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13 de diciembre de 2024

La última campaña en La Garma ofrece importantes hallazgos de la época visigoda y del Paleolítico

Se han recuperado los restos de unas quince personas depositadas en diversos lugares del piso inferior de la cueva. Los acompañaba un rico y variado ajuar funerario que incluía numerosos objetos de uso personal, armas y diversos tipos de herramientas, además de restos de madera, tejidos y cestería datados en torno al año 700 d.C. Todos estos elementos  indican que estamos ante uno de los yacimientos de esa época más importante del norte de la península.
La directora general de Cultura, Eva Guillermina Fernández, junto con los investigadores Roberto Ontañón y Pablo Arias, junto alguna de las pìezas halladas en la campaña de excavaciones de La Garma de este año.
Foto: Miguel de Arriba

La directora de Cultura y Patrimonio Histórico del Gobierno de Cantabria, Eva Guillermina Fernández, ha señalada el yacimiento de La Garma como uno de los "sitios de referencia" en la arqueología actual. Así lo ha comentado en la presentación de los hallazgos de la campaña de excavaciones arqueológicas desarrollada este año en el marco del proyecto Garma XXI, financiado por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, y que han sido realizadas por un equipo investigador dirigido por Roberto Ontañón y Pablo Arias.

Fernández ha afirmado que, a raíz de los descubrimientos realizados, la Garma es un "verdadero filón" no solo al conocimiento del Paleolítico, si no también, a una época poco conocida desde el punto de vista arqueológico, el período visigodo.

Por su parte, Pablo Arias ha explicado que se ha continuado con la documentación del contexto funerario de la Galería Basal, datado en torno al año 700 d.C. Hasta el presente se han recuperado restos de unas quince personas depositadas en diversos lugares del piso inferior de la cueva. Los acompañaba un rico y variado ajuar funerario que incluía numerosos objetos de uso personal (broches de cinturón, adornos), armas y diversos tipos de herramientas, además de restos de madera, tejidos y cestería, "algo poco frecuente en contextos arqueológicos. Todos estos elementos nos indican que estamos ante uno de los yacimientos de esa época más importante del norte de la península" según ha señalado.

Entre los hallazgos más relevantes, cabe mencionar el conjunto de broches de cinturón, entre los que destaca uno de excepcional calidad, con decoración damasquinada donde hay representaciones de animales y una inscripción en latín. "Una iconográfica, ha comentado Ontañón, de carácter religioso y con presencia de símbolos sobre el Apocalipsis que, a su juicio, lo conecta, por el tiempo en que se hicieron, con la temática de los beatos de Liébana"

En la actualidad, los restos recuperados de este conjunto funerario, están siendo objeto de un proceso de estabilización y restauración en los laboratorios del MUPAC y posteriormente se les aplicará distintas técnicas analíticas que contribuirán a aportar información de gran valor sobre esta etapa histórica no muy conocida.

El destino definitivo de este conjunto funerario, ha indicado Ontañon, será un espacio específicamente dedicado a la arqueología de época visigoda en Cantabria, que constituirá una de las principales novedades de la exposición permanente del nuevo MUPAC.

Cabaña magdaleniense
Por otro lado, durante esta campaña se ha finalizado, tras dos años de trabajo, la documentación de la cabaña magdaleniense de la Galería Inferior, "uno de los pocos ejemplos conocidos de vivienda paleolítica" han resaltado los investigadores.

Se trata de una construcción de unos 16800 años de antigüedad, en cuyo interior se han podido analizar cerca de cinco mil objetos arqueológicos, que incluyen huesos de ciervos, caballos y bisontes, instrumentos de sílex y también de hueso y asta como azagayas, agujas, una espátula decorada, un arpón y conchas de moluscos marinos, en algunos casos empleadas como colgantes. Para su estudio se ha empleado una novedosa metodología centrada en técnicas no invasivas.

La directora de Cultura ha informado que estos trabajos han sido nominados por la revista National Geographic "entre los cinco candidatos al premio al mejor descubrimiento o hallazgo histórico del año 2024, aún pendiente de resolución".

