En campañas anteriores los arqueólogos encontraron fragmentos de jarras de almacenamiento, elementos de atuendo, collares y restos de huesos humanos de entre 1.000 y 5.000 años de antigüedad. Esta vez, además, sorprendentemente han encontrado dos fragmentos metálicos "algo muy poco habitual en la prehistoria en Cataluña".
Los investigadores consideran que este yacimiento forma parte de una quincena de cuevas prehistóricas del Penedès-Garraf que fueron utilizadas por un mismo grupo de personas. |
RESTOS DE JOYERÍA Y COMPLEMENTOS DE ARMAS
Ha sido durante los últimos trabajos de excavación, realizados este mes de abril cuando los arqueólogos han descubierto restos de metal que corresponden a joyería y complementos de armas. Los mismos investigadores consideran que este yacimiento forma parte de una quincena de cuevas prehistóricas del Penedès-Garraf que fueron utilizadas por un mismo grupo de personas.
El equipo de arqueólogos, adscrito a la Universitat de Barcelona, ha explicado que, durante las dos campañas de excavación hechas en Cunit hasta ahora, han podido localizar fragmentos de jarras de almacenamiento, elementos de atuendo, collares y restos de huesos humanos de entre 1.000 y 5.000 años de antigüedad. Esta vez, además, sorprendentemente han encontrado dos fragmentos metálicos, lo cual es poco habitual porque «en la prehistoria catalana, la introducción de elementos de metal, tanto de bronce como de cocer, es una introducción tardía» si se compara con el resto de la Península Ibérica, según afirma Artur Cebrià, codirector de la excavación, junto con Xavi Homs y Mireia Pedro.
Cebrià ha recordado que «el metal, antes de la época ibérica, era un elemento raro, caro y aristocrático», y por este motivo tampoco se han localizado muchos ejemplares. Hasta la actualidad, según constatan los investigadores, en la zona del Penedès-Garraf sólo se han localizado ocho pequeños elementos metálicos de hace más de 3.000 años.
RED DE YACIMIENTOS
Una vez analizados los últimos hallazgos del yacimiento de Cunit, Artur Cebrià tiene indicios de que se trata de una cueva incluida en una «red de yacimientos que van desde Castellet en Calafell, pasando por Cubelles y Cunit», lo cual sospechan que se podría entrelazar con los yacimientos de la zona superior del Penedès, cercana a la comarca de l’Anoia.
Respecto el uso de estas cuevas, los arqueólogos concluyen que todas tenían el mismo tipo de funcionalidad: «si son oscuras, se utilizaban para servicios de almacenamiento porque tienen una temperatura constante y las bacterias no actúan, y también se usaban como lugar de entierro», dice Cebrià, quien añade que, en cambio, las cavidades sí que se usaban a menudo como lugar de habitación.
Teniendo en cuenta la ubicación de los yacimientos localizados, los investigadores consideran que eran asentamientos utilizados por un mismo grupo de personas que tenían «una movilidad estacional de entre 30 y 40 kilómetros» y que se movían por el entorno del río Foix.
(Fuente: Diario de Tarragona)
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