Jóvenes del Campo Internacional de Arqueología
excavan el pavimento de canto rodado del antiguo convento.
Foto: Diario Jaén
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Los vestigios del monumento, que acogió durante siglos a la comunidad trinitaria, afloran casi noventa años después de que se desmontara, un proceso fechado por el arqueólogo de las excavaciones, Carlos Calvo, en 1923. El técnico señala que el espacio —formado por el convento, la iglesia y otras dependencias— está muy deteriorado, porque el inmueble fue desmantelado de manera minuciosa, de modo que tanto los sillares como la solería de mármol se reutilizaron en otros edificios de Alcalá la Real.
De este modo, los jóvenes “campistas” descubrieron la trama del complejo religioso, aunque los hallazgos se limitaron a las basas octogonales del claustro, una pila de las monjas, algún fuste de columna, el arranque de los muros y pavimento de losas, barro cocido y cantos rodados.
En cuanto a objetos destacan monedas fechadas desde el siglo XVII —resellos de Felipe III y Felipe IV— hasta el XX —una peseta—. Aparte, afloraron clavos y cerámica.
(Fuente: Diario Jaén / Juan Rafael Hinojosa)