Estas actuaciones se enmarcan en el proyecto GARMA XXI, un programa de investigación financiado por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria que recibió en 2021 el Premio Nacional de Arqueología y Paleontología de la Fundación PALARQ. Las investigaciones en La Garma cuentan también con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

13 de abril de 2023

Fundación Palarq anuncia los candidatos al III Premio Nacional de Arqueología y Paleontología


La tercera edición del Premio Nacional de Arqueología y Paleontología Fundación Palarq contará con 18 proyectos aspirantes en su tercera edición. La entidad analizará ahora las candidaturas recibidas para determinar cuáles serán los 6 finalistas que entrarán en la carrera de esta edición del Premio.

Todos los proyectos aspirantes están liderados por equipos de investigación pertenecientes a instituciones públicas españolas y, en todos los casos, se trata de investigaciones en curso, ya sea en territorio nacional o en el extranjero.

El 15 de junio, un jurado internacional de reconocido prestigio en el ámbito científico y cultural, elegirá el proyecto ganador que se hará público durante la gala de entrega del Premio. La gala se desarrollará en el Museo Arqueológico Nacional (MAN), entorno que tradicionalmente ha albergado el evento.

El certamen, con carácter bienal, es el primer premio de estas características concedido por una fundación privada dedicado a estas disciplinas y está dotado con 80.000 euros.

Proyectos aspirantes

‘Origen y evolución cultural del Homo erectus en África Oriental’. Dirigido por Ignacio de la Torre desde el Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) el proyecto aborda la cuestión de cuándo y cómo el Homo erectus y el Achelense emergieron en la historia de la evolución humana.

‘Proyecto arqueológico subacuático Mar del Ebro. Prospección y documentación arqueológica subacuática de los pecios de la Primera y la Segunda Guerra Mundial en el Mar del Ebro’. Bajo los auspicios de la Asociación Nacional de Arqueología Subacuática (SONARS), con los investigadores Manuel J. Fumás Soldevila, Josep María Castellví y Pere Izquierdo Tugas, es uno de los proyectos de arqueología subacuática más importante de época contemporánea.

‘Excavaciones e investigaciones en el templo del faraón Tutmosis III en Luxor’. Miriam Seco, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, investiga este mítico yacimiento. Este templo, antaño sagrado, de la antigua Tebas es considerado como uno de los grandes monumentos del Egipto faraónico.

‘Hacia el comportamiento humano moderno. Estrategias socioeconómicas y culturales de los últimos neandertales de la Meseta Norte (Cueva Prado de Vargas. Cornejo, Burgos)’. El equipo formado por Marta Navazo Ruiz, de la Universidad de Burgos; Rodrigo Alonso Alcalde, del Museo de la Evolución Humana (MEH) y la Universidad de Burgos; y Alfonso Benito Calvo, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), analiza y estudia la dinámica socioeconómica del yacimiento, con el fin de aportar nuevos datos sobre las causas que motivaron los cambios previos a la desaparición neandertal.

‘Proyecto Almoloya-Bastida: poder, género y parentesco en una civilización olvidada de la Edad del Bronce’. Desde Murcia, el equipo de la Universitat Autònoma de Barcelona formado por  Vicente Llull, Rafael Micó, Critina Rihuete Herrada, Eva Celdrán Beltrán, Camila Oliart Caravatti y Miguel F. G. Valério, avanza en la investigación de la sociedad de El Argar.

‘Explorando la Tecnología de la Madera de los Neandertales del Abric Romaní (Capellades, Barcelona)’. El equipo del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social integrado por +Palmira Saladié, +Josep Vallverdú y María Gema Chacón, trabaja en uno de los yacimientos más importantes del Paleolítico medio. La excepcional conservación de la madera dará nuevas interpretaciones al estudio de los Neandertales.

‘La Draga en el contexto de las primeras comunidades neolíticas peninsulares’. La Universidad Autònoma de Barcelona y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)-Institució Milà i Fontanals (IMF) son las instituciones que auspician este proyecto liderado por Antoni Palomo Pérez (UAB), Raquel Piqué Huerta (UAB) y Xavier Terradas Batlle (CSIC-IMF). La Draga es el único yacimiento neolítico lacustre de la Península Ibérica.

‘Evolución de los rituales, creencias y prácticas religioso-funerarias en Oxirrinco. Desde la dinastía XXVI hasta la etapa cristiano-bizantina’. Este proyecto cuenta con un equipo liderado por Ignasi-Xavier Adiego Lajara de la Universitat de Barcelona-Instituto de Próximo Oriente Antiguo (IPOA); Esther Pons Mellado, del Museo Arqueológico Nacional (MAN), y Maite Mascort Roca. Situado a 190 km al sur de El Cairo, Oxirrinco es uno de los cinco yacimientos arqueológicos más grandes del país con una cronología que abarca desde la época Saita (664 a.C.) hasta el periodo Cristiano-Bizantino (siglo VII d.C.), momento en que se produce la invasión musulmana en Egipto, incluyendo por supuesto, la etapa Persa y Ptolemaico-Romana.

