google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Arqueología submarina
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31 de octubre de 2012

¿El primer barco íbero?

Una nave en Cap de Creus (Gerona) construida con técnicas inéditas sorprende a los arqueólogos. El encaje de la quilla, una moneda íbera y la técnica constructiva levantan sospechas.
Medio barco fue desenterrado y se calcula que hay 48 hileras de travesaños.
Foto: Gustau Vivar.
Estar hundido no siempre es un problema. Al barco que naufragó frente al Cap de Vol, en El Port de la Selva, entre los años 10 antes de Cristo y 10 después de Cristo aproximadamente le ha ido la mar de bien tocar fondo. Porque pese a haber sido expoliado en 1967 por una banda de submarinistas belgas, que se llevaron cuantas ánforas encontraron, su conservación en el fondo mientras tecnología y conocimiento arqueológicos avanzaban permite anunciar que la nave era posiblemente no romana sino... íbera: no hay otra nave identificada de este pueblo que ocupaba la península antes de la llegada de los romanos. Como pueblo costero, los íberos con toda seguridad eran marineros, pero no existe hasta hoy constancia arqueológica de ello.

El expolio de 1967 no impide que en el pecio se conservaran restos de ánforas romanas. Los belgas sólo se llevaron las que estaban enteras, pero quedaron los pedazos. Son del tipo que los arqueólogos llaman Pascual 1 y por las inscripciones que llevan se sabe que se fabricaban en el taller que estuvo en lo que hoy es la estación de metro de Badalona Centro, la romana Baetulo. Por eso se sabe que el barco naufragó en esa veintena de años alrededor del cambio de milenio. Por eso se ha creído siempre que el barco era romano. Y no está probado que no fuera así, aunque numerosos indicios sugieren que el barco no era de esta factura, si no, al menos, heredero de la tradición íbera. "El problema de los íberos es que sólo se los ha excavado en tierra, no en el mar. Y eran un pueblo de costa: ¿cómo es posible que no sepamos nada de su vertiente marinera?", apunta Gustau Vivar, codirector de la operación y responsable del Centre d'Arqueologia Subaquàtica de Catalunya (CASC), dependiente de la conselleria de Cultura. "En el mar, los cambios tecnológicos son muy lentos, porque un mal experimento te mata. Por eso no sería extraño que los barcos íberos fueran como este, aptos para esta costa, aunque los llevaran los romanos".

  •  "Trabajamos con la hipótesis de que el barco es de tradición ibera porque tiene algunos elementos definitorios tan claros que quizás estamos hablando de que representa la tradición ibera. Pero no podemos asegurar nada con rotundidad", admite Vivar.
Hace un par de años, el CASC, situado en Girona, decidió volver a investigar aquel barco, en un proyecto -cuyos otros codirectores son Rut Geli y Carlos de Juan, y que ha contado con el apoyo del ayuntamiento del Port de la Selva- que profundizara en el conocimiento de la que se considera la primera industria "catalana" exportadora: la del vino romano.

El barco de Cap de Vol transportaba vino barato para las tropas romanas de las Galias y Germania. En un momento en que las esperanzas de supervivencia de las empresas pasan en parte por la internacionalización, visitar aquel momento de la historia económica local tenía su interés.Por las ánforas se conocía la datación aproximada del viaje y lo que transportaba. Las naves que partían de Baetulo o de la Tarraconense tenían por destino Narbona, desde donde se distribuía el vino a las tropas. En la investigación que se ha desarrollado este verano han aparecido, en el fondo del mar, algún cuello de ánfora con el tapón de corcho... horadado. El vino era de baja calidad y proseguía su fermentación en el ánfora, de manera que se dejaba un orificio para la evacuación de gases. No por malo fracasó. Este vino acabó llegando a Roma. "Es el primer momento de exportación desde aquí, pero no de un producto sobrante, sino de un producto que se hace para exportar", añade Vivar.

El barco fue someramente investigado en 1979 y 1980. En la actual campaña fue localizado de nuevo, enterrado bajo 60 centímetros de arena, y la sorpresa ha llegado cuando se ha empezado a analizar sus detalles. Varios de ellos no son de factura romana, sino de origen incierto. De entrada, la quilla es casi plana. La costa catalana de la época era muy similar a la de la actual Camarga francesa, con marismas (de ahí Maresme), lagunas, ríos transitables. De este modo no hacía falta construir puertos, porque los propios ríos permitían amarrar y cargar. Con el ahorro inversor que eso implicaba. Pero para eso se exigían calados leves, y las naves romanas los tenían altos, porque la costa itálica, más profunda y con corrientes más fuertes, así lo exigía.

Hay más detalles no-romanos en la nave: algunas cuadernas están interrumpidas; el sistema de punzones con que se aguantan las maderas es propio; una reparación en el casco, en forma de hexágono, presenta una técnica extraña; hay algunos rebajes en las traveseras de madera, posiblemente para atarlas, y eso es nuevo; el sistema de construcción era de casco previo, es decir, primero se armaba el forro y luego se le insertaba la estructura... Y el detalle más llamativo: bajo el mástil colocaron una moneda -que sobrevivió a los belgas y más de dos mil años de aguas- apotropaica (aquel objeto que se usa simbólicamente para algo ajeno a su función real) que es, con toda certeza, íbera. "Trabajamos con la hipótesis de que el barco es de tradición ibera porque tiene algunos elementos definitorios tan claros que quizás estamos hablando de que representa la tradición ibera. Pero no podemos asegurar nada con rotundidad", admite Vivar. Tres especialistas en cultura ibera, Yaacov Kahanov, de la universidad de Haifa, Patrice Pomey, de la de Marsella, y Eric Rieth, de París están empezando a sostener que los iberos tuvieron una sólida formación y tradición marinera.
(Fuente: La Vanguardia / Ignacio Orovio)

28 de octubre de 2012

El "tesoro" romano de la isla de Tabarca

Las prospecciones realizadas por el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) en aguas de la isla localizan el cepo de un ancla del Alto Imperio, de 1,40 metros y 130 kilogramos de peso. Estos datos van a permitir actualizar la Carta Arqueológica del Patrimonio Cultural Subacuático de las costas de la provincia de Alicante.
Han sido unas de las primeras prospecciones subacuáticas realizadas en los fondos marinos de Tabarca. Y su principal objetivo pasaba por confirmar las informaciones orales, los materiales sustraídos y los hallazgos casuales que han tenido lugar en este entorno, catalogado como Reserva Marina, a lo largo de los años. El Museo Arqueológico de Alicante acometió esta tarea del 1 al 15 de octubre y el principal resultado ha sido el hallazgo del cepo de un ancla romana. 
Rafael Azuar (sentado a la izquierda), director del MARQ junto a otros
 miembros del equipo. Foto: La Información
Con 1,40 metros de largo y un peso aproximado de 130 kilogramos, esta pieza de plomo correspondía, según los primeros estudios, al ancla de un navío mercante romano, muy probablemente del Alto Imperio. La pieza se encontraba oculta bajo las hojas secas de la posidonia, en una zona de intenso fondeo de embarcaciones que llegan a la isla, por lo que se optó por informar del hallazgo a la Conselleria de Cultura y solicitar su extracción para garantizar su conservación. De esta manera se procedió a sacar del agua el cepo, con la ayuda del barco Punta Falcó, con el que se consiguió recuperar la pieza de plomo, que posteriormente se traslado al MARQ donde permanece para su tratamiento y posterior estudio.

