google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Resultados de la búsqueda de galeón San José
Mostrando las entradas para la consulta galeón San José ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta galeón San José ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas

9 de agosto de 2024

La expedición al pecio del galeón "San José" descubre nuevas piezas arqueológicas

La expedición arqueológica realizada hace dos meses por el Gobierno colombiano al área en la que está el galeón español San José, hundido por corsarios ingleses en el siglo XVIII frente a las costas de Cartagena de Indias, descubrió componentes estructurales del barco como un ancla y recipientes como botellas de vidrio y botijas.
Entre otros elementos, la expedición documentó numerosos recipientes.

«Los resultados de la exploración revelaron un mapa de evidencias arqueológicas inédito, ampliando significativamente lo conocido hasta ahora», informó este jueves el Gobierno colombiano en un comunicado en el que precisó que la investigación se llevó a cabo entre el 23 de mayo y el 1 de junio de este año.

La exploración de la Armada Nacional sobre el lecho marino cubrió un área de 461.307 metros cuadrados, equivalente a más de 40 canchas de fútbol, y reveló que el área del naufragio tiene más concentraciones de material arqueológico.

La información añadió que en 2022 se detectaron concentraciones de vestigios arqueológicos en la zona pero la expedición de este año «permitió caracterizar estas acumulaciones con mayor detalle y descubrir nuevos elementos aislados».

«Entre los hallazgos se encuentran componentes estructurales del barco (un ancla, anillas, un posible clavo) y objetos de uso cotidiano (botijas, botellas de vidrio y un bacín)», aseguró el comunicado del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh).

El Gobierno declaró 'Área Arqueológica Protegida de la Nación' la zona donde está el galeón, hallado en 2015 a una profundidad de más de 600 metros, para dar inicio a la investigación.

«El hallazgo de nuevas concentraciones de material arqueológico en el naufragio del galeón San José revela la complejidad de analizar este evento histórico desde su hundimiento», dijo el director General Marítimo, vicealmirante Fabio Giraldo Gallo.

El oficial destacó que la localización, registro y documentación de estas evidencias «son fundamentales para comprender la distribución de los materiales que constituyen el galeón y, también, la dispersión de sus restos en el Área Arqueológica Protegida».

Giraldo agregó que para entender «integralmente» al San José se estudian «todos los elementos del buque, desde la popa hasta los más mínimos detalles».

Ampliar el conocimiento



La directora general del Icanh, Alhena Caicedo, aseguró que la identificación de estas nuevas acumulaciones y artefactos amplía el conocimiento sobre la distribución espacial del pecio.

«Creemos que hay posibilidades de encontrar nuevos vestigios que amplíen la información que habíamos tenido hasta el momento, obtenida en 2022», sostuvo la antropóloga.

Caicedo señaló que con la información obtenida se podrán identificar aspectos importantes de lo que hubo dentro del galeón y además revelará «aspectos fundamentales sobre la vida a bordo, la manera como se disponía la tripulación, el tipo de artefactos que se utilizaban en la embarcación y cómo las mercancías estaban siendo llevadas de un lugar a otro».

Disputas entre Colombia y España
El San José, que pertenecía a la Armada española, fue hundido por una flota de corsarios ingleses el 8 de junio de 1708 cuando se dirigía a Cartagena de Indias cargado, según crónicas de la época, con cerca de 11 millones de monedas de ocho escudos en oro y plata que había recogido en la feria de Portobelo (Panamá).

Luego del anuncio del hallazgo del pecio surgieron disputas entre Colombia y España, ya que ese país aduce que por tratarse de «un barco de Estado», con su bandera, le amparan las normas de la Unesco para reclamar su titularidad.

El Gobierno colombiano, que declaró el San José «bien de interés cultural sumergido», no descarta la colaboración con España para tratar el pecio como patrimonio compartido.

¿Un nuevo capítulo para la historia?
Según el comunicado del ICANH, el 8 de junio de 1708 la flota de Tierra Firme, cuya nave capitana era el Galeón San José, luchó contra un escuadrón inglés en cabeza del comodoro Charles Wager en las cercanías de la costa Caribe colombiana, en lo que se conoce como la Batalla de Barú.

El objetivo inglés era capturar algunas de las naves de la flota española, entre ellas el galeón, para hacerse con la carga de las mismas. Sin embargo, debido a la batalla, el Galeón San José se hundió y sus restos quedaron a 600 metros de profundidad. Ante el hecho, en Inglaterra fueron llamados a juicio los comandantes que habían asaltado el San José y en España se interrogaron a algunos de los sobrevivientes de la batalla que navegaban en las distintas embarcaciones de la flota.

Estos testimonios son, precisamente, los documentos con los que se cuenta hasta ahora para conocer las verdaderas causas del hundimiento de la nave capitana de la flota de Tierra Firme en 1708. Los comandantes ingleses fueron insistentes en reforzar una versión conjunta que apuntaba a una explosión interna del Galeón San José, lo que les quitaría toda responsabilidad directa en el hundimiento del preciado botín que buscaban obtener.

Los testimonios españoles, por el contrario, no son contundentes en señalar como causa del desastre a una explosión interna. Muchos testigos oculares de los hechos no confirman haber oído una explosión y su narración de la batalla apunta a otras posibles causas del hundimiento en el fragor de la batalla, como la carga de la artillería inglesa. Por supuesto, los testigos españoles también buscaban defenderse de posibles acusaciones de cobardía o incompetencia.

Todos estos testimonios se resguardan aún en los archivos de Inglaterra y España. Queda el reto de coordinar de manera conjunta entre especialistas de la historia y la arqueología para que, ya identificada la zona arqueológica del naufragio del galeón San José, se puedan contrastar las diferentes versiones con los restos materiales con el fin de determinar, con más elementos de juicio, la causa más probable del hundimiento.

"A partir de una nueva observación este año, tomaremos las decisiones con las cuales continuaremos la misión en 2025 y 2026", aseguró Juan David Correa, ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes de Colombia. "En octubre anunciaremos cuáles serán los próximos pasos en 2025 de este viaje Hacia el corazón del Galeón San José".
(Fuente: Vivir Ediciones // ICANH)

31 de agosto de 2018

Nace un Observatorio que denunciará el expolio de los galeones

Un nuevo Observatorio vigilará con el respaldo de grandes especialistas de toda Iberoamérica el futuro de los galeones acosados en muchos mares del mundo, en ocasiones con el permiso de algunos gobiernos, por empresas cazatesoros. La página web es observatoriogaleones.com y en ella se darán a conocer denuncias de malas prácticas que ponen en peligro el patrimonio común que suponen los restos de las naves que hicieron posible la primera globalización.
Ponentes del seminario internacional "El verdadero tesoro de Indias: galeones y arqueología", celebrado en julio en el Museo Arqueológico Nacional. FOTO: MAYA BALANYA
Arqueólogos, historiadores, juristas y divulgadores decidieron en un simposio celebrado en julio en el Museo Arqueológico Nacional, poner en marcha esta iniciativa para señalar los proyectos como el del galeón San José, hundido en 1708 en Cartagena de Indias, que el gobierno Colombiano ha querido realizar con empresas de cazatesoros para vender la mitad de la carga y sin respetar los restos de 600 marinos españoles. Llamado oficialmente «Observatorio del Patrimonio Cultural Subacuático Común y Compartido» comienza denunciando que todo rescate «que prime los resultados económicos sobre la conservación del patrimonio arqueológico no es científica, cultural ni éticamente asumible» y a las empresas que participen se les negará el calificativo de «industria cultural».

