google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri

29 de abril de 2011

Hallan cuatro mausoleos de los Siglos III y IV d.C. en el convento de Las Freylas de Mérida (Badajoz)

Los restos evidencian el asentamiento en la zona de una necrópolis cristiana vinculada a la veneración por Santa Eulalia. Uno de los cuerpos descubiertos fue enterrado con un ave bajo su cabeza.
La excavación del Convento de las Freylas en Mérida (Badajoz) aporta nuevos datos sobre la necrópolis que ocupaba los terrenos en los que se construyó la Basílica de Santa Eulalia. El Consorcio de la Ciudad Monumental ha descubierto restos de enterramientos en la investigación arqueológica que está llevando a cabo por encargo del Ayuntamiento de Mérida de cara a la futura rehabilitación del edificio religioso.
Operarios del Consorcio durante las excavaciones. (Foto: Brígido)
Los primeros trabajos de excavación se iniciaron hace poco más de un año y tuvieron continuidad a finales del pasado ejercicio con la colaboración de la Escuela Taller. Aunque también se hizo un sondeo en la parte trasera del antiguo convento, estas tareas se han centrado principalmente en la fachada del edificio a la avenida de Extremadura.
Este lugar acoge de nuevo desde principios de abril a los arqueólogos y peones del Consorcio, que se encarga de la investigación del edificio religioso en colaboración con el Instituto de Arqueología de Mérida.
Según explica el Consorcio, hasta el momento «se han documentado parcialmente cuatro imponentes edificios de posible carácter funerario». Asimismo, en el espacio libre entre ellos se ha registrado en torno a una veintena de tumbas de distinta tipología pero ya expoliadas posiblemente en época tardoantigua, hacia el siglo V.
En uno de los mausoleos citados aparecieron dos sarcófagos de mármol. Hasta ahora solo se ha excavado uno de ellos, hallándose en su interior la inhumación de un individuo adulto. «Como rasgo perteneciente al ritual funerario, aparecieron los restos óseos de un ave que estaban situados bajo el cráneo», indica el Consorcio. Esta práctica era común en los enterramientos de niños pequeños, ya que se consideraba que el pájaro podía ayudarles a encontrar el más allá, pero no es habitual en adultos, como en este caso. De un modo u otro, esta práctica evidencia un rito de carácter pagano y por tanto previo a la necrópolis cristiana que se asentó en el lugar años después.
Otro de los mausoleos que se está documentando en la actualidad presenta un pavimento de mosaico y sus paredes muestran un zócalo revestido con grandes placas de mármol, lo que da una muestra de su importancia.
Uno de los mausoleos con un sarcófago.
Un uso religioso
El Consorcio data estos hallazgos entre los siglos III y IV, en la última etapa de la dominación romana, tras lo que hubo una segunda fase de explotación, vinculada a la necrópolis paleocristiana que se desarrolló en torno al túmulo martirial en honor de la joven emeritense Eulalia.
De hecho, los restos que se conservan en la cripta de la iglesia contienen construcciones similares, de forma cuadrangular y con mosaicos como motivos decorativos. También se vincula a este espacio un mausoleo cristiano octogonal y polilobulado descubierto en el año 2007 cerca del Hornito, el único de estas características hallado hasta el momento en el país.
Tras el asentamiento de la necrópolis cristiana a partir del siglo IV se levantó en el lugar hacia el siglo V una basílica dedicada a la mártir, que sería germen de la iglesia actual, construida tras la reconquista de la ciudad a partir de 1230. En cuanto al Convento de las Freylas, se remonta al año 1530 con el traslado a Mérida del monasterio de Santiago de Robledo, en la sierra de Montánchez. El edificio se adosó al muro oeste de la iglesia de Santa Eulalia, a la que permanece unido desde entonces.
(Fuente: Hoy)

27 de abril de 2011

Linares apuesta por sacar a la luz el foro de Cástulo (Jaén)