Este hallazgo viene a confirmar la importancia de la isla en las rutas de navegación de la antigüedad, ya que se ha comprobado la información que existía hasta ahora sobre pecios hundidos y se han documentado nuevos hallazgos, aunque se trata de restos puntuales y no de estructuras de barcos. Todos estos datos van a permitir actualizar la Carta Arqueológica del Patrimonio Cultural Subacuático de las costas de la provincia de Alicante que está llevando a cabo el MARQ, según los acuerdo de la Convención de la Unesco 2001.
Momento del izado del cepo del ancla romana.
Foto: La Información.

Las prospecciones se han realizado en más de una treintena de puntos de la isla, entre otros, los Farallones, el Campo de Ánforas, citado en los escritos del padre Belda, y frente a la Puerta de la Trancada. Así, se han localizado, identificado y referenciado diversas concentraciones de ánforas, lugares de fondeo y las dos anclas fenicias de piedra -cuya existencia se conocía y que se han documentado in situ-, así como restos de hundimientos y naufragios de finales del siglo XIX.

Esta campaña se ha realizado bajo la dirección del arqueólogo del MARQ Rafael Azuar, José Lajara y Omar Inglese, con un equipo integrado por Arturo Rey, técnico para la convención de la Unesco; Sergio Moreno, de la Universidad de Málaga; César Martínez, de la Universidad Autónoma de Madrid; Daniel Calatayud, fotógrafo subacuático; Alberto Bravo-Morata, de la Universidad de Alicante; Carlos Monfort, de la Universidad de Valencia, y Daniel Sirvent, profesor asociado de la Universidad Alicante, entre otros.

Además, este equipo ha contado con la colaboración de José Manuel Pérez Burgos, director del Museo Nueva Tabarca, y de Felio Lozano, técnico de la Reserva Marina, así como de la Concejalía de Medioambiente del Ayuntamiento de Alicante que ha puesto a disposición del equipo el Aula del Centro de Educación Ambiental de Tabarca.

24 de agosto de 2012

Hallan seis nuevos lingotes de plata del pecio del S. XVIII hundido en Cádiz

Los arqueólogos también han encontrado tres planchas de cobre para acuñar monedas, una campana de bronce fechada en el año 1671, numerosas piezas de cerámica y restos de aparejos marítimos. Estos objetos podrían pertenecer al barco del siglo XVIII que se encuentra hundido en la zona.
El tesoro escondido bajo el fondo del muelle gaditano va en aumento. El yacimiento ha arrojado nuevos descubrimientos que se suman a los encontrados a principios de año, y que obligaron a retrasar los trabajos de construcción de una nueva terminal de contenedores. 
Uno de los lingotes de plata encontrados pesa 37 kilos.

Entre los objetos encontrados destacan seis lingotes de plata, uno de ellos de 37 kilos de peso, que se añaden a los tres aparecidos anteriormente. Junto a ellos, los arqueólogos han dado con tres planchas de cobre para acuñar monedas, una campana de bronce fechada en el año 1671, numerosas piezas de cerámica y restos de aparejos marítimos. Según las primeras hipótesis, estos objetos podrían pertenecer, por la situación en la que han sido hallados, al barco del siglo XVIII que se encuentra hundido en la zona. El hallazgo se completa con un cráneo humano que está en fase de estudio.

Estos descubrimientos incrementan el interés de un yacimiento en el que ya se habían documentado tres lingotes de plata con un 99,2% de pureza, dos planchas de acuñar monedas, varias monedas, un trozo de madera americana y un peto de hierro, además de restos de dos embarcaciones. Para continuar con el estudio de estos pecios, a principios de esta semana, la dirección general de Bienes Culturales de la Junta otorgó permiso al puerto de Cádiz para trasladar el pecio alrededor del cual se han hecho estos descubrimientos. La operación cuenta con el informe favorable del Centro Andaluz de Arqueología Subacuática, cuya sede se encuentra en Cádiz.

El barco, hundido unos doce metros, se moverá a 500 metros de su actual ubicación y a una profundidad de cinco metros. De este modo, las obras de la nueva terminal de contenedores del muelle podrán retomarse sin estorbar a los trabajos arqueológicos que deben llevarse a cabo en los dos barcos. El segundo, sin embargo, no necesita ser trasladado porque su situación no afecta a las obras, que se reanudarán en mes y medio.

La Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz ha adjudicado este jueves a Caminos, Canales y Puertos los trabajos de extracción del pecio. La empresa construirá una estructura metálica que sujetará y elevará la nave para poder trasladarla mediante una pontona. Los trabajos para fabricar la estructura, con un plazo de 20 días, comenzarán la próxima semana. El barco, hundido en el fango del fondo del muelle, tiene unas dimensiones de 21 metros de eslora y 7 metros de manga. Tendrá que ser trasladado junto al fango que lo protege, y no podrá salir del agua salobre por daños en su estructura.

El interior del pecio no ha podido ser examinado. Pero a la vista del material encontrado en su entorno, no se descarta que aparezcan nuevos objetos. Los hallazgos han sido posibles gracias a que los arqueólogos han utilizado un mecanismo conocido como “de cuchara”, una forma de excavación poco invasora que ha servido para remover el fango que rodeaba al barco.

(Fuente. El País / Libertad Paloma)

23 de julio de 2012

El MARQ prepara la primera excavación subacuática en Tabarca

El equipo del Museo Arqueológico de Alicante iniciará en septiembre las prospecciones en la zona de la reserva marina.
El MARQ prepara la primera excavación subacuática en Tabarca.
Fue el padre Belda quien en los años 60 analizó las ánforas y objetos que los pescadores habían ido rescatando de manera fortuita de los fondos marinos de Tabarca. Sus trabajos de investigación le llevaron a concluir que las aguas de esta isla escondían uno o dos pecios. Desde entonces poco más se ha sabido. La declaración de Reserva Marina en 1986 de 1.400 hectáreas ha protegido los restos pero siguen sin estar localizados y documentados. Con este objetivo, el Museo Arqueológico de Alicante afrontará en el mes de septiembre la que será la primera prospección acuática en esta isla.

Una de las finalidades de esta campaña, según apunta Manuel Olcina, director técnico del MARQ, es "actualizar la carta subacuática y la reserva marina", para ver "los hallazgos que se pueden encontrar en la zona".

El arqueólogo Rafael Azuar es el encargado de dirigir esta campaña, que cuenta con un presupuesto, en principio, de 12.000 euros, y cuyos primeros pasos ya se dieron el pasado año. "En 2011 hicimos la primera fase de documentación y este año vamos a empezar los trabajos en el agua".

