Una metodología basada en análisis multicriterio y el método Delphi revela áreas prioritarias para la investigación arqueológica y la conservación del patrimonio en la meseta norte.
Un equipo de investigación liderado por Amanda Merino-Pelaz, María de Andrés-Herrero, David Álvarez-Alonso, Luis Miguel Tanarro y el investigador del CN IGME-CSIC, Andrés Díez Herrero, ha desarrollado y calibrado un innovador modelo espacial que permite estimar el potencial arqueológico paleolítico en el interfluvio Eresma-Riaza (cuenca del Duero). El estudio, publicado en Journal of Archaeological Method and Theory, propone una herramienta que permitirá optimizar la localización de yacimientos, la planificación territorial y la preservación del patrimonio arqueológico.
Antecedentes y motivación
Durante décadas, la distribución de sitios arqueológicos en la meseta interior —especialmente durante el Paleolítico— ha sido difícil de modelar, debido a la escasez o dispersión de los datos. Los métodos inductivos requieren muestras amplias, lo que no siempre es viable en contextos con pocos registros arqueológicos. En estos casos, se impone una estrategia deductiva-teórica, donde el conocimiento del territorio y la visión multidisciplinar resultan clave. El interfluvio Eresma-Riaza, con su variedad geomorfológica, riqueza geológica y presencia documentada de sitios paleolíticos (cavernas, al aire libre, arte rupestre), constituye un escenario idóneo para aplicar este tipo de enfoque.
Resultados principales
- Se generaron mapas de asentamiento potencial, preservación y potencial arqueológico general. Las zonas con valores más altos coinciden mayoritariamente con llanuras del Duero, los páramos del norte del sistema Central, piedemontes calizos y laderas accesibles.
- Al cruzar el modelo con sitios arqueológicos conocidos (Paleolítico inferior, medio y superior), se observa que la mayoría de ellos se ubican en zonas clasificadas de medio a alto potencial, lo que respalda la eficacia del modelo
- El estudio sugiere que la habitabilidad del territorio fue el factor limitante más decisivo para la presencia humana en esta zona, más que la preservación de los sitios. En otras palabras, ciertas zonas eran poco favorables para el asentamiento y por ello no generaron muchos registros.
- Se pone de relieve que la escasa densidad de sitios en algunos periodos (por ejemplo, el Paleolítico Medio y Superior) puede deberse tanto a condiciones ambientales desfavorables como a sesgos en la investigación arqueológica anterior.
- Optimización de prospecciones arqueológicas: el modelo permite priorizar territorios de alto potencial, mejorando la eficiencia del trabajo de campo y maximizando el aprovechamiento de recursos.
- Gestión del patrimonio y planificación territorial: los mapas de potencial pueden integrarse en planes de infraestructuras, urbanísticos o de conservación, para evitar impactos sobre zonas con alto valor arqueológico.
- Flexibilidad metodológica: el enfoque deductivo + consulta experta es apropiado para regiones con escasos datos arqueológicos y ofrece una vía alternativa valiosa a los métodos puramente estadísticos.
- Marco replicable: aunque el estudio está centrado en la cuenca del Duero, la metodología puede adaptarse a otros territorios de la Península Ibérica o del mundo.
Pueden acceder a la publicación en el enlace https://link.springer.com/article/10.1007/s10816-025-09745-1
(Fuente: IGME)

No hay comentarios:
Publicar un comentario