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21 de noviembre de 2022

El Museo de Palencia habilita un nuevo espacio para los hallazgos de la ciudad

El centro palentino recibe cada año una media de 4.000 piezas procedentes de excavaciones y obras, el 80% de ellas de la capital

De Pallantia a Palencia, un camino desde la época romana, pero también con hallazgos de la ciudad medieval y la moderna. Tras la última renovación, el Museo de la capital cuenta con una zona en la que el visitante puede conocer algunos de los miles de restos arqueológicos obtenidos tras intervenciones en la ciudad, en muchas ocasiones, con motivo de obras civiles y promociones de viviendas.

El director del Museo, Francisco Javier Pérez, señala en declaraciones a la agencia Ical que la media de hallazgos arqueológicos que entran en el centro museístico palentino se cifra en unas 4.000 piezas al año, de las que el 80% procede de actividades realizadas en la ciudad, mientras que el resto son de la provincia, según recoge la agencia Ical.

Se trata de miles y miles las piezas de la arqueología que se conservan en el museo, aunque es imposible poder exponerlas, dado que muchas de ellas «no tienen actualmente cabida en el discurso expositivo del espacio», aunque están perfectamente documentadas en el almacén, afirma.

Los restos más antiguos que aparecen son romanos, pero hay hallazgos de todos los niveles medievales y de la época moderna. Pérez recuerda que en la última intervención que se ha llevado a cabo en la calle Menéndez Pelayo, por encima de los niveles romanos han aparecido otros medievales y modernos, al llegar a documentarse unos hornos de cerámica de la baja Edad Media con producciones esmaltadas.

«Lo que más nos llama la atención son los restos romanos, pero también hay otros de la ciudad medieval y de la época moderna». Y es que, en solares próximos a la calle Mayor se ha encontrado el foso de la antigua muralla, los cuales también están documentados en las nuevas vitrinas, añade.

El emplazamiento de la Pallantia romana, en la fértil vega del rio Carrión, fue elegido en un momento impreciso de la segunda mitad del siglo I antes de Cristo, y hay que enmarcarlo en el proceso de romanización de la zona y en la planificación de la conquista del territorio cántabro para alcanzar el control de la península ibérica.

Es posible que la población vaccea que habitaba los cercanos poblados situados en el Cerro de la Miranda, al este, y en el conocido pago del Pico del Tesoro, al oeste, fuesen obligados a ocupar este nuevo emplazamiento. Además, la cita de 'civitate Palantina' en la tésera de Paredes de Nava, fechada en el año 2 antes de Cristo, así como la ocultación de los tres tesoros de joyas vacceas de Palencia, parecen avalar esta hipótesis.

Pérez traslada que desde que se hace la excavación arqueológica en la ciudad hasta que llegan a exponerse los restos hallados en el museo suele pasar un tiempo, ya que, independientemente del proceso de limpieza y de estudio del arqueólogo, en el laboratorio de restauración hay que proceder por norma general con tratamientos específicos.

La incorporación «no suele ser inmediata», pero en el caso de la ciudad de Palencia, se tiene la opción de tener un espacio específico en el Museo, lo que hace que todavía sea más sencillo que se incorporen piezas nuevas.

Control en las obras
Todas las intervenciones de arqueología asociadas a una obra civil son controladas por una arqueóloga territorial perteneciente a la Unidad Técnica del Servicio Territorial de Cultura de Palencia. Es aquella que informa a la Comisión Provincial de Patrimonio sobre los resultados, dado que el Museo no ejerce ninguna función de control o supervisión, simplemente recibe el material hallado.

Las obras civiles y construcciones «no se paralizan», porque en el momento en el que un promotor presenta el proyecto de obra, los primeros permisos administrativos ya le exigen la realización de un estudio arqueológico, que puede consistir en un control con unos sondeos y una determinada extensión en función de las dimensiones y la ubicación del solar.

Todas esas condiciones están especificadas en las normas urbanísticas del PGOU de Palencia, por lo que cada promotor sabe lo qué se va a requerir en cada solar, porque «no logrará el permiso de obra sin el informe previo arqueológico de sondeos».