La zona en la que se realizará esta prospección se encuadra en la parte exterior de la reserva, en la parte oriental de la isla, la más alejada de la costa, cuya jurisdicción depende del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Es zona de máxima protección y máxima riqueza biológica con praderas de posidonia de alto valor. La otra parte, de aguas interiores, depende de la Conselleria de Medio Ambiente. Se trata por tanto de unas excavaciones que tienen "una mayor complejidad", ya que "hay que verificar los equipos de submarinismo, los seguros, ver cuántos voluntarios se necesitan y, sobre todo, los permisos al tratarse de una reserva", afirma Olcina.

Por eso, se va a trabajar con el ministerio y con la colaboración del Ayuntamiento de Alicante y el Museo de Tabarca. "El plan es empezar en septiembre y en principio trabajaremos durante tres semanas", asegura Azuar. "Vamos revisar los yacimientos de los que se tiene información y ver en qué condiciones se encuentran, además de recorrer la zona por si hay nuevos hallazgos, aunque no sabemos si hay uno o dos pecios".

De hecho, por los estudios previos, "contemplamos la posibilidad de que haya un antiguo pecio romano, ya que, según los datos del padre Belda, se encontraron cepos de anclas que ahora están en el MARQ". Además, "también nos consta que puede haber barcos hundidos desde la I Guerra Mundial y vamos a intentar localizarlos y situar su ubicación".

A Azuar le acompañarán en este proyecto José Lajara, Omar Inglese y Roberto Ferrer, además de algunos voluntarios de la Universidad de Alicante.

(Fuente: Diario Información / Cristina Martínez)

13 de marzo de 2012

El naufragio de 1724 que hizo emerger la arqueología subacuática en España

Carlos León recuerda cómo logró financiar una excavación y la muestra sobre la Flota de Azogue que recibió 350.000 visitas
Carlos León, arqueólogo subacuático, en una imagen de archivo.
Además del caso Odyssey, un desastre de permisividad que acabó en expolio, hay un naufragio, acontecido en 1724, que cambió las cosas y demostró que en España se puede hacer buena arqueología subacuática sin tirar de dinero público. Hubo hace más de una década una gran exposición, financiada con dinero privado y que supuso el primer acercamiento científico a los métodos de construcción de losgaleones. Su responsable, Carlos León, arqueólogo y buzo profesional, rememora aquella experiencia, mientras prepara su siguiente y maravilloso proyecto.

León se lamenta: «Tanto caso Odyssey, tanto pirata y tanto tesoro de monedas para un lado y para otro, ha desvirtuado la esencia de laarqueología: una actividad científica cuyo objetivo es la investigación, la conservación y la difusión del patrimonio histórico y arqueológico, ya sea en medio de una ciudad en forma de catedral gótica o bajo el mar en forma de barco hundido».

Pero como responsable de uno de los proyectos más ambiciosos llevados a cabo en España, y con financiación privada, sabe que «el éxito de la arqueología submarina está en la equilibrada combinación entre la iniciativa estatal y la privada».

Ancla del galeón hundido en 1724 por un huracán
 en República Dominicana.
Cultura-Defensa: el ejemplo de Francia
A través de la colaboración entre el Ministerio de Cultura y el de Defensa, León espera que imitemos el caso francés: «el barco de investigaciones arqueológicas submarinas Archeonaute es militar mientras que losarqueólogos pertenecen al CNRS, algo así como nuestro CSIC». Es lo mismo que ocurre con el Hesperides en la investigación oceanográfica española. «Este esquema funciona, tiene buenos resultados a medio y largo plazo y un óptimo aprovechamiento de los recursos económicos y los medios técnicos».

Además, subraya el arqueólogo, «genera una excelente imagen de España fuera de nuestras fronteras y entre la comunidad científica, como las antiguas expediciones ilustradas del siglo XVIII». Para él esto no es ajeno al Plan Nacional de Arqueología Subacuática y el famoso Libro Verde.

«La iniciativa privada también puede funcionar»Nadie como Carlos León para saber la verdad que subyace en esta afirmación: «La iniciativa privada es más complicada pero también puede funcionar. Al menos a mi me ha funcionado en varios casos. Uno de ellos fue el de los Galeones de Azogue. Para ello me remonto al año 1994, cuando el gobierno dominicano contacta con nosotros, Cruz Apestegui, Manu Izaguirre y yo, para que estudiemos la construcción naval de dos galeones españoles hundidos en la bahía de Samaná, excavados legalmente por un buscador de tesoros americano en el año 1975».

A pesar de ir a excavar el pecio después de que un cazatesoros lo hubiera explotado, el proyecto valía la pena «tanto por la cantidad y calidad de los restos conservados bajo el agua, como por la excelente información escrita que localizamos en el Archivo General de Indias de Sevillasobre las dos embarcaciones: San José alias La Tolosa y Nuestra Señora de Guadalupe».

¿Y cómo se involucró la iniciativa privada? «Por la Fundación La Caixa, a través de su director Luís Monreal, y el Museo de la Ciencia de Barcelona, con el profesor Jorge Wagensberg a la cabeza». El potencial de este hallazgo superó las expectativas y se decidieron a apoyar, primero, las dos campañas de investigación bajo el agua; en segundo lugar, varias publicaciones junto a la prestigiosa editorial Lunwerg con los resultados, y finalmente, «y ahí es donde realmente centraron susesfuerzos económicos -recuerda Carlos León-, generando la exposición temporal “Huracán, 1724”, que permaneció un año en el Museo de la Ciencia de Barcelona y otro en el entonces recién inaugurado CosmoCaixa de Madrid».
La tragedia de dos galeones
Muchos cientos de miles de visitantes disfrutaron de la historia naval recuerada y la aventura y desventura de aquellos marinos empujados por un huracán nocturno hacia el naufragio. Vajillas, utensilios y todo dipo de detalles sobre la vida a bordo evocaban para el público la tragedia.

León recuerda que, después de dos años buceando, «trajeron las mejores piezas halladas en ambos galeones: joyas, monedas, ánforas, armas, objetos religiosos, instrumentos de navegación, utensilios de la tripulación ... Se hicieron grandes maquetas, se creo una reconstrucción a escala real de la popa del Guadalupe, se instalaronacuarios recreando la fauna y flora de la zona, se construyó una escenografía del camarote del capitán del barco antes y después de su hundimiento, y otra del pañól de la pólvora con ratas de verdad». Quien la visitó no la ha olvidado.

Fue una exposición inolvidable. Se vendieron más de diez mil ejemplares de los tres libros de la exposición (el catálogo de Lunwerg, un cómic de la editorial Sinsentido y una novela publicada por Plaza y Janés), hubo conferencias y un enorme impacto en la prensa, radio y televisión.

