google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: aljibe medieval
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29 de mayo de 2017

Los arqueólogos certifican la grandeza hidráulica del castillo de Capilla (Badajoz)

Las excavaciones arqueológicas realizadas en el aljibe, con una capacidad de almacenamiento de 200.000 litros, arrojan nuevos datos sobre su origen andalusí y la calidad de su sistema hidráulico
Vista aérea del patio inferior del Castillo de Capilla. FOTO: EL PERIÓDICO DE EXTREMADURA
La excavación arqueológica del aljibe del Castillo de Capilla (Badajoz) ha finalizado esta pasada semana, unos trabajos que se iniciaron a principios del pasado mes de marzo y en los que el equipo de operarios que dirige el arqueólogo Diego Sanabria se ha centrado en la realización de dos sondeos de valoración en el entorno del aljibe para conocer más datos sobre la construcción de esta estructura y, principalmente, en la excavación del interior del mismo.

Los trabajos se enmarcan dentro de las tareas de consolidación de las estructuras arqueológicas y adecuación para visita del público de los interiores de la fortaleza medieval, cuyo coste asume íntegramente el Ayuntamiento de Capilla, con una dotación presupuestaria de 50.000 euros, que ha permitido contratar a varias personas del propio municipio para trabajar en las obras.

El aljibe se halla bajo el suelo del patio inferior del castillo, y recogía agua de lluvia para su almacenamiento. Se trata de un depósito, de más de 10 metros de longitud, 3,5 de anchura y más de 6 de profundidad, con planta rectangular y dos potentes arcos de descarga en los que se apoyan tres bóvedas de buena factura.

La capacidad de almacenamiento ronda los 200.000 litros, y el estado de conservación es "excelente", por lo que en su tiempo debió ser una "espectacular infraestructura hidráulica". Asimismo, cuenta con una "magnífica" escalera de acceso desde el exterior hasta el propio pavimento del depósito, y todo en la estructura se hizo siguiendo "un cuidado y minucioso sistema de construcción hidráulico".

ORIGEN ANDALUSÍ
En cuanto a su origen, la estratigrafía apunta a un origen andalusí, y en todo caso debió ser el elemento más importante del castillo. En su interior, y especialmente en la capa de fango que se ha encontrado en el fondo, se han llevado a cabo minuciosas labores de lavado y revisado con un sistema de cribas diseñadas especialmente para tal fin, lo que ha permitido hallar una gran cantidad de material arqueológico.


Destaca un buen número de cerámicas del siglo XV, monedas, restos de armamento, un nutrido conjunto de objetos cotidianos y gran cantidad de semillas y huesos de frutos, materiales que en este momento se encuentran en estudio y que desvelarán nuevos datos de la vida cotidiana en el castillo de Capilla.

La alcaldesa de Capilla, Alfonsa Calderón, ha destacado la importancia de los trabajos que se están llevando a cabo, que no tienen otro objetivo que recuperar el patrimonio cultural del municipio. Una apuesta que el actual gobierno local está haciendo para mejorar los recursos turísticos de Capilla, para que pueda ser un sector de creación de empleo y bienestar para la localidad.

En este sentido, el año pasado el propio Ayuntamiento sufragó los gastos de la excavación arqueológica que pusieron al descubierto toda la planta interior del castillo, y que también permitieron la contratación de vecinos del municipio para participar en esos trabajos.

Las tareas de consolidación de la estructura del edificio medieval, continuarán previsiblemente hasta finales de julio y concluirán con la apertura del castillo al público para que todos puedan conocer la rica historia y patrimonio de Capilla.

