google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri

13 de octubre de 2019

Mojácar la Vieja se creó en el siglo XII

El grupo de trabajo del laboratorio MEMOLab de Arqueología Biocultural del Departamento de Historia Medieval de la Universidad de Granada presentó las conclusiones del trabajo arqueológico que tendrá continuidad el próximo año.
Autoridades junto a algunos de los autores de la investigación en Mojácar la Vieja. FOTO: LA VOZ
Se presentaron los resultados preliminares de la campaña arqueológica 2019 de Mojácar la Vieja que revelaron que se creó en el siglo XII.Las conclusiones han sido realizadas por el laboratorio MEMOLab de Arqueología Biocultural del Departamento de Historia Medieval de la Universidad de Granada. A través del Ayuntamiento de la localidad y la Fundación Valparaíso.

El Concejal de Turismo del Ayuntamiento de Mojácar, Emmanuel Agüero, abrió la presentación en el Centro de Usos Múltiples para seguir con las explicaciones del desarrollo de los trabajos realizados por los arqueólogos en esta campaña de excavaciones.

También estuvieron presentes la Alcaldesa de Mojácar, Rosa María Cano, el Equipo de Gobierno del Consistorio, la presidenta de la Fundación Valparaíso, Beatrice Beckett y la directora de Proyectos de la Fundación, Teresa Santiago.

CIEN ARQUEÓLOGOS
Agüero agradeció a los propietarios de los terrenos implicados en la excavación por su colaboración, así como al pueblo de Mojácar, al Ayuntamiento del municipio, a la Fundación Valparaíso y a los más de cien arqueólogos que participaron en los trabajos de campo y de investigación.

Las conclusiones de las excavaciones realizadas en esta campaña 2019 corrieron a cargo de nueve arqueólogos del equipo de investigación de MEMOLab que dirigieron cada una de las áreas y el estudio, en su conjunto, de los descubrimientos realizados en Mojácar La Vieja.

El trabajo que va realizando el Laboratorio MEMOLab, según explicó su director, José María Martín Civancos, esta orientado desde el punto de vista científico y social. Como uno de los primeros asentamientos islámicos de la zona, es de interés en su estudio el conocimiento de las partes que van descubriendo y la comprensión de su origen en relación a la “conexión humana” con el medio ambiente, un contexto cultural y natural, de gran importancia para conocer qué fue Mojácar: su historia y su entorno.Recuperar una parte de su patrimonio y de su configuración social e histórica.

La campaña 2019 fue básicamente la continuidad de la realizada el año anterior: La zona de muralla y acceso al castillo, la parte superior fortificada y su funcionamiento con muchos nuevos descubrimientos que dan una forma más global de lo que significó Mojácar La Vieja.

Tras la explicación por parte de los arqueólogos de cada una de las áreas que colaboraron con los trabajos de excavación y los nuevos descubrimientos realizados en relación con el año anterior, las conclusiones finales y los avances en el estudio se concentraron en la confirmación de su creación, en el siglo XII.

ORIGENES
Queda la cuestión de cómo se funda, de dónde sale la población que la conforma, si se crea por agrupación natural de los habitantes del entorno o bien es el Estado Almorávide, construyendo un castillo quien invita a la población para realizar este asentamiento con fines políticos o militares.

Se ven muchas modificaciones, cambios en las estructuras incluso en relación a la propia puerta de entrada que se van realizando constantemente. Mojácar la vieja empieza a abandonarse en la segunda mitad del siglo XIII.

El próximo año, MEMOLab quiere seguir con las excavaciones y ahondar en el origen, para ello tienen que conocer el territorio que circunda el asentamiento con el fin de entender por qué se funda, qué hay antes, de dónde viene la población y la relación entre el poder islámico y comunidades campesinas de la zona.

