Las aguas de Ibiza, al igual que las del resto del archipiélago balear, esconden importantes yacimientos arqueológicos. El último hallazgo se ha producido esta semana en la zona del Botafoc del puerto de Ibiza, donde se están construyendo los nuevos muelles. Unos operarios que llevaban a cabo las labores de dragado recuperaron del fondo marino de la zona de obras un cañón y restos de maderamen la semana pasada. Tras tener constancia del hallazgo, la Autoridad Portuaria de Balears (APB) ha informado al Consell y como medida preventiva ante la posible aparición de nuevos restos, la dirección de la obra ha procedido a delimitar y proteger el área donde se han encontrado los materiales y continuar las obras de dragado a una zona alejada del área delimitada.
Los operarios que realizaron el descubrimiento, iban a bordo de la embarcación Santamar 222 y cumpliendo con lo establecido en materia de control arqueológico con el Consell Insular de Ibiza, se paralizaron los trabajos de dragado en esa zona y se trasladó la draga a otra área alejada de la anterior, de modo que los posibles restos sumergidos no se vieran afectados.
Debido a la paralización de los trabajos de dragado durante esta semana por causas meteorológicas, se ha procedido a dos inspecciones submarinas por parte de los arqueólogos responsables de la obra en las que se han encontrado más restos de madera pero no de armamento. Por este motivo, se delimitará la zona mediante el uso de boyas y se efectuarán en breve más inmersiones para establecer la posible existencia de más restos y su estado de conservación. El cañón, una posible culebrina de los siglos XVI o XVII, y el maderamen se encuentran actualmente sumergidos en agua salada a la espera de ser trasladados donde designe el Consell, según informa la Autoridad Portuaria
Dragado del Botafoc
La APB realiza desde el 5 de octubre las obras de dragado en la zona del Botafoc del puerto de Ibiza, siguiendo las prescripciones de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), de los requerimientos adoptados por el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco, reunido en Brasilia el pasado mes de julio, así como de las prescripciones del Consell en materia de arqueología.
Las principales medidas preventivas que se están llevando a cabo y que han sido comunicadas al Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco y de acuerdo con el Estudio de Impacto, el Plan de Vigilancia y la DIA, son la utilización de draga con control de rutas y sin rebases, lonas sobre cajas de los camiones (en tierra) y barreras antiturbidez (en el mar), partes diarios de control de las actividades de dragado y vertido, monitorización y controles periódicos de la calidad del agua y paralización temporal de las actividades en situaciones críticas.
Para evitar la posible expansión de la Caulerpa racemosa a consecuencia del dragado, se están extrayendo en primer lugar los materiales más superficiales situados a veinte centímetros, depositándolos en las cántaras sin rebose de las dragas, siendo estos materiales superficiales los que se vierten en primer lugar en el punto de vertido acordado por la DIA. En las obras de dragado se está utilizando la draga Gefion R., de succión en marcha, de 96 metros de eslora y cuatro de calado, y la draga de apoyo Santamar 222, de 54 metros de eslora, que dispone de una cuchara bivalva utilizada para el dragado de las zona con poco fondo. Ambas embarcaciones dragan por capas horizontales, vierten el material en el punto autorizado y en ellas se realiza el control arqueológico establecido según las prescripciones de la DIA, los requerimientos adoptados por el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco reunido en Brasilia el pasado mes de julio y de la Comissió Insular de Ordenació del Territori, Urbanisme i Patrimoni Historicoartístic (CIOTUPHA).
(Fuente: El Mundo)
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