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20 de julio de 2023

Vuelven las excavaciones al yacimiento de Cástulo

En “Cástulo, Sefarad: Primera Luz”, nombre oficial del campo de trabajo, el equipo técnico será el encargado de realizar las tareas de excavación, en una superficie cercana a los 800 m2. Cuarenta voluntarios y quince profesionales forman parte de esta iniciativa que cuenta con una inversión de 300.000 euros y que buscará los primeros vestigios de la cultura judía en la península.
El delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Jaén visitó los trabajos de campo.

Los trabajos de excavación están de regreso en Cástulo, gracias a un proyecto con inversión propia de la Junta de Andalucía. Se trata de la acción "Cástulo, Sefarad: Primera Luz", que se convierte en la primera campaña que asume la administración andaluza, con recursos propios, desde hace más de 30 años. Cuenta con fondos de la ITI, en concreto, 300.000 euros que se suman a los 600.000 inyectados en el último periodo de 4 años.

Las tareas se están centrando en la zona de la judería, ya que se estima que es ahí "donde se encuentran los primeros vestigios de esta cultura en la península ibérica". Jesús Estrella, delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Jaén, visitaba esta mañana las excavaciones que se iniciaron el pasado lunes, acompañado por el delegado de Turismo, Cultura y Deporte, José Ayala, y la alcaldesa de Linares, Auxi del Olmo. Este campo de trabajo se extenderán durante los próximos 4 meses.

“Hoy es un día importante porque disponemos de antecedentes que indican que en Cástulo pueden ubicarse los primeros vestigios de población judía en la península ibérica”, ha explicado Jesús Estrella. “Ahora es la Junta de Andalucía la que, con fondos de la ITI, saca a la luz lo mucho que todavía atesora Cástulo, contratando a 15 profesionales que se suman a 40 voluntarios para la puesta en valor de este enclave, interviniendo por primera vez en la zona de la judería”, ha señalado.

Paralelamente, el delegado del Gobierno ha informado de que se trata de la primera vez desde hace más de treinta años que la Junta de Andalucía asume una campaña de excavaciones en Cástulo "con medios propios", sin la colaboración de otras administraciones como Diputación Provincial de Jaén o la UJA. Para ello, los trabajos cuentan con la contratación de "15 profesionales de la arqueología y 40 voluntarios, de los que 9 pertenecen a la Asociación 28 de febrero de Linares". El delegado del Gobierno ha agradecido “su implicación con la causa de Cástulo y con la puesta en valor del patrimonio arqueológico y cultural de Linares”.

Así, el delegado del Gobierno ha enumerado las diversas intervenciones de mejora realizadas en el yacimiento y en el Museo Arqueológico, a las que se suma esta campaña de excavación y una próxima mejora de la iluminación del enclave arqueológico. "A estos 300.000 euros vamos a sumarle otros 150.000 euros para mejorar la iluminación en Cástulo. La prioridad que marcó la alcaldesa fue seguir interviniendo aquí y así lo vamos a hacer".

En “Cástulo, Sefarad: Primera Luz”, nombre oficial del campo de trabajo, el equipo técnico será el encargado de realizar las tareas de excavación, en una superficie cercana a los 800 m2, donde contarán con la ayuda de los voluntarios, quienes también se ocuparán de realizar el cribado de los sedimentos para la recuperación de muestras y materiales arqueológicos procedentes de las excavaciones, así como la clasificación preliminar y el lavado de los mismos.

9 de octubre de 2024

Reconocimiento a la labor del voluntariado en las excavaciones de Cástulo

El Museo Arqueológico de Linares (Jaén) acoge la exposición ‘Principio del fin’, en la que se exponen al público 19 objetos singulares y cinco conjuntos de monedas (317 unidades en total), procedentes en su mayoría de uno de los espacios recuperados este año por la excavación arqueológica que ha sido identificado con una tienda-taller o taberna, que también fue usada como una precaria vivienda.
En las excavaciones de la ciudad íbero-romana han participado 75 voluntarios.

La Consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía ha reconocido la labor de los 75 voluntarios y voluntarias que, a lo largo de los meses de verano, han contribuido a las excavaciones que se han llevado a cabo en los terrenos del yacimiento arqueológico de Cástulo, a través de la segunda fase del proyecto de investigación ‘Cástulo, Sefarad-Primera Luz’.

José Ayala, delegado territorial de Turismo, Cultura y Deporte, ha participado en este acto de reconocimiento celebrado en el Museo Arqueológico de Linares junto a la alcaldesa del municipio, Auxi del Olmo. Un evento en el que ha aplaudido “la dedicación, de forma altruista, de estos hombres y mujeres que han contribuido a seguir descubriendo, de la mano de la Junta, todo aquello que Cástulo aún entierra”. Estas 75 personas voluntarias, que proceden de la Universidad de Jaén, del colectivo ’28 de febrero’ y de iniciativas particulares, han trabajado junto al equipo técnico encargado tanto de excavaciones, como de inventariado y catalogación, además de tres técnicos del conjunto arqueológico de Cástulo y tres personas más especializadas en arqueología.

La segunda fase del proyecto ‘Cástulo, Sefarad-Primera Luz’ se ha desarrollado desde el 17 de junio al 16 de septiembre de 2024, continuando con la excavación iniciada el pasado año para la recuperación de la arquitectura asociada a una comunidad judía asentada durante los siglos IV y V d.C. en un lugar central de la ciudad de Cástulo. Los primeros resultados de esta intervención arqueológica constatan, como ha explicado Ayala, “el súbito abandono de estos edificios, que atribuimos a los efectos de un terremoto ocurrido en los últimos años del siglo V d.C. haciendo que, en un instante, algunos de estos espacios quedaran reducidos a un cúmulo de escombros, mientras que otros subsistieron en un estado inestable”.

A raíz de estas excavaciones, el Museo Arqueológico de Linares acoge la exposición ‘Principio del fin’, en la que se exponen al público 19 objetos singulares y cinco conjuntos de monedas (317 unidades en total), procedentes en su mayoría de uno de los espacios recuperados este año por la excavación arqueológica, identificado con una tienda-taller o taberna, que también fue usada como una precaria vivienda.
(Fuente: Hora Jaén)

30 de noviembre de 2023

Una treintena de guías turísticos profundizaron en el conocimiento de Cástulo

Una treintena de guías turísticos participaron en las Jornadas de Formación Permanente del Conjunto Arqueológico de Cástulo que finalizaron el martes con un acto celebrado en el Museo Arqueológico de la ciudad. La acción tuvo como objetivo ofrecer información de primera mano sobre el yacimiento de la antigua ciudad íbero romana situada en Linares.

La Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía ha impulsado la celebración de las Jornadas de Formación Permanente del Conjunto Arqueológico de Cástulo dirigidas a guías turísticos, y que han finalizado este martes con un acto celebrado en el Museo Arqueológico de la ciudad. Una acción que tiene por objetivo a ofrecer información de primera mano sobre el yacimiento de la antigua ciudad íbero romana situada en Linares.

José Ayala, delegado territorial, ha participado en la clausura y entrega de diplomas de este foro de formación e información que, como ha explicado “no sólo ha estado abierto a la discusión en el seno del propio equipo que conforma Cástulo, sino que también sirven para difundir las conclusiones de los trabajos más recientes realizados en el enclave”. Durante dicho acto, el delegado ha estado acompañado por el profesor José Ramón Ayaso, de la Universidad de Granada, investigador del judaísmo peninsular durante la Antigüedad y la Edad Media, quien ha impartido la conferencia “Unidad y diversidad de judaísmo hispano”.

A lo largo de la formación, los participantes de estas jornadas han podido conocer de primera mano los resultados de la recientemente concluida campaña de excavación ‘Cástulo, Sefarad: Primera Luz’. Los guías turísticos han podido observar los vestigios que han visto la luz tanto en el propio yacimiento arqueológico como los ya expuestos en el Museo Arqueológico de Linares.

