google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: yacimiento íbero
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10 de noviembre de 2010

La "Caja de los Guerreros" centra en Arjona (Jaén) las XIII Jornadas Iberas

La necrópolis de Piquía y el carro en la antigua Iberia son los temas centrales sobre los que giran las XIII Jornadas Iberas, que se celebrarán del 11 de noviembre al 9 de diciembre en Arjona, y que contarán, en cinco conferencias, con algunos de los más destacados investigadores del mundo ibero.  De todos los hallazgos que se sacaron  a la luz en esta necrópolis destaca por su interés la llamada “Caja de los guerreros”


La "Caja de los Guerreos" hallada en Arjona.
La necrópolis de Piquía, en Arjona, es la más reciente intervención arqueológica en el patrimonio ibero realizada en la provincia de Jaén. Se trata de una necrópolis del siglo I antes de Cristo, de gran importancia por la variedad de tipos de enterramientos, como cámaras sepulcrales, cistas o columbarios, con el nexo común del rito de la incineración. De todos los hallazgos que se sacaron  a la luz en esta necrópolis destaca por su interés la llamada “Caja de los guerreros”, una urna de piedra con bajorrelieves de luchas entre guerreros, que ya fue objeto de unas jornadas el pasado mes de junio, y el ajuar de una cámara principesca con una escultura de bronce que remataba la lanza de un carro, que representa a un lobo devorando la cabeza de un hombre. También se hallaron siete cráteras o vasijas de cerámica, cuatro de ellas completas. 

Estos elementos de la necrópolis de Piquía serán analizados en las XIII Jornadas Iberas que organizan la Consejería de Cultura de la Junta, la Diputación de Jaén, el Centro Andaluz de Arqueología Ibérica, la Asociación Amigos de los Iberos y el Ayuntamiento de Arjona.
La caja fue hallada de forma casual.

En la presentación de las jornadas, el director del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica, Arturo Ruiz, explicó el contenido de las conferencias y quienes son los conferenciantes. También puso de manifiesto las dificultades que presenta el yacimiento para su conservación si no se lleva a cabo un proyecto de protección y restauración, ya que está expuesto a las escorrentías. En la presentación participaron también la delegada de Cultura, Mercedes Valenzuela; la diputada provincial de Cultura, Yolanda Caballero; la presidenta de la Asociación Amigos de los Iberos, Pilar Palazón, y el alcalde de Arjona, José Puentes. Los ponentes son prestigiosos doctores especialistas en ibero como Manuel Molinos y Francisco Gómez Cabeza que hablarán de la tumba principesca. Fernando Quesada, experto en temas de guerra y armas antiguas, comentará la importancia del carro en la antigua Iberia. Ricardo Olmos se referirá a la iconografía de la tumba principesca y a los vasos del varón. Carmen Rueda, por su parte, abordará el tema el repertorio femenino. Por último, Arturo Ruiz desvelará la singularidad de la Caja de los guerreros y hablará del proyecto turístico-cultural Viaje al Tiempo de los Iberos, al que podría sumarse la necrópolis de Piquía en caso de que sea conservada, consolidada y restaurada.
(Fuente: Diario Jaén)

7 de noviembre de 2010

El yacimiento íbero de Torre Benzalá: ejemplo del abandono del patrimonio en Torredonjimeno (Jaén)