El pasado 11 de julio, ABC y Espejo de Navegantes reunieron en el Museo Arqueológico Nacional a especialistas de cinco países: Colombia, México, Portugal, Estados Unidos y España, en un seminario en defensa del galeón San José. Los participantes firmaron un manifiesto que ahora se extiende como iniciativa a todos los que quieran suscribirlo. En la web del observatorio puede dar su apoyo a la iniciativa.

El texto completo al que se dio lectura en el seminario “El verdadero tesoro de Indias: galeones y arqueología” el pasado 11 de julio en el Museo Arqueológico Nacional dice así:


MANIFIESTO PARA LA DEFENSA DEL PATRIMONIO CULTURAL SUBACUÁTICO COMÚN Y COMPARTIDO
1.- Desde hace algunas décadas, los mares y océanos del planeta ya no son los guardianes invulnerables de nuestra historia sumergida. Vivimos una catástrofe cultural sin precedentes por la destrucción de un registro histórico importantísimo con fines comerciales desde que algunas empresas se han dotado de una tecnología capaz de alcanzar los yacimientos arqueológicos subacuáticos a casi cualquier profundidad para explotarlos.

2.- Organizadas esas empresas en diferentes configuraciones internacionales los académicos y las instituciones científicas denuncian desde hace años operaciones de rescate comercial que han impedido el estudio o la excavación arqueológica, con los más altos estándares, de importantes yacimientos de nuestro pasado común. Defendemos lo que representa el patrimonio. Queremos contribuir a que se escriba la historia a través del patrimonio material de los pecios.

3.- A pesar de iniciativas concretas de mayor o menor impacto, acuerdos o procesos judiciales, los Gobiernos de nuestro hemisferio iberoamericano han demostrado incapacidad al organizar una respuesta coordinada y eficiente a este desafío global y el resultado ha sido que está en marcha una forma de dominación tecnológica del medio marino por la ambición de estas empresas, que además compromete la seguridad y las relaciones amistosas entre Estados, algo que hemos visto ya en casos recientes como la fragata Mercedes o el galeón San José. Constatamos que, desgraciadamente, faltan ejemplos de buenas prácticas.


4.- Creemos que nuestras sociedades, abiertas y democráticas, tienen a mano herramientas que aún no han sido utilizadas para defenderse de estos hechosen apoyo de la legislación internacional y la cooperación científica. Y que las agresiones contra importantes yacimientos de nuestra historia compartida han permitido que emerja una conciencia capaz de movilizar nuevos ámbitos de respuesta. El referente que proporcionan la Unesco y los principios de la inmunidad soberana, junto con el resto del ordenamiento jurídico de protección del Patrimonio Cultural Subacuático, merecen ser tenidos en cuenta con una nueva visión de conjunto, de patrimonio común y compartido que supere las limitaciones de la gestión activada hasta ahora por las naciones afectadas.

5.- Los que apoyamos este observatorio somos científicos escritores, arqueólogos, abogados, ciudadanos de este tiempo con el deseo de que la investigación arqueológica e histórica tenga la posibilidad de poner en manos de la sociedad el conocimiento del pasado común y las claves para nuestra cultura que permanecen en los pocos yacimientos que permanecen inalterados. Queremos aprovechar las oportunidades para crear vínculos que tendrían los proyectos de investigación sobre este delicado patrimonio y la posibilidad de generar un relato sobre nuestra historia común que ayude a superar las limitaciones e incomprensiones hasta ahora presentes en el marco de las historias nacionales.


6.- El desafío que tenemos ante nosotros es global porque la historia que compartimos las naciones que alguna vez formaron parte de los territorio de la Monarquía Hispánica es la de la primera globalización. Ha llegado la hora de ayudar con acciones concretas a la preservación y el estudio activo de un patrimonio que la mera conservación «in situ» ya no puede proteger. Por eso hemos creado este Observatorio del Patrimonio Cultural Subacuático Común y Compartido.

Por todo ello, afirmamos:

1.- Cualquier planteamiento que prime los resultados económicos sobre la conservación del patrimonio arqueológico no es científica, cultural ni éticamente asumible. Sabemos que este principio no ha sido todavía asumido por la totalidad de los países donde descansa patrimonio subacuático de los barcos de la Época Moderna de origen iberoamericano. Las empresas cazatesoros o rescatadoras que proponen una arqueología con fines comerciales no deben considerarse como parte de la industria cultural. La labor de extracción comercial de restos arqueológicos no tiene nada que ver con la arqueología y carece de prioridades científicas. Observamos que mercado y cultura jamás habían llegado a tan profunda contradicción.

2.- El patrimonio subacuático de origen hispánico ha sido el objetivo principal de la industria cazatesoros internacional por la presencia de cargas preciosas en los yacimientos. Proponemos soluciones específicas que le garanticen la misma protección de que disfruta el patrimonio subacuático de diferentes orígenes culturales. Proponemos la creación de una nueva categoría de bienes que con el título de «patrimonio cultural común subacuático hispánico o iberoamericano» permita el estudio, conocimiento, investigación y preservación para el reencuentro de nuestras sociedades, de estos bienes de los que ostentan la titularidad directa en nombre de la humanidad, sobre las bases de la ciencia, la cooperación y la cultura.

3.- Solicitamos la creación de un capítulo específico regional dentro de la cooperación Americana, Asia Pacífico, África y para toda la Unión Europea dentro de su Política Marítima Integrada relativo a la protección del patrimonio cultural subacuático y a la arqueología subacuática.

4.- Solicitamos que los restos arqueológicos extraídos por medio de metodología no científica y, en cualquier caso contradictoria, a los previstos de forma anexa en la Convención de la UNESCO 2001, sean considerados actos de expoliación con los efectos previstos en derecho para los mismos. Que la expoliación cultural de los fondos marinos sea asimilada a la piratería por causar deliberadamente un resultado irreparable, configurando una actividad claramente enemiga de toda la humanidad.

5.- Solicitamos que la comercialización de bienes culturales extraídos del océano sin acreditación de su origen y legalidad sean considerada tráfico ilegal de bienes culturales. Que, asimismo, los mercados públicos se cierren a las empresas que cooperen conscientemente con compañías cazatesoros.

