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29 de julio de 2024

Culmina con éxito la extracción del navío del siglo XVII hundido en el puerto de Cádiz

La Autoridad Portuaria ha coordinado esta maniobra, pionera en España, que permitirá estudiar el pecio en profundidad
La Autoridad Portuaria de Cádiz ha conseguido diseñar y desarrollar con éxito una operación sin precedentes en España.

El pasado sábado 27 de julio la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz realizó la maniobra de rescate de su centenario descanso subacuático del pecio Delta I, culminando así, con el izado y extracción, los trabajos que ha estado realizando los últimos 4 meses.

La operación, diseñada y ejecutada en todas sus fases por la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, fue aprobada y supervisada en todo momento por técnicos de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía y del Centro de Arqueología Subacuática, así como por los arqueólogos de Divership Diving, S.L., empresa adjudicataria de los trabajos.

La maniobra, que se ha prolongado por 5 horas, ha sido seguida in situ por la presidenta del puerto y la delegada territorial de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía

Al filo de las doce horas se ha dado por finalizada la operación, que han seguido in situ la presidenta de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, Teófila Martínez, y la delegada territorial de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Tania Barcelona, que ha culminado con éxito y sin que haya habido que resaltar ninguna incidencia.

La presidenta de la Autoridad Portuaria ha destacado, por un lado, el importante trabajo realizado por los técnicos del departamento de Infraestructuras y Obras y la propia dirección de la APBC, que han conseguido diseñar y desarrollar con éxito una operación sin precedentes en España.

Asimismo, Teófila Martínez ha hecho hincapié en el compromiso del organismo portuario con la salvaguarda y conservación del patrimonio subacuático de la Bahía, en el que lleva invertidos más de 5,7 millones de euros.

Fase 1: Dragado del recinto de bloques
Después de 12 años en el fondo de la Bahía, la dinámica litoral había enterrado el pecio con arenas y fangos dejándolo bajo una media de entre 1 y 2 metros de material, que ha tenido que ser retirado para dejar de nuevo el pecio descubierto y disminuir, así, el riesgo de roturas del mismo, ya que, cuanto menos peso soporte, menor es el riesgo para su integridad, y mayor la facilidad de las maniobras posteriores.

Los buzos han realizado esta limpieza prácticamente al tacto, colocando cabos y barras en los alrededores del pecio para poder orientarse, ya que la visibilidad en la zona, a seis metros de profundidad, ha sido prácticamente nula.

Una vez limpia la superficie, se han dragado los alrededores para recuperar los extremos de las cinchas de sustentación del pecio (que se dejaron en la operación de traslado de 2012) y la zona donde, sobre bloques de hormigón fondeados para la ocasión, se deposita la estructura auxiliar mientras se conectan las cinchas.

Los bloques de hormigón se colocaron en la posición dónde iba a descansar la estructura auxiliar coincidiendo con la posición de las patas de esta. Esta operación ha sido especialmente difícil, ya que, prácticamente a ciegas, los buzos tuvieron que colocar los muertos de hormigón en un lugar que después tenía que coincidir con las patas de la estructura, tanto en posición como en cota, de tal manera que la estructura quedara en la posición precisa para colgar el pecio y se mantuviera estable sobre los bloques de hormigón para mantener la seguridad del pecio y de los buzos.

Fase 2: Diseño de la maniobra y preparación de la estructura metálica auxiliar
En paralelo al dragado y limpieza del pecio, los ingenieros de la Autoridad Portuaria han realizado el diseño de la maniobra, que ha consistido, en primer lugar, en afinar el cálculo del peso del pecio, dato fundamental para poder dimensionar el resto de medios.

En este caso, se poseía un inventario de todas las maderas que componían el pecio en 2012. Con las dimensiones de las maderas, comprobadas de nuevo por los buzos, y estimando la densidad de la madera saturada de agua, se ha calculado el peso total del pecio, tanto sumergido como emergido, y con este dato, considerando un coeficiente de seguridad adecuado, se han dimensionado el resto de medios necesarios: Estructura auxiliar que debe soportar el peso del pecio tanto dentro como fuera del agua, flotadores que permitan el izado del pecio para su traslado sumergido y grúas que deben sacar el pecio fuera del agua y colocarlo en el muelle.

