El tramo más grande que se conoce de la muralla de Marroquíes Bajos, enclavado en lo que hoy es el barrio de Expansión Norte de la ciudad de Jaén, sigue parcialmente bajo las aguas, lo que demuestra que su inundación no era sólo de las abundantes lluvias del pasado invierno sino también de las aguas subterráneas que fluyen en la zona, que ahora quedan estancadas a causa de la edificación en los solares vecinos, tras el reciente desarrollo urbanístico de la tercera fase del SUNP-1, como ya apuntó en su día el director de la excavación arqueológica, Antonio Crespo, de la empresa Conatus.
Viabilidad económica
Un problema añadido, por tanto, y que requiere una solución dada la entidad de los restos arqueológicos. La novedad es que la propietaria del terreno, que es la Empresa Pública del Suelo de Andalucía (EPSA), ha encargado al arqueólogo que presente una propuesta técnica y económica para solventar la evacuación del agua. Una propuesta que sirva ahora y en un futuro. En ello trabaja ya Crespo, que la semana que viene tiene previsto reunirse con dos empresas para conocer el presupuesto que tendría dicha actuación, para a su vez trasladarlo a la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura con el fin de obtener su autorización, y a EPSA para que le dé el visto bueno.
Pero el encargo de la administración pública va más allá de esta solución técnica para evitar nuevas inundaciones. Contempla también la terminación del estudio arqueológico como había propuesto el director de la excavación, dirigido a excavar un poco más y conocer, entre otras cosas, por qué sus moradores construyeron una segunda puerta a pocos metros de la primera y más grande (la hipótesis que se quiere confirmar es que fue para mejorar el acceso, quizá a través de un puente o plataforma, pues han aparecido pilares dentro del foso asociado a la muralla).
La intención es también consolidar el lienzo de muralla sacado a la luz y su puesta en valor para que la ciudadanía pueda visitar sus inmediaciones y conocer sus características, función e historia.
Todo ello condicionado a que sea «viable» económicamente, según le ha indicado EPSA al arqueólogo, quien no obstante alberga esperanzas de que el hallazgo sea finalmente restaurado, conservado y puesto en valor. Aunque teme que eso no sea posible del todo antes de que lleguen las lluvias del próximo otoño, por lo que trabaja con el supuesto de que la muralla volverá a inundarse totalmente, si bien confía en que al menos pueda ejecutarse la solución técnica para evacuar el agua cuando se anegue.
Relevancia
Los resultados de la excavación arqueológica se dieron a conocer en noviembre pasado. Desde el primer momento hubo coincidencia en resaltar su entidad. El asentamiento de Marroquíes Bajos, uno de los más importantes de toda Europa y que está datado mediante la prueba del carbono 14 entre los años 2.450 al 2.125 a. C, ha sido bien documentado por los arqueólogos, pero apenas se conservan edificaciones relevantes 'in situ' ya que el reciente desarrollo urbanístico de la principal zona de expansión de Jaén coincidió con los comienzos del 'boom' inmobiliario.
Así, por ejemplo, el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Jaén y director del Centro Andaluz de Arqueología Ibera, Arturo Ruiz Rodríguez, indicó que la muralla aparecida es «una pieza espectacular, un tramo tan amplio que tienes la posibilidad de ver en perspectiva el lienzo, las torres, las puertas... Difícilmente hay en España un caso similar del periodo Calcolítico. Difícilmente se puede justificar que no se conserve ahí».
El subdelegado del Gobierno en Jaén, Fernando Calahorro Téllez , calificó los restos de «primera magnitud», lo que obliga a construir en otro solar la nueva sede de la Agencia Tributaria. Y el actual secretario de Estado de Cooperación Territorial, Gaspar Zarrías Arévalo, se pronunció en el mismo sentido y abogó por musealizar dichos restos arqueológicos.
(Fuente: elideal.es)
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