28 de septiembre de 2015

Los arqueólogos hallan el aljibe que abastecía de agua al Castillo de Gauzón (Asturias)

Con apariencia de pozo casi circular, algo más de dos metros de profundidad y uno de anchura, sus paredes están perfectamente forradas de piedra y mortero de cal y en su parte inferior se conservan retazos de lo que, según explican García y Muñiz, «fue un tipo de revestimiento de mortero que garantizaba su impermeabilidad».
Iván Muñiz y Alejandro García, tercero y cuarto por la derecha, muestran el aljibe. / FOTO: MARIETA
El equipo arqueológico que desde hace nueve años desentierra los secretos que esconde el castillo de Gauzón, en lo alto del Peñón de Raíces, ha recuperado un aljibe que según sus directores, Alejandro García e Iván Muñiz, abastecía de agua a la guarnición y a sus moradores, entre los que se encontraban los condes y reyes que en la Alta Edad Media residieron en distintos momentos en la fortaleza, el lugar en el que se forjó la Cruz de la Victoria. Sus orígenes se remontan a finales del siglo V, antes de la Batalla de Covadonga, en el 722, fecha en la que hasta ahora se han situado los orígenes del reino astur.

El hallazgo del aljibe es el más importante conocido hasta ahora de los realizados a lo largo de la novena temporada de excavaciones, ya en su recta final. Con apariencia de pozo casi circular, algo más de dos metros de profundidad y uno de anchura, sus paredes están perfectamente forradas de piedra y mortero de cal y en su parte inferior se conservan retazos de lo que, según explican García y Muñiz, «fue un tipo de revestimiento de mortero que garantizaba su impermeabilidad».

SELLADO CON LOSETAS CERÁMICAS
En el fondo de este aljibe «sus constructores se enfrentaron al problema que suscitaba el tipo de arcillas del Peñón de Raíces, rojizas y muy plásticas, que podían provocar el enfangado del agua. Por ello, en un alarde de técnica constructiva, sellaron estas arcillas mediante una capa de losetas cerámicas recubiertas de mortero muy resistente que se ha conservado a la perfección», añaden los directores del equipo de arqueólogos.

Los primeros datos revelan que su objeto era acopiar agua de lluvia y la que la propia guarnición transportase desde manantiales cercanos o desde el propio río Raíces, situado a los pies de la fortaleza. La presencia de espacios de almacenamiento de agua «es habitual en las fortificaciones de la época, pues la guarnición debía disponer de los recursos necesarios no sólo para el suministro diario, sino para contingencias como los asedios, que podían cortar toda posibilidad de comunicación con el exterior». En el caso de Gauzón, la existencia de un solo punto de acceso a la plataforma superior en la que se concentran las grandes estructuras militares del castillo «facilitaba el aislamiento de los soldados en caso de ataque».

GESTIÓN PLANIFICADA DEL AGUA
Muñiz y García destacan que a diferencia de otros aljibes de la época, «que se limitan a aprovechar oquedades practicadas en la roca o en la arcilla natural si resultan suficientemente impermeable», el del castillo de Gauzón «evidencia una obra más cuidada y refinada, en consonancia con el nivel de las construcciones militares y residenciales que han ido apareciendo». En esta dirección aluden «al baño de las habitaciones reales y a diversos materiales cerámicos en estudio que hablan de la importancia que la gestión planificada del agua tuvo en esta gran fortaleza real».

El hallazgo del aljibe «supone un paso más hacia el conocimiento de una Edad Media que encuentra en este sorprendente yacimiento una imagen perfecta y un recurso patrimonial de enorme proyección», concluyen Iván Muñiz y Alejandro García.

(Fuente: El Comercio / J.F. Galán)

24 de julio de 2015

Aparecen numerosos objetos medievales durante la recuperación del aljibe del castillo de Priego (Córdoba)

El aljibe está construido en mamposteria y ladrillo con más de 60 m2 de planta y casi seis metros de altura. En los estratos inferiores de colmatación han aparecido monedas desde la época de Enrique IV a Felipe IV, restos de cerámica vidriada, restos humanos y ajuares funerarios y un escudo en mármol rojo de los Fernández de Córdoba (Marquesado de Priego), entre otros objetos. 
El aljibe una vez terminados los trabajos.
Los trabajos se han prolongado durante seis meses y se han financiado con fondos gestionados por la Junta de Andalucía a través del programa Emplea Joven. La intervención ha sido dirigida por el Servicio Municipal de Arqueología (Museo Histórico Municipal).