Lo más importante, para el arqueólogo: «terminada la exposición, las piezas de estos dos barcos españoles volvieron sanas y salvas a Santo Domingo, donde siguen expuestas en el Museo de las Casas Reales y en el Faro a Colón, y nadie se plantea, ni se planteó en su momento, si las piezas debían quedarse en España, en la República Dominicana, en la Fundación La Caixa, o en casa del buscador de tesoros que localizó los restos en 1975». Están donde tienen que estar.
Importa la historia
 Lo que queda es el mejor ejemplo de colaboración entre una fundación sin ánimo de lucro con fines sociales y culturales, un equipo de investigadores de dos países y un gobierno dominicano que supo aprovechar la oportunidad para formar a sus profesionales en esta disciplina científica. Nada que ver conOdyssey y el Nuestra Señora de las Mercedes, ni con Frank Goddio y el San Diego, donde lo importante no es la historia ni la conservación del patrimonio arqueológico sumergido sino los dólares que generó su venta.
(Fuente: ABC / Jesús García Calero)

6 de marzo de 2012

Las obras del puerto de Cádiz sacan a la luz dos pecios con tres lingotes de platas y monedas

Se amplían a tres las zonas arqueológicas del Puerto de Cádiz.
De los siglos XVI o XVII y procedente de México. Esas son las primeras hipótesis a cerca de los dos pecios encontrados durante las obras de construcción de la nueva terminal de contenedores del muelle de Cádiz. No son pocos datos teniendo en cuenta la fecha de los primeros hallazgos, hace menos de un mes, y sobre todo, a tenor de las dificultades técnicas que conlleva realizar las investigaciones arqueológicas a 12 metros de profundidad.
Uno de los lingotes encontrados. Foto: Eulogio García.
 La delegada de Cultura, Yolanda Peinado, el presidente de la Autoridad Portuaria, Rafael Barra, y la directora del Centro Arqueología Subacuática, Carmen García Rivera, han presentado esta mañana los detalles de este yacimiento, delimitado por la zona de uno de los dos diques que estarán a los lados del futuro muelle. Así, hay tres elementos muy diferenciados dentro de este yacimiento: la llamada zona 1, donde a principios de febrero, la draga sacó un lingote de plata y varias monedas que podrían ser de ocho reales y datadas en tiempos de Carlos II. Poco después se hallaron otro par de lingotes en el mismo lugar, lo que da indicios suficientes para que ahí este enterrado un pecio. A mediados del mes pasado se delimitó la zona 2. En ella se constató la presencia de otro barco, al tocar la cabeza de la draga, la estructura de madera del mismo. Por último, se ha establecido una Zona 3, donde únicamente se ha extraído un armazón, un peto de hierro del que aún se desconoce su fecha y su origen. Además, y según ha confirmado Carmen Rivera, se están analizando 2 planchas de cobre de más de siete kilos cada una y varios troncos de madera de un árbol mexicano.
Poco a poco se va conociendo más sobre estos importantes hallazgos. Las hipótesis del CAS a cerca de las planchas es que éstas eran utilizadas para acuñar monedas como las halladas, porcedentes de la Ceca de México. Tanto el peto como los barcos podrían ser de los siglos XVI y XVII y los lingotes, de 11, 22 y 26 kg respectivamente, tienen una pureza de más del 99%.
Este pasado sábado los buzos del CAS y de la empresa de tecnología encargada por la Autoridad Portuaria hicieron una inmersión para estudiar unas anomalías magnéticas halladas anteriormente.
(Fuente: La Voz Digital)

27 de febrero de 2012

Los tesoros arqueológicos del Museo del Mar de Vigo ven al fin la luz

Piezas desde el paleolítico al siglo XX aparecidas en toda la costa gallega permanecen custodiadas por el centro de Alcabre y podrían formar parte de las que se expondrán
La preparación de la nueva gran sala de arqueología en el Museo do Mar saca a la luz los tesoros que custodiados en el almacén, permanecen ocultos a las visitas. Con una cronología que abarca desde la prehistoria hasta el siglo XX, los restos, cuya cantidad no se ha facilitado, tienen un valor documental incalculable y en muchos casos se trata de piezas únicas.
En primer término, anclas prerromanas y piezas reutilizadas. 
De las últimas prospecciones subacuáticas realizadas en el río Ulla corresponde unas de las joyas del catálogo. Se trata de dos espadas de la Edad del Bronce, datadas entre el 700 y el 800 a.c. (una de ellas en proceso de recuperación). Junto a las piedras talladas del paleolítico, son las piezas más antiguas. En la península se conservan pocas,de procedencia gallega y de la costa de Huelva. Las investigaciones arqueológicas las relacionan con los ritos funerarios. El río Ulla constituye uno de los principales orígenes de los hallazgos de esta época, tal y como señaló el arqueólogo del Museo, Vicente Caramés: “Los cauces de los ríos y las Rías Baixas, fundamentalmente la de Vigo y la de Arousa, son zonas de gran acumulación de yacimientos”.

De época prerromana destacan las anclas encontradas en las aguas del parque nacional de las Illas Atlánticas. Se almacenan junto a las ruedas de molinos de agua que han sido reutilizadas por los pescadores como fondeo de las embarcaciones.

Los fondos del Museo do Mar se han enriquecido con los hallazgos de las tres expediciones arqueológicas realizadas este verano en la ensenada de San Simón, en la Costa da Morte y en la Mariña lucense. A la Edad Moderna o postmedieval pertenecen naufragios de buques de distinta naturaleza: desde naves comerciales hasta embarcaciones de guerra.

En San Cibrán (Lugo) se descubrió un pecio de origen flamenco, de mediados del siglo XV. Portaba un cargamento de lujo con destino al obispado de Mondoñedo. Se recuperaron fragmentos de cerámica con el sello de la casa Tudor, así como un trozo de ballesta.

De los trabajos realizados en Fisterra, se conservan restos de la flota de Padilla, escuadra que se hundió en 1596 cuando se dirigía a invadir Inglaterra. A estos barcos pertenecen curiosidades como los lingotes de plomo o las jeringuillas de distinto tamaño que también se conservan en Alcabre.

El privilegio de contar con un yacimiento en el propio centro

El Museo do Mar cuenta con un valor añadido: dentro del recinto museístico se ubica un yacimiento castrexo. Para el arqueólogo del centro, Vicente Caramés, es de donde proceden las piezas más interesantes que alberga por el momento el museo. Documenta un periodo largo de población, desde el siglo VIII a.c. hasta el siglo I d.c., pasando por distintas fases. Se considera uno de los asentamientos de esta tipología más antiguos en el término municipal de Vigo. A esta primera fase corresponden las hachas rituales realizadas con un kilo de bronce, guardadas en los fondos museísticos. Otra pieza castrexa digna de mención es un vasija del siglo VII para cocinar en el fuego (en la imagen superior): “Destaca los orificios por donde discurría la cuerda con la que se colgaba, alejándola del fuego para que no se quemase”, indica Caramés. Colgantes, armas, ánforas y un pote con forma única (potiño de Alcabre) se hallaron en el castro.