6.- Expresamente respaldamos la toma en consideración del principio de inmunidad soberana de los buques de Estado históricos, priorizando también las contribuciones culturales históricas y artísticas de los países de origen y sus comunidades, siempre que responda a la estrategia de protección de ese patrimonio cultural y que en todo caso se preservará el carácter común de ese patrimonio subacuático de conformidad con los mecanismos de cooperación de derecho internacional en materia de cultura.

7.- Invitamos especialmente a los periodistas e informadores iberoamericanos a que rechacen el lenguaje que proponen las empresas cazatesoros, que supone una importante batalla por la dignidad del patrimonio común. No existen solo tesoros en los yacimientos, hay que poner en primer plano la historia y el contexto de los mismos. Que hablen los arqueólogos: la tecnología, por asombrosa que resulte, no convierte por sí sola un rescate en algo científico. Extendiendo una visión meramente comercial de los yacimientos se llega a favorecer la impunidad del expolio.

8.- Pedimos a los Gobiernos que destinen fondos y medios suficientes para garantizar una respuesta arqueológica al desafío global de la destrucción del registro histórico de las máquinas y bienes que hicieron posible la primera globalización y su importantísimo patrimonio. Creemos que debe preservarse el principio de libre investigación, garantizarse el carácter abierto a la cooperación y a la accesibilidad científica y no discriminatoria de los pecios, siempre bajo la sujeción a los principios anexos de la Convención UNESCO 2001.

9.- Solicitamos que las autoridades responsables de las políticas educativas incorporen en los planes de estudio de la infancia y la juventud los vínculos históricos que el mar representa en la conformación de las sociedades hispánicas e iberoamericanas. Y que las Universidades posibiliten una formación especializada en arqueología subacuática asumiendo el protagonismo que les corresponde en ese ámbito, con un horizonte de cooperación internacional entre instituciones por el que la sociedad civil descubra nuevos caminos a los Gobiernos.

10.- Proponemos que se tomen las decisiones necesarias de cooperación cultural en el ámbito iberoamericano para emprender la excavación conjunta y multinacional de un galeón, primer vehículo de navegación oceánica en al historia. No hay ninguna razón para que se posponga un desafío colectivo como este que ofrezca un ejemplo de cooperación e investigación científica internacional y cierre las posibilidades a los proyectos comerciales en curso en diferentes países.
Para suscribirlo o mostrar su apoyo, click aquí

13 de diciembre de 2015

La Unesco denuncia el saqueo del otro galeón "San José" naufragado en Panamá

La Unesco ha denunciado el saqueo del galeón San José, naufragado en aguas panameñas en el siglo XVII, y la comercialización de su valioso cargamento de oro y plata, algo contrario a los principios de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático. 
Los expertos de la Unesco han concluído que la metodología arqueológica no se ha empleado con los estándares correctos.
FOTO: UNESCO
Otro galeón llamado también San José, pero hallado recientemente en las costas colombianas, es objeto de polémica por su propiedad, que España reclama, mientras que Colombia mantiene que una ley nacional le permite conservar en sus aguas ese pecio y su contenido de oro, plata y esmeraldas, e incluso comercializarlo en parte. 

Panamá ha ratificado la convención de la Unesco para la protección del patrimonio subacuático En el San José de Panamá, el problema es que su explotación puramente mercantil, centrada solo en la búsqueda de bienes de valor, ha causado además daños particularmente importantes en ese sitio arqueológico, según las conclusiones de un informe de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura. 
  • A diferencia de Colombia, Panamá, sí ha ratificado la convención de la Unesco para la protección del patrimonio subacuático.
DECOMISACIÓN DE OBJETOS ARQUEOLÖGICOS
Incluso la Dirección Nacional del Patrimonio Histórico panameño decomisó, el pasado julio, objetos procedentes de esas excavaciones que estaban a punto de ser exportados ilegalmente, resaltó la Unesco en un comunicado. 

A petición del gobierno panameño, ese mismo mes y también el pasado octubre, el Consejo Consultivo Científico y Técnico de la Convención de la Unesco envió una misión de expertos para evaluar las acciones realizadas en ese pecio desde 2003. 

Sus expertos concluyeron que la metodología de relevamiento (estudio y análisis) arqueológico "no se ha efectuado" con los estándares correctos, indicó la Unesco. 

SE HAN REMOVIDO LOS SEDIMENTOS
"El uso de deflectores de hélices, que generan potentes chorros de agua, ha removido sedimentos y excavado el sitio", lo que impide ya una futura documentación precisa del mismo, lamentaron. 

Según los técnicos, esos métodos "son contrarios a las reglas internacionalmente reconocidas en el Anexo de la Convención" del patrimonio subacuático, además de que algunas piezas presentadas como procedentes del San José por la empresa que explota el sitio, parecen posteriores a su naufragio. 

Este galeón español hallado el archipiélago de Las Perlas fue construido en 1611 y había zarpado del puerto del Callao, en Perú, rumbo al país centroamericano, el 17 de junio de 1631, pero naufragó tras rozar con un bajío.

9 de diciembre de 2015

El derecho internacional protege la soberanía de España sobre el pecio del "San José" como buque de guerra.

El análisis de los expertos sobre las imágenes del pecio del galeón "San José" detecta sondeos propios de una intervención arqueológica de un pecio a profundidad.  Aunque la legislación nacional colombiana "blinde" sus actuaciones en materia de patrimonio, el derecho marítimo internacional protege la inmunidad soberana de España sobre el pecio al tratarse de un buque de guerra. 
El hundimiento del "San José" por Samuel Sceli. 
Varios expertos consultados por ABC que analizan los poquísimos datos ofrecidos hasta ahora por el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, sobre el yacimiento en el que han sido hallados los restos del galeón San José, hundido en 1708, están llegando a nuevas conclusiones. La primera es que el yacimiento ha sido intervenido con sondeos, detalle que Santos no explicó específicamente. Y la segunda, que el presidente ha eclipsado el método científico que debe seguir toda excavación arqueológica.

Arqueólogos subacuáticos consultados, como Miguel San Claudio de la empresa Archeonauta, y Javier Noriega, de Nerea Arqueología, coinciden en destacar el oscurantismo. San Claudio afirma que las fotos revelan que el yacimiento presentado en la rueda de prensa celebrada en Cartagena de Indias, ha sido objeto de una intervención previa típica de un pecio a profundidad.

OSCURANTISMO
Para empezar, «no se ha indicado el origen español del pecio (y el origen cultural es fundamental porque orienta todo proyecto científico)», relata Noriega. «No se puede hablar de arqueología sin definir el origen y convertirlo en el centro de la investigación». Santos evitó este tema e insistió en que es patrimonio colombiano y que se defenderán de cualquier demanda porque han aprobado una ley que blinda (en la legislación nacional) sus actuaciones. En la internacional, el hecho es que el San José, como buque de guerra, está protegido por la inmunidad soberana, un concepto jurídico respetado por todos los países.