Además de la entrega de certificaciones y diplomas al alumnado de las jornadas, este acto ha servido para homenajear a los más de voluntarios que han participado en la última campaña de excavación, tanto con trabajo de campo como en el laboratorio. Ayala ha agradecido “el esfuerzo realizado a la hora de colaborar de forma voluntaria para seguir descubriendo los tesoros que Cástulo guarda y que configuran nuestro legado y nuestra historia”. Voluntarios que proceden tanto de la Asociación de Voluntariado y Promoción Cultural “28 de febrero”, como de la Universidad de Jaén.
(Fuente: Hora Jaén)

23 de septiembre de 2024

Hallan el tesoro que ocultó en Toledo una familia judía al huir

El descubrimiento ha salido a la luz en un solar de la Cava Baja, en plena Judería toledana. Se trata de vasos, copas, jarras y lámparas que formarían parte de una vajilla doméstica de lujo. Junto a este valioso ajuar, también aparecieron unas doscientas piezas de vidrio en forma de tapón o de dedal que formaban parte de telares en los que se fabricaban ricas telas de seda.
Doscientos 'cojinetes' de vidrio que formaron parte de un telar donde se fabricaban ricas telas. Jorge de Juan

La historia de una ciudad como Toledo está tejida con los hilos de la memoria y con las evidencias que los vestigios revelan, a veces de forma inesperada. Es el caso de un solar situado en la Cava Baja, en plena Judería.

Honorio Martín, el promotor de un edificio de nueva planta de cinco viviendas situadas en las faldas del cerro Virgen de Gracia, sabía por los estudios previos que la parcela presentaba una potencia de escombros que rondada los dos metros de altura.

Pero lo que no imaginaba es que todas esas toneladas de material de derribo y de cascotes, de las que nunca se olvidará Fernando Martín, el jefe de obra, ocultaban las trazas de una vieja vivienda bajomedieval y los indicios de una huida precipitada, que el arqueólogo Rafael Caballero empezó a reconstruir un 18 de agosto de 2021.

Ese día el cazo de una excavadora, manejada por un operario llamado Beltrán, dejaba al descubierto el inicio de un arco de ladrillo de un espacio abovedado que llevaba más de dos siglos escondido. Se trataba del sótano de una vivienda de una familia pudiente de la comunidad sefardí del Toledo bajomedieval de los siglos XIV y XV.

No sabemos nada de su identidad, pero lo que el minucioso trabajo arqueológico ha descubierto es que la expulsión de los judíos, decretada por los reyes católicos en 1492, fue para ellos un hecho traumático que les obligó a emprender un viaje de no retorno en el que tuvieron que desprenderse de algunas de sus pertenencias más valiosas, no sin antes asegurarse de que no iban a ser disfrutadas por nadie.

Para ello decidieron tirarlas en un aljibe, que apareció colmatado de escombros y sobre el que se hizo una rigurosa excavación arqueológica en el que se analizaron todos los estratos. Un arduo trabajo que sólo fue posible gracias a la colaboración de Casas del Casco, la promotora de la obra, la dirección facultativa y la dirección arqueológica.

En el nivel más profundo, que data de finales del siglo XV o principios del XVI, y que presentaba una composición fangosa de algo más de un metro de espesor se recuperaron abundantes elementos óseos de fauna. Entre ellos predominan los de ovejas y cabras. También se documentaron restos de roedores, pajarillos y caparazones de tortuga, espinas de merluza, cáscara de huevos y pimienta negra. E incluso semillas de melón, que tal vez pudieran plantarse seis siglos después.

Pero los lodos del aljibe también ocultaban grandes tesoros arqueológicos. Entre ellos vasos, copas, jarras y lámparas que formarían parte de una vajilla doméstica de lujo. Su aparición en el fondo del aljibe hace suponer a los arqueólogos que sus dueños prefirieron romperla y tirarla dentro del aljibe antes de que pasara a manos cristianas.

Junto a este valioso ajuar, también aparecieron unas doscientas piezas de vidrio en forma de tapón o de dedal que formaban parte de telares en los que se fabricaban ricas telas de seda.