(Fuente: Atlántico / Ana Baena)

13 de diciembre de 2011

Hallan una ciudad romana sumergida en Isla Cristina (Huelva)

Un equipo de investigadores de la Universidad de Huelva (UHU) y de la empresa Ánfora Arqueología ha descubierto un importante asentamiento romano sumergido en la ría del Carreras, que separa los municipios onubenses de Isla Cristina y Ayamonte, durante una intervención cautelar llevada a cabo ante las labores de dragado realizadas a lo largo de este año en el acceso marítimo del puerto de Isla Cristina.
Un ánfora junto a la regla, en la ría del Carreras.

El yacimiento subacuático reposa a ocho metros de profundidad y, según las primeras estimaciones, podría tratarse de los restos de una ciudad romana del siglo I después de Cristo que quedó sepultada por una serie de 'tsunamis' o a causa de los cambios experimentados en la línea de costa. Isla Cristina, como tal, nació tras el terremoto de Lisboa del 1 de noviembre de 1755.


Los vestigios hallados en un área de cinco hectáreas de extensión, como ánforas, cerámicas, mármoles, fragmentos de grandes columnas y hasta restos humanos, no dejan lugar a dudas de que éste es uno de los yacimientos subacuáticos más relevantes de toda Andalucía.

Así lo destaca Diego González, de Ánfora Arqueología, quien asegura que este hallazgo "constituye el estrato arqueológico de un asentamiento poblacional que, al menos, discurre de época romana hasta la Edad Moderna, siglos XV y XVI".
  •  Los restos han sido localizados en un área de cinco hectáreas a ocho metros bajo las aguas de la ría del Carreras
Para el catedrático por la UHU y jefe de equipo de la intervención arqueológica, Claudio Lozano, hay restos constructivos que demuestran la envergadura del yacimientoencontrado bajo las aguas de la ría del Carreras, como así ya ha podido comprobar 'in situ' los expertos del Centro Andaluz de Arqueología Subacuática. Especialmente la necrópolis, los restos de piezas de mármol "y seis segmentos de columnas de un diámetro de 70 centímetros y de un porte que indican la presencia de una construcción relevante".
La ciudad romana se ubicaría entre Isla Cristina y a Ayamonte.

"Estamos ante la parte sumergida del poblado romano de la Punta del Moral, pero en estos momentos desconocemos su extensión y ante qué estamos pues es necesaria una intervención profunda e interdisciplinar para desentrañar y extraer toda la información que acumula este yacimiento", señala Diego González.


En este sentido, Claudio Lozano lo tiene claro y tienen que ser las autoridades competentes, principalmente la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, quienes intervengan "para delimitar correctamente el yacimiento y sus horizontes culturales, evaluar en profundidad los elementos constructivos hallados y establecer una correlación entre lo encontrado bajo agua y lo que hay en tierra".


En peligro de destrucción o de expolio
A juicio de ambos investigadores, la actuación para salvaguardar y analizar este yacimiento debe realizarse de forma "urgente", una vez que ya se logró proteger la zona de las labores de dragado y la Junta ya dispone desde el pasado mes de mayo de un informe señalando la relevancia de los restos localizados bajo las aguas de Isla Cristina.


La urgencia para acometer estos trabajos no es baladí. Tanto desde la Universidad de Huelva como desde la empresa Ánfora se alerta del riesgo real de que el yacimiento pueda perderse. "El yacimiento está en peligro de destrucción porque las tareas de dragado han dañado su entorno y se ha alterado la dinámica de la ría, lo que acelera su desaparición, perdiéndose así la información que contiene", advierte el catedrático de la Onubense.


Pero también existe una segunda amenaza, tal y como avisa Diego González: "La cercanía a la costa y su escasa profundidad, apenas ocho metros bajo el agua, hace que el yacimiento se pueda expoliar fácilmente, ya que no es necesario ninguna infraestructura para acceder a él".


De esta forma, la intervención se hace imprescindible y apremiante, sobre todo teniendo en cuenta que hasta la fecha toda la información que existe aún permanece sumergida y la que se destruya o se expolie se perderá para siempre.

(Fuente: El Mundo)

3 de diciembre de 2011

Un nuevo pecio del S. XVI se suma al inventario de Ribadeo

Tan solo unas horas después de la presentación, el pasado martes en el Club Náutico ribadense, de la finalización de las prospecciones submarinas ordenadas por la Consellería de Cultura e Turismo en esta localidad, así como en las de Viveiro y Xove, para inventariar sus fondos, el arqueólogo que viaja a bordo de la draga que opera desde octubre en la ría de Ribadeo, hizo parar las máquinas tras detectar los restos de otro pecio, inédito hasta la fecha.
Suarez Barcía muestra la zona de la Ría donde se halló el pecio.


Tras este último hallazgo, que nada tiene que ver con las prospecciones realizadas en el puerto deportivo de Porcillán entre el 28 de septiembre y el 17 de octubre, en las que se habían localizado los restos de tres navíos hundidos en Ribadeo, las consellerías de Mar y de Cultura se coordinan ahora para garantizar la continuidad del dragado en el canal de acceso al puerto de Mirasol, al tiempo que se protegen los materiales encontrados en las últimas horas.

