google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Revelan el origen almohade del Molino de la Albolafia en Córdoba

19 de febrero de 2025

Revelan el origen almohade del Molino de la Albolafia en Córdoba

Se descarta la posibilidad de que la noria fuera construida en el siglo IX. El Ayuntamiento tiene previsto abordar una segunda fase del proyecto, con una inversión de 1,5 millones de euros, destinada a consolidar la estructura del molino y hacerlo visitable.
Restauración del Molino de la Albolafia. ÁLEX GALLEGOS

Una reciente investigación de la Gerencia Municipal de Urbano (GMU) de Córdoba ha arrojado luz sobre el origen del Molino de la Albolafia, que en el último trimestre de 2024 fue sometido a una limpieza integral. Dichos estudios, tal y como ha confirmado el jefe de la Oficina de Arqueología de la GMU -Juan Murillo-, revelan que la fase inicial de la noria se remonta al período almohade.

Durante mucho tiempo, la fecha exacta de construcción del molino ha sido un misterio. Murillo ha recordado que se barajaron hipótesis que la situaban en el siglo IX, atribuyéndola a la época de Abderramán II. Otros la vinculaban al periodo almorávide, sugiriendo su conexión con un palacio construido sobre el río. Incluso, se llegó a considerar su origen como una fábrica mudéjar.

Sin embargo, Murillo ha confirmado que los análisis exhaustivos llevados a cabo en la estructura del molino han desvelado datos concluyentes. “Se ha podido hacer el análisis y a día de hoy sabemos que la fase inicial de la noria es almohade”, ha apuntado este profesional, que ha enumerado las evidencias que ha llevado a la GMU a sostener dicha afirmación.

En primer lugar, las características de las construcciones, ya que tanto los materiales como las técnicas empleadas en la base del molino son propios de la arquitectura almohade. En segundo lugar, el diseño y la forma de los arcos presentes en la estructura original se corresponden con el estilo arquitectónico de dicha época. Asimismo, los cimientos sobre los que se asienta el molino, así como la gran sillería que forma el tajamar, son también características de la ingeniería almohade.

Por ello, la GMU descarta la posibilidad de que la noria fuera construida en el siglo IX. Para ahondar más sobre ello, Murillo ha explicado que “el nivel del agua en ese período no permitiría elevarla hasta el alcázar omeya, lo que habría requerido la construcción de estanques adicionales, de los cuales no se han encontrado vestigios. Se sabe que Abderramán II utilizaba un canal para llevar agua al Alcázar”.

Otro dato relevante, ha continuado, es el destino del agua. “A diferencia de lo que se creía, esta agua no se utilizaba para el consumo humano, sino para el riego de las extensas huertas y jardines de la alcazaba almohade. Los textos árabes de la época confirman que el agua de los ríos era considerada de baja calidad y se destinaba principalmente al riego”. Pese a este origen almohade, durante los trabajos de limpieza se ha identificado una reforma posterior, realizada en el siglo XIV, durante el período mudéjar. Esta reforma implicó la reconstrucción del soporte de la noria tras un posible colapso.

¿En qué estado se encontraba el molino?

Por otro lado, la arquitecta y coordinadora de gestión de Casco Histórico en la GMU, Rosa Lara, ha comentado que la rueda, “en su parte visible, se encuentra en mejor estado de lo esperado”. Sin embargo, “la parte enterrada de la rueda ha desaparecido debido a la acción de insectos xilófagos”.

Los responsables técnicos han testado productos para la restauración de los radios y las palas, con buenos resultados. También se han aplicado diferentes morteros para revestir la nave, así como un nuevo sillar, con resultados satisfactorios.

Una vez finalizado este trabajo por parte de Arqueobética, por un importe de 45.375 euros, el gobierno municipal tiene previsto abordar una segunda fase del proyecto, con una inversión de un millón y medio de euros, “destinada a consolidar la estructura del molino y hacerlo visitable”, tal y como han anunciado el alcalde de Córdoba, José María Bellido, y el presidente de la GMU, Miguel Ángel Torrico.

Este último ha recalado la importancia de estas actuaciones “para hacer la ciudad más atractiva al turismo, a la investigación, a la arqueología y a los propios cordobeses, para que sean conscientes del inmenso valor patrimonial y arqueológico de la ciudad”.

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