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21 de junio de 2024

Hallan en La Palma 226 cuentas de collares prehispánicos

Las piezas, con cerca de mil años de antigüedad, estaban escondidas en una fisura lateral del tubo volcánico y envueltas por una fibra orgánica vegetal.
Hallazgo de un total de 226 cuentas de un collar encontradas en el tubo volcánico del Salto de Tigalate, en La Palma. EFE

Un aficionado a la espeleolología ha encontrado un hueso y 225 conchas marinas de casi mil años de antigüedad, que probablemente componían ocho collares, en un tubo volcánico de La Palma que fue utilizado como cueva funeraria por los antiguos habitantes de la isla, los benahoaritas.

El hallazgo se ha producido en el Salto de Tigalate, un yacimiento del municipio de Mazo inventariado en la carta arqueológica de La Palma como espacio funerario prehispánico. En el lugar aún hay restos óseos humanos, a pesar del continuo expolio que ha sufrido, según han informado este jueves el Gobierno de Canarias y el Cabildo. La gran mayoría de cuentas utilizadas están elaboradas con ostrones y otras variedades de moluscos, como conos y lapas. Sin embargo, aún no se ha podido determinar de qué especie animal proviene la cuenta de hueso.

Las piezas estaban escondidas en un fisura lateral del tubo volcánico, envueltas por una fibra orgánica vegetal en avanzado estado de deterioro. Gracias a que el autor del descubrimiento no alteró ni manipuló el hallazgo, se ha podido datar esa fibra en torno al año 1100 y, con ella, se sabe que los collares también son del siglo XII o XIII. La datación se completó con pruebas de carbono 14 a restos óseos recuperados de un espacio funerario próximo a la grieta donde estaban los collares y que arrojaron una antigüedad similar. En concreto, una falange humana y un diente de una cabra o una oveja, procedentes de los siglos XI a XII.

Durante un estudio preliminar, los arqueólogos han percibido que los colgantes han sido reutilizados, porque muchas de las cuentas tienen doble perforación. "Hay un desgaste de la perforación original de las cuestas por la erosión provocada por el material al que estarían engarzadas. Al romperse, las repararon", ha explicado el codirector de la intervención, Efraín Marrero. El codirector ve en esas reparaciones "un apego a esos collares, que podrían tener diferentes combinaciones individualizadas".

Esta hipótesis podrá ser resuelta con el trabajo que tiene previsto realizar con esas cuentas la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPG), que será la institución académica encargada de estudiar las huellas y utilidad de esas piezas. Efraín Marrero ha explicado que este depósito de cuentas es "un hallazgo excepcional" por el lugar donde estaba, en el fondo de un tubo volcánico a más de 100 metros de profundidad, donde no llega la luz del sol. "Quien lo dejó allí no quería que nadie lo encontrara", ha conjeturado.

Sin embargo, Marrero ha señalado que el yacimiento "no es único en La Palma", ya que este tipo de piezas de collar elaboradas a partir de conchas marinas son comunes en Canarias, aunque "nunca se había encontrado en tanta cantidad". El director general de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Clavijo, ha señalado en la presentación del descubrimiento que lo más importante ha sido "que la persona que lo encontró, por casualidad, no tocó absolutamente nada, algo que es muy poco usual".

"No conozco ningún antecedente de alguien que haya mantenido ese equilibrio emocional para llamar a los expertos", ha resaltado Clavijo, que resalta que gracias a los espeleólogos aficionados que hicieron la llamada se ha podido "recolectar toda la información de la que disponen las cuentas, que no es poca".

"El tesoro es la información", ha enfatizado el director general, que considera que se suele "asociar el tesoro con la riqueza, pero en este caso consiste en la información que aporta sobre las personas que vivieron en Canarias desde hace 2.000 años". Una vez hayan finalizado los análisis y estudios al material encontrado, las 226 cuentas serán expuestas en el Museo Arqueológico Benahoarita de Los Llanos de Aridane.
(Fuente: 20 Minutos)

29 de julio de 2016

Arqueólogos identifican asentamientos altomedievales en La Genestosa (Salamanca)

La campaña que la Universidad de Salamanca realiza en el yacimiento de ‘El Pueblito’, en la comarca salmantina de La Genestosa, ha descubierto estructuras en superficie de una comunidad campesina del S. VIII que podrían ser las primeras encontradas en la Meseta del Duero
Rubén Rubio Díez e Iñaki Martín Viso, investigadores principales del proyecto. FOTO: USAL.
“La historia escribe en las piedras, la piedra escribe la historia”, bien podría ser un lema de alguna de las casas de la exitosa serie televisiva ‘Juego de Tronos’. Pero no, se trata de lo que uno percibe en medio de la quietud de la dehesa de La Genestosa, localizada en la comarca de El Rebollar, al suroeste de la provincia de Salamanca y próxima a la localidad de Casillas de Flores. En este singular paraje de rebollos y suelo granítico Iñaki Martín Viso, investigador de Historia Medieval de la Universidad de Salamanca, trabaja desde 2012 identificando las huellas dejadas por núcleos poblacionales desde el inicio de nuestra Era Común, en el siglo I.

