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27 de mayo de 2016

Documentan 20.000 piezas de valor arqueológico en el castro Alobre, en Vilagarcía (Pontevedra)

Entre ellas hay 240 piezas de bronce y destacan elementos para el cabello, restos de un anillo, colgantes, hebillas de armaduras o fragmentos de cerámicas de diferentes épocas y procedencias. También hay un denario de plata y un as del emperador Augusto.
 La cronología de estos materiales abarca desde el siglo I antes de Cristo al III después de Cristo.
Con las excavaciones a punto de concluir, la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, y el alcalde de Vilagarcía, Alberto Varela, visitaron el Castro Alobre para firmar, in situ, un convenio de colaboración que permitirá continuar la puesta en valor del yacimiento con cerca de 152.000 euros. Diego Piay, arqueólogo que dirige los trabajos, dijo que los resultados de las excavaciones, "superaron nuestras expectativas".

400 AÑOS DE OCUPACIÓN DEL CASTRO
Los trabajos, que abarcan 454 metros cuadrados dentro de un terreno de más de dos hectáreas de superficie, permitieron sacar a la luz alrededor de 20.000 piezas de valor arqueológico, entre ellas 240 elementos de bronce "en gran estado de conservación". Alfileres, monedas varias como un as de Augusto -emperador romano que gobernó entre el año 27 antes de Cristo y el 13 después de Cristo- o un denario de plata "poco habitual en Galicia", elementos para el cabello, restos de un anillo, colgantes de bronce, hebillas de armaduras o fragmentos de cerámicas de diferentes épocas y procedencias. La cronología de estos materiales abarca desde el siglo I antes de Cristo al III después de Cristo, "400 años de ocupación" del castro en los que se acometieron diversas reformas que se perciben en los restos desenterrados, explica el arqueólogo Piay.

El poblado original se remonta a la última fase de la Edad del Hierro. Destaca "un sorprendente depósito de conchas que tapa las estructuras de época castrexa" y se extiende por todo el entorno, lo que "nos lleva a pensar que había un basurero castrexo que, en una época posterior, fue desplazado cubriendo el castro. Algo pasó" en el recinto y podría estar relacionado "con las conquistas romanas del noroeste" peninsular. Con posterioridad se construyeron estructuras de época romana. Tres de ellas forman "un hipocausto, una especie de suelo radiante" que funcionaba a base de aire caliente. Otra de las construcciones está identificada como la zona de cocina y todavía quedan por determinar la función y la cronología de varias estructuras, lo que se reserva para futuras prospecciones. Porque los "impresionantes" resultados de esta campaña "nos obliga a continuar excavando" y seguir sacando a la luz los tesoros ocultos de este recinto.

HABITADO EN LOS SIGLOS IV y V
Lo que sí está claro que el Alobre todavía estaba habitado entre los siglos IV y V y que el asentamiento tenía una gran vocación comercial, ya que se han identificado restos de morteros béticos, material púnico, cerámicas itálicas y otros elementos procedentes del área mediterránea. "Había un intercambio comercial muy fluido al tratarse de un asentamiento portuario", confirma Diego Piay.

PEQUEÑO "MUSEO" BAJO UNA CARPA
Con las piezas "más significativas" procedentes de las excavaciones el equipo de arqueólogos ha improvisado en el propio recinto del castro un pequeño museo bajo una carpa. Después "se llevarán a restaurar para que no se deterioren" y el alcalde, Alberto Varela, apuntó la posibilidad de exponerlas en el centro de la ciudad para que sean más accesibles a la ciudadanía vilagarciana.

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