Las máquinas empleadas en esta exploración han sido Rovs (vehículos operados remotamente) y Auvs (vehículos autónomos que planean por el fondo y documentan las zonas de actuación). Con ellos, se ha retirado sedimento en la zona fotografiada, con el fin de limpiar los cañones y poder estudiar sus inscripciones. Noriega añade que «los caňones, con ese magnifico estado de conservacion se deben haber observado facilmente los escudos de las armas de los reyes de Espańa». Por si alguien alberga dudas.

RETIRADA DE SEDIMENTOS
En la fotografía de los cañones, Miguel San Claudio observa una importante retirada de sedimentos. Las zonas donde la arena del fondo aparece más oscurecida es porque allí el sedimento ha sido retirado, observa este arqueólogo subacuático gallego. Además, en esas zonas aparece una concentración mayor de conchas compatible con esa retirada de materiales. Los cañones en sí, que son de bronce y aparecen sin concreciones (los de hierro se oxidan y acaban invadidos por elementos orgánicos), y el experto asegura que han debido ser manipulados para retirar el limo, de manera que puedan verse las inscripciones. «No creo que se los encontraran así de limpios de sedimento, en mi experiencia eso no es posible», señala San Claudio. Santos no detalló estas operaciones, pero sí habló de cañones fundidos ex profeso para la capitana hundida en 1708, lo cual apunta a que se han leído las inscripciones.


EXPERTO EN ARTILLERÏA
El mayor experto español en artillería, Javier López Martín afirma que lo lógico en los inicios del siglo XVIII sería que los cañones fueran de hierro, fundidos en la fábrica de Liérganes-La Cavada, pero no obstante no le resulta extraño que en esa época y en un barco como el San José fueran montados cañones más antiguos, de bronce, fundidos el siglo anterior. «Las fotografías del pecio muestran cañones de bronce, todos iguales, españoles sin duda, fundidos en Sevilla o Lisboa. Ninguno de hierro fundido. Cañones similares armaban el Juncal, hundido mucho antes, en 1631».


Sobre las tinajas, también se observa la retirada de sedimentos, sobre todo en el frasco de cristal cuadrangular que yace entre varias tinajas (ver foto). «Ahí, si observamos los dos tonos del perfil cuadrado del frasco de cristal, parece que se ha retirado una cantidad importante de sedimento», revela San Claudio.

Noriega añade que «este tipo de actuaciones secretas, llenas de ocultismo, no son propias de organismos publicos» y que países amigos como son Colombia y España, dotados de instituciones científicas y universidades homologables y lazos de cooperación desde hace años, deberían encontrar los cauces para arreglar este asunto llegando a acuerdos. Ambos creen que hay que invocar que es un buque de Estado.


DETALLES OFICIALES EN 16 PREGUNTAS
Mientras tanto, ayer el Gobierno de Colombia filtró algunos detalles más, muy pocos, sobre la intervención realizada en el San José, dentro de su política de secreto de Estado. Confirmó que se han empleado Auvs (los vehículos citados) y dijo que lo que se ha hallado es un pecio con «contexto propio», sin decir que es de origen español. En general los expertos consultados creen que el proyecto está diseñado para evitar o ignorar a España desde el principio.

El Gobierno colombiano afirma que la embarcación «no había sido intervenida» anteriormente (promesa de que su carga está intacta). Alardea en el comunicado una vez más de la calidad de los expertos internacionales y de los estudios previos, cartográficos, «metereológicos» (sic) e históricos realizados.

Sobre la identificación que Santos calificó de segura al 100%, no se han ofrecido detalles, como las inscripciones de los cañones. Solo se alardea de que se ha registrado una zona de cien millas cuadradas de mar. Solo dice que «por las especificaciones de los cañones de bronce, que están en buen estado, no existe ninguna duda de que se trata del galeón San José». Y a pesar de que el barcó cayó sobre un costad y permanece oculto en gran parte, las autoridades de Colombia se aventuran a decir que el San José no explotó, según consta en todos los relatos históricos. Este extremo deberá ser confirmado más adelante.


LA CARGA
El San José salió de Cartagena cargado con una cifra de 7 a 11 millones de monedas de 8 escudos de oro y plata, 344 toneladas de metal que fueron valorados en 105 millones de reales de la época. Se dice que también portaba 116 cofres de esmeraldas y la fortuna personal del virrey del Perú.

Cualquier traslado a riqueza actual es pura fantasía, muy propia de cazatesoros. Ellos suelen reducir los yacimientos de origen hispánico a esa cifra, el monto de oro y su traducción en dólares, borrando de un plumazo la historia de un navío cargado con 600 personas, pertenecientes a una sociedad mestiza y llena de valores (en el siglo XVIII de una España netamente americana, aunque también había injusticias, como denunció Jorge Juan en sus informes secretos, en la estela de Bartolomé de las Casas.

ASOCIACIÓN PÚBLICO-PRIVADA
El Gobierno de Colombia está generando un modelo arqueológico en el que se establece una APP (Asociación Público Privada) con una empresa que invierte dinero para ofrecer servicios o infraestructuras. Debe de haber algún motivo para no ofrecer el nombre de la empresa que paga la exploración, porque Santos ha extendido el secreto de Estado sobre el proyecto. Como muchos arqueólogos unen ese hecho con la aprobación de la Ley de Patrimonio de 2013 que permite al Ejecutivo colombiano poner a la venta la mitad de lo excavado (de oro y plata y de otros objetos de valor), se sospecha que «el poderoso lobby cazatesoros ha abierto una sucursal en Colombia». ¿Por qué si no la ausencia de transparencia, o la deslealtad con España, país amigo y aliado en otros campos?

IMAGEN TERCERMUNDISTA
Otro arqueólogo consultado por ABC, como Alexandre Monteiro, de la Universidad de Lisboa afirmaron que desconfían de la puesta en escena del presidente Santos. «Que un presidente anuncie la identificación de un pecio solo una semana después de descubrirse es para desconfiar, al igual que la aparición de un contratista convenientemente alejado de los focos, que ha puesto seguramente los medios y conocimientos para el hallazgo». Monteiro califica de escándalo las declaraciones de la ministra de Cultura de Colombia Mariana Garcés por permitir que «se busque un tesoro en la sepultura de 600 marineros españoles. Es un escándalo diplomático, humano y de civilización». Monteiro cree que la manera de manejar políticamente este proyecto no permite ver a Colombia como un país moderno en ciencia y tecnología sino «tercermundista, y lo digo consciente de la dureza que expresa ese término».