La novedad de esta cuarta campaña, desarrollada en el yacimiento de ‘El Pueblito’, es que las características de las estructuras halladas en las nuevas prospecciones sugieren que tal vez pudiéramos estar frente a los primeros vestigios encontrados en la Meseta del Duero de una comunidad campesina altomedieval del s. VIII, “período del que nunca hasta ahora se habían documentado ni encontrado restos en esta zona de la Península Ibérica”, explica Martín Viso a Comunicación Universidad de Salamanca. De ser así estaríamos ante todo un hito ya que se trata de un “fragmento profundamente desconocido y oscuro de la historia”, tanto que incluso “de esa falta de datos historiográficos y arqueológicos surgió una corriente que aboga por pensar en un despoblamiento generalizado de esta área tras el fin del período romano que se prolongaría hasta el momento de la repoblación en el s. XII”, subraya el profesor.


Con la prudencia que caracteriza a los hombres de Ciencia, Iñaki Martín muestra todas sus reservas y recuerda que hay que esperar hasta dentro de unos meses cuando los resultados de los análisis de radiocarbono de los sedimentos y cerámicas encontrados, junto con los paleomagnéticos (que ofrecen la historia geológica de un lugar determinado) y los palinológicos (que aportarán información sobre la vegetación y polen de la época) permitan una acotación cronológica exacta de los restos. “Es cierto que lo que hemos encontrado en esta campaña es diferente a las anteriores, pero hasta entonces no estaremos en disposición de poder afirmar nada”, ataja.

ESTRUCTURAS DE HÁBITAT ASOCIADAS A TUMBAS EXCAVADAS EN ROCA
Las prospecciones de años anteriores en el amplia área de la dehesa permitieron a los investigadores documentar restos de épocas romana (finales del s. I y s. II) y altomedieval (de finales del s. V a mediados del s. VII). Rubén Rubio Díez, arqueólogo de la USAL y codirector de la investigación, detalla que en los dos últimos sondeos abiertos en ‘El Pueblito’ se descubren estructuras de hábitat altomedieval claramente perceptibles en superficie y asociadas a “dos tumbas excavadas en roca localizadas a escasos metros de distancia que habíamos catalogado anteriormente y que hicieron que fijáramos nuestra atención en este lugar concreto. Queríamos saber más acerca de la relación entre los dos puntos”, explica.

Debemos viajar en nuestra mente, entonces, a un poblado rural campesino, articulado en torno al cauce del arroyo del Mazo de Prado Álvaro muy próximo a la frontera con Portugal. Para las gentes de esta zona marginal y aislada de las rutas de comercio las condiciones de vida se suponen en extremo duras. Con una actividad dedicada fundamentalmente a la agricultura y la ganadería y con altísimos porcentajes de mortalidad de mujeres en edad fértil e infantil.

Para esta comunidad, en la que un individuo de 30 o 40 años se encontraba ya en el ocaso de su vida, los espacios funerarios tendrían un valor añadido ayudándoles, tal vez, en la creación de la identidad del grupo residente, sirviendo de memoria de ancestros sobresalientes del grupo o, como una especie de marcador de derechos sobre el uso de espacios y los recursos de una zona determinada. Es significativo que las tumbas se sitúen próximas a los asentamientos y estén perfectamente señalizadas, “están diseñadas para que se vean”, aseveran los investigadores.

El reto ahora consiste en averiguar “si estos nuevos restos y estructuras halladas corresponden a los mismos momentos de ocupación datados en los yacimientos colindantes. Es decir, si son coetáneos o, por el contrario, pertenecen a diferente cronología” y, en ese caso, tratar de determinar “el tipo y función de los espacios y su modo de ocupación, así como su distinta cultura material que nos informará sobre el modo de vida de los que allí vivían”, añade Rubio Díez.

CERÁMICAS, TESTIGOS DEL TIEMPO
El contexto del suelo granítico en el que se cimientan los yacimientos constituye el principal obstáculo al que se enfrentan para recabar datos cronológicos que sitúen el asentamiento en una franja precisa de espacio y tiempo. La acidez propia de esta roca ha eliminado cualquier tipo de resto óseo, tanto humano como animal, que pudiera servir de patrón para la datación temporal.