Arqueólogos y voluntarios de la ciudad  de Linares (Jaén) trabajarán, durante dos años en una primera fase, en el proyecto de investigación que pretende recuperar el centro monumental de Cástulo. Un paso más para sacar a la luz los restos de la antigua ciudad ibero romana y adentrarse en los orígenes locales, que cuenta con una inversión de 350.000 euros.
La primera fase de la recuperación del foro de Cástulo durará dos años.
“Estamos conociendo el inicio de un proyecto de investigación que se basa en la recuperación de un elemento patrimonial e histórico importante en Linares, que es su origen, y la incorporación a la metodología científica, avalada por el Instituto de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén, de un elemento trascendente, que es la participación social”, explicó el secretario general de Universidades de la Junta de Andalucía, Francisco Trigueros, durante la presentación del proyecto denominado “Forum MMX” en el yacimiento de Cástulo. Entre sus principales objetivos está el de sacar a la luz el centro monumental de la antigua ciudad ibero romana, con la aplicación de nuevas metodologías a la excavación arqueológica. Junto al apoyo de la Universidad de Jaén y de las consejerías de Innovación y Ciencia y Cultura, promovido por el Ayuntamiento, cuenta con una inversión de 350.000 euros. En principio, se realizará una primera fase que se prolongará durante dos años. 

“Lo que se persigue es sacar Cástulo a flor de piel, entonces se enfocará en la excavación del foro romano. Una plaza pública enorme, que cuenta en el centro con una basílica más grande que la iglesia de Santa María la Mayor”, aseguró, por su parte, el alcalde, Juan Fernández. En el proyecto, junto a más de treinta profesionales, tendrán cabida arqueólogos de la ciudad: “Lo importante es recuperar patrimonio, dar valor al yacimiento arqueológico de Cástulo para mostrarlo con más satisfacción, y utilizando una metodología de participación ciudadana, con la implicación de los voluntarios de la Asociación de Promoción Social 28 de febrero”.

26 de abril de 2011

Hallan 150 esqueletos y los restos de una alquería islámica del siglo X en Xeresa (Valencia)

El yacimiento era un centro productivo de cerámica local que albergaba seis silos, un vertedero, un horno y pozos
Xeresa se reencuentra con un antiguo capítulo de su historia al descubrir un rico enclave arqueológico de época islámica. Las intervenciones en el polígono de La Servana de Xeresa han sacado a la luz una alquería de los siglos X-XIII, una necrópolis con 150 esqueletos y 70 cajones de material cerámico, entre los que destacan las piezas barnizadas con estampas vegetales de color verde.
El enclave arqueológico de Xeresa ha destapado la sorpresa.
En 10.800 metros cuadrados de parcela se pueden apreciar claramente los espacios de la alquería, la primera en excavarse en la Safor. Estos son: un cementerio en 3.000 metros cuadrados; la zona de producción de cerámica con espacio destinado a vertederos, varios pozos, seis silos y un pequeño horno islámico; tres casas y una calzada.
El arqueólogo Josep Pérez ha dirigido las excavaciones desde finales de 2009. Estaba previsto construir una nave industrial en esta zona, pero la obligatoriedad marcada por la ley de Patrimonio de realizar catas en lugares susceptibles de hallar restos arqueológicos obligó a paralizar el proyecto.
En el solar contiguo está el Mas de La Servana, donde ya realizaron catas y aparecieron restos islámicos. Todo indicaba que podrían descubrirse importantes vestigios históricos en los terrenos que ahora se han excavado. Sin embargo, según Pérez, en ningún momento se tenía la previsión de que a lo largo y ancho de la superficie hubiera una alquería rural islámica. Esta, según el director de los trabajos, fue «muy importante» en su día por la producción de cerámica a nivel local.
Una importante necrópolis
Los hallazgos humanos son, sin duda, lo más interesante y curioso de las excavaciones. «Fue toda una sorpresa, ya que se desconocía la existencia de una necrópolis», expresó Pérez.
En un primer momento, localizaron una serie de inhumaciones que hacían prever un pequeño camposanto de unos 40 cuerpos. Pero nada más lejos de la realidad, ya que han aparecido un total de 150, todos ellos de adcripción islámica, enterrados en fosa simple.
El rasgo fundamental del ritual de enterramiento islámico, además de la ausencia de ajuar, es la rigidez en disposición de los cuerpos, los cuales debían enterrarse en posición de decúbito lateral derecho, con la cabeza mirando hacia la Meca.
Sólo en uno de los casos se ha encontrado un adorno en un esqueleto femenino, el cual tenía un anillo de bronce en el dedo. Probablemente este cuerpo perteneció a una mujer influyente en la comunidad islámica. «Al principio creímos que era la aguja que cerraba el sudario, pero cuando vimos el aro de cerca, vimos que era una sortija», destacaron los ayudantes del equipo de arqueología Archeomatrix S.L.
Los cuerpos, durante la época islámica, se debían enterrar al mismo nivel de la superficie que los circundaba, con alguna que otra señalización no excesivamente ornamental de la ubicación de las tumbas. Así, según señaló Pérez, era común la ubicación de una piedra hincada en la cabecera del enterramiento o bien de dos, una a la cabecera y otra a la altura de los pies.
Dos fases en el camposanto
Por el patrón de enterramiento espacial, se puede hablar de dos fases documentadas en la necrópolis. La primera, tendría su correspondencia con el momento de vida de la alquería islámica. Hay un mayor distanciamiento de los cuerpos, con un grado de inclinación de las tumbas menor.
La segunda, de finales del siglo XIII y mediados del XIV, presenta un aumento de los enterramientos en posición prono y la aparición de cajas de madera.
Los enterramientos están caracterizados por el abigarramiento de las tumbas. Se han apreciado cubiertas de tejas y restos de algún que otro ataúd.
Los expertos se han cuestionado qué pudo propiciar el amontonamiento de las tumbas. A mediados del siglo XIV tienen lugar en la comarca brotes de peste y distintos conflictos bélicos, cuestiones que pudieron aumentar la mortandad.
Según Josep Pérez, esta zona era semipantanosa y pertenecía a la albufera, por lo que era más probable contraer enfermedades por la proximidad de las aguas del marjal.
En la parte industrial de la alquería se han localizado numerosos fragmentos y piezas de cerámica correspondientes al centro de producción.
La mayoría de ellos han aparecido en el espacio dedicado al vertedero aunque también se han hallado en los habitáculos de las viviendas. Destacan vasijas, jarras, platos e incluso un caballito de juguete de época islámica.

