google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Tartessos
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22 de junio de 2012

El yacimiento de La Orden ofrece nuevos datos sobre la vida tartésica en Huelva

El yacimiento del Seminario-La Orden abre una línea nueva de trabajo e investigación que permite ver cómo se desarrolló esta civilización tierra adentro, donde los arqueólogos comprueban que la agricultura de la vid juega un papel fundamental y donde vislumbran una forma de hábitat, los fondos de cabaña, que nada tiene que ver con las conocidas edificaciones urbanas.
Detalle de la excavación del fondo de la cabaña
de época tartésica en el yacimiento de La Orden-Monasterio.
Foto: Huelva Información.
La vida rural en la Huelva tartésica se pone de relieve en la excavación arqueológica de La Orden-Seminario. El descubrimiento de unos fondos de cabañas ofrecen datos reveladores de cómo estaban relacionados con la explotación de las vides, que debían mantener relación con la ciudad y la mina al encontrarse, además, junto a una vía clave de entrada a la ciudad como es la que venía desde La Ribera hacia el trazado actual de Santa Marta, para conectar la ciudad de los cabezos y la zona portuaria.

El Ciclo Jóvenes Historiadores, una iniciativa organizada por la Concejalía de Turismo dentro de la programación del Centro de Visitantes Puerta del Atlántico, continúo ayer desvelando secretos de la Huelva de la Edad de Bronce, gracias a los testimonios que ha dejado esta excavación. La historiadora Cristina López Cabot descubrió ayer la existencia en la época tartésica de los siglos VII y VI antes de Cristo de una Huelva rural, no muy lejos del ámbito de la urbana ubicada en torno a los cabezos, que se sustentaba en el cultivo de las vides.

Cristina López Cabot destaca que la novedad está en el hecho que nos encontramos una cabaña, ya que hasta ahora lo que se ha investigado correspondía a habitantes de capas altas. La vivienda, es de tipo viabsidiada que se puede poner en relación con otras de Italia y el Mar Negro, del centro y occidente mediterráneo, ofrece nuevos datos sobre Huelva.

Se ha encontrado enterrados cuatro individuos adultos. En uno de ellos se detecta hiperplatimería, producto de una gran carga de trabajo. Esto lo interconexiona con otras zonas de la excavación en la que se estudia el cultivo de la vid, de la que destaca la importante documentación que aporta a diferencia de la zona urbana de Huelva donde se ha sufrido el desmonte de los cabezos y con ello pérdida arqueológica. Hasta ahora "sabemos cómo se comportaba la ciudad en cuanto al puerto, pero aquí se abre la relación del abastecimiento de la zona rural con la ciudad y, probablemente, con la mina y el resto del mediterráneo", señala López Cabot.

Así las investigaciones realizadas en los últimos años en el subsuelo de la capital nos habían permitido conocer una Huelva tartesía que destacaba por sus instalaciones metalúrgicas y portuarias. Sin embargo, ahora López Cabot ofrece los primeros datos de otros asentamientos no muy lejos del núcleo urbano vinculados a los cultivos de vides, donde se asentaban los encargados de estos cultivos y los temporeros en cabañas, con una estructura de trabajo muy similar a la que se aplican hoy en las viñas.

El yacimiento del Seminario abre una línea nueva de trabajo e investigación que permite ver cómo se desarrolló esta civilización tierra adentro, donde los arqueólogos comprueban que la agricultura de la vid juega un papel fundamental y donde vislumbran una forma de hábitat, los fondos de cabaña, que nada tiene que ver con las conocidas edificaciones urbanas. 


¿Mestizaje con fenicios?
La vivienda cuenta con el enterramiento de cuatro individuos adultos, se trata de un inhumación secundaria, ya que la putrefacción se ha realizó en otro lugar. Son fosas debajo del suelo de la vivienda de cabaña, que hace pensar en un culto a los antepasados, o el mantener generaciones antiguas en el lugar donde vive", señala. La documentación aportada en la excavación hace pensar a la arqueóloga que pueda haber aquí un mestizaje entre fenicios y la población autóctona.

De esta manera, Cristina López Cabot profundiza en aspectos poco conocidos del Bronce Final onubense a través del estudio realizado de los fondos de cabañas encontrados. Y es que, a pesar del carácter deleznable de estas construcciones con más de 2.500 años de antigüedad, la ocupación continuada de estas primitivas chozas deja una serie de residuos arqueológicos en el terreno de gran utilidad a la hora de aportar nuevos datos sobre las actividades que tenían lugar en el entorno inmediato del enclave portuario de la antigua Onoba.