Por ello, Martín Viso y Rubio Díez, junto con su equipo de investigación compuesto principalmente por doctorandos del grado de Historia de la USAL, así como por estudiantes procedentes de universidades mexicanas y portuguesas, se afanan en identificar los materiales y modos de construcción de las edificaciones, así como en recuperar fragmentos de metales y cerámicas domésticas. Serán precisamente estas cerámicas los ‘testigos del tiempo’, los elementos principales que situarán al equipo sobre la pista de la edad del asentamiento desenterrado.

En este sentido, Inés Centeno Cea, arqueóloga especializada en estudios cerámicos de la Universidad de Valladolid colabora desde el año pasado en las prospecciones de la USAL ayudando en la identificación de las cerámicas encontradas. La especialista señala que el modo de producción pseudoindustrializado, un poco ‘en serie’ por así describirlo, que se realizaba en época romana se verá interrumpido a partir del s. V con el colapso del Imperio. A partir de entonces, comienzan a facturarse piezas cerámicas mucho más manuales, en tornos más rudimentarios y con sistemas de producción más reducidos que presentan menor grado de belleza y perfeccionamiento técnico. Se tratará de producciones locales que tendrán escasos km. de recorrido e identificar fragmentos de este tipo en el sondeo permitiría acotar el tiempo.

“Los modos de facturación y de producción empleados en las cerámicas dejan evidencias en las piezas. Son perceptibles en sus paredes una serie de huellas de los instrumentos usados que nos ayuda a ajustar la cronología de las producciones, cotejando datos de acuerdo a la historia de la evolución de la cerámica”, argumenta la experta. A simple vista las piezas del yacimiento parecen indicar que son posteriores al s. V. ¿Podría tratarse del s. VIII? Nuevamente una llamada a la calma, “nos movemos en un espacio de tiempo muy impreciso y en una zona en la que no disponemos de guías fósiles que puedan situarnos. Tenemos que esperar a los análisis”, concluye Centeno.

‘EL REBOLLAR’ COMO MODELO SOCIAL POSTROMANO
En su conjunto, el trabajo de los investigadores de la Universidad de Salamanca en toda el área de la dehesa de la Genestosa, aportará información contrastada de un amplio período que permitirá ver los cambios y las transformaciones sufridas en varios siglos por aquellos “sectores sociales que no aparecen en los grandes relatos históricos, de los que nadie habla. De ese 99% de la población que no forma parte de la nobleza ni de las élites del poder de los comienzos de la época medieval”, matiza Iñaki Martín, responsable principal del proyecto.

Todas estas evidencias arqueológicas permitirán ver cómo se organizaban este tipo de comunidades en esos primeros siglos medievales en los que no había un Estado, un poder cercano, analizando un caso concreto a escala local. De momento, las actividades del ‘Grupo de Investigación Antigüedad Tardía y Alta Edad Media en Hispania de la Universidad de Salamanca’ ya han demostrado que la despoblación en esta zona de la Meseta del Duero no era tal. Que sí ha habido asentamientos continuados en el tiempo y en diferentes épocas. Comunidades rurales de las que tratan de esclarecer el tipo de aprovechamiento que hacían de su entorno natural y sus modos de vida.

Gentes a las que se les presuponen creencias profundas con la construcción de esas tumbas excavadas en piedra, una ardua labor que necesitaba de una planificación previa en el tiempo, una dedicación. Tumbas de las que todavía quedan interrogantes por resolver: ¿Estuvieron tapadas en algún momento? ¿Se compartían entre diferentes individuos de un mismo grupo? ¿Tendrían una finalidad temporal hasta que el cuerpo era trasladado a una necrópolis? No hay ni un sólo resto óseo encontrado que pueda confirmar o desmentir las teorías.

La dehesa de La Genestosa es en sí es todo un tesoro arqueológico que pone en valor el patrimonio histórico y cultural de la provincia de Salamanca. Un tesoro del que el granito se encarga de salvaguardar todo su misterio.

PARTICIPANTES DEL PROYECTO
La campaña de excavación se enmarca en el desarrollo del proyecto titulado “Colapso y regeneración en la Antigüedad Tardía y la Alta Edad Media: el caso del Noroeste peninsular”, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación. Iñaki Martín Viso y Rubén Rubio Díez son los directores del estudio en el que colaboran el CSIC y la Universidad Complutense de Madrid en los análisis palinológico y los estudios de paleomagnetismo, respectivamente, así como las investigadoras Inés Centeno Cea (Universidad de Valladolid) y Marina Vieira (Centro de Estudos Arqueologicos das Univesidades de Coimbra e Porto –CEAUCP-).

