El vigente Plan Director de la restauración de la Catedral de Tarazona (Zaragoza) ha realizado numeroso hallazgos siendo de especial importancia los pictóricos. Gracias a las pinturas del tambor del cimborrio, la Catedral de Tarazona se ha ganado el sobrenombre de “Capilla Sixtina del Renacimiento español”.
Cimborrio de la catedral de Tarazona. |
Pinturas del tambor del cimborrio. Son un conjunto de figuras humanas desnudas, colocadas por parejas en cada uno de los ocho lados del cimborrio. Cada pareja representa el combate entre la Virtud y el Vicio, a través de personajes que aparecen en la Biblia y en la mitología griega. Son grisallas de 1546 que sobrevivieron al Concilio de Trento (que aprobó un ‘Decreto sobre las imágenes’ que las prohibía) al ser revestidas en el siglo XIX por una capa de pintura que imitaba los sillares del interior del cimborrio. Según la historiadora del Plan Director, Carmen Gómez Urdáñez, “no existe nada igual en España, y en Europa solo se pueden encontrar obras semejantes en cámaras privadas. No hay ninguna catedral que en su cimborrio tenga representadas figuras humanas con una desnudez tan elocuente”.
Revestimientos del templo imitando sillares. La restauración de la catedral de Tarazona es un referente en Europa sobre el estudio de los revestimientos de los paramentos, ya que conserva los de los siglos XIII, XV y XVI.
Decoración en los ventanales de la capilla mayor. A cada lado de las ventanas situadas encima del triforio se han descubierto pinturas de santos y motivos ornamentales realizadas en grisalla.
Vidrieras realizadas con alabastros policromados. Todos los ventanales de la Catedral, incluidos los del cimborrio, se encontraban decorados y de esta forma se conseguía que la luz se tamizara. Al ser alabastro pintado y no vidrieras emplomadas, la luz entraba todavía más directa en el interior, consiguiendo un efecto muy especial.
Una de las pinturas recuperadas en el cimborrio. |
Policromía gótica en los pilares del altar y en la girola. Anteriores restauraciones sacaron a la luz varias pinturas góticas ocultas en el siglo XV. En los pilares del altar estas imágenes representan a Santa Ana, Santa Marta y la Fe. Dentro del antiguo sagrario de piedra hay una crucifixión de Cristo. Y también se encuentra un San Pablo en un pilar de la girola que da paso a la sacristía. Por su parte, en el transagrario había tres pinturas, pero la central se sustituyó. Las dos que quedan pertenecen a los bestiarios medievales: la de la derecha representa una mantícora (un ser de gran fortaleza que lanza púas con la cola) y la de la izquierda, un ibis (con aspecto semejante a las cigüeñas, picotea y acaba con las serpientes, es decir, con todo lo malo).
Pinturas de la bóveda del altar mayor. No son un descubrimiento propiamente dicho del último proceso restaurador, pero su limpieza ha permitido evidenciarlas. Gracias a ellas y a las pinturas del tambor del cimborrio, la Catedral de Tarazona se ha ganado el sobrenombre de “Capilla Sixtina del Renacimiento español”.
En arqueología
Los importantes descubrimientos arqueológicos realizados, tanto en el interior como en el exterior de lo que hoy es el edificio, han sido de gran relevancia, ya que han contribuido a darle un sentido histórico a su emplazamiento.
Así, las catas han evidenciado la existencia de un edificio semicircular del siglo IV, de una posible basílica tardo romana-visigoda y los restos de un ábside y capiteles románicos, entre otros hallazgos. Esto puede indicar que la Catedral se emplazó en un lugar destinado tradicionalmente a edificios importantes, sobre los que se edificó el templo de planta gótica que hoy conocemos. A los restos que se han encontrado fuera del edificio se les va a dar un tratamiento museístico.
Mosaico romano. En realidad, es el suelo de un edificio semicircular del siglo IV ubicado al lado del atrio. De hecho, uno de los pilares del atrio (siglo XVIII) está apoyado sobre el mosaico.
Baptisterio. Ya tardo romano o cristiano-visigodo, puede estar asociado al edificio semicircular junto al atrio.
Baptisterio tadoromano o visigodo de la catedral. |
Necrópolis tardo romana (siglo IV). Recinto funerario encontrado a los pies del templo y formado por lápidas y tumbas hechas con fragmentos de sillares y ladrillo romano.
Restos de una posible basílica. Encontrados en el interior de la Catedral, podrían pertenecer a un posible templo prerrománico hispano-visigodo.
Conjunto hidráulico medieval. En la parte trasera de la Catedral, la que da a las huertas, se ha descubierto un sistema de acometida de aguas de los siglos XVII y XVIII con el que se suministraba de aguas a los terrenos y a las dependencias del Cabildo anejas al templo. Actualmente, se ha convertido en un jardín hidrológico que da acceso a las visitas turísticas. Explica la construcción del edificio en un lugar rico en agua que da nombre a la Catedral, Santa María de la Huerta.
En arquitectura
Más que descubrimientos, durante esta última restauración en arquitectura se han resaltado los elementos más característicos de esta Catedral, una vez realizadas todas las labores de diagnóstico de los problemas de consolidación y estabilización de las estructuras.
Así, si por algo destacan las labores de restauración arquitectónica de los últimos años es por la recuperación de la catedral renacentista, encargada en 1546 a Alonso González. En realidad, se le encargó la sustitución del viejo cimborrio, que propició la renovación interior del templo.
El coro, desmontado en la restauración de 1984, también luce en la actualidad con todo su esplendor en el centro de la nave principal. Está formado por dos órdenes de asientos cuya decoración se concentra en el apoya manos. La reja que lo cierra es de la época barroca.
El cimborrio, totalmente mudéjar, es uno de los elementos más característicos de la Catedral. Sus grandes dimensiones (el edificio mide 21 metros hasta la clave y 45 hasta el chapitel del cimborrio, es decir, por sí solo dobla la altura del templo) han causado más de un problema a la estabilidad de la construcción. De hecho, fue el primer elemento que hubo de suspenderse en el aire mediante un complejo sistema en el proceso de restauración. Hoy, recuperado totalmente y con sus característicos colores blanco y verde es uno de los símbolos de Santa María de la Huerta. Destaca porque su cuerpo superior no es una linterna, sino una capilla, la de la Virgen del Cimborrio.
En música
El archivo musical ha sido totalmente restaurado. De hecho, en materia de música litúrgica, este archivo es el más importante de España en la época de los Reyes Católicos. En el archivo histórico y la biblioteca, alberga una colección de 170 manuscritos, numerosos pergaminos medievales, 258 incunables y un riquísimo archivo documental a partir del siglo XIV.
(Fuente: Agenciasic.es)
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