google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri

18 de octubre de 2019

Documentan dos dólmenes a 2.100 metros en el Pirineo Aragonés

Un equipo de arqueólogos liderado por el Instituto de Ciencias del Patrimonio (CSIC, Santiago de Compostela), ha concluido el trabajo de investigación iniciado este verano en el Parque Natural de los Valles Occidentales con el hallazgo de dos dólmenes situados a más de 2.100 metros de altitud, probablemente los situados a mayor altura en todo el Pirineo aragonés.
La investigación dirigida por Jorge Canosa contribuirá a que estos y otros 50 monumentos prehistóricos conocidos previamente pasen a ser incluidos en el inventario del Gobierno de Aragón, convirtiendo al parque natural en una de las zonas del Pirineo con mayor densidad de sitios arqueológicos documentados. El equipo de trabajo ha estado integrado además de por arqueólogos del CSIC por personal de la Universidad Pompeu Fabra (Cataluña) y de la Universidad de Leicester (Reino Unido).

Los trabajos de localización e inventariado se enmarcan un proyecto de investigación sobre los primeros pastores del Pirineo y su forma de ocupar y entender los espacios de alta montaña. El proyecto forma parte del trabajo de tesis doctoral de Jorge Canosa, dirigida por Felipe Criado y Pastor Fábrega.

“Los dos dólmenes identificados durante la prospección arqueológica se encuentran junto al puerto Bernera (Aragüés del Puerto) y de camino al puerto de Aísa, a 2.120 metros y 2.117 metros de altitud respectivamente. Están formados por un túmulo circular de unos 15 metros de diámetro a base de rocas calizas grises y una cámara
sencilla de grandes losas anaranjadas. La estructura de ambos está completamente desmoronada y ninguna de las losas sigue en pie, pero, pese a todo, no hay signos evidentes de saqueo, por lo que no se puede descartar la posibilidad de que todavía se conserven restos humanos y de ajuar en su interior”, explica Jorge Canosa.

Junto a estos hallazgos, se han reconocido otros 50 monumentos prehistóricos que no estaban incluidos en el inventario oficial del Gobierno de Aragón, la mayoría de ellos dólmenes, pero también se han encontrado menhires, cistas y círculos de piedras. “La gran tradición montañera en la zona ha permitido que durante las últimas décadas se hayan encontrado numerosos monumentos nuevos, pero el conocimiento de estos se había limitado al boca a boca y ahora, tras la prospección, todos estos monumentos pasarán a tener reconocimiento y protección legal”, destaca el arqueólogo.

PASTOS PARA EL GANADO
Los pastos de la montaña pirenaica fueron aprovechados por los rebaños de los grupos humanos neolíticos que levantaron estos dólmenes para enterrar a sus difuntos. Pero los lugares donde ubicaron las sepulturas no fue casual. Como ahora, la dureza del clima de alta montaña impedía pastar a los rebaños durante los meses fríos, por lo que la presencia de estos grupos humanos era solo temporal. A falta de fronteras, reglamentos y límites municipales, una forma de reclamar el derecho a explotar los mismos pastos al año siguiente era demostrando con estas tumbas que tus parientes habían estado allí con anterioridad, por lo que la localización de los dólmenes es estratégica.

Las investigaciones llevadas a cabo este verano por el CSIC muestran cómo estos monumentos megalíticos se distribuyen a lo largo de las fronteras de los diferentes valles, situados muchos de ellos en caminos de acceso a collados o en los propios puertos de montaña, algunos formando parte, incluso, de fronteras administrativas actuales. En los próximos años, los trabajos se orientarán a deducir la utilidad de estos monumentos más allá su función funeraria y por qué fueron construidos allí.

Los hallazgos se suman al recientemente encontrado A casi 1.900 metros de altitud, en la Peña del Mediodía, en un lugar próximo al ibón de la Basa de la Mora, en el Bal de Chistau.