(Fuente: Noticias CyL)

25 de julio de 2016

Una película de los 60 arroja luz sobre yacimientos y piezas arqueológicas de Canarias

La Filmoteca Canaria presenta una película particular en 8 mms sobre excavaciones en una cueva de La Palma que ofrece imágenes de una necrópolis prehispánica de la que se tienen restos pero se ignoraba la procedencia. Un nieto del autor entregó la cinta a la filmoteca para su restauración.
La grabación, que dura en torno a los 7 minutos, gira alrededor de la cueva y la fuente de La Gotera, en Mazo (La Palma).
Un grupo de palmeros salía al campo en la década de los sesenta en busca del pasado aborigen de la Isla. No eran profesionales de la arqueología, pero sí tenían una vocación científica. Entre ellos se encontraban el médico Amílcar Morera, Gabriel Duque o Paco Bravo, además del entonces comisario de excavaciones arqueológicas de La Palma, Ramón Rodríguez Martín. De estas incursiones en el pasado prehispánico de la Isla dejó fiel testimonio Anelio Rodríguez, aficionado al cine, que participaba también en estas salidas con su cámara de 8 milímetros y rodaba estas excursiones, que ahora cobran una trascendencia patrimonial indudable para la investigación arqueológica.

Esta circunstancia se acaba de poner de manifiesto con la presentación de una de estas películas en el Museo Arqueológico Benahoarita, que un nieto del doctor Amílcar Morera, Miguel Ángel Morera, encontró en su casa de Mazo y tuvo la sabia decisión de entregarla a la Filmoteca Canaria para su restauración. La cinta estaba en muy mal estado, porque tenía mucho polvo y hongos, como explicó la responsable de este centro, María Calimano. Tras someterla a un proceso técnico de mejora y pese a que no ha logrado recuperarse del todo, ha arrojado luz sobre determinados yacimientos y piezas prehistóricas de La Palma cuyo origen era hasta ahora desconocido.

VALOR EXTRAORDINARIO
Así lo puso de manifiesto el arqueólogo y jefe de servicio de Patrimonio del Cabildo, Jorge Pais, quien señaló que “este documento, a pesar del mal estado en que se encuentra, es de un valor extraordinario, porque nos ha permitido resolver el origen de algunos materiales que en el Museo estaban expuestos como de procedencia desconocida y otros restos que se encuentran en estas instalaciones y ahora sabemos dónde se encontraron”.

Pais señaló que toda la grabación, que dura en torno a los 7 minutos, gira alrededor de la cueva y la fuente de La Gotera, en Mazo, que es de “una gran riqueza arqueológica, donde se encuentran cuevas de habitación, necrópolis, piletas -cazoletas marinas-, conjuntos de cazoletas, etc”. En esta línea, subrayó que la presencia de la fuente “es lo que explica el poblamiento intensivo que tenía esta zona”.

Pais subrayó que la película “nos ofrece una primera imagen de una necrópolis de la que teníamos restos y no sabíamos de dónde procedía”. Asimismo, subrayó que de la cueva funeraria de Los Pasitos, que se sabía que había aparecido en los 60, “este documento permite centrar el hallazgo”, cuyos restos estuvieron durante décadas depositados en el Ayuntamiento de Mazo hasta que fueron trasladados al Museo Arqueológico Benahoarita hace cuatro o cinco años.

A la presentación de la cinta, además de la familia de Amílcar Morera, acudió el director general de Patrimonio del Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Clavijo, y el consejero de Cultura del Cabildo, Primitivo Jerónimo.

(Fuente: Diario de Avisos / David Sanz)

23 de junio de 2014

Un desprendimiento fue vital para conservar la cueva ritual de Praileaitz (Guipúzcoa)

El desprendimiento de una enorme piedra de varias toneladas, que bloqueó la entrada a la cueva de Praileaitz en Deba (Guipúzcoa), fue crucial para preservar intacto este yacimiento prehistórico, un enclave único Europa por su uso como lugar ritual por los humanos prehistóricos durante miles de años.
Trabajando en el interior de la cueva de Praileaitz. Foto: Xabier Peñalber-ARANZADI
Así lo ha revelado el director de las excavaciones, Xabier Peñalver, que ha compartido con los periodistas su hipótesis sobre los excepcionales hechos ocurridos hace diez mil años en esta gruta y que han permitido a los arqueólogos recuperar, en su propio contexto, una inusual colección de artefactos simbólicos poco habituales en otros yacimientos.

UN HOGAR DE HACE 10.000 AÑOS
Hasta el momento, los investigadores han encontrado esta caverna elementos tan especiales como un hogar de hace 10.000 años bajo el que había 200 caracolas marinas, una excepcional colección de collares elaborados a partir de piedras negras pulidas de hace 15.500 años, un colgante de piedra con forma de silueta femenina de la misma época, y una serie de pinturas con formas geométricas de hace probablemente 18.000 años, entre otros objetos y restos de fauna.

Al hilo de estos hallazgos los investigadores aventuraron que la gruta pudo ser utilizada probablemente en algún momento del Magdaleniense Inferior (hace 15.500 años) por un único individuo, tal vez un chamán, una tesis cada vez más reforzada por excavaciones desarrolladas con posterioridad.