‘Arqueología en la ciudad y territorio de Tusculum (Italia). Desde la época arcaica hasta hoy’. El proyecto está dirigido actualmente por el director de la EEHAR-CSIC, Antonio Pizzo. Desde hace casi 30 años, la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma (EEHAR-CSIC) dirige un proyecto de investigación arqueológica en la ciudad de Tusculum. Se trata de un proyecto arqueológico institucional y actualmente es el más longevo de una institución extranjera en Italia. El proyecto Tusculum ha permitido mejorar el conocimiento de la evolución de esta ciudad desde su fundación hasta la época medieval.

‘Lago Tagua Tagua: vida y muerte de los cazadores recolectores de la Edad del Hielo en América del Sur’. Los doctores Carlos Torneo (IPHES-CERCA), Rafael Labarca y Erwin González de la Pontificia Universidad Católica de Chile, dirigen este proyecto que ha permitido obtener documentación inédita de las prácticas funerarias de los primeros grupos de cazadores-recolectores del continente americano.

‘Proyecto Pintia: creación de bases infraestructurales y museográficas para la investigación, conservación y difusión del conocimiento del oppidum vacceo-romano de Pintia.’
El proyecto cuenta con el liderazgo de Carlos Mínguez, profesor titular de la Universidad de Valladolid y director del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg (CEVFW). Pone en relieve el valor de la cultura vaccea, pueblo prerromano asentado en el sector central de la cuenca del Duero, en la península ibérica.

‘Autigasta y Huayacama. Arqueología de los espacios campesinos indígenas y de las estancias coloniales españolas en el Valle de Catamarca, Argentina (Siglos XVI-XVII)’. El Departament de Ciències de l’Antiguitat i l’Edat Mitjana de la Facultat de Filosofía i Lletres de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) desarrolla, bajo el liderazgo del investigador Félix Retamero, la investigación de este yacimiento ubicado en la provincia de Catamarca, en el noroeste de Argentina. El proyecto está centrado actualmente en el asentamiento de una comunidad de esclavos establecida a principios del siglo XVIII.

‘Proyecto Medjehu. Investigando la artesanía de la madera a lo largo del Nilo’. Gersande Eschenbrenner Diemer, del Departamento de Historia y Filosofía de la Universidad de Alcalá de Henares dirige este estudio de los procesos de producción, comercialización e ideologización de la madera durante un largo periodo de tiempo, tomando como foco Egipto.

‘Gigantes de la Prehistoria. Megalitismo y Complejidad Social Temprana en Antequera y Valencina’. El catedrático de Prehistoria del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla Leonardo García Sanjuán dirige este proyecto centrado en estudiar el tholos de Montelirio y el dolmen de Menga, máximos exponentes del megalitismo en la Península Ibérica y el papel social de estos monumentos a lo largo del tiempo.

‘Proyecto C2 del Royal Cache Wadi: ¿Por qué las enterraron allí?’ El equipo de investigadores de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid formado por José Ramón Pérez-Accino Picatoste, María del Carmen Pérez Die, Francisco Moreno Arrastio y Bill Manley trabaja en el que se considera el mayor yacimiento arqueológico del mundo, la necrópolis de Tebas.

‘Un viaje al pasado: reconstrucción digital y de las condiciones de vida del ganado de la villa romana de Vilauba’. Lídia Colominas Barberà y Pere Castanyer Masoliver, del Institut Català d’Arqueologia Clàssica estudian la evolución de la villa romana de Vilauba y de los efectos de su ocupación desde los siglos II-I a.C. hasta los siglos VII-VIII d.C.

‘Moneda y Metal en la Bética Tardorromana. Estudio científico del Tesoro de Tomares’. Los investigadores de la Universidad de Sevilla Enrique García Vargas y Miguel Ángel Respaldiza Galisteo dirigen este proyecto que constituye un estudio integral (histórico, numismático y metalográfico) del mayor conjunto monetario de Europa.

