google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Maribel Gutiérrez
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8 de septiembre de 2022

Hallan una gran alberca de época omeya en unas obras en Córdoba

El Ayuntamiento de Córdoba asegura que los trabajos no se suspenderán mientras se estudian los restos arqueológicos. El hallazgo se ha producido en una de las zonas expropiadas a la orden religiosa de los dominicos que mantienen sus instalaciones junto a la iglesia de San Pablo.
Salvador Fuentes con los técnicos en la zona.

Las obras de construcción de un acceso peatonal entre la calle Capitulares y el Huerto de Orive en Córdoba han dado con un espectacular hallazgo arqueológico. Este miércoles, el teniente de alcalde de Urbanismo, Salvador Fuentes, y el jefe de Arqueología de la Gerencia, Juan Murillo, han detallado el hallazgo que se ha producido a mediados de agosto en la zona durante unos trabajos que, no obstante, no se van a paralizar.


En concreto, el hallazgo consiste en una alberca con probable origen omeya (del siglo IX aproximadamente) junto a una serliana (un recurso arquitectónico muy utilizado durante el Renacimiento). El hallazgo se ha producido en una de las zonas expropiadas a la orden religiosa de los dominicos que mantienen sus instalaciones junto a la iglesia de San Pablo.

La arqueóloga que ha trabajado en el hallazgo ha sido Maribel Gutiérrez. Por su parte, el jefe de Arqueología del Ayuntamiento de Córdoba ha explicado de manera detallada la historia y las hipótesis sobre este descubrimiento: “Sabemos por fuentes árabes que en esta zona frente a la puerta de Hierro, lo que es la embocadura de la calle Alfonso XIII, se alzaba la almunia de Abdalah pero no teníamos ninguna constancia. Cuando se excavó y vimos el circo, supimos que encima de él había restos de época omeya y un barrio de época almohade. Planteamos la hipótesis de que ese barrio se había urbanizado sobre los terrenos de la antigua almunia, un palacio que poseía muchos jardines, huertos y por supuesto agua”. De ahí el origen de la alberca.

El estanque encontrado está modulado en codos, que es una medida omeya, y sería el encargado de regar los huertos. La alberca hacía de cimientos para el siguiente hallazgo que detalló Juan Murillo. En principio, ese muro se habría usado como un elemento teatral y estaría compuesto por un vano central y dos laterales laterales con un podium. Estos vanos estaban abiertos tal y como se popularizó en la etapa del Renacimiento, en una construcción que se denomina serliana (en alusión al arquitecto Serlio). Cómo determinó el jefe de Arqueología del Ayuntamiento, “este es un monumento renacentista de importancia fundamental y lo que funciona como cimiento es la alberca”.

El proyecto seguirá su transcurso para cumplir con el plazo establecido y tiene pendiente incorporar este hallazgo una vez que haya sido evaluado arqueológicamente para poder encajar esta alberca como el fin que tuvo al ser construida, “una mirada profunda hacia el patio”.

En este contexto, Fuentes ha asegurado que el hallazgo de los históricos elementos arquitectónicos no supondrá la paralización de las obras, que se iniciaron a mediados del pasado junio y que tienen un plazo de ejecución de seis meses, con un presupuesto de 458.554 euros, que cuenta con financiación de la Unión Europea (UE).

Así, según ha subrayado el también presidente de la GMU, “el proyecto y la obra no se van a parar” por dichos hallazgos, aunque, eso sí, “se van a integrar, y lo haremos en una segunda fase”, pues se van a “restaurar”, pero la cuestión es que “no podemos perder ni un minuto”, para así mantener la financiación europea, que exige la ejecución y justificación del dinero invertido en un plazo concreto.

Ahora, según ha precisado Fuentes, se ha hecho “esta parada” en las obras para “ver el alcance de lo que hemos encontrado y, a partir de ahí”, los elementos históricos que han aparecido serán objeto de intervención en “una segunda fase, una vez que esté” concluido el proyecto de conexión peatonal, determinándose “qué tratamiento se le da a la alberca” y a los restos conventuales, teniendo ya clara la integración y restauración de la serliana.