Para Miguel San Claudio, de Archeonautas, es necesario resaltar que «se trata de un buque de Estado en el que España debería tener presencia. Es algo que no pueden negar». Pero cree que «España necesita poner enorden su propia casa tras décadas de pasividad en patrimonio subacuático, antes de decidir intervenir en otros lugares». Por último, pide que «la gestión del patrimonio subacuático la desarrollen profesionales del patrimonio cultural subacuático, algo que no ha ocurrido en España, donde la gestión está dirigida por profesionales de otras disciplinas con la falta de resultados que todos lamentamos».


Por su parte, Javier Noriega, de la empresa malagueña Nerea, dice que «las huellas de la mejor historia que puede España contar, la del descubrimiento de los mares y del mundo en sus galeones, esta siendorapiñada, destruida y siendo objeto de la especulación y no del estudio histórico hace decenios. Y asi lo hemos denunciado una y otra vez. Es inadmisible y urge una respuesta contundente y clara desde nuestro país,desde nuestra cultura, desde al ciencia, que deje bien claro el interés de España por investigar, proteger y narrar la historia de esos galeones hundidos, de ese patrimonio cultural subacuático hispánico, que por su importancia es de la humanidad. Hasta el momento, cero galeones, cero excavaciones y cero intenciones sobre nuestros galeones y barcos de época moderna, porque cero ha sido y es todavía el número de la incuria, del olvido y de una dejación que es inadmisible para la ciencia y lo peor de todo, un mensaje y un ejemplo terrible para confrontar con el mundo de los cazatesoros. Los consideramos abandonados, como si les dijésemos con nuestra falta de investigación: hagan ustedes lo que quieran con ellos». Noriega concluye lamentando que «el mundo no sabe, no conoce sus impresionantes historias, la impresionante cultura y arqueología que encierran aquellos naufragios que terminaron sus dias en las aguas del Caribe». Es hora de cambiar ese rumbo.

(Fuente: TEXTO Y FOTOS de ABC / Jesús García Calero)

27 de mayo de 2015

La Universidad de Cádiz dedica un barco a la arqueología subacuática

El "Ucádiz", de 25 metros de eslora y capacidad para 16 personas estará listo a finales de este año. La intervención a la que se va a someter a este barco está presupuestada en 1,3 millones de euros. 
El "Ucádiz" estará destinado a actividades de ingeniería, biología y arqueología subacuática. FOTO: ABC
Gran noticia. La Universidad de Cádiz (UCA) ha enviado al astillero el barco Ucádiz, que será equipado durante los próximos meses para dedicarse a la investigación. Se trata de un buque de 25 metros de eslora con capacidad para 16 personas (la dotación habitual será de 12 científicos y 4 tripulantes) que estará listo a finales de este año. La intervención a la que se va a someter a este barco en Cádiz está presupuestada en 1,3 millones de euros, sufragados con ayudas de la UE y de la Junta de Andalucía, la UCA y el Campus de Excelencia Internacional del Mar (Ceimar).

Según confirmó Xavier Nieto, coordinador de arqueología náutica de la UCA, el "Ucádiz" estará destinado a actividades de ingeniería, biología y arqueología subacuática. Esta última disciplina ocupará cuatro meses al año de la actividad del buque, cuyo rango será el mar territorial situado frente a las costas andaluzas. Ni que decir tiene que se trata de uno de los mares más ricos en restos antrópicos de toda época, desde barcos fenicios y romanos a importantes pecios de época moderna, galeras como las de la flota de Juan de Mendoza, galeones de la carrera de Indias, o navíos de la batalla de Trafalgar, incluso restos de buques hundidos en la Guerra Civil, todos ellos de alto interés cultural e histórico. Desde su primera campaña, según adelanta Xavier Nieto repartirá su tiempo entre un pecio de época clásica o preclásica y otro de época moderna.

El barco, que se suma al Thetis (de 23 metros, propiedad del CASC, el centro de referencia catalán para la disciplina), será desde su entrada en funcionamiento el segundo buque dedicado en nuestro país a la investigación del pasado en nuestros mares. Y cabe considerar su puesta en marcha como un gran paso adelante en el desarrollo de la arqueología subacuática española, hasta ahora muy limitada, pese al buen trabajo de sus arqueólogos. A falta de una política nacional digna de ese nombre, como ya denunciábamos, es necesario celebrar estas buenas noticias que suponen avances importantes.

Xavier Nieto. FOTO: ABC / ESPEJO DE NAVEGANTES
 LA ARQUEOLOGÍA TAMBIÉN IMPULSA EL CEIMAR
Pero es que hoy se producen otras dos buenas noticias para la arqueología subacuática que vamos a reseñar.Se presenta en Cádiz la línea de Arqueología Náutica y Subacuática que han puesto en marcha CEIMAR y UCA en estrecha colaboración con el Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía. En el mismo acto se presentarán, en su versión impresa, las actas del Congreso de Arqueología Náutica y Subacuática Española. En ellas, más de un centenar de artículos resumen a la perfección los trabajos realizados en nuestro país en los últimos años.

Al frente de la iniciativa de CEIMAR y como editor de las actas del Congreso celebrado en el museo Arqua de Cartagena está Xavier Nieto, uno de los más prestigiosos arqueólogos subacuáticos españoles, hoy director, además, de la misión de la Unesco para inspeccionar el pecio del galeón San José en Panamá.

(Fuente: ABC / Espejo de Navegantes)

1 de abril de 2015

Panamá permite el expolio de un galeón español del S. XVI

El país centroamericano incumple la Convención Unesco 2001, de la que es firmante, al contratar a una empresa para la explotación comercial del buque de Estado español "San José", del que hasta el momento han recuperado unas 8.000 monedas además de lingotes y tortas de plata, cerámicas, munición y armamento.
Un galeón español está siendo excavado para su venta en Panamá. Como tantos otros expolios del patrimonio subacuático de origen hispánico, su impresionante historia puede acabar disuelta en subastas y mercados. Se trata del San José, un barco construido en 1610 que naufragó junto a la costa del Pacífico panameño en 1631, acarreando uno de los cargamentos más ricos que salieron jamás del puerto de El Callao.

Pero la noticia es mucho más triste, puesto que el propio Gobierno de Panamá está dando respaldo a la empresa Investigaciones Marinas del Istmo (IMDI), con la que ha firmado un contrato para repartirse el resultado de las excavaciones a razón de 65% para la firma y 35% para el Gobierno. El contrato incluye preferencia para edificar un museo con las piezas del Gobierno, si se hiciera.

Según los documentos el fin es comercial. El asunto cobra su total gravedad porque además Panamá es uno de los primeros países que ratificaron la Convención Unesco 2001 para la Protección del Patrimonio Subacuático, el instrumento internacionalmene reconocido por los arqueólogos. Tanto ese organismo como el Gobierno español han enviado sendas cartas a las autoridades panameñas.