16 de octubre de 2019

Tres detenidos por expoliar patrimonio de la Batalla de Navas de Tolosa

Los arrestos se han producido en el marco de la ‘Operación Reina’ llevada a cabo en Santa Elena y Marbella, donde se ha incautado de 2.000 piezas de yacimientos de la provincia
La Policía Nacional ha detenido a tres personas, dos en Santa Elena (Jaén) y otra en Marbella (Málaga), acusadas de expoliar más de dos mil piezas, ya intervenidas, en el municipio de las Navas de Tolosa y el yacimiento de la Cueva de los Muñecos, además de un pequeño arsenal de armas.

Las detenciones se han producido en el marco de la denominada ‘Operación Reina’ en la lucha contra el expolio del Patrimonio Histórico en Jaén, según ha informado la Policía en un comunicado.

La operación comenzó después de que los investigadores, «mediante los contactos permanentes que tienen en el mundillo de la arqueología y el Patrimonio Histórico Español y Andaluz», obtuvieron información sobre el expolio masivo que se estaba produciendo en una de las zonas más históricas de la provincia.

Concretamente donde se desarrolló la Batalla de las Navas de Tolosa en 1212, en las inmediaciones de la localidad de Santa Elena, del que supuestamente eran responsables personas de dicha localidad.

Del mismo modo, un yacimiento íbero conocido como la Cueva de los Muñecos y cercano a la zona, igualmente estaba siendo saqueado, sufriendo ambas zonas un expolio sistemático durante años.

Los agentes identificaron a dos de los presuntos expoliadores, vecinos de Santa Elena que además recepcionaban y compraban lo que otros conseguían, haciendo de intermediarios entre estos y el recepcionista final que los investigadores ubicaron en Marbella (Málaga).

Sometidos a una estrecha vigilancia, los agentes identificaron al presunto comprador final de lo expoliado, que se trataba de un vecino de Marbella que periódicamente se desplazaba desde esta localidad hasta Santa Elena para comprar todo tipo de objetos que supuestamente trasladaba hasta un castillo de su propiedad en Francia.

Una vez identificados y ubicados, los investigadores solicitaron a la autoridad judicial la entrada y registro de cuatro domicilios de los tres investigados, tres en Santa Elena y uno en la vivienda del presunto receptador en Marbella.

En la operación se han intervenido tres armas de guerra, una ametralladora MG42, dos morteros de 60 mm, una escopeta de dos cañones paralelos de avancarga, 350 gramos de marihuana y una imagen de la Virgen datada en el siglo XIII y cuya procedencia se está investigando.

(Fuente: Vivir Jaén)

15 de octubre de 2019

Proyecto para la puesta en valor del yacimiento de Ciavieja (Almería)

La Universidad de Almería liderará el proyecto, cuyos trabajos se prolongarán durante los tres próximos años para avanzar en la comprensión de las sucesivas ocupaciones humanas que habitaron el lugar al menos desde el Tercer Milenio a.C.
La Universidad de Almería será la encargada de desarrollar el proyecto de ‘Puesta en Valor del Yacimiento de Ciavieja’, una vez que el Ayuntamiento de El Ejido le ha adjudicado los trabajos tal y como ha precisado el alcalde, Francisco Góngora, durante la visita a la exposición fotográfica que acoge estos días el Patio de Luces del Consistorio sobre los inicios del desarrollo de trabajos agrícolas bajo el título ‘Los franceses en las Chozas de Redondo’.

Góngora ha detallado sobre este asunto que “el proyecto presentado por la Ual se adecúa perfectamente a los objetivos del Consistorio, ya que plantea un ambicioso programa que implica a un equipo interdisciplinar de investigadores que son la garantía de que el trabajo a desarrollar en Ciavieja alcanzará una calidad sin precedentes”.

EQUIPO DE EXPERTOS
El personal que llevará a cabo todos los trabajos será un equipo de expertos compuesto por especialistas de ámbito internacional, incluye expertos en prehistoria del sureste de la Península Ibérica, arqueología romana, fenicia y púnica, urbanismo romano, arqueometalurgia, numismática fenicia, púnica y romana, antropología física y museología o estudio de carpología, entre otros.

Asimismo, para garantizar la correcta conservación y posterior musealización de los restos arqueológicos, en el equipo se integran dos especialistas en restitución consolidación de bienes integrantes del patrimonio histórico.