(Fuente: La Voz de Almería)

10 de octubre de 2019

Una villa romana en la Casa de Campo de Madrid

Las monedas, fíbulas y cerámicas halladas permiten datar el yacimiento en el siglo II. Los restos de la villa romana se solapan con los de las trincheras de la Guerra Civil 
El delegado de Medio Ambiente junto a los arqueólogos en el hallazgo de la Casa de Campo. FOTO: ISABEL PERMUY
Excavar en la Casa de Campo es como pasar las páginas de un libro de historia. Vestigios de diferentes épocas se solapan en cada estrato. Desde los romanos hasta las trincheras de la Guerra Civil. Todo bajo un mismo suelo. El empedrado de una casa, tejas, monedas y cerámicas del siglo II quedaron selladas bajo un solar situado entre las vías del metro y el arroyo de Meaques. Siglos después, este mismo lugar, frente al cerro de Garabitas, fue escogido por las tropas republicanas para situar sus posiciones de tiro. La historia más pretérita y la contemporánea solapadas en un terreno de apenas una hectárea.

Hace dos años que se retomó la excavación que el prestigioso arqueólogo y antropólogo José Pérez de Barradas inició en 1933 y que se interrumpió por la contienda. En aquella expedición ya se detectaron huesos de animales, cerámica tosca, tierra sellada (terra sigillata), teselas de mosaico, algún fragmento de estuco y trozos de vidrio y de metal. También se descubrieron restos de un pavimento tosco formado por un empedrado de cantos rodados y el muro de una piscina.

Repasando las notas del experto, los miembros de la Plataforma Salvemos la Casa de Campo dieron la pista clave para encontrar el yacimiento romano dentro del parque. Esta nueva campaña, dirigida por el arqueólogo Manuel Silvestre, pretendía revelar con mayor precisión qué se escondía bajo la maleza.

Aunque aún se trabaja sobre el terreno, el equipo de arqueólogos ha encontrado las improntas de los trabajos realizados por Pérez de Barradas. También detectó una gran bolsa de cenizas que él documentó, entre las que había fragmentos de cerámicas romanas (tipo terra sigillata), una moneda romana, fragmentos de una posible fíbula (un broche para la túnica), así como material de construcción.

FUTURO BOSQUE
Como estas ruinas no son susceptibles de alojar un museo o de incorporarse a la colección, una vez que concluya este trabajo se realizará una fase de restauración medioambiental protegiéndolas con una capa geotextil. Alrededor de la zona, en el terreno afectado, se procederá a la plantación de 400 plantas autóctonas para convertir el lugar en zona forestal.

«Lo más importante es que este suelo de piedra tosca demuestra que aquí ha habido una presencia humana asentada en el siglo II; es decir, muchísimo antes de lo que siempre damos como fundación de Madrid, del Magerit árabe», expresó el responsable de reforestar la zona, Santiago Soria. Aunque el yacimiento no se expondrán al público -salvo el material recogido, que se llevará al Museo de San Isidro-, sí tiene interés científico e histórico, por lo que el Ayuntamiento de Madrid ha solicitado a la Comunidad permiso para seguir con las excavaciones. Y así poder seguir destapando nuevos capítulos de la historia.

26 de septiembre de 2019

La investigación en "Laminium" profundizará en las épocas alto imperial y omeya

La Junta autoriza la continuación de los trabajos de excavación en los terrenos de Alhambra (Ciudad Real) en los que se descubrió una villa romana de época alto-imperial y una alquería omeya en la campaña de 2016
La Junta de Comunidades autorizó a la entidad de investigación arqueológica y patrimonial "Oppida" la continuación de los trabajos de excavación y la determinación del valor de los restos hallados en el yacimiento arqueológico de Laminium, en el término de Alhambra, donde se descubrió una villa romana de época alto-imperial y una alquería omeya en la campaña de 2016

José Luis Fuentes, el arqueólogo-director de este proyecto, explica que de esta última época histórica se han conservado restos de una torre, la muralla norte, patios, pavimentos y la maqbara, en cuyo lugar de enterramiento se excavaron 17 tumbas vinculadas al rito de inhumación islámico, cuyos cadáveres se disponían de cúbito lateral y orientados hacía La Meca. «El buen estado de conservación de los restos óseos está posibilitando la realización de estudios genéticos que permitirán definir aspectos antropológicos clave en el conocimiento de una comunidad rural islámica de entre los siglos IX-XI d.C.», subraya. 