La estructura auxiliar usada en 2012 ha sido comprobada con los nuevos requerimientos de peso del pecio, dimensionando refuerzos y realizado una revisión general que ha culminado con un proceso de saneo y pintura de la misma que ayudara a los buzos en su orientación bajo el agua.

Fase 3: Traslado de la estructura metálica auxiliar desde el muelle al pecio
Hace 17 días, la estructura metálica auxiliar fue lanzada al agua dotada de unos flotadores, de los que quedó colgada bajo el agua, procediendo a remolcar la estructura mediante un barco auxiliar hasta la zona del pecio.

Una vez en la zona y auxiliados por cabos (que pasan por los muertos y otros flotadores secundarios), se fueron vaciando los flotadores principales hasta que la estructura auxiliar quedó apoyada sobre los muertos, manteniendo cierto nivel de flotación para evitar que los muertos se clavaran en el fondo marino.

Fase 4: Traslado del pecio hasta el muelle
Una vez la estructura en posición, los buzos colgaron el pecio de la misma mediante las cinchas recuperadas, enganchándolas a la estructura mediante tensores y grilletes. Finalizada esta operación, se procedió a hinchar de nuevo los flotadores principales para levantar el conjunto estructura+pecio del fondo marino, adaptando la distancia de los flotadores a la estructura a las condiciones de marea y calado en cada momento y procediendo a su movimiento hasta el muelle Nº 5 ayudados por una embarcación que remolcó el conjunto. Con esta operación se procedió a chequear el peso sumergido del conjunto, contrastando los cálculos de peso realizados. El traslado se realizó el pasado viernes, dejando el conjunto de pecio + estructura a flote amarrado en el muelle Nº 5.

Fase 5: Izado y colocación del pecio
Una vez que el conjunto estructura+pecio se tuvo flotando junto al muelle se ha procedido a realizar una limpieza para quitar los últimos restos de fangos caídos durante las operaciones de eslingado y el transporte.

Una vez limpio, ya esta mañana, los buzos han procedido a enganchar los cables de la grúa y, tras asegurarla, a soltar los flotadores transfiriendo así el total de la carga a las grúas.

Para esta maniobra han sido necesarias dos grúas móviles de 350 Tm que han actuado de manera coordinada situándose junto al cantil del muelle e izando el pecio desde el agua.

Estando ya el pecio fuera del agua, las grúas han girado y lo han colocado sobre el muelle. Antes de soltarlo se han ubicado sacos terreros sobre una explanada de arena y después se han soltado las cinchas y retirado la estructura.

Próximamente, se procederá a colocar la carpa sobre el pecio para que los técnicos arqueólogos puedan estudiarlo y trabajar con él.

Fase 6: Estudio y desmontaje del pecio
A partir de ahora, estando ya el pecio dentro de la carpa, la madera se mantendrá húmeda mediante instalaciones adecuadas y los arqueólogos del Centro de Arqueología Subacuática procederán al desmontaje de las maderas para sacar conclusiones sobre la manera en que se construyó el barco: como se unían las piezas, el orden de construcción, los posibles medios auxiliares, etc.

Después las maderas desmontadas se fotografiarán, escanearán en 3D y se etiquetarán antes de ser colocadas en pequeñas estructuras metálicas y devueltas de nuevo al fondo de la Bahía en una zona habilitada para ello.

22 de julio de 2024

Todo a punto para extraer del mar el pecio del siglo XVII hundido en Cádiz

Después de tres meses de preparativos, el dispositivo para extraer del fondo del mar un galeón del siglo XVII que se hundió en las cercanías del puerto de Cádiz con lingotes de plata de la actual Bolivia, está listo para llevar a cabo esta operación sin precedentes en España.
El Puerto de Cádiz adjudica por 650.000 euros la extracción de un galeón del siglo XVII.

Tras tres meses de preparativos, el dispositivo para extraer del fondo del mar un galeón del siglo XVII que se hundió en las cercanías del puerto de Cádiz con lingotes de plata de la actual Bolivia, está listo para llevar a cabo esta operación sin precedentes en España.