El propio Ayuntamiento reconoce que el lugar es accesible y que no hay medidas de seguridad que permitan conservarlo.
El yacimiento de la Torre Benzalá de Torredonjimeno (Jaén) está, para muchos vecinos, a punto de perderse. Se trata de un antiguo poblado íbero, aunque la zona estuvo habitada hasta el siglo XVI. Expertos reconocen que estos restos, catalogados y protegidos, apenas están estudiados.
El yacimiento íbero estuvo habitado hasta el S. XVI
       Francisco Susí Arnedo cuenta cómo su padre, Rafael Susí Villar, encontró, allá por el año 1955, “piedras escritas”, una escultura y otras piezas en unos terrenos que, de toda la vida, han sido conocidos en Torredonjimeno como la Torre Benzalá. Son tierras de labor, de varios propietarios, y Susí Villar, como agricultor, trabajaba en el campo cuando se llevó esa sorpresa. De los restos, se hicieron cargo las autoridades de entonces y, como testimonio del hallazgo, en el Ayuntamiento tosiriano se conserva un busto sin cabeza. El lugar, de hecho, está catalogado y protegido, por su importancia, pero nada más.
  • Con las lluvias de finales de 2009 salió a la luz parte de la muralla que se conservaba bajo tierra.
Medio siglo más tarde, esta “mina” para los arqueólogos es todavía una desconocida. En el Centro Andaluz de Arqueología Ibérica saben que se trata de un oppidum, es decir, un antiguo poblado, colonizado en el siglo I antes de nuestra era, o quizás al comienzo del primer milenio. De la zona han salido numerosos exvotos de piedra, elaborados por los primeros habitantes de Benzalá. Unos están bajo custodia y otros no, y, además, hay restos de otras épocas posteriores, ya que, hasta el siglo XVI, hubo personas que residían en este paraje. En conclusión, se sabe que se trata de un enclave que, de ser investigado, podría aportar datos valiosos, pero todavía no se han puesto los medios para ello. El propio Ayuntamiento reconoce que el lugar es accesible y que no hay medidas de seguridad que permitan conservar este patrimonio. La Junta también dejó claro que, sobre Benzalá, es mejor guardar todas las cautelas por la posibilidad de que sufra expolios. Manuel Bueno, presidente de la Asociaciación “Vientos del Pueblo”, cuyo objetivo es defender el patrimonio tosiriano, no oculta que la organización a la que representa se plantea ya el impulso de medidas para lograr que los poderes públicos pongan en valor este entorno. 

Con las últimas lluvias de finales de 2009 y principios de este, el yacimiento es más vulnerable ya que, como se explicó a este periódico, parte de una muralla que se conservaba bajo tierra está a la vista.
(Fuente: Diario Jaén

9 de octubre de 2010

Arqueología: El yacimiento íbero de Cerro de las Cabezas (Valdepeñas) revela restos de sacrificios humanos

El equipo de arqueólogos del yacimiento íbero "Cerro de las Cabezas", situado en Valdepeñas (Ciudad Real), ha encontrado dos cuerpos decapitados de jóvenes de entre 10 y 15 años de edad, con más de 2.500 años de antigüedad.


Los investigadores encontraron los cuerpos cuando eliminaban una rampa de acceso al yacimiento que no había sido excavada y bajo la que apareció lo que parece ser el "depósito de un sacrificio ritual".

El arqueólogo Julián Vélez ha explicado que, a finales del siglo III o principios del siglo IV antes de Cristo, la ciudad sufrió una ampliación motivada por el auge económico que experimentó, por lo que se construyeron grandes edificios públicos y domésticos.

"Era característico de la cultura ibérica realizar, como conmemoración de la construcción de estos edificios, sacrificios rituales de fundación", ha indicado el arqueólogo, quien ha agregado que los dos cuerpos hallados, pendientes del estudio antropológico, fueron decapitados y aparecen en la fosa junto a espadas completamente dobladas y otros materiales.

El Cerro de las Cabezas es un yacimiento de origen íbero-oretano, situado a unos 8 kilómetros al sur de Valdepeñas y que el pasado año fue visitado por 9.618 personas.
El yacimiento se encuentra sobre un monte de aproximadamente 800 metros de altura, y abarca la zona comprendida entre la cima y la falda este y estuvo habitado desde el VI al II antes de Cristo.

Se trata de una ciudad amurallada, de la que se conservan íntegramente los cimientos de las casas y los zócalos de la muralla exterior hechos con grandes bloques de piedra que encajan perfectamente unos con otros.