En función de ese estudio previo, se puede llegar a exigir una excavación más amplia o puede darse como suficiente. Todos los restos hallados se documentan y se catalogan para, tras un informe técnico, ser depositados en el Museo de Palencia.

En las normas urbanísticas, la ciudad está segmentada por distritos y se sabe, 'grosso modo', la extensión que tenía la ciudad romana antigua, el núcleo medieval y el lugar en el que se ubicaban las necrópolis romanas. Aspectos que se han tenido en cuenta a la hora de elaborar las normas urbanísticas.

Aun así, puntualiza que pueden ocurrir casos excepcionales, como en la calle Osmundo Margareto, donde aparecieron unas tumbas romanas en una zona más alejada de lo marcado dentro de la necrópolis romana. «Son sorpresas que se pueden dar, aunque estas zonas son añadidas a las normas para que se tengan en cuenta en futuras promociones», asevera el director del Museo de Palencia.

13 de febrero de 2012

En busca de la ciudad vaccea de Intercatia en Paredes de Nava (Palencia)

Intercatia fue una de las ciudades más importantes de la época romana, no sólo por sus dimensiones, sino también por su encarnizada resistencia ante el ataque de las legiones de Roma. Sin embargo, cualquier dato sobre su localización está rodeado de incertidumbre. Los historiadores han llegado a situar la urbe hasta en 39 puntos diferentes de la geografía española. Uno de ellos es Paredes de Nava (Palencia), cuyos habitantes están cada día más convencidos de que Intercatia se asentó en su territorio, bajo el pago de La Ciudad.
El arqueólogo alemán Helmut Becker, que ha colaborado
con los estudios.
Son muchos los indicios que acercan tan importante ciudad romana a tierras palentinas. La Asociación Cultural En busca de Intercatia, integrada por una veintena de personas, lleva cuatro años trabajando para demostrar que lo que hoy se conoce como La Ciudad fue hace siglos un importante asentamiento romano. Ilusión no les falta, y trabajo tampoco. Son muchas las pruebas que apuntan a que su teoría es cierta, pero no olvidan que es un proyecto «a largo plazo» que necesita tiempo y, sobre todo, financiación.
La Ciudad es un vasto yacimiento arqueológico situado a 1,5 kilómetros al Este de Paredes. Allí, han ido apareciendo cientos de objetos de la época romana: vasijas, joyas y monedas... La mayoría está en el Arqueológico Nacional y también en el de Palencia, pero otro se han perdido o pertenecen a colecciones privadas.
Uno de los hallazgos destacados se produjo en 1870, cuando se encontraron en la zona téseras del siglo I que hacen referencia a un pacto de hospitalidad entre el pueblo intercatiense y Pallantia –la Palencia romana-. De las cuatro encontradas, solo una permanece en el museo palentino; otra desapareció en un incendio y las dos restantes pertenecen a una colección privada.
Plano de Intercatia sobre el terreno.

Estos hallazgos animaron a la asociación a indagar sobre la posible ubicación de Intercatia bajo tierras palentinas. De momento se sabe que La Ciudad esconde una gran urbe vaccea anterior, luego romanizada, que estuvo asentada en los terrenos desde finales del siglo IX o X antes de Cristo hasta su decadencia en el siglo V, y que por sus dimensiones y por su desarrollada estructuración interna, así como por la destacada importancia de los hallazgos en ella recuperados, debió ser «una de las más boyantes entre las que se encontraron los ejércitos romanos a su llegada a las tierras del interior de la Meseta».
Desde 2009, el colectivo cultural cuenta con el apoyo de un equipo formado por seis arqueólogos que ha trabajado sobre el terreno y ha obtenido resultados, cuando menos, sorprendentes. Coordinados por Javier Pérez, arqueólogo del Museo de Palencia, y con la colaboración del alemán Helmut Becker, profesor de la Universidad de Munich, durante tres veranos han hecho una prospección geomagnética intensiva.
José Herrero Vallejo, presidente de la Fundación Intercatia.