Peñalver ha ido un paso más allá y ha expuesto el hecho que habría permitido preservar hasta nuestros días un lugar tan excepcional y que, según ha explicado, se debió al desprendimiento de una piedra "inmensa" que bloqueó parcialmente la entrada a la cueva y que fue retirada "con mazo y cincel" por los arqueólogos.

El arqueólogo ha especulado con el momento en el que la piedra se desprendió de la pared, junto al lugar en el que el chamán tenía su fogata y un asiento de piedra que utilizaba habitualmente, y destrozó la carne de varios animales que tenía para su consumo así como varios colgantes que había en el lugar.

A juicio del experto, el bloque cayó mientras el chamán se encontraba fuera, porque no se han localizado restos humanos en el lugar, y le obligó a abandonar unos materiales tan "excepcionales" como los encontrados en Praileaitz, que en la actualidad sigue amenazada por su emplazamiento en una cantera aún en explotación.

PIDEN MAYOR PROTECCIÓN PARA LA CUEVA
Una "tortura" para los arqueólogos contra la que hoy Peñalver ha reclamado una mayor preservación para la cueva, que cuenta con una protección de 50 metros de distancia que, en su opinión, resulta "insuficiente" y conlleva "un riesgo enorme" porque se dice que está protegida pero, según ha dicho, lo está "hasta que un día, con una voladura -de la cantera-, aparezca un boquete" en la caverna.

A su entender, "estamos jugando con fuego" con una protección que el anterior Gobierno Vasco fijó en 65 metros y que el nuevo "ha vuelto a reducir a 50", algo que ha calificado de "aberrante", ya que la gruta esta llena de galerías colmatadas de sedimentos que "no pueden venir de la entrada principal" sino de otro acceso aún por descubrir y que podría no encontrarse fuera de la zona de protección.

(Fuente: Deia)

8 de octubre de 2013

Identificadas tres nuevas tumbas del periodo altomedieval en el yacimiento de La Genestosa (Salamanca)

Los enterramientos, localizados en el curso del arroyo del mazo del Prado Álvaro, sugieren la existencia de "una intensa actividad humana" en esta zona durante el periodo postromano, según fuentes de la Universidad de Salamanca (USAL).
Arqueólogos de la Universidad de Salamanca y el CSIC han trabado juntos en esta campaña. Foto: Salamanca 24 horas.
La campaña de excavaciones arqueológicas desarrollada en el yacimiento de época altomedieval de La Genestosa, en la localidad de Casillas de Flores (Salamanca), ha concluido con la identificación de tres nuevas tumbas del periodo altomedieval en el entorno del asentamiento.

Los enterramientos, localizados en el curso del arroyo del mazo del Prado Álvaro, siguen el modelo del poblado excavado en el yacimiento y sugieren la existencia de "una intensa actividad humana" en esta zona durante el periodo postromano, según fuentes de la Universidad de Salamanca (USAL).

Estas labores las ha llevado a cabo un equipo de investigadores españoles y portugueses de la Universidad de Salamanca (USAL) y del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Los arqueólogos, codirigidos por Iñaki Martín Viso y Rubén Rubio Díez, han profundizado desde el pasado 16 de septiembre y hasta el 5 de octubre en los sondeos realizados en la expedición del año anterior, por la que se reconoció un pequeño poblado y en el que se han excavado un par de estructuras, posibles viviendas.


FASE ROMANA
En esta campaña han documentado, además, "una posible fase romana del periodo altoimperial, siglos I-II d.C., que habría sido amortizada por un asentamiento de los siglos VI-VII, iniciada quizá en el siglo V", ha informado el profesor titular de Historia Medieval, Martín Viso, a través del área de Comunicación del Rectorado de la Universidad de Salamanca.

Entre los restos materiales hallados en el yacimiento hay algunos fragmentos de pizarras numerales, generalmente de datación post-romana (siglos V-VII). Se trata de pizarras con inscripciones numerales, que aparecen "frecuentemente" en los yacimientos de este periodo en la región suroriental de la meseta del Duero, pero que "generalmente carecen de contextos arqueológicos", ha apuntado la USAL.


OTROS DESCUBRIMIENTOS

También se han hallado cerámicas estampilladas, "propias de grupos sociales de cierto estatus", con acceso a redes de distribución de bienes que no estaban al alcance de toda la población. No obstante, predominan en la zona las cerámicas comunes, tanto de almacenamiento como de cocina.

Además, han podido identificar un muro perimetral que rodeaba a una de las estructuras excavadas, cuya función aún no está determinada, pero que podría vincular a un elemento de prestigio en este ámbito local, quizá relacionado con la captación y almacenamiento de excedentes, según la investigación.