La ciudad podría haber llegado a albergar a unas 4.000 ó 5.000 personas, lo que supondría el 1 por ciento de toda la población de la Península Ibérica de la época. La situación en su emplazamiento se debe a razones estratégicas por el control de la ruta entre el valle del Guadalquivir y la planicie de la meseta sur.

Las excavaciones que se han venido desarrollando en los últimos años han permitido abrir nuevas cuadrículas de terreno y consolidar lo ya explorado, lo que ha servido para conocer que se cultivaba la vid 500 años antes de Cristo o que se realizaban sacrificios humanos rituales.

Por su parte, el director general de Patrimonio, Luis Martínez, ha señalado que "Valdepeñas es una ciudad viva y que ha sido capaz de materializar actuaciones en materia de cultura y patrimonio que, en la actualidad, son un referente".

"Los yacimientos son cápsulas del tiempo, capaces de reconstruir antiguas civilizaciones y recrear la historia de España", ha subrayado Martínez que también ha destacado el Centro de Interpretación del cerro de las Cabezas, situado en el yacimiento.


(Fuente: ABC)

16 de septiembre de 2010

ARQUEOLOGÍA: Benicarló (Valencia) comienza la catalogación de los restos íberos hallados hace 30 años en el Puig de la Nao

El Ayuntamiento de Benicarló (Valencia) ha comenzado la restauración y catalogación de los restos arqueológicos procedentes del poblado íbero del Puig de la Nao hallados entre los años 70 y 80. 



Un programa de fomento del empleo auspiciado por el Servef ha permitido sacar adelante este proyecto que subvenciona la Conselleria de Economía y que permitirá restaurar los hallazgos del poblado íbero recuperado por los arqueólogos. 



Las piezas, de diferente tipología, tienen un importante valor histórico. Las primeras en ser catalogadas son las cerámicas, en las que los expertos trabajan en Benicarló durante este mes de septiembre para recuperar las formas geométricas que decoran las urnas fúnebres.



El catálogo también incluirá las fíbulas (hebillas que servían de imperdible para la ropa), un casco romano procedente del yacimiento submarino de las Rocas de la Barbada, una hoja de cuchillo, así como clavos y herramientas de bronce. 



Para todo ello, tanto durante la primera fase de restauración de los elementos, como en la catalogación, los expertos asumen las pautas de la arqueología actual. Es decir, el objetivo pasa por conservar cualquier vestigio material capaz de ofrecer datos históricos relevantes para los estudioso. Mientras, los técnicos deben respetar la pieza original, intervenir lo menos posible y diferenciar la parte original de la reconstruida en la actualidad.



Este proceso estará supervisado por un técnico especialista en restauración contratado por el Ayuntamiento de Benicarló durante tres meses a través del Servef. No en vano, esta entidad ha impulsado el proyecto previsto por el consistorio para conservar, restaurados, los restos arqueológicos hallados hace más de 30 años en el término municipal. La iniciativa también comprende la documentación de los hallazgos de uno de los patrimonios históricos y culturales más significativos de Benicarló para que el legado no se pierda.


Cabe recordar que el poblado íbero del Puig de la Nao está abierto al público los miércoles, viernes y sábados y es de fácil acceso. Entre los restos que los arqueólogos sacaron a la luz destaca: el palacio del jerarca, la casa del horno y la panadería, un edificio para el culto, la bodega del vino de Ibiza, la plaza de Armas, la muralla y lo que en su día fueron unos almacenes de alimentos. 

2 de agosto de 2010

El hallazgo de armas de hace 2.400 años confirma a La Bastida (Valencia) como el poblado peninsular íbero "de referencia"

 El hallazgo de un conjunto de armas y útiles de guerreros de hace 2.400 años en La Bastida de les Alcusses situada en Moixent (Valencia) ha confirmado esta excavación como "el poblado peninsular de referencia para estudiar el periodo ibero".