“Está todo listo, la extracción sólo depende de la llegada de dos grúas de 300 toneladas y de que las condiciones atmosféricas sean las adecuadas”, relata a EFE Eloy Saiz, jefe del Departamento de infraestructuras y obras de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz.

Descubierto en el 2011
Los responsables de la operación creen que este mismo mes de julio, el pecio podrá estar ya fuera del agua para que pueda ser estudiado por expertos.

El galeón fue descubierto en 2011, en una zona que fue bautizada como Delta 1, durante las labores de cautelas arqueológicas que se realizaron antes de la construcción de una nueva terminal de contenedores para el puerto de Cádiz.

El pecio interfería los trabajos, así que se decidió entonces trasladarlo bajo el mar, a otra zona cercana.

Durante los trabajos para aquel desplazamiento, que también fue una operación pionera, se descubrió que el pecio llevaba en su interior 27 cañones de hierro suecos 'Finbanker', 22 lingotes de plata de las minas de Oruro y Potosí, en la actual Bolivia; una campaña de bronces y varios elementos de navegación.

El segundo movimiento
Ante las obras de la segunda fase de la terminal de contenedores del puerto, el galeón precisaba un nuevo movimiento.

Fue entonces cuando las autoridades decidieron diseñar una operación sin precedentes en España para extraer el barco y que los arqueólogos puedan estudiarlo.

El pecio está a seis metros de profundidad, por lo que “la falta de visibilidad bajo el agua” ha sido uno de las principales dificultades de los preparativos de este dispositivo.

“Los buzos han tenido que ingeniárselas para hacer su trabajo a ciegas”, explica Eloy Saiz.

Así, han trabajado para primero quitar una capa de arena y fango de entre uno y dos metros que había recubierto el galeón en los últimos doce años, desde que en aquel primer movimiento fue cubierto por un geotextil.

“Es un trabajo que se ha hecho con unas lanzas que inyectan aire y de forma muy manual para no afectar al pecio”, explica el ingeniero.

Con el principio de Arquímides
Los buzos han podido también localizar los extremos de las cinchas que se usaron en el anterior movimiento del barco y que ahora serán reutilizadas.

Se ha sumergido también y se ha colocado sobre el pecio una estructura metálica a la que se fijarán las cinchas.

Estas cinchas formarán “una especie de hamaca por debajo del pecio” cuando las grúas levanten la estructura rectangular que ha sido ubicada sobre el pecio, “como una caja”, y la depositen en el muelle.

El principio de Arquímedes ha guiado y guiará los movimientos de la estructura que permitirá sacar el pecio, con unos grandes flotadores que se desinflaron una vez que estaba sobre el pecio y que ahora se volverán a hinchar para alzarlo del agua.

Mantener su humedad en el exterior
Una vez en el muelle, el pecio se ubicara bajo una carpa, con un sistema de agua y electricidad para mantener la humedad. Empezará entonces el momento de los arqueólogos.

“Las maderas están saturadas de agua. Si la pierden, ese hueco se rajará y se desintegrará. Por eso se trata de mantener la humedad de forma compatible con el trabajo de los arqueólogos, con un geotextil húmedo y serie de bocas de riego manuales y unos pequeños aspersores de riego”, explica.

Se le dará otra limpieza, y los arqueólogos lo desmontarán “madera a madera”, escaneando, inventariando y etiquetando cada pieza.

Tras este trabajo, las maderas, cubiertas por un geotextil, se volverán a sumergir en el mar, con sistemas por si en el futuro se decide extraerlas. “Se devuelven porque su conservación en el mar es mejor y quedarán accesibles para futuros estudios”.

Los arqueólogos del Centro de Arqueología Subacuática (CAS) de Cádiz tienen interés en estudiar las técnicas de construcción naval de la época.

La directora del CAS,Milagros Alzaga, ha explicado que el objetivo final es “ponerle el nombre al barco y determinar qué ruta estaba haciendo cuando se hundió”, porque esta información permitirá profundizar mejor en la historia marítima menos conocida, que es, precisamente, la de los barcos construidos en el siglo XVII.

Para Eloy Saiz, esta no es la operación más complicada a la que se ha enfrentado en el puerto de Cádiz, pero sí “la más peculiar” y la que más expectación ha suscitado.
Fuente: La Vanguardia)