Se han estudiado ya 50 de las 60 hectáreas del yacimiento, lo que ha posibilitado la elaboración de un plano detallado de la ciudad. Sin embargo, todas las evidencias indican que es una ciudad vaccea que se asentó en el territorio antes que la romana, pues «seguramente la zona que ocuparon los romanos es lo que más se ha destruido», explica Javier Pérez. Pese a ello, el hallazgo no es menos relevante, ya que «es el único plano de una ciudad vaccea que se conoce», añade el arqueólogo.

Un tesoro bajo tierra. Bajo lo que hoy ocupan tierras de labranza, se esconde un verdadero tesoro, una auténtica ciudad vaccea que albergó siglos después un asentamiento romano en el centro, reducido a un núcleo de pequeñas casas que probablemente tenían incluso una ermita. «Estamos seguros de que en el siglo X después de Cristo aún se conservaban restos de las paredes de las casas romanas. Cuando se perdió el asentamiento en alto –donde se encuentra el yacimiento- se creó el asentamiento en bajo –el pueblo actual- cuyo nombre, Paredes de Nava, responde a las paredes que aún se veían desde el pueblo en el asentamiento en alto», subraya el arqueólogo.
El trabajo desarrollado en estos años ha permitido realizar avances muy significativos. Y es que bajo esas tierras se esconden los restos de lo que en su día fue una muralla de más de 1.000 metros de longitud, con tres entradas, junto a las que se sitúan grandes construcciones que, a juicio de los expertos, son torres de control que formarían parte del sistema defensivo del poblado. Una gran muralla de 40 metros de anchura –la misma que las descubiertas en otras ciudades vacceas- construida a base de adobe y un revestimiento en piedra que protegía la ciudad de posibles ataques.
Tras los límites de la muralla se esconden en el mapa pequeños puntos negros que a los ojos de cualquier ciudadano de a pie no serían más que eso. Sin embargo, según han interpretado los expertos, esos pequeños puntos fueron en su día un templo, un taller de alfarería y las casas en las que habitaron hace siglos pobladores vacceos y, más tarde, romanos. «La gran incógnita es aún saber cómo serían las casas de la ciudad, pues probablemente muchas de ellas se quemaron y destruyeron», lamenta el arqueólogo.

UNA CIUDAD DOBLEMENTE AMURALLADA. El hallazgo más novedoso es la existencia de una segunda muralla que conforma un doble sistema defensivo basado no sólo en el muro principal. El segundo paramento, fuerte y exterior, tenía más fosos y ha sido toda una sorpresa para los expertos que ahora conocen la extensión, las medidas exactas e, incluso, el discurrir de las calles y las puertas de la ciudad.
El descubrimiento se debe en buena parte al trabajo y la ilusión del presidente de En busca de Intercatia, José Herrero Vallejo, quien durante años estuvo recopilando documentación sobre Paredes, seguro de que su pueblo se asienta cerca de Intercatia. En 2009 la Asociación empezó formalmente a trabajar y gracias al apoyo económico de la Diputación, se embarcó en un proyecto que quizá saque a la luz un nuevo yacimiento para la provincia.

9 de septiembre de 2022

Los siete renaceres del Ave Fénix en Pintia

La última campaña en la ciudad vaccea permitirá afinar la datación de las consecutivas ocupaciones del yacimiento de Padilla de Duero
Recipientes hallados en las casas de Las Quintanas. Foto: Universidad de Valladolid.

Ave Fénix o gato. El hábitat urbano de Pintia, Las Quintanas, al que se bautizó con el nombre del pago que ocupa en Padilla de Duero, es un híbrido entre el ave mitológica y de la no menos mitológica longevidad del felino. Hasta siete veces renació de sus cenizas.

«Ave Fénix o gato», le gusta denominar a Carlos Sanz, con ironía, al yacimiento. El director de las excavaciones de Pintia y del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg, la denomina así porque la ciudad vaccea «se va reconstruyendo una y otra vez, hasta siete veces». Hacia atrás en el tiempo, «aquí teníamos una necrópolis visigoda; antes había hasta cuatro niveles romanos y luego ya empezaban los siete niveles vacceos. Niveles de destrucción por incendios y colmatación sucesiva sobre los escombros».