La misiva de Unesco la firma Alfredo Pérez de Armiñán, subdirector de Cultura, y recuerda a Mariana Núñez Emiliani, directora general del Instituto Nacional de Cultura (INC), que el permiso emitido a IMDI en 2013 es ilegal, puesto que fue posterior a la vigencia de la Convención en Panamá (firmada en 2003 y aplicable desde 2009). Ese permiso se concretó en una resolución N°136-13 de 16 de julio de 2013. Unesco sigue presionando a las autoridades para que corrijan su actitud.

LA SOCIEDAD CIVIL
Las primeras noticias de esta catástrofe cultural comenzaron a llegar a España el pasado verano gracias a la intervención de miembros de la sociedad civil, cuando el abogado José María Lancho, en nombre del Instituto para la Memoria Arqueológica Naval Hispánica, recibió la denuncia de la maraña legal que iba a posibilitar este expolio. De hecho, en febrero de 2014 se habían extraído materiales (1.063 monedas de plata, dos balas de mosquete, dos cureñas de cañón, una joya de oro y varias piezas de cerámica), aunque no eran los primeros.


El citado Instituto tratará de sumar posibles cauces a la participación de la sociedad civil a los criterios y acción jurídicos, y los protocolos arqueológicos para proteger el patrimonio hispánico sumergido. Y también oponerse a la actividad cazatesoros informando sobre la amenaza y la vulnerabilidad del mismo. El propio Lancho informó de esa maraña legal que acontecía en Panamá en el último congreso arqueológico Ikuwa, celebrado el pasado mes de septiembre en el Arqua de Cartagena.

El contrato original de 2003 considera los restos del San José objetos hundidos cualesquiera. Hacen la distinción («ilegal y errónea», según Lancho) entre objetos de valor «comercial» y objetos de valor «histórico y cultural». Hubo dos fallos de la Corte Suprema de Justicia que pidieron a las autoridades panameñas de Patrimonio que definieran qué objetos son de valor histórico y cultural que no se pueden comercializar. «A todas luces, el tesoro del San José es de valor cultural, histórico, arqueológico y patrimonial, y no se puede comercializar», señala Lancho.

El citado permiso de 2013 extiende la autorización a IMDI hasta el 28 de agosto de 2015, prorrogable, violando según parece leyes vigentes y la Convención. Para Lancho, la actividad de IMDI puede suponer un comportamiento penal en el derecho español, siendo el galeón San José un buque de Estado.

Por su parte, el arqueólogo Carlos León, que conoce muy bien el patrimonio subacuático panameño, alerta de que en abril de 2013 IMDI presentó su proyecto de intervención (un proyecto que no cumple los estándares arqueológicos que precisa un yacimiento tan importante, a cargo de un antropólogo y un conocido cazatesoros).


De hecho, la empresa IMDI ha gozado del favor de varios gobiernos y fundamentalmente del Ministerio de Economía y Finanzas panameño, quien les apoya. Sus socios, según consta, son el empresario de origen palestino residente en Colón, Hassam Salama; el economista y aventurero australiano Michael Mc Dowell; el inversionista panameño, ingeniero y empresario de ganadería, hostelería, petróleo y gas, Alberto Vázquez; el antropólogo social panameño Gustavo José Leal Cuervo (director del proyecto), y el buscador de tesoros norteamericano que trabajó con Mel Fisher y Odyssey Marine Exploration, James J. Sinclair. Su visión comercial es incompatible con los criterios de la Unesco.


Y alerta también de que «en este último mes ha solicitado permiso para continuar las excavaciones desde mayo hasta diciembre de 2015, con un presupuesto de 466.000 dólares de coste». Para León el tema «es tan urgente por eso mismo. Si nadie lo detiene, IMDI seguirá sacando material sin control. La única vigilancia que tienen es la de algunos enviados del INC que se desplazan hasta Contadora para ver las piezas que sacan del agua sin hacer ningún control en el lugar de la excavación ni bucear sobre los restos», añade.

El arqueólogo recuerda que las operaciones de rescate comenzaron en 2001 y continúan actualmente. La empresa IMDI ha trabajado en Nombre de Dios, «sobre un barco español del siglo XVI y en el galeón San José rescatando un número indeterminado de piezas (según unas informaciones 8.000 monedas, según otras 5.000), además de lingotes y tortas de plata, cerámicas, munición, armamento…», concluye.

(Fuente: ABC / Jesús García Calero)

18 de agosto de 2012

España está a tiempo de evitar un nuevo ‘caso Odyssey’ en Florida

Robert Bouchlas pretende extraer el tesoro del ‘San Miguel Arcángel’. Cultura no se ha presentado en el tribunal para impedir el expolio.
A la fragata "San Miguel Arcángel" se le perdió el rastro
tras salir de Cuba en 1659. Foto: La Gaceta.
El Ministerio de Cultura no se ha personado hasta el momento ante los tribunales norteamericanos para frenar la extracción de un tesoro compuesto por patrimonio español en las costas de Florida (Estados Unidos), que en caso de ser expoliado podría convertirse en un litigio semejante al que enfrentó a España con los cazatesoros de la empresa Odyssey entre 2007 y 2012.

En este caso, el cazatesoros que pretende realizar el expolio es Robert Bouchlas, que el pasado 29 de junio reclamó ante el tribunal de Palm Beach el derecho de extraer los restos del aviso (tipo de buque menor al que erróneamente denomina fragata) San Miguel Arcángel, cuyo rastro se perdió tras salir de Cuba en 1659.

Patrimonio español
En su reclamación ante el juzgado de Palm Beach, Robert Bouchlas señala que trabajará frente a la playa Juno de esa ciudad, y supone que el San Miguel Arcángel podría haber transportado hacia las costas de Florida, ante las que se habría hundido, parte de la carga del galeón Nuestra Señora de las Maravillas, hundido en 1656 frente a la isla Gran Bahama.

Bouchlas supone en su demanda, que lleva el número 12-cv-80596 en el tribunal de Palm Beach, que “el buque no ha sido abandonado por su propietario original, el Reino de España, y por tanto esta acción no cae bajo el control de la Ley de Pecios Abandonados de 1987”.

Si España se personara ante el juzgado, obligaría a reconocerle como propietario de lo que se pretende extraer, como ocurrió en el caso Odyssey. Con la diferencia de que, ahora, podría evitarse que los cazatesoros destruyeran el pecio del buque.

El Ministerio de Cultura no ha respondido aún a nuestra pregunta sobre si va a personarse en el juicio. James Goold, el abogado que llevó el caso Odyssey y al que España tiene encargado alertarle frente a posibles expolios, dijo a este diario, comentando el proyecto de Robert Bouchlas, que “estoy familiarizado con esta persona y con las muchas veces que ha reclamado haber encontrado un tesoro”.

Museo y turismo
Bouchlas tiene desde 1982 un museo en la Capilla de San Miguel de Palm Beach y organiza excursiones turísticas de buceo a los yacimientos que ha expoliado. En su página web expone su correspondencia con la Casa Real y el Ministerio de Cultura, al que donó en 2001 varias piezas extraídas del Maravillas, que se conservan en el Museo de América de Madrid.