En este sentido, el alcalde de El Ejido, Francisco Góngora, asegura que “la cualificación del equipo de investigación nos hace ser muy optimistas respecto a los resultados del trabajo, además de los doctores y el catedrático en Historia Antigua de la Universidad de Almería, hay especialistas de la Universidad de Valencia, de la de Sevilla, de la Autónoma, de Málaga, de la Complutense, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, además otras universidades e instituciones francesas, Belgas, y alemanas, que disponen de un acreditado reconocimiento internacional por sus investigaciones anteriores”.

Y es que los objetivos generales son evaluar el potencial científico, turístico y cultural de la zona arqueológica, avanzar en la comprensión de las sucesivas ocupaciones humanas que habitaron el lugar al menos desde el Tercer Milenio a.C., además de garantizar la conservación y valorización del enclave, identificando previamente los espacios más adecuados a ese propósito.

CONTINUIDAD
Los trabajos, que requieren la autorización previa de la Consejería de Cultura, está previsto que se inicien este mismo año y se prolonguen durante 2020, 2021 y 2022 y en un primer momento se centrarán en la recuperación y estudio de toda la información procedente de investigaciones anteriores, tales como los materiales depositados en el museo arqueológico de Almería, y el estudio y análisis de los restos antropológicos documentados durante las excavaciones de 1985 y 1986.

Y a partir de ahí, se iniciará el trabajo de campo en el yacimiento, que se centrará en la excavación de determinados espacios, con la documentación, registro y estudio de todos los restos y unidades de estratificación arqueológica de cada etapa cultural.

13 de octubre de 2019

Mojácar la Vieja se creó en el siglo XII

El grupo de trabajo del laboratorio MEMOLab de Arqueología Biocultural del Departamento de Historia Medieval de la Universidad de Granada presentó las conclusiones del trabajo arqueológico que tendrá continuidad el próximo año.
Autoridades junto a algunos de los autores de la investigación en Mojácar la Vieja. FOTO: LA VOZ
Se presentaron los resultados preliminares de la campaña arqueológica 2019 de Mojácar la Vieja que revelaron que se creó en el siglo XII.Las conclusiones han sido realizadas por el laboratorio MEMOLab de Arqueología Biocultural del Departamento de Historia Medieval de la Universidad de Granada. A través del Ayuntamiento de la localidad y la Fundación Valparaíso.

El Concejal de Turismo del Ayuntamiento de Mojácar, Emmanuel Agüero, abrió la presentación en el Centro de Usos Múltiples para seguir con las explicaciones del desarrollo de los trabajos realizados por los arqueólogos en esta campaña de excavaciones.

También estuvieron presentes la Alcaldesa de Mojácar, Rosa María Cano, el Equipo de Gobierno del Consistorio, la presidenta de la Fundación Valparaíso, Beatrice Beckett y la directora de Proyectos de la Fundación, Teresa Santiago.

CIEN ARQUEÓLOGOS
Agüero agradeció a los propietarios de los terrenos implicados en la excavación por su colaboración, así como al pueblo de Mojácar, al Ayuntamiento del municipio, a la Fundación Valparaíso y a los más de cien arqueólogos que participaron en los trabajos de campo y de investigación.

Las conclusiones de las excavaciones realizadas en esta campaña 2019 corrieron a cargo de nueve arqueólogos del equipo de investigación de MEMOLab que dirigieron cada una de las áreas y el estudio, en su conjunto, de los descubrimientos realizados en Mojácar La Vieja.

El trabajo que va realizando el Laboratorio MEMOLab, según explicó su director, José María Martín Civancos, esta orientado desde el punto de vista científico y social. Como uno de los primeros asentamientos islámicos de la zona, es de interés en su estudio el conocimiento de las partes que van descubriendo y la comprensión de su origen en relación a la “conexión humana” con el medio ambiente, un contexto cultural y natural, de gran importancia para conocer qué fue Mojácar: su historia y su entorno.Recuperar una parte de su patrimonio y de su configuración social e histórica.

La campaña 2019 fue básicamente la continuidad de la realizada el año anterior: La zona de muralla y acceso al castillo, la parte superior fortificada y su funcionamiento con muchos nuevos descubrimientos que dan una forma más global de lo que significó Mojácar La Vieja.