Portos de Galicia debe suspender de forma temporal, como ya anunció tras recibir la notificación del descubrimiento, una parte del citado dragado del canal de acceso al puerto de Mirasol, ya que el pecio fue detectado en el lateral de la zona delimitada para la actuación, en un área de la ría cuya jurisdicción pertenece a Galicia. Por eso, el dragado solo se va a suspender en la citada superficie, mientras que puede continuar en el resto del canal.
Portos, que está ultimando el dragado en Ribadeo, y que apura asimismo la obra de ampliación del puerto comercial de Mirasol, con el objetivo de que esté lista a comienzos del próximo verano, extraerá en total 100.000 metros cúbicos de arena de este estuario, cuyo destino serán algunos arenales barreirenses, con el fin de regenerarlos.
Con estos trabajos, el ente gallego busca optimizar la competitividad de este muelle, así como ampliar el calado en la zona, para mejorar su operatividad.
Descubrimiento
La Consellería de Cultura e Turismo notificó que fue el pasado martes, día 29, por la tarde, cuando el arqueólogo que viaja en la draga, vigilando que no se dañe el patrimonio de los fondos en la extracción, le comunicó a los responsables de los departamentos autonómicos de Portos y de Patrimonio la aparición de restos arqueológicos en un lateral del canal de entrada, lo que hizo que se paralizase el dragado en la zona donde se encuentra el pecio.
Parece ser que el arqueólogo y los encargados de la draga vieron en el fondo de la ría, desde la embarcación, restos de madera y de plomo, por lo que decidieron parar las máquinas y comprobar de qué se trataba. La Xunta de Galicia prefiere no aportar datos sobre los restos, ni sobre su localización, para evitar su expolio, pero, según informaciones a las que tuvo acceso este periódico, los materiales hallados dan pie a pensar que se trata de un galeón del siglo XVI.
Advertencia
Los miembros del club de submarinismo ribadense Illa Pancha, que le facilitaron a los arqueólogos contratados por la Consellería de Cultura e Turismo para realizar las prospecciones que ya terminaron, las posibles localizaciones de varios pecios, admitieron ayer desconocer la existencia de estos últimos restos hallados. Señalan que, a pesar de sus habituales inmersiones por la ría, «justo en esa zona en la que se encontró este último pecio» no suelen sumergirse, porque «es un área de tránsito de los barcos que entran y salen del puerto de Mirasol y podría ser peligroso».
De todas formas, el club hace una llamada a la prudencia, porque «ya en su momento se advirtió de lo peligroso que era dragar sin que hubiesen terminado los trabajos arqueológicos y es que las autoridades podrían estar incurriendo, al dragar, en un delito contra el patrimonio histórico, tipificado en los artículos 323 y 324 del Códiga Penal, con penas de cárcel y sanciones; la ley advierte de que se penará incluso si se obra por imprudencia. Asimismo, la norma de Patrimonio de Galicia también recoge estos supuestos».
A este respecto, la Consellería de Cultura e Turismo aclara que «el pasado mes de octubre, cuando Portos decide realizar el dragado en el canal de navegación de acceso al puerto de Mirasol y ante la posibilidad de que en la zona hubiese restos de arqueología subacuática, la Dirección Xeral do Patrimonio Cultural obliga a realizar una prospección en el lugar» y añaden que «una vez recibido el informe de esa primera prospección, Patrimonio autoriza el dragado, con la condición de que un técnico vaya en el barco, realizando un control y un seguimiento de los trabajos, con la potestad de parar la draga si observa algún resto arqueológico», como finalmente ha ocurrido.
Procedimiento
En este momento, Portos de Galicia y el departamento autonómico de Patrimonio están estudiando las medidas cautelares que se van a adoptar para garantizar el cuidado y la preservación del pecio. «Vaise estudar a posibilidade de encargar un proxecto en profundidade do estado do pecio e dos restos arqueolóxicos, xa que se o proxecto de documentación determina que existen achádegos que puideran ser obxecto de espolio, poderán ser retirados», concluye el comunicado enviado ayer por la citada consellería, que dio a conocer este nuevo hallazgo patrimonial.
Asimismo, insisten en que «o estudio tamén determinará a necesidade ou non de realizar algunha medida para mellorar a conservación do pecio, como pode ser a de tapar parte do mesmo».
El regidor ribadense, Fernando Suárez, agradeció que la Consellería de Cultura le avisara ayer de este hallazgo y le prestó «toda a colaboración que precisen», dijo.
(Fuente: El Progreso)

1 de diciembre de 2011

El Tribunal de Apelaciones desestima el recurso de Odyssey

Los jueces ratifican la sentencia que obliga a la empresa de cazatesoros a devolver a España los objetos extraídos de la fragata "Nuestra Señora de las Mercedes"
El Tribunal de Apelaciones de Atlanta ha desestimado el recurso presentado por la empresa Odyssey Marine Exploration contra la sentencia que le obliga a entregar a España el tesoro de la fragata española "Nuestra Señora de las Mercedes", según ha confirmado James Goold, el abogado que representa al Estado español en el caso.
Monedas rescatadas de la fragata española
"Nuestra Señora de las Mercedes" Foto: Público
Los 11 jueces del Tribunal de Apelaciones han ratificado de nuevo la sentencia que reconoce los derechos de España sobre la embarcación y su cargamento y ordena a Odyssey la devolución de todas las monedas y objetos extraídos del pecio.
"Ahora ya sólo les queda ir al Tribunal Supremo de EEUU, aunque si son realistas deberían darse por vencidos y reconocer que es una medida a la desesperada", ha dicho Goold, que ha calificado la petición como "simplemente inaceptable".
El tesoro está valorado en 348 millones de euros
La escueta decisión judicial, a la que se ha tenido acceso hoy a pesar de que la emitieran ayer, señala que ninguno de los magistrados encargados del caso consideró oportuno atender la petición de la compañía estadounidense de revisar su anterior decisión, por lo que ni siquiera fue necesaria una votación.
Hace un mes este mismo Tribunal de apelaciones ya rechazó un recurso de Odyssey, que trata de agotar todas las opciones legales para no tener que entregar a España el tesoro valorado en348 millones de euros, el mayor jamás hallado bajo el mar.
La fragata fue hundida en 1804 por un barco inglés
En mayo de 2007, la empresa exportó en secreto dos aviones cargados tras el hallazgo del las monedas y objetos extraídos en aguas cercanas al Estrecho de Gibraltar. Dos años después, un juez de EEUU dictaminó que la fragata, hundida en combate por un barco inglés en 1804, había sido enviada en misión especial por Carlos IV, pese a que también trasladaba propiedades privadas.
La Comisión Europea (CE) lanzó este lunes una consulta pública para buscar el modo de mejorar la protección que se concede al patrimonio cultural, histórico y artístico de los Estados miembros, con el objetivo de evitar el saqueo de estos 'tesoros nacionales', que después son vendidos fuera del territorio.
(Fuente: Público)

1 de octubre de 2011

La búsqueda de pecios entre Sanlúcar y Tarifa llega a su segunda fase


El Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico continúa la elaboración de la Carta Arqueológica Subacuática

El área comprendida entre la desembocadura del Guadalquivir y Tarifa es, a partir de este momento, objeto de la segunda fase de la campaña de protección del patrimonio arqueológico subacuático que desde hace más de un año desarrollan conjuntamente los ministerios de Cultura y Defensa y la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

Esta área aglutina 800 de los 3.000 pecio de interés, que se estiman,
hay en el litoral español.


El Centro de Arqueología Subacuática (CAS) de Cádiz ha acogido este viernes la reunión que se considera el punto de partida de esta segunda fase, que centrará los trabajos en cuatro subáreas concretas: Bahía de Cádiz, desembocadura del Guadalquivir, área frente a Zahara de los Atunes y el entorno de la Isla de Tarifa, donde "hay mucha información sobre pecios púnicos y romanos". En la elección de estas áreas se ha tenido en cuenta la información con la que cuenta el Instituto Hidrográfico de la Marina sobre obstáculos para la navegación y con la información arqueológica documental u oral que posee el CAS sobre posibles yacimientos en la zona.


Además de responsables y técnicos del CAS y de la Armada, la reunión ha contado con la asistencia de la directora general de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura, Ángeles Albert, y la directora general de Bienes Culturales de la Junta, Margarita Sánchez. Ambas han destacado que el fin último de estos trabajos es la investigación, la puesta en valor y protección del patrimonio subacuático, así como evitar su expolio. Aseguran que la primera campaña ha sido "exitosa desde el punto de vista arqueológico y científico", tras haberse detectado 134 contactos, considerando que 84 de esas anomalías podrían tener interés arqueológico.