Así lo han asegurado el delegado del área de Cultura de la Diputación de Valencia, Salvador Enguix, la directora del Museu de Prehistòria de València y codirectora de la campaña de excavación, Helena Bonet, y el arqueólogo y codirector de la excavación en La Bastida de les Alcusses, Jaime Vives-Ferrándiz, que han presentado en rueda de prensa los detalles del hallazgo anunciado ayer por la corporación provincial.

Las excavaciones han permitido recuperar más de 60 objetos de hierro en un pequeño espacio de la entrada oeste al Poblado de La Bastida, entre armas y pletinas y clavos pertenecientes a los batientes de la puerta, han explicado los expertos.

Las excavaciones arqueológicas en el poblado ibérico de la Bastida de les Alcusses de Moixent se han desarrollado, este año, en la Puerta Oeste. Esta entrada al poblado ya había sido excavada en 1998 pero las evidencias acerca de la existencia de una entrada más antigua en este punto han motivado la excavación de la misma durante este año.

En este conjunto destacan las panoplias --conjunto de armas y útiles-- de guerreros localizadas en el poblado. Se trata, ha explicado Helena Bonet, de cinco conjuntos de armas, pertenecientes a otros tantos guerreros iberos de hace 2.400 años, que constituyen la parte "más espectacular" del hallazgo y permiten documentar "un ritual único en la arqueología ibérica consistente en la deposición intencionada de cinco conjuntos completos de armas de hierro, ofrendas alimenticias y vasos cerámicos, todo ello quemado junto a las estructuras de madera y hierro de la puerta y sellado bajo una capa de tierra".

En concreto, se han encontrado cinco falcatas, que son espadas cortas de un solo filo punzante, asociadas a varias manillas de escudos, lanzas y soliferrea, que son lanzas a modo de jabalinas hechas totalmente de hierro. Se trata de un conjunto de armamento propio de la primera mitad del siglo IV a.C. y que debemos asociar a las elites guerreras de la sociedad ibérica.

Es muy interesante constatar que estas armas no son restos de una batalla acaecida en la puerta sino de depósitos rituales. De hecho, todas las falcatas y las jabalinas están dobladas o rotas intencionalmente, lo que indica que fueron inutilizadas con un sentido ritual, y depositadas junto a los escudos y otras ofrendas alimenticias. Este hecho es frecuente en las tumbas, donde las armas se inutilizan para acompañar al difunto al Más Allá, como objetos personales e intransferibles.

 "Lo que hace único el hallazgo de la Bastida de les Alcusses es que este ritual se ha documentado en un poblado, y en concreto en la entrada principal, y en el que se ha llevado a cabo deposiciones votivas siguiendo las normas de los rituales funerarios aunque no son tumbas", ha destacado Bonet.
   
En su intervención, Jaime Vives ha comentado que "una interpretación preliminar a estos hallazgos apuntaría al hecho de que se trata de cenotafios, o monumentos para guardar la memoria de personajes destacados --identificados por sus armas-- o para recordar algún hecho en un espacio público importante como es la puerta principal del poblado: la Puerta Oeste".

Las excavaciones han permitido recuperar en total más de 60 objetos de hierro en este pequeño espacio de la entrada oeste, entre armas y pletinas y clavos pertenecientes a los batientes de la puerta. Una concentración inusual que se explica en relación al hecho ritual del conjunto depositado.

Asimismo, se han documentado 45 troncos, vigas y tablones de la estructura de las puertas, quemadas también con un sentido ritual junto a estos conjuntos de armas, así como conjuntos de cereales y aceitunas carbonizados que se depositaron también como ofrendas votivas.  

Un equipo interdisciplinar compuesto por 10 investigadores y restauradores del Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación de Valencia y de otras instituciones como la Universitat de València y el CSIC, coordinados desde el propio Museu de Prehistòria de Valencia, se encargará del estudio completo de este conjunto único, sacado a la luz unos 2.400 años después de ser depositado.