En 1997 el aljibe calatravo del castillo de Priego solo era conocido por una referencia realizada en un plano de 1870 conservado en el Archivo Ducal de Medinaceli, donde se coloca una equis en un punto aproximado donde se creía la existencia de un aljibe y un pozo, “pero no reconocido esto con exactitud”. Gracias a este documento, en la campaña arqueológica de 1998 pudo localizarse la estructura hidráulica, exhumando entonces una de las esquinas exteriores del aljibe, al que se consigue acceder gracias a una rotura en su bóveda. 

INTERIOR TOTALMENTE COLMATADO
El interior se mostraba totalmente colmatado de tierras, basura y escombros contemporáneos que llegaban a techo, es decir, que llenaban el interior hasta la bóveda. Aunque estos depósitos no tenían interés arqueológico, era presumible que en los estratos inferiores pudieran documentarse sedimentos más antiguos, aunque teniendo presente que durante la Edad Media habría funcionado siempre como aljibe y que todos los rellenos de su interior deberían haberse arrojado a partir de un momento postmedieval. 

DIMENSIONES ESPECTACULARES
El aljibe es espectacular por sus dimensiones y buen estado de conservación. Presenta una planta rectangular cubierta con bóveda de cañón. Las medidas interiores finales arrojan una longitud media de 10,69 m y un ancho de 5,82 m (62,21 m2), mientras que la profundidad o altura total interior alcanza los 5,70-5,80 m. La obra está construida con mampostería (vaso y arranque de la bóveda) y ladrillo (parte superior de la rosca de la bóveda) y las dos terceras partes de su alzado estaban soterradas. 

Se ha localizado, así mismo, uno de los puntos de entrada de agua, que recogía el aporte de lluvia de la plataforma superior exterior del aljibe y, quizás, de otros edificios próximos. También se ha identificado el lugar donde se ubicó el pozo medieval, no conservado, para la extracción de la aguada y dos sumideros para la evacuación del excedente.

DEPÓSITO DE AGUA EN LA EDAD MEDIA
El aljibe fue construido en un momento indeterminado entre 1246, año en que Fernando III otorga Priego a la Orden de Calatrava como señorío, y 1327, cuando la plaza se pierde para el lado cristiano y pasa a integrarse en el reino nazarí de Granada. Su uso como depósito de agua se mantuvo durante toda la Edad Media restante, o al menos no hay constancia documental o arqueológica de que fuera de otro modo. 
Escudo de los Fernández de Córdoba (Marquesado
 de Priego) recuperado del interior del aljibe.

Sin embargo, tras la caída de Granada en 1492 y la creación del Marquesado de Priego en 1501, la puesta en explotación agrícola de un territorio definitivamente pacificado y sin cultivar desde hacía más de un siglo, obligaba a la búsqueda de espacios que solucionaran la necesidad de almacenamiento de excedentes y rentas, entre las que el cereal tenía un valor predominante. Por ello el aljibe cambió de función y se adaptó para ser usado como granero, misión que cumplió durante los siglos XVI y XVII. Por último, entre finales del siglo XVII y principios del siguiente, el aljibe se convierte en una escombrera, uso que mantendrá, con alguna intermitencia, hasta el siglo XX, al que se le sumará el de pozo de aguas residuales.

INTERESANTES HALLAZGOS MEDIEVALES
Entre los fragmentos de cerámica recuperados destacan por su representatividad aquellos vidriados en azul y blanco destinados al servicio de mesa y que fueron manufacturados en talleres de Talavera de la Reina (Toledo), Granada o Sevilla. También se han localizado numerosos restos óseos humanos fragmentados y sin conexión anatómica acompañados por una miscelánea de objetos que podemos entender como propios de un ajuar o contexto funerarios: alfileres para cerrar las mortajas, fragmentos de tela, botones, talismanes (mano de azabache, colgante de nácar, campanillas de bronce…), pequeños clavos con cabeza plana de aleación de cobre para decorar ataúdes, restos de joyas, apliques de hilos fitomorfos metálicos, cuentas de collar, cuentas de rosario o fragmentos de lápidas funerarias en piedra y en cerámica vidriada.