Con este coloquio concluye la primera parte del Ciclo 'Jóvenes Historiadores Onubenses' que ha estado dedicada al yacimiento arqueológico La Orden-Seminario. Estas charlas se retomarán después del verano para tratar los hallazgos de los últimos años en las diferentes actuaciones operadas en otros puntos de la ciudad, especialmente en el casco histórico.

16 de abril de 2012

«Jaén va a tener una red arqueológica ibera realmente extraordinaria»

Arturo Ruiz, director del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica (CCAI), asegura que los últimos hallazgos en el oppidum de Puente Tablas han cambiado la historia que conocíamos de los iberos.
Arturo Ruíz, director de Centro Andaluz de Arqueología Ibérica (CCAI).
Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Jaén, Arturo Ruiz es desde el año de su creación, 1998, director del Centro de Andaluz de Arqueología Ibérica (CCAI), un organismo dependiente de la institución universitaria jienense que es el culpable de la mayor parte de los descubrimientos en torno a los iberos que los últimos tiempos se han hecho en la provincia. En torno a una veintena de personas trabajan en este centro donde el tiempo con frecuencia se detiene en torno a los restos de una vasija de barro o, como ocurre actualmente, en torno a una diosa ibera.

-Debe ser apasionante dirigir un centro así en una provincia como la de Jaén
-Lo es. En realidad, son varias provincias las que acumulan los mayores conjuntos patrimoniales de época ibérica. Estaríamos hablando de Alicante, Valencia, Murcia, Albacete, Jaén, Córdoba y Granada. Pero sí es cierto que en nuestra provincia ha habido un enorme desarrollo de la investigación en los últimos 30 años, fruto del propio CAAI y también de otras universidades. Jaén es el referente de los ibéricos a nivel internacional, aunque también aparezcan restos en las provincias vecinas, pero ninguna con la variedad de la nuestra.

-Lo último que hemos conocido del trabajo del CAAI está en el oppidum de Puente Tablas, ¿dónde radica la importancia de lo hallado allí?
-Ha sido lo más espectacular de los últimos tiempos. En el marco del Viaje al Tiempo de los Iberos, la Diputación nos propuso hacer una intervención en Puente Tablas para convertirlo un poco en el referente de lo que es una ciudad ibérica, ya que en Andalucía no hay muchos casos excavados. Se hizo un proyecto de restauración y hemos estado excavando desde mayo del año pasado, primero el palacio, que ha sido extraordinario porque tiene unas características que no se conocían en toda el área ibérica y que recuerda mucho a los palacios que se cuentan en Odisea de Homero. Luego, en el mes de septiembre, comenzamos con la puerta, que ha sido una auténtica sorpresa, ya que son varias puertas superpuestas y una de ellas tiene un valor añadido, al ser la única puerta que está absolutamente orientada al Este y con una estela de una diosa que es iluminada por el sol durante los días del equinoccio de primavera, todo un culto la fecundidad.

-¿Seguirán excavando allí?
-Seguramente en mayo o junio volveremos otra vez, ahora lo que queremos es definir muy bien el espacio abierto en el que está la diosa con objeto de que se pueda ya anualmente experimentar el momento de la llegada del sol de primavera a la diosa y ver cómo la ilumina. Al mismo tiempo, estamos también estudiando todo este mundo religioso ibero que desconocíamos bastante. La verdad es que ha sido un descubrimiento que ha cambiado para siempre el concepto de Puente Tablas, que sobre todo era conocido por las fortificaciones y porque tenía un urbanismo muy ordenado.

-Aunque Puente Tablas sea ahora mismo el más importante, ¿qué otros trabajos lleva a cabo el CCAI?
-Algunos son muy conocidos, como el tema de la Batalla de Baécula, cuya primera fase terminamos con el congreso que se hizo el pasado mes de noviembre y ahora vamos a comenzar con la segunda. Por otra parte, estamos trabajando también en Cástulo, más en la parte romana. Asimismo, estamos estudiando en laboratorio dos excavaciones de las que hemos hecho en los últimos años, que son la Noria en Fuente Piedra (Málaga), que es una necrópolis tarteso-ibérica, de túmulos. Y también estudiamos Piquía, que es la necrópolis ibérica de Arjona, y en Tútugi, en Granada, donde hay una necrópolis ibérica.

