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26 de diciembre de 2010

Concluye la rehabilitación del teatro romano de Clunia, que de nuevo acogerá espectáculos en 2011

Después de tres años clausurado por las obras  ya se piensa en nuevas fases para la excavación del yacimiento burgalés.

Dos mil años atrás, en ese mismo lugar, la población de una de las principales ciudades de la Hispania romana situada al sur de la actual provincia de Burgos disfrutaba con frecuencia de espectáculos teatrales. Las ricas columnas corintias abrigaban la escena con mayor capacidad de toda la península Ibérica, para más de 9.000 espectadores. 
En el S. I dC. era el de mayor capacidad de la Península Ibérica.

Veintiún siglos después, y gracias al milagro de la arqueología, podemos experimentar de nuevo aquellas sensaciones. Los maestros clásicos ya pueden regresar cuando gusten.

El teatro de Clunia acaba de concluir un ambicioso proyecto de acondicionamiento que ha durado seis meses, ha costado más de 800.000 euros y permitirá que en el año 2011 las representaciones vuelvan a su escena original. El propio Julio Iglesias llegó a ofrecer un concierto para 5.000 personas en 2002, pero en los últimos tres ejercicios las actuaciones habían quedado desterradas a las mismas puertas del yacimiento, en la localidad de Peñalba de Castro (a 90 kilómetros de Burgos y 35 de Aranda de Duero) debido al paréntesis obligado para la realización de distintos trabajos.

Tras el puente de la Constitución ha quedado cerrado el Aula de Interpretación del recinto, que reabrirá en abril. Sin duda, la climatología adversa no es la mejor aliada para pasear por un gigantesco yacimiento de más de 100 hectáreas, y el día que DB realizó la visita a la meseta en la que se enclavaba la vieja ciudad solo una familia de Ciudad Real y una pareja de jóvenes de Bilbao compartieron el recorrido .

Y en el caso del teatro, las sensaciones son sorprendentes. «Hemos conseguido colocar al visitante de hoy en el mismo lugar en el que se situaban los espectadores romanos», apunta Miguel Ángel de la Iglesia, arquitecto y codirector de los yacimientos junto al arqueólogo Francesc Tuset. Una pasarela de madera permite recorrer todo el semicírculo por su parte superior sin pisar los restos originales, y varias escaleras conducen hasta el centro de la escena con un mínimo impacto visual.

Algunas planchas de cobre que irán envejeciendo completan las actuaciones, «que pretenden ser integradoras y reversibles, y que mantienen el original en su totalidad y recomponen la forma para poder salvarlo de la erosión», prosigue De la Iglesia. Se trata, en definitiva, «de que la gente reconozca el teatro tal y como hemos descubierto que era a través de las excavaciones, que se pueda conservar el espacio y usar para algunos espectáculos, lógicamente de forma limitada y con aforo controlado porque hablamos de un bien patrimonial delicado y no de un teatro cualquiera». Con todo ello, previsiblemente en el próximo mes de mayo volverán los actores al escenario y los espectadores a las gradas, a disfrutar de una acústica magistral rescatada del olvido. 

Desde 1994, cuando fue redactado el Plan Director, las administraciones públicas (principalmente la Diputación Provincial, pero también el Estado y en menor medida la Junta de Castilla y León) se han gastado 4,6 millones de euros en distintas campañas arqueológicas, de recuperación y conservación. Pero la recuperación de Clunia no ha acabado con la realizada en el teatro, ni mucho menos. El yacimiento «tiene muchísimo trabajo pendiente», explica el arquitecto, «y eso es muy bueno, porque en arqueología las prisas nunca son positivas y porque las futuras generaciones de investigadores podrán investigar con nuevas técnicas y conocimientos».

De hecho, la recuperación del espacio escénico es el fruto de los trabajos realizados a lo largo de los últimos 12 o 13 años y queda una segunda fase pendiente, quizás para 2011 o 2012 dependiendo de las posibilidades presupuestarias. En ella se actuará en la parte trasera del escenario, la que no ven los espectadores, donde bajo un pórtico se habilitará un anticuario cubierto en el que podrán contemplarse hallazgos de las excavaciones que ahora duermen en los almacenes de la excavación.

La inversión necesaria ha sido financiada en un 70% por el Ministerio de Fomento a través de su 1% Cultural, mientras el porcentaje restante ha corrido a cargo de la Diputación, propietaria de las instalaciones. 

El reto del Consorcio

Precisamente la institución provincial junto a la Universidad, el Ayuntamiento de Huerta del Rey, la Junta Vecinal de Peñalba de Castro, Caja de Burgos y Caja Círculo tiene ante sí la obligación de dar sentido al Consorcio formado el pasado mes de mayo, que por el momento no ha funcionado como ente autónomo por estar carente de presupuesto.

El panorama cambiará en 2011, pues el Consorcio ya manejará sus propios dineros y tendrá que asumir responsabilidades. El diputado provincial de Cultura, Borja Suárez, explica que habrá una transferencia presupuestaria desde la propia Diputación que mantendrá los mismos importes que durante el presente año. Y una de las primeras tareas será la elaboración de un nuevo Plan Director que otorgue continuidad al actual «para mejorar la infraestructura, aumentar el número de visitantes y llegar hasta la autogestión», apunta Suárez.

«El Consorcio será también una forma de hacer a la gente partícipe de lo que se hace en Clunia, implicar a más entidades e instituciones», confía De la Iglesia. De ese apoyo dependerá el futuro.

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