadie que quiera se quede sin conocer de primera mano este espacio monumental", ha resaltado.

El regidor ha subrayado, por otro lado, que el pueblo "está sorprendido e ilusionado" con estas intervenciones y se está "abriendo entre todos un tiempo nuevo para el patrimonio", en el que ha dicho esperar que "la restauración, el legado y el disfrute público alejarán tiempos oscuros cuando la destrucción era la tónica dominante".

APUESTA
Al respecto, ha añadido que se están generando nuevos recursos, punto en el que ha aludido al auge que se observa en las actividades turísticas a partir de su coordinación con una concejalía específica y la apertura permanente de la Oficina Municipal de Turismo.

Esta labor se enmarca en la apuesta singular que el Ayuntamiento de Porcuna está impulsando en este mandato por "encauzar y desarrollar múltiples proyectos en el ámbito del patrimonio cultural, tan trascendental y extenso en esta histórica ciudad de la Campiña, que cuenta con importantes vestigios desde la prehistoria". Así, en estos últimos años se han acometido restauraciones de edificios y de pinturas o excavaciones, entre las que la de este gran edificio de espectáculos romano es la más reciente.