25 de abril de 2011

El secreto de La Torre

Una investigación concluye que la atalaya almohade que da nombre a Torremanzanas estaba coronada por un elemento ornamental árabe con unas esferas similares a manzanas, que fueron las que dieron nombre al municipio alicantino.

Un secreto guardado desde hace casi 800 años en una atalaya emblemática sale ahora a la luz. La Torre de les Maçanes quiere decir, literalmente, la torre de las manzanas. La traducción al castellano del municipio (Torremanzanas) siempre se ha considerado una flagrante incorrección, pero una investigación del grupo que lleva a cabo los trabajos de restauración y musealización de la Torre Major, el baluarte almohade que da nombre al municipio alicantino, concluye que sí que había unas "manzanas", desentrañando así el enigma que ocultaba. 

Los trabajos que se llevan a cabo en Torremanzanas
han permitido descubrir 24 metros de muralla defensiva del siglo XII.
Esta fortificación, construida entre los siglos XII y XIII, estaba rematada por un "yamur", un elemento ornamental árabe con esferas similares a manzanas, que unido a otros indicios hallados en la torre y a que el término "maçana" en la Edad Media significaba manzana, han permitido llegar a esta conclusión, según explican los investigadores. Lo que no sabe es qué pasó con este objeto simbólico.

Además, los trabajos que se llevan a cabo han permitido descubrir 24 metros de muralla defensiva del siglo XII, que se está rehabilitando, y dos cubetas de piedra del siglo XVII que se usaban para pisar la uva.


La Torre Major fue restaurada hace dos años y ahora los trabajos se centran en adecuar el interior y el entorno de la atalaya, con el objetivo de crear un museo sobre su origen y la historia local. El equipo de investigación está formado por el director del Área de Arquitectura de la Diputación de Alicante, Rafael Pérez, el profesor de Historia Medieval de la UV Josep Torró, la arquitecta Elia Ortuño y el documentalista en construcción Ferran Vilaplana. Y el proyecto, promovido por el Consistorio y financiado por la Diputación, tiene un coste de 120.000 € y se espera que en junio esté terminado. Su conclusión sobre el origen del topónimo es uno de sus grandes logros. 


La investigación que se viene desarrollando para documentar los contenidos del museo ha permitido sacar a la luz datos relevantes sobre la construcción original de la torre y el origen etimológico de su topónimo. Por una parte la cubierta actual de teja a doble vertiente (dos aguas) no era inicialmente así, sino que era una terraza -como se aprecia en una de las ilustraciones-, que estaría coronada por el "yamur". La construcción supera ahora los 10 metros de altura pero, atendiendo al espesor de sus muros, se estima que originariamente rondaría los 15 metros. 