Tras la explicación por parte de los arqueólogos de cada una de las áreas que colaboraron con los trabajos de excavación y los nuevos descubrimientos realizados en relación con el año anterior, las conclusiones finales y los avances en el estudio se concentraron en la confirmación de su creación, en el siglo XII.

ORIGENES
Queda la cuestión de cómo se funda, de dónde sale la población que la conforma, si se crea por agrupación natural de los habitantes del entorno o bien es el Estado Almorávide, construyendo un castillo quien invita a la población para realizar este asentamiento con fines políticos o militares.

Se ven muchas modificaciones, cambios en las estructuras incluso en relación a la propia puerta de entrada que se van realizando constantemente. Mojácar la vieja empieza a abandonarse en la segunda mitad del siglo XIII.

El próximo año, MEMOLab quiere seguir con las excavaciones y ahondar en el origen, para ello tienen que conocer el territorio que circunda el asentamiento con el fin de entender por qué se funda, qué hay antes, de dónde viene la población y la relación entre el poder islámico y comunidades campesinas de la zona.

(Fuente: La Voz de Almería)

10 de octubre de 2019

Una villa romana en la Casa de Campo de Madrid

Las monedas, fíbulas y cerámicas halladas permiten datar el yacimiento en el siglo II. Los restos de la villa romana se solapan con los de las trincheras de la Guerra Civil 
El delegado de Medio Ambiente junto a los arqueólogos en el hallazgo de la Casa de Campo. FOTO: ISABEL PERMUY
Excavar en la Casa de Campo es como pasar las páginas de un libro de historia. Vestigios de diferentes épocas se solapan en cada estrato. Desde los romanos hasta las trincheras de la Guerra Civil. Todo bajo un mismo suelo. El empedrado de una casa, tejas, monedas y cerámicas del siglo II quedaron selladas bajo un solar situado entre las vías del metro y el arroyo de Meaques. Siglos después, este mismo lugar, frente al cerro de Garabitas, fue escogido por las tropas republicanas para situar sus posiciones de tiro. La historia más pretérita y la contemporánea solapadas en un terreno de apenas una hectárea.

Hace dos años que se retomó la excavación que el prestigioso arqueólogo y antropólogo José Pérez de Barradas inició en 1933 y que se interrumpió por la contienda. En aquella expedición ya se detectaron huesos de animales, cerámica tosca, tierra sellada (terra sigillata), teselas de mosaico, algún fragmento de estuco y trozos de vidrio y de metal. También se descubrieron restos de un pavimento tosco formado por un empedrado de cantos rodados y el muro de una piscina.

Repasando las notas del experto, los miembros de la Plataforma Salvemos la Casa de Campo dieron la pista clave para encontrar el yacimiento romano dentro del parque. Esta nueva campaña, dirigida por el arqueólogo Manuel Silvestre, pretendía revelar con mayor precisión qué se escondía bajo la maleza.

Aunque aún se trabaja sobre el terreno, el equipo de arqueólogos ha encontrado las improntas de los trabajos realizados por Pérez de Barradas. También detectó una gran bolsa de cenizas que él documentó, entre las que había fragmentos de cerámicas romanas (tipo terra sigillata), una moneda romana, fragmentos de una posible fíbula (un broche para la túnica), así como material de construcción.

FUTURO BOSQUE
Como estas ruinas no son susceptibles de alojar un museo o de incorporarse a la colección, una vez que concluya este trabajo se realizará una fase de restauración medioambiental protegiéndolas con una capa geotextil. Alrededor de la zona, en el terreno afectado, se procederá a la plantación de 400 plantas autóctonas para convertir el lugar en zona forestal.

«Lo más importante es que este suelo de piedra tosca demuestra que aquí ha habido una presencia humana asentada en el siglo II; es decir, muchísimo antes de lo que siempre damos como fundación de Madrid, del Magerit árabe», expresó el responsable de reforestar la zona, Santiago Soria. Aunque el yacimiento no se expondrán al público -salvo el material recogido, que se llevará al Museo de San Isidro-, sí tiene interés científico e histórico, por lo que el Ayuntamiento de Madrid ha solicitado a la Comunidad permiso para seguir con las excavaciones. Y así poder seguir destapando nuevos capítulos de la historia.