-¿Y en cuánto a investigación?
-A nivel nacional, tenemos un proyecto para articular en red una serie de grupos que trabajan en arqueología, tanto en materia de conservación como de investigación. También hay otro proyecto de Química de I+D nacional, en el que se sigue desarrollando la línea que tenemos de Química y Física aplicada a la arqueología. Y también tenemos un proyecto para intervenir en Giribaile, en Vilches, aunque estamos a la espera de que venga el dinero. Y a nivel europeo tenemos dos proyectos para exportar todo lo que tenemos en 3D en el centro a una página web europea, que va a tener toda la cerámica ibérica que ha aparecido en Jaén, más de un millar de piezas.

-¿Ha crecido mucho en los últimos tiempos el patrimonio arqueológico ibérico de la provincia de Jaén?
-Ha crecido muchísimo, la ventaja que tiene el patrimonio ibérico en Jaén es que es muy rico, conforme más investigas, más posibilidades tienes de conocer nuevos sitios a través de la prospección. En 1989, teníamos 545 yacimientos en la provincia, hoy día puede rondar el millar perfectamente.

-¿La sociedad jienense es consciente de todo el patrimonio ibérico que hay en la provincia?
-Cada vez más, por suerte hay mucha gente que me para por la calle y me pregunta por los últimos hallazgos de los que ha oído hablar, también cuándo los van a poder ver ellos, algo fundamental. En el caso de Puente Tablas, yo creo a finales de este año tendrá el Centro de Recepción de Visitantes y se habrá hecho la restauración, se habrá convertido en uno de los sitios visitables más importantes.

-¿Considera que se hace el tratamiento adecuado con los restos arqueológicos cuando se construyen nuevos edificios?
-Ahora, ya por fin, sí. Quizás no se aplique por igual en todos los pueblos de la provincia, pero en Jaén, el caso de Marroquíes Bajos ha sido muy pedagógico, hay un protocolo que funciona normalmente bien.

-En el caso del parking provisional que se habilitó en el Bulevar, hubo cierta polémica porque no se tuvo en cuenta que podía haber restos, ¿se hizo mal?
-Sí, porque siempre hay que hacer la excavación, aunque se remueva poco, aunque parezca que no va a afectar a nada, incluso aunque se haga aporte de tierra, siempre hay que hacer un informe arqueológico. Ahora, por ejemplo, me preocupa lo que queda del antiguo campo de fútbol porque tiene que haber restos arqueológicos que hay que excavar también. Por suerte, tenemos una ciudad con muchos yacimientos arqueológicos, que espero que algún día sean visitables, pero para ello hay que hacer un buen tratamiento. Está claro que es lento y costoso y que necesita de inversión, pero el turismo es de lo poco que se mantiene relativamente bien, por lo que merece la pena.

-Hablando de turismo, ¿el Museo de Arte Ibero, cuando esté concluido, será un revulsivo?
-Es la joya del patrimonio arqueológico ibérico. Estarán en él dos de los conjuntos arqueológicos de escultura más importantes de España, como son El Pajarillo y Cerrillo Blanco. Ya partiendo de ahí, si le vamos sumando todo lo que vamos conociendo de yacimientos, urbanismo, palacios, santuarios, cultos, exvotos, etc., será un punto de referencia internacional. Y encima si se le articula el Viaje al Tiempo de los Iberos haciendo que sea una red territorial y que se puedan visitar también los inmuebles donde aparecieron los restos que estarán expuestos en el museo, puede ser un ejemplo muy interesante.

-El consejero Paulino Plata hablaba de que se querían traer colecciones externas, ¿es necesario que haya colecciones de fuera además de las de Jaén para que el Museo tenga mayor prestigio?
-Yo participé en un recorrido de todos los museos andaluces para ver qué material podía venir y la conclusión primera que saqué es que lo más importante ya lo tenemos aquí. Luego hay conjuntos de materiales que proceden de Jaén y están fuera, por ejemplo, los exvotos ibéricos que están en Madrid, en el Museo Arqueológico Nacional. Yo creo que eso se podría traer. Y luego creo que es un ejercicio de salud que vengan materiales de otras provincias, que a veces son reintegraciones de materiales de Jaén, como el toro de Arjona, que está en el Museo de Granada. Es bueno que se tome conciencia de que este no es sólo el Museo Ibérico de Jaén, sino de toda la cultura ibérica de Andalucía, por lo que debe haber cosas de Granada, Málaga y Córdoba. De fuera de Andalucía es más difícil porque cada comunidad autónoma administra sus bienes, pero tampoco hay que destacar visitas temporales, como la Pátera de bronce de Santisteban del Puerto, que está el Arqueológico Nacional.
(Fuente: Ideal / Mónica Lopera)