Del estudio y análisis realizado sobre la documentación gráfica anterior a las obras de restauración, de la observación de las marcas, huellas e improntas que todavía se conservan en sus muros y de los ejemplos de construcciones similares conocidas, se desprenden conclusiones determinantes para sostener las hipótesis de cómo pudo ser la construcción original, según afirma el equipo investigador. 


El acceso actual no es el que tuvo la torre inicialmente, sino que se hallaba en su fachada este, a unos cuatro metros de altura sobre el terreno, y se ha logrado recuperar la puerta que había antes de la reforma y que se sospecha que si no es la original del siglo XII, debe datar de poco después. Por ello se colocará en su ubicación original, como una parte más del museo.


Iri, la alquería musulmana
En cuanto al nombre "Torre de les Maçanes", los investigadores sostienen que se debe a un cambio toponímico de los cristianos en la conquista. Se sabe que el nombre de la pequeña alquería de musulmanes que poblaba entonces el lugar, durante la hegemonía islámica, fue Iri. Así se registra en la primera referencia documental conocida, del año 1246, donde también se nombra como "Turris de Maçanes".

"El cambio de nombre pudo producirse para facilitar la descripción del lugar mediante la utilización de un edificio emblemático, muy representativo: la torre. Pero este tipo de fortificaciones eran frecuentes en el territorio valenciano, por lo que el nombre incorporó la alusión a algún elemento más peculiar e identificable: maçanes, plural de maçana (manzana). El análisis de la terminología ha permitido determinar que la torre disponía de algún elemento ornamental de formas esféricas, y que se hallaría ubicado en algún lugar destacado del edificio", destacan en el estudio.



Los investigadores citan la Primera Crónica General de Jaime I, donde se relata la conquista de Sevilla en 1248, dos años después del primer documento relativo a Turris de Maçanes. Allí se describe la Giralda, donde se explica la torre alminar de la mezquita mayor de Sevilla estaba rematada por cuatro "maçanas" alzadas una sobre otra de manera decreciente en tamaño.


Perfección y plenitud
Este tipo de elemento arquitectónico, ornamental y simbólico, "está formado por una barra atravesada por una serie de tres a cinco esferas metálicas, cuyo diámetro decrece gradualmente desde la inferior a la superior. En la simbología islámica el yamur evoca las ideas de perfección y plenitud asociadas al universo y a Dios. Estos elementos situados en lo alto de las torres musulmanas debieron llamar la atención de los conquistadores", que en ocasiones los cristianizaban añadiéndoles una cruz.



Con lo expuesto, los investigadores concluyen que en 1246, cuando los pobladores cristianos se referían al lugar conocido como Iri, lo nombraban como "Turris de Maçanes" porque encontraron en la alquería de Iri una torre singular, rematada con un yamur. Este hecho les llamó la atención lo suficiente como para sustituir el topónimo de aquellos momentos por el que ha perdurado hasta la actualidad.


El término "manzana" como origen etimológico de "Torre de les Maçanes" no ha sido considerado en alguna ocasión por la correspondencia del vocablo valenciano "poma". Sin embargo, "maçana" era un término común en la Edad Media, tanto en castellano como en aragonés y catalán, lenguas de los conquistadores. Por tanto, su origen no viene de la traducción del árabe de "parador de la cuesta" (manzil as-sanad), como se pensaba hasta ahora, ni de otras que carecían de fundamento alguno. Todo era más fácil, y ese secreto en el olvido sale ahora a la luz, acompañado de la recuperación de la atalaya que dio nombre al municipio hace ya ocho siglos.

23 de abril de 2011

Sale a la luz una ermita paleocristiana en Caleruega (Burgos)

Si en el año 2000 Caleruega ya dio muestras de su interesante y rico patrimonio arqueológico al descubrirse en el despoblado de San Martín de Bañuelos, conocido como Coto de la Quiñonera, una bodega subterránea cuya propiedad se atribuye originariamente a Alfonso VIII, que ya se cita en siglo XII y una de las primeras cavas de la Ribera del Duero, ahora ha vuelto a sorprender con otro atractivo hallazgo: los restos de la que puede ser la ermita paleocristina de mayor antigüedad documentada hasta la fecha en la comarca.
La excavación ha permitido constatar la estructura del edificio. 