26 de septiembre de 2019

La investigación en "Laminium" profundizará en las épocas alto imperial y omeya

La Junta autoriza la continuación de los trabajos de excavación en los terrenos de Alhambra (Ciudad Real) en los que se descubrió una villa romana de época alto-imperial y una alquería omeya en la campaña de 2016
La Junta de Comunidades autorizó a la entidad de investigación arqueológica y patrimonial "Oppida" la continuación de los trabajos de excavación y la determinación del valor de los restos hallados en el yacimiento arqueológico de Laminium, en el término de Alhambra, donde se descubrió una villa romana de época alto-imperial y una alquería omeya en la campaña de 2016

José Luis Fuentes, el arqueólogo-director de este proyecto, explica que de esta última época histórica se han conservado restos de una torre, la muralla norte, patios, pavimentos y la maqbara, en cuyo lugar de enterramiento se excavaron 17 tumbas vinculadas al rito de inhumación islámico, cuyos cadáveres se disponían de cúbito lateral y orientados hacía La Meca. «El buen estado de conservación de los restos óseos está posibilitando la realización de estudios genéticos que permitirán definir aspectos antropológicos clave en el conocimiento de una comunidad rural islámica de entre los siglos IX-XI d.C.», subraya. 

OPORTUNIDAD ÚNICA
Se da la circunstancia de que los enterramientos islámicos de Los Villares «representan la única oportunidad hasta el momento que ha existido de documentar una necrópolis islámica intacta y entrar en contacto con las mujeres y hombres que transformaron la denominación latina de Laminium al árabe al-Hamra (Alhambra)». Recuerda que la intervención desarrollada en las primeras fases de Los Villares en 2016 confirmó la existencia de una villa de época alto-imperial romana en la que se conservan «estructuras y ambientes relacionados con una domus que albergó entre sus dependencias un ambiente dotado de una interesante pavimentación musiva geométrica y vegetal, además de pinturas murales parietales». 

«La campaña programada para este año posibilitará la plena comprensión del espacio y de los ambientes con respecto al conjunto de la residencia rural de ocio de época romana», afirma Fuentes. Apunta, en este sentido, que uno de los objetivos principales será la delimitación y excavación del pavimento musivo bicromo hallado, «una sala de unos 50 metros cuadrados que se pavimentó hacia el cambio de era con un mosaico, cuyo programa decorativo en teselas blancas (mármol) y negras (basalto) presenta un emblema que desarrolla decoración geométrica a base de diferentes módulos de cuadrados segmentados en dos partes y en los que el artista musivo aplicó división diagonal en oposición cromática en todos ellos». «El mosaico de Los Villares acoge sugerentemente una temática compositiva geométrica que permite la asociación conceptual de la alternancia de los cuadrados bicromos de diverso tamaño con copas blancas y negras que podrían estar evocando a un programa decorativo concreto y relacionado con la funcionalidad del ambiente, posiblemente ligado al consumo de vino y/o la representatividad del propietario», añade el responsable de Oppida. 

Además de este pavimento de gusto itálico, se han documentado también estructuras hidráulicas que podrían fijar la situación del balneum o termas, así como las dependencias asociadas a los mismos. 

Por otro lado, los ambientes orientales presentan unas características constructivas propias de pertenecer a una zona de la vivienda menos suntuaria, que podría estar en relación con las dependencias auxiliares de la villa, denominadas pars fructuraria y/o pars rustica. Por último, el director de las excavaciones considera «histórica» la oportunidad de culminar un proceso de excavación parcial y de urgencia en una villa que «ofrece unos contextos muy concretos para un periodo de tiempo tan desconocido como el alto-imperial y el Omeya en la Meseta meridional», al tiempo que demanda «una figura de protección específica para todo el conjunto del ager Laminitanus, la prohibición completa del uso de detectores de metales, el aumento de la vigilancia por parte del Seprona para la prevención de actos de expolio y la creación de un observatorio de control de la gestión patrimonial que realizan las instituciones, en especial el Ayuntamiento de Alhambra».

