Hasta la fecha, el dato más antiguo obtenido por el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) se remonta a hace 1.200.000 años.
A este centro -- uno de los más avanzados en la materia a nivel mundial -- llegan muestras de los yacimientos de Atapuerca, Orce o, incluso, del Norte de África.
Para saber la edad de un fósil, el primer paso es averiguar la edad del suelo donde es hallado. Bastan diez centímetros cúbicos de sedimento para que los magnetómetros detecten la orientación de las partículas de óxido de hierro. A 269 grados bajo cero, este sofisticado instrumento ofrece una fecha aproximada.
"Si encontramos sedimentos cuyos óxidos de hierro apunten hacia el sur sabemos automáticamente que tienen una antigüedad superior a los 780.000 años", explica Joseph María Parés, coordinador de los programas de geocronología del CENIEH.
Mathieu Duval, uno de los científicos integrados en el centro, añade que "desde aquí podemos datar hasta el Pleistoceno Inferior. Es decir, las primeras ocupaciones humanas en el continente europeo".
Hasta la fecha, el dato más antiguo obtenido por el CENIEH se remonta a hace 1.200.000 años.
(Fuente: Radio Televisión de Castilla y León)
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