12 de abril de 2012

Denuncian el abandono del yacimiento tartésico de El Carambolo (Sevilla)

La Asociación Los Dólmenes denuncia que el yacimiento tartésico sevillano se encuentra en estado de dejadez y destrucción.
Estado del Carambolo en las proximidades de Sevilla.
Así lo aclara la Asociación Los Dólmenes, la cual ha emitido una queja-denuncia a la Delegación Provincial de Sevilla de la Consejería de Cultura y al Ayuntamiento de Camas. En el escrito se detalla que el yacimiento arqueológico se encuentra en un grave estado de abandono, y que “no se han llevado a cabo las medidas de protección y conservación obligadas para una actividad arqueológica”.

La Asociación ha decidido acometer esta denuncia debido a la información dada por un anónimo con la que se pudo comprobar el mal estado de conservación del yacimiento, el cual ha quedado relegado, según la Asociación, a “ser permanentemente una escombrera y basurero, en la que se acumulan restos de botellas rotas y bolsas de plástico”, convirtiendo al yacimiento en un espacio vulnerable desde que se realizaran las últimas campañas de excavaciones arqueológicas.

La situación ya fue denunciada en octubre de 2009 por la misma asociación, desde la cual se afirma que “hasta la fecha no ha habido respuesta al escrito por parte de las administraciones implicadas”. Con la actual queja, esperan “que se acometan las medidas necesarias para frenar el proceso de deterioro y abandono del Cerro del Carambolo, así como que se realicen actuaciones de protección y custodia del yacimiento”.

28 de mayo de 2011

Cancho Roano: El lugar de los tartesos


El templo de Cancho Roano es uno de los yacimientos más importantes de Extremadura. Situado a diez kilómetros de Zalamea de la Serena, da una lección de historia sobre el mundo tartésico.


El hallazgo del yacimiento de Cancho Roano, oculto bajo un túmulo de tierra, se produjo en torno a los años 60, cuando la finca de Cancho Roano se parceló y se vendió a varios vecinos de la localidad. Estos hallazgos fueron puestos en conocimiento de las autoridades, iniciándose años después los trabajos de excavación que se prolongarían hasta la década de los 90. El gobierno autonómico concedió al yacimiento la declaración de Bien de Interés Cultural al considerarlo como el emplazamiento arqueológico más importante de Extremadura; así mismo en 1986, fue declarado Monumento Nacional.
Vista aérea del yacimiento de Cancho Ruano.
Una vez excavado, Cancho Roano fue valorado, consolidado y protegido por una cubierta capaz de resguardar los restos de los agentes meteorológicos. En sus inmediaciones fue construido un Centro de Interpretación donde al visitante se le ofrecen las claves para comprender este singular enclave.
El yacimiento de Cancho Roano, se localiza en la finca del mismo nombre, sobre un montículo o túmulo denominado Torruca, en una zona de suave elevación rodeada de encinas y junto un pequeño curso de agua, el arroyo Cigancha, que se caracteriza por mantener su caudal durante todo el año. El lugar está delimitado por pequeñas cadenas, montañosas dotado de un suelo apto para la agricultura.
El yacimiento permaneció ocupado del siglo VII al IV a. C. En esta amplia cronología pueden establecerse varias fases. Los restos más antiguos del yacimiento se constatan con la presencia de una sencilla construcción de una cabaña de forma oval excavada en la roca y realizada con piedra y adobe, fechada en los inicios del Período Orientalizante (siglo VII a. C.)
A esta construcción inicial, le suceden tres edificios o santuarios, que confirman el carácter sagrado del enclave en la zona. Un lugar relativamente alejado de la ruta principal hacia el Guadiana y las tierras del sur, por la que se extiende de un modo rotundo la cultura tartésica.
El edificio más antiguo es el denominado Santuario Orientalizante, descubierto en 1993, que se construye amortizando los restos de la arruinada cabaña primitiva. Se fecha esta edificación entre finales del siglo VII e inicios del siglo VI a. C., coincidiendo con el auge de la cultura tartésica. Su construcción se caracteriza por estar realizada sobre un zócalo de piedras trabadas con barro y cubierto con un enlucido blanco a base de caolín. Sobre este zócalo se levantan las paredes de adobe también enlucidas de blanco.
Reconstrucción virtual del santuario Tartessico de Cancho Ruano.
Los suelos eran de arcilla de color rojo. De este edificio sólo ha llegado la habitación principal del mismo, denominada H-7, donde se desarrollaba el culto. Se trata de una estancia rectangular, dividida por un muro transversal, a la que se accedía a través de un vano y en cuyo interior se documentan en un extremo una estructura escalonada y en el otro un vasar con orificios para depositar las ofrendas y objetos rituales. En el espacio central apareció un altar redondo que remata en forma de triángulo, realizado con piedras pequeñas revestidas con barro y enlucido con una capa de arcilla roja.
Este santuario se destruyó posiblemente debido a las nuevas necesidades surgidas por el desarrollo y ampliación del culto que implicarían la construcción de un nuevo edificio de mayores dimensiones. En esta destrucción se realiza una gran plataforma muy uniforme sobre la que se construye un nuevo santuario.
Este nuevo santuario constituye la consolidación del culto y se construye a mediados del siglo VI a. C. y, en él se aprecian diferentes fases constructivas. Este edificio consta de tres cuerpos principales a los que se accede a través de una habitación rectangular. En la zona de entrada al edificio hay dos pequeñas torres que flanquean la puerta. Junto a la entrada se conserva un pozo y un foso que rodea todo el edificio. En la zona sur se disponen habitaciones que fueron utilizadas como almacén del santuario, mientras que en el sector Norte hay estancias donde se localizan hogares y altares que hablan de su función claramente religiosa.
Interior del yacimiento.

