google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Cueva de Nerja
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20 de enero de 2023

La Junta de Andalucía estudia el valor de la cueva hallada en Torremolinos

Mientras la construcción sigue en marcha, varios expertos evaluarán si la gruta merece ser protegida o no como bien de interés cultural
Los técnicos enviados por el Ayuntamiento vieron una cueva con estalactitas y estalagmitas. FOTO: SUR

El repentino descubrimiento de una cueva en un solar en construcción en el centro de Torremolinos está causando revuelo. Se trata de una caverna aún de dimensiones desconocidas que se halló hace apenas unos días en la calle Loma de los Riscos, haciendo esquina con la avenida San Francisco y en la que se está cimentando lo que será un bloque de viviendas de siete plantas llamado Las Lomas.

Los vecinos de la zona fueron los primeros en atisbar la aparición de esta cueva, que comenzó a circular por grupos de Facebook y de Whatsapp. El rumor llegó a oídos del ayuntamiento local, que el lunes envió a dos inspectores a la parcela para verificar lo sucedido. Y sí, encontraron la entrada a una cueva con estalactitas y estalagmitas, por lo que se procedió a noticiar, informe mediante, a la Junta de Andalucía, entendiendo que, ante la posibilidad de un hallazgo que quizá merezca ser estudiado, es el ente autonómico quien debe mover fichas.

Así las cosas y como este periódico pudo comprobar, ayer, una de las principales arqueólogas de la delegación malagueña de la Junta acudió al solar de la empresa promotora Progofer SL y en el que está actuando, como constructora, Aseycon SL, ninguna de las cuales notificó de esta 'incidencia' al consistorio local ni a la Junta. Esta profesional comenzó a elaborar ayer el informe correspondiente sobre la cueva, aunque todo indica a que el proceso, ahora, será tedioso. Y es que durante los próximos días los expertos evaluarán si la gruta tiene el suficiente valor arqueológico o histórico como para que pueda ser considerado un bien de interés cultural, y por tanto, se pueda proteger. Por el momento, la promotora no cesa en su labor de construcción, aunque lo hace en una parte del solar diferente a la entrada a la gruta, para que ésta pueda seguir siendo evaluada.

Precedentes
Curiosamente, no es la primera vez que se da esta situación en en la misma calle. En 2014, cuando el Ayuntamiento procedió a excavar para soterrar unos contenedores, también encontró una cueva. Sin embargo, ésta no recibió la valoración suficiente como para ser protegida, por lo que se continuó con la labor inicial.

Además, otra historia curiosa, unas manzanas más arriba en Loma de los Riscos, la alberga el bar La Cueva. Un local que lleva años cerrado al público, que llegó incluso a ponerse en venta en una inmobiliaria, y que posee una entrada única a otra galería con estalactitas y estalagmitas que los clientes disfrutaban visitando. A día de hoy, aunque el cartel y el negocio siguen allí, permanece cerrado. Y es que, esta céntrica zona de Torremolinos, según puede observarse en los mapas del suelo de la ciudad, aunque es terreno urbanizable, también se encuentra a sólo unos metros de la zona reconocida como de 'vigilancia arqueológica'. De hecho, en el área del bar mencionado, se observa la distinción de 'zona de vigilancia con sondeo' por la presencia de la Cueva Loma de los Riscos.

¿Qué determina si la gruta es tan valiosa como para protegerla»
Contactamos con uno de los mayores expertos de la provincia para solventar una duda: ¿Qué factores determinan si una cueva es lo suficientemente valiosa como para protegerla? Responde el conservador arqueólogo de la Cueva de Nerja, Luis Efrén Fernández, quien también asesora a la Junta en ocasiones. «Si tiene algún tipo de arte rupestre, automáticamente se convierte en bien de interés cultural (BIC), la máxima distinción. También se tiene en cuenta si tiene yacimiento, restros antropológicos, vasijas, instrumental o restos de ocupación medieval y romana». Y continúa: «El arte rupestre Paleolítico, Postpaleolítico, Neolítico, de las Edades del Cobre y del Bronce, son lo que más se defiende». A nivel meramente geológico, aún queda trabajo.