OPORTUNIDAD ÚNICA
Se da la circunstancia de que los enterramientos islámicos de Los Villares «representan la única oportunidad hasta el momento que ha existido de documentar una necrópolis islámica intacta y entrar en contacto con las mujeres y hombres que transformaron la denominación latina de Laminium al árabe al-Hamra (Alhambra)». Recuerda que la intervención desarrollada en las primeras fases de Los Villares en 2016 confirmó la existencia de una villa de época alto-imperial romana en la que se conservan «estructuras y ambientes relacionados con una domus que albergó entre sus dependencias un ambiente dotado de una interesante pavimentación musiva geométrica y vegetal, además de pinturas murales parietales». 

«La campaña programada para este año posibilitará la plena comprensión del espacio y de los ambientes con respecto al conjunto de la residencia rural de ocio de época romana», afirma Fuentes. Apunta, en este sentido, que uno de los objetivos principales será la delimitación y excavación del pavimento musivo bicromo hallado, «una sala de unos 50 metros cuadrados que se pavimentó hacia el cambio de era con un mosaico, cuyo programa decorativo en teselas blancas (mármol) y negras (basalto) presenta un emblema que desarrolla decoración geométrica a base de diferentes módulos de cuadrados segmentados en dos partes y en los que el artista musivo aplicó división diagonal en oposición cromática en todos ellos». «El mosaico de Los Villares acoge sugerentemente una temática compositiva geométrica que permite la asociación conceptual de la alternancia de los cuadrados bicromos de diverso tamaño con copas blancas y negras que podrían estar evocando a un programa decorativo concreto y relacionado con la funcionalidad del ambiente, posiblemente ligado al consumo de vino y/o la representatividad del propietario», añade el responsable de Oppida. 

Además de este pavimento de gusto itálico, se han documentado también estructuras hidráulicas que podrían fijar la situación del balneum o termas, así como las dependencias asociadas a los mismos. 

Por otro lado, los ambientes orientales presentan unas características constructivas propias de pertenecer a una zona de la vivienda menos suntuaria, que podría estar en relación con las dependencias auxiliares de la villa, denominadas pars fructuraria y/o pars rustica. Por último, el director de las excavaciones considera «histórica» la oportunidad de culminar un proceso de excavación parcial y de urgencia en una villa que «ofrece unos contextos muy concretos para un periodo de tiempo tan desconocido como el alto-imperial y el Omeya en la Meseta meridional», al tiempo que demanda «una figura de protección específica para todo el conjunto del ager Laminitanus, la prohibición completa del uso de detectores de metales, el aumento de la vigilancia por parte del Seprona para la prevención de actos de expolio y la creación de un observatorio de control de la gestión patrimonial que realizan las instituciones, en especial el Ayuntamiento de Alhambra».

24 de septiembre de 2019

Hallan la muralla andalusí del siglo IX del Castillo de La Estrella de Montiel

La primitiva estructura ya había sido documentada parcialmente en el frente sur del recinto amurallado, pero este año se ha podido penetrar en un tramo de más de 12 metros. También se han encontrado gran cantidad de material cerámico, además de elementos como agujas de hueso decoradas o armamento de esa época.
Trabajos en la muralla andalusí levantada por los omeyas en el castillo de La Estrella. FOTO: EFE
Los trabajos que se vienen desarrollando en el Conjunto Arqueológico Castillo de La Estrella de Montiel (Ciudad Real) han permitido identificar la primitiva muralla de la fortaleza andalusí, que fue construida a lo largo del siglo IX por el Emirato Omeya.

La estructura localizada está construida mediante una forma muy característica de este periodo como son los sillarejos de arenisca dispuestos a tizón, que se apoyan sobre el basamento de roca, ha explicado a Efe el arqueólogo David Gallego que, junto a la restauradora Cristina Peña y el profesor de Historia Medieval de la Universidad de Castilla-La Mancha Jesús Molero, dirige las excavaciones.