La aparición es fruto de una propuesta de intervención arqueológica promovida por el Ayuntamiento calerogano en colaboración con la firma Aratikos Arqueólogos como paso previo al desarrollo de un proyecto de puesta en valor de los recursos de patrimonio arqueológico del municipio en el marco del programa Leadercal.

«Tenemos una sensibilidad arqueológica más que evidente. La parte histórica y natural de Caleruega es para nosotros uno de los proyectos prioritarios y nos gustaría poner en valor los yacimientos y luego hacer varias actividades, como senderismo arqueológico, y dar un toque de atención sobre el gran patrimonio que tiene la villa de Caleruega, que aveces no lo sabemos reconocer ni nosotros mismos», explica el alcalde, José Ignacio Delgado.

Uno de los cuatro puntos en los que se ha planteado actuar es el yacimiento de La Pudia, enclavado en un espolón calcáreo muy próximo al despoblado de San Martín de Bañuelos del que se tenía constancia del mismo desde 1994, cuando se realizó el inventario arqueológico provincial. En el extremo occidental se evidenciaba una estructura, totalmente colmatada, que inicialmente permitía interpretarlo como un primitivo centro de culto de cronología tardoantigua-altomedieval (siglos VI-X).

La excavación realizada ha permitido constatar, según explica el arqueólogo Ángel Palomino, la estructura de un primitivo edificio religioso que, o bien está muy arrasado o no se llegó a finalizar de construir nunca. Una hipótesis esta última que cobra fuerza ya que no a aparecen derrumbes ni tampoco se han localizado enterramientos en las proximidades, como si ocurre en otros templos similares como el de Valdezate, donde sí aparecen enterramientos del siglo VI, tardorromanos y visigodos.
Claustro del monasterio de Santo Domingo en Caleruega.

«Lo que está claro es que se trata de un edificio religioso, probablemente del siglo VII. Se ve una nave muy pequeña -de 3,50 x 2,00 metros- con el acceso perfectamente marcado, con la zona del santuario, del presbiterio, perfectamente marcado, lo que sería un ábside cuadrado -de 1,60 x 2,25 metros- donde se conserva la piedra de apoyo de la mesa del altar», relata pormenorizadamente. Un edificio que se construyó directamente sobre la roca, ya que carecía de suelo o bien lo tuvo simplemente de tierra apisonada y no se ha conservado.
Este modelo de ermita de Caleruega es similar a las de Valdezate y San Nicolás de La Sequera de Haza, que se excavaron hace ya muchos años, pero Palomino se inclina porque «esta es la primera que conocemos arqueológicamente porque creo que es más antigua aunque probablemente tengan el mismo origen».

Según Palomino se trata de un lugar de culto para una comunidad muy pequeña. Los sondeos que han realizado en el resto del cerro han permitido sacar a la luz algunas huellas de ocupación humana, aunque la dificultad estriba en que es una zona muy erosionada donde apenas hay sedimentación. Así se ha localizado un hogar y se han cortado transversalmente los restos de una vivienda. «Por los materiales, cerámica sobre todo, que aparecen estamos en un asentamiento entre el siglo VI y el VIII que es uno de los horizontes cronológicos peor conocidos arqueológicamente y sobre los que no hay documentación histórica», señala.

Asimismo no se descarta que una serie de habitáculos excavados en el cortado calizo del lado meridional del espolón, mirando a la zona soleada, tenga un origen antrópico y formen parte de un complejo de hábitat semi rupestre asociado a la ermita. Un extremo que deberá confirmarse o descartarse con ayuda de especialistas.

Interpretación

Palomino reconoce que está resultando bastante curiosa y problemática la interpretación de lo que pasó con el edificio, situado a escasos metros de la calzada romana que une Clunia con Sasamón, ya que ES una época de transformación del territorio, de conflicto, en la que hay un montón de comunidades rurales que se están desarrollando al margen de los poderes establecidos.

«Creo que estamos en un yacimiento que representa ese proceso histórico, que está bastante mal conservado y deteriorado. Pero tiene los restos de la iglesia y de una vivienda que son claros», explica, señalando que puesto que en esa época la vía romana adyacente era una autopista de paso obligado entre Norte y Sur «da la impresión de que en un momento dado del desarrollo de la comunidad instalada aquí y cuando están construyendo la iglesia les afecta algún conflicto o algún problema que hace que esto no se termine y que se tengan que marchar del lugar».