‘Entre las columnas de Hércules, arqueología subacuática de un espacio privilegiado. La Bahía de Algeciras (HERAKLES)’. La Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz desarrolla este proyecto, ubicado geográficamente en el Estrecho de Gibraltar, bajo la dirección de Felipe Cerezo Andreo junto a Alicia Arévalo González. Este proyecto se centra en el patrimonio cultural subacuático de la Bahía de Algeciras.

Certamen único
Convocado por la institución con ese mismo nombre, el galardón nace en 2018 con la finalidad de reconocer la excelencia y originalidad de proyectos arqueológicos y paleontológicos dirigidos por equipos de investigación españoles, desarrollados tanto a nivel nacional como internacional, sin restricciones de culturas o períodos históricos. Los proyectos de investigación sobre paleontología deben estar relacionados con la evolución humana.

La primera edición en 2018 contó con 25 participantes, 6 finalistas, y un jurado que falló a favor del proyecto ‘Construyendo Tartesos’, investigación sobre la cultura tartésica que desarrolla el equipo liderado por Sebastián Celestino Pérez y Esther Rodríguez González del Instituto de Arqueología (CSIC – Junta de Extremadura).

La segunda edición, en 2021, contó con 20 participantes y 6 finalistas. El jurado internacional falló en esta ocasión a favor de ‘La Montaña del tiempo. Exploración de un campamento paleolítico en La Garma’, desarrollado por los doctores Pablo Arias y Roberto Ontañón, del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC). La investigación premiada ha revelado la existencia de un yacimiento único en el mundo que constituye una verdadera cápsula del tiempo, donde este se detuvo hace 16.500 años, gracias a un desprendimiento en la entrada original que transformó la cueva en una burbuja, lo que ha permitido conservar los vestigios de un asentamiento paleolítico.

21 de junio de 2022

Hallan un conjunto funerario visigodo en las profundidades de la cueva de La Garma (Cantabria)

En las profundidades de la cavidad se han encontrado dos depósitos sepulcrales con restos humanos, espadas y otros objetos metálicos en un excelente estado de conservación.
Hallan un conjunto funerario visigodo en las profundidades de una cueva cántabra / EFE

Los arqueólogos que trabajan desde hace 25 años en la cueva cántabra de La Garma han recuperado un conjunto funerario de la época visigoda de las profundidades de la cavidad, la galería basal, formado por dos depósitos sepulcrales con restos humanos, espadas y otros objetos metálicos en un excelente estado de conservación.

Los restos fueron encontrados durante unos estudios de control ambiental por el espeleólogo Mariano Luis Serna, que descendió al río subterráneo en el nivel inferior de La Garma para tomar muestras de agua, y han sido rescatados en una compleja operación arqueológica.

Los directores de las excavaciones de esta cueva patrimonio de la humanidad, Pablo Arias y Roberto Ontañón, consideran que este es uno de los conjuntos funerarios más extraordinarios descubiertos en los últimos años en la Península Ibérica, por su estado de conservación y por el lugar atípico donde fueron sepultados los cuerpos en torno al año 700.

Los huesos y los objetos del ajuar funerario han aparecido en una zona que se inunda periódicamente, cubiertos de una pátina negra producida por la precipitación de óxido de manganeso, que es posible que haya favorecido su conservación, han explicado durante la presentación de este hallazgo.

En La Garma ya habían sido encontrados restos funerarios visigodos, en la galería inferior, menos profunda, que permanecen en el yacimiento, del que solo se extrajo el broche de un cinturón para incorporarlo a la colección del Museo de Arqueología y Prehistoria de Cantabria (Mupac).

Después de muchas dudas se decidió extraer los huesos y los objetos para que no acaben arrastrados por el agua, ya que las inundaciones son frecuentes en la galería basal.

Junto a los restos humanos, se ha encontrado una spatha, una espada larga de dos filos de 85 centímetros de longitud; dos ejemplares de scramasax, espadas cortas de doble filo parecidas a un machete; un acetre o pequeño caldero de bronce y otro objeto que aún no ha podido ser identificado.

Las espadas han conservado sus empuñaduras de madera, algo inusual y que podría deberse al óxido de manganeso que las recubre de una pátina negra.

El tipo de materiales hallados sugiere que pertenecen a la misma época que los restos visigodos de la galería inferior de la cueva, en torno al siglo VIII, y que las personas sepultadas eran individuos de alto rango.