27 de junio de 2017

La restauración del templo romano de Córdoba entra en su recta final

En esta primera fase los restauradores actúan tanto en los elementos originales de sillería y mampostería como en la anastilosis, la reproducción del Templo Romano. Los trabajos concluirán en la primera quincena de julio.
Dos trabajadores intervienen en la restauración de las columnas. FOTO: A.J. GONZÁLEZ
Las obras de restauración del Templo Romano, incluidas en el Plan Turístico de Grandes Ciudades, se adentran en su recta final. Si no hay imprevistos, los trabajos que empezaron a finales de marzo y quedaron parados durante unos días para retirar una colonia de gatos, terminarán a mitad de julio. Después, la empresa que lleva a cabo la intervención, Patrimonio Inteligente, dispondrá de un mes más durante la segunda fase, que se centrará en la obra civil y en la que llevará a cabo tareas que no puede hacer ahora. «Muchos trabajos que vamos a iniciar se pueden quedar a mitad, pero tenemos ese segundo plazo porque hay tareas que si no las hacemos a la vez que se empieza la segunda fase, no servirán de nada», señala Mercedes Iáñez, restauradora de la empresa. 

En esta primera fase los restauradores actúan tanto en los elementos originales (sillería o mampostería en la que ya trabajó el arquitecto y arqueólogo Félix Hernández a mitad del siglo XX) como en la anastilosis, la reproducción del Templo Romano que hizo y que no pudo concluir.

A simple vista se pueden observar los resultados de la restauración. La arquitecta que dirige el proyecto junto al arqueólogo Juan Murillo, Carmen Chacón, explica que «en el hueco de cimentación del templete han sido restaurados los sillares, se han sellado las fisuras con mortero especial, se ha limpiado, se ha quitado la vegetación, los biocidas y los líquenes que estaban ennegreciendo esas piedras, y se le ha dado el tratamiento consolidante y protector». De la misma forma, añade, se ha actuado «en la superficie horizontal», por lo que esa parte está «prácticamente terminada». Chacón indica que el hueco que hay se rellenará y el fondo «ya está preparado» con «geotextil y malla antihierba para que no prolifere la vegetación».

Los trabajos se centran ahora en los muros de apoyo y en la anastilosis de Félix Hernández. Los dos muros que servían de apoyo al suelo del pronaos (pórtico de entrada al templo) «se están restaurando y se están sellando las fisuras con mortero de reparación», según indica Chacón, que asegura que es «un trabajo laborioso y delicado».

En cuanto a la anastilosis de Félix Hernández, los trabajos que se llevan a cabo consisten tanto en la restauración de los elementos originales como en la restitución. En estos momentos, la arquitecta señala que las tareas se centran en «los capiteles, tanto en los originales como en los rehechos por Félix Hernández». En este sentido, indica que «se está procediendo a la limpieza sin quitar la pátina del paso del tiempo». También se actuará en pilastras y columnas, de las que ya hay varias limpias y en las que se percibe la diferencia. Una vez limpias, asevera, «se sellan las pequeñas fisuras y se aseguran los encuentros de las piezas de mármol que Félix Hernández insertó de las columnas originales».

Otro ámbito de actuación es la zona que hay por encima de las antérides, que también «se limpiará y en la que se restaurarán los elementos de sillería que puedan tener fisuras y el caementicium (hormigón romano)», afirma Chacón, que explica que es «la base donde la escalera del templo se apoyaba y de la que solo queda la cimentación» y «eso se va a restaurar también y se va a poner en valor el ara que había en la plaza». En esa zona ya se han iniciado los trabajos. El proyecto contempla, además, intervenir en el muro de las antérides que da a la calle Capitulares.

Esta intervención permitirá extraer las marcas de cantero estudiadas por la arqueóloga Maribel Gutiérrez, que se extraerán con moldes y se digitalizarán para que no se pierdan.