22 de abril de 2011

San Isidoro de Sevilla (Cartagena 556 - Sevilla 636)

Arzobispo, Doctor de la Iglesia, teólogo, historiador. Reconocido como el hombre mas sabio de su época
Vida de San Isidoro de Sevilla

Nació en Cartagena, España el año 556. Su padre llamado Severiano, nacido en Cartagena, probablemente era de una familia romana, pero estaba emparentado con los reyes visigodos.
San Isidoro convirtió a los reyes visigodos del arrianismo al catolicismo.

Isidoro o Isidro de Sevoña era el menor de cuatro hermanos. Sus dos hermanos, Leandro y Fulgencio también llegaron a ser santos. Su hermana Santa Florentina, fue abadesa de varios conventos.
Su hermano Leandro que era mucho mayor que él, se encargó de su educación porque quedaron huérfanos siendo Isidoro un niño. Probablemente lo envió a un monasterio para seguir estudiando.
Isidoro llegó a ser uno de los hombres mas sabios de su época, aunque al mismo tiempo era un hombre de profunda humildad y caridad. Fue un escritor muy leído. Se lo llamó el Maestro de la Edad Media o de la Europa Medieval y primer organizador de la cultura cristiana. La principal contribución de San Isidoro a la cultura, fueron sus Etimologías u Orígenes, una "summa" muy útil de la ciencia antigua condensando, mas con celo que con espíritu crítico los principales resultados de la ciencia de la época, siendo uno de los textos clásicos hasta mediados del siglo XVI.
Fue un escritor muy fecundo: entre sus primeras obras está un diccionario de sinónimos, un tratado de astronomía y geografía, un resumen de la historia desde la creación, biografías de hombres ilustres, un libro sobre los valores del Antiguo y del Nuevo Testamento, un código de reglas monacales, varios tratados teológicos y eclesiásticos y la historia de los visigodos, que es lo más valioso en nuestros días, ya que es la única fuente de información sobre los godos. También escribió historia de los vándalos y de los suevos.
San Isidoro fue como un puente entre la Edad Antigua que terminaba y la Edad Media que comenzaba. Su influencia fue muy grande en Europa, especialmente en España. Entre sus discípulos está San Ildefonso de Toledo.
Probablemente ayudó a su hermano Leandro, obispo de Sevilla a gobernar la diócesis. Le sucedió en el cargo cuando murió. Su episcopado duró treinta y siete años, bajo seis reyes, completó la obra comenzada por San Leandro, que fue de convertir a los visigodos del arrianismo al catolicismo.
Su principal preocupación como obispo fue la de lograr una madurez cultural y moral del clero español. Fundó un colegio eclesiástico, prototipo de los futuros seminarios, dedicándose personalmente a la instrucción de los candidatos al sacerdocio.
Como su hermano, fue el obispo mas popular y autorizado de su tiempo.
Continuó la costumbre de su hermano de arreglar las cuestiones de disciplina eclesiástica en los sínodos, cuya organización se debió en gran parte a San Leandro y San Isidoro.
San Isidoro presidió el segundo Concilio de Sevilla en 619, y el cuarto Concilio de Toledo, en 633. Muchos de los decretos del Concilio fueron obra de San Isidoro, especialmente el decreto que se estableciese un seminario en todas las diócesis.
Su sistema educativo era abierto y progresista, propuso un sistema que abarca todas las ramas del saber humano.
Según parece, San Isidoro previó que la unidad religiosa y un sistema educativo amplio, podían unificar los elementos heterogéneos que amenazaba desintegrar España y gracias a eso gran parte del país se convirtió en un centro de cultura, mientras que el resto de Europa se hundía en la barbarie.
Otro de los grandes servicios que San Isidoro prestó a la Iglesia española fue el de completar el misal y el breviario mozárabes, que San Leandro había empezado a adaptar de la antigua liturgia española.
San Isidoro se formó con lecturas de San Agustín y San Gregorio Magno.
Su amor a los pobres era inmenso. En los últimos seis meses aumentó tanto sus limosnas que los pobres llegaban de todas partes a pedir y recibir ayuda.
Cuando sintió que iba a morir, pidió perdón públicamente por todas sus faltas, perdonó a sus enemigos y suplicó al pueblo que rogara a Dios por él. Distribuyendo entre los pobres el resto de sus posesiones, volvió a su casa y murió apaciblemente el 4 de abril del año 636 a la edad de 80 años.
La Santa Sede lo declaró Doctor de la Iglesia, en 1722.

