Los Agentes Rurales de Cataluña denunciaron el mes de septiembre del año pasado, a la comarca del Urgell, una persona que se había apropiado de 1793 proyectiles de tipo Minié (sumando un total de 60 kilogramos), los cuales conformaban un depósito de munición de la tercera Guerra Carlista (1861-1865).
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Proyectiles decomisados por los Agentes Rurales.Agentes Rurales. |
Los Agentes Rurales denunciaron el mes de septiembre del año pasado, a la comarca del Urgell, una persona que se había apropiado de 1793 proyectiles de tipo Minié (sumando un total de 60 kilogramos), los cuales conformaban un depósito de munición de la tercera Guerra Carlista (1861-1865).
Por otra parte, un yacimiento arqueológico emblemático fue objeto de la actividad arqueofurtiva: el Tossal de la Pleta en Belianes. El caso comportó la apertura de diligencias penales.
Estos hallazgos se han producido a raíz de una treintena de inspecciones que los Agentes Rurales han hecho por toda Cataluña relacionadas con el uso de detectores de metal en el medio natural durante el 2024. Un 32% de estos se han desarrollado en las comarcas de Lleida, un 25% en las de Barcelona, un 18% y un 14% en las de la Cataluña Central y Girona, respectivamente, un 7% en Tarragona y un 4% en Tierras del Ebro. El cuerpo ha alertado sobre la "consolidación" de este tipo de prácticas y ha recordado que la búsqueda de restos arqueológicos o paleontológicos está prohibida, a menos que se trate de intervenciones autorizadas.
La ley de patrimonio cultural catalán establece que, ante el hallazgo o localización de restos arqueológicos o paleontológicos, bien en el marco de una obra, trabajo agro-forestal o cumpliendo cualquier otra actividad en el medio natural, hay que seguir unas pautas: avisar a la Administración en un plazo máximo de 48 horas y no tocar ni extraer los restos, tanto en el medio terrestre como en el subacuático.
El motivo es el riesgo de alterar el contexto arqueológico, provocando la pérdida de información que proporcionan los objetos arqueológicos cuando se recogen y se estudian in situ, siguiendo la metodología arqueológica realizada por profesionales, especialmente cuándo estos se pueden relacionar entre sí y con las estructuras donde se encuentran.
El cuerpo de Agentes Rurales ha recordado que una de sus competencias consiste en proteger el patrimonio cultural que se encuentra en el medio natural. Con el objetivo de prevenir daños en contextos arqueológicos o la pérdida de restos de interés cultural o histórico, los Agentes Rurales hacen inspecciones relacionadas con detectores de metales de forma periódica.
Según han explicado, esta es una herramienta muy popular entre los arqueofortivos, es decir las personas que se lucran gracias a hallazgos de este tipo y sin disponer de la autorización administrativa pertinente. En este sentido, el cuerpo ha avisado de que, a menos que se trate de una intervención autorizada, no se permite la búsqueda de restos, sea en un yacimiento arqueológico inventariado o en un terreno sin ninguna protección, independientemente que la titularidad del lugar sea privada o pública.
Les consecuencias de las inspecciones realizadas han sido la apertura de diligencias penales (con el comiso de los aparatos y los objetos localizados), la incoación de expedientes sancionadores administrativos o el recordatorio de la normativa que afecta a la actividad mencionada, en coordinación con el Departamento de Cultura.