23 de julio de 2010

Tras las pistas de los íberos en El Puig (Alicante)

Reinterpretar la vida de hace 2.500 años a través de las ruinas. Este es el objetivo del equipo de arqueólogos que trabaja desde hace seis años en el yacimiento íbero de El Puig, sobre el Barranco de la Batalla en Alcoy, y la campaña de este año arroja nuevos datos sobre cómo vivían y se relacionaban las familias que habitaron la zona en la Edad del Hierro. La excavación actual se centra sobre una barriada de 400 metros cuadrados en la que residieron unas seis familias, que se vieron obligadas a abandonar el poblado de forma repentina, según las primeras hipótesis, por una rivalidad vecinal. Las cerámicas halladas constatan que a partir del año 325 a.C., El Puig quedó desierto.

El proyecto de investigación en El Puig se inició en el año 2004, y está dirigido por el profesor titular de Arqueología en la Universidad de Alicante, Ignasi Grau, y el director del Museu Arqueològic Municipal de Alcoy, Josep María Segura. El pasado 28 de junio se inició una nueva campaña de trabajos, en la que colaboran catorce alumnos de forma altruista, que se prolongará hasta el próximo domingo. Para este día, según anuncia Segura, «se celebrará una jornada de puertas abiertas para dar a conocer la tarea llevada a cabo, desde las 10.30 hasta las 12 horas, y se pondrá a disposición de los interesados un servicio de autobús gratuito que partirá desde la Tourist Info».
El Puig, que se localiza en un extremo de la urbanización del Estepar, sobre el Barranco de la Batalla, se convirtió en un asentamiento humano durante gran parte del primer milenio antes de la Era. Los restos más visibles son los de su último momento de ocupación en época ibérica clásica, en el siglo IV a.C. Una comunidad de alrededor de trescientas personas escogió este monte, que satisfacía las necesidades estratégicas y defensivas, para construir un poblado de casas cuadrangulares de piedra, articuladas en torno a calles rectas, así como sólidas fortificaciones en el único camino de acceso. El Ayuntamiento de Alcoy concluyó hace dos años la restauración de un torreón de forma cuadrangular.
Según informa Ignasi Grau, «este año estamos trabajando sobre una barriada que ocuparía unos 400 metros cuadrados, en la que vivirían unas seis familias, de las cerca de 90 que llegaron a habitar en todo El Puig, y hemos encontrado documentación de primer orden para poder interpretarla y saber cómo era la actividad diaria del siglo IV antes de Cristo».
A diferencia de campañas anteriores, en las que los arqueólogos detectaron en pequeños cuadros toda la historia del yacimiento desde sus orígenes, en el siglo VIII hasta finales del IV, ahora están obteniendo una imagen del último momento del asentamiento.
«Estamos dando color a una imagen que antes teníamos en blanco y negro, y es que ahora empezamos a conocer con detalle las formas de economía, de la vida doméstica, familiar, de agregación social y de estrategias para relacionarse entre ellos». En este sentido, Grau detalla que el hallazgo de una serie de vestigios han permitido recomponer dietas, pautas de consumo y saber los productos que cultivaban las familias de la Edad del Hierro. «Comían ovejas y cabras principalmente, después cerdos y alguna vaca en tiempos de fiesta. También consumían de forma habitual bellotas y cerveza, y vino en las fiestas. En una habitación también hemos encontrado copas áticas, lo que demuestra que bebían de forma extraordinaria y no ordinaria».
Por otra parte, el grupo de arqueólogos ha detectado niveles de abandono repentino en la zona, que quedó deshabitada partir del año 325 a.C. Grau explica que «las familias dejaron aquí todo lo que tenían, y hay evidencias de que en algunas casas se produjeron incendios, por lo que todo apunta a que les obligaron a marcharse». Asimismo, indica que «hay varias hipótesis a investigar, pero más que una invasión de gente venida de fuera, como cartagineses u otros grupos, puede que hubiese una rivalidad vecinal, y el candidato es La Serreta, que sí mantuvo su vida y vio incrementada su población, posiblemente porque las familias de El Puig fueron obligadas a trasladarse allí». (Fuente: lasprovincias.es)