Gallego ha explicado que, hasta el momento, esta primitiva estructura había sido documentada parcialmente en el frente sur del recinto amurallado mediante los estudios de Arqueología de la Arquitectura, pero este año se ha podido penetrar en un tramo de más de 12 metros.

Durante los trabajos de conservación preventiva de la muralla se ha podido documentar cómo tras la ampliación del castillo por parte de la Orden de Santiago, el espacio intramuros fue amortizado sin dañar toda un área de estancias almohades, lo que ha permitido conservar una excepcional muestra de cultura material de este periodo.

Entre la estructura, que aún se está excavando y estudiando, se ha documentado una gran cantidad de material cerámico, entre piezas esgrafiadas, ataifores vidriados, además de elementos como agujas de hueso decoradas o armamento de esa época.

IMPORTANTE FORTALEZA
Estos hallazgos vienen a confirmar la importancia de la fortaleza de La Estrella en época islámica, como ha constatado la Universidad de Castilla-La Mancha en las campañas realizadas en la ladera del cerro del castillo, donde se ha documentado un barrio de viviendas de este periodo y una maqbara (necrópolis musulmana) de la que se han exhumado una treintena de enterramientos hasta el momento.

Los trabajos que se están llevando a cabo en este conjunto arqueológico están enmarcados dentro del Plan de Recualificación y Reciclaje Profesional que la Junta concedió a la Fundación Castillo de La Estrella de Montiel y que, además de conseguir importantes resultados arqueológicos, permite a los alumnos-trabajadores completar una formación fundamental en el ámbito de la arqueología y la conservación de bienes culturales.

El Castillo de La Estrella fue construido por los árabes en el siglo IX y reformado en el siglo XIII, después de ser conquistado por los cristianos en el año 1226.

Tras la batalla de las Navas de Tolosa, en tiempos de Alfonso VIII, Montiel quedó definitivamente integrado en el Reino de Castilla y, desde 1227, estuvo en poder de la Orden de Santiago que lo cedió al rey Pedro I “El cruel”, que se refugió en la fortaleza después de ser derrotado por su hermano bastardo Enrique de Trastámara el 14 de marzo de 1369.

Sitiado por Enrique, los dos hermanos lucharon entre sí, y Pedro I falleció en el combate.

23 de septiembre de 2019

Sale a la luz el acueducto romano de Caraca

El nuevo elemento descubierto en el yacimiento de Driebes (Guadalajara) era capaz de suministrar 114.000 litros de agua al día y es muy similar al de la ciudad romana de Segóbriga
Excavación del acueducto en la ciudad romana de Driebes. FOTO: MATÍAS NIETO
Hay mucho de imaginación en la arqueología: uno desentierra el tramo de un acueducto en medio de un secarral y, si sabe, puede reconstruir los tiempos pretéritos en los que esa zanja llevaba litros y litros de agua que daban de beber a las miles de gentes que habitaban a pocos kilómetros de ese punto, en una ciudad que hubo de ser próspera, pero que hoy yace enterrada bajo polvo y tierra. Todo esto es imaginación, claro, pero imaginación científica: esa que levanta imperios sobre materia rota y registros escritos… Hay que tener mucho de eso, suponemos, para pasarse el ecuador de agosto limpiando y catalogando restos romanos bajo el sol de Driebes (Guadalajara), en jornadas que empiezan a las siete de la mañana y terminan a la una y media de la tarde, justo antes, pero no mucho, de que uno termine derretido. Algo así debe de ser la vocación.

«Agosto no es el mejor momento para esto, pero la mayoría de excavaciones las hacen profesores de universidad, y es cuando ellos tienen vacaciones y cuando hacen las convocatorias de subvenciones de la junta de comunidades», explica Javier Fernández, codirector del proyecto que está rescatando la antigua ciudad romana de Caraca. Junto a su equipo sacó a la luz el acueducto del lugar entre los días 12 y 23 del pasado mes de agosto y confirmó su pálpito: se utilizaba para el consumo humano, por lo que la urbe no era solo un lugar de paso, una «mansio», sino una ciudad de estatus municipal y unos 1.800 habitantes, según sus cuentas. Era, también, el nudo de comunicación entre Segóbriga y Complutum (actual Alcalá de Henares) y formaba parte de la vía espartaria, que llegaba hasta Cartago Nova.