24 de septiembre de 2019

Hallan la muralla andalusí del siglo IX del Castillo de La Estrella de Montiel

La primitiva estructura ya había sido documentada parcialmente en el frente sur del recinto amurallado, pero este año se ha podido penetrar en un tramo de más de 12 metros. También se han encontrado gran cantidad de material cerámico, además de elementos como agujas de hueso decoradas o armamento de esa época.
Trabajos en la muralla andalusí levantada por los omeyas en el castillo de La Estrella. FOTO: EFE
Los trabajos que se vienen desarrollando en el Conjunto Arqueológico Castillo de La Estrella de Montiel (Ciudad Real) han permitido identificar la primitiva muralla de la fortaleza andalusí, que fue construida a lo largo del siglo IX por el Emirato Omeya.

La estructura localizada está construida mediante una forma muy característica de este periodo como son los sillarejos de arenisca dispuestos a tizón, que se apoyan sobre el basamento de roca, ha explicado a Efe el arqueólogo David Gallego que, junto a la restauradora Cristina Peña y el profesor de Historia Medieval de la Universidad de Castilla-La Mancha Jesús Molero, dirige las excavaciones.

Gallego ha explicado que, hasta el momento, esta primitiva estructura había sido documentada parcialmente en el frente sur del recinto amurallado mediante los estudios de Arqueología de la Arquitectura, pero este año se ha podido penetrar en un tramo de más de 12 metros.

Durante los trabajos de conservación preventiva de la muralla se ha podido documentar cómo tras la ampliación del castillo por parte de la Orden de Santiago, el espacio intramuros fue amortizado sin dañar toda un área de estancias almohades, lo que ha permitido conservar una excepcional muestra de cultura material de este periodo.

Entre la estructura, que aún se está excavando y estudiando, se ha documentado una gran cantidad de material cerámico, entre piezas esgrafiadas, ataifores vidriados, además de elementos como agujas de hueso decoradas o armamento de esa época.

IMPORTANTE FORTALEZA
Estos hallazgos vienen a confirmar la importancia de la fortaleza de La Estrella en época islámica, como ha constatado la Universidad de Castilla-La Mancha en las campañas realizadas en la ladera del cerro del castillo, donde se ha documentado un barrio de viviendas de este periodo y una maqbara (necrópolis musulmana) de la que se han exhumado una treintena de enterramientos hasta el momento.

Los trabajos que se están llevando a cabo en este conjunto arqueológico están enmarcados dentro del Plan de Recualificación y Reciclaje Profesional que la Junta concedió a la Fundación Castillo de La Estrella de Montiel y que, además de conseguir importantes resultados arqueológicos, permite a los alumnos-trabajadores completar una formación fundamental en el ámbito de la arqueología y la conservación de bienes culturales.

El Castillo de La Estrella fue construido por los árabes en el siglo IX y reformado en el siglo XIII, después de ser conquistado por los cristianos en el año 1226.

Tras la batalla de las Navas de Tolosa, en tiempos de Alfonso VIII, Montiel quedó definitivamente integrado en el Reino de Castilla y, desde 1227, estuvo en poder de la Orden de Santiago que lo cedió al rey Pedro I “El cruel”, que se refugió en la fortaleza después de ser derrotado por su hermano bastardo Enrique de Trastámara el 14 de marzo de 1369.

Sitiado por Enrique, los dos hermanos lucharon entre sí, y Pedro I falleció en el combate.

23 de septiembre de 2019

Sale a la luz el acueducto romano de Caraca

El nuevo elemento descubierto en el yacimiento de Driebes (Guadalajara) era capaz de suministrar 114.000 litros de agua al día y es muy similar al de la ciudad romana de Segóbriga
Excavación del acueducto en la ciudad romana de Driebes. FOTO: MATÍAS NIETO
Hay mucho de imaginación en la arqueología: uno desentierra el tramo de un acueducto en medio de un secarral y, si sabe, puede reconstruir los tiempos pretéritos en los que esa zanja llevaba litros y litros de agua que daban de beber a las miles de gentes que habitaban a pocos kilómetros de ese punto, en una ciudad que hubo de ser próspera, pero que hoy yace enterrada bajo polvo y tierra. Todo esto es imaginación, claro, pero imaginación científica: esa que levanta imperios sobre materia rota y registros escritos… Hay que tener mucho de eso, suponemos, para pasarse el ecuador de agosto limpiando y catalogando restos romanos bajo el sol de Driebes (Guadalajara), en jornadas que empiezan a las siete de la mañana y terminan a la una y media de la tarde, justo antes, pero no mucho, de que uno termine derretido. Algo así debe de ser la vocación.