Por último, el equipo de arqueólogos hispano-luso, en sus labores de identificación de las estructuras visibles en superficie en la zona, ha detectado una docena de posibles viviendas, que compondrían un pequeño poblado.

Aunque la explicación es "todavía muy provisional", los datos recogidos indican que "las gentes que vivieron en este poblado eran fundamentalmente agricultores o ganaderos, con diferencias sociales no muy marcadas; la presencia de pizarras numerales y de cerámicas estampilladas estaría desvelando la relación con grupos de mayor estatus, quizá externos a la población", ha explicado el profesor Martín Viso.

NUEVAS TUMBAS

Con las prospecciones del entorno se ha podido documentar tres nuevas tumbas en el curso del arroyo del Mazo del Prado Álvaro. Todas ellas aparecen "aisladas o formando pequeños núcleos de dos sepulturas" y se sitúan en las inmediaciones del arroyo y cercanas a estructuras visibles en superficie.

De esta forma, siguen el modelo del poblado que se ha excavado en el yacimiento de la Genestosa, donde se reconoce una tumba en la inmediata proximidad del poblado.

Parece, por lo tanto, que estas tumbas en las que se enterraban únicamente algunos individuos y no toda la comunidad "funcionaban como marcadores territoriales y como hitos de la identidad de las comunidades que estaban allí asentadas. Se trataría de ancestros recordados por los vivos, que servían para reclamar derechos sobre el paisaje", ha revelado Iñaki Martín Viso.

Los científicos sugieren como hipótesis más factible que se trate de un patrón que se repite constantemente en esta zona de la comarca del Rebollar, con uno o varios asentamientos que se extienden en torno al curso del arroyo, con apenas 300-400 metros de diferencia entre unos y otros.

COLABORACIÓN

El trabajo, del que quedan pendientes los análisis de los materiales recuperados y los resultados de diversas muestras, ha sido realizado por un equipo de arqueólogos españoles y portugueses y ha contado con la activa participación de algunos habitantes de la zona, cuya colaboración ha sido "fundamental", tal y como ha asegurado la USAL.

Como parte de esa "indispensable" conexión entre el conocimiento científico y la sociedad local el pasado sábado, 5 de octubre, se celebró una jornada de puertas abiertas a la que acudieron cerca de medio centenar de personas procedentes de los pueblos vecinos, a quienes se les expusieron los métodos de trabajo y resultados.

"Se trataba de generar cauces para que este trabajo forme parte del conocimiento de las gentes que viven en aquel entorno y que mejor lo pueden cuidar", ha apuntado la Universidad de Salamanca.

La campaña arqueológica se enmarca en el proyecto de investigación HAR2010-21950-C03-02, financiado por la Secretaría de Estado de Investigación.

(Fuente: El Economista)

13 de marzo de 2013

Las lluvias dejan al descubierto nuevas estratigrafías prehispánicas en Belmaco (Canarias)

Se trata de una potente estratigrafía, totalmente desconocida, que puede datarse en fechas cercanas al inicio de la era actual, hace 2.000 años, de momento, se han encontrado fragmentos de cerámica, y también restos óseos de animal, cuya antigüedad oscila entre el año 300 y el 900 de nuestra era.
Los investigadores Navarro,  Mederos y Tejera Gaspar durante la visita
a Belmaco tras el derrumbe provocado por las lluvias.
Foto: D.S. / Diario de Avisos
El yacimiento arqueológico de Belmaco, en Mazo, el más antiguo de Canarias, sigue sorprendiendo a los expertos que han podido comprobar sobre el terreno cómo las últimas lluvias han dejado al descubierto una potente estratigrafía, totalmente desconocida, que puede datarse en fechas cercanas al inicio de la era actual, hace 2.000 años, y que permitirá arrojar luz sobre la prehistoria de este lugar histórico y sus usos, que tanto ha dado que hablar y del que tanto se ha escrito.

La consejera de Cultura, María Victoria Hernández, visitó el yacimiento acompañada de los arqueólogos Juan Francisco Navarro, Antonio Tejera Gaspar y Jorge Pais, para conocer la importancia del nuevo hallazgo, y anunciar una actuación de urgencia para iniciar los trabajos de investigación y protección ante el riesgo de derrumbe existente. 


De momento, se han encontrado fragmentos de cerámica, y también restos óseos de animal, cuya antigüedad oscila entre el año 300 y el 900 después de cristo y que van a ser expuestos en el centro de visitantes de este yacimiento. Llama la atención que en las excavaciones realizadas a mediados del siglo pasado eran poco los materiales encontrados, sin embargo en la zona descubierta tras las lluvias, según la consejera, es ingente el material que se ha descubierto en superficie.

