El hallazgo arqueológico se produjo de manera casual durante un paseo por el campo y se encuadra en el periodo Calcolítico, con una antigüedad estimada de 5.000 a 6.000 años
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| Arqueólogos analizan las nuevas pinturas rupestres halladas en Alburquerque (Badajoz) Radio Comarca de Alburquerque |
Alburquerque (Badajoz) suma un nuevo descubrimiento arqueológico, fruto de la casualidad, consistente en cuatro nuevos abrigos con pinturas rupestres calcolíticas, de 5.000 años de antigüedad. El hallazgo ha sido calificado por la arqueóloga Ana Rabazo Rodríguez como el 'Quinto enclave' de pinturas esquemáticas en el término municipal.
Este descubrimiento no ha sido fruto de una prospección sistemática, sino un golpe de suerte durante un paseo por el campo cuando, según relata Rabazo, pidieron permiso al propietario de la finca para poder entrar. El hallazgo se produjo en colaboración con sus compañeros Antonio Carrión Morato, Julieta Mara Larrea y Alejandro González Pizarro, con quienes colabora en otros proyectos.
La clave la dio Carrión, quien se fijó que había “unas manchas en la pared” que resultaron ser “un conjunto de pinturas esquemáticas”, el cual pronto se multiplicó pues al investigar un poco más en la zona pasó “de un abrigo a cuatro con este tipo de hallazgos”, subraya la arqueóloga alburquerqueña.
Las nuevas pinturas, que se han dado a conocer durante la clausura del Congreso SOPA25 celebrado en Alburquerque, se suman a otros yacimientos conocidos en esta localidad, como los de San Juan, el Risco, La Caraba y el Castillo de Azagala, lo que sugiere una red de conjuntos que demuestra que las manifestaciones no están aisladas. “Con esto seamos conscientes de que tenemos un patrimonio muy rico”, ha enfatizado Ana Rabazo, según la cual el hallazgo ya se ha notificado formalmente, aunque está a “expensas del estudio formal” y la petición de permiso.
Por motivos de protección, la localización concreta “no se puede revelar por el momento”, aunque se confirma que están en el municipio y conectan con otras pinturas.
Ficha técnica del hallazgo arqueológico
El área del hallazgo se ubica en las sierras occidentales de Alburquerque, dentro de la ZEPA 'Nacimiento del río Gévora', un espacio natural de gran biodiversidad y protección, característico del bosque mediterráneo. Las sierras colindantes son La Paja, La Calera, Mayorga, El Naranjal, El Castaño y La Caraba, que se extienden hasta la Sierra de San Mamede en Portugal.
El hallazgo se produjo de manera casual el 6 de septiembre de 2025, tras obtener el permiso del propietario de la finca. Las pinturas han sido fotografiadas y geolocalizadas, y la documentación ha sido enviada a la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Extremadura para su catalogación regional.
El abrigo principal se encuentra en la umbría de la sierra, resguardado de los elementos, sobre una pared de cuarcita de buena calidad. Su orientación al norte es particular, ya que la mayoría de los abrigos rupestres suelen mirar al sur, si bien los autores sugieren que se debe a la falta de un mejor soporte. Las pinturas, “muy vistosas”, son fácilmente apreciables a ojo desnudo.
A falta de una datación directa (como el radiocarbono), la tipología de las figuras permite encuadrar el arte en el periodo Calcolítico, con una antigüedad estimada de 5.000 a 6.000 años. La variación en tonos y estilos en los paneles sugiere que las obras se realizaron en distintos momentos.
Un análisis preliminar por microscopía (RAMAN), comparado con publicaciones recientes de universidades italianas y portuguesas, revela una composición casi exclusiva de hematita, que confiere el característico color rojo a las figuras. Sobre las pinturas, se ha identificado una capa protectora continua de oxalatos y una discontinua de cristales de yeso.
La localización del Abrigo Nº 1 lo convierte en el punto de arte rupestre más occidental conocido hasta ahora en el término municipal de Alburquerque. El hallazgo de cuatro abrigos próximos en una sola jornada sugiere una gran densidad de arte parietal esquemático en estas sierras, abriendo la puerta a la aparición de muchos más yacimientos mediante una futura prospección sistemática.
El área del hallazgo se ubica en las sierras occidentales de Alburquerque, dentro de la ZEPA 'Nacimiento del río Gévora', un espacio natural de gran biodiversidad y protección, característico del bosque mediterráneo. Las sierras colindantes son La Paja, La Calera, Mayorga, El Naranjal, El Castaño y La Caraba, que se extienden hasta la Sierra de San Mamede en Portugal.
El hallazgo se produjo de manera casual el 6 de septiembre de 2025, tras obtener el permiso del propietario de la finca. Las pinturas han sido fotografiadas y geolocalizadas, y la documentación ha sido enviada a la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Extremadura para su catalogación regional.
El abrigo principal se encuentra en la umbría de la sierra, resguardado de los elementos, sobre una pared de cuarcita de buena calidad. Su orientación al norte es particular, ya que la mayoría de los abrigos rupestres suelen mirar al sur, si bien los autores sugieren que se debe a la falta de un mejor soporte. Las pinturas, “muy vistosas”, son fácilmente apreciables a ojo desnudo.
A falta de una datación directa (como el radiocarbono), la tipología de las figuras permite encuadrar el arte en el periodo Calcolítico, con una antigüedad estimada de 5.000 a 6.000 años. La variación en tonos y estilos en los paneles sugiere que las obras se realizaron en distintos momentos.
Un análisis preliminar por microscopía (RAMAN), comparado con publicaciones recientes de universidades italianas y portuguesas, revela una composición casi exclusiva de hematita, que confiere el característico color rojo a las figuras. Sobre las pinturas, se ha identificado una capa protectora continua de oxalatos y una discontinua de cristales de yeso.
La localización del Abrigo Nº 1 lo convierte en el punto de arte rupestre más occidental conocido hasta ahora en el término municipal de Alburquerque. El hallazgo de cuatro abrigos próximos en una sola jornada sugiere una gran densidad de arte parietal esquemático en estas sierras, abriendo la puerta a la aparición de muchos más yacimientos mediante una futura prospección sistemática.
(Fuente: El Diario)

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