Ave Fénix cuyos vestigios bien definidos por cenicientos estratos están siendo de mucha utilidad para identificar algunos de los ocasos y renaceres de la ciudad de Pintia. Ahora se va a afinar más la datación de cada uno de ellos por medio del paleomagnetismo. De realizar estas mediciones, cuyos resultados pueden estar listos este otoño, se encargarán expertos del área de Geológicas de la Complutense.

Paleomagnetismo
El paleomagnetismo es una disciplina basada «en el principio de la variación del norte magnético terrestre en el tiempo, variaciones reflejadas en la orientación de los segmentos férricos en arcillas rubefactadas (pigmentadas de rojo)». Asimismo, la zona excavada conserva «estructuras termoalteradas» por los sucesivos incendios. «Aquí tenemos algo muy bueno. Aparte de los hogares de las casas, tenemos el incendio de toda la vivienda, con lo cual se mantiene la orientación de los suelos. Esas arcillas mantienen la orientación del polo magnético terrestre».

Este año la campaña se ha centrado en Las Quintanas, recuperando la actividad en este espacio después de 15 años centrados en la necrópolis de Las Ruedas. El objetivo es claro: a través del paleomagnetismo se trata de «datar y anclar la cronología del yacimiento» afinando la precisión cronológica en no más de 20 o 25 años. «Hace unos años teníamos márgenes de 150 años». Ahora, mejorados los parámetros que utiliza el paleomagnetismo «podemos datar, algunas zonas, de generación en generación, o sea, cada 20 años». Esto supone concretar mucha información del día a día de Pintia. Tecnología, arquitectura y materiales, fabricación y uso de útiles y de objetos y otras tantas cuestiones relacionadas con la evolución del pueblo vacceo en este enclave.

Entre el 2000 y el 2007 se excavó «una trinchera con la que conseguimos la primera secuencia completa que obtuvimos del asentamiento de Las Quintanas. Era un proyecto que pretendía dejar de forma escalonada los 1.200 años de historia que estuvieron aquí. Tenemos una secuencia espectacular», destaca Sanz.

Aquellos primeros trabajos en Las Quintanas destaparon un pozo artesiano de época romana. «Un pozo de agua fallido –utilizado como basurero por los romanos– que es como una ventana abierta a toda la estratigrafía». Es decir, en sus paredes el tiempo se muestra retratado en sucesiva capas de terreno bien definidas que ahora tratarán de poner fecha de forma precisa.

¿Qué puede aportar la medición paleomagnética de ese terreno delimitado en estratos?: «Sabemos que hay siete niveles de incendio y se ha reconstruido la ciudad siete veces, pero no sabemos qué distancia hay de un incendio a otro, no sabemos si ha pasado una generación, cinco años, un año... Conocer esto va a ser muy importante. Pero no nos podemos quedar solo en datar los niveles, necesitamos tener lugares asociados. Es decir, que también hay que excavar. En un futuro lo que esto significa es una vuelta a recabar información de cada uno de los niveles, pero con un poco de fortuna, sabiendo en qué cronología estamos».

Este año, de los siete niveles, se datarán dos, aquellos que comprende las guerras sertorianas (75 años a.C.) y el previo (151 años a.C.), que es el que hemos excavado. Para alcanzar «los niveles fundacionales, si seguimos a este ritmo, igual el año que viene es posible que podamos también datarlos». El 151 antes de Cristo «es una fecha crítica. Solamente saber que tenemos 75 años de distancia entre Sertorio y otro militar romano que es Lúculo, el que asola Intercatia y Pallantia, sería extraordinario, porque podríamos determinar qué pasó en Pintia», explica Sanz.

Datos de las cubiertas
En cuanto a los objetos hallados, estos no son diferentes a las tumbas en la necrópolis de Las Ruedas, pero en esta ocasión enmarcados en un ámbito doméstico. «Nos hemos encontrado algunas copas, algún recipiente de almacenaje grande encastrado en el suelo», y algo que va a ser de gran utilidad a la hora de interpretar las viviendas. «Hemos visto unos hoyos de poste descomunales que sustentan construcciones sólidas, e incluso hemos dado con algunos revoques de fachada que resultan un poco extraños por su espesor, y, que ahora –por el tamaño de los citados postes de sujeción–, ponerlos en horizontal tiene más sentido».