21 de abril de 2011

Descubren en Avinganya (Lérida) una necrópolis medieval del Siglo XIII

Las excavaciones que se realizan en el entorno del viejo convento de Avinganya (Lleida) han puesto al descubierto una necrópolis de origen medieval en la que se han encontrado los restos de 53 personas enterradas en un espacio de apenas 24 metros cuadrados.
El enterramiento se ha encontrado en la zona del ábside (Siglo XIII).
Así, durante los trabajos realizados en el primer trimestre de 2011 se ha hallado un espacio reducido, de unos 24 metros cuadrados, con un total de 53 cadáveres enterrados en tumbas de losas y de fosa que en muchas ocasiones se cortaban entre sí debido a la gran concentración de sepulturas en una superficie tan pequeña.
Ello demuestra, según los arqueólogos, "la devoción que tuvo mucha gente por Avinganya en su momento de plenitud".
El estudio antropológico de los restos humanos localizados permite avanzar que hay tanto hombres como mujeres y niños entre los enterrados en los diferentes niveles, que van desde el siglo XIII hasta el XVII.
La zona del monasterio que se excava durante esta campaña, dirigida por Josep Medina, es la del ala este de Avinganya, ubicada entre la acequia y el ábside del siglo XIII, que fue remodelado a principios del siglo XVIII para construir los nuevos accesos al monasterio trinitario. 
El responsable de arqueología del Instituto de Estudios Ilerdicenses (IEI), Josep Ramon González, explicó que era previsible encontrar estas tumbas en el cementerio de época medieval porque la necrópolis del monasterio trinitario estaba en el exterior del convento. 
Precisamente en esta misma zona también se encuentran los niveles de derribo de la época de la reforma del monasterio y una torre marginal del cementerio medieval. De momento sólo se ha excavado una de las fosas –excavadas en el suelo por sobre del nivel de la roca– mientras que las otras dos aún no se han tocado. Las tres tumbas localizadas están ubicadas en situación este-oeste, puesto que, según González, siempre estaban orientadas hacia la salida del sol.

El responsable de arqueología del IEI también comentó que se trata de tumbas bastante antiguas que podrían pertenecer al primer momento de ocupación del monasterio, alrededor del año 1201. De todas formas, según explicó González, en esta campaña no se trabajará el grueso del cementerio, que se encuentra situado más al norte.



Trabajo previo a la urbanización

La intervención que realiza el IEI en Seròs continua las campañas de excavaciones que se realizaron de forma ininterrumpida hasta el año 2001 y se enmarca en un proyecto global de excavación de todo el entorno del edificio del Baix Segre. 

17 de abril de 2011

El yacimiento íbero de Las Pilillas de Requena (Valencia) será declarado BIC

La Solana de Las Pilillas es un yacimiento íbero fechado entre los siglos VII y IV a.C. que alberga un conjunto de más de una decena de lagares excavados en la rocas.
El conjunto de lagares rupestres de La Solana de Las Pilillas recibirá en los próximos días la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC). Esta calificación es indispensable para que la Unesco pueda conceder la calificación de Paisaje de la Viña y El Vino a este centro productor de vino, el más antiguo del Mediterráneo Occidental según los expertos.
Lagares rupestres de la Pililla para el prensado de la uva.


El anuncio de la declaración lo ha realizado esta semana la consejera de Cultura, Trinidad Miró, en el transcurso de la inauguración de la conferencia internacional del Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial (Ticcih). 



La Solana de Las Pilillas es un yacimiento íbero fechado entre los siglos VII y IV a.C. que alberga un conjunto de más de una decena de lagares excavados en la rocas dedicados al prensado de uva para la obtención de mosto dedicado a la producción de vino la instalación cuenta además con restos de edificios relacionados con la actividad de la vinificación. 
Hasta el momento se conocen una decena de lagares en este yacimiento.

Este complejo agrícola se complementa con más lagares rupestres en la rambla de La Alcantarilla, así como restos de las antiguos viñedos en zonas próximas.Todo este entramado de lagares convierten a esta instalación en un centro productor de vino. Hasta el momento se conocen más de una decena de lagares, aunque los expertos no descartan que puedan seguir apareciendo más.

(Fuente: Levante)