18 de enero de 2012

Hallan en la Cueva de Nerja (Málaga) el colgante más antiguo elaborado con un percebe

El descubrimiento de un grupo de investigadores de la UNED es el primer caso de ajuar localizado en la gruta y está datado hace unos 30.000 años 
El antecedente más primitivo hallado en la península ibérica de las actuales medallas o colgantes. Así se podría calificar el descubrimiento realizado en la Cueva de Nerja por un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y de las universidades de Valencia y Salamanca. Un pequeño trozo de concha de un percebe, de apenas dos centímetros de longitud, es esta valiosa pieza de aquellos primitivos ajuares, que confirman que los hombres del Paleolítico Superior, hace ahora unos 30.000 años, ya daban valor simbólico a elementos de su vida cotidiana.
 La pieza, de apenas dos centímetros de longitud, fue localizada
 en excavaciones realizadas en los 80. 
:: E. C. 
«Estamos ante poblaciones con gustos similares a los nuestros, en las que se valoraba el adorno corporal, quizá con un significado que puede estar en relación con la identidad del grupo al que pertenecían, al igual que ocurre actualmente con los adornos que portan diferentes personas y grupos de personas en nuestra sociedad», explica Jesús Francisco Jordá Pardo, profesor contratado doctor del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UNED, quien pone como ejemplo los 'pins' que se colocan los jóvenes en sus vestimentas.
«El colgante sería utilizado como elemento de prestigio por parte de un integrante de aquel grupo humano que podría tener cierta importancia dentro de él, no sabemos si hombre o mujer. Pero, en cualquier caso debía ser un objeto que llamaba poderosamente la atención en el grupo, puesto que hasta la fecha no hemos encontrado nada parecido en ese momento, ni tampoco en momentos posteriores», continúa este especialista, quien añade que este colgante de percebe «significa que aquellos pobladores, que todavía no utilizaban los recursos marinos para su alimentación, sí que los usaban para su adorno corporal, con el riesgo que conllevaba su obtención».
El descubrimiento de esta pieza forma parte de un conjunto de elementos extraídos en las excavaciones realizadas en la gruta nerjeña con anterioridad a 1988, bajo la supervisión del profesor Francisco Jordá, ya fallecido, padre del docente de la UNED. Sin embargo, a pesar de que esta pieza se extrajo hace ya más de veinte años, su catalogación exacta y valoración histórica no ha sido posible hasta ahora, gracias a la labor de Jordá, junto a Bárbara Avezuela Aristu, doctoranda del Laboratorio de Estudios Paleolíticos de la UNED, y los doctores Esteban Álvarez Fernández, investigador Ramón y Cajal del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad de Salamanca, y Emilio Aura Tortosa, del departamento de Prehistoria e Historia Antigua de la Universidad de Valencia.
Los resultados de este hallazgo han sido publicados en una monografía de la Universidad de Wroclav (Polonia) con el título de 'Written in bones', cuya traducción sería 'Escrito en los huesos'. Los investigadores destacan la importancia de los yacimientos arqueológicos de la Cueva de Nerja para el estudio de la vida de los cazadores y recolectores del final del Pleistoceno Superior, es decir, del final de la época glacial.
La costa, a cinco kilómetros
«Hasta la fecha no se habían encontrado en todo el Paleolítico Superior colgantes realizados sobre este material, que es una placa del extremo de un percebe que, además, debió ser de un gran tamaño. En otros yacimientos, en épocas más recientes, se han encontrado restos de percebes, pero probablemente fueron utilizados para la alimentación, nunca con huellas de manipulación para servir de colgante», explica Jordá.
Así, la pieza correspondería al periodo del Gravetiense, hace unos entre 30.000 y 28.500 años antes de Cristo, «en una época mucho más fría que la actual, con la costa a más de cinco kilómetros de la línea que hoy conocemos y el nivel del mar unos 120 metros más bajo que el que ahora alcanza en la zona de Nerja», matiza Jordá, quien explica que en esa época también se usaban adornos hechos con pequeños gasterópodos, esto es, restos de conchas y otras piezas marinas.
(Fuente: Diario Sur / Eugenio Cabezas)