A simple vista, no parece mucho más que un pequeño canal de piedra 0 en el suelo. Pero los ojos del arqueólogo ven una obra de ingeniería compleja, capaz de superar la difícil orografía del lugar para suministrar 114.000 litros al día a Caraca. «Es un acueducto de albañilería, hecho con el cemento armado de los romanos, mezclando cal, arena y piedra. Es un reto técnico bestial, porque tienen que mantener una inclinación constante a lo largo de tres kilómetros. Creemos que lo hicieron los mismos que el de Segóbriga, porque es prácticamente idéntico», apunta Fernández. ¿Y cuánto tardaron? «No lo sabemos, pero no mucho, porque era una necesidad primaria. Y hay que tener en cuenta que los romanos montaban un campamento para cuatro mil personas en unas horas...».

En algunos tramos del acueducto hay pequeñas piscinas donde solo cubre el tobillo. Son la clave del descubrimiento. «Son piscinas limarias, que ralentizan la velocidad del agua y la filtran para que salga limpia. Por ellas sabemos que era apta para el consumo de los ciudadanos», continúa. El agua la «robaban» del manantial Lucos, un topónimo probablemente derivado de «lucus», que significa «bosque sagrado». Aunque hoy, sobre este terreno árido y seco, cuesta adivinar el bosque y lo sagrado es otro tema… Quizás fuera muy diferente en la época de los Flavios, allá por el año 69 de nuestra era, que es cuando se supone que se construyó este invento.

Un trabajo de años
Este es el último hallazgo de un trabajo de años, que va rescatando poco a poco un pedazo de nuestro pasado remoto, romano. Ya en el siglo XVI se hablaba de la ubicación de Caraca, conocida, entre otras cosas, por los testimonios de Plutarco, que maldecía a los «bárbaros» del lugar por esconderse en sus cuevas y dificultar su conquista. Había gente, incluso, que pensaba que era Guadalajara. Pero no era así. «El gran salto científico es que antes de 2016 no se tenía claro dónde estaba. Ahora ya no hay ninguna duda de que estaba aquí, en Driebes. También hemos encontrado estructuras muy importantes, como un mercado o un foro», asevera.

Este equipo de arqueólogos ha preparado el acueducto para que sea visitable, pues está prevista la creación de una ruta senderista que pase por estos restos romanos, y que se llamará «Entre agua y esparto». Pero no es el último paso, ni mucho menos, porque este paisaje esconde mucha Historia. «En Caraca todo está por excavar. Ya hemos visto restos de estructuras muy importantes con el georradar. Y en el extrarradio habrá más estructuras, como las termas públicas. Es una labor de generaciones... Yo me moriré y mis hijos no lo verán terminado», sentencia Fernández. Eso, claro, también es vocación.

18 de septiembre de 2019

Buzos de la Armada colaboran en la recuperación de cuatro culebrinas del S. XVI

Los dos cañones de bronce recuperados en la Costa da Morte podrían pertenecer a un navío español del siglo XVI
Técnicos y buceadores de la Armada colaboran en la recuperación de las culebrinas. FOTO: ARMADA ESPAÑOLA
La Costa da Morte sepulta los restos de innumerables naufragios. Desde pecios pertenecientes a naves romanas, galeones o fragatas, las aguas embravecidas dejan asomar, en ocasiones, lo que queda de antiguos navíos que se fueron a pique.

Uno de los últimos hallazgos en ver la luz fue parte del armamento de a bordo de un buque que podría datar del siglo XVI. Los encargados de recuperarlos -como cuerpo capacitado para la vigilancia del patrimonio arqueológico subacuático- fueron los buceadores de la Armada (Ubufer), con base en la estación naval de A Graña, junto con una empresa de arqueología y técnicos de la Consellería de Cultura.