El arqueólogo Juan Francisco Navarro explicó que el paquete estratigráfico que la lluvia ha dejado al descubierto en Belmaco es muy potente, de tres o cuatro metros, y que "no se parece en nada a la que conocíamos hasta ahora de Belmaco", lo que "nos da la oportunidad de hacer algún tipo de pequeña investigación o excavación arqueológica que nos ayude a saber qué fue exactamente Belmaco, para que sirvió, qué cosas se hicieron aquí, porque las excavaciones que han hecho son de 1960 y de principios de los 70, en las que se utilizaron unas técnicas y unos procedimientos de análisis que hoy en día están superados por otras muy avanzadas que quizás nos permitirán obtener muchísima más información de la que en aquel momento se obtuvo".

Este especialista abogó porque, paralelamente a las medidas que la administración tome para salvaguardar que sigan produciéndose estos accidentes, se haga una investigación arqueológica de urgencia, muy localizada, que "nos permita obtener esa información de la que estábamos hablando y que evite que ese paquete que está al descubierto se desplome por efectos de la erosión". 


Muestra de algunos restos cerámicos encontrados tras el derrumbe.
Foto: D.S. / Diario de Avisos
Según explicó, "lo que hemos visto es una serie de estratos, secuencias, totalmente distintos a lo que se conocían, que era una alternancia de capas de carbón, cenizas, suelo, que aquí es diferente a lo que existe en el lado izquierdo de la cueva y que excavó Mauro Hernández ". Se cree que por debajo de lo excavado, hay por lo menos más de un metro de espesor que es anterior a los más antiguo que excavó Hernández.

Cerámica de la fase uno

Por su parte, Jorge Pais, comentó que los fragmentos encontrados la mayoría son de la fase 3A que aparecen debajo de lo que excavó en su momento Mauro Hernández, pero "debemos tener en cuenta que por debajo están la fase cerámica 2 y la 1, que ojalá la encontremos aquí, porque la 1 es la más antigua y aprovecharíamos para hacer estudios de todo, ya que en la prehistoria de La Palma adolecemos mucho de este tipo de trabajos".

"Yo estoy seguro de que hay cerámica de la fase uno, de la más antigua, mientras que para Mauro la más antigua aquí era la dos. Estamos hablando de un poblamiento, de los primeros que llegaron a la Isla; los arqueólogos suponemos que los primeros que llegaron a la Isla entraron por esta zona y hay pocas cuevas que reúnan las condiciones de habitabilidad que tiene Belmaco", señaló Pais. La fecha más antigua que hay contrastada de La Palma es del 2000-2200 antes de Cristo, siglo II antes de Cristo. "Suponemos que esos restos están debajo, mientras que los que se han mostrado son de la fase 3A, del año 300 después de cristo uno de ellos, el más antiguo, pero hay otros de las 3D, que sería el año 800-900. Es decir en esos cachitos puede haber 500 años de diferencia".

Pais recalcó que Belmaco es el yacimiento arqueológico más antiguo de Canarias, los primeros datos son de 1752, "y yo no conozco otros yacimientos de cuevas de habitación con grabados rupestres". Recordó que Luis Diego Cuscoy encontró un enterramiento y "estamos hablando de estaciones de grabados rupestre, enterramiento, cueva de habitación y a saber qué más. Belmaco era algo muy importante dentro de la prehistoria de La Palma y seguramente fuera del archipiélago la mayoría de los investigadores, si le preguntas por Belmaco, saben que está en la isla de La Palma. Es muy importante". Por lo que también dijo que hay que hacer una intervención, "hay que intentar sacar la información que ha aparecido ahí, pero también otra cosa urgente es la protección del yacimiento y evitar que otra riada genere problemas. El agua llegó ahora hasta prácticamente un metro de los grabados rupestres".

Según explicó Pais, la actuación de urgencia que se debe llevar a cabo pasa por limpiar la oquedad que ha dejado la lluvia para que "quede una estratigrafía vista y aprovechar 20-30 centímetros, además hay que colocar un andamio y la idea es ir bajando y aprovechar todo ese trabajo para recoger muestras y obtener dataciones".

Totalmente desconocido

Antonio Tejera Gaspar, por su parte, puso en valor cómo un hecho negativo como es este puede dejar al descubierto un aspecto arqueológico totalmente desconocido que "lo que puede hacer es enriquecer lo que ya conocíamos sobradamente de la existencia de este yacimiento espectacular desde mediados del siglo XVIII y que ya queda citado por Viera y Clavijo entre otros autores".


