google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Carmen Alonso Fernández
Mostrando entradas con la etiqueta Carmen Alonso Fernández. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Carmen Alonso Fernández. Mostrar todas las entradas

1 de octubre de 2015

Hallados en Burgos dos hornos cerámicos y miles de piezas del siglo XV

La excavación arqueológica previa a una construcción de viviendas ha sacado a la luz dos hornos cerámicos del siglo XV y miles de piezas de su actividad artesanal, que se depositarán en el Museo de Burgos y compondrán una exposición tras la investigación que dirige la arqueóloga Carmen Alonso Fernández.

En rueda de prensa, Alonso ha explicado que se ha excavado "de forma exhaustiva" una parcela de 300 metros cuadrados, lo que ha permitido exhumar dos hornos cerámicos, un área de taller, distintos vertederos y la esgueva de San Lucas que servía para hacer llegar el agua a este alfar del siglo XV.

VAJILLA FINA
Además, la arqueóloga ha detallado que en el alfar se elaboraba producciones de "vajilla fina" antes de la popularización de las lozas y se han encontrado miles de piezas en "buen estado de conservación".

La investigación de estos restos permitirá determinar las características diferenciales de la cerámica de Burgos en el siglo XV y ver "hasta dónde llegó su comercialización" comparándola con los restos encontrados en otros yacimientos.

OTROS HALLAZGOS
Los hallazgos de esta excavación se completan con otros elementos como los sellos identificativos del alfarero, la base del torno o algunos elementos personales como un anillo de oro "que perdería alguien en el alfar", ha explicado la arqueóloga.

El servicio territorial de cultura y turismo de la Junta de Castilla y León y el Instituto Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Burgos colaborarán a partir de ahora en la investigación y divulgación de estos restos que quedarán depositados en el Museo de Burgos para su estudio y restauración.

Si todo va según lo previsto, el alcalde de Burgos, Javier Lacalle, ha anunciado que el próximo año 2016 se organizará una exposición pública y se realizará una publicación y unidad didáctica para divulgar el hallazgo.

1 de septiembre de 2015

Descubren un horno medieval y 500 kilos de cerámica de gran calidad en Burgos

Bajo la nave de la calle Hospital Militar se ocultaba un tesoro arqueológico de incalculable valor, un taller de alfarería de la época bajomedieval -finales del siglo XIV o principios del XV- y más de media tonelada de piezas de cerámica vidriada de gran calidad y fina decoración, puesto que estaban destinadas a servir como vajilla de mesa y no como utensilios de cocina.
El suelo oscurecido de la parte baja del horno atestigua las temperaturas superiores a 1.000 grados que alcanzaba hace seis siglos. FOTO: LUIS LÓPEZ ARAICO
La demolición del viejo garaje ubicado entre la plaza Vega y la iglesia de La Merced y el inicio de la construcción de un bloque de 13 viviendas, con garajes y locales comerciales, promovido por Raimconsa, ha sacado a la luz este tesoro: cuencos, escudillas, jarras, albarelos, tapaderas, platos, cántaros y redomas (jarritas alargadas y estrechas para servir líquidos), además de las primeras tuberías de cerámica vidriadas en su interior. Junto al horno y los miles y miles de piezas, han emergido restos del taller y basas para la sustentación de pies derechos que servían para sujetar los tejados.

"EL ALFAR DE VEGA"
El alfar de Vega, así lo han bautizado los expertos de la empresa Cronos Arqueología y Patrimonio, es el primero que se excava en la ciudad de Burgos.Su descubrimiento entraña aún más valor puesto que ha permitido fijar el lugar exacto por el que discurría la esgueva de San Lucas, un cauce que se sabía atravesaba la calle Miranda hasta desembocar en el Arlanzón a la altura del Instituto Cardenal López de Mendoza. De ahí que la zona tuviera una protección arqueológica en el PECH (PlanEspecial del Casco Histórico), que obligaba a realizar los sondeos.

Tras las preceptivas catas, que apuntaron el sorprendente descubrimiento del alfar, se comenzó a excavar a principios de agosto.Los hallazgos han motivado la ampliación de la zona de los trabajos y de su duración. «Aún nos queda por lo menos otra semana», explica la directora de Cronos, Carmen Alonso Fernández, mientras señala el lugar en el que actualmente trabajan. Se trata de un testar o vertedero en el que se acumulaban las piezas que no pasaban el control de calidad de la época, bien por defectos de moldeado o de cocción, bien por rotura. El suelo, más oscuro, denota que muchas permanecieron demasiado tiempo en el horno, que ya está a la vista. Gracias a los testares se puede completar todo el elenco de producciones del taller, en el que se manufacturaron algunos de los primeros vidriados en territorio cristiano, con nuevos acabados que desplazaron a la alfarería tradicional antes de la popularización de las lozas.

HORNO DE DOBLE CÁMARA
Construido en piedra arenisca y arcilla, el horno tenía una doble cámara de la que solo queda la inferior.En ella se colocaba la leña para conseguir las temperaturas de más de 1.000 grados con las que se fabricaba la cerámica vidriada.De hecho, las piezas eran sometidas a un doble horneado, una primera cocción para la forma y la segunda para la decoración. El suelo ennegrecido a fe de los kilos y kilos de madera que allí se quemaron.Una rejilla separaría esa cámara de la superior, en la que el alfarero introducía la cerámica a través de un ventanuco.Para separar las piezas durante el horneado se empleaban atifles, unas pequeñas piezas con 3 pies que también han emergido por decenas.

Sus descubridores sospechan que el taller se abandonó a finales del siglo XV, con motivo de la llegada de los monjes y el inicio de la construcción del monasterio de La Merced (el bello claustro es algo posterior).Sus necesidades alimentarias convirtieron la zona industrial en huertas, lo que explicaría la densa capa de tierra -de 2 metros de profundidad- que cubría el alfar y que ha contribuido también a su conservación en tan buen estado después de 6 siglos.

EN EL ARRABAL DE VEGA
La ubicación del taller no es casual, por cuanto la actividad alfarera precisaba del agua para desarrollarse. Además, como otras labores consideradas insalubres, se ubicaban extramuros.En el arrabal de Vega se instalaron también tintoreros, curtidores... a partir del siglo XIII.

Si el alfar se tapará o quedará a la vista está por ver.
(Fuente: Diario de Burgos)