Un ajuar como este se ha encontrado en otros yacimientos visigodos situados al norte de los Pirineos, pero en enterramientos no sepultados en los más profundo de una cueva.

Para llegar hasta los restos y poder extraerlos se organizó un amplio equipo de especialistas formado por arqueólogos, antropólogos, restauradores e ingenieros dirigido por Pablo Arias y Ricardo Ontañón.

El equipo que participó en esta operación de rescate, el pasado 9 de junio, tardó más de tres horas en llegar al conjunto funerario tras un recorrido que implicaba descender cuatro niveles desde la entrada de la cueva, situada 50 metros por encima de la galería y avanzar unos 200 metros por el cauce del río.

Los materiales recuperados están siendo sometidos ahora a un delicado proceso de estabilización en los laboratorios del Museo de Arqueología y Prehistoria de Cantabria, que dirige Ontañón.

Después se les aplicará una batería de técnicas analíticas que contribuirán a aportar información de gran valor sobre una de las etapas más oscuras de la historia de Cantabria, sobre la que todavía se sabe muy poco.

Entre otras técnicas se utilizará la datación por carbono 14, isótopos estables del carbono y del nitrógeno para reconstruir su dieta, ADN, metalografía o fluorescencia de rayos X.

El destino final de estas piezas será un espacio dedicado a la arqueología de la época visigoda, dentro de la nueva exposición permanente del Mupac, según ha avanzado el vicepresidente de Cantabria y consejero de Cultura, Pablo Zuloaga.
(Fuente: Málaga Hoy)

23 de diciembre de 2015

Un gran yacimiento paleolítico enterrado en la cueva de El Pendo, en Escobedo de Camargo (Cantabria)

Los investigadores piensan que la cueva aún tiene por descubrir un gran yacimiento del Paleolítico, enterrado bajo los grandes bloques de piedra de su entrada.
El primer acercamiento científico a la cueva se produjo entre 1953 y 1957, de la mano de Julio Martínez Santa Olalla.
Escondida en un gran paraje natural de un barrio de la localidad cántabra de Escobedo de Camargo, se encuentra la cueva de El Pendo, una cavidad que aún tiene por descubrir su gran yacimiento del Paleolítico, enterrado bajo los grandes bloques de piedra de su entrada. Así lo piensan los investigadores que entre los años 1994 y 1997 realizaron diversas excavaciones tanto en el interior como en el exterior, unos trabajos que permitieron descubrir las conocidas pinturas del Paleolítico situadas al fondo de la cueva y hasta entonces escondidas.

Y eso, a pesar de que en 1907 el arqueólogo Hermilio Alcalde del Río descubrió unos grabados muy finos, que se encontraban en un lamentable estado de conservación. Expertos como Juan Sanguino o Ramón Montes realizaron sondeos dentro de la cavidad, que concluyeron que, en muchos casos, había alteraciones e inversiones estatigráficas, las cuales reflejaban que no era la zona en la que se encontraba el yacimiento en posición primaria, sino que los restos venían arrastrados desde el exterior. Es quizá el gran secreto por descubrir aún de El Pendo, según relata el técnico conservador de las cuevas prehistóricas de Cantabria Raúl Gutiérrez, quien explica que, aunque “existe el deseo” de excavar la parte exterior de la cueva, “no se sabe el potencial que hay por investigar, ni lo que te vas a encontrar”.


MUY DIFÍCIL Y COSTOSO

 “Plantear hoy en día una excavación en la zona exterior, en la de abrigo y visera de la cavidad, es muy difícil y muy costoso, como retirar los grandes bloques de piedra para acceder al área fértil desde el punto de vista arqueológico. Se trataría de campañas de años de duración y habría que valorar lo que se invierte y con qué resultados”, precisa. De El Pendo, el padre Jesús Carvallo, fundador del Museo de Prehistoria de Cantabria, logró obtener múltiples piezas de arte mueble tras diversas excavaciones, sondeos y catas en los años 20 y 30 del siglo pasado, pero que no fueron recuperadas de forma científica. Eso sí, hasta el hallazgo de la cueva de La Garma, era la mejor colección de arte mueble documentada en Cantabria.

El primer acercamiento científico a la cueva se produjo entre 1953 y 1957, de la mano de Julio Martínez Santa Olalla, y, posteriormente, en los 90, es cuando se plantea uno nuevo, encabezado por los investigadores Sanguino y Montes. Cuando estaban a punto de terminar esta excavación, en agosto de 1997, uno de los investigadores “se encontró algo que le pareció una pintura” y, tras comprobar que sí lo era, el trabajo pasó a ser una investigación arqueológica de arte rupestre por unas pinturas que, hasta ese momento, habían pasado desapercibidas.