Se trata de cuatro cañones de bronce localizados en la costa de Camariñas (La Coruña) y que corresponden al formato de las piezas de artillería conocidas como culebrinas, propias de los siglos XVI y XVII. Su hallazgo, no obstante, se realizó hace ya algunos años por un buceador deportivo, que grabó los restos y puso en conocimiento de las autoridades la ubicación del pecio. En la intervención del pasado lunes se recuperaron dos de las cuatro piezas identificadas.

Los especialistas de la unidad de buceo, al mando del comandante de la Ubufer, Ángel Lozano Gálvez, se desplazaron a la zona de costa señalada con dos embarcaciones de la Armada y un camión.

En el dispositivo participó también el arqueólogo submarino Miguel San Claudio, «gran conocedor de restos arqueológicos y experto en el abundante y rico patrimonio sumergido en aguas del litoral gallego», destaca la Armada. También contó con la presencia del técnico en restauración Francisco Sutil.

La identificación de las piezas «encierra múltiples dificultades por la ausencia de datos y el paso del tiempo en el material sumergido», indica. Una vez catalogados y estudiados por los técnicos, se podrá abundar sobre la época exacta y el origen.

17 de septiembre de 2019

Localizan once sables de principios del siglo XIX en aguas de Formentera

Un hallazgo casual por parte de un ciudadano concienciado con el Patrimonio ha permitido la recuperación de 11 sables a lo largo de es Caló que por su tipología coinciden con los utilizados a principios del siglo XIX. Todas las piezas han sido entregadas al Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera para su custodia y restauración. Ahora comienza la investigación para encontrar el pecio.

El Consell de Formentera, a través del Instituto Balear de Estudios en Arqueología Marítima (Ibeam) y del GEAS de la Guardia Civil, ha extraído del lecho marino 11 sables del siglo XIX, a unos 10 metros de profundidad, frente al pequeño puerto de es Caló.

El hallazgo es de suma importancia por los datos que puedan aportar de esa época. Todas las armas están en sus vainas, también metálicas, e «intactas», aseguró el director del Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera, Benjamí Costa, tras realizar radiografías (en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario) a uno de los sables. Las placas desvelan su buen estado, por lo que calificó el hallazgo de «excepcional». Cada pieza mide entre 110 y 115 centímetros.

A primera vista los sables que se presentaron ayer ante los medios de comunicación tienen una empuñadura y están todos recubiertos de una costra arenosa con incrustaciones de algas y restos de conchas marinas, entre otros elementos.

El hallazgo
Todo empezó el pasado 15 de agosto cuando un vecino de Ibiza, Manel Guasch, que paseaba a lo largo de es Caló en su pequeña zódiac, acompañado de un amigo, encontró por casualidad un sable a unos 10 metros de profundidad. Según relató en la rueda de prensa de presentación, todo fue porque perdió el tapón de popa de la neumática y su amigo decidió lanzarse al agua para recuperarlo. Al cabo de un rato, apareció con una espada entre las manos. Ante su sorpresa se dieron cuenta de la importancia del objeto y enseguida informaron a la Comandancia de Marina y al Consell de Formentera. El área de Patrimonio insular, con competencias en esta materia trasladó la pieza al Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera (MAEF), institución de referencia en cuanto al depósito y custodia de materiales arqueológicos.

Una vez efectuada la comunicación del hallazgo, el Consell inició actuaciones encaminadas a documentar y estudiar el lugar. Entre el 26 y el 29 de agosto un equipo de buzos del GEAS de la Guardia Civil se desplazó hasta la zona junto con un arqueólogo del Ibeam. Esta asociación lleva trabajando desde 2015, por encargo del Consell, en un proyecto a largo plazo para elaborar la Carta Arqueológica subacuática de Formentera.
Esa inmersión de los profesionales permitió localizar un nuevo conjunto de elementos arqueológicos compatibles, por su tipología, con sables rectos de principios del siglo XIX.

Cuando el Consell estudio el informe y la propuesta de actuación del Ibeam, autorizó «una intervención arqueológica preventiva de urgencia para garantizar la salvaguarda de los objetos localizados y para determinar la existencia de otros restos arqueológicos», destacó la consellera de Patrimonio, Raquel Guasch.

