Miembros del Equipo Investigador de Atapuerca (EIA) pertenecientes al Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social en Tarragona (IPHES – CERCA) y al Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana en Burgos (CENIEH), lideran un artículo publicado en Nature sobre el estudio de ‘Pink’, un fragmento facial hallado en el yacimiento de la Sima del Elefante en la campaña de excavaciones de la sierra de Atapuerca en el año 2022.
Este resto ha sido atribuido a Homo aff. erectus una especie diferente y más primitiva que Homo antecessor. En este estudio se confirma que Europa occidental estuvo poblada, al menos, por dos especies diferentes de homininos durante el Pleistoceno inferior.
Este fragmento facial humano, datado entre 1,1 y 1,4 millones de años, constituye la cara más antigua conocida de Europa occidental. Este fósil, catalogado como ATE7-1, representa una pieza clave para comprender las primeras migraciones y la evolución de los homininos en el continente europeo durante el Pleistoceno inferior.
El respaldo esencial para el proyecto Atapuerca
Además del trabajo científico, el desarrollo y continuidad de las excavaciones en la sierra de Atapuerca requieren un importante apoyo organizativo. El trabajo desarrollado en los yacimientos de la Sierra cuenta con el respaldo constante de la Fundación Atapuerca y sus patronos, y por supuesto, de la Junta de Castilla y León, que desempeñan un papel clave en el avance de las excavaciones.
Cada verano, más de 300 personas participan en la campaña de excavación durante seis semanas, un esfuerzo colectivo que requiere una sólida estructura organizativa. La Fundación colabora estrechamente con el Equipo Investigador de Atapuerca (EIA) en aspectos clave como la seguridad, la logística y la gestión documental, además de reforzar la difusión científica a través de su labor en comunicación, redes sociales e imagen institucional. Aunque la excavación cuenta con la financiación principal de la Junta de Castilla y León, la Fundación Atapuerca complementa este respaldo con apoyo económico y estratégico, consolidándose como un pilar esencial para garantizar la continuidad y el éxito de uno de los proyectos científicos más relevantes en el estudio de la evolución humana.
(Fuente: Fundación Atapuerca)
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