Durante el desescombro también se han recuperado monedas de entre finales del siglo XV y mediados del siglo XVII o, concretando por reinados, con acuñaciones de Enrique IV, Reyes Católicos, Felipe II y Felipe III/IV. 


Asímismo se han recuperado 20 bolaños de catapulta medieval de contrapeso (trabuco) y uno de artillería de pólvora. También varios fragmentos de armadura de placas y dos cércoles o anillos de cañón de hierro.  Uno de los hallazgos individualizados más destacados del Periodo I es un monolito (47 cm x 31 cm conservados) con un triple escudo heráldico barroco tallado en “mármol” rojo con las armas de los apellidos Fernández de Córdoba.
(Fuente: Priego Digital / Rafael Carmona Ávila -Arqueólogo Municipal-)

9 de octubre de 2013

Descubren restos de viviendas medievales en el castillo de Castalla (Alicante)

Las excavaciones en el aljibe del castillo de Castalla han permitido hallar restos de casas de la época medieval. El Ayuntamiento, aprovechando la actuación que se estaba llevando a cabo en la zona, ha procedido a consolidar los muros para evitar que se deterioren y, a su vez, incluir este espacio en las futuras visitas guiadas que organicen. Los especialistas han encontrado restos cerámicos entre los habitáculos.
Castillo de Castalla
El Ayuntamiento de Castalla ha desarrollado la segunda fase de conservación del aljibe del castillo. Además de la limpieza y desbroce del depósito, la eliminación de hongos y musgo y el sellado y reposición de los muros, los especialistas han realizado excavaciones arqueológicas alrededor, a fin de localizar los restos de las antiguas conducciones de agua.

Es este último proceso el que ha permitido hallar estructuras desconocidas hasta la fecha, tal y como ha explicado el técnico municipal de Patrimonio, Juan Antonio Mira.

Se trata de estancias adaptadas a la configuración del terreno cuyos muros fueron construidos con piedra y yeso. En la estructura destaca, según Mira, «un gran muro transversal al sur», así como «otros dos que separan en pequeños habitáculos la casa».


Modificar las actuaciones previstas
El hallazgo ha obligado al equipo técnico a modificar parte de las actuaciones previstas en un primer momento, ya que han procedido a descubrir las vivienda y a consolidar los restos de las paredes.

La medida se ha llevado a cabo con el objetivo de evitar su deterioro, así como pensando en que este espacio pueda ser incluido en futuras visitas guiadas que el Ayuntamiento tiene previsto organizar en la zona.

Juan Antonio Mira, además, ha señalado que el primer nivel arqueológico de relleno «presentaba capa vegetal y de arrastre de la ladera, tras el cual se hallaban restos del derrumbe de la techumbre de estas habitaciones», de ahí que durante la excavación hayan encontrado restos de tejas curvas y diversos materiales de contrucción, como es el caso de algunos trozos de yeso y piedra.

Loza azul de Paterna
Además, los especialistas han reunido multitud de fragmentos de jarras decoradas en manganeso y platos de época musulmana, además de loza azul de Paterna y otros fragmentos típicos de la época bajomedieval cristiana.

El responsable de Patrimonio ha hecho hincapié en que la actuación cuenta con la autorización de la Dirección General de Cultura y que tienen previsto continuar con las excavaciones el próximo año, cuando retomen la recuperación del aljibe.

Los restos arqueológicos serán analizados para concretar la época a la que pertenecen, con el fin de documentarlo todo de la manera precisa.

Todos esos trabajos se están desarrollando en la ladera del castillo, precisamente junto al aljibe, y han contado con la presencia del alcalde Juan Antonio Candela.

(Fuente: Diario Información / C. Serrano)