El espacio principal de este santuario es la denominada Habitación 7, lugar sagrado del complejo, que se superpone a los restos de esta misma estancia en el santuario primero. También conserva un altar realizado con ladrillos de adobe y enlucido de cal.
Además se documentan otras estructuras que ponen de manifiesto su carácter sagrado; allí se dispone una plataforma donde se acomodaría la élite social y sacerdotal. La existencia del pozo habla de la utilización del agua como elemento ritual indispensable en el culto.
Tiempo después, por razones desconocidas, este segundo edificio se destruye del mismo modo que los anteriores, para sobre él elevarse el tercer santuario. Este tercer edificio es conocido como el Palacio Santuario de Cancho Roano. Se trata de un edificio de planta cuadrada orientado al este y dotado de dos alturas. Se accedía por la entrada principal, localizada hacia el este, a través de dos torres que la flanqueaban, dando paso al patio. En esta entrada se localiza una estela de guerrero reutilizada y colocada a modo de escalón. Todo este complejo monumental aparece rodeado por un foso excavado en la roca natural.
Este foso completa un sistema defensivo integrado además por la terraza, las torres y las rampas. Presenta una planta en "U" formada por 11 habitaciones y un patio. La entrada se realiza a través de la habitación 1, que da paso al patio, donde se conserva un pozo, y al corredor o habitación 2, que se trata de un espacio transversal que da paso al resto de los ámbitos.
Las habitaciones 3, 4, 5 y 6 ubicadas al noroeste, fueron utilizadas para guardar los objetos de culto más delicados y para realizar labores relacionadas con el tejido.
Las habitaciones 8, 9 y 10, localizadas al suroeste, conforman el área de almacén del santuario, allí se localizaron numerosos recipientes cerámicos aptos para el almacenajes de productos. La habitación 11 presenta unas características constructivas diferentes, tales como la pavimentación del suelo con lajas de pizarra al igual que el zócalo, características que unidas a los restos materiales y elementos de prestigio hacen suponer la función de esta estancia como un espacio residencial del personaje principal del santuario.
La habitación 7 o espacio sagrado del santuario, es el lugar más importante del edificio, pero no se conserva en la visita actual al edificio. Destacaba esta estancia por la aparición de un pilar de forma cuadrangular realizado en adobe y ubicado en el centro de la misma.
Las habitaciones perimetrales o capillas se organizan en torno al edificio, son un total de 24 estancias, seis en cada sector del mismo. Están separadas del edificio principal por un pasillo perimetral que facilitaba la comunicación entre ellas.
(Fuente: El Periódico de Extremadura)