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19 de febrero de 2011

El yacimiento de San Esteban en Murcia, ya es Bien de Interés Cultural

El Consejo de Gobierno aprobó ayer la declaración de BIC con categoría de Zona Arqueológica

El Ejecutivo regional murciano declaró ayer en Consejo de Gobierno Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Zona Arqueológica a los restos correspondientes al yacimiento ubicado en el jardín de San Esteban de Murcia, según informó ayer su gabinete de prensa en un comunicado.
Yacimiento de San Esteban en Murcia.
Los restos arqueológicos pertenecen a una ocupación de finales del siglo XI, cuyo desarrollo progresivo alcanzó su mayor densidad dos siglos más tarde, tal y como añade la fuente. El crecimiento demográfico que experimentó la zona propició la expansión del área urbana en este arrabal, denominado como Arrixaca Nueva, que en origen constituía, según los estudios, un espacio formado por grandes residencias y áreas de jardines y huertos.

El conjunto muestra la trama urbana del antiguo arrabal y los modelos característicos islámicos. Hasta el momento se han registrado unas sesenta viviendas y una serie de recintos con patio central de mayores dimensiones conectados con una red de calles con trazado ortogonal.

Esta declaración como Bien de Interés Cultural cuenta con los informes favorables de la Real Academia de Bellas Artes Santa María de la Arrixaca, de la Real Academia Alfonso X el Sabio y del Colegio de Arquitectos.
(Fuente: EFE)

28 de julio de 2010

Extraen en Murcia el mayor cargamento de marfil de un barco fenicio

Un navío del año 620 antes de Cristo que alberga el mayor cargamento de colmillos de elefante hallado de esa época fenicia, está siendo recuperado por investigadores de 11 países de las aguas de la isla Grosa de San Javier (Murcia).
Del pecio, hundido a unos 20 metros de profundidad, se han extraído hasta el momento 20 colmillos completos de elefante norteafricano y más de 25 fragmentados, muchos de ellos con inscripciones fenicias, según ha explicado el arqueólogo Juan Pinedo, codirector del proyecto junto al estadounidense Mark E. Polzer.
"No existe un yacimiento tan antiguo como este con esta cantidad de colmillos de marfil", ha señalado Pinedo, que precisa que el navío tiene una eslora de unos 20 metros, "bastante mayor" que la de los varios pecios hallados en aguas del también murciano Puerto de Mazarrón.

La campaña de restauración, patrocinada por la National Geographic Society y en la que colabora el Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena, se lleva a cabo en el yacimiento conocido como Bajo de la Campana, donde se encuentran los restos de otros tres navíos, uno de época moderna y dos de la romana.
El proyecto, fruto de un acuerdo de colaboración entre el Ministerio de Cultura y el Instituto Náutico de Arqueología de la Universidad A & M, de Texas (EEEU), comenzó en 2007 con la participación de especialistas de Australia, Turquía, Nueva Zelanda, Reino Unido, Grecia, Suecia, Francia, Holanda, Italia y España.
Junto a los colmillos encontrado en el pecio fenicio, han aparecido también lingotes de estaño y cobre, nódulos de galena argentífera y una muestra completa de cerámica fenicia del siglo VII antes de Cristo.
También se han recuperado algunos elementos suntuarios destinados a comerciar con las élites locales del momento, como un pedestal de piedra decorado, piezas de bronce de una posible cama de marfil, un mango de cuchillo del mismo material, varias piezas de ámbar y numerosos peines de madera.
Más allá del valor material de los elementos recuperados, Pinedo ha destacado que el hallazgo va a ofrecer una idea muy certera del funcionamiento de las relaciones comerciales del pueblo fenicio.
"Vamos a poder descifrar cuestiones que intuíamos por los textos, pero que ahora se van a poder demostrar claramente", ha asegurado.
Respecto a las perspectivas de futuro, los investigadores tienen trabajo por delante, ya que hasta el momento se ha documentado sólo una parte mínima del yacimiento.
El yacimiento fue descubierto en la década de los 50 del pasado siglo por unos buceadores que se dedicaban a extraer del fondo marino la chatarra de los numerosos barcos que naufragaron en esta zona del Mediterráneo.
En los años 70, el Patronato de Arqueología de Cartagena realizó diversas campañas arqueológicas que documentaron la existencia de 13 colmillos de elefante con inscripciones fenicias.
El lugar de los trabajos ha sido visitado hoy por el delegado del Gobierno en la región de Murcia, Rafael González Tovar, y la alcaldesa de San Javier, Josefa García Hernández, quien ha anunciado que en agosto próximo se inaugurará un pequeño centro de interpretación en La Manga de Mar Menor.
Allí se explicarán los hallazgos que se han ido produciendo, con el objetivo de potenciar el conocimiento y la protección de este tipo de yacimientos. (Fuente: EFE)

26 de julio de 2010

Un sarcófago y toneladas de oro sepultados en el litoral español: "Beatriz" y "Sussex" son los navío más buscados en en el paraíso mundial de la arqueología subacuática

Poco imaginaban en el antiguo imperio egipcio que la momia del faraón Micerino, cuya imponente pirámide fue la tercera levantada en la meseta de Gizeh durante la IV Dinastía, terminaría descansando a miles de kilómetros y en el fondo del mar. Su sarcófago de basalto, de 2,6 metros de largo, se encuentra frente a las costas murcianas, en las tripas de un barco llamado Beatriz. Su descubridor en 1837, el británico Howard Vyse, pretendió llevar el valioso tesoro hasta el Museo Británico para abrirlo allí y convertir a Londres en la capital del mundo arqueológico, en dura pugna con alemanes y franceses. Pero no todo salió a gusto de Vyse y hoy centenares de cazatesoros, arqueólogos y curiosos siguen la pista de Micerino por Cartagena. 