Este cazatesoros no es el primero que dice haber descubierto los restos del San Miguel. En 1987, Peter Leo, un vigilante de la playa Jupiter, al Norte de Juno y también en Palm Beach, encontró varios cañones y anclas, y fundó una empresa, Jupiter Wreck, con la intención de explotar el pecio del San Miguel.

Al margen de cuál sea el pecio, Bouchlas puede estar tratando de obtener una legitimación para materiales que haya extraído de otros lugares. El abogado José María Lancho, uno de los que asesoró a España en el caso Odyssey, comentó a que “este tipo de procedimiento judicial privilegia el interés reconocido a la explotación económica de los buques históricos a costa de la destrucción de buena parte de su valor cultural y sin garantizar conclusión científica alguna. Si no hay intervención de terceros, los cazatesoros pueden contar la historia que quieran sin que les contradiga nadie”.

13 de marzo de 2012

El naufragio de 1724 que hizo emerger la arqueología subacuática en España

Carlos León recuerda cómo logró financiar una excavación y la muestra sobre la Flota de Azogue que recibió 350.000 visitas
Carlos León, arqueólogo subacuático, en una imagen de archivo.
Además del caso Odyssey, un desastre de permisividad que acabó en expolio, hay un naufragio, acontecido en 1724, que cambió las cosas y demostró que en España se puede hacer buena arqueología subacuática sin tirar de dinero público. Hubo hace más de una década una gran exposición, financiada con dinero privado y que supuso el primer acercamiento científico a los métodos de construcción de losgaleones. Su responsable, Carlos León, arqueólogo y buzo profesional, rememora aquella experiencia, mientras prepara su siguiente y maravilloso proyecto.

León se lamenta: «Tanto caso Odyssey, tanto pirata y tanto tesoro de monedas para un lado y para otro, ha desvirtuado la esencia de laarqueología: una actividad científica cuyo objetivo es la investigación, la conservación y la difusión del patrimonio histórico y arqueológico, ya sea en medio de una ciudad en forma de catedral gótica o bajo el mar en forma de barco hundido».

Pero como responsable de uno de los proyectos más ambiciosos llevados a cabo en España, y con financiación privada, sabe que «el éxito de la arqueología submarina está en la equilibrada combinación entre la iniciativa estatal y la privada».

Ancla del galeón hundido en 1724 por un huracán
 en República Dominicana.
Cultura-Defensa: el ejemplo de Francia
A través de la colaboración entre el Ministerio de Cultura y el de Defensa, León espera que imitemos el caso francés: «el barco de investigaciones arqueológicas submarinas Archeonaute es militar mientras que losarqueólogos pertenecen al CNRS, algo así como nuestro CSIC». Es lo mismo que ocurre con el Hesperides en la investigación oceanográfica española. «Este esquema funciona, tiene buenos resultados a medio y largo plazo y un óptimo aprovechamiento de los recursos económicos y los medios técnicos».

Además, subraya el arqueólogo, «genera una excelente imagen de España fuera de nuestras fronteras y entre la comunidad científica, como las antiguas expediciones ilustradas del siglo XVIII». Para él esto no es ajeno al Plan Nacional de Arqueología Subacuática y el famoso Libro Verde.

«La iniciativa privada también puede funcionar»Nadie como Carlos León para saber la verdad que subyace en esta afirmación: «La iniciativa privada es más complicada pero también puede funcionar. Al menos a mi me ha funcionado en varios casos. Uno de ellos fue el de los Galeones de Azogue. Para ello me remonto al año 1994, cuando el gobierno dominicano contacta con nosotros, Cruz Apestegui, Manu Izaguirre y yo, para que estudiemos la construcción naval de dos galeones españoles hundidos en la bahía de Samaná, excavados legalmente por un buscador de tesoros americano en el año 1975».

A pesar de ir a excavar el pecio después de que un cazatesoros lo hubiera explotado, el proyecto valía la pena «tanto por la cantidad y calidad de los restos conservados bajo el agua, como por la excelente información escrita que localizamos en el Archivo General de Indias de Sevillasobre las dos embarcaciones: San José alias La Tolosa y Nuestra Señora de Guadalupe».

¿Y cómo se involucró la iniciativa privada? «Por la Fundación La Caixa, a través de su director Luís Monreal, y el Museo de la Ciencia de Barcelona, con el profesor Jorge Wagensberg a la cabeza». El potencial de este hallazgo superó las expectativas y se decidieron a apoyar, primero, las dos campañas de investigación bajo el agua; en segundo lugar, varias publicaciones junto a la prestigiosa editorial Lunwerg con los resultados, y finalmente, «y ahí es donde realmente centraron susesfuerzos económicos -recuerda Carlos León-, generando la exposición temporal “Huracán, 1724”, que permaneció un año en el Museo de la Ciencia de Barcelona y otro en el entonces recién inaugurado CosmoCaixa de Madrid».
La tragedia de dos galeones
Muchos cientos de miles de visitantes disfrutaron de la historia naval recuerada y la aventura y desventura de aquellos marinos empujados por un huracán nocturno hacia el naufragio. Vajillas, utensilios y todo dipo de detalles sobre la vida a bordo evocaban para el público la tragedia.

León recuerda que, después de dos años buceando, «trajeron las mejores piezas halladas en ambos galeones: joyas, monedas, ánforas, armas, objetos religiosos, instrumentos de navegación, utensilios de la tripulación ... Se hicieron grandes maquetas, se creo una reconstrucción a escala real de la popa del Guadalupe, se instalaronacuarios recreando la fauna y flora de la zona, se construyó una escenografía del camarote del capitán del barco antes y después de su hundimiento, y otra del pañól de la pólvora con ratas de verdad». Quien la visitó no la ha olvidado.

Fue una exposición inolvidable. Se vendieron más de diez mil ejemplares de los tres libros de la exposición (el catálogo de Lunwerg, un cómic de la editorial Sinsentido y una novela publicada por Plaza y Janés), hubo conferencias y un enorme impacto en la prensa, radio y televisión.

Lo más importante, para el arqueólogo: «terminada la exposición, las piezas de estos dos barcos españoles volvieron sanas y salvas a Santo Domingo, donde siguen expuestas en el Museo de las Casas Reales y en el Faro a Colón, y nadie se plantea, ni se planteó en su momento, si las piezas debían quedarse en España, en la República Dominicana, en la Fundación La Caixa, o en casa del buscador de tesoros que localizó los restos en 1975». Están donde tienen que estar.
Importa la historia
 Lo que queda es el mejor ejemplo de colaboración entre una fundación sin ánimo de lucro con fines sociales y culturales, un equipo de investigadores de dos países y un gobierno dominicano que supo aprovechar la oportunidad para formar a sus profesionales en esta disciplina científica. Nada que ver conOdyssey y el Nuestra Señora de las Mercedes, ni con Frank Goddio y el San Diego, donde lo importante no es la historia ni la conservación del patrimonio arqueológico sumergido sino los dólares que generó su venta.
(Fuente: ABC / Jesús García Calero)

9 de septiembre de 2011

Localizan seis galeones más de la batalla de Rande en la Ría de Vigo

La campaña científica submarina de estudio de los Galeones de Rande se saldó con éxito por la confirmación de entre seis y ocho pecios, de ellos al menos uno francés y otro español, pertenecientes a los barcos que participaron en la batalla desarrollada en la Ría hace más de 300 años.
La batalla de la bahía de Vigo, 23 de octubre de 1702 deLudolf Backhuysen
(alrededor de 1702).