Volviendo a los objetos hallados, «el plus del poblado frente a todo lo que veníamos haciendo estos años de atrás, que es el mundo simbólico de la muerte con las excavaciones en la necrópolis de Las Ruedas y su representación, pues aquí lo que tenemos es el mundo cotidiano, el día a día sin el filtro ideológico tan marcado del mundo de la necrópolis. Este es el mundo real, por eso tiene ese atractivo. Y eso que no ha salido mucho material esta vez».

Pero el objetivo central, recuperar esta zona de Pintia, el poblado, escalonar la excavación para observar su evolución de un golpe de vista, y, sobre todo, dejarla preparada para la medición paleomagnética, se ha cumplido, por lo que Pintia irá resurgiendo de sus cenizas cual Ave Fénix.

16 de abril de 2011

El tesoro celtibérico de las Filipenses luce en el Arqueológico de Palencia

El tercer Tesoro de Palencia o Tesoro de las Filipenses, hallado en 1956 en la capital, y uno de los más representativos de la orfebrería celtibérica en tierras vacceas, se muestra desde este viernes en su conjunto en el Museo Arqueológico de la capital palentina.
Algunas de las joyas que pueden verse en el Arqueológico.
Un tesoro compuesto por joyas de plata y de oro, torques, collares, pulseras, brazaletes, pendientes, fíbulas y denarios de plata que luce con todo su esplendor prerromano en el Museo de Palencia.
Lo hace desde este viernes gracias a la generosidad de la familia Carlón que ha depositado en el Museo el lote de piezas celtibéricas de su propiedad.
La otra parte del tesoro, hallado durante las labores de excavación del solar que ocupa el colegio de las Filipenses, fue donado por estas monjas al Arqueológico en 1996.
Pero es desde ahora cuando puede contemplarse en toda su magnitud todo el conjunto formado por nueve torques de plata, tres pulseras de plata, dos brazaletes espiraliformes de plata, dos fíbulas, una de plata y otra de oro, tres arracadas de oro, una cadeneta de oro, y 45 denarios de plata de las principales cecas celtibéricas (Arekorata, Sekobirikes y Turiasu) que datan del Siglo I a. de C.
El encargado de presentarlo en sociedad este viernes ha sido el Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Valladolid, Germán Delibes de Castro, quien ha definido este conjunto como "un documento muy representativo de la época prerromana en Palencia".
Documentos en tres dimensiones que confirman lo que ya cuenta la Historia cuando habla de Pallantia, con toda probabilidad "una de las ciudades vacceas más importantes" asediada por los romanos en numerosas ocasiones.
Era entonces cuando sus habitantes escondían sus joyas y sus tesoros más preciados. Y de aquellos momentos convulsos, entre el siglo II y I antes de Cristo, nos llegan hoy estas piezas, testimonio palpable de una parte muy importante de la historia, explicó el profesor Delibes de Castro.
Además se trata de joyas "con una personalidad formal y estilística definida", que no se parecen a otros tesoros vacceos encontrados en otras zonas, por lo que según el catedrático "hoy podemos hablar de una orfebrería vaccea e incluso palentina".
Un tesoro encontrado en Palencia, donde aparecieron otros dos que datan de la misma época y que se conservan en la Hispanis Society de Nueva York y el Museo Arqueológico Nacional en Madrid. Lo que sin duda confirma la excepcionalidad y la importancia de estas piezas y que "descansen" por fin en el Museo de Palencia, una de las ciudades vacceas que más tesoros ha ofrecido a la Arqueología y a la Historia.
(Fuente: El Mundo)

24 de abril de 2020

Acercamiento virtual a la ciudad vaccea de Intercatia (Palencia)