Y es que todo el frente en el que se encontraban, un gran panel de quince o veinte metros de ancho, estaba oculto por suciedad, básicamente por la presencia de partículas de polvo en suspensión y distintos tipos de bacterias, sobre todo líquenes, que ocultaban las pinturas.

Tras un minucioso trabajo de limpieza y restauración, se logró sacar a la luz esas representaciones, unas 26 unidades gráficas que se concentran, principalmente, en lo que se conoce como el friso de las pinturas, un gran mural de figuras de color rojo, algunas de ellas, en tinta plana.

(Fuente: Deia / Belén Córdoba Arias)

24 de abril de 2014

Encuentran en Santander los huesos de un toro salvaje extinguido

Los restos óseos pueden pertenecer a un Uro, según las primeras estimaciones de la Consejería de Cultura, un animal que habitó en la península hace más de 45.000 años y se extinguió en el siglo XVII, y del que ya se han encontrado vestigios y pinturas en otros yacimientos de la región
Las obras en las que han aparecido los restos óseos, en el barrio santanderino de La Albericia.  Foto: SANE
Los fósiles ya han sido trasladados a un laboratorio, donde un arqueólogo del Gobierno regional determinará su valor y antigüedad. El mismo protocolo seguido en otros casos recientes, como cuando apareció un muro del siglo XIX en la excavación del túnel del Centro Botín. Aunque en aquella ocasión, las piedras fueron examinadas en el mismo lugar del hallazgo.

No es la primera vez que se encuentran restos en Santander de este animal, que podía llegar a pesar más de mil kilos y medir cerca de dos metros. En esa misma zona se desenterraron varios huesos durante la construcción de la S-20. «Es bastante habitual», señalaron tanto desde Cultura como desde Ascán, que no ha necesitado detener las obras a pesar del descubrimiento. El historiador José Luis Casado Soto lo reafirmó: «En esa vaguada es muy fácil encontrar restos de animales».

EL BISABUELO DE LAS VACAS
Todas las razas de bueyes, vacas y toros actuales descienden del Uro, que se extendió por el Norte de África y Europa desde Asia, donde vivieron los primeros ejemplares. Los restos más antiguos descubiertos en España, de hace 45.000 años, se descubrieron en Segovia. Su color era oscuro y sin manchas, aunque tenían una característica banda de color más clara sobre el lomo, según los investigadores. Los cuernos de los machos eran curvados y medían más de 70 centímetros, mientras que en las hembras su tamaño era diminuto.

La caza indiscriminada y la desaparición de los grandes bosques europeos provocaron su extinción. Una desaparición que comenzó en la época del imperio romano, cuando el uro salvaje ya había dejado de pastar en algunas zonas del norte de África, las costas del Mediterráneo, Mesopotamia y la India. Los últimos cinco ejemplares sobrevivieron hasta el año 1627 en unos bosques propiedad del rey de Polonia, donde fueron cazados hasta la extinción.


Los huesos hallados en La Albericia no serán los únicos de Uro que se expondrán en el Museo de Prehistoria. Este mismo año, el Gobierno cántabro prestó al Centro de Investigación de Altamira cerca de noventa piezas arqueológicas halladas en diversas cuevas de la región, valoradas en cerca de un millón de euros. La más valiosa de la colección fue un hueso perforado y decorado con una figura de un uro procedente de la cueva de La Garma y tasado en cerca de 300.000 euros.

EN LA EDAD DE PIEDRA
Además de restos fósiles, en Cantabria existen representaciones artísticas de la prehistoria sobre este animal. En la cueva de Hornos de la Peña, en San Felices de Buelna, aparece representado en el mosaico de 35 pinturas junto a caballos, cabras y bisontes. Aunque su representación más fiel se encuentra en Francia, en el yacimiento de Lascaux.

En los últimos años han existido varios intentos por recuperar la población de uros a través de cruces genéticos de bóvidos. Estos experimentos han tenido éxito en Holanda, sobre todo, desde donde se exportan al resto de Europa. Domesticados y sin tener las mismas proporciones que los uros originales, en España se pueden ver en la reserva creada en la sierra de Atapuerca.