Localizados los buques hundidos, ahora toca tomar la decisión más complicada: su rescate total o parcial para su exhibición en un local adecuado, quizá el Museo del Mar, quizá en el puerto. De momento sólo se habla de repetir en el futuro y conseguir más datos y posiciones de barcos.
Tanto Javier Lauces, director de la misión arqueológica realizada tras un convenio de la Xunta y el Ministerio de Cultura, como el director de Patrimonio de Galicia. José Manuel Rey Pichel, coincidieron en calificar de exitoso el resultado obtenido en los trabajos iniciados el pasado 21 de julio en la Ensenada de San Simón. Uno y otro insistieron en que los medios empleados han podido avanzar el estudio de los pecios y confirmar 19 puntos de los que al menos seis se corresponden con Rande, la mayoría ubicados cerca de la orilla sur de la ensenada de San Simón, así como con embarcaciones más recientes. Y todo ello en apenas unos días, seis, mientras que la localización de otros cinco llevó varios años durante la anterior prospección submarina de los años noventa y más recientemente, en 2007.
Luaces aseguró que hay indicios de la presencia de más barcos de la batalla en las inmediaciones del punto donde se tomaron imágenes de los seis descritos, que junto a otros cerca del estrecho de la Ría, donde actualmente hay un parque de bateas, podrían sumar entre 20 y 30. Sucesivas campañas tendrán que aclarar este aspecto que ahora ha quedado encima de la mesa, pendiente.

Restos de maderaLuaces destacó que en tres de los barcos hundidos durante la batalla de Rande se han hallado restos de madera pertenecientes a la proa, la roda (parte de la proa) y a partes de las cuadernas (laterales del barco), así como concreciones férricas que podrían ocultar bolas de cañón o piezas de anclas, y que uno de ellos conserva el túmulo, por lo que se sospecha que se conserve de una pieza.


A la espera de disponer de más datos de posibles nuevas inmersiones en el futuro, los arqueólogos calculan tras la inspección ocular realizada en julio que uno de los barcos podría ser un galeón de entre 30 y 40 metros, y otro tener 25 metros de eslora, pero 'es algo aventurado' llegar a conclusiones de este tipo, según Luaces.
El director de la campaña de inmersiones tampoco ha descartado que pueda haber sepultados bajo el lodo de la Ría objetos de valor ocultos en las bodegas y que no llegaron a ser descargados junto al resto de tesoros traídos desde América antes del ataque de la flota anglo-holandesa. En este sentido, recordó que en los primeros años tras la batalla ya hubo intentos de recuperación de ciertos objetos preciosos y podría haber más, ya que aunque la mayoría de la plata se pudo desembarcar, había contrabando a bordo de los barcos finalmente hundidos.

La Xunta coloca la arqueología submarina como 'estratégica' En la presentación realizada ayer en la Delegación Territorial de la Xunta en Vigo se habló y mucho de seguir adelante con las investigaciones, lo que obligaría a poner en marcha campañas de sondeos, con extracciones, manuales o mecánicas, que requerirían más tiempo y mayor presupuesto que el aportado hasta la fecha por la Xunta y el Ministerio de Cultura en el marco del Plan Nacional de Protección del Patrimonio Subacuático.
Por su parte, el director general de Patrimonio Cultural de la Xunta, José Manuel Rey Pichel, destacó durante su intervención ante los medios la 'voluntad política' de la Administración autonómica de seguir financiando, en colaboración con el Gobierno central, este proyecto, por considerarlo 'estratégico', aunque ha admitido que en adelante habrá que saber 'priorizar' por la limitación de recursos.
Así y todo, Rey ha avanzado que la intención de la Administración autonómica es poder realizar extracciones en futuras campañas y trasladar el material rescatado en las prospecciones tanto en la ría de Vigo como en las de Corcubión y Ribadeo al Museo del Mar de Galicia, en Vigo, para su conservación y exposición al público. ¿Qué piezas? Reconoció que de momento ninguna, porque en la expedición de Rande no se había recuperado ninguna.
Claro que Rey Pichel advirtió de que tampoco era el objetivo de la campaña desarrollada en las aguas de Vigo durante el pasado mes de julio, sino confirmar que los pecios localizados en anteriores campañas eran de la Batalla de Rande. De hecho, algunas de las espectaculares 'fotos' realizadas en la anterior campaña geofísica, con sonar, se correspondían con barcos hundidos más recientemente y no con galeones del siglo XVIII.

La Batalla de Rande

En Octubre de 1702 la Ría vivió otro suceso bélico que tuvo una gran repercusión en Europa, la famosa batalla del estrecho de Rande, tras el cual se había refugiado una flota hispano francesa de la que formaban parte diecinueve galeones cargados de oro y plata procedentes de las posesiones españolas en América.
Moneda inglesa con la imagen de la reina Ana,
acuñada con la plata capturada en la batalla.
Aquellos galeones y los barcos de guerra franceses que los protegían fueron atacados y casi todos hundidos por una gran escuadra anglo holandesa. Buena parte de los tesoros se fueron al fondo lodoso de la Ría, donde se supone que todavía permanecen tras los muchos intentos de rescate – algunos con considerable inversión económica – que tuvieron lugar a lo largo de los Siglos XVIII y XIX.
Parte del oro y la plata se pudo salvar, otra se hundió y una tercera fue el botín de los vencedores. Con el oro de Rande se acuñaron en Inglaterra monedas de cinco, una y media guineas; con las de plata de una corona, media corona, un chelín y seis peniques, todas con la efigie de la Reina Ana en su anverso. Circularon a lo largo de muchos años.
A partir de entonces el nombre de Vigo se popularizó en Europa, debido a la abundante documentación que generó el suceso, con impresión de numerosos grabados conmemorativos y de artísticos mapas para explicar y perpetuar la batalla.
La Batalla de Rande, en fin, sirvió para inspirar a Julio Verne en su novela “Veinte mil leguas de viaje submarino”, uno de cuyos capítulos transcurre en la Ría de Vigo, hasta donde periódicamente se trasladaba el capitán Nemo con el Nautilus para financiar sus expediciones con los tesoros que se encontraban en el fondo de las aguas de Rande.