Para Tejera Gaspar el hecho de que este yacimiento mezcle "paquetes estratigráficos, es decir referencia estratigráfica donde se pueda seguir una secuencia histórica que ahora mismo no sabemos hasta dónde llega, porque si estamos suponiendo que lo más antiguo nos lo ha descubierto el "agua", y efectivamente un resto de un enterramiento en su momento la presencia de esos grabados rupestres, a mí me queda la duda, y lo he expresado en algún lugar, de que es este yacimiento podía haber tenido al mismo tiempo una función de lugar de habitat, es decir de vivienda, pero también de carácter religioso porque está asociado con las aguas, con grabados rupestres, que son elementos simbólicos muy importantes, y todo eso hace que este yacimiento sea singular, no hay nada igual con estas características en La Palma". Además, destacó que el hecho de que este yacimiento sea el primero que llega a conocerse en la arqueología canaria le aporta la singularidad de lo antiguo, que "lo hace especialmente atractivo para la arqueología, para la historia y para la referencia de los canarios y de los palmeros".
(Fuente: El Apurón)

29 de noviembre de 2010

La Cueva de Bencomo (Tenerife) cumple 25 años como monumento histórico y en total abandono

La que fuera morada del Mencey de Taoro, el más poderoso de todos los menceyes de Tenerife en tiempos de la Conquista, sufre un total y vergonzoso abandono institucional, que ha permitido que desde hace décadas este lugar emblemático sea utilizado como corral de cabras, como un sucio aprisco.

El 14 de marzo de 1986 el entonces presidente del Gobierno de Canarias, Jerónimo Saavedra, firmó un decreto por el que se declararon monumentos histórico-artísticos de interés para la Comunidad Autónoma, la Cueva de Bencomo, en el municipio tinerfeño de Santa Úrsula, y la Cueva de Caboco de Belmaco, en la villa palmera de Mazo.
La Cueva de Bencomo sufre un abandono total.

Se van a cumplir 25 años de esa declaración y los caminos que han seguido estos dos monumentos de la cultura y la historia de Canarias han sido muy diferentes. Mientras Belmaco es desde 1999 un parque arqueológico con centro de interpretación, que se ha convertido en referente de la divulgación etnográfica en la isla de La Palma, la que fuera morada del Mencey de Taoro, el más poderoso de todos los menceyes de Tenerife en tiempos de la Conquista, sufre un total y vergonzoso abandono institucional, que ha permitido que desde hace décadas este lugar emblemático sea utilizado como corral de cabras, como un sucio aprisco.


El Pinito

La Cueva de Bencomo y todo su entorno, en el Barranco de El Pinito, justo en el límite entre los municipios de La Orotava y Santa Úrsula, es en la actualidad un territorio ocupado y acotado por los cabreros, que han cerrado los accesos con maderas y verjas para estabular sus rebaños. Las cabras ocupan varias de las cuevas de la ladera y hasta el cauce del barranco. El suelo del que fuera hogar del mencey permanece cubierto de una mullida alfombra de excrementos secos, acumulados durante años. La suciedad y el desorden afectan incluso al antiguo naciente de la Fuente de Tamaide.

No es la primera vez que se produce una denuncia pública del desinterés de las administraciones por el lamentable estado en que se encuentra este monumento histórico. Los expertos consultados coinciden en que se trata de una situación lamentable y precisan que no es un caso aislado en la Isla. El catedrático de Arqueología de la Universidad de La Laguna Antonio Tejera Gaspar, manifestó que el abandono de la Cueva de Bencomo es por “falta de voluntad política” y destacó además, que, “lamentablemente, Tenerife es la única isla del Archipiélago canario que no tiene ni un solo yacimiento arqueológico visitable. Las demás islas cuentan con parques arqueológicos, centros de interpretación, rutas arqueológicas, etc., pero aquí no tenemos nada. Existe la posibilidad de crear al menos una ruta arqueológica de extraordinario interés por los yacimientos del Sur, pero no se ha hecho nada hasta ahora”. En similares términos se expresó el profesor Juan Francisco Navarro, quien indicó que el estado del patrimonio arqueológico de Tenerife “es de juzgado de guardia, aunque no sólo por falta de voluntad política; también hemos tenido mala suerte”, matizó Navarro.

La Cueva de Bencomo, de la que dieron noticia autores de la talla deBerthelotBethencourtÁlvarez Rixo y Álvarez Delgado, está situada en la ladera de Tamaide, en el margen derecho del Barranco del Pinito, dentro del término municipal de Santa Ursula y justo en la frontera natural con La Orotava. La carretera de la Cuesta de la Villatranscurre apenas veinte metros por debajo de la cueva, desde cuya pared abierta, como grandes ventanales, se divisa una extraordinaria panorámica de todo el Valle de La Orotava, con el mirador de Humboldt emplazado a sus pies. Encima de la cueva estaba el naciente de la Fuente de Tamaide, lo que la hacía aún más excepcional. Sus condiciones naturales, su situación estratégica, su proximidad al agua, su seguridad y su amplia perspectiva la hacían el lugar perfecto para la morada de un rey. Desde aquí Bencomo podía controlar cuanto ocurría en el Valle, desde la costa hasta el Teide.
(Fuente: Izuran)