La reforma obligará a reubicar piezas con 300.000 años o metales y vidrios milenarios muy delicados. Se repartirán por la Casa de los Caballos, distintos almacenes, una nave oculta y muestras itinerantes.
Si una mudanza cualquiera resulta complicada... ¿Cómo planificar el vaciado de todo un museo con 50.000 piezas, algunas de hace 400.000 años y muchas de especial delicadeza, por ejemplos metales milenarios o exquisitas cerámicas? ¿A dónde llevarlos? ¿Cómo conservarlos? ¿Con qué seguridad? Esta es la extraordinaria tarea que afronta el Museo de Cáceres, cuyos responsables han diseñado un complicado plan de evacuación para tener vacío el Palacio de las Veletas cuando comiencen las obras. Algunas piezas se trasladarán a una exposición selectiva en la Casa de los Caballos (segundo edificio del museo), otras se guardarán en los almacenes de este complejo y muchas se destinarán a una nave de las afueras cuya ubicación se silencia por seguridad. También se proyectan muestras itinerantes para que otros museos puedan albergar temporalmente los fondos.
La reforma durará tres años. Todavía no existe fecha de inicio, pero el plan está completamente trazado, incluso han comenzado algunos traslados. Hay que tener en cuenta que de las 50.000 piezas del museo solo se exponen al público unas 2.000 (el resto está en almacenes), que serán las últimas en embalarse cuando falten unos cuatro meses para las obras. Se contratará a una empresa especializada al tratarse de un trabajo altamente meticuloso. "Muchas piezas requerirán un embalaje especial con productos específicos como el gel de sílice, que mantienen la humedad y temperatura dentro de la caja", explica el director del museo, Juan Valadés, muy volcado con la operación.
Las piezas más representativas y delicadas de arqueología, etnografía y bellas artes formarán parte de esa muestra selectiva en la Casa de los Caballos, que se mantendrá abierta durante la obra para albergar temporalmente algunos fondos, y también las oficinas, el personal y las actividades del museo, que no cerrará en ningún momento. A continuación, cuando se reabra las Veletas, este inmueble se reformará durante año y medio.
Entre los fondos más frágiles se encuentran los vidrios romanos. Fechados entre los siglos I y II, proceden en su mayoría de Cáparra o de otros yacimientos. Una parte engrosará la muestra selectiva de la Casa de los Caballos y el resto se trasladará a un pabellón junto al mismo recinto, donde se ubica el taller de restauración y un almacén.
Los metales del área de arqueología también exigen una conservación especialmente delicada, por ello se conservarán con los vidrios en dicho pabellón. Hay piezas tan excepcionales como una frontalera de la Edad del Hierro que procede de la necrópolis del Romazal, y que no tiene parangón en España. Estos traslados ya se está realizando.
Además, existen cerámicas de paredes finas de la época romana exquisitamente delicadas. Las que no se expongan en la Casa de los Caballos, requerirán embalajes individuales y selectos con espumas especiales.
Los fondos arqueológicos que tampoco se mostrarán en la Casa de los Caballos, salvo los metales, ya llevan tiempo trasladándose a una amplia nave en el extrarradio de Cáceres acondicionada y asegurada con sensores, cámaras... De hecho, hace algunos años que los contenidos arqueológicos se derivan allí, puesto que el museo no puede albergarlos. "Recibimos todos los materiales que aparecen en las intervenciones de la provincia. Durante los últimos años se han elevado fruto de las grandes obras como el AVE y la A-5. Cada vez que se realiza una excavación en un yacimiento vienen decenas de cajas", explica el director.
INVENTARIO EXHAUSTIVO Curiosamente, los restos más antiguos son en muchas ocasiones los que menos cuidados necesitan. Por ejemplo los útiles líticos del Paleolítico, de hace 300.000 o 400.000 años, de piedra o cerámica, resultan más fáciles de transportar que el vidrio o los metales. Cada pieza que llega a la nave se inscribe en un inventario y está perfectamente localizada. No todas volverán a las Veletas. Aunque el museo duplicará los contenidos expuestos de los 2.000 actuales a unos 4.000, nunca podría mostrar los 50.000.
La nave también albergará casi toda la colección epigráfica, inscripciones romanas fechadas entre los siglos I a. C. y III de nuestra era. Es una de las mayores de España y ocupará un lugar específico cuando se reabra las Veletas. En cambio, la sección de bellas artes --pintura y escultura-- no saldrá del complejo museístico por razones de conservación y seguridad (tiene un mercado negro más accesible que la arqueología). Una parte se incorporará a la exposición selectiva y el resto se mudará a los almacenes de bellas artes, en el sótano de la Casa de los Caballos.
También se baraja la posibilidad de que una parte del depósito de la Diputación Provincial se le devuelva temporalmente para que el público pueda seguir viendo las obras en sus dependencias. Además, el museo pretende diseñar una muestra itinerante de pintura y escultura para que piezas en perfectas condiciones puedan verse en otros centros expositivos de la región y del país, una idea que ya han puesto en práctica otros museos en proceso de reforma. Antes habrá que negociar con la diputación, propietaria de la mayor parte.
Si existe presupuesto, el museo también proyectaría una exposición itinerante de etnografía y arqueología con el mismo fin.
En cuanto a la sección de etnografía, muchas piezas de grandes dimensiones que no requieren una conservación especial también se están transportando a la nave, así como cerámicas y trabajos en madera en perfecto estado. Pero los más sensibles, como los textiles, irán al almacén de etnografía de la Casa de los Caballos, donde se guarda la colección que no se expone.
Otros fondos tendrán que permanecer en las Veletas durante la reforma, eso sí, muy protegidos. Por ejemplo la gran escultura del Genio Andrógino (erróneamente conocida como Ceres ), cuyo peso y estado delicado no aconsejan el traslado. Lo mismo ocurre con el Mosaico de las Mujeres , que ha requerido una instalación compleja en la Sala 5.
Los cambios también afectarán lógicamente a la Casa de los Caballos. La muestra de los mejores fondos ocupará la planta donde se realizan las exposiciones temporales (el museo intentará que éstas continúen en otras dependencias de la Junta). La colección de arte contemporáneo deberá retirarse de la planta superior, ya que allí se instalarán las oficinas, las dependencias del personal y un salón de actos para seguir organizando las habituales actividades. Finalmente, la planta sótano mantendrá su contenido actual: la exposición de arte antiguo con piezas importantes como el cuadro Jesús Salvador , de El Greco.