En 22 casos se ha descartado el interés arqueológico, mientras que se han detectado "dos pecios arqueológicos singulares". Sobre estos dos pecios, significan que lo que se ha hecho es un "primer acercamiento", estando pendientes "trabajos futuros de investigación más exhaustiva para tratar de ponerle nombre y cronología". En cualquier caso, las primeras hipótesis apuntan a que se trata de dos pecios "modernos", uno de aproximadamente el siglo XVIII y el otro del XX. Ambos han sido localizados próximos a la costa en la Bahía de Cádiz.
De los pecios detectados, dos tienen la consideración de "singulares".


La segunda campaña se desarrollará gracias a una aportación de 60.000 euros por parte del Ministerio de Cultura, mientras que la Junta y la Armada aportan medios técnicos y humanos valorados en similar cuantía. Entre otras novedades, la Armada pretende incorporar nuevos equipos al trabajo, previendo la adquisición de perfiladores, magnetómetros, y sónar de barrido lateral.


El área comprendida entre la desembocadura del Guadalquivir y Tarifa es considerada como una de las de mayor interés del mundo desde el punto de vista de la arqueología submarina, estimándose que aglutina alrededor de 800 de los 3.000 restos de interés que se cree que reúne el litoral español. En este punto, la Junta ha detallado que el Golfo de Cádiz cuenta con 56 zonas protegidas como Bien de Interés Cultural (BIC) y con 42 zonas de servidumbre.


Esta actuación programada es la continuación de las labores que viene realizando desde 2010 el CAS del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico para la ejecución de la Carta Arqueológica Subacuática. Los trabajos se enmarcan dentro del Plan Nacional de Protección del Patrimonio Cultural Subacuático elaborado por el Ministerio de Cultura.
(Fuente: La Vanguardia)

18 de septiembre de 2011

La Costa da Morte, en pie de guerra por los tesoros de Corcubión


No hay acuerdo sobre el destino definitivo de las joyas, vajillas, monedas de plata, pecios y armas procedentes de la flota de Padilla (S. XV) encontradas en los pecios de Corcubión
Asociaciones, cofradías o partidos políticos de la Costa da Morte se han unido para evitar que los distintos objetos que el equipo del arqueólogo submarino Miguel San Claudio ha localizado y extraído en la ría de Corcubión se queden en la comarca. Estos trabajos los realizó la empresa Archeonauta en agosto, dentro del proyecto de la Consellería de Cultura de cartografiar los yacimientos subacuáticos localizados en esta ría y en la de Rande.
El equipo de San Claudio ha realizado importantes descubrimientos.
Archeonauta examinó, por lo menos, 20 puntos de áreas que ya están marcadas de investigaciones anteriores y se ha centrado en documentar parte de los pecios de 1596, de los que se han localizado alrededor de seis naufragios de la flota al mando del Adelantado de Castilla Martín de Padilla. La armada, de cerca de un centenar de naves, partió de los puertos de Lisboa y Sevilla hacia Irlanda, transportando un ejército que debería apoyar a los irlandeses en la lucha frente a la ocupación inglesa de la isla.
La campaña se realizó en agosto. | Cultura
La campaña se realizó en agosto. | Cultura
En estos pecios se documentaron numerosas piezas de artillería de diferentes tipos y materiales como bronce, hierro fundido y hierro forjado. También se encontró armamento ligero entre los que destacan arcabuces y espadas, además de numerosa munición en plomo, hierro y piedra. Asimismo, se localizaron elementos de la impedimenta del ejército como plomo para fundir munición, cureñas de artillería terrestre, equipos quirúrgicos del cuerpo de sanidad o elementos pertenecientes al atuendo de soldados o tripulantes.
Entre los materiales de uso cotidiano destaca la localización de una vajilla de mesa de peltre, probablemente perteneciente a algún oficial embarcado en una de las naves. En otro de los pecios se conservan aún una gran cantidad de monedas de plata, destinadas a sufragar los gastos del ejército expedicionario. También se pudieron documentar grandes piezas de madera pertenecientes a la estructura de los buques. Los materiales extraídos para evitar su desaparición serán restaurados.

'Que se queden aquí'

Tal es la cantidad de los elementos encontrados, a diferencia de la campaña de Rande, que la Consellería de Cultura tiene la intención de trasladarlos al Museo do Mar de Vigo. Una decisión que ha puesto en pie de guerra a las asociaciones y políticos de la zona. "La gente quiere que los tesoros se queden en la Costa da Morte. Si los han localizado aquí, lo lógico es que se queden aquí", asegura José Manuel Martínez, patrón mayor de la cofradía de Fisterra.
Esta cofradía ha ofrecido para ello el Museo de la Pesca, un espacio que gestiona la propia entidad y que se encuentra en el Castillo de San Carlos, en Fisterra. Allí, las nuevas piezas compartirían espacio con otras encontradas en otros naufragios y, sobre todo, con una rica colección de aparejos y elementos de pesca artesanal. "De lo que se trata es de evitar que lo nuestro se vaya a otro lugar", indica.
También el alcalde de Cee, el independiente Ramón Vigo, es partidario de que los objetos localizados se queden en la comarca. "Esto podría suponer un impulso turístico para los ayuntamientos de la zona", asegura. La Asociación Neria, que integra a varios ayuntamientos de la Costa da Morte, y que él preside, también ha terciado en la polémica y ha ofrecido también las salas del Museo Seno de Corcubión, un espacio dedicado al mar y en el que hay piezas de barcos y cartas naúticas, entre otros elementos, y más grande que el museo de la Pesca.
Entre los restos, hay pecios, joyas o equipos quirúrgicos. | Cultura
Entre los restos, hay pecios, joyas o equipos quirúrgicos. | Cultura

Faro de Fisterra

Pero Neria también ofrece el faro de Fisterra, que gestiona la entidad, para albergar la colección de objetos descubiertos. "Es una zona muy visitada y ahí también podrían quedar bien", asegura. Esta asociación ya le ha enviado una carta a la Consellería de Cultura pidiendo que los materiales extraídos de la campaña arqueológica se queden en la zona. Por el momento, no han recibido ninguna respuesta.
"No tenemos constancia de esa petición", apuntan desde la Consellería de Cultura que afirma que, por el momento, no ha querido terciar en la polémica. Quien sí lo ha hecho ha sido la diputada gallega del PSdeG,Marisol Soneira, que insiste en la necesidad de que el patrimonio que se ha recuperado en la ría de Corcubión es de la Costa da Morte. "Y debe quedar aquí", recalca.