Los arqueólogos realizarán análisis sedimentológicos y micromorfológicos con el fin de averiguar su particular sistema de construcción y recrearán en realidad virtual sus dos líneas de defensa.
Trabajos de excavación de la pasada campaña en Intercatia. FOTO: RAÚL MARTÍNEZ
La asociación cultural "En busca de Intercatia" realizará análisis sedimentológicos y micromorfológicos en el corte estratigráfico de la muralla exterior del asentamiento, con el fin de averiguar su particular sistema de construcción. Asimismo, recreará a través de realidad virtual las dos líneas de defensa de época vaccea, y efectuará un estudio de materiales con dibujo y reproducción 3D. Son acciones vinculadas a la investigación arqueológica del yacimiento de La Ciudad, en Paredes de Nava (Palencia), que la Junta, a través de la Consejería de Cultura y Turismo, financia con seis mil euros y que tienen un plazo de ejecución de nueve meses.

Intercatia es una ciudad vaccea con orígenes del siglo V a C. que fue romanizada y pervivió hasta el siglo IV d C. En la cuarta campaña arqueológica, desarrollada el verano pasado, de nuevo bajo la dirección de los arqueólogos Francisco Javier Pérez, Jaime Gutiérrez y Javier Abarquero, se excavó en el centro de la ciudad con el objetivo de conocer las características de la vía principal que unía las puertas sur y norte. Se encontraron dos niveles de viviendas de época romana, uno del siglo 1 a C. y otro del finales del II o principios del III d C., de las que no se descubrieron los cimientos ya que habían sido saqueadas.

En este sentido, Francisco Javier Pérez, en una entrevista que se publicó en el programa de las fiestas, se mostró convencido de que las iglesias y muchas casas de Paredes están construidas con las piedras de las viviendas de época romana de Intercatia.

MURALLA
Otro de los ejes de la campaña fue documentar la muralla externa del asentamiento. La ciudad de Intercatia estaba defendida por dos recintos de murallas en el flanco oriental, que era el más débil, porque en el occidental la propia pendiente del páramo ya actuaba como defensa. En el oriental se encuentran dos líneas de muralla, una interior construida en tierra y precedida de dos fosas con una profundidad de hasta cuatro metros, y la exterior, de la que se han documentado diez metros de muralla. Los arqueólogos hablan de una muralla que tendría más de un kilómetro y medio y de la que se ha localizado su cara externa y una fosa que hay por delante. Falta localizar la interna para así determinar su anchura. Decir que murallas excavadas, de esas características, se conocen las de Pintia, y tiene un metro de alto, zócalo de piedras y unas adobas grandes, y la de Coca, de 30 metros de longitud, pero la cara externa estaba cortada. 

PACTO DE PROTECCIÓN
Entre los hallazgos de la pasada campaña, hay que hacer referencia a una pieza singular, un fragmento de una piedra de afilar muy bien trabajada y que en un costado presenta la inscripción en latín con letra capital arcaica que se puede fechar en torno al siglo I d C.
Recordar que en 2018 se cumplió el 150 aniversario del descubrimiento en La Ciudad de una pequeña lámina de bronce con una inscripción en latín en una de sus caras. Se trataba de una tésera de hospitalidad -documento jurídico- que sellaba un pacto de apoyo y protección entre un intercatiense y la ciudad de Pallantia. La pieza, según los arqueólogos de "En busca de Intercatia", ofrece interesante información de carácter filológico e histórico sobre personajes y gentilidades vacceas, así como de la estructura formal de lo que era un contrato o pacto de hospitalidad entre la población indígena en torno al cambio de era.

Pérez explica que, a largo plazo, «la idea es dejar estructuras visibles para hacer visitable el yacimiento. Aunque sean muy visibles y visitables, no será posible hasta que no se tenga un proyecto de consolidación, porque son estructuras de adobe, muy endebles. Si no hay un proyecto de conservación, en dos años se pierden. Aunque esté excavada, se vuelve a tapar y, hasta que no esté todo bien definido, no se reexcava para que sean visitables».
Lo que también se quiere hacer es completar la prospección geofísica y colocar algún panel explicativo de manera permanente en el yacimiento, al borde del camino.
(Fuente: Diario Palentino)