Además, junto a estos elementos fabriles llamados ‘cojinetes’, que estaban acoplados al torno con el que se realizaba el torcido de los hilos de seda, se recuperó el huso de una rueca en hueso decorado, que conservaba los restos de la varilla de madera en la que estaba embutido. Su hallazgo en el fondo del aljibe hace suponer a los arqueólogos que sus dueños prefirieron romper y tirar tanto la vajilla como el telar dentro de este depósito de agua antes de que pasara a manos cristianas.

“Algunas muestras, gracias al proyecto de investigación Glass Centers, financiado por el Programa Horizon 2020 de la Unión Europea, se han podido mandar a laboratorios de Chicago para saber si los vidrios son de importación o están fundidos aquí. Si se comprobara que son toledanos sería un gran descubrimiento puesto que en esta época sólo se tiene constancia de fundiciones en la localidad madrileña de Cadalso de los Vidrios”, explica el arqueólogo Rafael Caballero, que ha trabajado en este solar.

Además, su valor histórico y arqueológico aumenta por el hecho de que sólo se conservan piezas similares a estas en Granada, aunque provienen de un telar nazarí.

Alberca, aljibes y pileta de baño
Pero esta vivienda bajomedieval -que quedó deshabitada tras la orden de expulsión de los judíos hasta mediados del siglo XVI, cuando un cristiano de alcurnia, probablemente el Conde de Portalegre, utilizó el solar para edificar parte de su palacio- también esconde un singular circuito cerrado de circulación de agua.

Se trata de dos aljibes para el abastecimiento de agua con sus correspondientes bocas o brocales y sin conexión entre ellos, lo que impedía que el agua se mezclase entre ambos depósitos.

El primero de ellos, de planta cuadrada, tenía asociada una tubería de barro pequeña, para hacer presión, que vertía a una alberca.

Esta poza, a través de un pequeño aliviadero, desaguaba en el segundo de los aljibes, que tiene forma de L y envuelve por dos caras al primero. En este último fue donde se hallaron tanto los cojinetes del telar con la vajilla de vidrio.

En el patio de esta casa señorial judía repleta de secretos, que pueden ser el detonante de nuevas leyendas toledanas, también se ha podido catalogar un tercer aljibe asociado a una cubeta rectangular con un peldaño en la que cabe sentada una persona. “Da toda la sensación de que se trata de una pileta de baño o de lavado que se usaban para lavar las manos, los pies o incluso los instrumentos”, explica Caballero. Y su importancia es capital porque este tipo de elementos es la primera vez que se documenta en Toledo.

Integrar el pasado en el presente
Pero si sorprendente es la historia que cuenta esta mansión bajomedieval, lo es también el mimo que tanto ‘Casas del Casco’, empresa promotora y constructora y el arquitecto del proyecto, Benjamín Juan, del estudio ‘Arquitectos San Lorenzo 8’, han desplegado para que en un mismo espacio el pasado pueda coexistir con el presente.

Así la superficie construida que en el proyecto original era de 500 metros cuadrados se ha ido incrementado conforme se han ido incorporando los restos arqueológicos. Y es que el subsuelo y los restos que atesora se han incorporado a tres de las cinco viviendas proyectadas aportándolas un claro valor añadido y espacios que recuerdan la intrahistoria de Sefarad y del Toledo judío.

Todas las viviendas, a las que se accede desde un patio común, cuentan con dos dormitorios, cocina, salón comedor, baño, aseo y, algunas de ellas, un despacho. “Y además todas han sido proyectadas para que cuenten con espléndidas vistas a San Juan de los Reyes, al valle y la zona de cigarrales, al campus de la Fábrica de Armas y hasta Parapléjicos”, explica Benjamín Juan.

Pero, en este caso, tan privilegiadas como sus vistas son sus sótanos en los que sus propietarios, nuevos vecinos del Casco, podrán seguir tejiendo historias como las que este solar acumula desde la Edad del Bronce.