Más piezas

Los trabajos realizados por el equipo de San Claudio también avanzaron en la cartografía de los restos de la corveta de 32 cañones francesa 'Bayonnaise', hundida en la playa de Langosteira de Fisterra el 28 de noviembre de 1803, y en la que se conservan vajillas, joyas y elementos decorativos. También se documentaron varios vapores de finales del siglo XIX y principios del XX en profundidades de hasta 54 metros.
En uno de estos vapores se localizó lo que podría ser uno de los cargamentos más ricos localizados en aguas españolas en arqueología subacuática. Se trata de un vapor procedente de África que conserva numerosas joyas, piedras semipreciosas y otros elementos suntuarios pertenecientes a sus pasajeros, así como numerosas monedas de plata y cobre.
(Fuente: El Mundo)

9 de septiembre de 2011

Localizan seis galeones más de la batalla de Rande en la Ría de Vigo

La campaña científica submarina de estudio de los Galeones de Rande se saldó con éxito por la confirmación de entre seis y ocho pecios, de ellos al menos uno francés y otro español, pertenecientes a los barcos que participaron en la batalla desarrollada en la Ría hace más de 300 años.
La batalla de la bahía de Vigo, 23 de octubre de 1702 deLudolf Backhuysen
(alrededor de 1702).

Localizados los buques hundidos, ahora toca tomar la decisión más complicada: su rescate total o parcial para su exhibición en un local adecuado, quizá el Museo del Mar, quizá en el puerto. De momento sólo se habla de repetir en el futuro y conseguir más datos y posiciones de barcos.
Tanto Javier Lauces, director de la misión arqueológica realizada tras un convenio de la Xunta y el Ministerio de Cultura, como el director de Patrimonio de Galicia. José Manuel Rey Pichel, coincidieron en calificar de exitoso el resultado obtenido en los trabajos iniciados el pasado 21 de julio en la Ensenada de San Simón. Uno y otro insistieron en que los medios empleados han podido avanzar el estudio de los pecios y confirmar 19 puntos de los que al menos seis se corresponden con Rande, la mayoría ubicados cerca de la orilla sur de la ensenada de San Simón, así como con embarcaciones más recientes. Y todo ello en apenas unos días, seis, mientras que la localización de otros cinco llevó varios años durante la anterior prospección submarina de los años noventa y más recientemente, en 2007.
Luaces aseguró que hay indicios de la presencia de más barcos de la batalla en las inmediaciones del punto donde se tomaron imágenes de los seis descritos, que junto a otros cerca del estrecho de la Ría, donde actualmente hay un parque de bateas, podrían sumar entre 20 y 30. Sucesivas campañas tendrán que aclarar este aspecto que ahora ha quedado encima de la mesa, pendiente.

Restos de maderaLuaces destacó que en tres de los barcos hundidos durante la batalla de Rande se han hallado restos de madera pertenecientes a la proa, la roda (parte de la proa) y a partes de las cuadernas (laterales del barco), así como concreciones férricas que podrían ocultar bolas de cañón o piezas de anclas, y que uno de ellos conserva el túmulo, por lo que se sospecha que se conserve de una pieza.


A la espera de disponer de más datos de posibles nuevas inmersiones en el futuro, los arqueólogos calculan tras la inspección ocular realizada en julio que uno de los barcos podría ser un galeón de entre 30 y 40 metros, y otro tener 25 metros de eslora, pero 'es algo aventurado' llegar a conclusiones de este tipo, según Luaces.
El director de la campaña de inmersiones tampoco ha descartado que pueda haber sepultados bajo el lodo de la Ría objetos de valor ocultos en las bodegas y que no llegaron a ser descargados junto al resto de tesoros traídos desde América antes del ataque de la flota anglo-holandesa. En este sentido, recordó que en los primeros años tras la batalla ya hubo intentos de recuperación de ciertos objetos preciosos y podría haber más, ya que aunque la mayoría de la plata se pudo desembarcar, había contrabando a bordo de los barcos finalmente hundidos.

La Xunta coloca la arqueología submarina como 'estratégica' En la presentación realizada ayer en la Delegación Territorial de la Xunta en Vigo se habló y mucho de seguir adelante con las investigaciones, lo que obligaría a poner en marcha campañas de sondeos, con extracciones, manuales o mecánicas, que requerirían más tiempo y mayor presupuesto que el aportado hasta la fecha por la Xunta y el Ministerio de Cultura en el marco del Plan Nacional de Protección del Patrimonio Subacuático.
Por su parte, el director general de Patrimonio Cultural de la Xunta, José Manuel Rey Pichel, destacó durante su intervención ante los medios la 'voluntad política' de la Administración autonómica de seguir financiando, en colaboración con el Gobierno central, este proyecto, por considerarlo 'estratégico', aunque ha admitido que en adelante habrá que saber 'priorizar' por la limitación de recursos.
Así y todo, Rey ha avanzado que la intención de la Administración autonómica es poder realizar extracciones en futuras campañas y trasladar el material rescatado en las prospecciones tanto en la ría de Vigo como en las de Corcubión y Ribadeo al Museo del Mar de Galicia, en Vigo, para su conservación y exposición al público. ¿Qué piezas? Reconoció que de momento ninguna, porque en la expedición de Rande no se había recuperado ninguna.
Claro que Rey Pichel advirtió de que tampoco era el objetivo de la campaña desarrollada en las aguas de Vigo durante el pasado mes de julio, sino confirmar que los pecios localizados en anteriores campañas eran de la Batalla de Rande. De hecho, algunas de las espectaculares 'fotos' realizadas en la anterior campaña geofísica, con sonar, se correspondían con barcos hundidos más recientemente y no con galeones del siglo XVIII.

La Batalla de Rande

En Octubre de 1702 la Ría vivió otro suceso bélico que tuvo una gran repercusión en Europa, la famosa batalla del estrecho de Rande, tras el cual se había refugiado una flota hispano francesa de la que formaban parte diecinueve galeones cargados de oro y plata procedentes de las posesiones españolas en América.
Moneda inglesa con la imagen de la reina Ana,
acuñada con la plata capturada en la batalla.
Aquellos galeones y los barcos de guerra franceses que los protegían fueron atacados y casi todos hundidos por una gran escuadra anglo holandesa. Buena parte de los tesoros se fueron al fondo lodoso de la Ría, donde se supone que todavía permanecen tras los muchos intentos de rescate – algunos con considerable inversión económica – que tuvieron lugar a lo largo de los Siglos XVIII y XIX.
Parte del oro y la plata se pudo salvar, otra se hundió y una tercera fue el botín de los vencedores. Con el oro de Rande se acuñaron en Inglaterra monedas de cinco, una y media guineas; con las de plata de una corona, media corona, un chelín y seis peniques, todas con la efigie de la Reina Ana en su anverso. Circularon a lo largo de muchos años.
A partir de entonces el nombre de Vigo se popularizó en Europa, debido a la abundante documentación que generó el suceso, con impresión de numerosos grabados conmemorativos y de artísticos mapas para explicar y perpetuar la batalla.
La Batalla de Rande, en fin, sirvió para inspirar a Julio Verne en su novela “Veinte mil leguas de viaje submarino”, uno de cuyos capítulos transcurre en la Ría de Vigo, hasta donde periódicamente se trasladaba el capitán Nemo con el Nautilus para financiar sus expediciones con los tesoros que se encontraban en el fondo de las aguas de Rande.