La historia del Beatriz y de su momia es una de las muchas que existen en torno a la arqueología subacuática, disciplina a caballo entre la historia, el arte y el negocio en la que el litoral español es uno de los paraísos más apreciados y también más expoliados del mundo. 'Entre el 85% y el 90% de los yacimientos registrados han sido dañados por los cazatesoros', calcula Javier Noriega, uno de los componentes del grupo Nerea, empresa especializada en arqueología marina que surge de la Universidad de Málaga. Su empeño, y el de sus diez compañeros, es proteger el legado histórico que pervive entre algas y arena. 


El número de naufragios en aguas españolas es una incógnita, según se ha puesto de manifiesto durante el congreso de arqueología subacuática celebrado el mes pasado en Gandía (Valencia). Está casi todo por descubrir en yacimientos clásicos -fenicios, romanos y griegos- y medievales. Y por seguridad, son contadas las autoridades que manejan un mapa sobre la localización de los pecios (restos de una nave naufragada) catalogados. 

La costa catalana, una de las que ha gozado de mayor rigor en la exploración, arroja más de 700 yacimientos. En Andalucía, por su parte, se afirma que entre Ayamonte (Huelva) y Tarifa (Cádiz) duermen los restos de más de 200 barcos cargados de tesoros por un valor aproximado de 115.000 millones de euros. 

El cementerio de galeones en que se convirtió el golfo de Cádiz a partir del siglo XVI acoge a uno de los buques más deseados, el Sussex. Bandera de la flota británica hasta 1694, se hundió hasta los 800 metros de profundidad tras una fuerte tormenta en el Estrecho. En el naufragio perdieron la vida 500 marineros y se fueron a pique nueve toneladas de oro. Su valoración depende de la fuente consultada: entre 1.000 millones y 4.000 millones de euros. 

Más allá del interés económico que mueve a Gobiernos y empresas, los especialistas han reiterado las inmersiones en aguas gaditanas en busca de restos de la batalla de Trafalgar, librada entre franceses, ingleses y españoles en octubre de 1805. 


La Unesco cataloga como yacimiento subacuático cualquier barco con más de un siglo bajo el mar. Javier Noriega, de Nerea, opina que debe protegerse cualquier nave hundida con valor histórico: '¿Un buque de la Guerra Civil no tiene valor arqueológico?', se pregunta el experto. 

Para este tipo de profesionales, tres son las principales amenazas que se ciernen sobre los restos de naufragios o batallas: expoliadores, obras civiles y el abandono de la Administración. 

Entre los arqueólogos existe quien defiende que los restos deben protegerse, estudiarse y dejarse donde los ancló el infortunio, sacando a la luz sólo los materiales metálicos (monedas, armas, etc.) y la cerámica. Una corriente contraria aboga por extraer también las estructuras de los navíos para exponerlos en museos. En lo que coinciden unos y otros es en la necesidad de legislación, inversión en tecnología e investigación y medidas para proteger el patrimonio que se esconde en las profundidades. 

'Wasa', del fondo marino a un museo tras el tesoro 
Más allá de las complicaciones técnicas de sacar un pecio a la superficie, el mantenimiento al aire libre de un barco naufragado es extremadamente complicado. Cada uno de los materiales que han sobrevivido bajo el agua debe ser tratado hasta su estabilización. 

Uno de los buques más célebres que tuvo un final fatal fue el sueco Wasa. Su naufragio ocurrió en 1628, en el mar Báltico, cuando acababa de ser botado. El Wasa fue sacado a flote en 1961 y hoy descansa en un museo levantado en torno a él, el Wasa de Estocolmo. Sus tablas precisaron años de tratamiento a base de polieliteno glicol, un producto ceroso que penetra muy despacio en la madera y sustituye al agua salada. 




España mantiene un acuerdo con la Unesco para la investigación de los restos de la batalla de Trafalgar, pero la voz del organismo es clara al desaconsejar que los yacimientos salgan del agua. Sólo en caso de peligro de robo o destrucción estaría de acuerdo en arrancar los tesoros del abismo. 


Tras el tesoro 
• Un detector de objetos mediante vibraciones de alta frecuencia y cámaras que aguanten la presión son los elementos fundamentales para localizar un yacimiento subacuático. Una vez encontrado, será fundamental para la investigación que haya permanecido oculto a piratas y curiosos. 

• La última gran operación de la Guardia Civil contra una banda de expoliadores fue culminada en mayo con la detención de siete personas. El cabecilla consultaba la ubicación de los naufragios en libros de historia. 

• La mayor firma cazatesoros del mundo tiene sede en Tampa (Florida), se llama Odyssey Marine Exploration y es bien conocida en España por su empeño en sacar el Sussex del Estrecho. La compañía cotiza en Bolsa con una capitalización de 145 millones de dólares.





Articulo extraido de: error98.blogspot.com