El estudio de los Dólmenes de Antequera y su entorno siguen arrojando nuevos descubrimientos, como los restos químicos de uva fermentada encontrados en unos fragmentos de cerámica de unas vasijas localizadas en el túmulo del Dolmen de Menga.
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Dolmen de Menga de Antequera |
El estudio de los Dólmenes de Antequera y su entorno siguen arrojando nuevos descubrimientos, como los restos químicos de uva fermentada encontrados en unos fragmentos de cerámica de unas vasijas localizadas en el túmulo del Dolmen de Menga. Este hallazgo fue datado en torno a 5.800 años de antigüedad por parte de un equipo de arqueólogos dirigido por el profesor Leonardo García Sanjuán, catedrático de Prehistoria en la Universidad de Sevilla. Por lo tanto “en el Neolítico, ya había técnicas de viticultura y se consumía vinos; es decir, esto se hacía antes de la llegada de los fenicios”, como apuntan desde el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga.
Este descubrimiento centró una reciente ponencia que este ofreció el propio García San Juan en el Museo del Sitio de los Dólmenes de Antequera, dentro del ‘Encuentro en el Cerro de Menga: disertación arqueológica y cata con maridaje inspirado en el Neolítico’, evento organizado con motivo del centenario de la marca ‘Málaga’ para vinos, previsto en un principio para el pasado mes de septiembre.
El presidente del Consejo Regulador, Juan Francisco Vallejos, calificó como “histórico” el acto donde se puso en valor un hallazgo que “nos ha permitido certificar que en la provincia de Málaga ya se producía y consumía vino hace 6.000 años”.
Por su parte, el alcalde Manolo Barón, destacó la importancia de la cultura del vino en la comarca de Antequera desde tiempos inmemoriales, con especial relevancia, por ejemplo, en la época romana o en los hallazgos relacionados con los dólmenes; así como el nuevo impulso del sector en la provincia: “Málaga es una tierra productiva en todo lo que significa la gastronomía y se está posicionando en un nivel muy superior de unos años para acá”.
Tras el encuentro en el museo hubo una visita guiada a los Dólmenes de Antequera a cargo del profesor García Sanjuán y, posteriormente, los asistentes se dirigieron al Complejo El Henchidero para disfrutar de una cata maridada en la Escuela de Hostelería del Instituto Pedro Espinosa en estas instalaciones.
En la comida, inspirada en el Neolítico, se pudieron degustar los vinos blanco, rosado y tinto de la DOP Sierras de Málaga y seco y dulce añejo de la DOP Málaga, maridados con pan de bellota, ensalada de lentejas en frío con hierbas aromáticas y toque de espárragos y setas; sopa de trigo, tagarnina y berros al aroma de hinojos; guiso de codorniz con piñones; carne de caza a la brasa de madera de encina con culís de moras y requesón con panal de miel.
“Este menú recrea la herencia culinaria de este período histórico a través de platos elaborados exclusivamente con productos de la tierra. La sopa de trigo con hinojo, tagarninas y berros recupera el uso de plantas silvestres como elemento esencial en la cocina prehistórica. La codorniz estofada con setas y piñones, así como el venado asado y ahumado, evocan las antiguas técnicas de cocción al fuego, base de la alimentación neolítica. El cierre del menú lo protagoniza un postre elaborado con requesón, panal de miel natural y una teja de harina de bellota, ingredientes esenciales en la dieta de la época”, explica el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga.
(Fuente: Clave Económica)
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