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13 de marzo de 2023

Una roturación sin permiso saca a la luz una villa romana en Librilla (Murcia)

Cultura estudia una posible sanción, pero permitirá seguir con el cultivo de la parcela bajo supervisión de los arqueólogos. Con el arado de un tractor, hasta una profundidad de 70 centímetros  afloró abundante material arqueológico, dando cuenta de la potencia del yacimiento.
Material cerámico, la mayoría de época romana, que apareció en finca Trujillo. Carlos Chembos

Sobre el yacimiento romano de finca Trujillo, en Librilla, crecerá brócoli ecológico. La Consejería de Cultura ha autorizado que la plantación siga adelante a la vez que tramita una posible sanción por los movimientos de tierra previos al cultivo realizados sin permiso en esa parcela agrícola. El expediente se inició en septiembre del año pasado a raíz de una denuncia del PSOE. Antonio Huertas, portavoz del Grupo Municipal Socialista, advirtió de la roturación de unos bancales en el lugar donde la carta arqueológica situaría una villa de los siglos II a. C al III d. C. Los trabajos consistieron en allanar y preparar el terreno (una parcela de cítricos ya abandonados) para producir ahora esa hortaliza.

Con el arado de un tractor, hasta una profundidad de 70 centímetros, según constató una inspección del servicio regional de Patrimonio Histórico, en finca Trujillo afloró abundante material arqueológico, dando cuenta de la potencia del yacimiento. Trozos de piezas, como ánforas, platos y piedras talladas, todavía son visibles desperdigados por el removido bancal.

Dos prospecciones realizadas por investigadores después de esas roturaciones permitieron localizar cerámica romana y dos monedas: un sestercio (siglo III d. C.) y medio centenional de Constantino II. Ambas se encontraron en un punto de la parcela donde se produjo una rotura en una conducción de agua. El material se custodia en régimen de depósito en los fondos del museo arqueológico de Alhama de Murcia. Lo peor de todo es que esos movimientos de tierra sin permiso también llamaron la atención de 'toperos', que usan detectores de metales para expoliar yacimientos, según indican a LA VERDAD tanto técnicos como miembros de asociaciones que velan por la defensa del patrimonio cultural. No constan detenciones por estos posibles hechos delictivos.

Aunque la parcela de finca Trujillo es de uso agrícola, la Consejería de Cultura abrió un expediente contra los responsables de las roturaciones (cuya identidad no ha trascendido) debido a que para llevar a cabo esos trabajos debían haber solicitado permiso al tratarse también de una zona arqueológica. La investigación, que movilizó a los técnicos de Patrimonio Histórico para comprobar el alcance de los destrozos, continúa su curso y todo apunta a que acabará con una sanción. Sin embargo este expediente no impedirá que la plantación de brócoli ecológico vaya adelante. Según indica una portavoz de la Consejería, el cultivo de este vegetal «profundiza solo 30 centímetros en el terreno por lo que no hay afección al registro arqueológico». Añade la misma fuente que «el uso agrícola del terreno ya se aceptó como compatible con la conservación del yacimiento. En cualquier caso, para garantizar un control exhaustivo se hará una supervisión arqueológica mientras se realicen los trabajos agrícolas».

«Resulta kafkiano»
Para Antonio Huertas, se trata de «una situación kafkiana: se abre un expediente por los movimientos de tierra en la parcela y a la vez se permite continuar con el cultivo». El concejal socialista, que pide al Ayuntamiento que amplíe la protección cultural de la que ahora goza finca Trujillo, considera que «antes de seguir adelante con los trabajos agrícolas, la Consejería debería encargar al menos una cata arqueológica que permita determinar con exactitud la importancia del enclave».

La reivindicación cuenta con el apoyo de la Asociación Cultural de Estudios y Actividades de Librilla (Acudeal). Su presidente, Salvador García, llama la atención sobre la relevancia de finca Trujillo, una villa romana en la que se ha descubierto cerámica relacionada con la producción de quesos, algo poco habitual. No obstante la pieza más importante hallada en este yacimiento es una lápida funeraria que se conserva en las dependencias del Museo Arqueológico de Murcia (MAM). García indica que «estamos en un lugar de alto valor arqueológico», y recuerda que no muy lejos, en el paraje de El Cañarico, se localizó en 1961 el famoso tesorillo de la Pita.