Esta intervención de urgencia se llevó a cabo por dos arqueólogos y una restauradora del Ibeam los pasados 1 y 31 de agosto y consistió en la extracción del conjunto de sables, 10 en total.

Todas las piezas se trasladan hoy al Museo Arqueológico para iniciar su proceso de restauración y recuperación que puede durar un año, según avanzó su director Benjamí Costa.

La presidenta del Consell, Alejandra Ferrer, destacó «la colaboración entre todas las administraciones implicadas, que ha sido fundamental para el éxito» de esta misión de recuperación del patrimonio submarino.

Sigue la investigaciónAhora la zona está acotada y a mediados del mes de octubre se iniciará una nueva prospección arqueológica del Ibeam, con el apoyo del GEAS, para comprobar «si existe algún pecio que se pueda relacionar con el conjunto de bienes localizados», explicó el arqueólogo y jefe de proyectos del Ibeam, Javier Rodríguez.

La primera hipótesis que maneja es que esas piezas podían ser parte de la carga de un barco que debió hundirse. Sin embargo, todas las vías de investigación están abiertas hasta que los técnicos no logren restaurar los sables para comprobar si tienen alguna inscripción o si las próximas prospecciones previstas primero por el GEAS y luego por el Ibeam den resultados.

El arqueólogo Javier Rodríguez no dudo en calificar el momento actual de la investigación como «dulce» ya que en esta actuación ha comprobado la coordinación entre el Museo y el Consell, ademas del GEAS, «que trabaja todo el año para localizar y comprobar los pecios documentados». También alabó la colaboración de empresas privadas como «Trasmpi y Formentera Divers».

Raquel Guasch insistió, por su parte, en la concienciación ciudadana y recordó «la importancia de comunicar cualquier información referente a localización de restos arqueológicos subacuáticos para su protección».

(Fuente: Diario de Ibiza)

30 de agosto de 2019

Los arqueólogos encuentran al dominus de la villa romana de Salar

Aparece el dibujo con el rostro del dueño de la villa romana en el mosaico que se está excavando
El dominus de Salar lanceando un jabalí.

La villa romana de Salar (Granada) está viviendo un verano de esplendor con la sucesión de descubrimientos durante la cuarta campaña de excavaciones. El último gran descubrimiento, quizás el más esperado, ha tenido lugar la mañana del día 28 de agosto, cuando se ha desenterrado la parte del gran mosaico de cacería donde, por fin, aparece el rostro del dueño de la villa, el dominus, descabalgado y con una lanza apuntando a un jabalí y acompañado de un perro, según ha confirmado a este periódico el responsable de la excavación, Julio Román.
También se ha descubierto a un sirviente arrojando una piedra a un león, lo que en conjunto se une al hallazgo de la pasada excavación con un noble a caballo lanceando a un jabalí
Pero ahora, por fin, ha aparecido el rostro del patricio romano dueño de la villa, que quiso aparecer como un héroe griego reflejando los valores que debía tener todo aristócrata, como valor y coraje.

Este mosaico fue el suelo de la que sería pasillo del peristilo de esta lujosa casa de campo, y que sería la que repartiría el paso hacia las distintas estancias presentes en la casa.

De todas las catas en el terreno realizadas, destacan las de la gran casa central, la que estaría más cerca del arroyo de Salar y la que perteneció al dominus, el dueño y principal creador de la villa. Se cree que este terrateniente en la antigua Hispania romana fue quien mandó construir esta villa en las afueras del municipio de Salar.

Se han descubierto las que sería la termas privadas del dominus, y que estarían situadas en el complejo estructural número 3. Esta zona dispone de un mosaico en el suelo, aunque su estado de conservación sería peor al de otros encontrado en la villa.

Esta zona fue usada posteriormente para otros menesteres, según comenta el experto, y otras generaciones de pobladores de la zona se aprovecharon de ella para coger parte de su estructura y sus materiales y reutilizarlo para su vida cotidiana.

También se han encontrado lo que serían restos de capiteles, las partes superiores, y unas columnas muy altas, que conducirían el agua hasta la estancia.