«Agosto no es el mejor momento para esto, pero la mayoría de excavaciones las hacen profesores de universidad, y es cuando ellos tienen vacaciones y cuando hacen las convocatorias de subvenciones de la junta de comunidades», explica Javier Fernández, codirector del proyecto que está rescatando la antigua ciudad romana de Caraca. Junto a su equipo sacó a la luz el acueducto del lugar entre los días 12 y 23 del pasado mes de agosto y confirmó su pálpito: se utilizaba para el consumo humano, por lo que la urbe no era solo un lugar de paso, una «mansio», sino una ciudad de estatus municipal y unos 1.800 habitantes, según sus cuentas. Era, también, el nudo de comunicación entre Segóbriga y Complutum (actual Alcalá de Henares) y formaba parte de la vía espartaria, que llegaba hasta Cartago Nova.

A simple vista, no parece mucho más que un pequeño canal de piedra 0 en el suelo. Pero los ojos del arqueólogo ven una obra de ingeniería compleja, capaz de superar la difícil orografía del lugar para suministrar 114.000 litros al día a Caraca. «Es un acueducto de albañilería, hecho con el cemento armado de los romanos, mezclando cal, arena y piedra. Es un reto técnico bestial, porque tienen que mantener una inclinación constante a lo largo de tres kilómetros. Creemos que lo hicieron los mismos que el de Segóbriga, porque es prácticamente idéntico», apunta Fernández. ¿Y cuánto tardaron? «No lo sabemos, pero no mucho, porque era una necesidad primaria. Y hay que tener en cuenta que los romanos montaban un campamento para cuatro mil personas en unas horas...».

En algunos tramos del acueducto hay pequeñas piscinas donde solo cubre el tobillo. Son la clave del descubrimiento. «Son piscinas limarias, que ralentizan la velocidad del agua y la filtran para que salga limpia. Por ellas sabemos que era apta para el consumo de los ciudadanos», continúa. El agua la «robaban» del manantial Lucos, un topónimo probablemente derivado de «lucus», que significa «bosque sagrado». Aunque hoy, sobre este terreno árido y seco, cuesta adivinar el bosque y lo sagrado es otro tema… Quizás fuera muy diferente en la época de los Flavios, allá por el año 69 de nuestra era, que es cuando se supone que se construyó este invento.

Un trabajo de años
Este es el último hallazgo de un trabajo de años, que va rescatando poco a poco un pedazo de nuestro pasado remoto, romano. Ya en el siglo XVI se hablaba de la ubicación de Caraca, conocida, entre otras cosas, por los testimonios de Plutarco, que maldecía a los «bárbaros» del lugar por esconderse en sus cuevas y dificultar su conquista. Había gente, incluso, que pensaba que era Guadalajara. Pero no era así. «El gran salto científico es que antes de 2016 no se tenía claro dónde estaba. Ahora ya no hay ninguna duda de que estaba aquí, en Driebes. También hemos encontrado estructuras muy importantes, como un mercado o un foro», asevera.

Este equipo de arqueólogos ha preparado el acueducto para que sea visitable, pues está prevista la creación de una ruta senderista que pase por estos restos romanos, y que se llamará «Entre agua y esparto». Pero no es el último paso, ni mucho menos, porque este paisaje esconde mucha Historia. «En Caraca todo está por excavar. Ya hemos visto restos de estructuras muy importantes con el georradar. Y en el extrarradio habrá más estructuras, como las termas públicas. Es una labor de generaciones... Yo me moriré y mis hijos no lo verán terminado», sentencia Fernández. Eso, claro, también es vocación.